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Hoy, saber que existen las redes sociales, crear cuentas en ellas y publicar con
regularidad no es suficiente. Tampoco basta con hacer publicidad o diseñar un
sitio web robusto y competitivo en la página de resultados de los buscadores.
Las campañas políticas necesitan de una estrategia digital para sobresalir, y de
un ecosistema digital versátil y coherente con los objetivos y los electores
potenciales.
2. Crear un blog
Las redes sociales son la herramienta ideal para dar visibilidad al candidato y
lograr un profunda interacción de los electores con sus ideas. ¿Cómo hacerlo?
Lo primero es elegir en cuáles redes sociales tendrá actividad el político. Esta
elección se debe basar en los recursos disponibles y el comportamiento de los
votantes objetivo. Luego, se deben definir las acciones a emprender en cada una
de ellas. Y, finalmente, establecer el tono y el lenguaje de las comunicaciones.
Una presencia exitosa del candidato en las redes sociales lo catapultará y lo
pondrá al frente de la opinión pública.
Oír lo que se dice en los entornos digitales y medir el ruido son dos tareas
cruciales para una campaña política. Un estratega digital debe destinar recursos
para la escucha social activa y diseñar procesos para amplificar o reducir el ruido.
¿Qué debe monitorear el equipo digital de un candidato político? Básicamente,
el contenido que se genera y asocia a este, las temáticas populares en cada red
social y especialmente aquellas afines al candidato. El proceso de escucha y
monitoreo debe complementarse con un protocolo de acción que incluya: (i)
valorar los sentimientos positivos, neutros o negativos asociados a cada
contenido detectado en las redes sociales; (ii) categorizar las fuentes donde se
publica el contenido; (iii) clasificar a quienes emiten ese contenido; (iv) identificar
la vulnerabilidad del candidato frente a cada temática; (v) reconocer el impacto
de los contenidos en los influenciadores y líderes de opinión; y (vi) planificar las
acciones que se desprenden de cada escenario posible.
1. Crear estrategias antes que tácticas. Las campañas políticas logran más de
aquello para lo que fueron pensadas y tienen más acción de la que se planificó.
Los políticos que se centran en lo táctico terminan convirtiendo su plan digital en
un cúmulo de tareas sin norte e integración; por lo tanto, su actividad diaria se
enfocará más en apagar incendios que en proponer.
3. Medir los indicadores correctos. Los seguidores y los likes son indicadores
primitivos de un esfuerzo digital. Las campañas políticas deben aprender de
métrica para detectar datos avanzados en: (i) el crecimiento y el involucramiento
de la audiencia, sus preferencias y comportamientos; (ii) la eficacia en la
transmisión de mensajes, su aprobación y asimilación; y (iii) la detección de
circunstancias que alteran esos resultados. Con esto, se retroalimentará la
estrategia.