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Fases del encuentro abierto

En sus investigaciones, W. Schutz (creador de la Teoría FIRO® y de El


Elemento Humano®) encontró que las fases del desarrollo del grupo
cumplen un ciclo estricto que guarda relación con las necesidades
interpersonales individuales. Cualquiera sea la duración de un grupo, éste
presenta ciclos de inclusión-control-afección. Ciclo que puede repetirse
varias veces desde la conformación de un grupo hasta la disolución
programada del mismo. W. Schutz percibió también que cerca del fin
previsto de un grupo ese ciclo se invertía.
En términos técnicos sugiere hacer coincidir la suspensión parcial de una
sesión grupal o de una etapa de trabajo cuando el grupo ya ha cumplido un
ciclo llegando a la fase del afecto o la afección. De esta forma el grupo seguía
interactuando naturalmente sin la dirección del coordinador.

Fase de inclusión: Confrontados entre sí, los participantes buscan y


encuentran su lugar en algún punto en ese radio imaginario que va desde el
centro del grupo hasta su periferia.

“Esta fase comienza con la creación del grupo. Al enfrentarse mutuamente, la


gente encuentra su ubicación inicial, que implica quedar dentro o fuera del
grupo, presentarse como un individuo específico y comprobar si los demás
le han de prestar atención o harán caso omiso de él. La ansiedad que
provoca la inclusión hace que los individuos hablen en exceso, se aparten,
narren historias apasionantes o practiquen el exhibicionismo. Pero el
problema básico del compromiso con respecto al grupo está latente: cada
miembro se pregunta tácitamente hasta qué punto debe integrarse al grupo,
cuánto deberá sustraer a sus otros compromisos para invertir en esta nueva
relación. ¿Cuál será mi importancia en este medio? se cuestiona. ¿Se darán
cuenta ellos de quién soy yo y qué es lo que sé hacer, o no me diferenciarán
de los demás?- Se trata de un problema de identidad.”
El grupo establece sus límites. Sus integrantes evalúan su implicación, su
“compromiso”, su “contrato”, las reacciones del coordinador, la calidad del
contacto, el grado de comunicación.

Cada uno establece aliados y se hace una idea de la composición del grupo y
del tipo de papel que desea representar.

En una etapa más avanzada de la inclusión si aún persiste la dificultad en la


integración de algún miembro y finalmente se logra este paso, el grupo
“experimenta una sensación de euforia similar a la del individuo que se
siente íntegro. Por lo común, de ahí en más el grupo funciona mejor, pues
puede emplear con más provecho la energía oculta que estaba ligada a la
preocupación por ese miembro”.

Generalmente se presenta en esta etapa algún problema que comienza de


una u otra forma a ser debatido. Si bien este problema carece normalmente
de importancia para la mayoría de los integrantes del grupo o bien para
todos, la discusión se hace larga y no se suele llegar a ninguna discusión. No
obstante, esto ha servido para el reconocimiento recíproco de sus
integrantes.

Fase de control: El participante ya se ha establecido. El interés se centra en


el procedimiento de lograr una posición que satisfaga sus necesidades de
control, influencia, y de responsabilidad. Se trata de la distribución del poder
y del control, y las conductas predominantes son la lucha por el liderazgo, la
competencia, el debate sobre la orientación de la tarea, las reglas de
procedimiento, y los métodos para las tomas de decisiones y asignaciones de
responsabilidades

“Las ansiedades fundamentales giran en torno a tener demasiada o muy


poca responsabilidad, demasiada o muy poca influencia… En la etapa de
control el interés del grupo se centra en la regulación interna, la centración,
y la eficiencia”.
Fase del afecto: Los problemas de control e influencia están
mayoritariamente resueltos. Los participantes intentan integrarse
emocionalmente en el grupo. Cada uno intenta expresar y recibir
manifestaciones de afecto estableciendo además su propia pauta en lo
concerniente a la intensidad y calor de los intercambios. El grupo busca
saber hasta dónde puede llegar sin ir realmente demasiado lejos.

“En este estadio es habitual asistir a la expresión de sentimientos positivos,


hostilidad personal directa, celos, formación de parejas, y, en general, una
intensificación de las emociones suscitadas entre parejas de individuos. Las
ansiedades primordiales se vinculan con el sentimiento de no despertar
simpatía en los demás, no entablar con ellos una relación suficientemente
estrecha, o bien llegar a una intimidad excesiva. Cada miembro se afana por
alcanzar la posición más cómoda para él en su intercambio de afecto con los
demás

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