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CIENCIALa vida es posible
en los exoplanetas P 38
El futuro papel
de Iglesias
condiciona
la investidura
Las negociaciones para formar
ya Gobierno se frenan por las
demandas del líder de Podemos
CARLOS E. CUÉ, Madrid
El rechazo de Pedro Sánchez a
que Pablo Iglesias entre en el
Gobierno bloquea la investi-
dura. Las reuniones entre el
presidente del Ejecutivo y el
El camino
que llevó al
Supremo a
ver violación
en La Manada
R. RINCÓN / I. VALDÉS, Madrid
El fallo de La Manada, que
considera violación el ata-
que múltiple de cinco hom-
bres a una mujer en los san-
fermines de 2016, no es no-
vedosa para el Tribunal Su-
premo. La propia jurispru-
dencia del alto tribunal reco-
ge numerosas sentencias en
las que ya considera agre-
sión sexual, y no abuso, si-
tuaciones similares. Y varios
magistrados tienen forma-
ción especializada en violen-
cia de género. PÁGINAS 32 Y 33
EL PERIÓDICO GLOBAL
DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2019 | Año XLIV | Número 15.319 | EDICIÓN MADRID | Precio: 2,80 euros
IDEASErdogan, las grietas
ÁGINAS Y 39 del guía supremo turco
líder de Podemos se suceden
y, de puertas afuera, las dos
partes aseguran que las nego-
ciaciones avanzan. En el fon-
do, y según fuentes de uno y
otro lado, la situación está en-
callada. Los dirigentes de Po-
demos examinan competen-
cias y diseñan ministerios po-
sibles con la esperanza de que
Sánchez les adjudique alguno.
Pero en el PSOE ven un proble-
ma: desconfían de Pablo Igle-
sias, de que, por ejemplo, el
día en que se haga pública la
sentencia del procés, se posi-
cionara en una postura contra-
ria a la del resto del Gabinete.
En el entorno de Sánchez co-
nocen el poder mediático de
Iglesias y eso les hace enrocar-
se más. “Sánchez no va de fa-
rol. Cree que un Gobierno con
Podemos no beneficiaría a nin-
guno”, aseguran fuentes socia-
listas. Iglesias replica que “ya
no es tiempo de vetos”.
PÁGINAS 18 Y 19
Ciudadanos: la
tormenta perfecta
PÁGINAS 22 Y 23
NEGOCIOSEl turismo de
playa, bajo presión
FRANCISCO LUZÓN: “NO HABLO, NO ME MUEVO, NO PUEDO OLER, PERO SUEÑO”. Hace cinco años, al
exbanquero le diagnosticaron Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa e incurable.
Hoy, Luzón, ya inmovilizado, se comunica a través de un ordenador. EL PAÍS lo entrevista. / CARLOS ROSILLO P34
La frontera Boris Johnson: La orangutana
más salvaje la ambición a la que una
y desconocida rubia que lo juez reconoce
de América quiere todo como ‘persona’
EL PAÍS / EL FARO RAFA DE MIGUEL, Londres ENRIC GONZÁLEZ, Buenos Aires
México / El Salvador Boris Johnson, exalcalde de Sandra es una orangutana de
Mucho se habla de la frontera Londres y excorresponsal en 33 años que vive en el zoo de
que separa México de Estados Bruselas, de 55 años, es el favo- Buenos Aires. Y cuenta con una
Unidos, pero buena parte del rito para suceder a Theresa aliada: la juez Elena Liberatori,
drama de la inmigración ocurre May al frente de los conserva- que, por medio de una senten-
al sur, donde empieza Centro- dores británicos. Tiene 55 cia, concedió al animal el dere-
américa. Para explorar este te- años, es excesivo, impulsivo, se- cho a existir como “persona no
rritorio ignorado y complejo, ductor, complejo e infantil. Su humana”. Esto acarrea que no
EL PAÍS se ha aliado con El Fa- último episodio polémico es un pueda vivir encerrada y que
ro, uno de los más prestigiosos altercado ocurrido el viernes tenga que ser trasladada a un
medios de la región. PÁGINAS 2 A 4 en su propia casa. PÁGINAS 8 Y 9 ecoparque. EL PAÍS SEMANAL
Un año después
del ‘Aquarius’
España acogió a 1.000 personas
rescatadas en el Mediterráneo.
Todo ha cambiado para algunos
MARÍA MARTÍN / IGNACIO ZAFRA, Reus / Valencia
Hace un año, el desembarco del Aquarius en Valencia
se convirtió en el símbolo de las personas atrapadas
en el Mediterráneo tras el cierre de puertos de Italia y
de Malta. España aceptó a un millar. Como Hazrat Ali,
un bangladesí que no sabía cocinar y hoy trabaja en la
cocina de un restaurante francés en Reus (Tarrago-
na). O Khingsley, que solo tenía nueve años cuando
cruzó África con su madre, y ha aprendido a leer en
un colegio a hora y media de París. PÁGINAS 24 Y 25 Khingsley y su madre Judith en París. / BRUNO ARBESÚ