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Segregación territorial en la urbe de Bogotá

Geraldine Oriana Mantilla Nuñezi

Introducción

Bogotá es la ciudad más poblada de Colombia, con casi 8 millones de habitantes.


Según Kauffman (2019), es la ciudad con más desigualdad de ingresos del país, un
logro poco alentador en el segundo país más desigual del hemisferio. Su población
se ha disparado debido no solo a la urbanización que ha experimentado toda
América Latina, sino también como resultado del desplazamiento forzado masivo
que vivió el país durante su largo conflicto armado. Muchas de estas personas
desplazadas se establecieron en las periferias de Bogotá, las cuales ahora
conforman algunas de las localidades más pobres y marginales de la ciudad. Este
crecimiento poblacional y geográfico poco planificado ha creado retos enormes con
respecto a la movilidad, el territorio y la economía, los cuales caen más fuerte sobre
los habitantes de estas localidades.

El crecimiento urbano en la ciudad de Bogotá y la desigualdad social están


entrelazadas con la producción del suelo urbano, el mercado inmobiliario, la
expansión del capitalismo, la globalización de la economía etc. de forma que, la
segregación socio espacial y socio económica se derivan de dicho proceso.

Teniendo en cuenta, lo anterior en el siguiente ensayo analizaré la segregación


urbana que existe en la ciudad de Bogotá y los efectos que esta trae sobre la calidad
de los hogares y de la población.

Queiroz, L. (2007) plantea que, las grandes ciudades se encuentran atravesadas


por ciertos dilemas contemporáneos. Entre estos se hallan las transformaciones
socioeconómicas producidas por la globalización, la reestructuración socio
productiva y la expansión del capitalismo internacional que profundizan la
disociación entre progreso material y urbanización, economía y territorio, nación y
estado.
Teniendo en cuenta lo anterior, el autor plantea que hacía el año 2015, algunas
conglomeraciones urbanas serán megalópolis y su población disminuirá de tamaño,
mientras que, hacía el sur continuará creciendo la población debido al proceso de
desruralización. Sin embargo, a nivel intraurbano estas demarcaciones son más
notables, pues han surgido territorios excluidos de los beneficios del crecimiento,
guetos y periferias “cuyas marcas son la precariedad del hábitat, el aislamiento del
centro de la sociedad, la violencia y la desertificación cívica, espacios en los que se
concentra la miseria del mundo” (Bourdieu citado en Queiroz, 2007, Pág. 98)

En diversos estudios se ha mostrado que, en América Latina, una expresión clara


de las desigualdades es la brecha de los niveles de desarrollo de diferentes
localidades dentro de cada país, “la CEPAL ha mostrado que el continente registra
profundas brechas de desarrollo entre territorios ricos y territorios pobres”
(Gonzales, D. Pág. 2) por lo que, los indicadores de pobreza esconden fuertes
diferencias entre áreas rurales y urbanas e incluso dentro de una misma ciudad.

A pesar de que las ciudades son cada vez más importantes para el desarrollo, la
desarticulación con los procesos sociales es notable, pues la estructura urbana
tiende a manifestar formas de exclusión que se inclina hacía la segmentación y a la
segregación, por lo que implica una baja interacción entre los diferentes grupos
sociales, que en consecuencia produce una disminución de las oportunidades para
los sectores bajos. Prieto, M (2011) plantea que, la urbanización capitalista ha ido
conformando un espacio diferenciado en cuanto a infraestructura, equipamiento y
calidad residencial, así que los grupos más pobres se localizan en las áreas
periféricas, cuyo espacio se caracteriza porque la tierra tiene un bajo costo y con
déficit en los medios de consumo colectivo, por lo tanto, el mercado inmobiliario
conforma diferentes áreas y aquellos que carecen de los recursos necesarios,
producen ciudad al margen de los circuitos formales. Esta apropiación del espacio
da lugar a la exclusión y a la segregación.

Souza (1996) citado en Prieto (2011), expresa que el espacio fragmentado es por
excelencia el espacio de la ciudad que se ve reflejado a través de la distribución de
áreas residenciales que presenta fuertes contrastes en términos de calidad de vida.
Los suelos son los recursos de infraestructura urbana que facilitan la vida en
sociedad, pues allí se dan los servicios básicos, escuelas, centros productivos,
comercio, etc. Así que, la ciudad es un gran sistema de recursos de gran
importancia económica, social, psicológica y política que están localizados
territorialmente, y su disponibilidad depende de la accesibilidad y proximidad de las
personas de dichos procesos

En este sentido, el nivel efectivo de ingreso de los habitantes de una urbe se


encuentra condicionado también por su facilidad de acceso a dichos recursos y a
los “beneficios supletorios” que estos representan. La ciudad lejos de ser un espacio
pasivo y estático donde se emplazan los sectores sociales, se constituye en un plano
más de tensión y lucha en la distribución en el ingreso. La competencia de los
sectores por habitar la ciudad responde a la necesidad de maximizar sus beneficios
supletorios se traduce en un mayor o menor valor de la propiedad. (Goicoechea,
2010, Pag. 2)

Por otra parte, la segregación no solo se da en términos residenciales, sino que


además, hay una segregación en la media en que aquellas personas que viven en
esta situación se les impide algunos derechos tales como la educación, la atención
de la salud, las fuentes de trabajo, la recreación, el transporte o los servicios
públicos. En los países latinoamericanos, los ingresos, recursos y oportunidades
se concentran en una parte de la población mientras que el fenómeno de la pobreza
y la segregación asciende, resultado del crecimiento acelerado que han
experimentado las ciudades a partir de los años 90.

En las nuevas ciudades “son reveladoras los nuevos mecanismos de


empobrecimiento, desventaja y desigualdad que impactan, de manera directa, en la
situación económica, cultural, social e institucional de la ciudad y dejan al margen
de las ventajas de la modernidad a aquella población que ahora se identifica como
nuevos pobres” (Vasquez, 2011, Pág. 2) las características de dicha condición se
reflejan en la dificultad de acceder “al suelo urbano y a una vivienda digna; a
infraestructura básica de agua y drenaje; equipamiento comunitario como centros
de salud, atención a la infancia, deportivos y espacios culturales” (Vaquez, 2011,
Pag. 2)
Caso específico: Bogotá

Bogotá, a mediados del siglo XX comenzó a tener un gran crecimiento poblacional,


en la siguiente tabla se observa un alto flujo de migrantes, crecimiento físico y
poblacional de las ciudades grandes e intermedias

Tabla 2-1: Población urbana 1938-1985 en las cuatro principales ciudades

1938 1951 1964 1973 1985

Bogotá 325.658 638.562 1.661.935 2.696.270 3.957.960

Barranquilla 150.395 276.199 493.034 661.009 888.900

Cali 88.366 241.357 618.215 898.253 1.321.359

Medellín 143.952 328.294 717.865 1.070.924 1.424.400

Fuente: Oscar, S. (2018) con base en tabla de Aprile-Gniset para 53 ciudades en Colombia
(1992, 574-575). Los años son aquellos en los que se hizo un censo de población.

La anterior tabla deja en evidencia una tradición migrante, motivada por diversos
factores que van desde el desplazamiento forzado debido al conflicto armado hasta
las movilizaciones espontaneas de personas que buscan mejores oportunidades.
En una encuesta organizada por el DANE señala que “la principal razón que
encuentran estas personas para vivir en Bogotá son las oportunidades de trabajo o
negocio. A esta le siguen las oportunidades de educación, motivos de salud,
matrimonio y conformación de un hogar y amenazas o riesgos para la integridad o
la vida, u ocasionados por el conflicto armado o la delincuencia común” (el
espectador, 2015) así que, la ciudad se convirtió “en un territorio diverso en
agricultura, con una gran oferta de alimentos y tierra para urbanizar, fue una de las
razones que la convirtieron en una ciudad atractiva para la migración.” (el
espectador, 2015)

Sin embargo, las personas que fueron llegando, en su mayoría comenzaron a


acomodarse hacía las periferias de la ciudad, es decir, localidades como Ciudad
Bolívar, lo que empezó a producir una fragmentación en la ciudad en términos de
segregación “La ciudad que hemos construido expulsa a los pobres obligándolos a
ocupar las cuencas de los ríos, las laderas de los cerros y a vivir en sitios de alto
riesgo” (secretaria de planeación, 2012, Pág. 5) pero esta segregación se debe en
parte al aumento de las desigualdades, en donde se incluye por ejemplo, el
funcionamiento de los mercados del suelo que tiende

al predominio de la promoción inmobiliaria privada para el desarrollo urbano y


persistencia de fuertes desigualdades sociales, que hacen crecer en forma
significativa los precios del suelo. Esto, ligado a la mala distribución del ingreso,
genera que los inmuebles queden por fuera del alcance de los individuos de bajos
ingresos (Rubiano, M. año, Pág. 141)

las localidades que presentan mayores niveles de segregación son Usme, Santa fe
y Ciudad Bolívar, siendo está última la que tiene menos condiciones favorables

“la localidad que presenta mayores deficiencias por vivienda es ciudad Bolívar con
el 3,3% de los hogares en esta situación. En cuanto a dotación En cuanto a dotación
de servicios Ciudad Bolívar y Santa Fe son las localidades que presentan las cifras
más altas (0.7%) El hacinamiento crítico es una debilidad más frecuente en las
localidades ya que al menos 6 de ellas presentan hacinamiento crítico para más del
3.6% de sus hogares” (Rios, 2010, Pág. 34)

Los resultados anteriores demuestran que, por ejemplo, Ciudad Bolívar tiene altos
niveles de segregación dentro de la ciudad, sus condiciones son críticas y
pauperizantes. En cambio, esto no sucede en localidades como chapinero y
Usaquén en donde las viviendas son aptas y el acceso a servicios públicos y
educación se encuentran más garantizados que en localidades como Ciudad
Bolívar o Santa fe.
De igual forma esta misma autora, Rios (2010), plantea que, la situación en cuanto
a la línea de indigencia en Bogotá supera el 3% en todas las localidades;
acentuándose más gravemente en Ciudad Bolívar, Rafael Uribe Uribe y Santa Fe.
En cuanto al coeficiente GINI, la autora presenta que la inequidad en la distribución
de los ingresos ha aumentado para todas las localidades entre 2003 y 2007, excepto
para el gran agregado de la ciudad. Las localidades que en ambos periodos se han
caracterizado por presentar los valores del índice de Gini más altos son Usaquén,
Chapinero, Santa Fe, Fontibón, barrios unidos y la candelaria. Usaquén y chapinero
son localidades en las que predomina la presencia de estratos altos, en tanto que
localidades como Usme, ciudad bolívar y bosa son localidades caracterizadas por
ser de estratos bajos. por lo que, esto demuestra que la ciudad se encuentra
segregada a nivel localidad.

Ahora bien, a parte de la segregación socio-espacial, en la ciudad nos encontramos


ante una segregación socio-económica. Según Gonzalez (2007), la segregación
socio-económica se refiere a la incapacidad de algunos hogares de acceder a una
canasta mínima de bienes y servicios y a una vivienda digna, es decir, esta
segregación se da a través de los factores de mercado. Cuando la segregación se
da por estos factores los vecindarios con bajos ingresos y menor oferta de bienes
públicos locales ven reforzadas sus desventajas: baja calidad de vida, menores
oportunidades (de empleo, de educación), barreras culturales, flujos reducidos de
inversión empresarial, etc.

La desigualdad salarial es la principal causa de segregación, por ejemplo, el alto


ingreso de algunos hogares les permite auto segregarse y vivir donde y como
quieren. El bajo ingreso de otros hogares les obliga a vivir donde y como puedan.
Por ejemplo, toda la parte sur-occidental de la ciudad, como Bosa, Ciudad Bolívar y
Rafael Uribe son casos complejos donde la segregación es muy marcada; son
zonas muy deprimidas, sin salud, educación, servicios insuficientes, etc.

De acuerdo con el estudio Segregación Socioeconómica en el Espacio Urbano de


Bogotá 2008-2011, presentado durante el Seminario, realizado por la Secretaría
Distrital de Planeación y la Universidad Nacional de Colombia, Bosa es la localidad
más segregada y Teusaquillo cuenta con las mejores condiciones urbanas de vida.
Esta es la caracterización de estas dos localidades.

La segregación por acceso, es decir, la que se relaciona con los bienes y servicios
públicos ha disminuido para los estratos bajos en 6 por ciento y altos en 16 por
ciento, es decir, que en promedio la ciudad redujo un 11 por ciento esta
problemática. (el nuevo siglo, 2013)

Aunque lo porcentuales disminuyeron un poco, el nivel de segregación de Bogotá


comparada con otras ciudades sigue teniendo altos niveles de segregación.

Por otra parte, en cuanto a la movilidad y el sistema de transporte, cabe decir que
los articulados, como Transmilenio no cubre con totalidad las necesidades de
movilización de las diferentes zonas de la ciudad, por lo que la movilidad en Bogotá
sigue siendo un espacio que reproduce y consolida la segregación y exclusión
socioeconómica. Kauffman (2019), expresa que, Por un lado, la mayoría de las
personas de los estratos más altos utiliza el carro como modo de transporte
principal, y estas representan una proporción pequeña de los usuarios del transporte
público. Por el otro lado, casi todos los usuarios del transporte público pertenecen
al estrato medio bajo, mientras las personas del estrato más bajo enfrentan
dificultades para acceder al transporte público, y deben movilizarse a pie, esto ente
otras cosas, por el alto costo de los pasajes, por ejemplo, dos pasajes diarios
equivalen al 18% del salario mínimo diario, considerando además que la mitad de
la población no alcanza a ganar la mitad del salario mínimo. En cuanto al tiempo
pasado en los trayectos desde y hacia el lugar de trabajo, de nuevo la movilidad
margina a las personas de bajos recurso, ya que muchas personas pobres viven en
la periferia y deben desplazarse más lejos para trabajar, y también porque utilizan
medios de transporte más lentos.

Respecto al acceso geográfico del transporte público, Transmilenio ha mejorado


considerablemente este ámbito, sin embargo, ha marginado a algunas personas
que viven en la periferia de Bogotá, para quienes aún el acceso es bastante limitado
para poder llegar a sus trabajos, los habitantes de varios barrios periféricos deben
bajar la montaña por calles sin pavimentar o a pie, o utilizando transporte informal,
para después esperar otro bus que los lleve a la estación del TransMilenio. Allí
deben esperar un bus de Transmilenio, hacer uno o más transbordos, y de allí deben
ir caminando o esperar otro bus para llegar a su destino. (Kauffman, 2019)

Estas limitaciones, económicas, de tiempo y geográficas, imponen cargas


adicionales a las personas con menos capacidad para soportarlas y sin margen de
error para perder un bus o pagar un taxi.

Conclusiones

Las grandes metrópolis como Bogotá atraviesan una crisis social, como lo vimos
durante este ensayo, los altos niveles de segregación en la ciudad son evidentes,
esta última entre otras cosas sucede por los altos costos de vivienda, las lógicas
inmobiliarias y los distintos sistemas de producción de viviendas contribuyeron a
consolidar el patrón tradicional de segregación. La liberalización de los mercados
de suelo, la concentración del capital y la aparición de los mega-proyectos
inmobiliarios marcaría un cambio decisivo en la ciudad.

Por otra parte, la segregación se muestra también, a través de las variables


socioeconómicas que son insumo fundamental para la calidad de vida como son el
acceso a la vivienda digna, educación, servicios de salud y servicios públicos.

Se observo durante este trabajo que el valor que pagan las personas segregadas
por estos servicios puede ser superior a sus ingresos y además, muchas veces
estos servicios no llegan hasta sus hogares.

La segregación se ha ido desplazando y haciendo más notable geográficamente en


la ciudad, en la que la separación de ricos y pobres en el espacio urbano es
innegable. Los ricos se han ido apartando al norte de la ciudad, en tanto que los
más pobres han sido desplazados hacía las periferias, en estos últimos no existe
ningún apoyo social para el individuo, no hay nadie para brindar soporte.
Bibliografía

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i
Estudiante de Sociología. Universidad Nacional de Colombia.

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