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1.

Amor, es la primera vez que me pondré vestido, ¿cómo podría ponerme un vestido sin saber
que, al otro lado de la pupila, hay un hombre mirándome con amor y deseo?, con el deseo
más tierno que es tu chico dibujando en tus caderas su más profundo sueño, su sacrificio, el
momento que estuvo esperando toda su vida: ver a su amor cargarse la valentía y salir por la noche
juntos a bailar, con esos movimientos ligeros, ese new wave y ese pasito de la pistola bang bang
mientras suena New Order y la noche se eterniza con sus polvos. Todo lo que escribo es para ti y
es que ya no puede ser de otra forma. Ya no veo el mundo sino es recostado en tu pecho mientras
hablamos de la historia de la prohibición de los cuerpos, y prohibimos que todo lo que no sea amor
en este cuarto sea denegado, lo demás, vestido, guiño, peluca, base en polvo, libros de sade,
cocaína, todo está permitido y es así como entenderemos la historia: en el lento frotar de nuestros
cuerpos que se desaparecen en la primera noche que me pongo vestido

El guiño primitivo es parte de nuestro amor,


¿qué me dices de la época del Neolítico?
fue el inicio de la lucha de clases
pero los cuerpos y las cosas se frotaban desde antes
nuestros átomos son
los del inicio de los tiempos
y todo este universo se formó de sus cosas haciendo el amor
la ciencia, tú y yo,
todo converge para que esta noche sea la más hermosa
en mi vestido veremos las estrellas más brillantes
que hayamos hecho con nuestros cuerpos

2.

el átomo parlante nos susurró un poema, somos seres atrincherados por los discursos y yo me veo
más bonito si quiebro un poquito la muñeca, si te guiño y sonrío mientras te hablo de biopolítica
y la gente nos mira con extrañeza, si me acomodo los mechones que me caen sobre el rostro o me
pongo un moñito para mostrar mi frente arcaica como en los orígenes de américa, la gente no lo
entenderá, y después de quebrar la muñeca me quebrarán los huesos, todo amor, todo lo que un
día viste desde el láser del tierno deseo será roto y echado en una esquina, por eso tengo miedo de
ponerme este vestido, por eso, quizás, no sea tan bonito como lo pensaba, y me pondré otra vez un
jean y bailaré un new wave triste, porque esta era nuestra noche, nuestra noche con vestido y yo
me fallé y le fallé a la lucha y al sueño, y entre tanto, sueño con el origen de nuestros cuerpos,
solos tú y yo en un jardín cósmico mientras contamos poemas en el cielo y se nos va la vida en
ello

yo te sembré todas las noches regando la ciudad /


del acero nacieron bestias /
y mi coraza lumpen siempre me protegió /
me esperó hasta llegar a ti /
una vez el corazón de mi noche se ha herido /
y mi coraza deshecha /
he vuelto al hogar /
a las piernas duras de papá y mamá /
que no dejan de arrancarme la piel /
me riego por el piso de la casa /
hasta envolverla en un tapiz negro /
corrompido /
que agoniza /
bota gusanos por las ventanas /
yo monto uno de ellos para huir /
tanto tiempo estuve esperando esto /
el estado de putrefacción perfecto para huir del hogar /
solo los gusanos podían rescatarme

Y esto es todo el daño que me has hecho: todo el rompecabezas de mi corazón movilizando a mi
cuerpo inteligente se deshizo una vez que me llamaste degenerada, todo lo que yo había creído se
esfumó en cuanto puse en peligro tu esencia de macho, tu degeneración primitiva, como si me
sugirieses que en el principio de los tiempos también fue así cuando sabes que no, como si no
supieses que llamar degenerada al marica que amas es dejarlo ir para siempre, ¿junto con su amor
por ti?, ni tanto, así es todo el bdsm de la cultura judeocristiana y eso me permitirá culpar una vez
más a mis padres, por hacerme arrodillar tanto, por decirme que no podía decirle a la Cristo que,
cada vez que un chico me miraba mal, yo ardía en el afán de aprender a jugar fútbol, dejar las
muñecas, entender de una vez que esa carne en la que me vestía no era más que un disfraz
subhumano, una tecnología del miedo que se traducía cada tarde en un “maricón hijodeputa”, es
casi lo mismo, no me vuelvas a llamar degenerada por favor, mi cuerpo no lo podría soportar y mi
esfínter se cerraría para siempre, como el universo, como el big bang, origen del gang bang
primitivo que es la vida cogiéndonos a todos, y tú, amor, no dejaste que me cogieran unos cuantos
sin antes llamarme puta, degenerado tú, que en todo el amor que te di no supiste de cuántas heridas
femeninas estaba compuesta una maricona

Todas las playas del pacífico llevan nuestro nombre


—mmmm esto suena a poesía ambiciosa—
H&O/ suena como una vieja marca de ropa
y espero que no sea nada muy masc
si hay algo bueno del capitalismo
es que sus nuevas tiendas de ropa
nos mariconean sin distinción
y bueno, a veces me gusta ver chicos vestidos
de loca primermundista
es como una venganza
o quizás no, quizás fue tu traje andino
lo que me atrajo a ti
fue así cómo nos prometimos a los paisajes
y el continente ese vestido que me ponía de a poco
3.

es así que aprendí el nombre de los nevados de mi país, el cielo inmenso y uno para cada noche,
uno para cada ánima, una intriga de mirar al cielo y que cada estrella sea un muerto, una
constelación mortífera tan diversa que no alcancen las letras lgbtttiq+ para abarcarlo, un rasgo
triste pernoctando en la pupila de los amantes fallidos, como los ojos caídos de los que fumamos
para pasar la pena bajo millones de estrellas como cuerpos atravesados por algún mal amor, una
noche multicolor que entendió la sangre en su diversidad, la luna roja cambiando de color
según el ojo que la juzga, una luna que debimos explotar, que no debió estar más ahí pero nos
mostró nuestros límites: el amor no todo lo puede, imagino tu rostro triste mirándome desde el
otro lado del océano, la tristeza no es una cosa adolescente que uno va perdiendo, la tristeza es tu
pene empapado de lágrimas, mojado dentro de mí, como el único recuerdo que guardará mi
cuerpo, que regará en ese estado atemporal que es mi noche y la tuya, porque yo como tú vivo en
una noche indefinida, nos encontramos ahí y ahí se hizo nuestro amor, esa noche que también
está construida en su base binaria del bien y el mal, y es así que nos destruimos, amor, odio,
locura, como te quiera llamar ahora, nos abrazamos al mal y fuimos más poetas que nunca, y con
esa corona abandonamos el jardín cósmico donde solo podía haber una reina y tu verga no logró
unirme del todo a ti, no logramos ser la nueva eva ni crear un nuevo relato fundacional para los
siguientes pueblos plagados de trabajadores que se amaran en las plazas, ese delirio que soñamos
desde nuestros brazos y nos apretamos tanto que de pronto nuestros órganos se vieron destruidos
y el sueño cayó, y de pronto ese era mi vestido, lo vi: la intemperie salvaje que me esperaba en
las calles ansiosa por despedazar mi cuerpo

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