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¿Qué es lo que diferencia la racionalidad de lo emocional? Esta pregunta tan simple puede
ser un tema complejo, pero lo que llama la atención rápidamente es que la racionalidad
acostumbra a estar definida en términos más concretos, es racional la acción o el
pensamiento que se basa en la razón, que es el ámbito en el que se examinan las
compatibilidades e incompatibilidades que existen entre las ideas y los conceptos a partir de
principios de la lógica.
Es decir, lo que caracteriza la racionalidad es la consistencia y la solidez de las acciones y
pensamientos que emanan de ella. Por eso, la teoría dice que algo racional puede ser
comprendido por muchas personas, porque la coherencia de este conjunto de ideas
encajadas entre sí es una información que puede ser comunicada, al no depender de lo
subjetivo.
En cambio, lo emocional es algo que no puede ser expresado en términos lógicos, y por eso
queda "encerrado" en la subjetividad de cada uno.
En definitiva, el hecho en sí de que lo racional sea más fácil de definir qué lo emocional nos
habla sobre una de las diferencias entre estos dos conceptos: el primero funciona muy bien
sobre el papel y permite dar expresión a ciertos procesos mentales haciendo que otros los
lleguen a comprender de un modo casi exacto, mientras que las emociones son privadas,
en muchas ocasiones difíciles de interpretar y no pueden ser reproducidas fácilmente.
Desarrollo
La noción de inteligencia está vinculada a la capacidad para escoger las mejores opciones
en la búsqueda de una solución. Es posible distinguir entre diversos tipos de inteligencia,
según las habilidades que entran en juego. En cualquier caso, la inteligencia aparece
relacionada con la capacidad de entender y elaborar información para usarla de manera
adecuada
Emocional, por otra parte, es aquello perteneciente o relativo a la emoción (un fenómeno
psico-fisiológico que supone una adaptación a los cambios registrados de las demandas
ambientales). Lo emocional también es lo emotivo (sensible a las emociones).
El concepto de inteligencia emocional fue popularizado por el psicólogo estadounidense
Daniel Goleman y hace referencia a la capacidad para reconocer los sentimientos propios y
ajenos. La persona, por lo tanto, es inteligente (hábil) para el manejo de los sentimientos.
Otra definición para Inteligencia Emocional corresponde a “la capacidad de reconocer,
aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos
deseados, lograrlo y compartirlos con los demás”.
Para Goleman, la inteligencia emocional implica cinco capacidades básicas: descubrir las
emociones y sentimientos propios, reconocerlos, manejarlos, crear una motivación propia y
gestionar las relaciones personales.
Los pilares fundamentales en los que se concreta el concepto de inteligencia emocional, y
definiendo en más detalle las cinco capacidades básicas según Daniel Goleman
corresponden a:
La inteligencia emocional tiene una base física en el tronco encefálico, encargado de regular
las funciones vitales básicas. El ser humano dispone de un centro emocional conocido
como neocórtex, cuyo desarrollo es incluso anterior a lo que conocemos como cerebro
racional.
La amígdala cerebral y el hipocampo también resultan vitales en todos los procesos
vinculados a la inteligencia emocional. La amígdala, por ejemplo, segrega noradrenalina
que estimula los sentidos.
Es importante dejar patente que aquella persona que cuente con importantes niveles de
inteligencia emocional es un individuo que gracias a la misma consigue los siguientes
objetivos en su relación con los demás:
• Que quienes le rodean se sientan a gusto con él.
• Que al estar a su lado no experimenten ningún tipo de sensación negativa.
• Que confíen en él cuando necesitan algún consejo tanto a nivel personal como
profesional.
Se puede dilucidar entonces que los sentimientos juegan un papel fundamental en nuestra
habilidad para tomar las decisiones que a diario debemos adoptar, pues al parecer, la
presencia de una sensación visceral es la que nos da la seguridad que necesitamos para
renunciar o proseguir con un determinado curso de acción, disminuyendo las alternativas
sobre las cuales tenemos que elegir. En suma, muchas de las habilidades vitales que nos
permiten llevar una vida equilibrada, como la capacidad para tomar decisiones, nos exigen
permanecer en contacto con nuestras propias emociones.
Los buenos líderes son aquellos que nunca pierden el control, que se enfrentan a sus retos
dejando a un lado sus problemas personales y confían plenamente en sí mismos.
Demuestran su inteligencia emocional en el liderazgo.
Los buenos líderes se reconocen porque escuchan a los suyos y son comunicativos y
porque se informan antes de tomar decisiones, valorando seriamente sus posible
repercusiones. Así, la inteligencia emocional juega un papel fundamental en liderazgo.
El liderazgo es una capacidad que todos deberíamos potenciar, porque seguramente en
alguna ocasión tendremos la oportunidad de ponerla en práctica como empresarios, como
padres, como maestros, como terapeutas, etc. Por lo tanto, es necesario que tengamos en
cuenta las implicaciones que la inteligencia emocional tiene para jugar este papel para
desarrollar las capacidades necesarias.
La inteligencia emocional en el liderazgo es esencial para conseguir el éxito. Después de
todo, ¿quién es más probable que tenga éxito, un líder que grita a su equipo cuando está
bajo estrés, o un líder que controla y evalúa con calma la situación?
Goleman también abordó ciertos factores a través de los cuales podemos hacernos una
idea sobre si existe un buen liderazgo dentro de una empresa:
Libertad. El sentimiento o percepción de libertad que tienen los trabajadores para aportar
ideas e innovar. Si el trabajador se siente escuchado se sentirá valorado. Si se siente
escuchado y valorado, es una señal de que se está ante un buen líder.
Responsabilidad. El grado de responsabilidad que siente un trabajador en su puesto de
trabajo. Si se trata de un bien líder, hará que todos se sientan responsables y valiosos en
sus puestos de trabajo.
Calidad de trabajo. El nivel de la calidad del trabajo que llevan a cabo los trabajadores es
también un indicador sobre la calidad del líder.
Compensaciones. Si normalmente reciben compensaciones por el rendimiento y/o cómo
se perciben esas recompensas. ¿Sienten los trabajadores que se valora su trabajo?
¿Sienten que está recompensado?
La compañía. Nivel de claridad sobre la misión y los valores de la compañía.
Compromiso. Nivel de compromiso que tienen los trabajadores hacia un objetivo común.
Resultados
En general, el EQ presenta dependencia significativa con el programa académico y con el
semestre (p=0,000). La variable semestre presenta una oscilación al ascender de los
semestres inferiores a los superiores; en conjunto, solo en Medicina el EQ presenta un valor
significativamente mayor en el ciclo clínico que en el ciclo básico. Mediante el coeficiente de
correlación de Pearson, se encuentra relación significativa entre el EQ y el rendimiento
académico, definido como nota promedio hasta el momento, para la población general
(p=0,019). Esta dependencia en la población general se debe especialmente a la
dependencia en el programa de Medicina (p=0,001) y, en menor medida, a la dependencia
en el programa de Psicología (p=0,066). El resto de programas no presentan dependencia
en lo absoluto entre EQ y rendimiento académico.
Las dos habilidades fundamentales que conducen al conocimiento experto de las relaciones
interpersonales son, por una parte, la habilidad para analizar una relación y ejercitarla de
forma productiva y, por otra, la habilidad de comunicarnos en los niveles adecuados para
producir un intercambio eficaz de información.
En suma, debemos ayudar a los demás a controlar sus emociones, a comunicarse con
eficacia, a solucionar sus problemas, a resolver sus conflictos y a sentirse motivados.
Nuestra capacidad para ayudar a los demás, junto con nuestro trato acertado en las
relaciones interpersonales y nuestra propia inteligencia emocional, pueden ayudarnos a
crear una organización emocionalmente inteligente.
En una publicación realizada en el blog titulado Senior Manager, publicación de Pedro Rojas
denomina: “la felicidad en el trabajo es sinónimo de productividad” y para ello, se plantea
nueve razones por las cuales el empleado debe sentirse a gusto en su lugar de trabajo,
pues así sus acciones darán los mejores efectos posibles: • Un trabajador feliz, es un
trabajador motivado y optimista. • Un trabajador feliz desarrolla todo su talento y da mucho
más de sí mismo. • Un trabajador feliz se adapta mejor al equipo. • Un trabajador feliz es
mucho más creativo. • Un trabajador feliz se adapta mejor a los cambios. • Un trabajador
feliz es menos propenso a equivocarse. • Un trabajador feliz es un trabajador saludable y un
promotor de la seguridad en el trabajo. • Un trabajador feliz resuelve problemas, no los crea.
• Un trabajador feliz es un buen discípulo. El destacar las razones que provocan emociones
positivas tornando más eficiente la labor del empleado, ya sea por satisfacción con su
entorno laboral o por siente auto-motivado, es uno de los puntales de esta investigación.
Por tal razón, se destaca su necesidad a nivel psicológico y de desarrollo humano, ya que
es importante el análisis del mundo de las empresas.
Bibliografía