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El rostro contiene muchos huesos pequeños, todos ellos orquestados también por el
movimiento del hueso esfenoides.
Un tratamiento completo tendrá que hacerse en varias sesiones en ambos sentidos, por fuera
del cráneo y por dentro, o sea exocraneal e endocraneal.
En la terapia exocraneal el cuerpo es capaz de absorber los traumatismos pequeños a través
de su estructura. Un golpe en el frontal puede ser absorbido por las membranas internas y
podría volver a su posición de origen.
En la terapia endocraneal, dentro de la boca un impacto o traumatismo es difícil que sea
absorbido por la estructura, sin embargo se forman compensaciones.
Una repercusión en los tabiques nasales, en la mandíbula, en los dientes, todo esto deja
huella incapaz de ser absorbido por la estructura por el exocraneal. Un golpe frontal en el
zigomático o en los huesos nasales producirá una impactación incapaz de ser absorbida por
las membranas.
TERAPIA ENDOCRANEAL
con el frontal, en la parte nasal lateral, a través del borde superior de la apófisis
frontal.
Con el nasal en el borde lateral y en el borde inferior.
Con el etmoides, en la masa lateral, a través de la apófisis orbitaria.
Con el vómer en el borde inferior a través de la cresta nasal.
Con la parte perpendicular de los palatinos a través de la parte posterior de la
superficie nasal.
Con el zigomático en la apófisis maxilar, a través de la superficie nasal y de la
cresta inferior del maxilar.
Con el otro maxilar a través de la apófisis palatina de la sutura intermaxilar.
MOVIMIENTO FISIOLOGICO DE LOS MAXILARES
Colocamos nuestros dos dedos en los dientes superiores para percibir el movimiento de
apertura y cierre de los maxilares. Cuando el esfenoides desciende notaremos como los
dientes se separan a través de la sutura intermaxilar. No importa si hay implantaciones
dentales, pues el movimiento es del tejido blando, incluso lo podemos percibir encima de la
encía si no hay diente.
En la fase de flexión craneal los dedos notarán la sensación de que se abren y en la
extensión notaremos que los dedos se cierran. Este es el movimiento fisiológico normal.
A veces notaremos como ambos maxilar el derecho e izquierdo se van hacia un lado y
luego hacia el otro. Esto es porque existe en el esfenoides una lateralización de su
articulación esfeno-basilar, un posible impacto lateral del esfenoides o del occipital.
A veces notaremos un mecanismo de torsión o rotación donde un maxilar se anterioriza y el
otro se posterioriza. Esto es porque el esfenoides también está en torsión.
Si nos encontramos estos casos patológicos lo tendremos que tratar de esta manera:
Primero escucharemos el movimiento respiratorio del maxilar superior y localizamos el
tipo de lesión.
Segundo acompañamos el movimiento respiratorio hacia la lesión, aún más pronunciada la
lesión. Si rota hacia la derecha lo llevaremos aún más hacia la derecha, acompañando
varios ciclos el movimiento respiratorio pronunciando aún más el sentido de la lesión. Es la
técnica del nudo o del picaporte de la puerta que tienes que apretar un poco más el nudo o
la puerta para que después se desate el nudo o se abra la puerta con mayor facilidad. Se
trata de apretar un poco más los tejidos, empujarlos un poco más hacia la lesión, para que
después se reajusten mejor y se puedan abrir los tejidos de la sutura.
Tercero le haremos una parada, lo sujetaremos primero en el sentido de la lesión y aquí
empezaremos a tener un unwinding o un borboteo, toda una rebeldía de los tejidos que se
están reajustando. Forzaremos la parada del IRC en el sentido de la lesión para que los
tejidos ellos solos se reajusten. Si el borboteo es muy fuerte necesitará mucho tiempo para
reajustarse. Hay que darle su tiempo, cuanto más tiempo necesite quiere decir que la lesión
es más crónica, que lleva mucho tiempo lesionada y los tejidos se han esclerotizado. Los
tejidos tienen que ajustarse de nuevo a su componente elástico y mecánico.
Cuarto vendrá una parada neurológica un silencio de los tejidos y del IRC. En unos
segundos o pocos minutos volverá el IRC y el maxilar se abrirá y cerrara acorde con el
esfenoides.
Es muy importante el controlar la oclusión dental del paciente, como cierra la boca al
masticar y como oclusiona cada diente.
Una mala oclusión dental puede afectar al esfenoides y provocarle una lesión en torsión.
Por ejemplo si tengo una oclusión más lateralizada que otra, o sea que tengo una fuerza
agonista y antagonista dental de un sólo lado del maxilar, aprieto de un lado más que del
otro y el ala mayor del esfenoides del lado de la fuerza puede elevarse y crear la lesión de
torsión.
Muchas veces es un problema de que el diente se sujeta en la encía a través de un tejido
fascial de sujeción. Esta fascia puede ceder su elasticidad y el diente cede hacia abajo
creando una mala oclusión. Es un efecto de la palanca, sobre un punto de apoyo y todo
tenderá a girar sobre ese punto de apoyo y más a sabiendo que tenemos la musculatura del
masetero que es la más poderoso del cuerpo en cuanto a tensión. Es mucho más fuerte que
un cuádriceps. Es una palanca de primer grado de corto recorrido pero de muchísima fuerza
de descarga.
Es interesante el poder hacer todos estos pasos sintiendo a la vez el movimiento del
esfenoides. El principio de la acción es el mismo en cualquier caso patológico del maxilar,
primero llevarlo al sentido de la lesión, pararlo ahí y luego acompañando hacia su correcto
sitio.
Puede ser que necesitemos una sola sesión para ajustar los maxilares, si tienen una gran
lesión.
LOS DIENTES:
Es un hueso que no tenemos posibilidad de acceso directo, o sea de contacto directo, por
eso lo tendremos que trabajar a través de los huesos nasales. El etmoides está posterior al
vómer y a los huesos nasales.
Sin embrago podemos visualizar cada sutura o micro-articulación para enviarle energía y
realizar con el ojo de la mente las técnicas cráneo-sacrales. Esto da muy buenos resultados
y además cuando tengamos solucionado el esfenoides, el vómer y los huesos nasales el
etmoides se solucionará el sólo.
Salimos del paladar duro y nos vamos a los rasgos miméticos. Vamos a trabajar sobre los
zigomáticos, los nasales e indirectamente el etmoides. Por tanto después de tratar los
zigomáticos y los huesos nasales, el etmoides quedara listo y ajustado.
Después nos adentraremos en el paladar blando.
También podemos encontrar lesiones traumáticas en personas que le han operado de los
cornetes nasales o de vegetaciones, ya que al raspar las vegetaciones o en la cirugía se
produzca una restricción de fascias en el tejido blando y puede mantener el esfenoides sin
movimiento. Esto es un problema por una cicatrización interna y muy posiblemente siga
teniendo problemas de este tipo u otros en dicha zona o en zonas más distales.
Por tanto nuestro trabajo estará en estirar el tejido fascial alrededor del vómer, para mejorar
la restricción de movimiento entre el esfenoides y el vómer.
Desajustes en el vómer pueden provocar problemas en los oídos, en la mandíbula y en las
fosas nasales.
Una tensión intra-ósea del vómer debido al desplazamiento lateral del paladar duro creará
una contra tensión opuesta por parte del vómer. Esto producirá una gran restricción
funcional en toda el área respiratoria nasal, debido a la enorme tensión de membranas
generado en el sistema esfenoides vómer.
El vómer lo podemos considerar una llave maestra para la correcta respiración por ambas
fosas nasales, con la gran importancia que tiene la correcta alternancia y dominancia de
cada fosa nasal. La respiración contiene un ciclo de unas dos horas de dominio de una fosa
nasal y después tendrá dominancia la otra fosa nasal, durante las otras dos horas. Una fosa
nasal alimenta el sistema nervioso simpático y la otra el parasimpático. Si permanecemos
mucho más tiempo respirando en una fosa nasal que en la otra podemos entrar en un estado
de simpaticotonía o parasimpaticotonía. También se sabe que el retardo en la alternancia
de las fosas nasales produce una disminución del sistema inmunológico, viéndose este
afectado negativamente.
Si el vómer pierde movilidad con respecto al esfenoides el tiempo de alternancia de las
fosas nasales sé vera seriamente afectado. Si devolvemos el movimiento del vómer
podremos observar que el equilibrio de alternancia y dominancia de las fosas nasales se
equilibra.
1. Con el maxilar, a través del borde anterior de la apófisis frontal del maxilar y
alrededor de esta.
2. Con el frontal en la zona orbitaria.
3. Con el etmoides, en el borde anterior de su masa lateral.
4. Con el cornete inferior, en su apófisis lagrimal.
PALADAR BLANDO
EL FRENILLO DE LA LENGUA.
LA LENGUA.
La lengua está dividida en dos mitades por un tabique fibroso medial. Este tabique se
extiende por toda la longitud de la lengua y se fija por abajo en el hueso hioides los
músculos de la lengua son de dos tipos principales extrínsecos e intrínsecos. Los músculos
extrínsecos se originan fuera de la lengua y se inserta en ella. Los músculos intrínsecos se
originan y se insertan en la lengua. Tanto los músculos extrínsecos como los intrínsecos se
disponen a ambos lados de la lengua. Los músculos que mueve la lengua son: geniogloso,
estilogloso, palatogloso y hiogloso.
El músculo geniogloso tiene su origen en la mandíbula la inserción en la superficie inferior
de la lengua y hueso y hioides y su acción es que impulsa la lengua hacia fuera y la
desciende, protracción.
El músculo estilogloso tiene en su origen en la apófisis estiloides del hueso temporal. La
inserción en la superficie lateral e inferior de la lengua. Eleva a la lengua y la retira hacia
atrás, retracción.
El músculo palatogloso tiene su origen en la superficie anterior del paladar blando y sur e
inserción en la cara lateral de la lengua. Eleva a la porción posterior de la lengua y acerca el
paladar blando a la lengua.
El músculo y hiogloso tiene su origen en el cuerpo del hueso y hioides y sus inserción en la
cara lateral de la lengua. Desciende la lengua y la desplaza hacia los lados.
Estos músculos son inervados por el nervio hipogloso, el 12 par craneal, menos el
palatogloso que es inervado por el plexo faríngeo.
La lengua en un órgano muy vascularizado de mucha sensibilidad. En el ámbito sutil la
lengua es un almacén de muchos recuerdos, de muchas experiencias agradables y
desagradables.
Deberemos explicar al paciente el tipo de trabajo que es, incluso que no es muy agradable,
algo incomodo.
Ahora le pedimos al paciente que saque la lengua y la cogemos y la arrastramos con
suavidad verticalmente hasta su barrera elástica. Aquí la mantenemos para escuchar su
movimiento respiratorio craneal, que será de flexión o elevación y extensión contracción.
En flexión la lengua va ha crecer con un movimiento de expansión y en extensión se
encogerá.
Para agarrar la lengua usaremos unos guantes de látex o un pañuelo o papel y aremos una
pequeña presión de unos gramos para sujetar la lengua. Haremos una pequeña tracción de
la lengua hasta el umbral del dolor y procuraremos que no se nos escape. Aquí haremos el
desenroscamiento de la lengua, con la intención, luego vendrá una parada neurológica para
que venga de nuevo el movimiento de expansión y contracción con mayor simetría y
amplitud.
Algunas personas tienen un gran enroscamiento en la lengua y después de este trabajo
podremos notar como la lengua a crecido mucho, es una sensación. Ahora notaremos una
enorme capacidad elástica y plástica de salir y entrar, flexión y extensión, retracción y
elongación.
Lo que sucede es que la lengua se encuentra retraída, encogida, reprimida y no sólo en la
boca si no que a través de una cadena fascial anterior, que va de la boca hasta los genitales.
Es una cadena fisiológica real formada por ligamentos, tendones de inserción, cartílagos
como los xifoides, bolsas mediastínica la que envuelve el corazón, músculos, etc. todo un
tejido fascial, hasta llegar a la sínfisis púbica o al escroto.
Nosotros podemos ir desde la lengua sus envoltorios o fascias hasta los genitales sin salir
de un mismo tejido fascial, podemos viajar desde la lengua hasta los genitales por un
mismo conducto, sin salirnos del mismo tejido. Todo lo que le ocurre a la lengua le ocurre
abajo a los genitales y a la inversa.
Son circunstancias de sensaciones o emociones. Lo que nos ocurra en la zona genital
agradable lo querremos expresar y lo que no sea agradable no lo querremos expresar. Por
ello los traumas emocionales en la zona sexual pueden acortar esta cadena anterior.
Parece que esta cadena o cordón fascial anterior es muy responsable de la deformidad de la
columna vertebral, de la forma cóncava anterior de la columna vertebral. Es el efecto de la
caña de pescar, cuanto más tire el cordón o el hilo por delante, más se doblará la caña de
pescar por detrás.
Este es el concepto del campo cerrado en posturología. Cuanto más trastornos emocionales
tengamos en la cuerda fascial anterior del cuerpo más tensión y deformidad va ha producir
en la columna vertebral. Cuanta más retracción tengamos en la cuerda anterior más
chepados nos vamos a volver. Por tanto la chepa en la columna vertebral se tiene que
trabajar desde la zona anterior del cuerpo, de manera que volviendo a la caña de pescar
cuando más aflojemos el hilo de pescar más recta se pondrá la caña de pescar.
La columna vertebral es un sistema neutral que esta a expensas del juego de los músculos
tendones y ligamentos y fascia que la envuelven. Por tanto por ley de fuerzas superiores a
la mayor fuerza ahí cederá. Si los flexores anteriores superan la resistencia de los flexores
posteriores pues entonces se deformará anteriormente, por la ley de fuerzas.
Después de esta sesión del paladar blando volveremos a hacer el temporal y el ATM, ya
que hemos liberado las tensiones emocionales de la boca.
Podemos comentar el refrán que socialmente se dice de “no me tires de la lengua”. Tópico
que suele significar: no me tires de la lengua que voy ha decir muchas cosas que tengo que
decir y que todavía no he dicho, pero si me incitas a decir las voy ha decir, aunque esto
implique el arrogar vómitos emocionales.
Por esto podemos entender que el gritar, insultar, el llorar, o el entrar en crisis espásticas o
cualquier otro vómito emocional, se puede entender como una liberación del paciente, y
nunca tomarlo como algo personal.
En muchos momentos de la vida nos hemos tropezado con personas que por su malestar
interior nos han arrojado ciertos insultos o vómitos emocionales. Nunca tenemos que tomar
nada en serio de esto, procurar que no nos llegue, que no nos afecte, ya que seguramente no
tenga nada que ver con nosotros, si no que es la otra persona la que tiene muchas cargas
emocionales reprimidas y en cualquier momento explotará sin un motivo aparente.
Si nosotros tenemos el movimiento respiratorio primario en la cabeza funcionando
correctamente, nunca o casi nunca nos veremos influenciados por energías negativas que
vengan del exterior. Lo mejor que podemos hacer para protegernos es hacer que nuestro
sistema cráneo-sacral pulse correctamente.