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“Pedid y se os dará”.

Mateo VII-7
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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PREFACIO
Estas páginas fueron escritas con el propósito y la esperanza de que sus sugerencias puedan
proporcionarte la llave que te abra el camino para hacer realidad tus deseos, y para explicarte que
el miedo debería ser desterrado del todo de tus esfuerzos por obtener la posesión de las cosas que
deseas. Esto presupone, por supuesto, que tu deseo de posesión se basa en tu aspiración a una
mayor libertad. Sientes, por ejemplo, que la posesión de más dinero, tierras o amigos te hará más
feliz, y tu deseo de poseer esas cosas surge de la convicción de que poseerlas te dará libertad y
felicidad.

En tu esfuerzo por poseer, descubrirás que lo que más necesitas es «SER» siempre (no
intermitentemente) tú mejor yo -ese yo que entiende que los errores de tus seres queridos son
simplemente equivocaciones-. Tu sensación de que tener más posesiones, del tipo que sean, te
dará satisfacción y felicidad, es errónea. Ninguna persona, lugar o cosa puede darte la felicidad.
Pueden darte un motivo para la felicidad y una sensación de satisfacción, pero la alegría de vivir
proviene de tu interior. Por lo tanto, aquí se te recomienda que hagas el esfuerzo de obtener
aquellas cosas que crees que te darán alegría, y no otra cosa, siempre y cuando, como dijimos
antes, tus deseos estén de acuerdo con la alegría de vivir.

En este volumen, también se quiere sugerir las posibilidades que le aguardan a quien realiza un
esfuerzo persistente por comprender la ley de visualización y hace una aplicación práctica de esos
conocimientos en el plano en que él o ella se encuentran. La palabra «ESFUERZO», tal como se
emplea aquí, no pretende transmitir la idea de tensión. Todos los estudios y meditaciones deben
realizarse sin tensión o estrés.

He procurado mostrar que, si uno empieza desde el principio de la acción creativa o la imagen
mental, está garantizado que a continuación llegarán ciertos resultados correspondientes.
«Aunque las leyes del universo no pueden ser modificadas, se puede hacer que trabajen en
condiciones específicas, produciendo unos resultados para el avance individual que no
pueden ser obtenidos bajo el funcionamiento espontáneo de la ley proporcionado por la
naturaleza.» Por muy lejos de tus experiencias pasadas que te puedan llevar las sugerencias que
te he dado sobre las posibilidades que te aguardan al visualizar, en ningún caso rompen la
continuidad de la ley de causa y efecto.

Si, a través de las sugerencias dadas aquí, alguien llega a darse cuenta de que su mente es el centro
a través del cual, y en el cual, opera «todo el poder que hay», el cual simplemente está esperando
que se le indique la única manera en que puede realizar una acción específica (y esto significa
reacción en una forma concreta o física), entonces este libro habrá cumplido su misión. Intenta
recordar que la imagen que piensas, sientes y ves se refleja en la Mente Universal y que, por la ley
natural de la acción recíproca, debe regresar a ti en una forma espiritual o física.

El conocimiento de esta ley de la acción recíproca entre el individuo y la Mente Universal te da


libre acceso a todo lo que deseas poseer o ser. Hay que tener presente firmemente que todo esto
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sólo puede ser cierto para la persona que reconoce que su poder para crear una imagen mental
permanente proviene del espíritu universal de la vida que todo lo crea (Dios), y que puede usarse
de una forma constructiva únicamente si se emplea y se retiene en armonía con la naturaleza del
espíritu que lo creó. Para garantizar esto, no debe haber ninguna inversión del pensamiento de la
persona acerca de su relación con este espíritu creador universal, que es la de un hijo o una hija, a
través de la cual la mente del padre actúa y reacciona. Condicionado de esta manera, cualquier
cosa que pienses o sientas que eres, será reproducida fielmente por el espíritu creador de la vida en
una reacción correspondiente. Éste es el principal motivo por el cual debes imaginarte a ti mismo
y a tus asuntos tal como quieres que sean, como realidades existentes (aunque sean invisibles para
el ojo físico), y vivir dentro de tu imagen. Un esfuerzo honesto por hacer esto, reconociendo
siempre que tu mente es una proyección del espíritu creador, te demostrará que lo mejor que
existe es tuyo, en todos tus caminos.

GENEVIEVE BEHREND, septiembre de 1921


TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO I
EL ORDEN DE LA VISUALIZACIÓN
El ejercicio de la facultad de visualizar mantiene a tu mente en orden y atrae hacia ti las cosas
que necesitas para hacerte la vida más agradable de una forma ordenada. Si te entrenas en la
práctica de imaginar deliberadamente tu deseo y examinarlo detenidamente, pronto descubrirás
que tus pensamientos y deseos llegan y se desarrollan de una forma más ordenada que antes.
Cuando has alcanzado un estado de mentalidad ordenada, ya no estás en un continuo estado de
prisa mental. La prisa es miedo y, en consecuencia, es destructiva.
En otras palabras, cuando tu entendimiento comprende el poder que hay en el acto de visualizar
lo que tu corazón desea y retenerlo con tu voluntad, entonces atrae hacia ti todas las cosas
necesarias para la realización de esa imagen mediante las vibraciones armoniosas de la ley de
atracción. Te das cuenta de que, puesto que el orden es la primera ley del cielo, y la visualización
coloca las cosas en su elemento natural, entonces visualizar debe de ser algo celestial.
Todo el mundo visualiza, tanto si sabe que lo hace como si no lo sabe. Visualizar es el gran
secreto del éxito. El uso consciente de este gran poder atrae hacia ti recursos enormemente
multiplicados, intensifica tu sabiduría y te permite hacer uso de ventajas que antes eras incapaz
de reconocer.
Ahora podemos volar por el aire, no porque alguien haya sido capaz de cambiar las leyes de la
naturaleza, sino porque el inventor de la máquina que vuela aprendió a aplicar las leyes de la
naturaleza y, haciendo un uso ordenado de ellas, produjo el resultado deseado. Hasta ahora, en lo
que a las fuerzas naturales se refiere, nada ha cambiado desde el principio. En el «año uno» no
había aviones, porque los de esa generación no podían concebir esa idea como una posibilidad
práctica factible. «Todavía no se ha hecho», era el argumento, «y no puede hacerse». Sin
embargo, las leyes y los materiales para las máquinas voladoras prácticas existían antes igual que
existen ahora.
Troward nos dice que la gran lección que aprendió del avión y la telegrafía inalámbrica es el
triunfo del principio sobre el precedente, y el trabajar una idea hasta su conclusión lógica a pesar
de los testimonios acumulados de todas las experiencias anteriores.
Teniendo ante ti tal ejemplo, ¿no te das cuenta de que secretos aún más grandes pueden ser
revelados? ¿Y que, además, tienes en tu interior la llave que abre la cámara secreta que contiene
lo que más deseas? Lo único necesario para que puedas usar esa llave y hacer que tu vida sea
exactamente como tú quieres que sea es una cuidadosa investigación de las causas invisibles que
están detrás de todos los estados externos y visibles. Luego debes llevar esas causas invisibles a
la armonía con tus ideas y descubrirás que puedes convertir las posibilidades que actualmente te
parecen sólo sueños fantásticos en realidades prácticas que funcionan.
Todos sabemos que el globo fue el antecesor del avión. En 1766, Henry Cavendish, un noble
inglés, demostró que el gas hidrógeno era siete veces más ligero que el aire de la atmósfera. A
partir de ese descubrimiento se creó el globo, y a partir del globo corriente se desarrolló el
dirigible, un aeróstato con forma de puro. El estudio de la aeronáutica y de las leyes de la
locomoción aérea de las aves y los proyectiles llevó a la creencia de que se podía desarrollar un
mecanismo con el cual se podía conseguir que máquinas más pesadas que el aire viajaran de un
lugar a otro y se mantuvieran en el aire a una velocidad que superase la ley de la gravedad
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mediante una fuerza propulsora.


Muchos se mofaron del profesor Langley, de Washington, quien desarrolló gran parte de una
teoría que luego otros mejorarían, cuando éste consiguió que un modelo de avión levantara vuelo
sólo para acabar hundiendo su nariz en las fangosas aguas del Potomac. Pero los hermanos
Wright, que realizaron experimentos a finales del siglo XIX, percibieron la posibilidad de viajar
por el aire en una máquina que no tuviera ninguna bolsa de gas. Se vieron disfrutando de esta
forma de transporte con gran facilidad. Dicen que uno de los hermanos le decía al otro (cuando
sus variados experimentos no salían como ellos esperaban): «No pasa nada, hermano. Puedo
verme montado en esa máquina, que viaja fácilmente y con estabilidad». Esos hermanos Wright
sabían lo que querían y mantenían sus imágenes constantemente ante ellos.
Al visualizar, o crear una imagen mental, no estás procurando cambiar las leyes de la naturaleza.
Estás cumpliendo con ellas. Tu objetivo al visualizar es llevar las cosas a un orden normal, tanto
mental como físicamente. Cuando te das cuenta de que este método para emplear tu poder
creador comporta la realización material práctica las cosas que deseas, una tras otra, tu confianza
en la misteriosa pero infalible ley de la atracción, que tiene su estación central de poder en el
corazón mismo de tu palabra/imagen, se vuelve suprema. Nada puede hacerla flaquear. Nunca
sientes que es necesario quitarle nada a nadie. Has aprendido que el pedir y el buscar tienen
como correlativos el recibir y el hallar. Sabes que lo único que tienes que hacer es conseguir que
la sustancia plástica del universo empiece a fluir hacia los moldes de pensamiento que tu
imagen-deseo ofrece.
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CAPÍTULO 2
COMO ATRAER LAS COSAS QUE DESEAS
El poder que está dentro de ti, que te permite formar una imagen mental en imágenes, es el punto
de partida de todo lo que existe. En su estado original, es la sustancia indiferenciada e informe de
la vida. Tu imagen mental forma el molde (por así decirlo) en el que esta sustancia informe
tomará forma. Visualizar o ver mentalmente las cosas y las condiciones tal como quieres que
sean es el poder condensador, especializador, que está en ti y que podría ilustrarse como la lente
de un proyector. El proyector es uno de los mejores símbolos de esta facultad de imaginar.
Ilustra el funcionamiento del espíritu creador en el plano de la iniciativa y la selección (o en su
forma concentrada especializadora) de una forma sumamente clara.
Esta diapositiva de una imagen ilustra tu propia imagen mental —invisible en el proyector de tu
mente hasta que enciendes la luz de tu voluntad—. Es decir, enciendes tu deseo con la fe
absoluta de que el espíritu creador de la vida, en ti, está haciendo el trabajo. Mediante el fluir
continuo de la luz de la voluntad en el espíritu, la imagen deseada es proyectada en la pantalla
del mundo físico: una reproducción exacta de la diapositiva que está en tu mente.
Visualizar sin una voluntad suficientemente estable para inhibir todos los pensamientos y
sentimientos contrarios a tu imagen sería tan inútil como utilizar un proyector que no tiene una
luz. Por otro lado, si tu voluntad está lo suficientemente desarrollada como para mantener tu
imagen en el pensamiento y el sentimiento, sin ningún « ¿y si...?», sino simplemente dándose
cuenta de que tu pensamiento es el gran poder atractriz, entonces tu imagen mental se proyectará
en la pantalla de tu mundo físico con la misma seguridad que cualquier diapositiva colocada en
el mejor proyector que se haya fabricado jamás. Prueba proyectar una imagen en un proyector
que tenga una luz que se mueve continuamente de un lado al otro, y tendrás el efecto de una
voluntad vacilante. Es tan necesario que te mantengas siempre detrás de tu imagen con una
voluntad fuerte y estable, como lo es tener una luz fuerte y estable en un proyector. La alegre
seguridad con la que creas tu imagen es el imán sumamente poderoso de la fe, y nada puede
destruirlo. Estás más feliz que nunca porque ahora sabes dónde está tu fuente de suministro, y
confías en su respuesta segura a tus indicaciones. Lo importante que debe recordarse es que lo
que todo ser humano desea es la felicidad, y el estudio de la visualización te permite obtener más
de la vida de lo que has tenido jamás. Cada vez se presentan más posibilidades para ti.
Un hombre de negocios me dijo en una ocasión que desde que practicaba la visualización y había
adquirido el hábito de dedicar unos minutos cada día a pensar en su trabajo tal como deseaba que
fuese, de una forma grande y amplia, su negocio había crecido más del doble en seis meses. Su
método consistía en entrar cada mañana en una habitación antes de desayunar y hacer un
inventario mental de su negocio tal como lo había dejado la noche anterior, y luego extenderse
sobre ello. Dijo que se expandía y expandía de esta manera hasta que sus asuntos se encontraban
en un estado extraordinariamente exitoso.
Se imaginaba en su oficina haciendo todo lo que quería que se hiciera. Su ocupación le exigía
reunirse con muchos desconocidos cada día. En su imagen mental se veía encontrándose con esas
personas, comprendiendo sus necesidades y proporcionándoles exactamente lo que deseaban. Este
hábito, decía, había fortalecido y dado firmeza a su voluntad de una forma casi inconcebible.
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Además, al ver mentalmente las cosas tal como deseaba que fueran, había adquirido la sensación
confiada de que se estaba ejercitando cierto poder creador, para él y a través de él, con la finalidad
de mejorar su pequeño mundo.
Cuando empieces a visualizar en serio, es posible que sientas, como muchas otras personas, que
otra persona podría estar haciendo la misma imagen que tú y, naturalmente, eso no sería
adecuado para tu finalidad. No te preocupes, si no es necesario, por esto. Simplemente intenta
darte cuenta de que tu imagen es un ejercicio ordenado del poder creador universal aplicado de
forma específica. Entonces puedes estar seguro de que nadie puede trabajar en oposición a ti. La
ley universal de la armonía lo impide. Procura tener presente que tu imagen mental es la Mente
Universal que está ejerciendo sus poderes inherentes de iniciativa y selección específicamente.
Dios, o la Mente Universal, creó al hombre con la finalidad especial de diferenciarse a través de
él. Todo lo que existe, nació de la misma manera, mediante esta misma ley de autodiferenciación,
y con la misma finalidad. Primero existió la idea, la imagen mental o el prototipo de la cosa, que
es la cosa misma en su forma incipiente o plástica.
El Gran Arquitecto del Universo se contempló a sí mismo manifestándose a través de su opuesto
polar, la materia, y la idea se expandió y se proyectó hasta que tuvimos un mundo, muchos
mundos.
Mucha gente pregunta: «Pero, ¿por qué debemos tener un mundo físico?». La respuesta es:
Porque está en la naturaleza de la sustancia creadora solidificarse, bajo directrices más que
actividad, del mismo modo que está en la naturaleza de la cera endurecerse cuando se enfría, o
del yeso volverse firme y sólido cuando se expone al aire. Tu imagen en esta misma sustancia
divina en su estado fluido toma forma a través del centro individualizado de operación divina, tu
mente; y no hay ningún poder que impida que esta combinación de sustancia espiritual se
convierta en forma física. Está en la naturaleza del espíritu realizar su trabajo, y una idea no está
realizada hasta que no ha creado para sí un vehículo.
Nada puede impedir que tu imagen adquiera una forma concreta, excepto el mismo poder que le
dio vida: tú. Supongamos que quieres tener una habitación más ordenada. Observas tu dormitorio
y la idea de orden te sugiere cajas, armarios, estanterías, perchas, etcétera. La caja, el armario, las
perchas, todo eso son ideas concretas de orden. Son vehículos a través de los cuales se sugieren
el orden y la armonía.
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CAPÍTULO 3
LA RELACIÓN ENTRE LA FORMA MENTAL
Y LA FORMA FÍSICA
Algunas personas sienten que no es del todo correcto visualizar cosas. «Es algo demasiado
material», dicen. Pero la forma material es necesaria para el autoreconocimiento del espíritu
desde el punto de vista individual. Y éste es el medio por el cual se lleva a cabo el proceso
creativo. Por lo tanto, la materia, lejos de ser una ilusión y algo que no debería existir (como
enseñan algunos maestros metafísicos), es el canal necesario para la autodiferenciación del
espíritu. Pero no tengo intención de llevarte a un razonamiento científico largo y cansino para
eliminar el misterio de la visualización y ponerla sobre una base lógica. Naturalmente, cada
persona hará esto a su manera. Mi único deseo es indicarte el camino más fácil que conozco, que
es el sendero por el que Troward me guía. Estoy segura de que llegarás a la conclusión, como lo
he hecho yo, de que el único misterio en la conexión con la visualización es el misterio de la vida
que toma forma, gobernada por unas leyes inalterables y fácilmente comprensibles. Todos
poseemos más poder y mayores posibilidades de lo que creemos. Visualizar es uno de los más
grandes poderes y nos hace ver otras posibilidades. Cuando nos paramos a pensar un momento,
nos damos cuenta de que para que el cosmos pueda existir, debe de ser el resultado de una mente
cósmica, que une «a todas las mentes individuales a ciertas unidades de acción genéricas,
produciendo así todas las cosas como realidades y ninguna como ilusiones». Si tomas este
pensamiento de Troward y meditas sobre él sin prejuicios, sin duda te darás cuenta de que la
forma material concreta es una absoluta necesidad del proceso creativo y, además, de que «la
materia no es una ilusión, sino un canal necesario por el cual la vida se diferencia». Si consideras
la materia en su orden correcto como el opuesto polar del espíritu, no encontrarás ningún
antagonismo entre ellos. Por el contrario, juntos constituyen un todo armonioso. Y, cuando te das
cuenta de esto, sientes que en tu práctica de visualizar estás trabajando desde causa y efecto,
desde el principio hasta el final. En realidad, tu imagen mental es la obra especializada del
espíritu creador. Uno podría hablar durante horas basándose en hechos puramente científicos,
mostrando, como dice Troward, «que la materia prima para la formación de los sistemas solares
está distribuida universalmente por todo el espacio». Sin embargo, las investigaciones muestran
que, aunque los cielos están tachonados con millones de soles, hay espacios que no dan ninguna
señal de actividad cósmica. Si esto es verdad, debe de haber algo que inició la actividad cósmica
en ciertos lugares, mientras que pasó de largo por otros en los que también había materia prima
disponible. Sin pensarlo mucho, uno podría atribuir el desarrollo de la energía cósmica a un
medio que está distribuido uniformemente por todo el espacio, porque todas sus partículas están
en equilibrio y, por lo tanto, ninguna partícula posee en sí misma un mayor poder para originar
movimiento que las demás. Así pues, encontramos que el movimiento inicial, aunque trabaja en
las partículas de la sustancia original, y a través de ellas, no parte de las propias partículas. Es ese
algo al que nos referimos cuando hablamos del espíritu. El mismo poder que trajo a la sustancia
universal a la existencia traerá tu pensamiento individual, o tu imagen mental, a la forma física.
No hay ninguna diferencia en el tipo de poder. La única diferencia es una diferencia de escala. El
poder y la sustancia son iguales. Sólo que al desarrollar tu imagen mental, ésta transfiere su
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energía creativa de lo universal a la escala de lo particular, y funciona de la misma manera


infalible desde su centro específico: tu mente.

CAPÍTULO 4

EL FUNCIONAMIENTO DE TU IMAGEN MENTAL

Podríamos usar el funcionamiento de un gran sistema telefónico como un símil. La central


principal se subdivide en muchos ramales; cada ramal está en conexión directa con su fuente, y
cada rama individual, que reconoce la fuente de su existencia, informa de todo a la central. Por
lo tanto, cuando se requiere ayuda de cualquier tipo (nuevos suministros, reparaciones difíciles,
o un sinfín de otras cosas), la rama necesitada acude inmediatamente a su central. No se le
ocurriría remitir sus dificultades, o sus éxitos, a la central principal de un sistema de telégrafo
(aunque pertenezcan a la misma organización). Estas diferentes centrales de ramales saben que la
única solución para cualquier dificultad debe provenir de la central desde la que fueron
proyectadas.
Si nosotros, como ramas individuales de la Mente Universal, remitiéramos nuestras dificultades con
esta misma confianza a la fuente desde la cual fuimos proyectados, y usáramos las soluciones que
nos proporcionaran, nos daríamos cuenta de lo que quiso decir Jesús cuando dijo: «Pedid y
recibiréis». Todos recibiríamos nuestros equipamientos. Sin duda, el Padre debe abastecer a su
hijo. El tronco del árbol no puede dejar de proporcionar los medios de vida a sus ramas.
Todas las cosas animadas e inanimadas están llamadas a existir o a destacar por un poder que no
destaca por sí mismo. El poder que crea la imagen mental, la sustancia del espíritu creador de tu
deseo imaginado, no destaca. Proyecta la sustancia de sí mismo, que es un equivalente
solidificado de sí mismo, mientras que él se mantiene invisible para el ojo físico. Solamente
apreciarán el valor de visualizar aquellas personas que sean capaces de comprender lo que Pablo
quiso decir cuando dijo: «Los mundos fueron creados por la palabra de Dios. Las cosas que se
ven no están hechas de cosas que aparecen». No hay nada extraño o misterioso en la idea de que
tu deseo imaginado se convierta en una evidencia material. Ése es el funcionamiento de una ley
natural universal. El mundo fue proyectado por la contemplación de sí misma de la Mente
Universal, y esta misma acción está teniendo lugar en su rama individualizada, que es la mente
del hombre. Todo lo que hay en el mundo entero se inicia en la mente y llega a la existencia
exactamente de la misma manera, desde el sombrero que tienes en la cabeza hasta las botas que
tienes en los pies. Todas esas cosas son pensamientos proyectados, solidificados.
Tu avance personal en la evolución depende de que uses correctamente el poder de visualizar, y
el uso que hagas de él depende de si reconoces que tú, tú mismo, eres un centro particular por el
cual, y en el cual, el espíritu creador está hallando una nueva expresión para las potencialidades
que ya existen dentro de él. Esto es evolución; este continuo despliegue de pensamientos
existentes a través de cosas externamente invisibles.
Tu imagen mental es la fuerza de atracción que evoluciona y mezcla la sustancia original
dándole una forma específica. Tu imagen es la central eléctrica que mezcla y evoluciona, por así
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decirlo, a través de la cual el espíritu creador se expresa. Su acción creadora es ilimitada; no


tiene principio y no tiene final, y siempre es progresiva y ordenada. «Se desarrolla etapa a etapa,
siendo cada etapa una preparación necesaria para la que viene después.»
Ahora, veamos si podemos hacernos una idea de las diferentes etapas a través de las cuales
llegan a la existencia las cosas en el mundo. Troward dice: «Si logramos averiguar cuál es el
principio en funcionamiento que está produciendo esos resultados, podemos darle, muy rápida y
fácilmente, una aplicación personal. Primero, vemos que el pensamiento de la vida o el espíritu
creador sobre sí mismo es su simple conciencia de su propio ser, y esto produjo un primer éter,
una sustancia universal a partir de la cual crece todo en el mundo».
Troward nos dice también que «aunque esta conciencia de ser es una base necesaria para
cualquier otra posibilidad, no hay mucho que decir sobre ella». Lo mismo ocurre con el espíritu
individualizado, que eres tú. Antes de que consideres la idea de crear una imagen mental de tu
deseo como algo práctico, debes tener alguna idea de tu ser, de tu «yo soy». En cuanto tomas
conciencia de tu cualidad de «ser», empiezas a disfrutar de la libertad que esta conciencia te
sugiere. Quieres hacer más y más, y mientras realizas tu deseo en tu interior, el espíritu
localizado inicia actividades conscientes en ti. Lo que más te interesa es la acción específica del
espíritu creador de la vida, la mente universal especializada. El germen de Dios localizado en ti
es tu personalidad, tu individualidad, y puesto que la dicha de la libertad absoluta es la naturaleza
inherente de este germen de Dios, es natural que se proponga disfrutar a través de su centro
específico. Y cuando crece tu comprensión de que tu ser, tu individualidad, es Dios par-
ticularizándose, desarrollas tendencias divinas de una forma natural.
Quieres disfrutar de la vida y de la libertad. Quieres libertad en tus asuntos, así como en tu
conciencia, y es natural que así sea. Con este deseo progresivo, siempre hay una imagen-pen-
samiento borrosa. A medida que tu deseo y tu reconocimiento van convirtiéndose en un deseo
intenso, ese deseo se convierte en una imagen mental clara. Por ejemplo, una muchacha que
estudia música quiere tener un piano para poder practicar en casa. Desea el piano con tanta
fuerza que puede verlo mentalmente en una de las habitaciones. Mantiene la imagen del piano y
se dedica a reflexionar mentalmente sobre el placer y las ventajas de tener un piano en un rincón
de la sala de estar. Un día, lo encuentra ahí, tal como lo había imaginado.
A medida que vaya creciendo tu comprensión de quién eres, del lugar de donde vienes, de cuál
es la finalidad de tu ser y de cómo vas a realizar la finalidad para la que existes, te permitirás
cada vez más tener un centro a través del cual el espíritu creador de la vida puede disfrutar. Y te
darás cuenta de que sólo puede haber un proceso creativo que llena todo el espacio, que es el
mismo en su potencialidad, tanto si es universal como si es individual. Además, todo lo que
existe, tanto en el plano visible como en el invisible, tuvo su origen en la acción localizada del
pensamiento o en una imagen mental, y eso te incluye a ti, porque tú eres espíritu universal
localizado, y la misma acción creativa está teniendo lugar a través de ti.
Ahora, sin duda, te estarás preguntando por qué hay tantas enfermedades y miseria en el mundo.
Si el mismo poder y la inteligencia que creó el mundo está en funcionamiento en la mente del
hombre, ¿por qué no se manifiesta como fuerza, alegría, salud y abundancia? Si uno puede hacer
que sus deseos se hagan realidad simplemente creando una imagen mental del deseo,
agarrándose a él con la voluntad y haciéndolo sin ansiedad en el plano externo, o haciendo lo que
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haga falta para llevar ese deseo a su realización, entonces aparentemente no hay ningún motivo
para la existencia de la enfermedad y la pobreza. Sin duda, nadie desea ninguna de esas cosas.
El primer motivo es porque pocas personas se toman la molestia de averiguar cuáles son los
principios prácticos de las leyes de la vida. Si lo hicieran, pronto se convencerían de que no hay
ninguna necesidad de que existan las enfermedades y la pobreza que vemos a nuestro alrededor.
Se darían cuenta de que visualizar es un principio y no una falacia.
Hay algunas personas que han descubierto que vale la pena estudiar esta ley simple, pero
absolutamente infalible, que las liberará de la esclavitud. Sin embargo, la raza humana en general
no está dispuesta a dedicar a esos estudios el tiempo requerido. Es demasiado sencillo o
demasiado difícil. Las personas crean una imagen de su deseo, con una ligera comprensión de la
visualización, y la mantienen durante un día o dos, aunque con frecuencia lo hacen durante una
hora, aproximadamente. Pero si insistes en verte mentalmente rodeado de las cosas y las
condiciones como tú quieres que sean, comprenderás que la energía creativa envía su sustancia
plástica en la dirección indicada por la tendencia de tus pensamientos. Ahí reside la ventaja de
mantener tu pensamiento en la forma de una imagen mental.
Cuanto más entusiasmo y fe puedas poner en tu imagen, más rápidamente adoptará una forma
visible, y tu entusiasmo crecerá si mantienes en secreto tu deseo. En cuanto se lo cuentas a
cualquier alma viviente, en ese momento tu poder se debilita. Tu poder, tu atracción magnética,
ya no es tan fuerte y, en consecuencia, no puedes llegar tan lejos. Cuanto más perfectamente
guardado esté el secreto entre tu mente y tu ser exterior, más vitalidad le darás a tu poder de
atracción. Uno cuenta sus problemas para debilitarlos, para quitárselos de la mente y, cuando un
pensamiento es revelado, su poder se disipa. Háblalo contigo mismo, e incluso escríbelo, y luego
destruye inmediatamente el papel.
Sin embargo, esto no quiere decir que debas esforzarte enérgicamente en obligar al poder a
desarrollar tu imagen de la forma especial en que tú crees que debería hacerlo. Ese método
pronto te agotará e impedirá la realización de tu fin. Un pariente rico no tiene que morirse
necesariamente, ni tiene alguien que perder su fortuna en la calle, para que se materialicen los
10.000 dólares que te estás imaginando mentalmente.
Uno de los porteros del edificio en el que vivo oyó a unos visitantes que salían de mi piso hablar
sobre el acto imaginar deseos mentalmente. El deseo promedio era de 550 dólares. Él consideró
que cinco dólares eran lo más adecuado para él y empezó a visualizarlo, sin tener ni idea de
dónde o cómo los iba a conseguir. Entre tanto, mi loro se escapó volando por la ventana, de
modo que llamé por teléfono a los hombres que estaban en el patio para que lo atraparan para mí.
Uno de ellos lo consiguió, pero el loro le mordió el dedo. El portero, que tenía los guantes
puestos y no temía que el animal le hiciera una herida similar, lo agarró y subió a traérmelo. Le
di cinco billetes de un dólar por el servicio. Su repentina recompensa lo sorprendió. Me contó
con entusiasmo que había estado visualizando exactamente cinco dólares, simplemente porque
había oído decir que otras personas visualizaban. Estaba encantado ante la inesperada realización
de su imagen mental.
Lo único que tienes que hacer es crear una imagen mental así de lo que más deseas y mantenerla
alegremente en su sitio con tu voluntad, siempre consciente de que el mismo poder infinito que
creó el universo te trajo a la forma con el propósito de divertirse en ti y a través de ti. Y puesto que
es todo vida, amor, luz, poder, paz, belleza y alegría, y es el único poder creador que existe, la
forma que adopte en ti y a través de ti depende de la dirección que tu pensamiento le haya dado.
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En ti está indiferenciado, esperando a tomar cualquier dirección que se le dé cuando pase por el
instrumento que él ha creado con el propósito de distribuirse. Este poder es el que te permite
transferir tus pensamientos de una forma a otra. El poder de cambiar de idea es el poder
individualizado que toma la iniciativa, dando dirección a la sustancia fluida que está contenida
en cada pensamiento. Darle a esa sustancia plástica altamente sensible cualquier forma que
desees mediante la visualización es lo más sencillo del mundo. Cualquiera puede hacerlo con una
pequeña dosis de esfuerzo.
Cuando realmente estás convencido de que tu mente es un centro a través del cual toma forma
involuntariamente la sustancia plástica de todo lo que existe en tu mundo, la única razón por la
que tu imagen no siempre se materializa es porque has introducido algo que es antagónico al
principio fundamental. Con mucha frecuencia, este elemento destructivo es causado por la
frecuencia con que cambias tus imágenes. Después de muchos de esos cambios, decides que,
después de todo, lo que quieres es tu deseo original. Al llegar a esta conclusión, empiezas a
preguntarte por qué, «siendo la primera imagen», no se ha materializado. La sustancia plástica
con la que estás tratando mentalmente es más sensible que la película fotográfica más sensible.
Si, al tomar una fotografía, recuerdas súbitamente que ya habías tomado otra fotografía en esa
misma placa, no puedes esperar un resultado perfecto en ninguna de las dos imágenes.
Por otro lado, es posible que hayas tomado dos fotografías en la misma placa sin darte cuenta.
Cuando la placa es revelada y aparece la imagen, tú no condenas al principio de la fotografía, ni
te quedas perplejo, pues comprendes por qué tu fotografía ha salido de una forma tan
insatisfactoria. No sientes que es imposible que puedas obtener una imagen buena, clara, del
sujeto en cuestión. Sabes que puedes hacerlo simplemente empezando de nuevo desde el
principio, poniendo una nueva placa y decidiendo ser más cuidadoso al tomar la fotografía la
próxima vez. Cuando sigues estas pautas, estás seguro de obtener un resultado satisfactorio. Si
actúas de la misma manera con tu imagen mental, cumpliendo con tu parte con un estado mental
igualmente confiado, el resultado será igual de perfecto.
Las leyes de la visualización son tan infalibles como las leyes que gobiernan la fotografía. De
hecho, la fotografía es el resultado de visualizar. Una vez más, tus resultados al visualizar y tus
deseos pueden ser imperfectos o retrasarse a causa de un mal uso de este poder, debido al
pensamiento de que la realización de tu deseo depende de ciertas personas o condiciones. El
principio creador no depende, en modo alguno, de ninguna persona, lugar o cosa. No tiene
pasado y no conoce ningún futuro.
La ley dice que el principio creador de la vida es «el aquí universal y el ahora eterno». Crea sus
propios vehículos a través de los cuales opera. Por lo tanto, las experiencias del pasado no tienen
nada que ver con tu imagen actual. Así que no intentes obtener tu deseo a través de un canal que
puede no ser natural para él, aunque te parezca razonable. Tu sentimiento debería ser que la cosa,
o la conciencia, que tanto deseas es normal y natural, una parte de ti, una forma de tu evolución.
Si puedes hacer esto, no hay ningún poder que pueda impedirte disfrutar de la realización de la
imagen con la que estás trabajando, o de cualquier otra.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 5
EXPRESIONES DE LOS PRINCIPIANTES

Cientos de personas se han dado cuenta de que «visualizar es parecido a tener una lámpara de
Aladino para todo aquel que cuenta con una voluntad poderosa». El general Foch dice que se
sentía tan indignado durante la guerra franco-prusiana en 1870, que se visualizó conduciendo a
un ejército francés a la victoria contra los alemanes. Dijo que había creado esta imagen, se había
fumado una pipa y había esperado. Este es un resultado del acto visualizar que todos
conocemos.
El invierno pasado, una famosa actriz escribió un largo artículo en uno de los principales
periódicos dominicales en el que describía cómo se deshizo de un exceso de grasa corporal y de
peso visualizando constantemente su figura tal como quería que fuera.
Mientras estaba dando unas conferencias en Nueva York, recibí una interesante carta de la esposa
de un médico. Empezaba diciendo que esperaba que yo nunca dejara de dar conferencias sobre la
visualización, con las que hacía posible que la humanidad se diera cuenta del maravilloso hecho
de que poseía en su interior el método para su liberación. Refiriéndose a su propia experiencia,
me decía que había nacido en el lado este de Nueva York, en el barrio más pobre. Desde su más
temprana infancia había albergado el sueño de casarse algún día con un médico. Este sueño se
había convertido gradualmente en una imagen mental fija. El primer empleo que consiguió fue
como niñera en la familia de un médico
Tras dejar a esa familia, entró a trabajar con la familia de otro médico. La esposa de su jefe
murió y, con el tiempo, el médico acabó casándose con ella: el resultado de un anhelo imaginado
durante mucho tiempo. Después de eso, tanto ella como su marido concibieron la idea de tener
una granja agrícola en el sur de Estados Unidos. Formaron la imagen mental de la idea y
pusieron su fe en que acabara cumpliéndose. La carta que me enviaba venía de su granja en el
sur. La esposa del médico la había escrito estando ahí. Su segunda imagen mental había visto la
luz de la materialización.
Cada día me llegan muchas cartas de características similares. El siguiente es un caso que
apareció en el diario New York Herald en mayo de 1921:
«Atlantic City, 5 de mayo. Era una mujer anciana y hoy, cuando fue llevada ante el juez Clarence
Goldenberg en el tribunal de policía, estaba tan débil y cansada que a duras penas podía tenerse
en pie. El juez preguntó al guarda del tribunal de qué se la acusaba. "De robar una botella de
leche, su señoría", replicó el oficial. "Lo cogió de la entrada de una casita en el centro de la
cuidad al amanecer, esta mañana." "¿Por qué hizo eso?", le preguntó a la anciana el juez
Goldenberg. "Tenía hambre", dijo ella. "No tenía ni un centavo y no tenía forma de conseguir
nada para comer, excepto robándolo. Pensé que a nadie le importaría que me llevara una botella
de leche." "¿Cuál es su nombre?", preguntó el juez. "Weinberg", dijo la anciana, "Elizabeth
Weinberg". El juez Goldenberg le hizo algunas preguntas sobre su persona y luego dijo:
"Bueno, ahora no es usted muy rica, pero ya no es pobre. Llevo meses buscándola. Tengo 500
dólares que le pertenecen, de la herencia de un familiar suyo. Yo soy el albacea del testamento".»
El juez Goldenberg pagó la multa de la mujer de su propio bolsillo y luego la llevó a su oficina,
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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donde le entregó su herencia y envió a un policía a que le encontrara un sitio donde hospedarse.
Más tarde me enteré de que esta mujer menuda había estado deseando e imaginando
mentalmente 500 dólares, al tiempo que ignoraba cómo podrían llegar a ella. Pero mantuvo su
visión y la fortaleció con su fe.
En un número reciente de la revista GoodHousekeeping había un artículo escrito por Addington
Bruce, titulado «Fortalecer sus agallas mentales». Es sumamente instructivo y beneficiaría a
cualquiera que lo leyera. En una parte, dice: «El hábito de dedicar unos pocos momentos cada
día a pensar en su trabajo a lo grande, de una forma amplia e imaginativa, es una necesidad vital
para usted y un servicio útil para la sociedad».
Huntington el gran magnate ferroviario, antes de empezar a construir la vía que iba de costa a
costa, dijo que había tomado cientos de viajes a lo largo de la línea antes de que la vía estuviera
construida. Dicen que se sentaba durante horas con un mapa de los Estados Unidos delante de él
y viajaba mentalmente de costa a costa, exactamente como lo hacemos ahora en su imagen
mental realizada. Podría llamar tu atención con cientos de casos similares.
El mejor método de imaginar aquello que deseas es, a la vez, sencillo y agradable, si comprendes
el principio que está detrás lo bastante bien como para creerlo. En primer lugar y por encima de
todo, asegúrate de saber qué es lo que realmente quieres, A continuación, especializa tu deseo
siguiendo esa dirección.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 6
SUGERENCIAS PARA CREAR TU IMAGEN
MENTAL

Quizás desees sentir que has vivido con alguna finalidad. Quieres estar satisfecho y feliz y sientes
que con una buena salud y un negocio exitoso podrías disfrutar de ese estado de ánimo. Cuando
finalmente has decidido, de una vez por todas, qué es lo que quieres, entonces empiezas a
imaginarte sano, y que tu negocio es un éxito tan grande como puedes llegar a concebir
naturalmente.

El mejor momento para crear y definir tu imagen es justo antes de desayunar y antes de retirarte
a dormir por la noche. Puesto que es necesario que te concedas una gran cantidad de tiempo,
podría ser necesario que te levantases más temprano que de costumbre. Entra en una habitación
en la que nadie te moleste, medita durante unos minutos sobre el funcionamiento práctico de la
ley de la visualización y pregúntate: «¿Cómo llegaron a existir las cosas que me rodean?», « ¿En
qué me puede ayudar entrar en contacto más rápidamente con el suministro invisible?».

Alguien pensó que la comodidad se expresaría y se experimentaría mejor si la persona estuviera


sentada en una silla, y no en el suelo. En el comienzo de la meditación, la silla representaba el
deseo de estar cómodo. Con ello llegó la imagen de una especie de silla. Este mismo principio se
aplica al sombrero y a la ropa que vistes. Entra detenidamente en esta idea del principio que está
detrás de la cosa. Establécela como una experiencia personal; conviértela en una realidad para tu
conciencia.

Si eres concienzudo al hacerlo, te encontrarás en la profunda conciencia que está debajo de la


superficie de tu propio poder de pensamiento. Entonces, abre una ventana, respira
profundamente unas diez veces y, durante ese tiempo, dibuja un gran círculo imaginario de luz a
tu alrededor. Mientras inspiras (manteniéndote en el centro de este círculo de luz) visualiza
grandes rayos de luz provenientes del círculo penetrando en tu cuerpo en todos los puntos,
centralizándose en tu plexo solar.

Contén la respiración unos momentos en esta luz central tu cuerpo (el plexo solar) y luego espira
lentamente. Mientras haces esto mentalmente, debes ver rayos imaginarios, o chorros de luz, que
suben por el cuerpo, y luego bajan y salen por los pies. Mentalmente, rocía todo tu cuerpo con
esta luz imaginaria. Cuando hayas terminado el ejercicio de respiración siéntate en una silla recta
y cómoda y hazte saber mentalmente que sólo hay una vida, una sustancia, y que esa sustancia de
vida del universo está encontrando placer al reconocerse en ti. Repite algunas afirmaciones de
este tipo hasta que sientas la verdad y la realidad de las palabras que estás pronunciando. A
continuación, empieza a crear tu imagen. Tanto si tu deseo es tener un estado de conciencia
como poseer algo, pequeño o grande, empieza desde el principio. Si quieres una casa, empieza
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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viéndote en el tipo de casa que deseas. Recórrela toda, fijándote detenidamente en las habitaciones,
en dónde están las ventanas y en otros detalles de ese tipo, ya que te ayudarán a sentir la realidad
de tu concepto.

Podrías cambiar algunos muebles y mirarte en algunos de los espejos simplemente para
comprobar lo sano, rico y feliz que te ves. Vuelve a repasar ni imagen una y otra vez hasta que
sientas que es real. Luego, ponlo todo por escrito, exactamente como lo has visto, con la sensación
de que «Lo mejor de lo mejor es mío. No hay ningún límite para mí, porque mi mente es un centro
de operación divina», y tu imagen se hará realidad con la misma certeza con que, en tu mundo
físico, el sol brillará.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPITULO 7
COSAS QUE HAY QUE RECORDAR

Al usar el poder de tu pensamiento para la producción de nuevas circunstancias, considera los


siguientes puntos:

1. Asegúrate de saber qué circunstancias deseas producir. Luego sopesa cuidadosamente a qué
otros resultados te llevará la realización de tu deseo.
2. Al dejar que tu pensamiento se recree en una imagen mental, estás concentrando el espíritu
creador en ese centro, donde todas sus fuerzas están igualmente equilibradas.
3. Visualizar lleva tu mente objetiva a un estado de equilibrio que te permite dirigir
conscientemente el fluir del espíritu hacia un fin claramente reconocido y guiar con cuidado
tu forma de pensamiento para que no fluya en la dirección opuesta.
4. Siempre debes tener presente que estás tratando con una maravillosa energía potencial —que
todavía no está diferenciada en ningún molde particular, y que por la acción de tu mente
puede diferenciarse encajando en cualquier molde que tú desees—. Tu imagen te ayuda a
mantener tu mente fija en el hecho de que está teniendo lugar la afluencia de esta energía
creativa. Además, con tu imagen mental estás determinando la dirección que quieres que
tome el poder creador sensible, y al hacerlo la exteriorización de tu imagen se convierte en
una certeza.
5. Recuerda que cuando estás visualizando correctamente no hay ningún esfuerzo enérgico en tus
pensamientos para mantener tus formas de pensamiento en su sitio. El esfuerzo enérgico
acaba con tu finalidad y sugiere la conciencia de una fuerza adversa contra la que hay que
luchar, y esto crea condiciones adversas para tu imagen.
6. Al mantener tu imagen con un estado de ánimo alegre, dejas fuera a todos los pensamientos
que dispersarían el núcleo espiritual de la misma. Puesto que la ley es creativa en su acción,
tu deseo imaginado se realizará con certeza.
7. La séptima e importante cuestión que debes recordar al visualizar es que estás creando una
imagen mental con la finalidad de determinar la cualidad que le estás dando a la sustancia y la
energía anteriormente indiferenciadas, y no organizando las circunstancias específicas para su
manifestación. Ésa es tarea del propio poder creador. Él construirá sus propias formas de
expresión con bastante naturalidad, si tú se lo permites, y te ahorrará un montón de ansiedad
innecesaria. Lo que realmente quieres es una expansión en cierta dirección, ya sea de salud,
riqueza o cualquier otra cosa, y mientras la consigas (como, sin duda, lo harás, si mantienes tu
imagen con confianza) qué importa si te llega a través de un canal con el que creías que
podías contar o a través de algún otro canal cuya existencia desconocías del todo. Estás
concentrando energía de un determinado tipo para una finalidad particular. Ten esto en mente
y deja que los detalles específicos se ocupen de sí mismos, y jamás menciones tu intención a
nadie.

Recuerda siempre que la naturaleza, desde su superficie claramente visible hasta sus más
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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misteriosas profundidades, es un inmenso almacén de luz y de bien totalmente dedicados a tu uso


individual. Tu unidad consciente con el gran todo es el secreto del éxito, y cuando hayas
comprendido esto podrán disfrutar de la posesión de la totalidad o de una parte de ella a
voluntad, porque mediante tu reconocimiento la has hecho tuya y puedes hacerlo cada vez más.
Jamás olvides que todas las cosas físicas, tanto si están a tu favor como si están en tu contra,
fueron un pensamiento sostenido antes de convertirse en cosas.
El pensamiento como pensamiento no es ni bueno ni malo; es acción creativa, y siempre adopta
una forma física.
Por lo tanto, los pensamientos en los que insistes se convierten en cosas que posees o no posees.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 8
POR QUÉ ME DEDIQUÉ A ESTUDIAR LA CIENCIA
MENTAL
A menudo me han preguntado por los motivos por los que empecé a estudiar la ciencia
mental y acerca de los resultados de mi búsqueda, no sólo en cuanto al conocimiento de los
principios, sino también a la aplicación de dichos conocimientos en el desarrollo de mi propia
vida y experiencia.

Estas preguntas son justificables porque alguien que intenta realizar el papel de mensajero y
enseñar las verdades psicológicas sólo puede ser efectivo y convincente si él, o ella, las ha
probado en el laboratorio de la experiencia mental. Esto se aplica especialmente a mi caso, pues
fui la única alumna de Thomas Troward, el más grande maestro de la ciencia mental de la
actualidad, cuyas enseñanzas se basan en la relación entre la mente individual y la mente creativa
universal, que es la dadora de vida, y la forma en que esa relación puede ser invocada para
asegurar la expansión y una expresión más plena de la vida individual.

Lo que me impulsó inicialmente a estudiar la ciencia mental fue una abrumadora sensación de
soledad. A toda vida llegan experiencias de aislamiento espiritual, como las que en aquella época
predominaban en mi vida. A pesar del hecho de que cada día me encontraba con amigos, rodeada
de regocijo y alegría, tenía la persistente sensación de que estaba sola en el mundo. Había
enviudado tres años atrás y había estado viajando de país en país, buscando la serenidad de
ánimo.

Las circunstancias y el entorno de mi vida eran tales que mis amigos me consideraban una joven
inusualmente afortunada. Aunque reconocían que había sufrido una gran pérdida cuando mi
marido murió, sabían que me había dejado en una buena situación económica, libre para ir a
cualquier lugar cuando quisiera y con muchos amigos. Sin embargo, si mis amigos hubieran
podido penetrar en mis emociones más íntimas, habrían encontrado un profundo sentimiento de
vacío y aislamiento. Ese sentimiento estimuló en mí un espíritu inquieto que me impulsó cada
vez más a una infructuosa búsqueda en el exterior de algo que más tarde comprendí que sólo
podía obtenerse en el interior.

Estudié la ciencia cristiana, pero no me proporcionó ningún consuelo, aunque me di cuenta


plenamente del gran trabajo que estaban realizando los científicos, e incluso tuve el placer y el
privilegio de conocer a la señora Eddy personalmente. Pero me resultaba imposible aceptar las
enseñanzas fundamentales de la ciencia cristiana y hacer una aplicación práctica de ellas.

Estaba a punto de abandonar la búsqueda de felicidad y de resignarme a retomar mi vida de


aparente diversión, cuando una amiga me invitó a visitar al gran vidente y maestro Abdul Baha.
Después de entrevistarme con ese hombre tan maravilloso, mi búsqueda de alegría empezó a dar
un giro. El me dijo que viajaría por todo el mundo buscando la verdad y que, cuando la hallara,
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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hablaría de ella. En aquel momento, el cumplimiento de esa afirmación de ese gran vidente me
pareció imposible. Pero contenía una dosis de ánimo y, al menos, indicaba que mi búsqueda
anterior había ido en la dirección equivocada. De una forma débil e insegura, empecé a encontrar
alegría en mi interior, porque Abdul Baha me había dado a entender que hallaría la verdad. Eso
era lo importante, y prácticamente lo único que yo recordaba de nuestra entrevista.

Unos días más tarde, al visitar el despacho de un practicante del Nuevo Pensamiento, me llamó
la atención un libro que estaba sobre su mesa, titulado Las conferencias de Edimburgo sobre
ciencia mental, de Thomas Troward. Me sorprendió ver que Troward era un juez retirado del
Punjab, en la India. Compré el libro, pensando que lo leería esa misma tarde. Muchos han
intentado hacer lo mismo, pero se han encontrado, igual que yo, con que el libro debe ser
estudiado para ser comprendido, y cientos de personas han decidido, como lo hice yo, dedicarle
toda su atención.
Después de haber encontrado este libro, que era un tesoro, me fui al campo durante unos días y,
mientras estaba ahí, estudié el volumen lo más minuciosamente que pude. Me pareció
extremadamente difícil y decidí comprar otro libro de Troward, con la esperanza de que su
estudio no requeriría tanto esfuerzo. Al preguntar, me dijeron que el volumen siguiente, Las
conferencias de Dore, era mucho más sencillo y era el mejor de los dos libros. Tardé semanas y
meses en tener siquiera una vaga idea del significado del primer capítulo de Dore, que se titulaba
«Entrar en el espíritu de ello». Con esto quiero decir que tardé meses en entrar en el espíritu de
lo que estaba leyendo.

Pero, entre tanto, un párrafo de la página 26 llamó mi atención porque me pareció que era lo más
grande que había leído jamás. Lo memoricé y me esforcé con toda mi alma en entrar en el
espíritu de las palabras de Troward. El párrafo dice: «Mi mente es un centro de operación divina.
La operación divina es siempre para la expansión y para una expresión más plena, y esto
significa la producción de algo que va más allá de lo que ha existido antes, algo enteramente
nuevo, no incluido en la experiencia anterior, aunque proveniente de ella mediante una secuencia
ordenada de crecimiento. Por lo tanto, puesto que lo divino no puede cambiar su naturaleza
inherente, debe operar de la misma manera conmigo; en consecuencia, en mi propio mundo
especial, del cual yo soy el centro, avanzará para producir nuevas condiciones, siempre por
delante de cualquiera que haya existido anteriormente».

Fue necesario un esfuerzo por mi parte para memorizar este párrafo, pero en el esfuerzo hacia
este fin, las palabras parecían llevar consigo un cierto estímulo. Cada repetición del párrafo hacía
que me resultara más fácil entrar en su espíritu. Las palabras expresaban exactamente lo que yo
había estado buscando. Mi único deseo era tener serenidad de ánimo. Encontré reconfortante
creer que la operación divina en mí podía expandirse hacia una expresión más plena y producir
cada vez más alegría —en realidad, una serenidad de ánimo y un grado de satisfacción mayores
de los que había conocido jamás-. El párrafo me inspiró todavía más un profundo interés por
sentir que la chispa de vida en mí podía traer a mi vida algo completamente nuevo. No deseaba
borrar mis experiencias del pasado, pero continuar a partir de ellas traería algo nuevo que
trascendería cualquier cosa que yo hubiera experimentado antes.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
21

La meditación sobre estas afirmaciones trajo consigo un cierto sentimiento de alegría. Qué
maravilloso sería si yo pudiera aceptar y creer sinceramente, sin ningún atisbo de duda, que esa
afirmación de Troward era verdad. Ciertamente, lo divino no podía cambiar su naturaleza
inherente, y puesto que la vida divina está actuando en mí, debo de estar divinamente habitada, y
lo divino en mí debe de operar de igual manera que opera en el plano universal. Esto
signif icaba que todo mi mundo de circunstancias, amigos y condiciones acabaría siendo un
mundo de alegría y disfrute, del cual «Yo soy el centro". Todo esto ocurriría en cuanto yo fuera
capaz de controlar mi mente y, por ende, proporcionar un centro concreto alrededor del cual las
energías divinas pudieran jugar.

Sin duda, valía la pena probarlo. Si Troward había hallado esta verdad, ¿por qué yo no? La idea
hizo que me ciñera a mi tarea. Más adelante decidí estudiar con el hombre que había realizado y
entregado al mundo una afirmación tan maravillosa. Me había hecho salir de mi estado de
desaliento. La dificultad inmediata era que necesitaba más dinero.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 9
CÓMO ATRAJE VEINTE MIL DÓLARES

En el laboratorio de experiencias en el que mi recién revelada relación con la operación divina


debía ser probada, el primer problema fue económico. Mis ingresos eran los que habían sido
estipulados, los cuales eran suficientes para cubrir mis necesidades diarias, pero no parecían ser
suficientes para permitirme viajar cómodamente a Inglaterra, donde vivía Troward, y quedarme
ahí durante un período indefinido para estudiar con un maestro tan grande como debía de ser él.
De modo que, antes de averiguar si Troward aceptaba alumnos o, en caso de que lo hiciera, si yo
cumplía con los requisitos, empecé a utilizar el párrafo que había memorizado. Todos los días,
de hecho, prácticamente a todas horas, las palabras estaban en mi mente: «Mi mente es un centro
de operación divina, y operación divina significa expansión hacia algo mejor que lo que ha existido
antes». En el libro dedicado a las conferencias de Edimburgo había leído algo sobre la ley de
atracción y en el capítulo de «Causas y condiciones» había obtenido una vaga idea de lo que era
visualizar. De modo que, cada noche, antes de irme a dormir, creaba una imagen mental de los
veinte mil dólares que deseaba. Cada noche, en mi dormitorio, contaba veinte billetes de mil
dólares y, luego, con la idea de impresionar mi mente de una forma más enfática con el hecho de
que esos veinte mil dólares eran para ir a Inglaterra y estudiar con Troward, escribía lo que imaginaba.
Me veía comprando un billete para el buque de vapor, caminando de aquí a allá en la cubierta del
barco que va de Nueva York a Londres y, por último, me veía siendo aceptada como alumna de
Troward.

Este proceso se repetía cada mañana y cada noche, siempre grabando más y más plenamente en
mi mente la afirmación de Troward que había memorizado: «Mi mente es un centro de operación
divina». Me esforzaba por mantener esta afirmación en la parte posterior de mi conciencia todo
el tiempo sin tener en la mente ningún pensamiento sobre cómo podría conseguir el dinero.
Probablemente la razón por la cual no había ningún pensamiento sobre los caminos por los que
el dinero podría llegar a mí era porque no podía imaginar que de dónde podrían venir los veinte
mil dólares. De modo que simplemente mantuve mi pensamiento firme y dejé que el poder de
atracción encontrara sus propios caminos y medios.

Un día, mientras estaba caminando por la calle, haciendo mis ejercicios de respiración profunda,
me vino un pensamiento: «Mi mente es, sin duda, un centro de operación divina. Dios llena todo
el espacio, entonces Dios debe de estar también en mi mente. Si quiero este dinero para estudiar
con Troward para poder conocer la verdad de la vida, entonces tanto el dinero como la verdad
deben ser míos, aunque todavía no soy capaz de sentir o ver las manifestaciones físicas de
ninguna de las dos cosas», declaré. «Deben ser míos.»

Mientras tenían lugar estas reflexiones en mi mente, un pensamiento pareció venir de mi


interior: «Yo soy toda la sustancia que existe». Luego, de otro canal de mi cerebro, pareció que
venía la respuesta: «Por supuesto que es así: todo debe tener su inicio en la mente. El "yo", la
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
23

idea, debe ser la sustancia única y original que existe, y eso significa dinero, así como todo lo
demás». Mi mente aceptó esta idea e inmediatamente toda la tensión de la mente y el cuerpo
desaparecieron.

Tenía una sensación de absoluta certeza de estar en contacto con todo el poder que la vida tiene
para dar. Todo pensamiento sobre el dinero, sobre el maestro, o incluso sobre mi propia
personalidad se desvaneció en la gran corriente de alegría que recorrió todo mi ser. Seguí
caminando mientras ese sentimiento de alegría iba aumentando constantemente y expandiéndose,
hasta que todo lo que me rodeaba pareció brillar con una luz resplandeciente. Cada persona
junto a la que pasaba estaba tan iluminada como yo. Toda conciencia de la personalidad había
desaparecido y en su lugar llegó esa estupenda y casi abrumadora sensación de alegría y
satisfacción.

Aquella noche, cuando desarrollé mi imagen de los veinte mil dólares, fue con un aspecto
completamente distinto. En las ocasiones anteriores, mientras creaba mi imagen mental, había
sentido que estaba despertando algo en mí. Esta vez no hubo ninguna sensación de esfuerzo.
Simplemente conté los veinte mil dólares. Luego, de una forma totalmente inesperada,
proveniente de una fuente de la que yo no era consciente en esos momentos, pareció abrirse un
posible camino por el que el dinero podría llegar a mí.

Al principio me costó un gran esfuerzo no emocionarme. Me parecía tan maravilloso, tan


glorioso, estar en contacto con la fuente de suministro. Pero, ¿no había advenido Troward a sus
lectores que mantuvieran toda excitación fuera de sus mentes cuando se dieran cuenta por
primera vez, de la unión con el suministro infinito, y que trataran este hecho como el resultado
perfectamente natural que se había conseguido con nuestra petición? Esto me resultaba todavía
más difícil que mantener el pensamiento de que «yo soy toda la sustancia que existe; yo (idea)
soy el principio de toda forma, visible o invisible».

En cuanto se presentaba una circunstancia que indicaba la dirección por la cual podrían aparecer
los veinte mil dólares, yo no sólo hacía un esfuerzo supremo por contemplar con calma la
dirección indicada como el primer brote de la semilla que había sembrado en lo absoluto, sino
que no dejaba piedra por mover para seguir esa dirección cumpliendo con mi parte. Cuando lo
hacía, una circunstancia parecía llevar naturalmente a otra, hasta que, paso a paso, conseguí
mis deseados veinte mil dólares. Mi mayor esfuerzo fue mantener mi mente equilibrada y libre
de excitación.

El primer fruto concreto de mi estudio de la ciencia mental tal como se explicaba en el libro de
Troward había llegado porque yo había seguido minuciosamente los métodos que él describía.
En esta explicación, por lo tanto, el mejor regalo que puedo ofrecer al lector es citar el libro de
Troward, Las conferencias de Edimburgo sobre ciencia mental, del cual se puede obtener una
idea completa de la línea de acción que yo estaba esforzándome por seguir. En el capítulo sobre
causas y condiciones, dice: «Para obtener buenos resultados, debemos entender correctamente
nuestra relación con el gran poder impersonal que estamos utilizando. Es inteligente, y nosotros
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
24

somos inteligentes, y las dos inteligencias deben cooperar.

»No debemos actuar irracionalmente ante la ley, esperando que haga por nosotros lo que sólo
puede hacer a través de nosotros. Por lo tanto, debemos usar nuestra inteligencia con el
conocimiento de que está actuando como instrumento de una inteligencia mayor y, puesto que
tenemos este conocimiento, podemos y debemos cesar toda ansiedad con respecto al resultado
final.

» En la práctica, debemos primero formarnos el concepto ideal de nuestro objetivo, con la


intención clara de grabarlo en la mente universal (éste es el pensamiento que hace que ese tipo de
pensamiento salga de la región de las meras quimeras casuales) y luego afirmar que nuestro
conocimiento de la ley es motivo suficiente para tener la serena expectativa de obtener el
resultado correspondiente y que, por lo tanto, todas las condiciones necesarias se nos presentarán
en el orden debido. Entonces podemos dedicarnos a los asuntos de nuestra vida diaria con la
tr anqu i la seguridad de que las condiciones iniciales ya están ahí o pronto estarán a la vista. Si
no las vemos inmediatamente, debemos estar contentos con el conocimiento de que el prototipo
espiritual ya existe y esperar a que empiece a aparecer alguna circunstancia que apunte en la
dirección deseada.

»Podría tratarse de una circunstancia muy poco importante pero es la dirección, y no la


magnitud, lo que debemos tener en cuenta. En cuanto la veamos, deberíamos considerarla como
el primer brote de la semilla sembrada en lo absoluto, y actuar con calma, sin excitación, sea lo
que sea lo que las circunstancias exijan. Entonces, más adelante, veremos que esa forma de
actuar nos conducirá a otra circunstancia, en la misma dirección, hasta que descubriremos que
estamos siendo llevados paso a paso, a la realización de nuestro objetivo.

»De esta manera, la comprensión del gran principio de la ley del suministro, a través de las
continuas experiencias, nos alejará de una forma cada vez más absoluta de nuestros pensamientos
ansiosos y de nuestros esfuerzos penosos, y nos llevará a un nuevo mundo en el que el empleo
útil de todos nuestros poderes, ya sean mentales o físicos, no será más que un despliegue de
nuestra individualidad de acuerdo con su propia naturaleza y, por ende, a una perpetua fuente de
salud y felicidad: sin duda, un incentivo suficiente para estudiar detenidamente las leyes que
gobiernan la relación entre la persona y la Mente Universal».

Entonces, al igual que ahora, me pareció que esa cita describía el núcleo y el centro del método y
el enfoque necesario para entrar en contacto con el suministro infinito. Al menos esta cita, como
la anterior de «Mi mente es el centro de operación divina»; etcétera, constituía el único medio
aparente para atraer hacia mí los veinte mil dólares. Mi continuo esfuerzo por entrar en el espíritu
de estas afirmaciones y por atraer esa suma que necesitaba, duró aproximadamente unas seis
semanas. Al final de ese período, ya tenía en mi cuenta bancaria los veinte mil dólares
requeridos. Podría convertir esto en una larga historia, dando todos los detalles, pero los hechos,
tal como los he narrado, te darán una idea clara de la condición magnética de mi mente mientras
los veinte mil dólares encontraban su camino para llegar a mí.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 10
CÓMO ME CONVERTÍ EN LA ÚNICA ALUMNA
PERSONAL DEL MÁS GRANDE CIENTÍFICO
MENTAL DE LA ACTUALIDAD
En cuanto tuve la idea de estudiar con Troward, le pedí a un amigo mío que le escribiera de mi
parte, porque sentía que quizás él podría expresar mejor mi deseo, o hacerlo en términos más
persuasivos de los que yo podría emplear. Ninguna de las cartas escritas por mi amigo recibió ni
una sola respuesta. Eso fue tan desalentador que podría haber renunciado del todo a la idea de
convertirme en alumna de Troward, pero me Io impedía la experiencia que había tenido aquel día
en la calle, cuando todo mi mundo se iluminó, y recordé la promesa: «Todas las cosas que
deseéis, creed que ya las habéis recibido, y las recibiréis».

Teniendo presente esta experiencia, organicé mi viaje a Inglaterra, a pesar del hecho de que,
aparentemente, mis cartas habían sido ignoradas. Sin embargo, volvimos a escribir y finalmente
recibimos una respuesta muy formal, pero sumamente positiva. Troward no aceptaba alumnos;
no tenía tiempo para dedicar a un alumno. A pesar de esta decisión definitiva, me negué a
desanimarme, gracias al recuerdo del día en el que vinieron a mí la luz y el pensamiento de «yo
soy toda la sustancia que existe». Al parecer, podía volver a vivir esa experiencia a voluntad, y
con ella llegaba siempre una oleada de valor y energía renovada. Viajamos a Londres y desde ahí
telegrafiamos a Troward, pidiéndole una entrevista. El telegrama fue respondido inmediatamente
y en él fijaba la fecha en la que podría recibirnos.

En aquella época, Troward estaba viviendo en Ruan Manor, un pequeño lugar perdido en el sur
de Inglaterra, a unos treinta y dos kilómetros de la estación de ferrocarril. No pudimos
encontrarlo en el mapa y, con grandes dificultades, la Cook's Touring Agency de Londres
localizó el lugar para nosotros. Había muy pocas dudas en mi mente sobre lo que Troward me
diría durante la entrevista. Siempre había mantenido la sensación de que la verdad era mía y de
que crecería y se expandiría en mi conciencia hasta que la paz y el contento fueran mani-
festaciones externas, así como internas, de mi vida individual.

Llegamos a la casa durante una tormenta tremenda y fuimos cordialmente recibidos por el propio
Troward, el cual, para mi sorpresa, parecía más un francés que un inglés (posteriormente me
enteré de que era descendiente de los hugonotes). Era un hombre de estatura mediana, con una
cabeza bastante grande, una gran nariz y unos ojos que danzaban limpiamente con alegría.
Cuando nos hubo presentado a todos los demás miembros de su familia y después de darnos una
taza de té caliente, fuimos invitados a la sala de estar, donde Troward nos habló muy libremente
de todo, excepto de mi propuesta de estudios. Parecía prácticamente imposible llevarlo hacia ese
tema.

No obstante, justo antes de partir, le pregunté atrevidamente: «¿Por qué no reconsidera su


decisión de aceptar una alumna personal? Tengo tantos deseos de estudiar con usted», a lo que él
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
26

respondió, con suma indiferencia, que no sentía que pudiera dedicarle el tiempo que requeriría
para la formación personal, pero que estaría encantado de darme los nombres de dos o tres libros
que consideraba que no solo serían interesantes para mí, sino también instructivos.

Dijo que se sentía muy halagado y complacido por el hecho de que yo hubiera venido desde los
Estados Unidos para estudiar con él, y al salir, mientras caminábamos por el j ardín de su casa
hasta el coche se comportó de una forma mucho menos indiferente. Un sentimiento de
compasión pareció tocar su corazón y se volvió hacia mí, haciendo el siguiente comentario:
«Podría escribirme si le apetece, cuando llegue a París, y quizás en otoño, si tengo tiempo,
podríamos organizar algo, aunque no me parece que sea posible ahora».
No perdí el tiempo ante su amable invitación a escribirle, todas mis cartas fueron respondidas
rápida y educadamente, pero jamás hubo ni una palabra de ánimo respecto a mi propuesta de
estudios. Finalmente, unos dos meses más tarde llegó una carta que contenía la pregunta: «¿Cuál
cree que es el significado de este versículo en el capítulo 21 del Apocalipsis?».

«16. La ciudad es un cuadrado, y su longitud es igual que su anchura. Midió la ciudad con la
medida: dos mil doscientos veinte kilómetros. Su longitud y su anchura y su altura son iguales.»

Instintivamente supe que mi oportunidad de estudiar con Troward dependía de que le diera la
respuesta correcta a esa pregunta. La definición del versículo parecía estar absolutamente fuera
de mi alcance. Como es natural, a mi mente llegaban respuestas, pero yo sabía intuitivamente
que ninguna era la correcta. Abogados, médicos, curas, monjas y clérigos de todo el mundo
recibieron cartas mías que contenían esta pregunta. Más tarde, empezaron a llegarme las
respuestas, pero la intuición me decía que ninguna era la correcta. Entre tanto, me esforzaba por
encontrar la respuesta yo sola, pero no parecía encontrar ninguna. Memoricé el verso con la
finalidad de meditar sobre él.

Inicié una búsqueda en París de los textos que Troward me había recomendado, y después de dos
o tres días buscando, cruzamos el río Sena hasta la Île de Cité para visitar algunas librerías
antiguas que ahí había. Los libros estaban agotados, y aquellos eran los mejores lugares para
encontrarlos. Finalmente, nos topamos con una tienda pequeña que los tenía. Eran los últimos
ejemplares que tenía el hombre y, en consecuencia, su precio era elevado. Mientras me quejaba
con el dependiente, mi mirada descansó sobre la obra de un astrólogo. La cogí riendo y pregunté:
«¿Usted cree que el profesor leería mi horóscopo?». El hombre pareció horrorizado ante mi
sugerencia y respondió «Oh, no, madame, ése es uno de los más grandes astrólogos de Francia.
Él no lee horóscopos».

A pesar de su respuesta, surgió un persistente impulso en mi interior de ir a ver a ese hombre. La


amiga que me había acompañado en mi búsqueda de libros puso reparos e intentó por todos los
medios disuadirme de ir a ver al famoso astrólogo, pero insistí y ella me acompañó. Cuando
llegamos a su despacho, me pareció un tanto embarazoso pedirle que me leyera mi horóscopo.
No obstante, no podía hacer otra cosa, excepto plantear mi pregunta. De mala gana, el profesor
nos invitó a pasar a su estudio sembrado de papeles y, también de mala gana y con impaciencia,
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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nos pidió que nos sentásemos. Muy educada y fríamente, me dijo que él no leía horóscopos.
Todo su ademán decía más claramente que las palabras que deseaba que nos fuésemos.

Mi amiga se puso de pie. Yo no sabía qué otra cosa hacer, porque sentía que todavía no estaba
preparada pura marcharme. La intuición parecía decirme que podía sacar algún provecho de ahí.
No podía def inir exactamente qué era , de modo que, para disgusto de mi amiga, me quedé
callada durante unos momentos cuando, de repente, uno de los enormes gatos persas del profesor
saltó a mi regazo. «¡Bájate, Jack!», gritó el profesor. Parecía preguntarse, «¿Qué significa esto?».
Entonces, con un interés mayor del que había mostrado en mí hasta el momento, dijo con una
sonrisa: «Nunca antes había visto a ese gato acercarse a un extraño, madame. Mi gato aboga por
usted. Ahora yo también siento un interés por su horóscopo, así que si me da la fecha, tendré el
placer de ponérselo por escrito para usted». Sentí una gran sensación de felicidad cuando hizo
esa declaración. Y concluyó diciendo: «No creo que a usted le importe realmente su horóscopo».

La verdad de esa afirmación me conmocionó, porque a mí no me importaba mi horóscopo, y no


podía decirle el motivo por el cual le estaba pidiendo que me lo hiciera. «No obstante», dijo,
«¿Puedo verla para pedirle sus datos el próximo sábado por la tarde?».

El sábado por la tarde, a la hora convenida, llegó el profesor. Estaba entregándole la hoja de
papel con todos los datos de mi nacimiento, etcétera, cuando se me ocurrió preguntarle por la
respuesta a la pregunta sobre el versículo 16 del capítulo 21 del Apocalipsis. Mi pensamiento
tuvo un efecto instantáneamente, y me encontré preguntándole a ese hombre qué creía que
significaba ese versículo. Sin detenerse a pensar, replicó inmediatamente: «Quiere decir que la
ciudad significa la verdad, y la verdad no es invertible; cada lado desde el que uno se aproxima a
ella es exactamente igual». Intuitivamente y sin dudarlo reconocí esa respuesta como la
verdadera, y mi alegría fue ilimitada, porque estuve segura de que al poseer esa respuesta
correcta, Troward me aceptaría como discípula en otoño.

Cuando el gran astrólogo se estaba marchando, le conté todo sobre mi deseo de estudiar con
Troward, que había venido desde Nueva York expresamente con ese propósito, aparentemente en
vano hasta que él me había dado la respuesta a esa pregunta, que era una prueba. Se mostró muy
interesado y me hizo varias preguntas sobre Troward. Cuando le pedí que por favor me enviara
la cuenta, replicó sonriente: «Hágame saber si el gran Troward la acepta como su discípula», y
me dio las buenas tardes. Acudí apresuradamente a mi habitación para enviarle un telegrama a
Troward dándole la respuesta a la pregunta sobre el versículo 16 del capítulo 21 del Apocalipsis.

Recibí una respuesta inmediata de Troward, que decía: «Su respuesta es correcta. Estoy
iniciando un curso de conferencias sobre la Gran Pirámide en Londres. Si desea asistir a ellas y
si, más adelante, todavía quiere estudiar conmigo, creo que podemos organizado». Al recibir esta
respuesta, inmediatamente hice los preparativos para viajar de París a Londres.

Asistí a todas las conferencias, y recibí una gran instrucción de ellas, y poco después empezamos
con los preparativos para que yo pudiera estudiar con Troward. Dos días antes de marcharme a
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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Cornualles recibí la siguiente carta de Troward indicando claramente la línea de estudios que me
daba:

31 Stanwick Road,
W. Kensinton, Inglaterra
8 de noviembre de 1912

Querida Sra. Behrend:

Creo que es mejor que le escriba unas líneas sobre su propuesta de estudiar conmigo, ya que
lamentaría muchísimo que hubiese entendido algo erróneamente y, por ende, sufriera una
decepción. Llevo varios años estudiando el tema y tengo un conocimiento general de las principales
características de la mayoría de las materias que, desafortunadamente, ocupan la atención en
muchos círculos actualmente, como la teosofía, el tarot, la cábala y otros del estilo, y no dudo en
decir que, a mi juicio todos los tipos y las descripciones de los llamados estudios ocultos son
directamente opuestos a la verdad real, dadora de vida, y por lo tanto, usted no debe esperar que
mis enseñanzas vayan por esos senderos. Actualmente oímos hablar mucho de la iniciación,
pero, créame, cuanto más intente usted convertirse en una «iniciada», más dejará usted de vivir la
vida. Hablo tras varios años de cuidadosos estudios y reflexión cuando digo que la Biblia y su
revelación de Cristo es lo único que realmente vale la pena estudiar. Ese es un tema lo
suficientemente extenso en toda conciencia, pues abarca nuestra vida externa y nuestros asuntos
cotidianos y también las fuentes internas de nuestra vida y todo lo que, en términos generales,
podemos concebir de la vida en lo invisible después de desprendernos del cuerpo al morir.
Usted ha expresado un alto grado de confianza en mis enseñanzas, y si su confianza es tal que,
como dice, desea ponerse completamente bajo mi orientación, no puedo más que aceptarlo como
una responsabilidad muy seria, y tendré que pedirle que muestre esa confianza al negarse a exa-
minar los así llamados «misterios», pues ahora le prohíbo que lo haga. Estoy hablando desde la
experiencia, pero el resultado será que muchas de mis enseñanzas parecerán muy simples, quizás
en alguna medida dogmáticas, y usted dirá que ya había oído gran parte de ellas antes. La fe en
Dios, la oración y la adoración, acercan al Padre a través de Cristo; todo ello, en cierto sentido, le
resultará familiar, y lo único que puedo esperar hacer es, quizás, arrojar un poco más de luz sobre
estos temas para que puedan ser para usted, no meramente palabras tradicionales, sino también
realidades vivientes.
He sido así de explícito porque no quiero que se lleve ninguna desilusión, y también debería
decir que nuestro llamado curso de estudios serán sólo unas conversaciones amistosas en las
ocasiones en que nos vaya bien, ya sea para que usted venga a nuestra casa, o yo a la suya, según
sea más conveniente en ese momento.
Además, le prestaré algunos libros que la ayudarán, pero son muy pocos y no son ocultos en
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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ningún sentido.
Ahora bien, si todo esto concuerda con sus ideas, estoy seguro de que estaremos encantados de
verla en Ruan Manor y usted verá que los que aquí residen, aunque son pocos, son muy
amigables, y el barrio es muy bonito.
Pero si, por otro lado, siente que quiere alguna otra fuente de aprendizaje, no dude en decirlo,
pero jamás encontrará a ningún sustituto de Cristo.

Confío en que no le importará que le haya escrito de esta forma, pero es que no quiero que venga
hasta Cornualles y luego se sienta decepcionada.

Con afectuosos saludos,

Le saluda cordialmente,

(firmado) T. TROWARD
A mi modo de ver, esta copia de la carta de Troward es lo más magnífico que puedo darte.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 11

CÓMO LLEVAR EL PODER DE TU PALABRA A LA


ACCIÓN

En todas tus palabras está el germen del poder que se expande y se proyecta en la dirección que
tu palabra indica, y finalmente se desarrolla convirtiéndose en una expresión física. Por ejemplo,
si deseas establecer la alegría en tu conciencia, simplemente repite la palabra «alegría» de forma
secreta, persistente y enfáticamente.

El germen de la alegría se empezará a expandir y a proyectar hasta que todo tu ser estará lleno
de alegría. Esto no es una mera quimera, sino una verdad. Una vez que experimentas este poder,
«demostrarás a diario que estos hechos no han sido fabricados para encajar en una teoría, sino
que la teoría ha sido creada mediante una cuidadosa observación de la realidad».

Todo el mundo sabe que la alegría proviene del interior. Otra persona puede causarte alegría,
pero nadie puede estar alegre por ti. La alegría es un estado de conciencia, y la conciencia, dice
Troward, es «mental».

Las facultades mentales siempre funcionan por algo que las estimula, y ese estímulo puede venir
del exterior, a través de los sentidos externos, o del interior, mediante la conciencia de algo no
perceptible en el plano físico.

El reconocimiento de esta fuente interior de estímulo te permite traer a tu conciencia cualquier


estado que «desees». Una vez que algo te parece normal, es tuyo con toda seguridad, por la ley
del crecimiento y la atracción, del mismo modo que es tuyo conocer la suma una vez que tienes
el uso consciente de los números.

Este método de repetir la palabra hace que la palabra en todo su significado ilimitado sea tuya,
porque las palabras son la personificación de los pensamientos, y el pensamiento es creador: no
es ni bueno ni malo, simplemente es creador. Éste es el motivo por el cual la fe construye y el
miedo destruye.

«Sólo con creer, todas las cosas son posibles para ti.» Es la fe la que te da el dominio sobre
todas las circunstancias o condiciones adversas. Es tu palabra de fe la que la que te libera, no la
fe en una cosa o un acto específicos, sino la simple fe en tu mejor yo en todos los sentidos. Es
este poder creador siempre presente dentro del corazón de la palabra el que hace que tu salud, tu
serenidad de ánimo y tu situación económica sean una reproducción de tus pensamientos más
habituales. Intenta creer y comprender esto, y descubrirás que eres el maestro, o la maestra, de
toda circunstancias o condición adversa, un príncipe de poder.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 12
CÓMO INCREMENTAR TU FE

Pero tú preguntas: «¿Cómo puedo hablar de la palabra fe cuando tengo poca o ninguna fe?». Todo
ser vivo tiene fe en algo o en alguien. Es la cualidad de la energía creativa en el pensamiento
positivo de fe lo que le confiere vitalidad, no la forma que adopta. Incluso el miedo intenso está
vivo por la fe. Tienes miedo a la viruela porque crees que es posible que la contraigas. Temes la
pobreza y la soledad porque crees que son posibles para ti.

Es tu tendencia de pensamiento habitual que reaparece en tu mente, tu cuerpo y tus asuntos, no el


pensamiento ocasional en alguna dirección o deseo específicos. Es la fe que comprende que cada
creación ha nacido en el vientre de las palabras y el pensamiento la que te da el dominio sobre
todas las cosas, incluido tu yo inferior, y este sentimiento de fe aumenta y se intensifica cuando
observamos lo que hace.

Esta observación es la observación de tu estado de conciencia cuando lo hiciste, no cuando


tuviste la esperanza de hacerlo, pero temiste que fuera demasiado bueno para ser verdad. ¿Cómo
te sentiste en esa ocasión en la que simplemente tuviste que entrar en un mejor estado de ánimo y
lo hiciste, o quisiste tener una determinada cosa y la conseguiste? Vuelve a vivir esas
experiencias una y otra vez (mentalmente) hasta que realmente sientas que estás en contacto con
el yo que conoce y sabe, y lo mejor de lo mejor es tuyo.

CAPÍTULO 13
LA RECOMPENSA DE LA FE CRECIENTE
Puesto que has expandido tu fe en la fe y las leyes del universo que no conocen el fracaso, tu fe en
lo mejor de ti (el principio de vida ti) te ha llevado a darte cuenta conscientemente de que no eres
una víctima del universo, sino parte de él. En consecuencia, dentro de ti está aquello que es capaz
de establecer un contacto consciente con el principio universal de la ley y el poder, y te permite
presionar a todas las leyes particulares de la naturaleza, ya sean visibles o invisibles, para que sirvan
a tu exigencia o deseo particulares y, por lo tanto descubres que eres un maestro, no un esclavo,
en cualquier situación.

Troward nos dice que este dominio debe «conseguirse mediante el conocimiento, y el único
conocimiento que proporcionará este fin en toda su inmensidad inconmensurable es el
conocimiento del elemento personal en el espíritu universal» v su reciprocidad en nuestra propia
personalidad. En otras palabras, las palabras que piensas, la personalidad que sientes que eres, son
todas reproducciones en miniatura, o Dios especializado, o «espíritu universal». Todas tus
palabras-pensamientos fueron palabras-formas de Dios antes de ser tuyas.

Las palabras que utilizas son los instrumentos, los canales por los cuales la energía creativa toma
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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forma. Naturalmente, este poder creador sensible sólo puede reproducirse de acuerdo con el
instrumento por el que pasa. Todas las decepciones y los fracasos son el resultado de intentar
pensar una cosa y producir otra. Eso es tan imposible como lo sería utilizar un ventilador
eléctrico con la finalidad de iluminar, o hacer que el agua fluya en línea recta por una tubería
doblada.

El agua debe tomar la forma de la tubería por la que fluye. De una forma incluso más fiel, esta
sustancia sensible, invisible y fluida debe reproducir externamente la forma del pensamiento-
palabra por el que pasa. Ésta es la ley de su naturaleza; por lo tanto, se sigue lógicamente que
«como un hombre piensa, así es él». De ahí que cuando tu pensamiento o forma-palabra está en
correspondencia con el movimiento eterno constructivo, que avanza, de la ley universal,
entonces tu mente es el espejo en el que el poder y la inteligencia infinitos del universo se ven
reproducidos, y tu vida individual se convierte en una vida de armonía.

CAPÍTULO 14
CÓMO HACER QUE LA NATURALEZA TE
RESPONDA

Se debería tener continuamente presente que hay una inteligencia y un poder en toda la naturaleza y
en todo el espacio que es siempre creativa e infinitamente sensible, y que responde. La capacidad
de respuesta de su naturaleza es doble: es creativa y sensible a la sugestión. Una vez que el
entendimiento humano ha comprendido este dato tan importante, se da cuenta de la simplicidad
de la ley de la vida.
Lo único necesario es que te des cuenta de que tu mente es un centro de operación divina y, en
consecuencia, tiene en su interior aquello que acepta sugestiones. Espera que la vida responda a
tu llamada y encontrarás sugerencias que tienden a que la realización de tu deseo llegue a ti, no
sólo proveniente de otras personas, sino también de las flores, el césped, los árboles y las rocas, y que
te permitirán realizar tu más ansiado deseo si actúas en consecuencia con confianza en este plano
físico. «La fe sin palabras está muerta», pero la fe con obras te libera completamente.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 15

LA FE CON OBRAS. LO QUE HA CONSEGUIDO

Se dice de Tyson, el gran millonario australiano, que la sugestión «haz que la tierra desértica de
Australia florezca como una rosa» le llegó de una modesta y pequeña violeta australiana mientras
trabajaba como jardinero por unos tres chelines al día. El solía encontrar estas pequeñas violetas
amigables que crecían en ciertas partes de los bosques, y algo en la flor le tocó en la mente de
Tyson, y él se sentaba en el borde de su litera por las noches y se preguntaba cómo se podría dar
a las flores, y a la vida vegetal la oportunidad de expresarse en las tierras desérticas de Australia.
Sin duda, Tyson era consciente de que tardaría mucho en ahorrar el dinero necesario para poner
diques de riego en las tierras desérticas, pero en sus pensamientos y sentimientos estaba seguro
de que se podía conseguir, y si podía hacerse, él podía hacerlo. Si había un poder en su interior
que fuera capaz de capturar la idea, entonces debía de haber un poder de respuesta en la idea
misma que podía convertirse en una manifestación física práctica. Con determinación, Tyson
dejó de lado todas las preguntas acerca de las maneras y los medios específicos que serían
empleados para llevar su deseo a la manifestación física, y simplemente mantuvo sus
pensamientos centrados en la idea de construir cercas y ver flores y césped ahí donde no existían.
Dado que la capacidad de respuesta del poder creador reproductor no está limitada a ningún
estado local de la mente, la meditación habitual y la imagen mental de Tyson dejaban libres a sus
ideas para que éstas vagaran en una infinitud y atrajeran otras ideas de una naturaleza semejante.
Por lo tanto, no fue necesario que él esperara para ver sus ideas y sus deseos realizados, hasta
haber ahorrado de sus tres chelines diarios el dinero suficiente para regar las tierras, porque sus
ideas encontraron otras ideas en el mundo financiero que armonizaban en simpatía con ellas, y
las puertas de las finanzas se abrieron rápidamente.
Todas las instituciones caritativas se mantienen sobre el principio de la capacidad de respuesta de
la vida. Si esto no fuese cierto, nadie se preocuparía por dar, simplemente porque otro lo
necesitara. La ley de la oferta y la demanda, causa y efecto, no se puede romper jamás. Las ideas
atraen ideas semejantes. A veces vienen de una flor, un libro o de lo invisible. Estás sentado o
caminando, absorto en una idea no del todo completa en cuanto a las maneras y los medios de
realizarla, y entonces aparece otra idea, que nadie sabe de dónde viene, y es recibida por tu idea,
atrayéndose la una a la otra, y así sucesivamente hasta que tus deseos son realidades físicas.
Quizás sientas la necesidad de una mejora en tus finanzas y te preguntes cómo se puede producir
ese incremento, cuando, súbitamente, desde tu interior parece llegarte la idea de que todo tiene su
origen en el pensamiento, incluso el dinero, y tus pensamientos cambian de rumbo. Simplemente
te agarras a la declaración o la afirmación de que lo mejor, y todo lo que existe, es tuyo. Puesto
que eres capaz de capturar ideas del infinito a través del instrumento de tu intuición, deja que
tu mente descanse en ese pensamiento, sabiendo perfectamente bien que ese pensamiento
responderá a sí mismo. Tu inhibición del pensamiento de duda y del sentimiento de ansiedad
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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permite que las ideas tranquilizadoras se instalen y atraigan hacia si ideas de «yo puedo» y «yo lo
conseguiré", que gradualmente se convierten en la forma física del deseo que está en la mente.
En el uso consciente del poder universal para reproducir tus deseos en la forma física, se debería
tener en cuenta tres datos:

Primero: Todo el espacio está lleno de poder creador.


Segundo: Este poder creador es sensible a la sugestión.
Tercero: Sólo puede funcionar con métodos deductivos.

Como nos dice Troward, este último punto es sumamente importante, ya que implica que la
acción del poder creador siempre presente no está limitada en absoluto por lo precedente. Obra
de acuerdo con la esencia del espíritu del principio. Dicho de otro modo, este poder universal
toma su dirección creadora de las palabras que tú le das. Cuando el ser humano toma conciencia
de esta gran verdad, se convierte en lo más importante de toda su consideración sobre de qué
carácter está investido este poder reproductor sensible. Es la ley inalterable de este principio de
vida creador que «Como un hombre piensa en su corazón, así es él». Si te das cuenta de la
verdad de que el único poder creador puede ser para ti únicamente lo que tú sientes y piensas que
es, estará dispuesto y preparado para cumplir con tus exigencias.
Troward dice: «Si crees que tu pensamiento es poderoso, entonces tu pensamiento es poderoso».
«Como un hombre piensa en su corazón, así es él» es la ley de la vida, y el poder creador no
puede cambiar esta ley, del mismo modo que un espejo corriente no puede devolverte el reflejo
de una imagen distinta del objeto que colocas frente a él. «Como tú piensas, así eres» no
significa «como le dices a la gente que piensas», o «como te gustaría que el mundo creyera que
piensas». Se refiere a tus pensamientos más íntimos, a ese lugar que sólo tú conoces. «Nadie
puede conocer al Padre, excepto el hijo» y «Nadie puede conocer al hijo, excepto el Padre».
Solamente el espíritu de la vida, creador y reproductor, sabe lo que piensas, hasta que tus
pensamientos se convierten en realidades físicas y se manifiestan en tu cuerpo, en tu cerebro o en
tus asuntos. Entonces todas las personas con las que entras en contacto pueden saberlo, porque el
Padre, la energía creadora inteligente que escucha en secreto, escucha tus pensamientos más
secretos, te recompensa abiertamente y reproduce tus pensamientos en la forma física. La frase
«Mientras piensas, sabes que en eso te convertirás» debería mantenerse en el fon de tu mente
constantemente. Eso es observar y rezar sin cesar, y cuando no te sientes con fuerzas para rezar
físicamente.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 16
SUGERENCIAS SOBRE CÓMO REZAR O PEDIR
CREYENDO QUE YA HAS RECIBIDO

PENSAR CIENTÍFICO. PENSAMIENTO POSITIVO

Sugerencias para la aplicación práctica:


Intenta, mediante un pensamiento cuidadoso, positivo y entusiasta (pero no agotador), darte
cuenta de que la sustancia indescriptible, invisible, de la vida llena todo el espacio, y de que su
naturaleza es una sustancia inteligente, plástica y subjetiva.
Las cinco de la mañana es la mejor hora para entrar en este tipo de meditación. Si te acuestas
temprano todas las noches durante un mes, antes de quedarte dormido, graba firmemente en tu
mente subjetiva la afirmación, «Mi Padre es el gobernante de todo el mundo y está expresando
su poder de mando a través de mí», descubrirás que la sustancia de la vida toma forma en los
moldes de tus pensamientos.
No aceptes la sugerencia de arriba simplemente porque te ha sido dada. Vuelve a pensar en ella
detenidamente hasta que quede grabada en tu mente subconsciente de una forma comprensible.
Levántate cada mañana a las cinco, tal como se sugirió antes; siéntate en una silla de respaldo
recto, en una habitación silenciosa, y piensa la afirmación de la noche anterior. Tomarás
conciencia de tu poder magnífico y lo podrás poner en práctica, dándote cuenta, al menos en
cierta medida, de que tu mente es realmente el centro a través del cual toda la energía creadora y
el poder están tomando forma.

ORACIÓN CIENTÍFICA

El principio que subyace a la oración científica


Al rezar para cambiar una condición, física, mental o económica para ti o para otra persona, ten
presente que la necesidad fundamental para que la oración sea respondida es comprender la
siguiente afirmación científica:
«Pedid creyendo que ya habéis recibido y recibiréis».
Esto no es tan difícil como parece en la superficie, una vez que te das cuenta de que todo tiene su
origen en la mente y de que ya posees aquello que buscas en el exterior. Nadie puede pensar un
pensamiento en el futuro. Tu pensamiento de algo constituye su origen.
Por lo tanto:
La forma-pensamiento de la cosa ya es tuya en cuanto piensas. Tu continuo reconocimiento de
esta posesión de pensamiento hace que el pensamiento se concentre, se condense para
proyectarse y adoptar una forma física.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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HACERSE RICO A TRAVÉS DE LA CREACIÓN

El reconocimiento o la idea de nuevas fuerzas de riqueza es la aspiración más elevada que


puedes llevar a tu corazón, ya que supone e implica el fomento de todos los objetivos nobles.
Elementos a recordar acerca de la oración para ti o para otra persona: recuerda que aquello a lo
que llamas tratamiento u oración no es, en ningún sentido, hipnotismo. Jamás deberás procurar
tomar posesión de la mente de otra persona. Recuerda que nunca deberías tener la intención de
hacerte creer algo que sabes que no es verdad. Simplemente estás pensando hacia el interior de
Dios o la primera causa, con la comprensión de que:
«Si algo es verdad, hay una manera en que es verdad en todo el universo». Recuerda que el
poder del pensamiento funciona por unos principios absolutamente científicos. Estos principios
se expresan en el lenguaje de la afirmación:

«Como un hombre piensa en su corazón, así es él».

Esta afirmación contiene una gran sabiduría, pero es necesario el reconocimiento y la


cuidadosa aplicación de la misma por parte de la persona para poder darle un uso práctico.
Recuerda que tu libertad para elegir lo que vas a pensar, exactamente qué posesión de
pensamiento vas a afirmar y a declarar constituye un regalo que Dios te hace.
Muestra... que la Primera Causa ha dotado a cada persona con el poder y la habilidad para traer a
su entorno personal cualquier cosa que elija. Causa y efecto en lo referente a conseguir:

Si plantas una bellota, obtienes un roble. Si plantas un grano de maíz, cosechas un tallo y
muchos granos de maíz. Siempre obtienes la manifestación de aquello que afirmas y declaras
consciente o inconscientemente, lo que habitualmente dices y esperas, en otras palabras «lo que
siembras».

Por lo tanto, siembra semillas de yo soy... yo debo... yo puedo... yo me daré cuenta de que
porque tú eres, tú debes, porque tú debes, tú puedes, porque tú puedes, tú lo haces.
La manifestación de esta verdad, incluso en un pequeño grado, te proporciona la comprensión
indiscutible de que el dominio es tu derecho, eres un heredero de la Primera Causa, dotado de
todo el poder que ella tiene. Dios te lo ha dado todo. Todo es tuyo, y sabes que lo único que
tienes que hacer es alargar tu mano mental y tomarlo.

Esta fórmula puede servir como un diseño para dar forma a tu propia oración o afirmación a Dios
para el beneficio de otra persona, o el tuyo.
Si es para una persona a la que quieres ayudar, di su nombre de pila y luego aparta totalmente su
personalidad de tu conciencia.

Intensifica tu pensamiento meditando sobre el hecho de que hay algo en ti que encuentra el
camino, que es la verdad y la vida.
Estás afirmando este hecho, convencido de que, puesto que estás pensando esto, ya es tuyo.
Habiendo elevado tu sentimiento a la idea central de esta meditación, examina tu propia
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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conciencia para ver si hay alguna cosa distinta de Dios. Si hay algún sentimiento de miedo,
preocupación, malicia, envidia, odio o celos, vuelve a tu meditación para limpiar tus
pensamientos mediante la afirmación de que el amor y la pureza de Dios llenan todo el espacio,
incluidos a tu corazón y tu alma. Reconcilia tus pensamientos con el amor de Dios, siempre
recordando que estás hecho a imagen y semejanza del amor.
Mantén este pensamiento limpiador en tu mente hasta que sientas que has liberado totalmente a
tu conciencia de todos los pensamientos y sentimientos que no sean de amor y unidad con toda la
humanidad. Luego, si las negaciones no te molestan, niega todo lo que sea distinto de tu
manifestación deseada. Una vez conseguido esto, prácticamente cubres tu negación con el
pensamiento afirmativo de que estás hecho a imagen y semejanza de Dios y que tu deseo ya se
ha realizado en su primera forma espiritual o de pensamiento.

ELEGIR LA ORACIÓN

La oración como método de pensamiento es un uso deliberado de la ley que te proporciona el


poder del dominio de todas las cosas que tienden a impedir, de alguna manera, tu perfecta li-
bertad. Se te ha dado la vida para que puedas disfrutarla de una forma cada vez más plena. El
continuo reconocimiento de esta verdad hace que te declares un príncipe de poder.
Reconoces, aceptas y usas este poder como el hijo de un rey y, por lo tanto, el dominio es tu
derecho de nacimiento. Entonces, cuando sientas que la luz de esta gran verdad inunda tu
conciencia, abre las compuertas de tu alma alabando sinceramente el hecho de comprender que...
el creador y su creación son uno. También, que el creador está creando continuamente a través de
su creación.
Termina tu tratamiento con la feliz seguridad de que la oración que se ha realizado no es una
forma de súplica, sino una afirmación continua habitual de que el Creador de toda creación está
actuando específicamente a través de ti. Por lo tanto, el trabajo debe hacerse a la perfección; tu
mente es un centro de operación divina.

CONSEJOS PARA LA APLICACIÓN Y LA PRÁCTICA

1. Por cada cinco minutos dedicados a la lectura y el estudio de las teorías de la ciencia mental,
dedica quince minutos al uso y la aplicación de los conocimientos adquiridos.
2. Pasa un minuto cada veinticuatro horas pensando conscientemente en la especificación que
debe ser observada para que tus plegarias sean atendidas.
3. Practica el firme reconocimiento de la posesión de pensamientos deseables durante dos
períodos de quince minutos cada día. No sólo debes medir el tiempo de cada período , para
ver cuánto tiempo puedes mantener una idea dada en tu visión mental, sino que también
debes llevar un registro escrito de lo vívidas que son las imágenes mentales que experimentas.
Recuerda que tus sentidos mentales son tan variados como tus sentidos físicos y que se
pueden entrenar.
4. Dedica cinco minutos todos los días, entre las doce del mediodía y la una de la tarde, a la
búsqueda mental de fuentes de riqueza.
TU PODER INVISIBLE.- Genevieve Behrend
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CAPÍTULO 17
COSAS QUE DEBES RECORDAR

Recuerda que el más grande científico mental que el mundo ha conocido jamás (Jesucristo, el
Hombre) dijo que todas las son posibles para ti.
Además dijo que «Las cosas que yo hago tu las puedes hacer». ¿Dijo la verdad?
Jesús no afirmó ser más divino que tú. El declaró que toda la raza humana era hija de Dios. Por
nacimiento, el no era una «excepción» a esta regla. El poder que poseía fue desarrollado mediante
Su esfuerzo personal. Él dijo que tú podías hacer lo mismo, sólo con creer en ti. Una gran idea
carece de valor si no está acompañada de una acción física. Dios da la idea; el ser humano la
desarrolla en el plano físico.
Lo único que realmente vale la pena es la satisfacción. El dominio de uno mismo, por sí solo,
puede producirlo. El alma y el cuerpo son uno. La alegría de la mente es la alegría del alma, y la
alegría del alma significa la alegría del cuerpo.
Si deseas tener salud, observa tus pensamientos, no sólo sobre tu ser físico, sino también tus
pensamientos sobre todas las cosas y todas las personas. Con tu voluntad, haz que estén de
acuerdo con tu deseo y actúa externamente de acuerdo con tus pensamientos. Pronto te darás
cuenta de que se te ha dado todo el poder sobre tus pensamientos y tus circunstancias. Tú crees
en Dios. Cree en ti mismo como el instrumento físico a través del cual Dios actúa. El dominio
absoluto es tuyo cuando tienes el suficiente dominio de ti mismo para conquistar las tendencias
negativas de los pensamientos y los actos.
Pregúntate a diario: «¿Cuál es la finalidad del poder que me trajo aquí?», «¿Cómo puedo trabajar
con propósito por la vida y la libertad en mí?».
Habiendo decidido estas cuestiones, dedícate a realizarlas a cada hora. Eres una ley para ti
mismo.
Si tienes la tendencia a excederte en algo, comiendo, bebiendo o culpando a las circunstancias de
tus desgracias, conquista esa tendencia con la convicción interior de que todo el poder es tuyo en
el exterior. Come menos, bebe menos, culpa menos a las circunstancias y, gradualmente, lo
mejor de lo mejor irá ocupando el lugar que parecía ocupar lo peor.
Recuerda siempre que todas las cosas son tuyas para que las uses como tú desees. Puedes hacerlo
si quieres, y si quieres lo haces.
Dios el Padre te bendice con todo lo que El tiene para dar.
Haz un buen uso de ello.
El motivo por el cual tuviste un mayor éxito cuando empezaste tus estudios y demostraciones en
la ciencia mental es que tu alegría y tu entusiasmo ante el simple descubrimiento del poder
interior fue mayor del que pudiste poner en tu comprensión posteriormente. Con una
comprensión cada vez mayor, pon cada vez más alegría y entusiasmo, y los resultados serán los
que corresponden.

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