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POLÍTICA PÚBLICA: Conjunto conformado por uno ó varios objetivos colectivos considerados
necesarios y deseables, por medios y acciones que son tratados parcialmente por una institución
u organización gubernamental con la finalidad de orientar el comportamiento de actores
individuales y colectivos para modificar una situación percibida como insatisfactoria ó
problemática. (Roth.1.997)
POLITICAS SUSTANTIVAS
Involucran lo que el gobierno intenta hacer (por ejemplo, construcción de escuelas o instituciones
educacionales, pago de subsidios, etc.) delimita ventajas y desventajas para la gente, así como
beneficios y costos.
POLITICAS DE PROCEDIMIENTO
POLÍTICAS REGULATORIAS
- La escuela como estructura, con organización formal, manuales, trabajo por objetivos,
funcional.
De acuerdo a lo anterior, considero que la política está referida a los lineamientos, procedimientos,
formas de actuar adoptados por grupos o individuos que suponen son los pertinentes para dar
solución a una problemática o a una situación con un propósito de beneficio social, pero también
considero que las políticas amparadas en los principios, valores y manifestaciones consagradas
dentro de los derechos humanos, representan las presunciones de grupos de líderes políticos que
consideran lo que es más beneficioso para las personas en una sociedad, tomando posturas que
obedecen a estándares, orientaciones de organismos, comunidades nacionales e internacionales,
estudios de organizaciones mundiales y que son adoptados y a veces adaptados a los intereses
partidarios, agrupaciones políticas o de un gobierno en general, dentro de un marco de
necesidades sociales y económicas.
Considero que este concepto está fuertemente alineado con las normatividades que proceden de
un gobierno al establecer leyes, decretos, estándares y lineamientos, los cuales son acompañados
en ocasiones, de unos cuantos proyectos y programas para su implementación. En este sentido
considero que en especial, en los asuntos de política educativa, existe una alta dimensión
normativa y de implementación con sesgos de improvisación, con un carácter regulatorio y con
mecanismos que se definen para tal fin y que incluyen seguimiento, evaluación y aplicaciones
sancionatorias.
La creación de dichos programas académicos se siguen por normatividades como la Ley 1188 del
año 2008 y el Decreto 1295 del 2010 (anteriormente fue el decreto 2566 de 2003) que reglamenta
los registros calificados, la oferta y desarrollo de programas académicos de educación superior de
que trata la Ley 1188, en las cuales se aprecia una marcada influencia de políticas transnacionales
de finales del siglo pasado y comienzos del siglo XXI, relacionadas con la globalización y el
desarrollo de capital humano. Dentro de los aspectos normativos por ejemplo se contempla que los
programas desarrollados por ciclos propedéuticos deben presentar una denominación acorde con
los contenidos y con los perfiles, pero además dicha denominación debe ser diciente del nivel a
que corresponde, es decir una denominación bien específica que haga referencia al quehacer
profesional especializado en una determinada área disciplinar. En este sentido dicha política está
atendiendo a los postulados de diversificación en la oferta de programas, tal como se expone en
las propuesta de sobre diversificación estipuló la Declaración Mundial sobre Educación Superior
como un medio para reforzar la igualdad de oportunidades. Por otra parte el programa académico
debe definir sus competencias basado en los resultados de las mesas sectoriales, o de estudios
prospectivos, de los planes de desarrollo local, regional y nacional o de estudios propios de la
institución llevados a cabo al sector productivo de la región en donde se ofrecerá el programa. Los
dos lineamientos políticos anteriores, se corresponden con los modelos políticos de los países de
la unión europea, como los establecidos en los Acuerdos de Bolonia y en la “Declaración Mundial
sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción y Marco de Acción Prioritaria para el
Cambio y el Desarrollo De La Educación Superior”, en donde por una parte se estipula en su
artículo 7 que “En su calidad de fuente permanente de formación, perfeccionamiento y
reciclaje de profesionales, las instituciones de educación superior deberían tomar en
consideración sistemáticamente las tendencias que se dan en el mundo laboral y en los
sectores científicos, tecnológicos y económicos, así mismo estipula en su artículo 8 que “Para
alcanzar estos objetivos, puede ser necesario reformular los planes de estudio y utilizar
métodos nuevos y adecuados que permitan superar el mero dominio cognitivo de las
disciplinas; se debería facilitar el acceso a nuevos planteamientos pedagógicos y didácticos
y fomentarlos para propiciar la adquisición de conocimientos prácticos, competencias y
aptitudes para la comunicación, el análisis creativo y crítico, la reflexión independiente y el
trabajo en equipo en contextos multiculturales”. Así mismo esta forma de educación
especializada entra en consonancia con los resultados de la Comisión Delors (“La educación
encierra un tesoro”), en la que brinda en su informe (Informe de Unesco, 1996) que “la oferta de
tipos de formación muy especializados y adaptados a las necesidades de la vida económica y
social, es una de las cuatro funciones a desarrollar por las Instituciones de Educación Superior”, de
esta manera la Institución aplica dicha política como un compromiso adquirido para formar
individuos competentes para un entorno global existente.
De igual manera estas políticas emanadas en normas como la presentadas, descansan sobre
teorías económicas como la teoría de capital humano de Shultz y Becker, 1975 y en donde la
educación es vista como un “sector económico ya que afecta el empleo, la producción, la
competitividad o los productos” y en ese sentido “las políticas educativas serán siempre también
una política económica consciente e inconscientemente”. Inmersas en estas teorías está la
“negación del carácter homogéneo de la fuerza de trabajo y la asignación de una productividad
diferenciada en función de su formación y experticia”.
Adicionalmente la normatividad (Decreto 1295 de 2010) contempla que cada programa académico
debe poseer una forma de organización de sus actividades de formación, bajo ciertos parámetros
de asignación en créditos académicos, de acuerdo a la modalidad de formación (presencial, a
distancia o virtual), a las áreas de conocimiento y de otras especificaciones estipuladas en dicha
norma, es decir presentan una intención de homogenizar los tiempos de impartición de los módulos
o asignaturas y por ende de las distintas disciplinas y de esta manera facilitar procesos de
movilización, transferencia y homologaciones, entre diversas instituciones nacionales e
internacionales, como lo estipulado en el convenio Andrés Bello, del cual hacen parte países como
Bolivia, Venezuela, Ecuador y Colombia, Perú y en el que se promueven procesos de movilización
y convalidación de estudios de carácter científico, profesional y técnico y el desarrollo de
programas multinacionales de investigación, innovación y transferencia tecnológica.
Se puede ver en cada uno de estos elementos de política una completa sintonización con las
políticas planteadas a nivel de Europa a finales del siglo pasado. En ese sentido la formación por
ciclos propedéuticos basada en competencias toma fuerza a partir de la Declaración de Bolonia en
donde los países europeos decidieron reformar su sistema de educación superior para crear la
convergencia total y poder mitigar problemas de índole socioeconómica comunes en estas
naciones. De este documento de política, surge el denominado Proyecto Tuning, el cual tiene gran
influencia en las decisiones en materia de educación en Latinoamérica. Este proyecto aborda
varias líneas de acción del Acuerdo de Bolonia, como la adopción de un “sistema de titulaciones
fácilmente reconocibles y comparables, la adopción de un sistema basado en dos ciclos y el
establecimiento de un sistema de créditos”. El proyecto propone “determinar puntos de referencia
para las competencias genéricas y las específicas de cada disciplina en los primeros y segundos
ciclos”; aspectos que son tenidos en cuenta en el proyecto Alfa – Tuning para Latino América y en
el que un grupo de universidades de países latinoamericanos consideran que las necesidades de
compatibilidad, de comparabilidad y de competitividad de la educación superior, es un asunto
también de Latino América. Igualmente estas necesidades implicaban que los procesos de
globalización que de manera vertiginosa ya se estaban dando, exigieran que la movilidad de
estudiantes estuviera garantizada por unos currículos compatibles, fiables, en síntesis
estandarizados. Por esta razón dentro de la normatividad colombiana (Decreto 1295) se adoptó
como condición para la apertura de un programa dar cuentas a través de un estudio o análisis de
comparabilidad, de aspectos comunes del programa (por ejemplo: la denominación, las áreas
disciplinares, los perfiles profesionales, competencias específicas y genéricas, número de créditos
por área disciplinar) que se pretende ofertar con otros existentes a nivel nacional e internacional.
La propuesta del Proyecto Tuning y Alfa Tuning, como bien se observa tuvieron gran influencia en
la adopción del enfoque de formación por ciclos propedéuticos, sin embargo en este enfoque de
formación, están implícitamente arraigadas las teorías de desarrollo de capital humano. Lo anterior
se puede evidenciar desde los mismos objetivos de creación de la Institución a través de la Ley
391 de 1997 por el Congreso de la República, los cuales establecen “Ofrecer carreras tecnológicas
que contribuyan al desarrollo industrial, agropecuario, social, ecológico y económico de la región” y
“Contribuir a fortalecer la formación de recursos humanos en materia de ciencia y tecnología para
brindar mejores oportunidades de trabajo a las juventudes del departamento del Atlántico y de la
Costa Caribe”. Estas teorías establecen, según Adam Smith, que “los gastos educativos públicos
se justifican por su utilidad en la promoción de su capacitación para hacerlos más productivos” y de
igual manera formula que una “sociedad se enriquece a medida que los individuos se enriquecen”,
concepto que se traslada estableciendo una correlación entre la educación individual y la
producción global. Pero fue Shultz (1960) en su teoría de capital humano quien define el gasto en
educación y en los centros de trabajo como inversión en capital humano. De esa manera muchas
de las políticas neoliberales asumidas en materia de educación superior en nuestro país, beben de
estas teorías y fomentan la formación aplicada para el trabajo, de esta manera, los ciclos
propedéuticos que nacieron en el primer lustro de este siglo es una evidencia de dichas
concepciones debido a que el estudiante, en este tipo de formación, tiene salidas parciales al
mercado laboral entre un nivel y otro, es decir en la Institución, el estudiante como requisito de
grado del nivel técnico tiene que realizar una práctica empresarial de mínimo 520 horas,
correspondientes a 12 créditos académicos; el mismo requisito se da en el nivel tecnológico y al
finalizar el nivel profesional. Esto representa para el estudiante una gran experiencia laboral
equivalente a un año, rápida vinculación al mundo laboral, minimización en tiempos de formación,
bajos índices de deserción y niveles inferiores de pérdida de tiempo y recursos, que cuando la
formación se realiza en un solo bloque, como tradicionalmente ha venido ocurriendo.
Por último, las políticas relacionadas a la articulación de la educación media con la educación
superior, contempladas en la ley 749 en la cual se organiza el servicio prestado por este tipo de
instituciones y que fue acogida por el ITSA formalmente desde el año 2007, ya se habían
planteado en la “Declaración Mundial Sobre La Educación Superior en el Siglo XXI” de octubre de
1998 y también se encuentran en la línea de desarrollo de capital humano y las teorías planteadas
anteriormente. Esta política se ha desarrollado más en una dimensión práctica que normativa, pues
ha encontrado muchos adeptos que ha sido acogida en gran medida por las instituciones de
educación media, en donde ha sido importante el apoyo financiero de los municipios, distritos y
gobernaciones en la formación de perfiles específicos que permitan vincular a los jóvenes al
mundo del trabajo o para generar sus propias unidades productivas. También se ha dado el apoyo
de otros actores a través de proyectos o alianzas que se han impulsado desde el Ministerio de
Educación Nacional, en donde es imperativo la participación de clústeres específicos productivos y
empresariales, el SENA, las cámaras de comercio, incubadoras de empresas, universidades y
centros de educación media de la región en donde se ofertan los programas. En ese sentido la
Institución ha manejado y aún maneja Alianzas como la Alianza Minero Energético, La Alianza
Turismo, La Alianza Portuaria y Logística, en la que ha incluido los actores mencionados y ha
podido dar salida laboral y certificar laboralmente a una gran cantidad de jóvenes en el
Departamento del Atlántico y algunos municipios de otros departamentos.
Nota: es importante aclarar que esta teoría de capital humano se ha aplicado hoy en día
fuertemente en la misión encomendada a este tipo de instituciones, por políticas
nacionales de principios de este siglo pero que ya venían gestándose de muchas décadas
atrás. Sin embargo este tipo de teorías desaprueban la formación académica general,
focalizan la formación del ser en aplicación directa a su desempeño en un entorno de
trabajo y un aspecto importante, no se definen cómo va el desarrollo de la investigación
aplicada y mucho menos la de base. Por lo anterior este tipo de instituciones presentan
serias debilidades en sus procesos de investigación, en los cuales no se centra
propiamente su misión y por otra parte sus recursos financieros no le permiten tales
compromiso; por otra parte, tampoco se observan serios compromisos del estado ni de
las organizaciones empresariales y no gubernamentales, agravado en el hecho de que no
son muchas las empresas que presenten unidades de innovación y desarrollo a su
interior, desfavoreciendo en gran medida los procesos de innovación y desarrollo
tecnológico y social que de manera conjunta con las IES puedan presentarse.
ASPECTO IMPORTANTE:
A través del Decreto 2020 de 2006 se conformó el Sistema de Calidad de la Formación para el
Trabajo –SCAFT-, con el fin de “certificar que la oferta de formación para el trabajo cuenta con los
medios y la capacidad para ejecutar procesos formativos que respondan a los requerimientos del
sector 1productivo y reúnan las condiciones para producir buenos resultados”
En diciembre de 2007, la Comisión adoptó las normas sectoriales para instituciones, programas y
programas de idiomas. Además, el ICONTEC les dio reconocimiento como Normas Técnicas
Colombianas así:
–NTC 5555. Sistemas de gestión de la calidad para instituciones de formación para el trabajo.
Requisitos.
–NTC 5581. Programas de formación para el trabajo. Requisitos.
–NTC 5580. Programas de formación para el trabajo en el área de idiomas. Requisitos
El objetivo de esta guía es facilitar a las instituciones de formación para el trabajo la comprensión
de estas normas de calidad. Así mismo, busca brindarles diversas orientaciones para que éstas
sean utilizadas como referentes para la implementación de sistemas integrales de gestión de
calidad y el diseño de programas de formación basados en competencias. De esta forma podrán,
posteriormente, optar por la certificación de calidad.
El Ministerio de Educación entiende que, para responder a los retos de la sociedad, los procesos
de mejoramiento de la calidad son cada vez más exigentes y requieren del ejercicio sistemático de
una organización institucional, de la revisión de sus procesos y de la incorporación de una
orientación hacia la calidad y el mejoramiento continuo.
Por tanto, las instituciones de formación para el trabajo tienen el desafío de desarrollar programas
pertinentes que respondan a las competencias demandadas en el desarrollo de funciones
productivas. El entorno económico presenta retos permanentes a las instituciones que deben
formar personas competentes, capaces de integrarse al mundo laboral, flexibles, que puedan
seguir aprendiendo, inquietas en relación con su medio ambiente, que trabajen en equipo y hagan
uso eficiente de los recursos a su disposición, entre otras competencias
ASPECTO IMPORTANTE:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS