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De acuerdo a los diversos estudios realizados por los expertos del Derecho, han dado por
conclusión que en contrato de arrendamiento confiere un título de mera tenencia, porque
el arrendatario no tiene la cosa con ánimo de señor y dueño, sino que reconoce dominio
ajeno (del arrendador, en este caso).
De acuerdo a lo establecido en las diversas disposiciones legales podemos decir que las
causales de extinción del contrato de arrendamiento son las siguientes:
Por mutuo disenso, es decir, cuando ambas partes acuerden disolver el contrato.
Con la expiración del término del contrato, esto sucede en los casos de contratos
celebrados a tiempo determinado.
Cuando la cosa arrendada haya sufrido pérdidas o se haya destruido. Esto sin
duda ocasiona la extinción del contrato, puesto que la destrucción de la cosa
arrendada impide el uso de la cosa. No obstante, si la cosa se destruye
parcialmente, el arrendatario puede, según las circunstancias, pedir la resolución
del contrato o disminución del precio. En ninguno de los dos casos el arrendador o
arrendatario debe indemnizar, si la cosa ha perecido por caso fortuito, Art. 1.588.
En todo caso, será necesario que el contrato haya sido registrado si este excede de
los 6 años. Arts. 1.604, 1.920 - 5º y 1.924 C.C.
Aun cuando en el Código Civil sólo se hace mención al comprador, las presunciones
dichas, operan frente a todo adquiriente a título particular, sea de propiedad o de
un derecho real de goce en cosa ajena (Ej. del derecho de enfiteusis, de usufructo,
etc.).
Por otro lado es necesario mencionar que para que sea procedente la causal de
extinción por enajenación hay que tener en cuenta la preferencia ofertiva
establecida en las leyes especiales en materia de derecho inmobiliario, puesto que
si el arrendatario cumple los requisitos para ser preferido, no procederá esta
causal. De lo contrario, si podría proceder la extinción.