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Hunos

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La fiesta de Atila, cuadro del pintor húngaro Mór Than. Se basa en el fragmento de Prisco, al que
representa de blanco en la parte derecha, sosteniendo su libro de historia.

Los hunos (latín vulgar: huni; también como chuni; griego medieval: Oúnnoi / Οὕννοι),
constituyeron una confederación de pueblos nómadas y seminómadas, a partir de varias
ramas étnicas procedentes del área esteparia, junto con grupos conquistados o asimilados
en el área balcánica. La importancia de los hunos estriba en la creación tardía de un
auténtico aparato de poder, capaz de rivalizar, en atribuciones e influencias, con las dos
mitades escindidas del Imperio Romano, amenazando al mismo tiempo tanto a
Constantinopla como a Roma. A ello, debemos sumarle la repetida reincidencia de los
historiadores desde el siglo XVIII, encabezados por Edward Gibbon, que tomando como
testigo los primeros testimonios en las fuentes clásicas desde Amiano Marcelino,
consideraban a los hunos como el verdadero punto desde el cual se habría producido el
llamado período de las grandes migraciones, precipitando de forma paulatina el colapso y
caída final del Imperio Romano de Occidente en el 476,1 al mismo tiempo que el
propio Imperio Romano de Oriente mantuvo una difícil situación en todos sus dominios
europeos, llegando a perder su autoridad en partes significativas de los mismos,
especialmente en la zona tracia, donde se concentraba gran parte de los ostrogodos hasta
su marcha a Italia a finales del siglo V d.C.
Paralelamente a esta noción tradicional sobre el papel histórico de los hunos, se debe
hacer necesariamente una división sociopolítica en torno a su propia evolución,
advertida a través de las fuentes documentales desde el propio Amiano Marcelino: así, un
estatus inicial de los hunos, pasa por ser una horda pujante, expansiva y amenazante
hacia sus vecinos situados en las estepas occidentales o pónticas, erigiéndose en este
estatus original, como una confederación nómada al uso, distinguiéndose una figura
jerárquica o líder de la misma, acompañado de una red clientelar, adláteres y ciertos
estratos superiores. Un segunda etapa, la constituye ya su reubicación y asentamiento a lo
largo de las estepas, proyectando núcleos de estacionamiento temporal, e incluso
observándose ya una figura regia, comparable a la idea del reiks (rex) germánico, lo que
evidencia una perpetuidad o línea de sucesión hereditaria, semejante al funcionamiento de
un estado o dominio señorial. Esta distinción es sumamente importante, de cara a tener
en cuenta los cambios notorios que los hunos experimentaron desde su aparición en el
escenario europeo a finales del siglo IV d.C. y su repliegue generalizado hacia las estepas
y la pérdida de su poder ya a mitad del siglo V d.C., en tan solo unas décadas.

Índice

 1Controversia sobre su origen


 2Historia
o 2.1Asia Oriental y Central
o 2.2Persia e India
o 2.3Europa
 3Cultura
 4Los hunos y los húngaros
 5Véase también
 6Referencias
 7Bibliografía

Controversia sobre su origen[editar]


Durante la Antigüedad, el teólogo Jerónimo asoció a los hunos con los antiguos escitas.
Esta identificación, junto con un temor general a la llegada del Anticristo a fines del
siglo IV, dio lugar a su identificación con Gog y Magog.2 Esta demonización de los hunos
se refleja también en la obra Getica de Jordanes, escrita en el siglo VI, el cual les retrata
como un pueblo diabólico que desciende de demonios y brujas.3
Al día de hoy el origen de los hunos sigue siendo un tema controvertido para los
historiadores. A partir de Joseph de Guignes en el siglo XVIII los historiadores han
asociado a los hunos que aparecieron en Europa en el siglo IV d.C. con el
pueblo xiongnu que se mencionan en los registros históricos chinos de la dinastía Han, los
cuales habían formado una importante entidad política en las estepas de la
actual Mongolia.4
Hacia la segunda mitad del siglo XX otros autores comenzaron a expresar su escepticismo
hacia este enfoque tradicional, basándose principalmente en el estudio de las fuentes
arqueológicas y paleoantropológicas. Para algunos autores, como Otto Maenchen-Helfen,
la relación hunos-xiongnu carece de sustento debido, en parte, a la distancia cronológica
entre ambos pueblos. Sugirieron que, de haber existido conexiones entre los hunos y los
xiongnu, es probable que solo hayan sido afinidades culturales en lugar de una continuidad
étnica.5 Basándose en los hallazgos encontrados en tumbas hunas y xiongnu Maenchen-
Helfen concluyó que no existía correspondencia entre los restos humanos de ambos
pueblos.6 Otro punto a mencionar es la práctica de deformación craneal practicada por los
hunos europeos e iraníes, lo cual no ha sido atestiguado en los xiongnu. Si bien
Maenchen-Helfen realiza una importante crítica a la postura tradicional, su análisis no
responde concretamente a la cuestión del origen de los hunos, aunque sí aclara que estos
no hablaban una lengua irania, sino una túrquica.7
Más recientemente en el tiempo, algunos historiadores han revalorado la similitud de los
etnónimos presentes en antiguas lenguas. Las dos fuentes principales son una carta
enviada por un comerciante sogdiano datada del año 313, en la cual relata la invasión del
norte de China por el pueblo Xwn en el año 311,8 y la referencia en la traducción de
antiguos sutras budistas por un monje bactriano de la ciudad de Dunhuang, el cual aplicó
la palabra Huna para referirse a los xiongnu. Étienne de la Vaissière argumenta que
ambos documentos demuestran que Huna o Xwn fueron las transcripciones exactas del
nombre de los xiongnu.9 Christopher Atwood apoya esta postura y plantea que el
sánscrito Huna es una transcripción de la palabra Xona, la cual fue escrita en chino
antiguo durante la dinastía Han.10 También argumenta que esta referencia fue transmitida
por comerciantes griegos bactrianos a Europa, donde se convirtió en Ounnoi y Hunni en
griego y latín, respectivamente.11 Otra referencia se encuentra en el libro Wei Shu del
estado Wei del norte, el cual contiene referencias de los restos de los xiongnu que vivieron
en las estribaciones de Altai.12 Para de la Vaissière, la fuente china demuestra que estos
xiongnu de Altai (de los cuales se originaron los hunos iranios y europeos) conservaron su
identidad siglos después de su expulsión de las estepas mongolas, argumentando así que
el vínculo que une a los hunos con los xiongnu es de carácter político y no étnico. De
hecho, los hunos europeos, al igual que los kidaritas y heftalitas, se describen mejor en
términos políticos que en términos étnicos y lingüísticos.13
Otra prueba del vínculo entre hunos y xiongnu es, desde el punto de vista arqueológico, la
gran cantidad de calderos encontrados desde la llanura panónica hasta el desierto de
Ordos. Estos presentan una clara evolución cultural (de formas simples a formas más
complejas) que evidencia que los calderos hunos se originaron de los calderos xiongnu.14

Historia[editar]
Asia Oriental y Central[editar]
Según las crónicas de la antigua China, los xiongnu eran un pueblo nómada de ganaderos
y guerreros, que vivía en las estepas orientales al norte de la Gran muralla. La dinastía
Qin pudo rechazar sus ataques de forma más o menos eficaz, pero a la caída de esta, los
xiongnu lograron superar la Gran muralla e iniciar una serie de incursiones en territorio
chino.15 Los xiongnu también combatieron contra otros pueblos nómadas, y durante el
mandato del chanyu16 Modun (209-174 a.C.)17 derrotaron a las tribus de los donghu,
dingling y hunyu, unificando por primera vez las estepas mongolas. Su hijo y
sucesor, Laoshang, expandió el control xiongnu hacia la cuenca del Tarim, en donde
derrotó al pueblo de los yuezhi, forzándolos a migrar a las regiones
de Bactriana y Gandara, donde estos formarían el Imperio kushán. El emperador Wen de
la dinastía Han quiso alejar el peligro pagándoles tributos (preferentemente seda y
cereales), algo que con el tiempo sería una constante en la relación de los xiongnu con
otros pueblos hasta varios siglos después. Los bienes que la corte xiongnu recibía cada
año eran tan abundantes que los intercambiaban con notables beneficios a los
comerciantes de occidente que llegaban por la Ruta de la seda. También hubo
matrimonios de conveniencia entre princesas chinas y miembros de la aristocracia xiongnu
con el fin de sellar la paz.
Mapa aproximado del área de extensión de las hordas xiongnu

Esta relación se rompió cuando el emperador Wu dejó de pagarles tributos y,


anticipándose a la esperada reacción de los xiongnu, envió varias expediciones a las
estepas a partir de 133 a.C., aunque solo una tuvo éxito: la que en el año 127 a.C.
consiguió expulsar a los xiongnu del curso superior del río Amarillo. Las expediciones
posteriores mantuvieron entretenidos a los nómadas combatiendo en su propio territorio de
forma constante, lo que les debilitó. En el año 121 a.C. fueron derrotados en el corredor
de Gansu por el general chino Huo Qubing y perdieron el control de las ciudades-oasis de
la cuenca del Tarim.18 Los chinos pusieron la zona bajo su mando y entraron en contacto
por primera vez con los persas helenizados de Ferganá, que introdujeron la alfalfa y el
caballo árabe en China.
Los debilitados xiongnu se escindieron en dos ramas hacia el año 48, una de ellas, los
xiongnu del sur, se ubicaron en la región de Ordos como aliados de los Han. Ambas partes
entraron en conflicto; y en el año 89 las ramas tribales septentrionales fueron derrotadas
por las del sur, las cuales contaban con asistencia del ejército Han. Los xiongnu del norte
fueron forzados a migrar hacia el oeste, a la región de Altai, perdiendo su posición en las
estepas mongolas, las cuales pasó a manos de las tribus xianbei hacia la mitad del siglo II.
Por su parte, los xiongnu del sur debieron afrontar tensiones por su estilo de vida nómada
con la población china local. Esto no impidió que Cao Cao les utilizara como caballería en
su ejército en las guerras sucedidas luego de la caída de la dinastía Han. Cabe mencionar
que la aristocracia de los xiongnu del sur cambió su apellido a Liu por razones de prestigio,
afirmando que estaban relacionados con la familia imperial Han a través de la vieja política
de matrimonios mixtos.
Luego del establecimiento de la dinastía Jin en el año 265, China se mantuvo unida por un
breve período hasta que el norte fue invadido por pueblos bárbaros, entre los que se
encontraban remanentes de los xiongnu del sur, los cuales ya habían sido bastante
influenciados por la cultura china. Liu Yuan, un descendiente del último caudillo xiongnu
reinante, aglutinó a sus seguidores y comenzó a expandir su autoridad, reivindicando
además su supuesto linaje y conexión con la dinastía Han, tal y como demostró con la
titulatura para la dinastía que estableció en 304: Han. En el 311 los xiongnu
conquistaron Luoyang, punto final de la Ruta de la Seda, y también ocuparon Chang’an, la
cual usaron de capital por varios años.19 Esta dinastía gobernó en el norte de China hasta
que finalmente sucumbió en las guerras previas a la formación de la dinastía Wei del norte.
El período de aproximadamente dos siglos a partir de la migración al oeste de los xiongnu
del norte está caracterizado por una relativa oscuridad en las fuentes. El libro de la historia
del estado Wei del norte confirma la existencia de un estado xiongnu hacia el suroeste de
las montañas de Altai.20 Esta vaga referencia en las fuentes chinas hace suponer que los
xiongnu no desplegaron una actividad política y militar de importancia, como sí habían
hecho antaño, lo cual puede estar relacionado con la cercanía en el este de los xianbei, los
cuales les habían derrotado y seguramente subyugado durante el siglo II. Esta situación
geopolítica desfavorable habría cambiado hacia la mitad del siglo III, cuando, hacia el este,
los xianbei se fragmentaron en facciones enfrentadas entre sí y, hacia el suroeste,
el Imperio kushán empezó su declive.21 Esto habría permitido a los xiongnu recuperarse
poco a poco y abandonar las estribaciones de Altai en varias oleadas entre los años 350 y
360: algunas se dirigieron hacia el río Yaxartes, en donde entraron en contacto con las
culturas iranias de la zona, especialmente con los comerciantes sogdianos y bactrianos, y
otras se dirigieron hacia el río Volga, entrando en la estepa póntica.22
Persia e India[editar]
Alrededor del año 350, las fuentes persas y romanas mencionan la invasión de las
fronteras orientales del Imperio sasánida a manos de los xionitas o chionitas, los cuales
saquearon varias ciudades. El historiador Amiano Marcelino define explícitamente a estos
chionitas como hunos.23 El término persa para referirse a estos invasores, Xyon, proviene
del avéstico Xyaona, designación que aparece en los textos sagrados zoroastrianos como
los enemigos del profeta Zoroastro.24 Este ataque tomó por sorpresa al emperador
persa Sapor II, que entonces se encontraba sitiando la fortaleza romana
de Nísibis en Mesopotamia. Este partió rápidamente a Sogdiana con su ejército para hacer
frente a los chionitas durante una guerra que duró varios años, hasta finalmente
derrotarlos, estableciendo luego una alianza con el rey chionita Grumbates. Cuando Sapor
volvió a atacar a los romanos en el año 360, le acompañaban varios chionitas en su
ejército. Amiano Marcelino narra que durante el sitio de Amida, el único hijo de Grumbates
cayó en la batalla y fue posteriormente quemado en una enorme pira funeraria, algo
inaceptable para los persas, los cuales rechazaban esta práctica debido a que su religión,
el zoroastrismo, la prohibía. Hasta el reinado de Sapor II los chionitas se mantuvieron
como aliados de los persas, se fueron iranizando paulatinamente (desde el punto de vista
cultural y lingüístico) y se establecieron en las provincias nororientales del Imperio persa.25
Posteriormente conformaron dinastías independientes y acuñaron moneda.
Entre los años 420 y 440,26 los kidaritas fueron la primera dinastía chionita en regir de
manera independiente y apropiarse de las regiones de Sogdiana, Bactriana y Gandara.
Estos incorporaron en su gobierno elementos de la antigua dinastía kushán, reclamando
ser los herederos políticos de estos.27 Posteriormente incursionaron en el Panyab, donde
entraron en conflicto con el Imperio gupta de la India al cual infligieron importantes
derrotas, propiciando su declive. También derrotaron a los sasánidas, los cuales debieron
colmar sus demandas con tributos. Los kidaritas finalmente declinaron ante el ataque
desde el norte de los heftalitas, otra de las ramas de los chionitas, los cuales se aliaron
con los sasánidas de Peroz I y destruyeron su capital, Balaam, en el 467.28
Los heftalitas apoyaron a Peroz contra su hermano y usurpador en el trono, Hormizd III.
Cuando Hormizd fue derrocado, Peroz decidió volver a poner las provincias orientales bajo
control persa, atacando a sus antiguos aliados, pero fue derrotado y hecho prisionero por
el rey heftalita Kushnavaz, siendo liberado más tarde tras dejar a su hijo Kavad como
rehén. Cuando Peroz volvió a atacar, fue nuevamente vencido y muerto en la batalla de
Herat.29 Kavad I accedió al trono, pero las hostilidades con los heftalitas continuaron
durante décadas. Aun así, el mismo Kavad I pudo recuperar el trono persa con el apoyo de
estos cuando fue usurpado brevemente por su hermano Djamasp en 498. Hacia el año
509 los heftalitas se habían adueñado completamente del antiguo territorio kidarita,30
desde el río Indo hasta la cuenca del Tarim. Al este del Indo el rey Toramana incursionó
hasta la región de Madhya Pradesh y su sucesor Mihirakula estableció su capital
en Sagala. Finalmente, el emperador sasánida Cosroes I concretó una alianza con
los göktürk y juntos consiguieron derrotar en el año 557 a los heftalitas en la batalla de
Bujará.31 Su reino fue dividido en dos a lo largo del río Oxus, siendo la parte norte para los
turcos y la sur para los persas.
Europa[editar]
El origen de los hunos europeos podría encontrarse en las tribus xiongnu de Altai que se
dirigieron hacia el oeste, a las llanuras al norte del mar Caspio.32 Hacia la segunda mitad
del siglo IV, las fuentes romanas mencionan que los hunos, bajo el mandato del
rey Balamber, atacaron las tierras de los sármatas alanos, que en esos momentos se
extendía entre los ríos Volga y Don, sometiendo a este pueblo.3334 Posteriormente
avanzaron hacia la cuenca del Dniéper, donde vencieron a los ostrogodos en 375,
provocando que una parte de estos se refugiara con sus vecinos visigodos y otra
mayoritaria fuera forzada a servir en el ejército huno.35 Por último, los hunos cruzaron
el Dniéster en el 376 y derrotaron también a los visigodos, que solicitaron asilo al Imperio
romano de Oriente. Las tierras en poder de los hunos se extendían ya desde el mar
Caspio al Danubio. Otros pueblos germánicos, como los gépidos, hérulos y esciros,
también fueron sometidos, al igual que poblaciones protoeslavas.

Cuadro de Ulpiano Checa. La invasión de los bárbaros o La entrada de los hunos en Roma (1887)

En el año 395 comenzaron a circular rumores alarmantes en la frontera romana. Un oficial


del ejército imperial, destinado en Tracia, contó la aterradora aparición a orillas del
Danubio de unos hombres que describió así:
Pequeños y toscos, imberbes como eunucos, con unas caras horribles en las que apenas pueden
reconocerse los rasgos humanos. Diríase que más que hombres son bestias que caminan sobre dos
patas. Llevan una casaca de tela forrada con piel de gato salvaje y pieles de cabra alrededor de las
piernas. Y parecen pegados a sus caballos. Sobre ellos comen, beben, duermen reclinados en las
crines, tratan sus asuntos y emprenden sus deliberaciones. Y hasta cocinan en esa posición, porque
en vez de cocer la carne con que se alimentan, se limitan a entibiarla manteniéndola entre la grupa
del caballo y sus propios muslos. No cultivan el campo ni conocen la casa. Descabalgan solo para ir
al encuentro de sus mujeres y de sus niños, que siguen en carros su errabunda existencia de
devastadores.

Las fuentes mencionan varios reyes hunos, como Uldin, Charaton y Octar, los cuales
mantuvieron un liderazgo parcial sobre los hunos. Aun así, la presión ejercida por los
hunos hizo que vándalos, suevos, alanos y burgundios cruzaran el Rin en el año 406
devastando la Galia y asentándose finalmente en Hispania (a excepción de los burgundios
que se quedaron en el valle del Ródano).36 Por su parte, los visigodos bajo el mando de su
rey Alarico saqueron Roma en el 41037 y luego se asentaron en Aquitania. Aprovechando
el caos desatado por estos pueblos, el rey huno Rugila cruzó el río Danubio en el 422 y
atacó a los romanos con tal fuerza que el emperador de Oriente Teodosio II tuvo que
pactar con él la entrega de 350 libras de oro anuales para lograr la paz. En 434 murió
Rugila, dejando el trono de forma conjunta a sus sobrinos Bleda y Atila, hijos de su
hermano Mundzuk. Estos mantuvieron la paz con los romanos a cambio de que estos
duplicaran el tributo.
En el año 439 acusaron a los romanos de haber roto el acuerdo de paz luego de que el
obispo de la ciudad de Margus cruzara el Danubio y profanara las tumbas reales hunas
que había en la orilla norte. Atila y Bleda saquearon varias ciudades romanas, entre
ellas Margus, Viminacium, Singidunum, Naiso, Serdica y Filipópolis. Derrotaron a los
romanos en todas las batallas y cercaron Constantinopla, la cual no pudo ser conquistada
gracias a sus poderosas murallas. Luego pusieron rumbo a Galípolis, donde derrotaron a
las tropas imperiales que se encontraban refugiadas allí. Tras esta derrota Teodosio
acordó una nueva paz, mucho más onerosa que la anterior, en la cual accedió a pagar
6000 libras de oro como castigo por no haber cumplido el tratado de paz anterior, y un
tributo anual triplicado que ascendió a 2100 libras anuales. Tras estas victorias, Bleda y
Atila se retiraron a sus dominios al norte del Danubio.
Zonas controladas por los hunos de Atila.

Atila se coronó rey único después de que muriera su hermano durante una cacería en el
año 445,38 probablemente asesinado por él mismo. Atacó de nuevo a los romanos en 447,
obteniendo una victoria en campo abierto en la batalla del río Uto, pero con un alto costo
en hombres. Seguidamente devastó Grecia hasta el paso de las Termópilas y en los años
siguientes se mantuvo una especie de hostilidad latente entre Atila y Teodosio II, como
narra Prisco (fragmentos de su Historia), el cual le visitó junto a varios embajadores
romanos en el año 449. Se concluyó una nueva paz, por la cual los romanos habían de
evacuar una ancha franja surdanubiana y entregar grandes tributos, cuya cuantía no
precisan las fuentes.

Atila. De una ilustración para la Edda Poética

Posteriormente, Atila se propuso atacar a los visigodos del reino de Tolosa, que no se
mantenían contenciosos con Valentiniano III ni con el general Flavio Aecio, con quienes
Atila estaba en buenas relaciones hasta ese momento. Sin embargo, en el año
450 Honoria, la hermana del emperador, le envió a Atila una petición de ayuda a fin de que
la librase de contraer matrimonio con un ex cónsul. Como prueba de su identidad Honoria
envió su anillo, lo cual Atila aprovechó para reclamarla como esposa y pedir la mitad del
Imperio como dote.39 Ante esta situación, Aecio y el rey visigodo Teodorico I pactaron una
actuación conjunta a fin de detener a los hunos, los cuales entraron en la Galia en el año
451. Atila conquistó Divodurum y luego intentó ocupar Aurelianum pero fue impedido
debido a la llegada del ejército romano-visigodo. Los dos ejércitos se enfrentaron en
la batalla de los Campos Cataláunicos,40 cuyo resultado se considera una victoria
estratégica para la alianza visigodo-romana. Desde el punto de vista de Aecio, el mejor
resultado fue lo que ocurrió: Teodorico murió, lo cual generó una crisis sucesoria en la
aristocracia visigoda, y Atila se retiró con su ejército al este del río Rin.
En 452 Atila reclamó nuevamente su matrimonio con Honoria. Invadió Italia y saqueó las
ciudades de Aquilea, Patavium, Verona, Brixia, Bergomo y Mediolanum, sin que Aecio
pudiera detenerlo. Los hunos lograron avanzar hasta la misma Roma. Sin embargo,
muchos guerreros habían muerto, no por la acción del enemigo, sino por la hambruna y la
peste que en ese momento asolaban Italia. Frente a las puertas de Roma, el papa León
I se entrevistó con Atila, y se dice que le suplicó que no saqueara la ciudad santa.
Finalmente, y contra todos los pronósticos, Atila se retiró tras la entrevista con el papa y
abandonó el Imperio de Occidente. El nuevo emperador de Oriente, Marciano, interrumpió
el pago de tributos pactado por Teodosio II; y Atila se preparaba para atacarle, cuando
murió durante su noche de bodas, en el año 453.41
A la muerte de Atila le sucedió su hijo Elak, que hubo de hacer frente a la sublevación de
sus hermanos Dengizik y Ernak. Poco después, varios pueblos sometidos, como los
gépidos, ostrogodos, hérulos y otros, se rebelaron al mando de Ardarico, caudillo de los
gépidos. Los hunos fueron derrotados en la batalla de Nedao en el 454, lo cual significó el
fin de los hunos como potencia en Europa. Algunos hunos fueron aniquilados en la llanura
panónica, que fue ocupada por los gépidos, muchos otros se retiraron al este de
los Cárpatos.

Tribus sucesoras de los hunos hacia el año 500

Muerto Elak, los hunos se volvieron a dividir entre sus hermanos Dengizik y Ernak, el
primero al mando de los hunos occidentales y el segundo de los orientales. Luego de la
derrota sufrida en el 454, ambos hermanos atacaron a los ostrogodos, los cuales se
habían independizado de sus señores hunos, pero fueron derrotados por Valamiro.42
Posteriormente, alrededor del 465 Dengizik y Ernak enviaron embajadores a
Constantinopla solicitando establecer un mercado para el intercambio de provisiones. Esta
solicitud fue rechazada por las autoridades romanas, lo cual llevó a Dengizik a atacar a los
romanos sin la ayuda de su hermano Ernak, pero fue derrotado y asesinado en 469. Los
remanentes de los hunos quedaron bajo el mando de Ernak y afrontaron finalmente a las
nuevas poblaciones oghúricas que llegaban desde el este, los saraguros y los onoguros,
los cuales, según Prisco, eran presionados a su vez desde el este por los sabiros.43
Según Procopio de Cesarea, luego de la muerte de Ernak, el reconfigurado Estado huno
se dividió nuevamente entre sus dos hijos, formando dos hordas distintas aunque
relacionadas entre sí: los kutriguros al oeste y los utiguros al este.44 Contingentes de estas
poblaciones sirvieron como mercenarios del ejército bizantino durante el siglo VI.
En el año 558 los kutriguros, dirigidos por el caudillo Zabergán, cruzaron el Danubio y
saquearon territorio bizantino, llegando muy cerca de la capital, Constantinopla. Al año
siguiente fueron derrotados por el general Flavio Belisario en la batalla de Melantias. A fin
de evitar nuevas incursiones, el emperador Justiniano I incitó, en primera instancia, el
enfrentamiento entre kutriguros y utiguros, sobornando a estos últimos. Luego encargó a
los ávaros provenientes del este someter a estas tribus a cambio pagarles con oro.45 De
esta manera, las últimas ramas tribales consideradas hunas fueron subyugadas por los
ávaros, los cuales se posicionaron como la nueva potencia nómada desde la llanura
panónica hasta la estepa póntica.46
Según algunos autores, los onoguros –junto con remanentes de los utiguros y kutriguros–
conformaron la base del pueblo protobúlgaro. La dominación ávara sobre estas tribus
nunca fue absoluta, lo cual explica el hecho de que bajo el liderazgo del caudillo Kubrat los
protobúlgaros finalmente se sacudieran la tutela de sus señores en el siglo siglo VII y
establecieran la Primitiva Gran Bulgaria.47

Cultura[editar]

Calderos hunos

Por su origen, se cree que la lengua de los hunos debió ser del tronco altaico, el grupo al
que pertenecen lenguas como el turco o el mongol. Otra hipótesis es que fueran de la
familia indoeuropea, ya sea irania o incluso eslava, teoría basada en las inscripciones de
monedas halladas en tumbas hunas procedentes del actual Afganistán.
Los hunos eran nómadas y vivían en chozas temporales, aun así conocían la propiedad de
la tierra. Por su condición nómada, la ganadería y la caza tenían un papel más importante
en su economía que la agricultura. Las carencias en su dieta eran saciadas por medio del
comercio y el saqueo en territorio enemigo. Las armas que empleaban en la guerra eran la
espada recta, la lanza, el lazo (cuerda con la que capturaban a sus enemigos) y el arco,
que solían disparar desde el caballo. A esto contribuía el uso del estribo, que tomaron de
los chinos y que introdujeron más tarde en Persia y Europa. Cabe mencionar la producción
de calderos, los cuales demuestran una continuidad cultural con los calderos de los
xiongnu. Estos calderos se encuentran a lo largo de toda la estepa euroasiática.
Según las fuentes griegas y romanas, el gobierno de los hunos estaba a cargo de un rey,
aunque es discutible cuánto se aplica este término para el caso de los hunos y cuánta
autoridad tenía el rey sobre el total de los hunos y demás poblaciones sometidas. Hay
casos en los que las fuentes apenas hacen mención de ciertos reyes, lo cual demuestra
poca actividad por parte de los hunos o un período de desunión de la horda. En otros
casos, con el liderazgo de personalidades más fuertes o carismáticas, por ejemplo Atila,
los hunos fueron capaces de asestar contundentes derrotas a los romanos y germanos. En
otros casos, la autoridad estuvo compartida por dos caudillos a la vez, como los casos de
Octar y Rugila, Bleda y Atila o Dengizik y Ernak.
Se ha estimado que en 425 eran 60 000 guerreros, totalizando un pueblo de 300 000
personas, entre los que seguramente deban contarse poblaciones subyugadas de origen
germánico, eslavo e iranio.48
De su religión, se sabe muy poco. Aparentemente tenían un tipo de adoración al caballo
(ya que estos animales eran una figura casi sagrada para ellos). Si se admite la teoría de
que fueron un pueblo de origen altaico, posiblemente practicaran el Tengrianismo. Las
fuentes romanas suelen referirse a ellos como individuos subhumanos carentes de
cualquier clase de dios y moral, sin creencia en otra vida aparte de la terrenal, aunque se
sabe que tenían algo parecido a chamanes o brujos en su tribu (que creían en la existencia
de abominaciones subterráneas infernales), especializados en la adivinación a partir del
examen de restos y huesos de animales. Originalmente cremaban a sus muertos, aunque
más adelante comenzaron a inhumarlos. Practicaban tanto la poliandria como la poliginia.
El historiador romano Amiano Marcelino nos dejó un texto donde podemos observar la
visión deformada que los romanos tenían sobre los hunos:
Son seres imberbes, musculosos, salvajes, extraordinariamente resistentes al frío, al hambre y la
sed, desfigurados por los ritos de deformación craneana y de circuncisión que practicaban, e
ignorantes del fuego, de la cocina y de la vivienda.[cita requerida]

Los hunos y los húngaros[editar]


Durante más de medio milenio se ha creído que los húngaros son descendientes directos
de los hunos. Aunque las tribus magiares solo comenzaron a establecerse en la zona
geográfica de la actual Hungría a fines del siglo IX (varios siglos después de la
desintegración de la confederación de los hunos), este argumento sirvió para legitimar el
poder de la casa Árpád y sus descendientes en las tierras que ocuparon. Hay una leyenda
medieval que remonta el linaje del caudillo magiar Árpád hasta el propio Atila, hijo
de Bendegúz y padre de Csaba, padre de Ed, padre de Ugyek, padre de Álmos, padre de
Árpád. 49
En los siglos posteriores, en el Renacimiento y en la Edad Moderna, continuó vigente esta
concepción aunque se le dio menos credibilidad. Esta interrogante comenzó a ocupar a
muchos historiadores húngaros en la Edad Moderna y Contemporánea, quienes
lentamente fueron hallando las incongruencias del postulado de la descendencia de la
casa real húngara desde Atila. El historiador Pál Hunfalvy (1810-1891) fue el primero que
consideró esta conexión entre los húngaros y los hunos como algo irreal. Esta postura fue
atacada por los historiadores Károly Szabó, Géza Kuun, Géza Nagy, Bernát Munkácsi,
József Thúry, Frigyes Hirtl y Ármin Vámbéry. Sin embargo, la cancillería húngara tomó
posición en favor de Hunfalvy, manteniéndose académicamente hasta la actualidad.
Los nombres Atila, Csaba y Réka (la esposa de Atila) son muy populares entre los
húngaros, inclusive y en particular en la actualidad. Por otra parte, en las crónicas
húngaras Bleda, el hermano de Atila, es llamado Buda. Esta es la explicación que se le
intentará dar desde el medioevo al origen del nombre de la ciudad de Buda, que
posteriormente, unida con Pest, formará la ciudad de Budapest.

Véase también[editar]
 Atila
 Idioma huno
 Tengrianismo
 Hunos blancos

Referencias[editar]
1. ↑ Homo, 1971, p. 425
2. ↑ Maenchen-Helfen, 1973, pp. 2-4
3. ↑ Heather, 2010, p. 209
4. ↑ Grousset, 1970, p. 38
5. ↑ de la Vaissière, 2015, p. 175
6. ↑ Maenchen-Helfen, 1973, pp. 367-369
7. ↑ Maenchen-Helfen, 1973, p. 443
8. ↑ de la Vaissière, 2005, pp. 43-45
9. ↑ de la Vaissière, 2015, p. 181
10. ↑ Atwood, 2012, p. 28
11. ↑ Atwood, 2012, p. 30
12. ↑ de la Vaissière, 2015, p. 188
13. ↑ de la Vaissière, 2007, p. 122.
14. ↑ de la Vaissière, 2015, p. 187
15. ↑ Botton, 2000, p. 127.
16. ↑ Transcripción china para referirse al gobernante xiongnu, posiblemente adoptado de la
lengua hablada por estos.
17. ↑ Gernet, 2005, p. 117.
18. ↑ Botton, 2000, p. 128.
19. ↑ Gernet, 2005, p. 166.
20. ↑ de la Vaissière, 2015, p. 188
21. ↑ Kim, 2016, p. 49.
22. ↑ de la Vaissière, 2005, p. 22.
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24. ↑ Atwood, 2012, p. 40
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48. ↑ Lebedynsky, 2001, p. 220.
49. ↑ Gesta Hunnorum et Hungarorum

Bibliografía[editar]
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 Hunos
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 Grandes invasiones

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