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MANUAL DEL FACILITADOR

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SIGLAS Y ABREVIATURAS

LIBROS BÍBLICOS

Heb Hebreos Os Oseas


Am Amós Hch Hechos de los Apóstoles 1 Pe 1 Pedro
Col Colosenses Is Isaías Rom Romanos
1 Cor 1 Corintios Jr Jeremías 2 Tim 2 Timoteo
2 Cor 2 Corintios Jn Juan
Ef Efesios 1 Jn 1 Juan
Ex Éxodo Lc Lucas
Gn Génesis Mc Marcos
Gal Gálatas Mt Mateo

DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II


LG Lumen Gentium. Constitución Dogmática sobre la Iglesia.
DV Dei Verbum. Constitución dogmática sobre Divina Revelación.
GS Gaudium et Spes. Constitución Dogmática sobre la Iglesia en el mundo actual.
DOCUMENTOS PONTIFICIOS Y EPISCOPALES
CFL Christifideles Laici (Vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo). Exhortación
apostólica de Juan Pablo II (30.12.1998).
DA Documento de Aparecida. V Conferencia General del Episcopado latinoamericano. Aparecida.
Brasil 2007.
DIA Discurso inaugural de Aparecida.
DG Decreto General del II Sínodo del Arquidiócesis de México 2003.
DSD Documento de Santo Domingo. IV Conferencia General del Episcopado latinoamericano.
Santo Domingo. República Dominicana 1992.
ECUCIM Evangelización de las culturas de la Ciudad de México, II Sínodo Arquidiocesano (4.05.1995).
HP Hacia el plan pastoral de la Arquidiócesis de México. Proceso Arquidiocesano del II Sínodo y
del Gran Jubileo del año 2000.
IL Instrumentum Laboris. XII Asamblea general ordinaria del Sínodo de Obispos, 2008.
IPOC Instrucción pastoral sobre la oración cristiana. Arquidiócesis de México, 1999.
OPPE Orientaciones Pastorales 2006, El Proceso Evangelizador como seguimiento de Jesús.
OPFA Orientaciones Pastorales 1996, Acerca de la Formación de Agentes Laicos para Acciones
Específicas.
OPFM Orientaciones Pastorales 2009, Formarnos para continuar la Misión en la ciudad, Arquidiócesis
de México.
OPFV Orientaciones Pastorales 2008, Formarnos para la vida cristiana, Arquidiócesis de México.
PP Plan Pastoral para 1998. Arquidiócesis de México.
PPCP Plan Pastoral 2002, Consolidar el Proceso Misionero. Arquidiócesis de México.
RMi Redemptoris Missio (La misión del redentor). Carta encíclica de Juan Pablo II (07.12.1990).

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PRESENTACIÓN

El MANUAL PARA EL FACILITADOR se propone como subsidio para atender la formación de facilitadores
o de futuros facilitadores; desea ser un medio eficaz para el plan pastoral de la Arquidiócesis de México.
Los lineamientos que sustenta están tomados de las orientaciones pastorales del 2009, los documentos del
Magisterio que a éste propósito contribuyen y fundamentalmente de la Palabra de Dios.

El contenido
El Manual desarrolla en veinte temas, un proceso que sistematiza, consolida y da continuidad a lo que
aprende y vive el facilitador o futuro facilitador. Cada tema aborda de manera breve, sencilla y clara, la
información fundamental necesaria. Esto posibilita el crecimiento gradual de todas las dimensiones de la
persona que se forma como facilitador y, por ende, de sus futuros interlocutores.

El Manual invita a tener a Jesús en el centro de la formación cristiana.

Este subsidio lo integran cuatro grandes apartados:


• Marco teórico de la formación.
• Interlocutores.
• Metodología.
• Ambientes.
Se trata de un recurso necesario para comprender el contexto, criterios y aprender la pedagogía que
soportan la serie de dieciocho Manuales de Formación Básica. Es también una herramienta para que quienes
acompañan a otros en esta formación, puede sacar provecho a los elementos pedagógicos que aparecen en
los Manuales.

El objetivo general del Manual, sintetiza las intenciones para esta etapa formativa de los facilitadores, que
insertos en sus ambientes pastorales, sean levadura para muchos más.

OBJETIVO GENERAL
Promover la formación integral de los facilitadores, mediante la adquisición de los elementos necesarios
para acompañar a otros a recorrer el itinerario de la formación básica.

El Manual permitirá al facilitador:

• Reflexionar el marco doctrinal y pastoral bajo el cual se realiza la formación básica.


• Conocer lo distintivo de cada etapa de formación y la relación entre ellas.
• Reconocer las características y perfiles de los facilitadores e interlocutores de la formación básica.
• Descubrir el servicio de facilitador como una vocación evangelizadora.
• Conocer la estructura, elementos pedagógicos y criterios presentes en los dieciocho manuales para
la formación básica de los agentes.
• Adquirir nociones básicas del aprendizaje de adultos.
• Desarrollar las habilidades y actitudes necesarias para el manejo de los Manuales.

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Tema 1. Formar al estilo de Jesús

Formar discípulos es acompañar a otros


en su proceso de conversión y seguimiento de Cristo.

ENLACE OBJETIVO
- Toda formación cristiana tiene su fuente en - Descubrir en Jesús al Maestro, contenido y
Jesucristo vivo y resucitado. Sin una referencia a modelo de todo proceso formativo.
él, la formación podría ser humana, más no
cristiana. - Seguir la pedagogía que utiliza Jesús para
- Jesús es el Camino que habremos de recorrer, la formar a sus discípulos, como itinerario para la
Verdad que hemos de buscar y la Vida que formación cristiana.
alcanzaremos. Por ello, este primer tema nos
invita a buscar en Jesús los fundamentos que
iluminen la importante tarea apostólica que
realizamos: acompañar a otros en su proceso de
formación.

En síntesis

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Desarrollo del tema

LA PALABRA
Pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y
a su hermano Andrés que estaban echando las redes
en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo:
Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.
Ellos dejaron inmediatamente las redes y lo
siguieron.
Marcos 1, 16-18

Yo soy la vid, ustedes las ramas. El que permanece


unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho
fruto; porque sin mí no pueden hacer nada.
Juan 15, 5
OTROS TEXTOS: Jn 1, 35-42.

1. La formación cristiana consiste en seguir a Cristo


Formación viene del latín formare y significa “dar forma”. Refiriéndonos a nuestra propia persona, supone
dejarnos moldear de acuerdo a algo o alguien. La formación abarca muchos aspectos de nuestro ser: la
persona, las actitudes, los valores, los compromisos.
Para los cristianos, la formación consiste en hacernos cada vez más como Jesús:
Aprendan de mí, que soy sencillo y humilde de corazón… (Mt 11, 29).
“Aprendan de mí”, “sean como yo”, ¡he aquí nuestro programa de formación! La existencia cristiana
consiste precisamente en el seguimiento de Cristo, en responder al llamado de Jesús que dice: ¡Sígueme!
(cf. Lc 5, 27b).
La formación cristiana implica un crecimiento personal y comunitario por el que vamos adoptando los
valores, las preferencias y los compromisos de Jesús y, va más allá de “saber” o “conocer” cosas acerca de
Dios o la Biblia.

2. Jesús, Maestro, contenido y modelo del proceso formativo


En diversos pasajes del Evangelio, Jesús es llamado “Maestro” (cf. Mc 9, 5; 10, 51). Los discípulos y la
gente lo reconocieron así y verdaderamente lo era. Él es Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14, 6).
Pero Jesús era un Maestro especial, diferente, ya que enseñaba con autoridad (cf. Mc 1, 22) y con
verdad:
Maestro, sabemos que eres sincero y que no te dejas influir por nadie… sino que enseñas con verdad
el camino de Dios (Mc 12, 14).
Al enseñar, Jesús no exponía su propio conocimiento, sino lo que el Padre le comunicaba:
Yo no hago nada por mi propia cuenta, solamente enseño lo que aprendí del Padre (Jn 8, 28b).
Así, Jesús se convierte en un modelo para toda persona que quiera acompañar a otros en su acercamiento
a Dios. Más aun, él es el verdadero Maestro, lo demás (métodos, programas) son solamente medios. Es a él
a quien comunicamos y, por tanto, es también el contenido.

3. Formar al estilo de Jesús


Jesús empleó un estilo especial para formar a sus discípulos. Su pedagogía fue gradual y estuvo llena de
sabiduría y de un conocimiento profundo de la respuesta humana (cf. Jn 2, 25):

5
Subió después a la montaña, llamó a los que él quiso y se acercaron a él. Designó entonces a Doce, a los
que llamó apóstoles, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con poder de expulsar a los
demonios (Mc 3, 13-15).
En el proceso de formación de los apóstoles, destacan: la iniciativa de Jesús que llama, el encuentro, la
conversión, el discipulado, la comunión y la misión. Este es el mismo itinerario que estamos llamados a
recorrer todos los discípulos y misioneros de Jesucristo. Un camino que consiste en vivir en intimidad con
él, imitar su ejemplo y dar testimonio (cf. DIA 3).

4. El encuentro con Jesucristo


El punto de partida del proceso formativo es el encuentro con Jesús. El seguimiento de Jesús parte de la
experiencia fascinante de haber hallado a Cristo. Los Evangelios muestran muchos ejemplos en los que
después del encuentro con Jesús ya nada vuelve a ser igual. Andrés y Juan al ver pasar a Jesús le
preguntan: Maestro, ¿Dónde vives? (Jn 1, 38b); sorprendidos, acogen la invitación de Jesús –Vengan y lo
verán - y, pasan aquel día con él (cf. Jn 1, 39).
Este momento fue una experiencia única, que dejó a los discípulos marcados para siempre. Toda formación
buscará llevar a la persona al encuentro con Jesucristo y renovarlo constantemente:
El itinerario del discípulo misionero tiene un carácter personal: se trata de que cada uno se encuentre
con Jesús. Para el que quiera seguirlo no existe otra fuente alterna de conocimiento (OPFM 23).

5. La conversión
El encuentro suscita una respuesta. Para quien se abre a la acción de Dios, lo siguiente es la conversión.
Convertirse es decidir ser amigo de Jesús e ir tras él, cambiar la forma de pensar y de vivir (cf. DA 278).
La cercanía con Jesús hace a Pedro descubrir sus limitaciones y exclamar:
Apártate de mí, Señor, que soy un pecador (Lc 5, 8b).
Pero la conversión no es un momento, es el punto de partida de un proceso y el mismo Pedro reconocerá
que necesita volver nuevamente a los criterios de Jesús:
Jesús, dirigiéndose a Pedro le dijo:… Eres para mí un obstáculo, porque no piensas como Dios, sino
como los hombres (Mt 16, 23).
El itinerario de formación requiere retornar constantemente a la conversión personal y comunitaria.

6. El discipulado
Jesús llamó a sus discípulos y los instruyó de modo cercano, personal, concediéndoles el privilegio de
estar cerca de él y comprender:
A ustedes Dios les concede conocer los misterios del Reino de los cielos… Dichosos ustedes por lo
que ven sus ojos y por lo que oyen sus oídos (Mt 13, 11. 16).
Los discípulos aprendieron mirando, escuchando y atestiguando: el camino de las Bienaventuranzas, el
amor, el servicio, la fraternidad, la misericordia, la búsqueda de la justicia… en suma, los valores y los
criterios de Jesús (cf. Mt 5-6).
Jesús también les mostró que el camino de la cruz era parte de su discipulado:
Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga (Mt 16,
24).
El discipulado es un proceso de toda la vida. Quien acompaña a otros en el camino del discipulado, tendrá
que mantener presente que solo viviendo profundamente su propio discipulado será capaz de atraer a
otros al seguimiento de Cristo.

7. La comunión

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Jesús les hizo un llamado personal y a la vez comunitario a sus discípulos. El número Doce, representa el
Nuevo Israel, la ekklesía o comunidad de bautizados. El vivir la experiencia de fe en común-unión con
otros es esencial al cristianismo:
Quiso… Dios santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados entre sí, sino
constituirlos en un pueblo que le conociera en la verdad y le sirviera santamente (LG 9).
En el seguimiento de Cristo crecemos con los otros y a través de los otros. Una formación auténticamente
cristiana llevará a fortalecer la experiencia comunitaria, tal cual fue el deseo de Jesús:
Te pido que todos sean uno lo mismo que lo somos tú y yo, Padre (Jn 17, 21).

8. La misión
Los que entraron en contacto con Jesús se sintieron movidos a anunciarlo, y a dar testimonio del
encuentro. Tal ha sido la experiencia de la samaritana quien va a decir a su gente: Vengan a ver a un
hombre que me ha dicho todo lo que he hecho (Jn 4, 29).
Jesús prepara a sus seguidores para que sean misioneros y vayan a anunciar el Reino (cf. Lc 9, 1-6). Este
será un mandato después de la resurrección y el envío del Espíritu Santo (cf. Mt 28, 19-20). Ser
discípulos y misioneros son dos rostros de la misma tarea (cf. DA 146).
La misión es inseparable del discipulado, por lo cual no debe entenderse como una etapa posterior a
la formación (DA 278).

9. La fuerza del Espíritu


Jesús sabe que el itinerario del discípulo y misionero no es fácil, por lo que nos envía el Espíritu Santo.
Desde Pentecostés, el Espíritu fecunda a la Iglesia y la llena de dones y carismas (cf. 1 Cor 12, 1-11). Es,
por medio de esos dones, que la comunidad de discípulos se fortalece en el tiempo.
El Espíritu continúa suscitando misioneros decididos y valientes como Pedro y Pablo (cf. Hch 4, 13; 13, 9-10)
y continúa guiando la misión de la Iglesia (cf. Hch 13, 2) (cf. DA 149-150).
La tarea formativa habrá de ser una experiencia que deje su lugar al Espíritu, el Maestro interior:
El Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recuerden lo que yo
les he enseñado y les explicará todo (Jn 14, 26).

ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Lectura reflexiva de los números 129-163 del Comentar las siguientes preguntas:
Documento de Aparecida. - ¿Cuál es la diferencia entre formar y dar clase?
- Reflexiona si tu discipulado es convincente para - ¿Qué tendríamos que hacer para que la
formar a otros, en el discipulado y misión de formación que impartimos lleve a las personas a
Jesús. un auténtico discipulado y compromiso cristiano?

EVALUACIÓN
 ¿En qué consiste la pedagogía de Jesús? Confróntala con tu propia manera de aprender-enseñar.
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 Documento de Aparecida. V Conferencia General del Episcopado latinoamericano. Aparecida. Brasil
2007. nn. 129-163 y 276-278.
 N. CARDENAL RIVERA CARRERA, El proceso Evangelizador como seguimiento de Jesús, Orientaciones
Pastorales, 2006, Arquidiócesis de México, nn. 12-49.

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Tema 2. La formación, un proceso que toma en cuenta a toda la persona

Formar discípulos es tomar en cuenta las


diferentes dimensiones de la persona humana.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que Jesús es el - Descubrir que la formación consiste en
Maestro, modelo y contenido de todo proceso acompañar a la persona para que integre, de
formativo cristiano. En él habremos de manera armónica, todas las dimensiones en su
inspirarnos para acompañar a otros hermanos en relación de fe, vida y servicio.
el seguimiento de Cristo. - Valorar cómo la formación ha de incidir en cada
- Ahora veremos, que formar personas, requiere una de las dimensiones de la persona.
considerar la complejidad del ser humano y
atender a sus dimensiones de desarrollo.

En síntesis

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Desarrollo del tema

LA PALABRA
A este Cristo anunciamos nosotros, corrigiendo e
instruyendo a todos lo mejor que sabemos para que
podamos presentar a todos plenamente maduros en
su vida cristiana. Por eso me fatigo y lucho,
sostenido por la fuerza de aquél que actúa
poderosamente en mí.
Colosenses 1, 28-29
OTROS TEXTOS: Ef 1, 17-19; 3, 14-19; Col 1, 9-10.

1. La persona humana, unidad biológica, psicológica, social y espiritual


Cuando nos acercamos a una persona o nos descubrimos a nosotros mismos PERSONA :
podemos ver que cada uno somos seres únicos y complejos. Tenemos Ser bio-psico-social-
funciones vitales, emociones, nos relacionamos con la naturaleza, con las espiritual.
demás personas, podemos entrar en nosotros mismos y hablar con Dios. • Bio (biológico), sus
La persona no es un ser meramente espiritual, ni solamente material, sino funciones la asemejan a
los demás seres vivos.
una síntesis de ambas cosas (cf. GS 14).
• Psico (psicológico),
Hoy, la ciencias antropológicas o humanas no tienen reparo en afirmar que la
presenta conductas y
persona es “unidad bio-psico-social-espiritual”*. emociones diversas.
Con frecuencia se piensa que la religión busca formar a la persona solo en su • Social, es un ser
dimensión espiritual. No es así, cuando Jesús se acercaba a los enfermos, les comunitario.
proporcionaba la salud física y la espiritual. Jesús mostró una preocupación • Espiritual, es capaz del
por la persona entera en su dimensión tanto física como espiritual (cf. RMi diálogo con Dios.
14).

2. La persona entera es llamada a vivir su experiencia de fe


Cada persona es amada por Dios e invitada a entrar en comunión con Él, desde su condición concreta: su
cultura, su presente, su ambiente… Todo lo que la persona es y hace, entra en el designio divino de Dios
(cf. CFL 59).
Ser cristiano no significa llevar dos vidas paralelas: una secular o mundana, ocupándose de todo lo que
no tiene que ver con Dios y otra espiritual, que sí tiene que ver con Él.
La Iglesia ha hecho énfasis en que la formación ha de abarcar todas las dimensiones de la persona y su
contexto particular; de lo contrario, la formación contribuiría a ahondar la separación entre fe y vida y,
lo que se busca es fomentar la unidad (cf. CFL 59-60).
La formación de comunidades ha de tomar en cuenta estos mismos criterios. Es necesario considerar
los procesos y la situación particular de cada quien. Por todo ello se afirma que la formación ha de ser
integral.

3. La formación como proceso integral


El documento de Aparecida (cf. DA 279-285), muestra las diferentes dimensiones que es preciso tomar
en cuenta en la formación: la humana, comunitaria, espiritual, intelectual, pastoral y misionera. Estas
dimensiones han brotado del mismo proceso pedagógico que Jesús siguió con sus discípulos.
Para que la formación sea integral habrá de incidir en todos estos aspectos de manera armoniosa.
Aunque sabemos que la formación espiritual ha de ocupar un puesto privilegiado en la vida de cada uno

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(cf. CFL 60), el crecimiento de la persona no será armónico sin el acompañamiento y respeto en la
integración de todas sus dimensiones de desarrollo.

4. La dimensión humana
Formar la dimensión humana es acompañar a la persona para que reconozca, acepte, valore, sane, viva en
equilibrio y alcance la plenitud en los siguientes aspectos: corporalidad, sexualidad, afectividad,
libertad, historia personal, ambiente, intereses, capacidades... En suma, todo lo que tiene que ver con el
desarrollo de la personalidad para forjar hombres y mujeres maduros y libres, capaces de entablar
relaciones armónicas con sus semejantes, en su realidad y abiertos a Dios.

5. La dimensión comunitaria
El ser humano es un ser sociable por naturaleza. En medio de una comunidad crece, se desarrolla, vive y
forja sus valores. Desde el principio, el hombre ha sido llamado a integrar una común-unión de mujer y
varón (cf. Gn 2, 24).
Como imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,27) la persona madura en la medida que se da a los otros.
Esto es la esencia del Amor, porque Dios es amor (cf. 1 Jn 4, 16).
Formar la dimensión comunitaria es acompañar para vivir no como individuos aislados, sino en función de
un proyecto comunitario; es armonizar las necesidades de la persona y los objetivos de la comunidad,
avanzar juntos, perseguir objetivos comunes, fomentar valores comunitarios. En suma, formar para ser
y hacer Iglesia.

6. La dimensión espiritual
La persona es un ser espiritual porque en su ser hay rasgos que la asemejan a Dios, por eso es capaz de
dialogar con Él como un amigo (cf. Ex 33, 11), es invitada a vivir la vida eterna (cf. Jn 3, 16).
Después del bautismo, el Espíritu habita en los cristianos (cf. Jn 14, 17).
Formar la dimensión espiritual es un cometido de primer orden, significa acompañar a la persona y a la
comunidad a vivir según el Espíritu, abierta a su acción, a sus dones, a sus mandatos (cf. Gal 5, 16-26).
Es acompañarla a crecer en la intimidad con el Señor, a vivir cada vez más conforme a la voluntad del
Padre mediante la entrega a los hermanos por la caridad y la justicia (cf. CFL 60).

7. La dimensión intelectual
El hombre es un ser capaz de nutrir su inteligencia y crecer en conocimiento y sabiduría de Dios. Aquí
se ubica la formación cultural, doctrinal, bíblica y teológica. Crecer en lo anterior capacita a la persona
para el discernimiento, el juicio crítico y el diálogo sobre la realidad y la cultura (cf. DA 280). Esto es
necesario en la época actual, especialmente tratándose de los laicos:
Se revela hoy cada vez más urgente la formación doctrinal de los fieles laicos, no sólo por el natural
dinamismo de profundización de su fe, sino también por la exigencia de «dar razón de la esperanza» que
hay en ellos, frente al mundo y sus graves y complejos problemas (CFL 60).
Aunado a ello se insiste en la importancia de conocer también la Doctrina social de la Iglesia.

8. La dimensión pastoral y misionera


La formación cristiana nos lleva a ser mejores personas y a desarrollar una vida auténticamente
cristiana, nos prepara también para ser misioneros y fermento en el mundo de hoy. Jesús dirigió sus
esfuerzos con sus discípulos para que fueran como él, misioneros. Por ello, formar la dimensión pastoral
y misionera es esencial al cristianismo.

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La Iglesia recuerda hoy más que nunca, que ha nacido para ser enviada, y, por tanto, cada uno de los
cristianos estamos llamados a desarrollar y poner en práctica esta dimensión, como actitud,
independientemente de la actividad que realizamos.
Dado que muchos de los destinatarios de estos Manuales son cristianos comprometidos en alguna tarea
apostólica, es necesario apoyarlos para desarrollar las dimensiones pastoral y misionera. Dichas
dimensiones son el cometido principal de esta formación.

9. La formación, respetuosa de los procesos


Precisamente porque la formación ha de ser integral, considera las múltiples dimensiones de la persona
y ha de ser respetuosa de los procesos individuales y comunitarios:
Llegar a la estatura de la vida nueva en Cristo, identificándose profundamente con Él y su misión, es
un camino largo, que requiere itinerarios diversificados, respetuosos de los procesos personales y de
los ritmos comunitarios, continuos y graduales (DA 281).

10. Formar es acompañar


La experiencia de los primeros siglos de la Iglesia, en la que tuvo su apogeo el catecumenado, nos
recuerda que formar no es enseñar o adoctrinar, sino acompañar, apadrinar a otros en hacerse cada día
más como su Maestro, es ser un hermano mayor en la fe, crecer en común con los demás miembros de la
comunidad eclesial y comprometerse con ella en su tarea de extender el Reino de Dios aquí y ahora.

ACTIVIDADES
INDIVIDUALES
- ¿Te conoces? Prepara una “radiografía” de tu persona identificando tus rasgos físicos, psicológicos,
sociales y espirituales (relación con Dios). Descríbete.
- ¿Qué rasgos de mi persona tengo que desarrollar o fortalecer para ser una persona que vive de forma
integral sus dimensiones?

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FISICOS
L
A ¿Cómo soy? Descríbete
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SOCIAL:
Tengo buenas relaciones
en:
Familia
Trabajo/escuela
Amigos

GRUPALES
- ¿Cuándo formamos a las personas, qué dimensiones de las mencionadas en el desarrollo del tema hemos
olvidado?
- ¿Cómo podríamos integrarlas en el proceso de formación que realizamos?

EVALUACIÓN
 ¿Cuándo formo a otros, enseño, acompaño, ayudo; cómo?
 ¿Busco integrar todas las dimensiones de la persona; cómo?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
Christifideles Laici. Exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre la vocación y misión de los laicos en la
Iglesia y en el mundo, nn. 59-61.
 Documento de Aparecida. V Conferencia General del Episcopado latinoamericano. Aparecida. Brasil
2007, nn. 279-285.
 E. PEÑA, Los laicos, discípulos. Folleto A la luz de Aparecida n.12, CELAM, Bogotá 2008. pp. 19-34.
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Tema 3. Formar para llevar a cabo el plan pastoral de la Arquidiócesis

Nuestra principal tarea: formar laicos que inculturen el Evangelio en la pluralidad de


culturas de la ciudad y lleguen a las familias y jóvenes, a los pobres y alejados.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que la formación ha de - Identificar las principales líneas del proyecto
ser integral, es decir, desarrollar todas las pastoral de la Arquidiócesis.
dimensiones de la persona.
- Ahora veremos, que los cristianos vivimos nuestra - Valorar la importancia de la formación en el
fe insertos en una comunidad eclesial concreta, y proyecto pastoral.
que la formación ha de tomar un tinte especial, el
de las necesidades de la iglesia particular. - Descubrir las directrices que se han dado acerca
- La formación de agentes de pastoral es una de las de la formación de los laicos.
prioridades de la Arquidiócesis de México y ésta
se integra a su proyecto pastoral. Por ello, vamos
a conocer, en qué consiste el plan pastoral de la
Arquidiócesis y el papel que tiene la formación.

En síntesis

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Desarrollo del tema
LA PALABRA
Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y
bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra
todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy
con ustedes todos los días hasta el final de los
tiempos.
Mateo 28, 19-20
OTROS TEXTOS: Mt 5, 14-16; Rom 12, 4-5; Jn 15, 16.

1. La Iglesia arquidiocesana se reúne para reflexionar sobre su caminar: El Sínodo


En 1992 se llevó a cabo un Sínodo* en nuestra Arquidiócesis, en él se
SÍNODO
reunieron obispos, presbíteros, religiosos, religiosas, diáconos, laicos y
Es una reunión convocada y
laicas para reflexionar sobre el caminar pastoral de nuestra iglesia presidida por el Obispo para
particular. El propósito de la reunión fue encontrar caminos para un tratar asuntos relacionados con
nuevo proyecto evangelizador en la Ciudad de México. El gran tema de una iglesia local (diócesis) ó
reflexión del Sínodo fue: de un conjunto de iglesias
“Los grandes Desafíos de la ciudad de México a la Nueva (país o continente).
Evangelización de la Iglesia Particular que está en Ella” (DG 4).

2. Un proyecto misionero para una iglesia misionera IGLESIA EN ESTADO DE


La Iglesia se sabe enviada por Jesús a hacer discípulos a todos los MISIÓN
He aquí uno de los ejes más
pueblos (cf. Mt 28, 19). Como Jesús, el Misionero por excelencia, ella importantes del proyecto
quiere anunciar la Buena Nueva del Reino en todas partes (cf. Mc 1, 15). pastoral.
Porque la Iglesia es esencialmente misionera, y vive para evangelizar,
nuestra Arquidiócesis se declara como una iglesia en estado de misión* permanente (cf. DG 35).
De esta manera, uno de sus cometidos en cuanto a la formación es contribuir al desarrollo de la
conciencia misionera de todos sus miembros, especialmente de aquellos cristianos laicos, dispuestos a
comprometerse en la misma misión de Jesús, anunciar el Reino.

3. La Nueva Evangelización, un proyecto misionero que busca hablar a la cultura actual


Hablar de “Nueva Evangelización” es llevar a cabo la tarea esencial de la Iglesia, pero con una
característica especial, evangelizar la cultura. La acción no es novedosa, ya San Pablo tuvo la habilidad
de saber predicar a los hombres de su tiempo (cf. ECUCIM 105).
El Papa Juan Pablo II planteó la necesidad de emprender una Nueva Evangelización: nueva en su ardor,
en sus métodos y en su expresión (cf. DSD 28). La Iglesia arquidiocesana, adopta la Nueva
Evangelización, como otro de los ejes clave de su proyecto pastoral (cf. DG 5-7).
En términos de la formación implica acompañar a los agentes de pastoral para renovar sus métodos y
saber encarnar el mensaje del Evangelio en su propia cultura y en las culturas presentes en la ciudad de
México.

4. Un proyecto misionero que busca llegar a la cultura de la ciudad


La pluralidad de culturas de la ciudad de México es el ambiente en el que se ha de desarrollar el
proyecto pastoral (cf. DG 25). Esto requiere tomar en cuenta los valores, expresiones, cosmovisión de

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las personas de la ciudad. Surge así otra línea clave del Sínodo: la inculturación del Evangelio en la
pluralidad de culturas de la ciudad de México (cf. DG 5, 6).
En el plan pastoral, lo anterior implica encauzar a la persona para dialogar con la cultura de la ciudad,
reconocer sus valores y dejarse enriquecer por ellos, llevar el Evangelio como fermento a la cultura (cf.
ECUCIM 166-167). Lo anterior supone conocimiento y comprensión de la cultura y de los factores que la
influyen.

5. Los destinatarios del proyecto misionero


Jesús anunció el Reino de Dios a todos los hombres sin distinción, privilegiando en su mensaje a los
pobres y alejados. Es por eso que el proyecto misionero de la Arquidiócesis busca llegar de manera
especial a esos grupos. En la actualidad, la familia y los jóvenes manifiestan, un preocupante derrumbe
de valores humano-cristianos y reclaman con urgencia una Nueva Evangelización (cf. DG 63-66).
La formación de los agentes tiene la tarea de prepararlos para que atiendan a los destinatarios
prioritarios.

6. Características del proyecto


La naturaleza del proyecto misionero requiere que la pastoral se distinga por ser:
• Encarnada. Capaz de insertarse en la vida, a ejemplo de Jesús que se encarnó entre nosotros (cf. DG
42).
• Testimonial. Que las acciones, personales y comunitarias, estén acompañadas de la práctica de los
valores evangélicos.
• Social. Que la pastoral social esté presente como característica y compromiso de todos (cf. DG 58).
• Dialogante. Como herramienta para poder inculturar el Evangelio. Este habrá de darse con diversos
interlocutores (DG 52-60): la cultura, otros hombres de buena voluntad y, otras confesiones
cristianas (ecumenismo).
La formación buscará que quienes participen desarrollen estas características como actitud,
compromiso y habilidad.

7. Los agentes
El proyecto misionero requiere que los agentes de pastoral desarrollen ciertas cualidades, las cuales
habrán de ser tomadas en cuenta en la formación (cf. DG 293 ss.):
• Identidad: poseer una clara conciencia de su identidad, vocación y misión evangelizadora; trabajar en
comunión con los demás miembros de la Iglesia de forma corresponsable y fraterna.
• Actitudes: sensibilidad apostólica, apertura al cambio, actitudes positivas frente a sí mismos y a los
demás, disponibilidad para una formación permanente.
• Espiritualidad: experimentar el encuentro con Jesucristo, ser testigos del Reino de Dios, llevar una
vida espiritual sólida y en constante proceso de conversión.

8. El papel de los laicos en el proyecto misionero


Los laicos juegan un papel fundamental en el proyecto misionero ya que, junto con los presbíteros,
religiosos y religiosas, son corresponsables de llevar adelante este plan pastoral. Por su condición, de
vivir inmersos en la familia, el trabajo, las comunicaciones, la educación…, su contribución es invaluable.
Los fieles laicos son, a la vez, agentes de la evangelización de la cultura y destinatarios de la misma.
La formación de laicos es una tarea prioritaria dirigida a: acompañarlos a descubrir la grandeza de su
vocación y misión y, promoverlos para que se transformen en apóstoles capaces de actuar en la sociedad
(cf. ECUCIM 2469 ss.).

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9. Los medios
Son los recursos, actividades o ambientes, con los que contamos para llevar a cabo el proyecto
misionero. En el Sínodo, la palabra “Medios” pide tomar en cuenta el proceso gradual de crecimiento de
la fe, que va, desde su despertar, hasta el compromiso misionero evangelizador. Entre los medios más
importantes se tienen: (cf. ECUCIM 2745 ss.).
• El testimonio.
• La religiosidad popular.
• El anuncio explícito de la fe en Jesucristo.
• Una catequesis graduada, renovada y adaptada a los destinatarios.
• La oración, personal y comunitaria.
• La liturgia, con una renovación de la práctica de los sacramentos.
• La promoción del laicado.
• La educación.
• El conocimiento de la Doctrina social de la Iglesia.
• El uso de los medios masivos de comunicación social.

10. La formación para el proyecto misionero


El proyecto misionero requiere contar con agentes bien formados (cf. DG 293 ss.), por lo que, la
formación es prioritaria en este plan pastoral. Sin agentes debidamente formados, el proyecto no
adelantará.
La formación tendrá que desarrollar los siguientes rasgos:
• Ser una formación cristiana.
• Con sentido social.
• Apostólica y misionera.
• Eclesial, es decir, que desarrolle el sentido comunitario, llevando a superar el aislamiento y
anonimato e individualismo de muchos cristianos.
• Adecuada, permanente e integral.
ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Leer en ECUCIM los números 2469-2506 - Por parejas elegir una parte del Documento
correspondientes a los agentes laicos. “Decreto general” y exponerla en el grupo,
utilizando alguno de los siguientes recursos
didácticos:
• Cartel
• Esquema
• Diálogo
• Representación
EVALUACIÓN
• En la formación en la que participas como facilitador, ¿tienes presentes las características del
proyecto pastoral, cómo las aplicas?
• ¿Qué medios puedes integrar en tus acciones como formador de agentes laicos?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 Evangelización de las Culturas de la Ciudad de México (ECUCIM). II Sínodo Arquidiocesano de la
Ciudad de México. 1995, nn. 2469 – 2506 en
http://www.vicariadepastoral.org.mx/doc_ecucim/default.htm.

16
Tema 4. La formación, un itinerario a recorrer

Ser discípulo y misionero requiere de un proceso gradual de maduración en la fe.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que la formación - Identificar cada una de las etapas que
constituye parte integral del proyecto misionero: integran el itinerario de formación,
la Evangelización de las culturas en la ciudad de clarificando sus momentos y contenidos.
México. - Descubrir en el propio itinerario de
- La formación es un proceso gradual con varias formación las necesidades que hemos de
etapas. En este tema de estudio clarificaremos cubrir para crecer como discípulos y
cada una de ellas. misioneros, formadores de otros discípulos.

En síntesis

17
Desarrollo del tema

LA PALABRA
Así pues, ya que han aceptado a Cristo Jesús, el
Señor, vivan como cristianos, enraizados y
edificados sobre él, firmes en la fe, como se les ha
enseñado, y permanentemente den gracias.
Colosenses 2, 6-7

Oren también por nosotros, a fin de que el Señor nos


facilite la tarea de anunciar el plan salvífico de Dios
en Cristo, por el cual yo estoy encadenado, y pueda
darlo a conocer con las palabras oportunas.
Colosenses 4, 3-4
OTROS TEXTOS: Ef 6, 18-20.

1. La formación en la Arquidiócesis
El plan pastoral de la Arquidiócesis imprime características peculiares al proceso de formación. Para esta
iglesia particular la formación propone:
El necesario desarrollo cristiano de los laicos en su dimensión personal y comunitaria, con las
actitudes evangélicas, las aptitudes y las habilidades prácticas que los capaciten para ser portadores de la
Buena Nueva del Reino, no solo en los lugares donde habitan, sino también en los sectores o ambientes
humanos que brotan del trabajo, de la vida cultural, del esparcimiento, de la vida social, de las situaciones
económicas y políticas... (OPFA 10).

2. La formación responde a un proceso gradual


Jesús fue llevando a sus discípulos, poco a poco, del encuentro a la misión. Se trató de un proceso gradual,
que, como vimos, conlleva diferentes momentos.
Cada persona es invitada a vivir con intensidad estos momentos, por lo que el proceso se convierte en un
itinerario a recorrer.
Atendiendo a la manera de como se llega a ser cristiano y al proceso gradual de la fe, la Arquidiócesis ha
delineado la formación a través de las siguientes etapas (cf. OPFV 50): inicial, básica, específica y
permanente.

3. La formación inicial
Desde los tiempos apostólicos, el llegar a ser discípulo se realiza mediante un itinerario de iniciación
cristiana que comporta varias etapas esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a
la conversión, la profesión de fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo y el acceso a la comunión
eucarística (OPPE 29).
La formación inicial tiene muchos y variados momentos, como:
• La Pre-evangelización, se refiere a la preparación de la persona para recibir la Buena Noticia, incluye
la religiosidad popular, la amistad con algún cristiano, los valores culturales, la familia…
• El primer anuncio o kerigma. Es la proclamación de que el Reino de Dios se ha hecho presente en
Jesús (cf. PPCP 48). Dirigida a los no creyentes y a los que viven la indiferencia religiosa; es un
llamado a la conversión (cf. PP 41).

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• La Catequesis kerigmática o pre-catequesis, está inspirada en el catecumenado, es una propuesta de
la Buena Nueva en orden a una opción sólida de fe (cf. PP 42).
• La Catequesis de adultos. Distinta del primer anuncio, promueve y hace madurar la conversión inicial
educando en la fe, e incorporando a la comunidad cristiana (cf. PP 41).
• La catequesis pre-sacramental, es el proceso que prepara a las personas para la recepción de los
sacramentos, especialmente: bautismo, confirmación y eucaristía.
• La reiniciación cristiana. Es el camino que recorre el que ya ha sido bautizado, para dirigirse a la
reconversión y llegar a un verdadero proceso de crecimiento y maduración cristiana (cf. HP 29, PPCP
49).

4. La formación básica
Es una formación sistemática de la fe, a partir de la primera respuesta que el discípulo ha dado a Jesús, y
que da continuidad, para llevarlo hacia el compromiso apostólico. La meta es motivarlo a crecer en
conversión, comunión y afianzar su compromiso apostólico.
Para llegar a esta etapa, requiere haber pasado por alguno(s) de los momentos de la formación inicial. Sólo
así tendrá cimientos y hará posible que la formación básica dé continuidad al primer encuentro con
Jesucristo.

5. La formación específica o diferenciada


Prepara a los evangelizadores para una misión en los distintos ambientes culturales. Toma en cuenta las
necesidades peculiares de cada decanato o vicaría y, en función de ellas, capacita a los laicos para el
servicio que se requiera (cf. HP 22).
Esta formación puede estar encaminada a formar catequistas, misioneros, equipos de animación litúrgica,
animadores juveniles, familiares, del servicio de caridad, ministros extraordinarios de la eucaristía,
visitadores de enfermos, acción social ó política..., que influya en diferentes campos del desarrollo social.

6. La formación permanente
El discípulo y misionero que ha recorrido las etapas anteriores, continúa buscando formarse, consciente de
que la formación es un proceso que dura toda la vida:
Cuanto más nos formamos, más sentimos la exigencia de proseguir y profundizar tal formación; como
también cuanto más somos formados, más nos hacemos capaces de formar a los demás (CFL 63).
El campo para la formación permanente es amplio, es un llamado a seguir creciendo en los aspectos
que ha señalado el Documento de Aparecida: humano, comunitario, intelectual, pastoral, espiritual, doctrinal,
social…y, seguir reforzando las áreas que nos permitirán realizar de la mejor manera posible el plan pastoral
de la Arquidiócesis.

7. Los lugares y responsables de formación


Cada uno de los momentos del itinerario formativo posee sus lugares y responsables propios (OPFV 53-55):
• A la formación inicial se accede a través de la familia, la parroquia, la escuela, un movimiento, u otros
espacios comunitarios pequeños. La parroquia es el espacio más importante que suscita esta
formación.
• La formación básica y específica se alcanza a través de instancias diocesanas intermedias, el
decanato y las comisiones diocesanas.
• A la formación permanente se ingresa de acuerdo a las necesidades de cada persona o comunidad.
Existen diversas instancias, entre otras, se cuenta con Institutos superiores de formación
teológica-pastoral.

19
8. La relación entre las diferentes etapas
Podemos observar que cada etapa se encuentra interrelacionada con las demás. Se trata de:
Eslabones de una cadena, que aprendiendo a entrelazarlas consecutivamente, le dan consistencia a
nuestra labor evangelizadora porque se convierten en un proceso que va madurando al bautizado como
discípulo y misionero (OPFV 47).

9. Formar para la vida cristiana


Aunque cada una de las etapas anteriores posee características propias, todas ellas concurren a un solo
propósito: formar para la vida cristiana. El Documento de Aparecida lo ha expresado así:
Misión principal de la formación, es ayudar a los miembros de la Iglesia a encontrarse con Cristo, y,
así, reconocer, acoger, interiorizar y desarrollar la experiencia y los valores que constituyen la propia
identidad y misión cristiana en el mundo… La formación es permanente y dinámica, de acuerdo con el
desarrollo de las personas y al servicio que están llamadas a prestar, en medio de las exigencias de la
historia (DA 279).

10. El itinerario evangelizador, un proceso a recorrer por todo agente misionero


Las etapas descritas, constituyen el programa de formación y la esencia de nuestro apostolado (OPPE 51-
54):
• Quienes ya tuvimos la experiencia de proclamar el kerigma, hemos de hacer parte de nuestro propio
proceso los contenidos de este kerigma, para que la conversión producida por dicho anuncio, cambie
nuestro modo de vivir y actuar.
• Que nosotros evangelizadores vivamos las etapas de la reiniciación cristiana, hará que renovemos el
compromiso que adquirimos a través de los sacramentos del bautismo y confirmación, y, recibamos
la Eucaristía, como alimento y centro inspirador de lo que realizamos.
• También estamos llamados a profundizar en la fe, a través del contacto progresivo con la Palabra
escrita, la celebración comunitaria de los sacramentos y acciones concretas de pastoral misionera.
ACTIVIDADES
INDIVIDUALES: GRUPALES
Analiza tu propio itinerario de formación Compartan en el grupo:
- ¿En qué etapa te encuentras? - ¿Cómo han vivido cada etapa?
- ¿Has vivido las etapas completas? - ¿Qué aprendizajes, actitudes y acciones
- ¿En qué aspectos te hace falta formarte? lograron en cada una de ellas?
- ¿Qué tipo de formación permanente llevas? - ¿Qué imagen les dejaron aquellas personas que
los formaron?
- ¿Qué limitaciones o carencias han encontrado
en su propio proceso de formación?
- ¿Cómo facilitar a las personas el acceso a todas
las etapas?
EVALUACIÓN
 ¿Qué etapa de mi propio camino de formación he decidido fortalecer?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO:
 N. CARDENAL RIVERA CARRERA, La Misión permanente en nuestra Iglesia local 2000, Arquidiócesis de
México 2000, nn. 43-82.
 N. CARDENAL RIVERA CARRERA, El proceso Evangelizador como seguimiento de Jesús, Orientaciones
Pastorales 2006, Arquidiócesis de México, nn. 50-54.

20
Tema 5. La formación básica: crecer en conversión, comunión y actitud de servicio

El discípulo misionero consolida su compromiso apostólico de modo ordenado,


sistemático y catequético durante la formación básica.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que la formación es un - Identificar los objetivos, las características y
itinerario con varias etapas, de las cuales la los planes de la formación básica.
formación básica es la segunda. - Reconocer en la formación básica el itinerario
- Dado que esta serie de formación está enfocada que recorre todo discípulo y misionero que
a la etapa básica nos detendremos a revisar las desea crecer en espíritu de conversión,
características de este plan de formación. comunión y actitud de servicio.

En síntesis

Desarrollo del tema

LA PALABRA

En lo que a mí toca, hermanos, cuando vine a su


ciudad para anunciarles el misterio de Dios, no lo
hice a base de elocuencia o sabiduría. Mi palabra y mi
predicación no consistieron en sabios y persuasivos
discursos; fue más bien una demostración del poder
del Espíritu, para que fundamenten su fe, no en la
sabiduría humana, sino en el poder de Dios.
1 Corintios 2, 1. 4-5

OTROS TEXTOS: 1 Cor 4, 1-2; 2 Cor 10, 15-16.

21
1. Los objetivos de la formación básica
La formación básica es un proceso con objetivos muy concretos. Busca lograr que los discípulos de Jesús
(cf. OPFM 71-72):
• Afiancen su conversión y seguimiento de Cristo.
• Profundicen en su fe de modo ordenado, sistemático y catequético.
• Crezcan como miembros de una comunidad eclesial.
• Fortalezcan su relación con Dios a través de la vida de oración.
• Consoliden su compromiso apostólico.

2. Conversión, comunión y apostolado, los tres ejes de la formación básica


Partiendo de los objetivos que busca lograr la formación básica, resaltan tres actitudes a desarrollar: la
conversión, la comunión y el apostolado. Ellas son la columna vertebral que sostiene toda la estructura de la
formación. De esta manera, la formación básica se ha dividido en tres grandes ciclos:
a) Formar para la conversión. Es acompañar y fortalecer el proceso personal de conversión que tiene su
origen en el encuentro con Jesucristo vivo, por ello esta formación seguirá siendo experiencial (cf.
OPFM 56).
b) Formar para la comunión. Es conducir al discípulo a vivir una experiencia de comunión desde una
comunidad de fe, donde tome raíces su pertenencia a la Iglesia (cf. OPFM 57).
c) Formar para el apostolado. Es acompañar a la persona a desarrollar su potencial misionero que la
lleve al encuentro del Señor presente en la ciudad, dispuesta a poner sus dones al servicio de los
demás (cf. OPFM 58-59).
Estos ejes atraviesan todo el proceso de formación básica. El programa está diseñado para trabajar por
partes cada etapa, pero los tres ejes están presentes con mayor o menor intensidad, durante todo el
proceso.

3. Los contenidos y criterios de la formación


Los contenidos de la formación se despliegan a través de 20 Módulos, que para el estudio y reflexión se
apoyan en los Manuales de la Formación básicos.
Los temas de estudio están organizados en tres ciclos, correspondientes al desarrollo de las actitudes de
conversión, comunión y apostolado.
Los contenidos necesarios para la formación se desarrollan bajo los siguientes criterios (cf. OPFA 37-40):
• Teológicos. Fidelidad a la Palabra de Dios y al Magisterio de la Iglesia; a las orientaciones del
Episcopado latinoamericano y al proyecto misionero.
• Pastorales. Parten del conocimiento de la realidad para conducir a una efectiva evangelización de las
culturas de la ciudad; capacitan en la metodología pastoral del ver, juzgar y actuar; conducen a
fomentar el servicio pastoral, desarrollan la espiritualidad y suscitan las habilidades y actitudes
pastorales necesarias para que los agentes en formación puedan ser participantes activos y
comprometidos con la Iglesia y la sociedad.
• Pedagógicos. Se abordan de manera gradual, de acuerdo a las etapas de formación, con especial
atención al trabajo colaborativo y van formando al discípulo misionero para ser un buen acompañante
de otros.

4. Primer ciclo: Conocer y seguir a Jesucristo


El primer ciclo parte de un acercamiento a la Biblia como fuente privilegiada que nos lleva a la amistad con
Dios, a la oración y al apostolado. Pasa a un acercamiento a Jesucristo, que muestra el rostro del Padre e
introduce en la realidad de su Reino, invitándonos a pertenecer y a colaborar en la misión de extenderlo.

22
En este proceso nos acercamos a la persona de María, la servidora del Señor por excelencia que nos lleva a
Jesús; terminamos con dos pilares fuertes que sostienen la vida cristiana: la oración y los sacramentos de
iniciación. El ciclo enfatiza el proceso de conversión.

5. Segundo ciclo: Iglesia, comunidad de bautizados


El segundo ciclo busca fortalecer la experiencia de comunión. Para ello, partimos del modelo de las primeras
comunidades apostólicas, pasando a una reflexión sobre el caminar histórico de la Iglesia, en la que
descubrimos a la vez, la presencia humana y del Espíritu Santo. Continuamos acercándonos al modelo de
Iglesia que queremos formar: una iglesia misterio de comunión y misión. Reflexionamos en los distintos
modos como la Iglesia sirve al Reino, en la vivencia de las bienaventuranzas como programa de vida
comunitaria y de acción. El ciclo culmina con otros de los pilares de la vida cristiana: los sacramentos de la
salud y del compromiso de vida.

6. Tercer ciclo: Ser persona humana en Cristo


El último ciclo de la formación básica busca afianzar la dimensión de servicio y apostolado. Partimos de una
profundización de la vocación y espiritualidad laical, que llevará a tomar conciencia del papel esencial del
laico en la Iglesia y el mundo de hoy. Continúa con un acercamiento a la persona humana, a la luz de Dios, que
llevará a valorar la grandeza de la dignidad humana. Se aproxima a la evangelización de la cultura urbana, la
cual permitirá adentrarnos en el fenómeno urbano y prepararnos para renovar nuestros métodos, modos y
formas de hablar con la gente de la ciudad; asimismo, nos adentramos en la pastoral social y familiar, como
dos de las prioridades latentes en el proyecto pastoral de la Arquidiócesis. Por último, culminamos con la
liturgia, como la fuente y cumbre de la experiencia de Dios y de la exigencia misionera.

7. Los laicos: interlocutores de la formación básica


¿Quiénes son los sujetos de esta formación? La formación básica está destinada a todos los fieles laicos
cristianos, que han tenido un encuentro con Jesucristo y se sienten llamados a crecer en su fe y a
comprometerse en el proyecto del Reino en la Iglesia y en la sociedad.
A las personas que han descubierto la grandeza de su vocación y misión y quieren ser auténticos discípulos
misioneros.

8. Los Agentes
¿Quiénes pueden coordinar esta formación? Llamamos agentes, facilitadores o formadores, a todos aquellos
que han de acompañar a otros en su proceso de formación básica:
• Laicos y laicas comprometidos, que, habiendo pasado por las diferentes etapas de formación, han
elegido este apostolado como camino de servicio a la Iglesia.
• Religiosos, religiosas y sacerdotes, que siendo conocedores de las etapas del proceso y las
necesidades pastorales de la Arquidiócesis, deciden colaborar, desde su propio carisma y/o
ministerio a esta formación.

9. Una formación flexible


Esta propuesta de formación quiere ser flexible para que llegue con facilidad a todos los interesados. La
manera en que habrá de realizarse es adaptable a las circunstancias, tiempos e intereses de cada persona
y/o comunidad. Por su flexibilidad atiende a las siguientes modalidades de formación:
• En los Centros de Formación de Agentes Laicos (CEFALAE´s), distribuidos en las diferentes vicarías
de la Arquidiócesis y en donde se imparte la formación por medio de facilitadores.

23
• En comunidades parroquiales o grupos apostólicos, que se organizan para profundizar en cada uno de
los contenidos, acompañados, ya sea por un sacerdote, religioso, religiosa, laico o laica.
• De forma autodidacta, manteniendo el espíritu de Iglesia.

10. Un plan para ser adaptado a los procesos personales y comunitarios


Aunque el plan de formación básica es un itinerario a recorrer propuesto para todos, que pretende unificar
criterios, tendrá que ser adaptado a las circunstancias, contexto y necesidades de cada comunidad que
busca formarse. De esta manera, los contenidos y actividades podrán ser trabajados con flexibilidad,
adecuándose a sus destinatarios, así la formación podrá ser encarnada.
La meta es la misma, el recorrido podrá ser particular y flexible. Probablemente el punto de partida no sea
igual para todos, pero sí el de llegada: formar para crecer en la conversión, comunión y el servicio, para
poder hablar a la cultura de nuestro tiempo.

ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
Realiza una encuesta entre la gente a la que Comentar las respuestas de la encuesta.
acompañas en la formación. Pregunta:
- ¿Qué lograste al participar en esta formación?
- ¿Has cambiado en algo?
- ¿Has crecido en tus relaciones comunitarias?
- ¿Te ha llevado al compromiso?
- Compara tus respuestas con los objetivos que
busca la formación básica y reflexiona si se han
logrado.
EVALUACIÓN
 ¿Cómo va mi propio proceso: conversión, comunión y apostolado?
 ¿Hay crecimiento o estancamiento, cuáles son los motivos?
 ¿Qué he de reforzar?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 N. CARDENAL RIVERA CARRERA, Formarnos para continuar la Misión en la ciudad, Orientaciones
Pastorales 2009, Arquidiócesis de México, nn. 71-75.

24
Tema 6. La Palabra de Dios y el Magisterio, fuentes de la formación

La Sagrada Escritura es, con la Tradición, fuente de vida para la Iglesia


y alma de su acción evangelizadora (DA 247).

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos cuáles son los - Reconocer el lugar privilegiado de la Palabra de
objetivos, contenidos y planes de la formación Dios en el proceso de formación.
básica, así como también los criterios - Descubrir que el formador es alguien que ha de
teológicos, pastorales y pedagógicos. nutrirse cotidianamente de la Palabra y saber
- Ahora veremos, que entre los criterios proponerla, interpretarla y actualizarla para los
doctrinales, la Palabra y el Magisterio poseen un demás.
lugar preeminente, son las fuentes principales - Valorar la importancia del Magisterio de la
de la formación. Iglesia en la formación.

En síntesis

25
Desarrollo del tema

TEXTOS:
Es condición indispensable el conocimiento profundo
y vivencial de la Palabra de Dios. Por esto, hay que
educar al pueblo en la lectura y la meditación de la
Palabra: que ella se convierta en su alimento para
que, por propia experiencia, vea que las palabras de
Jesús son espíritu y vida (cf. Jn 6, 63). De lo
contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo
contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de
fundamentar nuestro compromiso misionero y toda
nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios.

Documento de Aparecida 247


OTROS TEXTOS: Mt 13, 19-23; Lc 11, 28; 2 Tim 3, 16-17; Heb 4, 12.

1. La Palabra de Dios en la formación


La Palabra de Dios es la fuente por excelencia para el encuentro con Jesús.
La Sagrada Escritura es, con la Tradición, fuente de vida para la Iglesia y alma de su acción
evangelizadora. Desconocer la Escritura es desconocer a Jesucristo y renunciar a anunciarlo (DA 247).
La Palabra es una de las fuentes privilegiadas para la formación de agentes de pastoral de la cual hemos de
extraer el agua viva que quita la sed (cf. Jn 4, 14).
La formación ha de buscar proponer la Palabra de Dios como don del Padre, para el encuentro con
Jesucristo (cf. DA 248).
La Palabra ilumina todos los contenidos, dejando que Jesús, Palabra hecha carne (cf. Jn 1, 14), sea el
Maestro que guíe el proceso de formación.

2. Formar a otros para ser atentos oyentes de la Palabra


La formación ha de encauzar a que los discípulos y misioneros sean oyentes fieles de la Palabra, para que
hagan de ella su propia fuente:
Será deber de los pastores ayudar a los fieles a tener esta visión armónica de la Palabra…
capacitándolos para ser atentos oyentes de la Palabra, donde sea que resuene, y estimulándolos a gustar
también las palabras más simples de la Biblia (IL 10).

3. La Palabra, alimento del discípulo misionero


La formación llevará a los discípulos misioneros a anhelar nutrirse con el pan de la Palabra, prepararse para
saber interpretar adecuadamente los textos, para inculturarlos y actualizarlos, emplearlos como mediación
de diálogo con Jesucristo y que sean alma de la propia evangelización y del anuncio de Jesús a todos.
El acercamiento a la Sagrada Escritura no será solo intelectual e instrumental, sino con un corazón
“hambriento de oír la Palabra del Señor” (Am 8,11) (cf. DA 248).

4. La Lectio Divina, forma privilegiada de acercarse a la Escritura


La formación habrá de conducir a los discípulos misioneros a hacer de la Lectio Divina su estilo de vida y de
oración, su alimento cotidiano.

26
Esta lectura orante, bien practicada, conduce al encuentro con Jesús-Maestro, al conocimiento del
misterio de Jesús-Mesías, a la comunión con Jesús-Hijo de Dios, y al testimonio de Jesús-Señor del
universo. Con sus cuatro momentos (lectura, meditación, oración, contemplación), la lectura orante favorece
el encuentro personal con Jesucristo, al modo de tantos personajes del Evangelio (DA 249).

5. El Magisterio de la Iglesia en la formación


El Magisterio es el medio por el que la Iglesia, bajo la autoridad de los obispos, sucesores de los Apóstoles,
enseña la fe bajo la autoridad del Sumo Pontífice, sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y cabeza visible de la
Iglesia. El Magisterio incluye la enseñanza de la doctrina, moral y costumbres.
El Magisterio no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar solamente lo
transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo
custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como
revelado por Dios para ser creído (DV 10).
El Magisterio constituye otra de las fuentes principales para la formación. Entre los documentos más
utilizados en esta formación sobresalen:
• Del Magisterio universal, Concilio Vaticano II, Catecismo de la Iglesia Católica, Exhortaciones
apostólicas Evangelii Nuntiandi, Christifideles laici y la Encíclica Redemptoris missio.
• Del Magisterio latinoamericano, las Conferencias latinoamericanas (Puebla, Santo Domingo y
Aparecida).
• De la Iglesia local, los documentos de la Arquidiócesis de México.

6. Documentos del Concilio Vaticano II


Se hace una referencia constante a los Documentos del Concilio, especialmente a las Constituciones:
• Dei Verbum, sobre la divina revelación. Describe qué es la revelación divina, los medios por los cuales
Dios la ha transmitido, cómo la Revelación está contenida en la Sagrada Escritura, en la Tradición de
la Iglesia y el servicio que el Magisterio presta a ésta.
• Lumen gentium sobre la Iglesia. De ésta ya se ha hablado ampliamente en el Manual 9, la Iglesia del
Vaticano II.
• Gaudium et spes, acerca de la Iglesia en el mundo. Habla sobre la Iglesia y la vocación del hombre, la
dignidad de la persona, la comunidad humana, el valor de la actividad humana en el mundo y la misión
de la Iglesia en el mundo contemporáneo. Reflexiona sobre algunos problemas urgentes como la
dignidad del matrimonio y la familia, el progreso cultural...
• Sacrosanctum concilium, sobre la sagrada liturgia. Describe los principios generales para el fomento
de la liturgia, habla de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía, los sacramentales, el oficio
divino, el año litúrgico, la música sagrada, el arte y los objetos sagrados.

7. Catecismo de la Iglesia Católica


El Catecismo de la Iglesia Católica (1992) contiene el compendio de toda la doctrina católica en
cuestiones de fe y moral. Presenta fiel y sistemáticamente la enseñanza de la Escritura, de la
Tradición viva en la Iglesia y del Magisterio, así como la herencia espiritual de los Padres de la
Iglesia, de los santos y santas. Se considera un instrumento especialísimo al servicio de la comunión
eclesial y una norma segura para la enseñanza de la fe.

8. Conferencias Latinoamericanas, Puebla y Santo Domingo, Aparecida


Las Documentos de Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007) reflexionan sobre las
necesidades y retos que presenta la Evangelización a los pueblos de América Latina. Los documentos

27
de Puebla y Aparecida fueron redactados bajo la metodología del ver, juzgar y actuar (cf. DA 19);
ellos nos remiten a constatar los hechos que aquejan a las culturas latinoamericanas, a reflexionar
sobre ellos, a la luz de la Palabra y del Magisterio, y a abrir líneas pastorales que asuman los retos
de la Iglesia en este Continente.

9. Exhortaciones Evangelii nuntiandi y Christifideles laici


Evangelii nuntiandi, (Pablo VI, 1975), Trata sobre la Evangelización del mundo contemporáneo. El
texto habla sobre la Evangelización: su origen, naturaleza, contenidos, medios, destinatarios,
agentes y espiritualidad.
Christifideles laici, (Juan Pablo II, 1988). Se refiere a la vocación y misión de los laicos en la Iglesia
y en el mundo. Presenta la dignidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misterio, la participación en la
vida de la Iglesia –comunión y la corresponsabilidad de los laicos en la Iglesia-Misión. Dedica algunos
capítulos a las diferentes formas de vivir la vocación laical y a la formación.

10. Redemptoris missio


La Redemptoris missio (Juan Pablo II, 1990) trata sobre la permanente validez del mandato
misionero. Presenta los fundamentos del envío misionero que parten de Jesucristo, como el único
salvador, la predicación del Reino y el envío del Espíritu Santo, protagonista de la misión. Describe
los horizontes de la misión ad gentes, los caminos de la misión, los responsables y agentes de la
pastoral misionera, la cooperación en la actividad misionera y culmina con la espiritualidad misionera.

11. Documentos de la Arquidiócesis


La Arquidiócesis cuenta con diversos documentos que dan lineamientos a seguir en nuestra iglesia
local. Destacan el Documento conclusivo del Sínodo de 1992, que se encuentra en el ECUCIM y las
Orientaciones Pastorales que se emiten cada año desde 1996.
Algunas cartas pastorales como ¡Animo no tengan miedo! Nuestra misión es Evangelizar (2002), la
Instrucción Pastoral sobre la Oración Cristiana (1999) y el Directorio Pastoral de los Sacramentos
de Iniciación (2003).

12. Crecimiento doctrinal de los formadores


La comprensión cada vez más profunda de la Palabra de Dios y el conocimiento de algunos de los
documentos del Magisterio que más se abordan durante la formación constituyen un itinerario para
el crecimiento doctrinal del formador.
ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Elegir en el grupo un documento del Magisterio de
los mencionados en el tema que sea de especial
interés.
- Dividir sus capítulos entre todos los miembros.
- Preparar cada quien su parte y exponerla en la
siguiente sesión.
EVALUACIÓN ¿Qué te aportó el Documento que leyeron en grupo?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 Documento de Aparecida. V Conferencia General del Episcopado latinoamericano. Aparecida. Brasil
2007, nn. 247-249.
 Dei Verbum. Constitución dogmática sobre Divina Revelación, nn 7-10.

28
Tema 7. Los laicos como interlocutores de la formación

Formar laicos para llevarlos del encuentro con Jesucristo al compromiso


evangelizador, a través de un proceso que desarrolle el ser, saber y saber hacer.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que la Palabra y el - Clarificar qué aspectos ha de tomar en cuenta la
Magisterio son las fuentes principales de donde formación de los laicos.
brotan los contenidos de la formación. - Delinear las características de ingreso y rasgos
- En temas previos, mencionamos que los de egreso de la formación básica.
destinatarios principales de la formación básica
son los laicos, por lo que ahora nos acercaremos
a ellos como nuestros interlocutores.

En síntesis

29
Desarrollo del tema

LA PALABRA
Ahora bien, ustedes forman el cuerpo de Cristo y
cada uno es un miembro de ese cuerpo. Y Dios ha
asignado a cada uno un lugar en la Iglesia: primero
están los apóstoles, después los que hablan de parte
de Dios, a continuación los encargados de enseñar,
luego viene el poder de hacer milagros, el don de
curar enfermedades, de asistir a los necesitados, de
dirigir la comunidad, de hablar un lenguaje
misterioso.

1 Corintios 12, 27-28

OTROS TEXTOS: Rom 12, 4-8; Ef 4, 11-12.

1. Los laicos
A partir del Vaticano II, se recuperó el papel del laico como miembro activo y corresponsable del
pueblo de Dios. El Concilio Vaticano II ha descrito a los laicos como:
… Los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, constituidos en
Pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la función sacerdotal, profética y real de Jesucristo,
ejercen, por su parte, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo (LG 31).
Esta descripción es punto de partida acerca de la identidad laical a formar y afirma que Dios necesita
de todos y de cada uno, para la construcción del Reino, sin que nadie pueda ocupar el hueco dejado
vacante.

2. La vocación de los laicos en la Iglesia-comunión


La comprensión de la vocación y misión de los laicos está relacionada con una Iglesia concebida como
misterio de comunión.
Iglesia comunión quiere decir diversidad y complementariedad de vocaciones, ministerios y carismas.
Cada laico se encuentra en relación con los demás miembros de la Iglesia y está llamado a ofrecer su
aportación desde lo que es.

3. Lo específico de los laicos


Uno de los cometidos de la formación de los laicos consiste en ayudarlos a crecer en la conciencia de su
vocación y misión. En la formación es necesario tomar en cuenta lo específico de la vocación laical.
El Concilio Vaticano II, ha dicho que:
El carácter secular es propio y peculiar de los laicos… A los laicos pertenece por propia vocación
buscar el reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales. Viven en el siglo, es
decir, en todas y a cada una de las actividades y profesiones, así como en las condiciones ordinarias de
la vida familiar y social con las que su existencia está como entretejida. Allí están llamados por Dios a
cumplir su propio cometido… (LG 31).

4. Las consecuencias de la dimensión secular de los laicos

30
Toda la Iglesia está inserta en el mundo y es enviada al mundo, pero el “estar” en medio de las
realidades temporales es la característica especial de los laicos.
La formación habrá de encaminar a los laicos a vivir su cristianismo y testimoniar su fe en el corazón de
su realidad. La formación no busca sacarlos de su medio, sino ayudarlos a integrar fe-vida, a ser
apóstoles en el mundo.
El testimonio y la actividad de los laicos han de colaborar a transformar los ambientes en los que se
desenvuelven, como el de la cultura, la política, la economía…
De la importancia de sus acciones nace la necesidad de ser sujetos que reciban una formación humana,
doctrinal y pastoral con programas adecuados (cf. DA 210).

5. La formación de los laicos


Christifideles laici ha mencionado que el objetivo fundamental de la formación de los laicos consiste
en:
El descubrimiento cada vez más claro de la propia vocación y la disponibilidad siempre mayor para
vivirla en el cumplimiento de la propia misión (CFL 58).
La formación habrá de lograr que los laicos posean una clara conciencia de su identidad y su misión en el
mundo y en la Iglesia y estén dispuestos a hacerla realidad. Esto es algo esencial en la configuración de
la Iglesia.
En la medida en que los laicos alcancen la estatura que les corresponde, la Iglesia marchará más como
una comunidad en la que las vocaciones se complementan. La madurez de la iglesia, depende también de
la madurez de su laicado.

6. Los laicos en nuestra iglesia particular


En nuestra iglesia particular, existen diferentes tipos de laicos, que podríamos identificar como sigue:
• Bautizados no practicantes. Conforman la mayoría de nuestro pueblo católico.
• Bautizados, que asisten a sacramentos ocasionalmente con motivos sociales. Son creyentes que viven
su fe a través de un contacto mínimo con otros cristianos. Algunos de ellos han descartado, en su
manera de vivir y pensar, las orientaciones de la Iglesia.
• Bautizados, practicantes que asisten con regularidad a la celebración dominical y esporádicamente a
otras actividades. Forman un grupo poco exigente, agradecido por los servicios que se les presta y
confían en los responsables de la comunidad. Entre ellos hay gente que posee una adecuada
conciencia moral, arraigada en la pertenencia a la Iglesia, pero formada en una tradición religiosa
individualista.
• Bautizados, practicantes comprometidos ó deseosos de comprometerse en algún servicio a la Iglesia
o a la sociedad. Están conscientes de su vocación al seguimiento de Jesús; celebran conscientemente
los sacramentos; están abiertos al Espíritu y tratan de iluminar su vida con el Evangelio.

7. El laico al que queremos formar


Los laicos y laicas a los que buscamos formar son todos aquellos bautizados, practicantes,
comprometidos o deseosos de servir y conocer su fe. Ellos serán como el fermento en la masa, los
futuros agentes de pastoral que llevarán la Palabra a otros laicos y laicas a través de una acción
pastoral, cívica o social. Esto proporciona la pauta para describir los rasgos generales de un laico que
comienza la formación básica:
• Ser. Una persona que, desde su situación familiar y social, se ha encontrado con Cristo; está
dispuesta a crecer en su seguimiento y a comprometerse.
• Saber. Como mínimo el Kerigma (que en Jesucristo está la salvación).

31
• Saber hacer. Haber desarrollado en lo elemental los talentos y habilidades con los que fue dotada.

8. El laico al concluir la formación básica


Al concluir la formación básica los laicos y laicas estarán preparados para continuar con una formación
específica que los llevará a convertirse en agentes de pastoral.
El proceso de formación básica ayudará a desarrollar e integrar los diferentes planos (ser, saber y
saber hacer) y dimensiones de la persona (humana, comunitaria, espiritual, intelectual, pastoral y
misionera), así como también su condición laical y el proyecto pastoral de nuestra iglesia particular.

9. En el plano del ser: dimensión humana-comunitaria-espiritual


• Convertido a Cristo y nutrido de su espíritu.
• Convertido a la Iglesia en comunión y comunidad.
• Una persona madura, equilibrada, comprometida con el destino del mundo.
• Dispuesto a servir en alguna pastoral, principalmente, de la familia, alejados, pobres o jóvenes.
• Con fuerte conciencia laical y misionera.
• Con espiritualidad sólida, inserta en el mundo, conforme a su condición laical.

10. En el plano del saber: dimensión intelectual


• Conocedor de la realidad socioeconómica y política.
• Capaz de identificar los valores y antivalores de la cultura actual y de la religiosidad popular.
• Comprender la realidad de alejados, pobres, familias y jóvenes.
• Conocimiento básico de: Jesucristo, María, la Iglesia, los Sacramentos, la vida de Oración, la
identidad laical, la persona humana, la Doctrina social cristiana; los principios básicos de la pastoral
social, familiar y urbana.

11. En el plano del saber hacer: dimensión pastoral-misionera


• Irradiar con sencillez y alegría su Fe y su amor a Cristo en santidad de vida.
• Hacer de la Biblia la fuente de su vida espiritual y apostólica.
• Orar y celebrar con intensidad los sacramentos.
• Capaz de llevar el Reino de Dios a la familia, trabajo, política, empresa...
• Formar y construir comunidad.
• Guiado por el Espíritu Santo, capaz de trabajar en sanear las estructuras y ambientes de la
sociedad.
• Dialogar con otros.
• Dar testimonio.

32
ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Pregunta a algunos laicos si han reflexionado - ¿Cómo podemos colaborar para que los laicos
acerca de su vocación y misión. tomen conciencia de su vocación y misión?
- ¿Cómo entiendes tu propia vocación laical? - ¿Cómo podemos integrar fe y vida?
Identifica tus propios rasgos: - En nuestros centros de formación ¿Qué más nos
• Ser. ¿Quién soy? falta hacer para que los laicos desarrollen su
• Saber. ¿Cuáles son mis conocimientos? ser, saber y saber hacer?
• Saber hacer. ¿Qué habilidades tengo?
• ¿Qué rasgos es necesario fortalecer?
EVALUACIÓN
 Describe con tus propias palabras cómo es el laico que ingresa a la formación básica y cómo ha de
salir después de todo el proceso.
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 G. BILBAO, Comunidades para Evangelizar, PPC, Madrid 2007, pp. 94-106.
 Catequistas en formación. Curso básico, PPC, Madrid 2005, pp. 133-138.
 Christifideles Laici. Exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre la vocación y misión de los laicos
en la Iglesia y en el mundo. 1988, nn. 9-17.
 Evangelización de las culturas de la Ciudad de México (ECUCIM), II Sínodo Arquidiocesano de la
Ciudad de México. 1995, nn. 2035- 2083; 2469-2506.

33
Tema 8. La vocación de formador

Dios llama a algunos discípulos misioneros


para acompañar a quienes inician su camino en el discipulado.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que el proceso de - Descubrir que todo formador posee una
formación básica lleva a los laicos a afianzar su vocación, es llamado y enviado por Dios para
vocación y misión, y les proporciona los colaborar en la tarea de acompañar a otros en
elementos para colaborar en el proyecto su camino de discipulado.
misionero de la Arquidiócesis. - Reflexionar en las actitudes y cualidades
- El formador es la persona que habrá de cristianas y humanas que requiere desarrollar un
acompañar a los laicos en ese crecimiento, por lo formador.
que nos detendremos a profundizar en su
vocación.

En síntesis

34
Desarrollo del tema

LA PALABRA:
Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi
madre y me llamó por pura bondad, se complació en
revelarme a su Hijo y en hacerme su mensajero entre
los paganos, inmediatamente (…) me dirigí a Arabia y
de nuevo regresé a Damasco.
Gálatas 1, 15-17

Ahora bien, ¿cómo van a invocar a aquél en quien no


creen? ¿Y cómo van a creer en él, si no les ha sido
anunciado? ¿Y cómo va a ser anunciado si nadie es
enviado? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermosos
son los pies de los que anuncian buenas noticias!
Romanos 10, 14-15

OTROS TEXTOS: Jer 1, 4-10; Hch 8, 26-40; 1 Cor 4, 1-2.

1. La llamada humana y divina


Un formador empieza a serlo por diversos motivos, una invitación por parte de algún sacerdote u otros
formadores, una motivación o decisión personal.
Si vemos las cosas desde nuestra experiencia creyente, sabemos que Dios no es ajeno a nada de lo que
ocurre en nuestra historia personal. Detrás de las diferentes circunstancias que nos llevan a aceptar un
servicio como formadores u otro apostolado concreto, está una llamada. Dios nos llama para colaborar en
esta hermosa misión: formar a otros.

2. Llamados y enviados por Dios


A lo largo de la historia de salvación, Dios llamó a varios hombres y mujeres a realizar algún servicio
(Moisés, Jeremías, Isaías, Amós, María, Pedro, Pablo, Felipe…). En el origen de la misión de cada uno de
estos grandes personajes bíblicos destaca la iniciativa divina. Así, Pablo, al igual que Jeremías, (cf. Jer 1, 4-
5) se sabe elegido desde el seno de su madre y llamado por pura bondad de Dios a predicar el Evangelio (cf.
Gal 1, 15-17).
Los Hechos de los apóstoles muestran que es Dios, a través de su ángel quien le dice a Felipe, Ponte en
camino (cf. Hch 8, 26) para evangelizar al etíope.
Un formador se reconoce llamado y enviado por Dios para esta misión. Su elección como formador va más
allá de un deseo personal, es una vocación.

3. Llamados con todos nuestros talentos y limitaciones


Cuando nos adentramos en la tarea de formar a otros, nos damos cuenta de que poseemos talentos,
disposición e inclinaciones para éste servicio, pero también reconocemos que somos limitados. Incluso
algunos preferiríamos no ser llamados puesto que sabemos que hay personas con más cualidades que
nosotros. Tal es el caso de Moisés, quien al saberse llamado por el Señor le insiste:
Te lo suplico, Señor, envía a cualquier otro (Ex 4, 13).

35
Hay cosas que nos sabemos o habilidades que no tenemos y es necesario desarrollar. Cuando Dios nos llama,
Él sabe quienes somos y qué nos hace falta. Su llamada es proporcionada porque con ella, nos da los medios
para salir adelante en la tarea que nos ha confiado. Así Moisés le dice al Señor:
Perdona, Señor, pero yo no tengo facilidad de palabra. No la tenía antes, ni tampoco la tengo desde
que tú me hablas; soy lento para hablar y lo hago con dificultad. El Señor le respondió: ¿Quién ha dado al
hombre la boca?... Así pues, vete; yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que debes decir (Ex 4, 10-12).

4. Responder confiados en Dios


Frente a la invitación que Dios nos hace, está la respuesta agradecida y confiada. Como Isaías hemos de
responder:
Aquí estoy yo, envíame (Is 6, 8).
No vale cerrarse a las propias limitaciones o incapacidades personales. Es posible superar los temores con la
certeza de la presencia y asistencia de Dios. Como a Jeremías Dios nos dice:
No les tengas miedo, pues yo estoy contigo para librarte (Jr 1, 8).
Confiar en Dios no significa que dejemos de esforzarnos, sino hacer todo de nuestra parte, sabiéndonos
auxiliados y fortalecidos por Dios.

5. La misión del formador, una colaboración al anuncio del Reino


Formar a otros es realizar la misión que Jesús encomendó a sus discípulos:
Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos (cf. Mt 28, 19).
Es una actividad encaminada a colaborar en el anuncio del Reino de Dios, en la evangelización de la Iglesia.
Se trata de una gran misión, un imperativo de la época actual:
La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo en América Latina y El
Caribe, requieren una clara y decidida opción por la formación de nuestras comunidades, en bien de todos
los bautizados, cualquiera sea la función que desarrollen en la Iglesia (DA 276).

6. El formador, un creyente convencido


La vocación del formador se encuentra delineada por una serie de características comunes a otras
vocaciones o servicios al interior de la Iglesia. La primera de ellas es que, para ser formador hace falta ser
un creyente convencido. Esto significa que la persona:
• Opta libre y decididamente por Jesucristo, en el que ha encontrado el sentido pleno a su vida.
• Posee experiencia de Dios.
• Está en constante conversión.

7. El formador, miembro de la comunidad cristiana


El formador no actúa aisladamente, ni por su cuenta; es aquél que se sabe llamado, junto a otros miembros
de la comunidad eclesial a colaborar en esta tarea:
• Está efectiva y afectivamente incorporado a la comunidad cristiana, como hermano entre hermanos.
• Crece en una comunidad eclesial concreta (grupo de formadores, movimiento apostólico…)
• Comparte su vida con los demás; acepta responsabilidades, compromisos y servicios.

8. El formador, un testigo de la fe
Los auténticos discípulos de Jesús han sido testigos de la fe. Es necesario dar testimonio de santidad.
Como dice la Primera carta de Pedro:
Manténganse alerta; sean sobrios, pongan toda su esperanza en la gracia que les traerá la
manifestación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no se dejen llevar por las pasiones de antes,

36
cuando vivían en la ignorancia. Por el contrario, sean santos en todo su comportamiento como es santo el
que los ha llamado (1 Pe 1, 13-15).
Ser un testigo de la fe implica:
• Reconocer a Cristo como Señor, anunciar con gozo la verdad en la que cree y la salvación en la que
espera.
• No limitarse a decir lo que sabemos, sino sentir lo que decimos y hacer lo que decimos y sentimos. En
otras palabras, ser coherentes.

9. El formador, un profeta
Quien forma a otros está llamado a actuar como profeta, a examinar los signos de los tiempos,
encarnando el mensaje en el tiempo y cultura actuales:
• Habla en nombre de Dios y de su Hijo Jesucristo.
• Es oyente atento de la Palabra y la comunica.
• Ilumina a los hombres de hoy con la problemática actual.
• Anuncia los valores del Reino, que dan sentido y trascendencia a su vida.
• Denuncia la mentira, la injusticia y el pecado.

10. El formador, una persona de oración y comunión frecuente


El formador es alguien que ha de permanecer adherido a Jesús, la Vid verdadera de donde brotan todos
los frutos:
Ninguna rama puede producir frutos por sí misma, sin permanecer unida a la vid, y lo mismo les
ocurrirá a ustedes si no están unidos a mí (Jn 15, 4).
La unión a Jesús se realiza de múltiples maneras, la oración y la vida eucarística frecuente son espacios
privilegiados para ello; constituyen el alimento y la fuente para la importante tarea de la formación de
discípulos misioneros.

37
ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Reflexiona en tu propia vocación como formador. Que cada uno de los participantes elija un personaje
- Descubre los momentos del llamado, el envío, la bíblico: Moisés, Isaías, Jeremías, María, Pedro,
misión, la respuesta. Pablo u otro, busque los textos relativos a su
• ¿Cuándo me llamó Dios a ser formador, cómo vocación y presente al grupo una reflexión acerca de
percibí mi llamado? su proceso vocacional a la misión.
• ¿Cuándo me envió Dios?, ¿cómo fue mi
primera experiencia como formador?
• ¿Cómo concibo mi misión?, ¿cómo me ayuda
Dios para el desempeño de mi misión?
• ¿Cómo le respondo a Dios?
• ¿Mi proceso es semejante al de alguno de los
personajes bíblicos vistos en el tema?
• ¿Descubrí que ser formador es una vocación?
• ¿En qué actitudes cristianas estoy llamado a
crecer como formador?

EVALUACIÓN:
 ¿Descubrí que ser formador es una vocación?
 ¿En qué actitudes cristianas y humanas estoy llamado a crecer como formador?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 Catequistas en Formación, PPC, Madrid 2004, pp. 11-24.

38
Tema 9. Ser y crecer como formador

El formador ha de ser un facilitador que requiere de preparación permanente


para crecer en: ser, saber y saber hacer.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que ser formador de - Descubrir cuál es la tarea del formador en el
discípulos misioneros es una vocación a la que proceso de crecimiento en la fe.
Dios nos llama. - Reconocer que el formar a otros es un servicio
- Ahora reflexionaremos, que además de la que requiere de preparación.
llamada divina, es necesario poner en práctica - Valorar las cualidades, conocimientos, actitudes
nuestros talentos humanos. y habilidades que ha de poseer y desarrollar un
- Formar a otros no es actividad que se improvisa, buen formador.
requiere desarrollar ciertas habilidades o
cualidades.

En síntesis

39
Desarrollo del tema

TEXTOS:
Para que se dé una pastoral verdaderamente incisiva
y eficaz hay que desarrollar la formación de los
formadores, poniendo en funcionamiento los cursos
oportunos o escuelas para tal fin. Formar a los que, a
su vez, deberán empeñarse en la formación de los
fieles laicos, constituye una exigencia primaria para
asegurar la formación general y capilar de todos los
fieles laicos.

Christifideles laici 63
OTROS TEXTOS: Mt 25, 14-30; Lc 19, 11-27.

1. De expositor a formador de discípulos y misioneros


El formador es alguien que realiza una actividad importante dentro de un proceso de aprendizaje. El
desempeño de cualquier formador, independientemente del campo de que se trate, ha variado de forma
significativa. De ser un “expositor” ó “maestro”, hoy actúa como orientador, mediador, guía,
acompañante...
En el caso concreto de la formación básica, es el mediador del proceso de crecimiento en la fe de otras
personas, el que acompaña en la construcción de identidad cristiana y de pertenencia a la iglesia; un guía
en el camino de discipulado y del compromiso cristiano.

2. El formador, alguien que conoce el proceso global


La formación no se improvisa. El formador ha de ser una persona preparada y con ciertas
características que le permitan influir en las personas para generar un crecimiento en la fe.
Es alguien que habrá de conocer el proceso global de la formación, es decir, el marco de referencia, el
qué, cómo y cuando de la formación básica:
• Marco de referencia. Se refiere a los aspectos doctrinales y pastorales que fundamentan toda la
formación. Está esbozado en los primeros seis temas de este Manual.
• Claridad en los objetivos y contenidos de la formación. ¿Qué buscamos al formar, cuáles son
nuestras metas, qué esperamos obtener? Tema 5.
• Claridad sobre los interlocutores o destinatarios y su proceso. Tema 7.
• Claridad sobre la función del formador en el proceso. Temas 8-10.
• Poseer las habilidades y cualidades necesarias para ser formador. Temas 8-10.
• Conocimiento y dominio de la metodología, criterios pedagógicos y contenidos, bajo los cuales se
realiza la formación. Temas 11-19.

3. El apostolado de la formación
Quien se siente llamado a formar a otros, sabe que se trata de un servicio, un apostolado. Para llegar a
ser formador, se requiere algo más que buena voluntad y disposición:
• En el plano del ser, saber y saber hacer es necesario como mínimo, las cualidades que ha logrado un
laico que ha pasado por una formación inicial y básica u otra equivalente (cf. Tema 7, puntos 9, 10 y
11).

40
• Actitudes y aptitudes. Estas serán el punto de partida para hacerse formador en el camino. Una
mujer o un hombre: responsable, respetuoso, con gusto por la enseñanza, ordenado, dispuesto a
seguir formándose, abierto, adaptable, fiel a los contenidos, con amor a la verdad y a la Iglesia,
sencillo, de relaciones humanas cordiales, interesado en aprender con otros.
Los rasgos mencionados llevan a la conclusión de que el formador se construye con ayuda de otros.
No nace siendo formador, se hace con la práctica y el estudio.

4. Crecer como formador, cualidades y habilidades a desarrollar


Un formador crece en el camino en los siguientes aspectos:
• Ser. Cristiano comprometido, maduro, equilibrado, en constante proceso de conversión, con
espiritualidad sólida; iniciativa, creatividad, abierto a la crítica constructiva, capaz de contagiar el
espíritu de conversión, comunión y servicio.
• Saber. Dominio de los contenidos, formación pedagógica y psicología de adultos, conocedor del
proceso formativo y contexto sociocultural.
• Saber hacer. Aplica la formación pedagógica y psicológica en planear, desarrollar y evaluar la sesión;
alcanzar los objetivos de su materia, coordinación del grupo; motivar, guiar, acompañar, dialogar,
estar formándose continuamente; habilidades de comunicación…

5. El formador, un líder en el grupo


La formación es un proceso de acompañamiento, por lo que el formador tiene responsabilidades
específicas frente al grupo. Este es un líder capaz de tomar decisiones que afectan al grupo.
Existen estilos y formas de coordinar grupos:
• Autoritario. Dirige y hace todo, no toma en cuenta la participación ni sugerencias de los miembros;
centra la sesión alrededor de sí mismo; rechaza las críticas, no acepta ser evaluado.
• Bonachón. Desorganizado, todo lo permite, sus sesiones resultan ineficaces, se desvía de objetivos.
Deja las iniciativas en manos de algunos miembros (líderes), mientras que los demás se mantienen
pasivos; no acostumbra evaluar, la sesión se le va de las manos, no asume su papel como animador.
• Democrático. Mantiene amplia comunicación con el grupo, propicia un clima de confianza y amistad;
reparte tareas, toma en cuenta a todos; acepta ser criticado y evaluado para hacer cada vez mejor
su función. Este es el estilo que más se acerca al acompañamiento que se desea implementar en esta
formación.

6. El formador, un motivador del grupo


El formador al presentarse ante un grupo concreto empieza a influir con su forma de actuar y su
personalidad.
El entusiasmo que muestre al coordinar, la seguridad de sí mismo, la información que aporte, la
confianza que inspire, el interés que ponga al ayudar a los participantes para lograr sus objetivos, su
apariencia personal, ademanes y posturas, el uso que haga de su autoridad..., son rasgos en los que habrá
ser cuidadoso para mantener el ambiente propicio para formar nuevos agentes.

7. El formador, alguien responsable de su misión


Un formador habrá de ser consciente de la responsabilidad que le ha sido encomendada, sobre todo
porque su tarea está encaminada a trabajar con personas, con cristianos. El formador tiene la
oportunidad de hacer crecer los talentos con los que Dios ha dotado a las personas (cf. Mt 25, 14-30).

41
Un formador, responsable de su misión, es aquél que asume que ha recibido un tesoro para
desarrollarlo; conoce a quienes forma, confía en ellos, descubre sus puntos fuertes, intenta corregir
sus debilidades y motiva su crecimiento.

8. El formador, persona que confía en los demás


Confiar en el crecimiento de las personas es importante para favorecer su aprendizaje. Si nosotros no
creemos en las capacidades y potencialidades de quienes tenemos en frente, es casi seguro que el
resultado no será satisfactorio.
Cuando la confianza se otorga plenamente, ésta genera compromiso, crecimiento y una mayor confianza.
Es necesario confiar en los talentos de las personas, en el proceso eclesial y en Dios, que es el
verdadero Maestro.

9. El formador, un buen comunicador


Formar a otros es un ejercicio de comunicación. Esto implica desarrollar la habilidad para escuchar y
saber transmitir, prestando especial atención a los resultados:
• Escuchar, es oír atentamente lo que el otro nos dice. La escucha requiere de valores como paciencia,
sensibilidad, humildad y apertura. La mejor escucha, es aquella en la que nos ponemos en el lugar de
la otra persona; cuando tratamos de ver las cosas como los otros las ven y sentirlas como las sienten.
A esto se le conoce como empatía.
• Transmitir, es comunicar con claridad nuestros pensamientos y sentimientos. La buena información
se ofrece, no se impone. Implica ciertos valores: veracidad, sencillez en lo que se dice, respetar al
otro.
Para ser fecundo y verdadero, el diálogo debe ser honesto y desinteresado, buscar lo bueno. El
formador, habrá de propiciar los espacios de diálogo tanto al interior de su sesión como fuera de la
misma. Esto le permitirá conocer y acercarse a quienes forma.

10. El formador, un hombre o mujer de testimonio


En el proceso formativo es vital la riqueza interior y el testimonio cristiano.
La formación es una tarea y una misión donde se pone en juego a toda la persona y, en donde lo decisivo
para lograr el aprendizaje no son tanto las cuestiones técnicas, sino la profundidad espiritual que
comunica el formador. Esta se proyecta más allá de los contenidos, a través del trato y de la vida
cotidiana.

ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Enlista tus cualidades y habilidades como - Intercambiar experiencias acerca de las
formador o formadora. actividades individuales.
- Compara las cualidades que se enuncian en este - Elaborar un plan de crecimiento para el grupo
tema con las tuyas y descubre: en qué aspectos de formadores, de acuerdo a necesidades
puedes crecer y en cuáles puedes apoyar a otros. generales.
- ¿Qué tan buen comunicador o comunicadora eres?
EVALUACIÓN
 Pide al grupo al que impartes alguna materia que evalúe tu desempeño y te dé sugerencias para
mejorar tu estilo de acompañar al grupo y facilitar el aprendizaje.
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 G. J. MAGDALENA, El espíritu del educador, PPC, Madrid 2007, pp. 60- 86.

42
Tema 10. El formador como facilitador del aprendizaje

El facilitador ejercita estilos de aprendizaje acordes


a la formación de adultos, con sentido comunitario y creativos.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior reflexionamos en que el - Identificar los principios básicos del
formador habrá de desarrollar las cualidades y aprendizaje de adultos.
habilidades que lo lleven a realizar cada vez - Valorar que en el proceso de enseñanza -
mejor su servicio. aprendizaje se han de emplear el mayor número
- En este tema veremos cuál es el rol fundamental de sentidos humanos posibles.
del formador como facilitador del aprendizaje y
los elementos pedagógicos que habrá de tomar
en cuenta para conducir a otros, especialmente
adultos.

En síntesis

43
Desarrollo del tema

LA PALABRA
La evidente importancia del contenido no debe hacer
olvidar la importancia de los métodos y medios de
evangelización.
Este problema del cómo evangelizar es siempre
actual, porque las maneras de evangelizar cambian
según las diversas circunstancias de tiempo, lugar,
cultura; por eso plantean casi un desafío a nuestra
capacidad de descubrir y adaptar.

Evangelii nuntiandi 40
OTROS TEXTOS: Mt 13, 34-35.

1. El formador como facilitador del aprendizaje


El formador es un facilitador del camino de discipulado misionero. Facilitar un proceso es hacerlo fácil
o posible. No se trata de caminar en lugar del otro, sino conducir, orientar, acompañar, guiar. Para que
esto sea posible es preciso haber andado el camino primero, nadie da lo que no tiene. No se puede
pretender acompañar a otros al discipulado cristiano, sin ser antes uno mismo discípulo.
En segundo lugar, el acompañamiento supone conocer las características, estilos de aprendizaje,
psicología y necesidades de quienes queremos orientar. La formación está destinada principalmente a
laicos adultos, por lo que trataremos en este tema de conocer algo acerca del aprendizaje de adultos.

2. Aprender es desarrollar el ser, el conocer y el saber hacer APRENDIZAJE


Si recordamos, la persona se desarrolla en varias dimensiones: Proceso mediante el cual
adquirimos nuevas habilidades,
espiritual, intelectual, social y psíquica. Generalmente, el
actitudes y conocimientos. Es un
aprendizaje* se ha reducido a alimentar una sola dimensión: la cambio en el comportamiento, como
intelectual. El aprendizaje abarca a toda la persona y la lleva a resultado de experiencias y
integrar todas sus dimensiones. prácticas.
Es necesario aprender a ser, a vivir, a conocer y a hacer. Aplicando
esto a la formación, se entiende como:
• Ser cada vez más persona y discípulo de Cristo.
• Aprender a vivir, a formar relaciones comunitarias sólidas para caminar como Iglesia junto con
otros.
• Conocer, ahondando más la doctrina de Cristo.
• Aprender a hacer, capacitarse para un servicio específico.
Así, el formador se convierte en un mediador que facilita conocimientos, comportamientos y habilidades
que conducen a un mayor compromiso cristiano.

ADULTO
3. El adulto y su aprendizaje Se puede considerar como
No es lo mismo acompañar el aprendizaje de los niños o jóvenes que el de adulto a la persona que ha
los adultos*. Estos últimos aprenden de forma diferente. alcanzado la “mayoría de
Los adultos: edad”, por lo que vive y actúa
• Poseen tiempo limitado, tienen que balancear las demandas de la en la sociedad según su propia
familia, el trabajo y otro tipo de actividades. responsabilidad y no bajo la
tutela de otros.
44
• Han adquirido conocimientos, cultura, experiencia de vida y fe. De lo anterior hay que partir, es
decir, no están en blanco.
• Han logrado mucho de su aprendizaje por experiencia.
• Aprenden en base a necesidades, requieren estar motivados y son exigentes frente a los resultados.
• Gustan de una educación informal, distinta al estilo escolar.

4. Adaptar la formación al nivel de conocimientos y experiencias de las personas


El proceso de enseñanza-aprendizaje ha de partir del nivel real de conocimientos y experiencias previas
que posee el adulto. Si la exigencia es fuerte se frustra y bloqueamos su capacidad para aprender; si la
exigencia está muy por debajo de lo que él puede, le produce desinterés y fastidio. Por tanto, es
fundamental detectar el nivel de los participantes, así como sus posibilidades, diferencias y ritmo de
aprendizaje.
En Jesús tenemos un gran pedagogo que adaptaba el mensaje a la capacidad de entender de sus
interlocutores, que hablaba a través de parábolas, signos, ejemplos, casos... (cf. Mc 4, 33-34).

5. Aprendemos con los sentidos


El proceso de aprendizaje parte de la experiencia, para llegar después a la comprensión, reflexión,
juicios y a la toma de decisiones.
Este proceso comienza con la experiencia en la que entran en juego los sentidos. El aprendizaje es
limitado cuando solo nos enfocamos a un sentido, por ejemplo, cuando todo el tiempo escuchamos a un
expositor. Los seres humanos aprendemos utilizando los cinco sentidos: vista, olfato, tacto, gusto, oído.
Por ende, aprendemos:
• 10 % de lo que leemos.
• 20 % de lo que escuchamos.
• 30% de lo que vemos.
• 80 % de lo que hablamos.
• 90 % de lo que hacemos y compartimos, enseñando a otros, lo cual nos permite reflexionar y
comprometernos en la aplicación de lo compartido.
Lo anterior cambia la visión de un aprendizaje pasivo a otro activo. No pretendemos “informar” a los
agentes de pastoral, sino “formar” discípulos y misioneros.

6. Las personas solemos acentuar algún sentido


Aunque en el aprendizaje utilizamos los cinco sentidos, la mayoría de las personas desarrollamos más
uno o dos sentidos. Así el aprendizaje en base a los sentidos puede clasificarse como:
• Visual, aprendemos más por lo que vemos.
• Auditivo, aprendemos más por lo que oímos.
• Kinestésico, aprendemos más por lo que hacemos.
Esto lleva a hacer que el aprendizaje sea algo personal. Ayudar a identificar los sentidos que utilizan las
personas a quienes formamos, es tratarlos como seres únicos e irrepetibles.

7. Cada quien aprende en base a su propio estilo


Para aprender cada uno utiliza su propio método o estilo. Este depende de nuestra personalidad, edad,
experiencia, gustos… Es necesario que los formadores tomen en cuenta esto para hacer el aprendizaje
más efectivo. Los estilos de aprendizaje se han clasificado de la siguiente manera:
• Activo, aprenden a base de experiencias concretas.
• Teórico, a través de lecturas.

45
• Reflexivo, pensamos o sacamos conclusiones acerca de las experiencias o lecturas.
• Pragmático, aprendemos en base a lo que practicamos, a lo que es útil.
La mayoría de las personas nos especializamos en uno o dos estilos, por lo que un buen facilitador hará
una combinación de ellos.

8. Algunos principios básicos del aprendizaje


Podemos considerar los siguientes principios en la formación de adultos:
• Partir de sus conocimientos y experiencia previa.
• Ubicar el hecho en su realidad (contextualizar).
• Motivarlo, mostrándole los beneficios de su nuevo aprendizaje.
• Identificar y respetar el estilo de aprendizaje de cada uno.
• Propiciar un clima de serenidad, confianza y simpatía.
• Involucrar el mayor número de sentidos.
• Propiciar la participación, discusión, reflexión y actuación a partir de problemas concretos y
significativos para él.
• Satisfacer una necesidad o interés a partir de actividades.
• Aplicar lo aprendido.
• Apertura a sus sentimientos y valores.

9. Aprender en grupo
El aprendizaje grupal es importante en nuestra formación porque buscamos formar sobre el sentido
comunitario. Este promueve el intercambio de ideas y experiencias; genera un ambiente favorable para
el cambio de conductas, para la aceptación, el respeto de ideas y caminos diferentes, propicia el
aprendizaje crítico y colaborativo.

10. Formar de acuerdo a la cultura de hoy, un imperativo para nosotros


Nuestros estilos de formación no pueden quedar en la improvisación o buena voluntad. El proyecto
pastoral pide aprender a dialogar con la cultura actual. Es necesario comprender los códigos y lenguajes
de la cultura a la que pertenecemos y en la que hemos de desempeñar nuestro trabajo formativo.
Este rasgo se encuentra ya expresado en el Documento de Santo Domingo:
Se ha de emplear, bajo la acción el Espíritu creador, la imaginación y la creatividad para que de
manera pedagógica y convincente el Evangelio llegue a todos. Ya que vivimos en una cultura de la imagen,
debemos ser audaces para utilizar los medios que la técnica y la ciencia nos proporcionan, sin poner
jamás en ellos toda nuestra confianza.
Urge aprender a hablar según la mentalidad y la cultura de los oyentes, de acuerdo a sus formas de
comunicación y a los medios que están en uso (DSD 29 y 30).

46
ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- ¿Consideras que formas como profesor o como - ¿Con qué tipo de adultos trabajan? Describan las
facilitador? características de los adultos de su centro de
- Identifica los estilos de aprendizaje de los formación: contexto, edad, intereses,
adultos del grupo que acompañas. actividades, motivaciones…
- Identifique cada uno su propio estilo de
aprendizaje: ¿Con qué sentidos aprenden mejor?
¿Cuál es su estilo?
- Compartan sus respuestas.

EVALUACIÓN
 ¿Cómo entiendes y valoras tu desempeño como formador de otros?
 ¿En adelante, qué elementos vas a incorporar en tu labor como facilitador?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO:
 Catequistas en formación. Curso básico, PPC, Madrid 2005, pp. 141-142.
 G. J. MAGDALENA, El Espíritu del Educador, PPC, Madrid 2007, pp. 94-111.
 http://www.capacinet.gob.mx/wb2/eMex/eMex_Estrategias_de_enseñanza_y_aprendizaje.
 L.M. IBARRA, Aprende fácilmente con tus imágenes sonidos y sensaciones, Garnik ediciones 2003, pp.
2-54.

47
Tema 11. Estructura general de los Manuales

El facilitador analiza la estructura de los temas


para identificar la función específica de sus elementos

ENLACE OBJETIVOS
- En los temas anteriores vimos el marco doctrinal - Conocer la estructura de los Manuales de
que fundamenta la formación; también revisamos formación básica.
las características de los interlocutores y del - Descubrir la intención de cada una de las partes
formador. de los Manuales.
- Una vez puestos los fundamentos de la formación,
ahora pasaremos a las cuestiones metodológicas.
- En este tema conoceremos la estructura general
de los Manuales.

En síntesis

48
Desarrollo del tema

LA PALABRA:
Con muchas parábolas como éstas Jesús les
anunciaba el mensaje, adaptándose a su capacidad
de entender. No les decía nada sin parábolas. A sus
propios discípulos, sin embargo, les explicaba todo
en privado.
Marcos 4, 33-34
OTROS TEXTOS:

1. Estructura general de los Manuales


Todos los Manuales presentan la misma estructura, son una guía para el facilitador y apoyo para los
participantes.
Cada Manual se conforma con 20 Temas.
Los temas contenidos en los Manuales están organizados con los siguientes elementos:
• Portada.
• Enlace.
• Objetivos.
• Síntesis (esquema).
• Textos bíblicos o del Magisterio.
• Desarrollo del tema.
• Actividades de aprendizaje.
• Evaluación.
• Bibliografía.
• Espacio para notas.
Cada elemento tiene una función específica, la detallamos a continuación.

2. La portada de cada tema


Presenta el número de tema, título, ilustración y un enunciado breve que motiva el contenido del tema.
Esta portada introduce de forma global al tema que se va a estudiar y reflexionar.
La ilustración presenta una primera oportunidad para que el formador recoja resonancias, comentarios
y conocimientos previos acerca del tema.
El enunciado final puede ser también un recurso para la apertura, o incluso para el cierre del tema ya
que es la síntesis del contenido.

3. Enlace
Como su nombre lo indica, el enlace es una unión o conexión de un tema con el siguiente, una especie de
nexo.
El enlace es una síntesis breve de la sesión previa, permite recordar lo que se vio antes y conecta con la
siguiente sesión. A través de éste, se busca lograr unidad y continuidad entre los temas.
El enlace parte de un ambiente que rescata las experiencias, considera la formación previa y fortalece
el interés para estudiar y reflexionar.

4. Objetivo

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El objetivo de cada tema se encuadra dentro del objetivo general del Manual. Éste busca dar
cumplimiento al eje rector del ciclo en el que está ubicado el Manual: conversión, comunión o apostolado.
Enuncia de uno a tres objetivos que habrá de lograr el participante y el facilitador.
En su mayoría, los objetivos están encaminados a reflexionar y desarrollar actitudes que le permitan al
participante crecer en su discipulado y compromiso. Por lo mismo, no se trata de objetivos meramente
cognitivos.

5. En síntesis
“En síntesis” es el título que lleva un esquema o mapa conceptual que resume los puntos medulares del
tema. Este cumple una doble finalidad:
• Sintetizar la sesión para facilitar la asimilación de los contenidos y la atención a las ideas
principales.
• Repasar y recordar con rapidez los contenidos de cualquier tema.
Así, éste puede ser utilizado al término de la sesión, si se trata de un resumen del tema; o al principio,
si se le emplea como recordatorio de otra sesión o panorama de la sesión que se inicia.
Este recurso didáctico es de gran utilidad en el aprendizaje ya que ayuda a la persona a desarrollar una
mirada global sobre el tema y a fijar lo principal. Un libro o Manual puede ser repasado varias veces a
través de sus síntesis.

6. Textos
En un recuadro titulado “La Palabra”, se presentan uno o varios textos bíblicos ó del Magisterio que
iluminan el tema.
Se busca que toda la formación encuentre sustento, luz y alimento en la Palabra.
La sección de textos está colocada al principio del tema y, por tanto, constituye el punto de partida de
la reflexión.
Al final del recuadro encontramos la sección “otros textos”. En ella se presentan textos bíblicos
adicionales que contribuyen a seguir buscando en la Escritura.

7. Desarrollo del tema


Cada tema se desarrolla en una extensión que va de seis a doce puntos, resaltados por subtítulos.
Los subtítulos son otro medio de destacar las ideas principales del tema.
Algunos temas presentan notas aclaratorias o explicativas de alguna palabra en un recuadro. Estas
suplen al glosario.
Los contenidos presentan una información breve y concisa acerca del tema. Estos constituyen un
acercamiento que propicia la discusión y reflexión en grupo de los principales puntos a desarrollar. No
buscan agotar el tema.
Se requiere adaptar el lenguaje de los contenidos a las circunstancias, necesidades y contexto de los
destinatarios.
Se busca que los contenidos sean previamente leídos por el participante, para que la sesión se realice
con la participación y los aportes de todos.

8. Actividades de aprendizaje
Al final de cada tema están colocadas las actividades de aprendizaje. Estas pretenden optimizar la
sesión, compartir experiencias y formar a un autodidacta.
Las actividades poseen una función importante dentro del desarrollo de la sesión, puesto que, como
hemos visto anteriormente, se busca un aprendizaje activo, integral, en el que habrán de emplearse la

50
mayor cantidad de sentidos humanos posibles. Aprendemos haciendo, hablando, compartiendo
experiencias…
Las actividades constituyen un momento especial para la actualización de los contenidos,
contextualización y acercamiento a la realidad.
Las actividades son de dos tipos: individuales y grupales.
• Las individuales están encaminadas hacia una reflexión y crecimiento personal. Estas pueden ser
realizadas durante la sesión, o bien, trabajadas como parte de una tarea.
• Las grupales, están dirigidas a afianzar y crecer en la búsqueda de formar comunidad.

9. Evaluación
La evaluación tiene una doble intención:
• Que el participante se autoevalúe y verifique su aprovechamiento del tema.
• Que el facilitador se evalúe, a través del participante, para considerar qué tanto la sesión cumplió
con los objetivos propuestos.
La evaluación no busca la asignación de calificaciones, ni la obtención de grados, es una actividad que
permite reconocer la asimilación. Las preguntas de la evaluación están en relación directa con el
objetivo formativo.

10. Bibliografía
En el apartado “Para seguir descubriendo”, se enlistan algunas fuentes de información para profundizar
el tema. Esta bibliografía es útil tanto para el formador como para el participante:
• Al formador le permite profundizar los contenidos, en orden al manejo de los mismos y preparación
del tema.
• Al participante, que es inquieto y ha desarrollado su capacidad autodidacta, le permite ahondar en
alguna cuestión de su interés.

11. Notas
Algunos manuales poseen un espacio del que dispone el participante o el facilitador, para elaborar sus
propias anotaciones, dudas, preguntas, aportaciones, ejemplos…
No todos los temas lo traen, ello depende de la extensión de los mismos.
De cualquier manera, sería conveniente desarrollar en los participantes la habilidad de la redacción,
como instrumento importante en el aprendizaje. Para ello sería recomendable la utilización de un
cuaderno de notas.

ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Revisa un Manual e identifica cada una de sus - Dividan las partes de las que consta un tema
partes. entre los miembros del grupo.
- Cada miembro del equipo explique la parte que
le tocó y presente ideas de cómo podría
trabajarlo durante una sesión.
EVALUACIÓN
- Explica a un participante cómo utilizar su Manual.
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 ARQUIDIÓCESIS PRIMADA DE MÉXICO, Manuales de formación básica para agentes de pastoral, PPC.

51
Tema 12. Taller: Aprovechar los primeros elementos

Nombre del tema, ilustración, enunciado, objetivo y enlace

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior, conocimos la estructura de - Descubrir diferentes maneras de aprovechar
los Manuales y la finalidad de cada parte. los elementos iniciales.
- Ahora vamos a iniciar una serie de talleres que - Realizar un ejercicio para aplicar lo
permitan aprovechar cada uno de los elementos aprendido.
que conforman la sesión. Comenzaremos por los - Recibir la retroalimentación del grupo para
primeros cinco elementos. mejorar el estilo personal.

En síntesis

Desarrollo del tema

TEXTOS:
Se requieren, también, equipos de formación
convenientemente preparados que aseguren la
eficacia del proceso mismo y que acompañen a las
personas con pedagogías dinámicas, activas y
abiertas.
Documento de Aparecida 281
OTROS TEXTOS: DA 505, 212, 18, 144.

52
1. Introducción metodológica
Dado que el aprendizaje ha de ser activo, requiere del participante haber realizado una lectura
reflexiva previa a cada sesión de trabajo.

2. El nombre del tema


El título del tema es un primer acercamiento, en pocas palabras, al contenido. Para el lector, el título
suele despertar una expectativa o interés preliminar.
Escribir el título del tema en un lugar visible ayuda a orientar la entrada en materia y disponer la mente
hacia el contenido.
Una manera de aprovechar el nombre del tema sería hacer la siguiente pregunta al grupo:
¿Qué les dice el título del tema? Escuchar a dos o tres participantes.

3. La ilustración ICONO
En la tradición de la Iglesia,
Existe un dicho que dice “una imagen vale más que mil palabras”.
sobre todo oriental, la
Las ilustraciones que poseen los Manuales han sido tomadas de una creación de un icono es
colección de imágenes del hermano marianista y artista Steve Ersparmer. acompañada de oración y
Sus dibujos son una especie de iconos* inspirados en la tradición medieval ayuno.
y bizantina, con una dosis de creatividad y humor. En éste se exageran rasgos
Hoy las comunicaciones nos han hecho más visuales y menos verbales, por humanos, o se alargan
lo que, aprovechar el recurso de la imagen ayuda a descubrir o profundizar
ciertas partes del cuerpo con
la intención de destacar
aspectos del contenido, que se expresan mejor por medio de la ilustración. alguna cuestión espiritual o
Pregunta a quienes formas: doctrinal.
• ¿Qué te dice la imagen? ¿Qué relación encuentras con el tema?
• Aprovecha sus respuestas para dar entrada al tema.

4. Enunciado
El enunciado que acompaña a la imagen sintetiza en pocas palabras el contenido del tema. Por ser un
enunciado corto, es captado de inmediato. Utilízalo:
a) Al inicio de la sesión, para dar pie a que los asistentes vayan recordando lo que leyeron como
preparación del tema. Puedes desmenuzarlo para recoger experiencias de los participantes.
b) Al final de la sesión. Como síntesis de todo lo aprendido. Puedes pedir a los participantes que hagan
su propio enunciado conclusivo, es decir, redactar cada participante un nuevo enunciado.

5. Enlace
En el tema 11 vimos que el enlace permite recordar el tema anterior y dar entrada al siguiente.
a) Pide a los participantes que recuerden, con sus propias palabras, lo visto en el tema anterior.
b) Emplea el enlace como una guía para ti, te centra en lo esencial del tema y mantiene el hilo
conductor.
c) Enúncialo frente al grupo y complétalo con tus propias palabras.

6. El objetivo general del Manual


Un objetivo general establece la intención del proceso de enseñanza-aprendizaje y sólo será
comprobado al fin de éste. Normalmente responde a las siguientes preguntas: ¿Quién y qué?, a veces,
enuncia también ¿cómo, para qué y cuando?
En cada Manual el objetivo general está claramente enunciado en las primeras páginas. Por ejemplo, en
el Manual 2 (cf. p. 6) encontramos:

53
Reconocer a Jesús y adherirse a su persona… para… seguir su ejemplo y compartir esta experiencia
con los demás.
Si aplicamos las preguntas anteriores a este objetivo, obtendríamos lo siguiente:
• ¿Quién va a lograr la acción? El participante.
• ¿Qué se pretende? Reconocer a Jesús y adherirse a su persona.
• ¿Para qué? Para seguir su ejemplo y compartir esta experiencia con los demás.
En el enunciado del Objetivo general también podemos identificar los ejes de la formación: conversión,
comunión y apostolado.
Es preciso que, a lo largo del aprendizaje de cada Manual, el formador tenga siempre presente el
objetivo general. Así podrá orientar mejor los contenidos y elegir algunas acciones.

7. Los objetivos particulares


En cada tema se enuncian de uno a tres objetivos particulares. Éstos se refieren a los alcances que
habrán de cubrirse después del estudio de un tema o unidad. Se derivan del objetivo general. Los
objetivos particulares constituyen lo que el formador habrá de lograr en concreto durante la sesión,
son la meta y el parámetro para evaluar su propio desempeño. Al preparar la sesión:
a) Lee detenidamente los objetivos y tenlos presentes durante la preparación y ejecución de la sesión
de estudio.
b) Encuentra la relación de los objetivos con el objetivo general.
c) Verifica cómo el contenido y las actividades te llevan a lograr los objetivos.

8. Diferentes tipos de objetivos


Los objetivos están dirigidos a las diferentes áreas del aprendizaje. Ellos pueden ser de varios tipos:
• Cognoscitivos, desarrollan la dimensión del “saber”. Se expresan con verbos como conocer,
comprender, profundizar, reflexionar, analizar, identificar…
• Afectivos, desarrollan la dimensión del “ser”. Valorar, aceptar, descubrir…
• Psicomotores, desarrollan la dimensión del “saber hacer”. Realizar, ejecutar…
Identificar el tipo de objetivo puede ayudar a clarificar lo que se busca.

9. Taller: Aprovechar los primeros elementos

En este taller vamos a ejercitar los puntos anteriores. Instrucciones:

a) Elegir un tema por persona de algún Manual y planear la primera parte de la sesión.
b) Preparar una presentación para aprovechar los elementos iniciales del tema que eligió cada quien.
c) Introducir al grupo por los primeros elementos. Esta participación deberá realizarse en máximo 10
minutos, tiempo estimado para aprovechar estos elementos durante una sesión completa.
d) Retroalimentarse por el grupo y aceptar la retroalimentación.
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 S, ERSPAMER, Clipart. Imágenes para el año litúrgico. Ciclos A, B y C, PPC, Madrid 2004-2006.
 STPS, Curso de Formación de Instructores, Manual del Participante, México, D.F 2005, pp. 52-55.

54
Tema 13. Taller: La síntesis

El facilitador valora como un esquema presenta la información necesaria.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior revisamos las formas en las - Reflexionar en los beneficios del empleo de
que podemos aprovechar los primeros elementos esquemas, diagramas y mapas conceptuales.
de la sesión: nombre del tema, ilustración, - Elaborar esquemas, diagramas y mapas
enunciado, enlace y objetivo. conceptuales, a partir de un texto.
- Ahora veremos cómo emplear algunos - Desglosar algunos esquemas de los Manuales,
esquemas. para encontrar las ideas principales y su relación
con los otros elementos.

En síntesis

55
Desarrollo del tema

TEXTOS:
Sabemos que nos encontramos en la nueva cultura de
la imagen, y que el mensaje evangélico debe
inculturarse en esta cultura y llegar así a hacerla
expresiva de Cristo, la máxima comunicación.
Documento de Santo Domingo 279
OTROS TEXTOS:

1. La síntesis
La síntesis presenta de forma precisa todos los elementos del contenido de un texto, para lograr la
información más importante.
Es una forma efectiva de facilitar el aprendizaje, es un recurso que permite centrarse en lo básico sin
tener que recurrir a la lectura completa de un texto.
Existen varias formas de elaborar y presentar una síntesis: párrafo breve, listado de frases o
enunciados, cuadro, esquema, diagrama, mapa conceptual, mapa mental…
En estos Manuales se emplearán diagramas y mapas conceptuales.

2. El cuadro sinóptico (esquema)


Un esquema es la expresión gráfica que contiene la síntesis de los elementos principales, secundarios y
los detalles de un texto. Los elementos, de acuerdo a la complejidad, se presentan de izquierda a
derecha hasta en cinco planos.
El esquema permite, de un solo vistazo, obtener un panorama del tema, comprender, memorizar,
jerarquizar y relacionar los elementos entre sí. Es breve, utiliza solo las palabras y enunciados clave.
La forma de un esquema puede variar tanto como la creatividad de las personas; también depende del
tipo de contenido que se quiere transmitir. Algunos ejemplos:

3. Los diagramas de bloques


El diagrama de bloques es un esquema o sistema de representación, cuya información es presentada
dentro de figuras geométricas como cuadros, rectángulos, rombos o círculos. Estos se encuentran

56
enlazados a través de líneas o flechas, para mostrar las relaciones entre los contenidos. Los diagramas
pueden ser:
• Horizontales, se leen de izquierda a derecha.

1 2 3

• Verticales, se leen de arriba hacia abajo.

• Combinados. Poseen partes horizontales y verticales, emplean dos o más diagramas de forma
integrada.

4. Los mapas
El mapa conceptual es una herramienta para la organización y representación del conocimiento. Este se
fundamenta en las teorías del aprendizaje significativo. Supone que la persona ya posee un
conocimiento previo, que aprende al hacerse consciente de ello, cuando vincula lo que ya conoce con los
nuevos aprendizajes.
Un mapa induce a la persona a relacionar contenidos, a jugar con ellos, a generar ideas… de tal manera
que el aprendizaje es activo y estimula la creatividad. El empleo de los mapas propicia más la retención
de ideas completas que la memorización.
También existen los mapas mentales, estos son todavía mucho más efectivos puesto que a lo anterior
añaden imágenes significativas que permiten establecer relaciones con mayor facilidad.
Una de las ventajas de los mapas es que imitan el proceso del pensamiento. Parten de una idea central
que se va ramificando en forma radial. Así funciona nuestro cerebro.
La lectura de los mapas se hace de manera similar a la de los diagramas.
Generalmente los mapas concéntricos o radiales se leen en el sentido de las manecillas del reloj,
comenzando por el extremo superior derecho. Ejemplo:

57
5. El empleo de la síntesis
Formas en las que puedes utilizar la síntesis:
a) En la planeación y preparación de la sesión
• Realizar tu propio esquema después de haber leído los contenidos.
• Repasar los contenidos rápidamente antes de comenzar tu sesión.
• Recordar los contenidos de la sesión anterior.
• Elaborar material de apoyo para la sesión.

b) Para el desarrollo de la sesión


En los Manuales la síntesis es solo una guía que puedes utilizar tal cual, o bien incluso modificar. Algunas
sugerencias de uso.
• La síntesis es tu guía de contenidos, te recuerda los elementos que tienes que mencionar.
• Utilizar la síntesis del tema anterior como enlace.
• Partir del diagrama como punto de partida para comentar los contenidos que el grupo leyó
previamente.
• Cerrar la sesión empleando el diagrama como síntesis de la sesión.

6. Taller

a) Aprendiendo a realizar un mapa conceptual


La síntesis podrá ser mejor aprovechada en la medida en que aprendamos a realizar nuestros propios
esquemas y diagramas.
Dado que el cerebro de cada persona funciona distinto al de los demás, la misma síntesis no es útil a todos.
La mejor síntesis es la que hace cada quien de modo particular o grupal.

i. Realiza la lectura de un texto (el mismo para todo el grupo) y sigue las siguientes instrucciones:
ii. Toma una hoja blanca y colócala en posición horizontal.
iii. En el centro dibuja un sol. En el interior del sol coloca el nombre del tema.
58
iv. Traza una serie de rayos en torno al sol, cuantas ideas principales quieras manejar. Escribe las
ideas y enciérralas en una nube.

v. Ramifica todavía más. Saca de cada nube otras líneas que expresen ideas secundarias.

b) El uso de la síntesis en diferentes esquemas


a) Elijan un texto breve sobre cualquier tema (el mismo para todo el grupo) y elaboren un
cuadro sinóptico de modo individual.
b) Elijan un segundo texto (el mismo para todo el grupo) y elabore cada quien un diagrama.
c) Elijan un tercer texto (el mismo para todo el grupo) y elabore cada quien un mapa
conceptual.
d) Coloquen en un lugar visible los esquemas, diagramas y mapas.
e) Visualicen las diferencias, elijan los que mejor sintetizan los contenidos, comparen
(retroalimentar experiencias).
f) Elijan uno o varios esquemas de cualquier Manual y comenten en el grupo cómo lo leerían,
cuáles son los conceptos principales y sus relaciones.

59
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 M.J. LÓPEZ M., Técnicas de estudio: El esquema, en http://www.psicopedagogia.com/tecnicas-de-
estudio/esquema.
 L.M. IBARRA, Mapeando con Luz María, México 2002, pp. 3-46.
 A. ONTORIA P., Mapas conceptuales, una técnica para aprender, Narcea Ediciones, Madrid 1992.

60
Tema 14. Taller: La Palabra y otros textos

El facilitador practica una metodología para interpretar y actualizar textos bíblicos.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior revisamos las diferentes - Identificar las diferentes formas en las que se
formas en las que puede presentarse una síntesis. podría proponer y actualizar la Palabra durante
Vimos que los esquemas y diagramas son el desarrollo de la sesión.
excelentes herramientas para realizar un
aprendizaje activo.
- Ahora veremos, siguiendo con el orden en el que
aparecen los distintos elementos que conforman
los Manuales, como aprovechar el recuadro
destinado a la Palabra y otros textos.

En síntesis

61
Desarrollo del tema

TEXTOS:
El pueblo de Dios ha de ser educado para que pueda
descubrir este gran horizonte de la Palabra de Dios,
evitando hacer complicada la lectura de la Biblia.

La Palabra de Dios en la vida


y en la misión de la Iglesia.
Instrumentum laboris n. 22
OTROS TEXTOS: Sal 119, 105-112;1 Jn 1, 1-4; 2 Ts 3, 1.

1. La Palabra de Dios en la formación


Hemos mencionado con anterioridad que la Palabra de Dios ocupa un lugar privilegiado en la formación de
agentes de pastoral.
En los Manuales la Palabra está colocada al inicio del tema, enmarcada en un recuadro especial. Ella ilumina
todos los contenidos y está presente en el desarrollo de los temas.
En ocasiones se coloca, en el recuadro destinado al la Palabra, textos del Magisterio. En los casos en que eso
ocurre el título del recuadro cambia a “Textos”.

2. El uso del texto en la sesión


A continuación te damos algunas sugerencias y pistas para el uso del texto durante la sesión.
a) Pide a los participantes que siempre traigan su Biblia. Es indispensable para el desarrollo de todas las
sesiones.
b) Solicita a los participantes que busquen los textos en su Biblia. Evita leer los textos en el Manual, ya
que la finalidad es ayudar a los agentes de pastoral a que hagan uso frecuente de su Biblia. Detecta a
quienes se les dificulta el manejo de la Biblia y apóyalos para que lo hagan con mayor facilidad.
c) Solicita que alguien lea los textos en voz alta.
d) Pregunta a los participantes ¿qué les dice el texto? ¿qué relación encuentran con el tema de estudio?
e) Ayúdalos a profundizar en el sentido del texto y a buscar ejemplos que tengan que ver con la vida.
f) Pide al grupo que identifique el compromiso o actitud que surge para ellos como fruto de la reflexión
de la Palabra.

3. Taller: Extraer el sentido de un texto


El presente taller tiene por objeto ejercitar una metodología para la interpretación y actualización de
los textos bíblicos colocados en los Manuales. Es un sencillo ejercicio que habrá de ser completado con
un buen curso de Biblia y un taller de Lectio Divina.

62
I) PREPARACIÓN DEL TEXTO
Realizar este ejercicio de modo individual
a) Elige un tema de cualquier Manual y haz una lectura atenta de sus contenidos, incluyendo todas las
citas bíblicas que encuentres. Toma notas sobre las ideas que te surjan conforme repasas las citas.
b) Busca en tu Biblia los textos colocados en el recuadro correspondiente a “La Palabra”.
c) Contextualiza el texto de la sección “La Palabra”. Identifica en qué sección de la Biblia está
colocado, qué párrafo está antes y cuál párrafo después.
d) Reflexiona el texto pausadamente y encuentra el mensaje principal ¿qué dice el texto? Escríbelo
brevemente.
Nota: Aquí se trata de buscar con fidelidad el sentido del texto. Reconoce el mensaje del texto, no
se trata de moralizar. Un texto puede contener enseñanzas morales (acerca de lo bueno o
malo en la conducta) pero no necesariamente; puede tener un sentido cristológico (hablar de
Cristo), o eclesiológico (hablar de la Iglesia), antropológico (hablar del hombre)…
e) Revisa los comentarios de la Biblia referentes a ese texto. Identifica qué aportan para la
comprensión del texto.
f) Aplica el texto a tu vida ¿qué dice el texto a tu vida, en tu situación, en el ambiente cercano?
Nota: Es preciso interiorizar un texto de modo personal y encontrar las luces para la propia vida,
antes de proponerlo al grupo. De lo contrario se corre el riego de proponer la Palabra de forma
hueca, sin sentido para quien lo pronuncia. Recuerda que evangelizar a otros es también
evangelizarse a sí mismo.
g) Relaciona el texto con los contenidos ¿de qué manera ilumina el tema que se estudia?
h) Actualizar significa descubrir ¿de qué manera ilumina el texto a la comunidad a la que formas? Busca
ejemplos, que puedan ser significativos.
i) Ora con alguno de los textos.

Nota: La metodología es una sugerencia para la preparación de los textos, puede resultar laboriosa,
pero la práctica desarrolla la habilidad de preparar el texto cada vez con mayor facilidad.

PARA SEGUIR DESCUBRIENDO:


 CASA DE LA BIBLIA, La Biblia en grupo, Doce itinerarios para una lectura creyente, Verbo divino,
Estella (Navarra) 2000.

63
Tema 15. Taller: El desarrollo de los contenidos

El facilitador ejercita diferentes estilos para desarrollar los contenidos del tema.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior ejercitamos una metodología - Familiarizarse con algunas formas de
para preparar los textos bíblicos de la sesión. trabajar los contenidos que estimulen la
- En este tema veremos algunas pistas para participación activa en el grupo.
trabajar los contenidos. - Desarrollar los contenidos de una sesión,
comparando los diferentes estilos en que
puede trabajarse.
- Relacionar contenidos, vida y realidad.

En síntesis

64
Desarrollo del tema

TEXTOS:
Es necesario el uso de las nuevas tecnologías en la
formación y la búsqueda constante de una
capacitación en el gran horizonte pedagógico y
didáctico de la práctica formativa… Por otro lado, se
acepta con humildad que deben evolucionar nuestros
tradicionales métodos y formas de enseñanza-
aprendizaje, superando la práctica de ser
<repetidores> de contenidos ya recibidos.
Orientaciones Pastorales 2009, n. 88
OTROS TEXTOS: DA 497.

1. Formar mediante una metodología renovada


La formación y el aprendizaje presentan avances importantes en el campo pedagógico. Sin embargo hay
comunidades en las que se practica todavía un estilo ya superado. En algunos sectores de la Iglesia se
utiliza como forma segura la técnica expositiva y memorística, sin conexión con la realidad. Ello es
muestra de inseguridad de lograr con otras técnicas el aprendizaje que se busca.
Con frecuencia se habla del desinterés y desgano de quienes rechazan la formación que se imparte en
las iglesias. En cierta forma es verdad, pero también, es necesario reconocer que nuestros estilos
pedagógicos pueden ser poco atractivos para las personas de hoy. Esto nos conduce a hacer un esfuerzo
para cambiar nuestros métodos. Es urgente actualizarnos pedagógicamente y poner en práctica los
medios e instrumentos que nos exige la situación actual.
Es preciso también recordar que en la comunicación del mensaje evangélico hemos de ser fieles a Dios y
a los hombres.

2. Los estilos pedagógicos


La metodología que se busca implementar en estos Manuales es activa, en donde el más dinámico es el
participante y el formador media y acompaña el proceso de aprender.
Existen varias alternativas para el desarrollo de los contenidos, que varían conforme a la creatividad y
al tipo de tema. Será de utilidad el combinar estilos o probar diferentes formas de llevar a cabo la
sesión, ya sea, para encontrar el estilo más adecuado para el grupo, o bien, para imprimir dinamismo y
versatilidad. A continuación se presentan algunas sugerencias, todas ellas suponen el estudio previo del
tema por parte del participante:

65
Estilo 1: Partir de la lectura Estilo 2: Partir del esquema Estilo 3: Partir de las dudas y
comentada del tema • Colocar el esquema de la la comprensión previa de la
• Solicitar a los participantes sesión en un lugar visible. lectura.
leer los contenidos en el • Reconstruir los contenidos • Que los participantes
grupo durante la sesión. con todos los participantes. expresen tanto lo que
• Detenerse si es necesario • Intercambiar ejemplos y comprendieron del tema, como
para ampliar la información, experiencias en cada parte. las dudas e inquietudes que les
ejemplificar, relacionar con • Sacar una conclusión y surgieron en relación al mismo.
la vida y propiciar el diálogo e compromisos entre todos. • Retroalimentar la información
intercambio de aprendizajes. que ellos dan, destacando los
• Concluir y establecer Nota: Los esquemas se puntos principales
compromisos. elaboran con letra grande (3 a • Relacionar con la vida, sacar
5 cm). conclusiones y compromisos.
Estilos 1, 2 y 3 recomendados especialmente para:
Temas con mucha información doctrinal o histórica.
Estilo 4: Partir de la realidad Estilo 5: Partir de la Palabra Estilo 6: Partir de
Este implementa la metodología • Tomar como eje la Palabra de experiencias significativas
del ver, juzgar y actuar. Dios y otros textos bíblicos, • Elegir un caso, problema o una
• Ver. Identificar una realidad de la Tradición o del experiencia significativa para
(cultural, social, económica, Magisterio. los participantes.
familiar…) que tenga que ver • Desarrollar el tema a partir • Iluminar la experiencia con los
con el tema. Se puede partir de las citas bíblicas y/o de los contenidos.
de noticias o acontecimientos textos elegidos. • Buscar otros ejemplos.
de interés actual. • Buscar cómo los textos • Destacar compromisos.
• Juzgar. Reflexionar cómo los iluminan la realidad.
contenidos iluminan la • Destacar compromisos.
realidad escogida. • Sacar conclusiones.
• Actuar. Reflexionar sobre los
compromisos a los que nos
mueve el tema.
Recomendado especialmente Recomendado especialmente Recomendado especialmente
para: para: para:
Temas con contenido pastoral, Temas de contenido bíblico Temas con contenido pastoral,
diaconal (servicio), social, amplio. diaconal (servicio), social,
familiar, cultural… familiar, cultural…

66
Estilo 7: Partir de la liturgia o Estilo 8: Dejar que los Estilo 9: Crea más estilos
los actos de piedad participantes se ejerciten
• Elegir algún sacramento, • Solicitar que los participantes
ejercicio litúrgico, oración o desarrollen los contenidos del
práctica característica de la tema (se asimila más dando
religiosidad popular. que escuchando).
• Iluminar con los contenidos. • Completar lo que haya faltado.
• Sacar conclusiones. • Relacionar con la vida, buscar
• Establecer compromisos. ejemplos.
• Establecer conclusiones y
compromisos.
Recomendado especialmente Recomendado especialmente
para: para:
Temas de espiritualidad, Grupos de niveles avanzados,
sacramentos, marianos… para trabajo en temas sencillos.

Cada uno de los estilos requiere de mucha práctica para dominarse.

3. Centrar los contenidos hacia la vivencia del cristianismo


Los estilos presentan diferentes metodologías, algunas son deductivas (parten de algo doctrinal y
aterrizan en los ejemplos), otros son inductivas (parten de los ejemplos para terminar en los
contenidos).
Es preciso no perder de vista que el mensaje que se transmite es para saberlo, vivirlo y experimentarlo;
esto es un elemento común de todos los temas. De ahí, la importancia de los ejemplos y la conexión con
la realidad. La intención de la formación se traduce en transformar y orientar la vida. El mensaje
cristiano no es una doctrina, sino una oportunidad de salvación y sólo llevará a la salvación cuando se
encarne en la realidad concreta del ser humano.

4. Los talleres
Por la importancia que reviste el formar para la vida, algunos temas son trabajados a manera de taller.
El taller es una propuesta de trabajo en la que se integran la teoría y la práctica. Se caracteriza por la
lectura y el trabajo en equipo. Un taller es también una sesión de ejercitación que requiere la
participación activa de los asistentes.
En un taller el tiempo que se destina a la información es reducido, comparado con el espacio destinado a
las actividades.
La guía para trabajar cada taller se encuentra en cada propuesta.

5. Taller: Ejercitar el desarrollo de los contenidos mediante diferentes estilos

Para realizar este taller pueden elegir entre estas dos opciones:

I) Primera opción: Trabajar todos el mismo tema (recomendado para grupos pequeños)
a) Elegir un tema de un Manual entre todos los miembros del grupo.
b) Que cada persona elija un estilo para trabajar el tema.
c) Coordinar una sesión frente al grupo con el estilo elegido (únicamente los contenidos, omitir

67
los elementos iniciales). Máximo 20 min.
d) Discusión grupal
 Evaluar la aplicación del estilo.
 ¿Qué estilo es adecuado al tema?
 ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cada estilo?
 ¿Cuál fue la experiencia de trabajar la sesión de modos diferentes?
 ¿Cómo fue la conexión del tema con la realidad?

II) Segunda opción: Hacer equipos y trabajar distintos temas (recomendado para grupos
grandes)
a) Hacer equipos y elegir un tema de un Manual por equipo.
b) Asignar a cada equipo un estilo para trabajar el tema.
c) Coordinar una sesión frente al grupo con el estilo elegido (únicamente los contenidos, omitir
los elementos iniciales). Máximo 20 min cada equipo.
d) Discusión grupal
 ¿Cómo trabajó el estilo cada equipo?
 ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cada estilo?
 ¿Cómo fue la conexión del tema con la realidad?

PARA SEGUIR DESCUBRIENDO:


 H. OTERO, Crear y recrear la clase de religión. Experiencias y propuestas, PPC, Madrid 2007, pp.
29-34.73-86. 95-102.
 Catequistas en formación. Curso básico, PPC, Madrid 2005, pp. 155-165.

68
Tema 16. Taller: Las actividades y la Evaluación

El facilitador valora la importancia de las actividades


de aprendizaje y evaluación.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior revisamos algunas - Descubrir que las actividades habrán de ser
sugerencias metodológicas para desarrollar los realizadas considerando que se busca formar
contenidos. Vimos que cada tema puede ser para la vida cristiana.
trabajado de forma dinámica, haciendo participar - Precisar que la evaluación está enfocada al
activamente a los asistentes. crecimiento personal y comunitario del
- Ahora nos acercaremos a los últimos elementos: participante.
las actividades, la evaluación y la bibliografía. - Identificar la importancia de elegir actividades
adecuadas al contenido.

En síntesis

69
Desarrollo del tema

TEXTOS:
¿De qué sirve una sabiduría que no es capaz de hacer
sabio al que puede oírla?... Cuando uno enseña es
cuando más aprende, y al hablar se convierte uno
muchas veces en oyente de los que le oyen. <Porque
uno es el Maestro> (Mt 23, 8) tanto del que habla
como del que oye, y es el manantial lo mismo de la
inteligencia que de la palabra…
Clemente de Alejandría
OTROS TEXTOS:

1. Las actividades de aprendizaje


Conforme se trabajan los contenidos, el formador pedirá a los participantes la realización de las
actividades de aprendizaje.
Son ejercicios para que los participantes relacionen los contenidos con su vida, situación o contexto y
así, alcancen los objetivos de cada tema. Las actividades permiten un aprendizaje para la vida.
Dado que se busca que cada persona se desarrolle en la dimensión personal y comunitaria, las
actividades han sido divididas en individuales y grupales.
En general se refieren a:
• Cuestionamientos personales y grupales.
• Planteamiento de situaciones o problemáticas.
• Discusiones grupales.
Las actividades propuestas en los Manuales pueden adaptarse a la dinámica del grupo.

2. La evaluación como proceso global


La evaluación es un proceso permanente, su intención es proporcionar elementos al formador para
apoyar a los participantes en su proceso de hacerse discípulos y misioneros de Jesús, involucrando a
ambos en el logro de un proceso común.
En el caso concreto de la formación básica lo que más interesa es evaluar el crecimiento del discípulo
misionero. Por ello la evaluación posee un carácter cualitativo, se evalúan principalmente actitudes que
se fortalecen o adquieren, tomando en cuenta que se busca formar para la vida.
Este tipo de evaluación omite por completo el sistema de calificaciones. El objetivo de la formación
básica va mucho más allá de “pasar de grado”, es un proceso humano comunitario y como tal ha de ser
evaluado. Vista así, la evaluación no se reduce a un momento en el aula, ni a la adquisición de ciertos
conocimientos. Involucra estar atentos a relaciones, actitudes, comportamientos dentro y fuera del
aula.
Para evaluar se requiere tener un parámetro de referencia, ¿contra qué evaluamos?, ¿cuál es nuestro
ideal a alcanzar? Los fundamentos doctrinales y pastorales nos marcan el punto de llegada: formar
laicos que sepan vivir su cristianismo creciendo en espíritu de conversión, comunión y apostolado.
Nuestro modelo es Jesús.

3. La evaluación de los participantes durante la sesión


De modo concreto la evaluación permite analizar y verificar los aprendizajes de cada participante. Esta
conlleva tres diferentes momentos:

70
• Al inicio de una sesión. Es una evaluación diagnóstica o inicial que sondea sobre conocimientos previos
de la temática. Identifica intereses y expectativas, así como las actividades de cada participante.
• Durante la sesión. Es continua, proporciona datos al formador para adecuar los contenidos y la
metodología de acuerdo al ritmo del grupo, a las expectativas y a los objetivos.
• Al finalizar la sesión. La evaluación sumaria, sintetiza los logros alcanzados. Permite verificar los
alcances logrados en la sesión.

El recuadro de la “Evaluación” presenta actividades para aplicar al finalizar la sesión.


Conviene que las actividades de evaluación se realicen de forma escrita para que el formador tenga una
referencia objetiva acerca de los logros del grupo y de cada persona. Ellas son indicadores que el
formador tendrá en cuenta para la mejora o adecuación continua de sus sesiones.

4. Autoevaluación del participante


Además de ser un medio para mejorar el desempeño del formador, la evaluación es de gran utilidad para
el propio participante:
• Le aporta un conocimiento de sí mismo.
• Le ayuda a darse cuenta de la dirección en la que ha de cambiar u orientar sus actitudes o
comportamientos.
• Le permite obtener satisfacción al darse cuenta de sus avances.

5. Evaluación del formador


Al finalizar un Módulo-Materia (Manual) es recomendable que los participantes evalúen al formador.
Este tipo de evaluación suele realizarse aplicando un cuestionario a los participantes. Generalmente se
omite el nombre del participante para que la evaluación pueda ser realizada con libertad.
Este tipo de evaluación constituye un medio importante para el crecimiento de los formadores. Existen
varios cuestionarios para ello. Cada centro de formación puede diseñar el suyo de acuerdo a sus
necesidades propias. Por ejemplo:
NOMBRE DEL FORMADOR:______________ MATERIA:______________

1. Puntualidad. Las sesiones comenzaron y terminaron a tiempo.


Siempre_________ Casi siempre_________ Algunas veces________ Nunca________
2. Se plantearon los objetivos de forma clara al iniciar cada sesión.
Siempre_________ Casi siempre_________ Algunas veces________ Nunca________
3. La metodología empleada para el desarrollo de los contenidos propició la participación activa de los
miembros del grupo.
Siempre_________ Casi siempre_________ Algunas veces________ Nunca________
4. El facilitador resolvió satisfactoriamente las dudas surgidas acerca de los temas.
Siempre_________ Casi siempre_________ Algunas veces________ Nunca________
5. El facilitador mostró dominio de los temas que impartió.
Siempre_________ Casi siempre_________ Algunas veces________ Nunca________
6. El facilitador ejemplificó constantemente los contenidos con referencia a la vida.
Siempre_________ Casi siempre_________ Algunas veces________ Nunca________
7. El aprendizaje logrado a lo largo de esta etapa favoreció:
a) Espíritu de conversión. Sí______ No_______ ¿por qué?______________________
b) Espíritu de comunión. Sí______ No_______ ¿por qué?________________________
c) Espíritu apostólico. Sí______ No_______ ¿por qué?__________________________

71
8. Comentarios o sugerencias para el facilitador
_____________________________________________________________________________
__________________________________________________________________

6. Bibliografía
Hemos dicho anteriormente que la sección “Para seguir descubriendo” es una referencia bibliográfica
que permite ahondar en los contenidos. Habrá de buscar los medios para que cada centro de formación
se vaya haciendo de su propia Biblioteca (estable o ambulante) para que los facilitadores puedan tener
a la mano los libros indispensables. Se puede hacer una recopilación de textos con las lecturas
sugeridas al final de cada tema.

7. Taller: Aplicando las actividades y evaluación


Como ejercicio para los formadores, en esta sesión se propone realizar las actividades de cualquier
tema elegido, como lo haría el participante. Ello ayudará al formador a evaluar la importancia de las
mismas y le sugerirá ideas para adaptar las actividades al grupo.

A) REALIZAR LAS ACTIVIDADES

a) Elegir un tema entre todos los miembros del grupo.


b) Nombrar un facilitador que dirija las actividades individuales y grupales.
c) Ejecutar las actividades individuales y grupales.
d) Identificar como las actividades ayudan al logro de los objetivos del tema.
e) Intercambiar experiencias del ejercicio. Organizar una lluvia de ideas para adaptar las actividades al
grupo con el que se cuenta.

B) AUTOEVALUACIÓN
a) Realizar la evaluación que se propone en el tema y Manual elegido para esa misma sesión.
b) Identificar como la evaluación ayuda al logro de objetivos.
c) Intercambiar experiencias.

PARA SEGUIR DESCUBRIENDO:


 STPS, Curso de Formación de Instructores, Manual del Participante, México, D.F 2005, pp. 63-65.

72
Tema 17. Los recursos didácticos

El facilitador identifica los múltiples recursos didácticos


que tiene a su alcance para dinamizar la comunicación del mensaje.

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior vimos que las actividades y - Reconocer la variedad, utilidad y alcances de los
la evaluación están encaminadas a contribuir medios, técnicas y recursos didácticos.
para que la formación incida sobre la vivencia - Ejercitarse en la implementación de dinámicas.
personal y comunitaria de cada participante.
- Ahora veremos, que además de los elementos
con los que cuenta el Manual existen muchos
otros recursos didácticos que pueden
auxiliarnos para realizar un aprendizaje
dinámico y participativo.

En síntesis

Desarrollo del tema

73
LA PALABRA:
El Señor me dijo:
Vete a comprar un jarro de barro; toma contigo
algunos de los ancianos del pueblo y de los
sacerdotes; ve al valle de Ben Hinón, a la entrada de
la puerta de la alfarería, y proclama las palabras que
yo te diga. Romperás el jarro ante los hombres que
te hayan acompañado, y les dirás: Así dice el Señor
todopoderoso: Yo romperé este pueblo y esta ciudad
como se rompe una vasija de arcilla, que ya no puede
rehacerse.
Jeremías 19, 1-2. 10-11
OTROS TEXTOS: Jr 13, 1-9; Os 1, 2-5.

1. Jesús y los recursos didácticos


Jesús fue un gran pedagogo, su método de enseñanza lo basó en la acción y la palabra. A la manera de
los profetas que realizaron acciones simbólicas con objetos concretos, Jesús fue mucho más allá.
Para enseñar a la gente de su tiempo usó la Palabra de un modo muy original. Sus discursos y charlas
tenían un carácter dialogal, eran directos, concretos y personales. Para hablar del Reino de Dios empleó
gran variedad de imágenes y comparaciones basadas en experiencias y prácticas cotidianas tomadas de
la vida campesina o doméstica, de tal manera que resultaban entendibles para todos.

2. La Iglesia y el uso de los recursos didácticos


Siguiendo el modelo de comunicación practicado por Jesús, la Iglesia ha recurrido también a la
utilización de múltiples recursos para cumplir su misión evangelizadora.
La palabra, hablada y escrita, ha sido el medio básico de la evangelización desde los primeros tiempos
del cristianismo.
A lo largo de la historia, la Iglesia se ha valido también de otros medios como la pintura, escultura,
arquitectura, teatro cristiano. Los símbolos, gestos, acciones, música y canto han sido elementos
importantes de la liturgia.
Hoy la Iglesia intenta también hacer uso de los medios de comunicación social tales como videos, cine,
internet… Estos últimos constituyen un recurso importante en los tiempos actuales puesto que vivimos
en una cultura de lo visual.

3. Los recursos didácticos en la formación


Toda enseñanza o acción evangelizadora ha de estar apoyada por diversidad de medios o recursos
didácticos. Al igual que Jesús y que la Iglesia, quienes participamos en la tarea de formar a otros
hemos de dinamizar el mensaje del que somos portadores. Aunque sabemos que lo esencial no está en la
pedagogía, los tiempos actuales estimulan a emplear la creatividad y a utilizar los medios a nuestro
alcance.

4. Los tipos de recursos didácticos

74
Entendemos por medios ó recursos didácticos todos aquellos materiales, técnicas, personas e
instrumentos que, por una parte, ayudan a los formadores en su tarea de guiar y por otra, facilitan a los
participantes el logro de los objetivos de aprendizaje. Existen varios tipos:

TIPO DE MEDIO DESCRIPCIÓN


Gráficos Pizarrón, acetatos, rotafolio, gráficas, láminas, carteles, planos, diagramas...
Fotográficos Fotografías, diapositivas.
Audiovisuales Video, cintas, películas, presentaciones en computadora.
Auditivos Casetes, CD´s.
Nuevas Tecnologías Computadoras, internet.
Dinámicas y técnicas Conocimiento, integración, colaboración, interacción, evaluación…
Expertos Charlas, demostraciones.

El empleo de los medios o recursos didácticos permite:


• Presentar los temas de una manera objetiva, clara y accesible.
• Proporcionar al participante formas variadas de aprendizaje.
• Estimular el interés y la motivación del grupo.
• Acercar a los participantes a la realidad y a darle significado a lo aprendido.
• Facilitar la comunicación. Complementan los estilos didácticos y economizan tiempo.

5. La adecuada utilización de los medios didácticos


Los recursos o medios didácticos son herramientas y ayudas para llevar a cabo la tarea formativa. Estos
deben apoyar y facilitar la labor formativa, no entorpecerla, por lo que es preciso hacer un uso
correcto y adecuado de ellos.
Los medios habrán de elegirse en la planeación de la sesión, teniendo presente las funciones que van a
desempeñar, su adecuación a las necesidades y características de los participantes.

6. El pizarrón ó pintarrón
Es de bajo costo y de fácil uso. Tiene la desventaja de poseer un poder visual limitado. Algunas
recomendaciones para su utilización:
• Escribir de forma visible para todo el grupo.
• Escribir frases claras y breves.
• Dibujar y escribir en forma legible, con letra de imprenta, lo suficientemente grande para leerse
por todos (aprox. 2 pulgadas).
• Usar colores, de preferencia oscuros para las letras (negro, azul marino, café) y claros o brillantes
para resaltar algo (rojo, amarillo, azul claro).
• Conservar el pizarrón limpio, borrando las frases que no se relacionen con el tema.

7. El Rotafolios
Es una especie de caballete portátil en el que se introducen grandes hojas de papel. Su tamaño permite
que pueda ser leído por todo el grupo.
Su uso representa bajo costo. Permite regresar las láminas para analizarlas nuevamente. Cuando se usa
el rotafolios con hojas previamente elaboradas, estas deben ser preparadas con cuidado, llevar el
mensaje en forma precisa, resaltando los puntos clave.
El uso del rotafolios con hojas en blanco es muy común cuando se busca la participación del grupo, ya
que los comentarios que surjan se irán anotando para llegar a una conclusión.

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8. Proyecciones en computadora
Es un recurso que cada vez se utiliza más en la presentación de información. Posee todas las ventajas
que presenta el uso de la computadora como la posibilidad de insertar fotos, imágenes, cuadros y
gráficos, manejo de colores... Proporciona formalidad y versatilidad a la enseñanza. Su limitación radica
en el costo.
Es necesario no abusar del número de diapositivas que se presenten, ya que proyectar demasiadas
cansará al auditorio. Una presentación deberá contener solo la información esencial, como máximo debe
poseer 8 renglones por diapositiva. Se trata solo de un apoyo que no debe de ser leído íntegramente.

9. Las técnicas didácticas


Junto a los medios están también las técnicas didácticas. Se conciben como estrategias con varias
actividades que el formador implementa para que el participante construya el conocimiento, lo
transforme, lo problematice y lo evalúe. Ellas fomentan mayor participación y grado de libertad de
entre los participantes.
En el tema 15 vimos algunos estilos pedagógicos para trabajar los contenidos. Aquí aportamos más
técnicas que pueden implementarse durante el desarrollo de los mismos:
• Diálogo simultáneo. Es útil para obtener rápidamente opiniones elaboradas por equipos, acuerdos
parciales, tareas de repaso y de comprobación inicial de información antes de tratar un tema nuevo.
• Debate dirigido. El formador guía una discusión de los participantes hacia el "descubrimiento" del
contenido de un tema de estudio.
• Lluvia de Ideas. Un grupo de personas, en conjunto, crean ideas. Esto es casi siempre más
productivo que cada persona pensando por sí sola.
• Dramatización o socio-drama. Consiste en reproducir una situación o problema real.
• Estudio de caso. El formador otorga a los participantes un documento que contiene toda la
información relativa a un caso, con el objeto de realizar un análisis y conclusiones significativas del
mismo. Se emplea cuando los participantes tienen un cierto grado de dominio sobre la materia o se
invita a un experto. Se han de evitar casos ficticios, muy simplificados o demasiado extensos.

10. Las dinámicas grupales


Son actividades que facilitan la integración de los miembros del grupo; generan un proceso socio-
afectivo que produce la enseñanza de los contenidos y el aprendizaje significativo. Las dinámicas
grupales propician las relaciones humanas, la creatividad de los participantes y evitan la pasividad y el
aburrimiento. Existen varios tipos de dinámicas, algunas de ellas pueden clasificarse como sigue:
• Autoconocimiento.
• Aprendizaje.
• Comunicación.
• Comportamiento grupal.
• Creatividad.
• Integración.
• Educar en valores.
En la actualidad proliferan los libros e información en internet que sugieren dinámicas. Existen muchas
que se pueden adaptar de acuerdo a las necesidades. Esto no quiere decir que en cada sesión vaya a
realizarse una dinámica, sino que las actividades pueden ser sustituidas o complementadas por alguna
dinámica. Ellas son útiles también para integrar al grupo.

76
ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- Elige una dinámica que pueda ayudar en las sesiones - Que cada quien aplique la dinámica que trae
de formación, prepárala para aplicarla entre tus preparada.
compañeros. - Comentar sobre su utilidad.
- Evalúa la posibilidad de implementar en tu sesión - Elaborar un catálogo de dinámicas.
recursos o medios didácticos que no empleas.
EVALUACIÓN
¿Estás decidido a emplear más recursos didácticos en tu sesión, sí cuáles?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO:
F, MARTÍNEZ-DIEZ, Teología de la comunicación, BAC, Madrid 1994.
 http://www.aulafacil.com/Ense%F1anza/Lecc-7.htm.
 http://members.fortunecity.com/dinamico/redina.htm (Dinámicas).
 http://gerza.com/tecnicas_grupo/tecnicas_grupo_ok.html.
 http://www.marianistas.org/juegos/.

77
Tema 18. Taller: Formar para la vida cristiana, integrando criterios y objetivos

El facilitador toma en cuenta que su cometido principal es


formar para hacer vida el mensaje cristiano.

ENLACE OBJETIVO
- Iniciamos este Manual presentado las bases - Integrar los elementos vistos hasta el momento
doctrinales y pastorales de la formación básica. en un solo objetivo: formar para la vida cristiana.
- Después continuamos con la parte metodológica - Descubrir una visión de conjunto, a partir de las
en donde ejercitamos algunas herramientas bases doctrinales y pastorales, apoyadas en una
didácticas para el uso de los Manuales. metodología didáctica adecuada a la formación
- Ahora vamos a dar una visión de conjunto, de adultos.
reuniendo los elementos, criterios y ejes de la - Ejercitar un camino para formar para la vida
formación. cristiana creciendo en espíritu de conversión,
comunión y apostolado.

En síntesis

78
Desarrollo del tema

TEXTOS:
Como Iglesia que se evangeliza para poder
evangelizar, debemos hacernos más capaces de
transmitir la fe, privilegiando los medios del
testimonio, diálogo y cercanía con las personas de
cada ambiente urbano. Esta opción, nos exige
aprender a acompañar a quienes se inician en la fe
para que puedan recorrer el itinerario que los
madure, como discípulos y como misioneros de Cristo.
Es decir, debemos aprender a ser una comunidad
capaz de formar para la vida cristiana, para vivir
como cristianos.
Orientaciones pastorales 2008, n. 4
OTROS TEXTOS: DA 283, CFL 59

1. Formar para la vida cristiana


Formar para vivir como cristianos es la intención primordial de la formación básica. Este enfoque no se
puede omitir, es esencial. Nuestra Iglesia reclama hoy la falta de testimonio y autenticidad en muchos
cristianos. Se puede afirmar que del éxito de esta tarea depende la renovación de nuestra iglesia local.
Formar para vivir como cristianos es algo fundamental e importante, que hemos de tener presente,
durante todo el proceso. Es llevar a los discípulos y misioneros a:
• Comprender, celebrar y vivir el Evangelio.
• Participar en la construcción de la comunidad eclesial.
• Participar del anuncio y la difusión del Evangelio.
• El aprendizaje significa acción. El éxito de la formación es que cada formando haga suyo el método
de vida.

2. Integración de ejes y objetivos de la formación


A lo largo de este Manual destacamos los ejes y criterios que permean toda la formación. Ellos orientan
precisamente a conocer, vivir, celebrar y comunicar la fe.
Mencionamos que la formación ha de ser:
• Integral, esto es atender a las distintas dimensiones de la persona: humana, comunitaria, intelectual,
apostólica, espiritual.
• Soportada en 3 ejes: conversión, comunión y apostolado.
• Dirigida a hacer que el laico tome conciencia de su vocación y misión en la Iglesia en el mundo.
De manera gráfica se puede visualizar así:

79
3. La Conversión
Convertirse es optar por Cristo. La formación busca incidir en el proceso de conversión, por lo que al
final del itinerario de formación básica tanto el facilitador como el formando habrán crecido en
espíritu de conversión.
Ser discípulos y misioneros significa que se está aceptando vivir la tensión radical del evangelio
y, por lo tanto, la entrega de la propia vida y proyecto a favor del Reino de Dios.
El núcleo de la formación está en ayudar a la persona a reconocer la presencia y la voz de Jesús que
llama a seguirlo (OPFV 14-15).

4. Como formar en la conversión


Sin forzar los contenidos, éstos habrán de ser trabajados bajo esta perspectiva o enfoque. En todos
ellos habrá que preguntarse:
• En el plano personal. ¿En qué me hace mejor?, ¿cómo me acerca o asemeja más al camino de Jesús?,
¿qué actitud me pide cambiar?
• En el plano comunitario, a nivel pequeña comunidad, movimiento, parroquia y/o iglesia local. ¿Qué
aporta el tema para la conversión de la comunidad?
La formación no ha de limitarse al desarrollo de los contenidos. De cuando en cuando, aprovechando los
tiempos litúrgicos fuertes podrá interrumpirse para dar paso a retiros, pláticas de espiritualidad, Misa
comunitaria…, es decir, todo aquello que pueda ayudar al proceso de conversión.

5. La Comunión
Los pueblos de Latinoamérica viven por tradición, una fuerte riqueza comunitaria. Con todo, la fe se
vive, en muchos casos, de modo individual y personal, sin conexión con la comunidad.
80
La formación busca llevarnos a desarrollar el sentido de pertenencia a la comunidad de bautizados, que
es la Iglesia y a actuar como Iglesia.
Seguir a Cristo nos reúne en el camino con otros hermanos. Conforme vamos en el camino nos
damos cuenta que no vamos solos, el Señor llama a los que él quiere y va integrando la comunidad de los
discípulos...
La comunión la alimenta y la sostiene el Espíritu. La experiencia de unidad es parte del llamado al
seguimiento. Las huellas de Cristo exigen voluntad de comunión. El envío necesita del vínculo de unidad
con los hermanos: sean uno como el Padre y yo somos uno. Así, la maduración de los discípulos y
misioneros se manifiesta en la comunión entre ellos. La comunión se convierte en identidad del discípulo
y apóstol de Cristo (OPFV 16-17).

6. Como formar en la comunión


La comunión es a la vez espiritual y tangible. Se expresa en cosas muy concretas como la colaboración y
cercanía entre cristianos, el diálogo, la fraternidad, solidaridad…
Se busca formar en la comunión tanto al interior de la iglesia (intra-eclesial), como al exterior (otras
confesiones cristianas, nuevas generaciones, pobres…).
Sin forzar los contenidos, éstos habrán de ser trabajados bajo esta perspectiva de comunión. En todos
ellos habrá que preguntarse: ¿qué relación tiene para la vida de comunión?, ¿de qué manera nos ayuda a
crecer como comunidad?, ¿en qué medida me lleva colaborar y solidarizarme con los otros?
A crecer en comunión se aprende haciendo comunión. De tal manera, que los centros de formación
habrán de ser escuelas de comunión. Por ello, durante la formación habrá que suscitar entre los
miembros, amistad, diálogo, solidaridad, fraternidad, convivencia, un paseo juntos…

7. El apostolado
La formación busca preparar para transformar el mundo y comunicar el mensaje a los demás.
Es doble la exigencia cristiana: seguir los pasos de Jesús y estar dispuestos a ser enviados. El
discipulado prepara al apostolado (OPFV 13).
El Documento de Aparecida afirma:
La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del
acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad
a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8) (DA 145).

8. Como formar hacia el apostolado


Sin forzar los contenidos, éstos habrán de trabajarse bajo la perspectiva de misión. El apostolado que
cada persona se sienta llamada a realizar depende de sus talentos y carismas. La formación básica
busca:
• Afianzar la conciencia misionera.
• Hacer consciente la importancia de la presencia cristiana en la sociedad a través de la vida familiar,
profesional, cultural, sindical, política. Presencia inspirada en el evangelio.
• Suscitar militantes para las organizaciones laicales.
• Reafirmar la participación activa de las tareas intra - eclesiales.

9. Taller: ejercicio de integración


Vamos a realizar algunos ejercicios que permitan tener presentes los ejes y objetivos durante el
desarrollo de la sesión. Para este taller será necesario elegir en el grupo un tema de cualquier Manual
(el mismo para todos).

81
Trabajo individual

A) DESCUBRIR COMO LOS CONTENIDOS LE HABLAN AL FACILITADOR

Dado que el cristianismo es una experiencia de fe que se transmite mucho más por testimonio y contagio, los
contenidos habrán de interpelar, en primer lugar al facilitador. El formador habrá de descubrir en los
contenidos su propio crecimiento en conversión, comunión y apostolado.
En seguida, habrá de preguntarse, cómo estos contenidos le hablan a las personas concretas a quienes está
formando y considerar: ¿quiénes son?, ¿a qué se dedican?, ¿a qué grupo pertenecen?, ¿cuáles son sus
problemas y expectativas?, ¿cuál es su actividad pastoral?

A partir de las respuestas:

a) Estudiar los contenidos.


b) Buscar frases que hablen de conversión. Anotarlas.
c) Preguntarse ¿qué aporta para nuestra vida personal?, ¿qué aporta para las personas
concretas a las que formamos?
d) Buscar frases que hablen de comunión. Anotarlas
e) Preguntarse ¿en qué contribuyen a hacer mejor nuestra propia vida comunitaria? ¿qué puede
aportar para la vivencia comunitaria del grupo al que formamos y a (los) grupos a los que
pertenecemos?
f) Buscar frases que motiven el apostolado. Anotarlas.
g) Preguntarse ¿de qué manera colaboran a la misión apostólica, qué aporta para la comunidad a
la que formamos?

B) TRABAJO COMUNITARIO
Compartir las respuestas en el grupo
¿Cuál fue la experiencia de haber realizado este ejercicio?

C) FRENTE AL GRUPO AL QUE FORMAS


El ejercicio que acabamos de realizar es parte de tu preparación a la sesión que aportará ideas y pistas para
ejemplificar, actualizar y mantener presentes los ejes de la formación. El trabajo con el grupo se realiza
durante la sesión con los aportes que vayas haciendo para mantener el hilo conductor y el enfoque. Para
completar los criterios al final se pueden realizar las siguientes actividades:
• Establecer compromisos personales y grupales con Dios.
• Alabar, agradecer, orar con el grupo.
• Celebrar.

82
Tema 19. Taller: Dinámica de la sesión

El facilitador descubre como planear y organizar su sesión

ENLACE OBJETIVO
- En el tema anterior realizamos un ejercicio de - Identificar cómo han de distribuirse los
integración de criterios, ejes y objetivos de la tiempos durante la sesión.
formación básica. - Descubrir la importancia de planear las
- Para culminar la parte metodológica vamos ahora, acciones de formación.
a ejercitar algunos elementos que tienen que ver - Reconocer el trabajo que el formador tendrá
con la planeación y desarrollo de cada sesión. que realizar antes, durante y después de la
sesión.

En síntesis

83
Desarrollo del tema

LA PALABRA:
Es de particular importancia la conciencia de que la
labor formativa, al tiempo que recurre
inteligentemente a los medios y métodos de las
ciencias humanas, es tanto más eficaz cuanto más se
deja llevar por la acción de Dios: solo el sarmiento
que no teme dejarse podar por el viñador, da más
fruto para sí y para los demás.

Christifideles laici 63
OTROS TEXTOS:

1. Guía para el desarrollo de la sesión


Cada tema conforma una sesión de aproximadamente una hora. La distribución de los elementos de la
sesión podría realizarse distribuyendo los tiempos de la siguiente manera:
• Enlace y objetivo (3’).
• Evocaciones acerca del tema, participación de experiencias (7’).
• Lectura Bíblica (7’).
• Desarrollo del tema (20’).
• Actividades (15’).
• Evaluación (8’).
Para apoyar la formación de la espiritualidad, las sesiones irán acompañadas de oración inicial y final.
El manejo de los tiempos es flexible, de acuerdo a las necesidades del grupo. Con todo, se espera que
cada elemento de la sesión sea trabajado de modo equilibrado, sin agotar el tiempo en alguno, en
detrimento de los demás y sobrepasando la finalidad para la cual han sido colocados.

2. Planeación de la sesión
El desarrollo de la sesión implica realizar una serie de actividades previas, al momento y posteriores a
la misma. Se trata de un ejercicio de planeación y evaluación, que implica un esfuerzo por parte del
formador.
Estas consideraciones favorecen el logro de los objetivos y permiten aprovechar al máximo los medios y
el tiempo disponible.

3. Herramientas para planear


Al momento de planear hay que responder a una serie de preguntas básicas sobre los aspectos que se
han de considerar en la sesión para que se logre el aprendizaje. A continuación se muestran los
elementos y las preguntas a las que éstos responden:

PREGUNTAS ELEMENTO DE PLANEACIÓN


¿A quién? Características de los participantes
¿Para qué? Objetivos
¿Qué se va a enseñar? Contenidos
¿Cómo? Técnicas
¿Con qué? Recursos

84
¿Cómo se evaluará? Instrumentos de evaluación
¿Cuánto tiempo? Duración
¿Dónde? Lugar de impartición

4. Antes de la sesión
Corresponde a la etapa de planeación de la sesión. Entre las actividades a considerar se tienen:

PREGUNTAS ACTIVIDADES A PREPARAR


¿A quién está Características del grupo.
dirigida?
¿Para qué? Clarificar el objetivo para comprender qué buscamos.
¿Qué se va a Leer reflexivamente el tema, preguntarse qué contenidos se necesita
enseñar? ampliar.
Profundizar los contenidos. Implica buscar más información respecto a los
contenidos, aclarar dudas con algún asesor académico.
Elaboración de una síntesis y enlace propios.
Realización de una Lectio Divina o reflexión personal con el texto bíblico
sugerido. Encontrar resonancias con los contenidos.
¿Cómo? Elegir la dinámica a seguir durante la sesión (estilo o forma de impartir
contenidos).
Elegir y preparar estrategias pedagógicas: dinámicas.
¿Con qué? Elegir y preparar materiales didácticos: rotafolios, pizarrón…
¿Cómo se evaluará? Revisar actividades y evaluación para prever lo necesario para su
realización (preguntas, pistas de reflexión…).
¿Cuánto tiempo? Delimitar cuánto tiempo se le va a dar a cada elemento.
¿Dónde? Definir lugar.

5. Durante la sesión
• Coordinar las actividades, de acuerdo a la guía de trabajo.
• Informar a los participantes qué se espera de ellos y cómo se logrará.
• Motivar y facilitar el logro de resultados y objetivos del aprendizaje individual y grupal.
• Seguir adecuadamente la metodología propuesta en los Manuales.
• Relacionar los contenidos con la vida cotidiana, el contexto y los intereses de los participantes.
• Contestar dudas sobre el tema ó comprometerse a investigar para solucionarlas.
• Establecer una comunicación efectiva.
• Mantener el interés y la participación de los miembros del grupo.
• Fomentar la interacción entre los participantes.
• Regular los tiempos.
• Evaluar la participación e interés y observar el proceso.

6. Después de la sesión
• Analizar la dinámica de la sesión y logro de objetivos, para verificar si fuera necesaria la
retroalimentación.
• Valorar la efectividad de las acciones.
• Proponer alternativas de mejora.
• Identificar áreas de oportunidad y crecimiento de los participantes, de su desempeño y del proceso.
85
• Formarse y actualizarse permanentemente.

7. Taller: El antes, durante y después de la sesión

Para la realización de este ejercicio se puede organizar al grupo para que algunas personas trabajen el
“antes, durante y después de la sesión”.

a) Antes de la sesión
1. Elegir un tema de un Manual y realizar las actividades que corresponden a la preparación de la
sesión (cf. punto 4).
2. Describir al grupo cómo planearon su sesión y aportar otros elementos, que desde su experiencia
como facilitadores, puedan contribuir a ayudar a otros en la preparación de la sesión.
3. Escuchar la retroalimentación de las personas del grupo.

b) Durante la sesión
El desarrollo de los contenidos lo ejercitamos ya en el tema 15 de este Manual.
Dialogar en parejas lo siguiente y presentar al grupo sus conclusiones:
• ¿Cómo motivar e interesar al grupo?
• ¿De qué manera buscar, ejemplificar y contextualizar los contenidos? Presentar ejemplos.
• ¿Cómo hacer para regular el tiempo, haciendo que los participantes disfruten de la sesión, no
se sientan presionados por terminar; pero a la vez, respetemos los tiempos asignados
sacando el máximo provecho a la sesión?
• ¿Cómo favorecer la participación de aquellos participantes que casi no hablan y regulamos la
de aquellos que hablan mucho?
• ¿Qué hacer cuando nos preguntan cosas que no sabemos?
• ¿Cómo favorecer el trabajo en grupo?

c) Después de la sesión
1. Elegir la última sesión que hayan impartido. Realizar las actividades indicadas para “después
de la sesión” (cf. punto 6).
2. Presentar al grupo:
• La evaluación de su sesión.
• Una propuesta de mejora.
3. Solicitar la retroalimentación del grupo.
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 STPS, Curso de Formación de Instructores, Manual del Participante, México, D.F 2005, pp. 34-51.

86
ANEXO. Esquema para la preparación de una sesión de trabajo

ACTIVIDADES TIEMPO COORDINADOR RECURSOS OBSERVACIONES


(min) O RESPONSABLE
Oración inicial
Enlace y objetivo 3
Evocaciones acerca del tema, 7
participación de experiencias
Lectura Bíblica (textos) 7
Desarrollo del tema 20
Actividades 15
Evaluación 8
Oración final
TOTAL 60

87
Tema 20. Centros de Formación, escuelas de comunión y misión

Los facilitadores descubren que en su Centro de formación


aprenden, viven, testimonian la comunión y se preparan para la misión.

ENLACE OBJETIVO
- Hasta aquí hemos estudiado temas relacionados - Descubrir que los Centros de Formación básica
con cuestiones pedagógicas. están llamados a ser pequeñas comunidades
- Ahora vamos a hacer algunas reflexiones sobre eclesiales en donde se viva, testimonie y
las pequeñas comunidades, ambientes eclesiales aprenda la comunión.
privilegiados, para realizar la formación. Uno de - Reconocer que la comunión lleva a la misión.
ellos lo constituyen los Centros de Formación.

En síntesis

88
Desarrollo del tema

TEXTOS
Las pequeñas comunidades eclesiales son un ámbito
para escuchar la Palabra de Dios, para vivir la
fraternidad, para animar en la oración, para
profundizar procesos de formación en la fe y para
fortalecer el exigente compromiso de ser apóstoles
en la sociedad de hoy. Ellas son lugares de
experiencia cristiana y evangelización que, en medio
de la situación cultural que nos afecta, secularizada
y hostil a la Iglesia, se hacen todavía mucho más
necesarias.
Documento de Aparecida 308
OTROS TEXTOS:

1. Pequeñas comunidades, ámbito privilegiado para la formación


Formar discípulos misioneros es una actividad eclesial. De ahí que, el ámbito privilegiado para llevar a
cabo la formación sean las pequeñas comunidades eclesiales. El Documento de Aparecida resalta la
importancia de estas comunidades:
Para la Nueva Evangelización y para llegar a que los bautizados vivan como auténticos discípulos y
misioneros de Cristo, tenemos un medio privilegiado en las pequeñas comunidades eclesiales (DA 307).
En estas comunidades se escucha la Palabra, se vive la fraternidad, se ora, se estudia y se fortalece el
compromiso apostólico (cf. DA 308).
La importancia de estas comunidades radica en que en ellas es posible experimentar el cristianismo de
forma cercana, fraterna y concreta. He aquí la importancia de los Centros de Formación, quienes más
que ser lugares de enseñanza doctrinal están llamados a convertirse en escuelas de cristianismo.

2. Llamados a vivir en comunión


Hoy día se extiende la idea, en muchos cristianos, de que es posible vivir la fe de forma individual e
intimista sin relación alguna con otros miembros de la Iglesia.
Vivir en comunión y para la comunión es algo que caracteriza al cristianismo, que le es esencial.
La comunión de los cristianos entre sí nace de su comunión con Cristo: todos somos sarmientos de la
única Vid, que es Cristo. El Señor Jesús nos indica que esta comunión fraterna es el reflejo maravilloso
y la misteriosa participación en la vida íntima de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por ella
Jesús pide: «Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en
nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17, 21) (CFL 18).
Las pequeñas comunidades eclesiales están llamadas a convertirse en escuelas de comunión, es decir, en
un lugar donde se aprenda y experimente la comunión.

3. El testimonio de vida comunitaria


El camino del discipulado se asimila mejor por el testimonio que por las palabras. Solo quien tiene
experiencia de comunión puede llevar a otros la comunión.
La vida comunitaria es un testimonio que atrae, puesto que es capaz de reflejar el amor de Dios entre
sus miembros y hacia las otras personas. Vivir en comunión es obedecer el mandato de unidad de Jesús y
el testimonio más creíble de la presencia de Dios entre nosotros (cf. Jn 17, 21):

89
La Iglesia atrae cuando vive en comunión, pues los discípulos de Jesús serán reconocidos si se aman
los unos a los otros como Él nos amó (cf. Rm 12, 4-13; Jn 13, 34) (DA 159).
Así los centros de formación o pequeñas comunidades, además de ser centros en donde se enseñe la
importancia de la comunión, habrán de ser lugares que la atestigüen.

4. El amor, comunión en acción


La comunión no es algo que habrá de quedar en los discursos o en el papel. Se palpa, se vive día con día.
Su máxima expresión es el amor. Este es el signo por el cual la Iglesia es reconocida como seguidora de
Cristo y servidora de la humanidad. El mejor testimonio de comunión en los Centros de Formación estará
radicado en la práctica del amor y aceptación de unos con otros.
El mandamiento del amor une a los discípulos entre sí, los hace reconocerse como hermanos y hermanas,
obedientes al mismo Maestro, los mueve a la consideración mutua, al perdón y a la comprensión de unos
con otros (cf. DA 161):
Como elegidos de Dios, pueblo suyo y amados por él, revístanse de sentimientos de compasión, de
bondad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando
alguno tenga motivos de queja contra otro (Col 3, 12-13).
El Himno a la caridad de San Pablo es nuestra carta magna sobre el amor (cf. 1 Cor 13).

5. Unidad en la diversidad
La comunión en la Iglesia es “orgánica”, a semejanza de un cuerpo vivo y operante. La comunión se vive en
la medida en que cada bautizado aporta sus dones y carismas a la comunidad, complementando al Cuerpo
de Cristo. Diversidad y complementariedad, son dos aspectos de la comunión, que hacen posible que cada
uno se relacione con todo el Cuerpo y le ofrezca su propia aportación (cf. CFL 20).
Cada comunidad está llamada a descubrir e integrar los talentos escondidos y silenciosos que el
Espíritu regala a los fieles (DA 162).
Como escuelas de comunión los Centros de Formación habrán de testimoniar y enseñar:
• El reconocimiento a las diferencias, como riqueza del Cuerpo de Cristo. En la Iglesia somos iguales en
dignidad, pero cada quien es único e irrepetible, con dones propios. No se busca la uniformidad. Es
preciso abrirse a lo que otros puedan aportar, pensar, decir… desde su propia historia y
experiencia. La comunidad habrá de caracterizarse por ser una comunidad abierta, no cerrada en sí
misma, ni actuar como grupo aislado en donde los que son diferentes no tienen cabida. Este es un
riesgo fuerte que habrán de superar muchas comunidades cristianas.
• La búsqueda de la unidad. El reconocimiento a la diversidad va encaminado al fortalecimiento de la
propia comunidad, a la búsqueda de la unidad. No se trata de anarquía, sino de caminar juntos
desde lo que cada quien aporta.
6. Comunión y misión
Buscar la comunión y crecer en ella forma parte integrante del camino del discipulado y de la misión.
La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado
sin comunión (DA 156).
Comunión y misión se entrelazan y alimentan mutuamente:
La comunión genera comunión, y esencialmente se configura como comunión misionera. En efecto,
Jesús dice a sus discípulos: «No me eligieron ustedes a mí, fui yo quien los elegí a ustedes. Y los he
destinado para que vayan y den fruto abundante y duradero» (Jn 15, 16).
La comunión y la misión están profundamente unidas entre sí, se compenetran y se implican mutuamente,
hasta tal punto que la comunión representa a la vez la fuente y el fruto de la misión: la comunión es
misionera y la misión es para la comunión (CFL 32).

90
7. Alimentar la comunión
La comunión se construye tal como la hacían las primeras comunidades de cristianos (cf. Hch 2, 42). En
especial a través del Pan de la Palabra y de la Eucaristía, ésta última como la expresión más perfecta de
la comunión con Dios y con la Iglesia (cf. DA 158). Las comunidades darán fruto si se mantienen
adheridas a Cristo.

8. CEFALAE
En la Arquidiócesis los Centros de Formación que se han establecido para la formación básica son los
CEFALAE’s (Centros de Formación de Agentes Laicales para Acciones Específicas).
Estos centros han nacido bajo la fundamentación doctrinal, eclesial, pastoral y pedagógica que hemos
descrito a lo largo de este itinerario.
Por ello estos centros habrán de constituirse a manera de pequeñas comunidades eclesiales, escuelas de
conversión, comunión y misión.
Como su nombre lo indica ellos están orientados a ser escuelas de formación básica, como plataforma
para preparar a los agentes de pastoral para las acciones específicas. Su característica especial es la
formación de agentes con tinte misionero.

9. Otros centros de formación


Con otros centros de formación nos referimos a la formación que se imparte en movimientos, pequeñas
comunidades u otros centros distintos a los CEFALAE’s. Por ser parte de la iglesia local, estos
ambientes, están llamados también a formar laicos bajo los criterios de formación que hemos descrito a
lo largo de este Manual. Independientemente de su programa formativo, habrán de mirar a un objetivo
principal: formar en la comunión, formación y apostolado con tinte misionero.

ACTIVIDADES
INDIVIDUALES GRUPALES
- ¿Cómo haces comunión con tu familia, vecinos, - Imaginen y describan un Centro de Formación
amigos, grupo parroquial, otros cristianos y los ideal como escuela de comunión ¿cómo sería?
no cristianos? ¿qué características tendría?
- ¿De qué manera mi propia familia es también - Evaluar su centro de Formación:
una escuela de comunión? • ¿Cómo refleja ser escuela de comunión y
misión?
• ¿Qué acciones se pueden emprender para que
el Centro testimonie y viva la comunión?

EVALUACIÓN
¿Cómo puedo contribuir a la construcción de comunión en mi propia comunidad eclesial?
PARA SEGUIR DESCUBRIENDO
 Documento de Aparecida. V Conferencia General del Episcopado latinoamericano. Aparecida. Brasil 2007,
nn. 154-239.
 Christifideles Laici. Exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre la vocación y misión de los
laicos en la Iglesia y en el mundo, 1988, nn. 18-31.

91
BIBLIOGRAFÍA
 ARQUIDIÓCESIS PRIMADA DE MÉXICO, Manuales de formación básica para agentes de pastoral, PPC.
 CASA DE LA BIBLIA, La Biblia en grupo, Doce itinerarios para una lectura creyente, Verbo divino,
Estella (Navarra) 2000.
 Catequistas en formación. Curso básico, PPC, Madrid 2005.
 E. PEÑA, Los laicos, discípulos. Folleto A la luz de Aparecida n.12, CELAM, Bogotá 2008.
 F. MARTÍNEZ-DIEZ, Teología de la comunicación, BAC, Madrid 1994.
 G. BILBAO, Comunidades para Evangelizar, PPC, Madrid 2007.
 G. J. MAGDALENA, El espíritu del educador, PPC, Madrid 2007.
 H. OTERO, Crear y recrear la clase de religión. Experiencias y propuestas, PPC, Madrid 2007.
 L.M. IBARRA, Aprende fácilmente con tus imágenes sonidos y sensaciones, Garnik ediciones 2003.
 L.M. IBARRA, Mapeando con Luz María, Garnik ediciones México 2002.
 S, ERSPAMER, Clipart. Imágenes para el año litúrgico. Ciclos A, B y C, PPC, Madrid 2004-2006
 STPS, Curso de Formación de Instructores, Manual del Participante, México, D.F 2005.
 ONTORIA P., Mapas conceptuales, una técnica para aprender, Narcea Ediciones, Madrid 1992.

Páginas Web
 http://www.capacinet.gob.mx/wb2/eMex/eMex_Estrategias_de_ensenanza_y_aprendizaje
 http://www.aulafacil.com/Ense%F1anza/Lecc-7.htm
 http://members.fortunecity.com/dinamico/redina.htm (Dinámicas)
 http://gerza.com/tecnicas_grupo/tecnicas_grupo_ok.html
 http://www.marianistas.org/juegos/
 M.J. LÓPEZ M., Técnicas de estudio: El esquema, en http://www.psicopedagogia.com/tecnicas-de-
estudio/esquema.

92
ÍNDICE

PRESENTACIÓN ................................................................................ 3

MARCO TEÓRICO
Tema 1. Formar al estilo de Jesús ............................................................ 4
Tema 2. La formación, un proceso que toma en cuenta a toda la persona ................. 8
Tema 3. Formar para llevar a cabo el plan pastoral de la Arquidiócesis .................. 13
Tema 4. La formación, un itinerario a recorrer ............................................. 17
Tema 5. La formación básica: crecer en conversión, comunión y actitud de servicio .... 21
Tema 6. La Palabra de Dios y el Magisterio, fuentes de la formación................... 25

DESTINATARIOS
Tema 7. Los laicos como interlocutores de la formación ................................... 29
Tema 8. La vocación de formador ............................................................ 34
Tema 9. Ser y crecer como formador ....................................................... 39
Tema 10. El formador como facilitador del aprendizaje ................................... 43

METODOLOGÍA
Tema 11. Estructura general de los Manuales............................................... 48
Tema 12. Taller: Aprovechar los primeros elementos ...................................... 52
Tema 13. Taller: La síntesis .................................................................. 55
Tema 14. Taller: La Palabra y otros textos ................................................. 61
Tema 15. Taller: El desarrollo de los contenidos ........................................... 64
Tema 16. Taller: Las actividades y la Evaluación ........................................... 69
Tema 17. Los recursos didácticos ............................................................ 73
Tema 18. Taller: Formar para la vida cristiana, integrando criterios y objetivos ....... 78
Tema 19. Taller: Dinámica de la sesión ...................................................... 83

AMBIENTES
Tema 20. Centros de Formación, escuelas de comunión y misión .......................... 88
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................ 92

93

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