Cuando hace falta invocar a una entidad que nos brinde su
protección para defendernos de agresores o ladrones, nada mejor que elevar nuestro pedido de ayuda a San Miguel, espíritu de lucha contra todo mal.
Rogamos nos protejas.
San Miguel Arcángel, contra la violencia, el asesinato y el robo. Preservarnos hoy en tu bondad de la malicia de los hombres pecaminosos y malos. En tu vigilancia mira por la seguridad y el bienestar de nuestros hogares y guarda nuestras posesiones. Mantén siempre bajo tu cuidado especial, oh San Miguel, todo triunfante, las fuerzas del orden contra los crímenes de los mal efectores y defiende en tiempos de peligro a todos los ciudadanos honestos. Te pedimos esto a través de Jesús cristo nuestro señor. Pues el señor Dios nos ha encomendado a tus ángeles para guardarnos en todos nuestros caminos. (Nombre ahora la situación o el lugar que requiera protección de San Miguel).
San Miguel, Arcángel de Dios, defiéndenos en la batalla y
protégenos contra la maldad y las celdas del diablo. Rezamos humildemente para que Dios castigue a Satanás y, con el poder de Dios, le eches tú, Príncipe de las huestes Celestiales, al infiernos, junto con todo los espíritus maléficos que pueblan el mundo, buscando la predicción de las almas.