Está en la página 1de 5

DESARROLLO Y EMPLEO: CONCEPTOS LIMÍTROFES

Vanessa Zuleta Quintero

Palabras clave: Trabajo, desarrollo, sistema económico, libertad y sociedad.

Resumen: La forma en que trabajan los habitantes de un país muestra el desarrollo


de este. Es importante, en un principio, conocer la definición de trabajo y la realidad
que lo atraviesa actualmente. Este, al verse afectado directamente por el sistema
económico, brinda una ilusoria libertad a los trabajadores que los esclaviza más. Es
necesario entonces la reestructuración de la calidad de vida de los empleados para
que gracias a ello se dé un desarrollo en los países.

En el siguiente texto se expondrán las razones por las que el trabajo puede afectar
el desarrollo de un país. En este caso, se entiende desarrollo como las
características que permiten que los habitantes experimenten equilibrio en sus
vidas. Se mostrarán las problemáticas que presenta la humanidad por poseer
avances tecnológicos, un ritmo de vida más rápido y todas las oportunidades para
ser libres, sin serlo. Porque a pesar de esto, ella es cada vez más esclava e
indiferente ante los que no tienen sus mismas condiciones de vida; también cómo
el sistema económico interviene en la sociedad y determina dinámicas sociales.

El trabajo para (González, 1999) no es solamente una necesidad, sino una actividad
que permite la libertad del ser humano; y no solo le concede la supervivencia, sino
que le brinda un bienestar en todos los aspectos de su vida. Sin embargo, existen
fenómenos en las sociedades contemporáneas que impiden la recepción de
bienestar que ofrecen los empleos. En algunos casos las personas ni siquiera
cuentan con trabajos dignos, en otros, a pesar de tener un empleo y “debido a la
necesidad de dinero, la inmensa mayoría de las personas en el mundo son esclavas
de puestos de trabajo que no les gustan” (Fresco, 2007, pág. 27).
En América Latina, las condiciones laborales son precarias y, debido a las
necesidades que tienen las personas, las empresas y multinacionales se sirven de
ellas para bajar aún más los salarios, los beneficios y la duración de los empleos.
“Ya los barcos negreros no cruzan el océano. Ahora los traficantes de esclavos
operan desde el Ministerio de Trabajo. Salarios africanos, precios europeos. ¿Qué
son los golpes de estado, en América Latina, sino sucesivos episodios de una
guerra de rapiña?” (Galeano, 1971 , pág. 356).

También en los empleos que presentan mejores condiciones laborales se


experimentan cambios. Anteriormente las personas eran contratadas y se les
asignaban funciones y horarios; en la actualidad las personas, al llegar a las
compañías, no les determinan las funciones que desempeñarán. La empresa
asume que los profesionales tienen las capacidades para hacer múltiples tareas.
Asimismo les exigen tiempo en el que el empleado pasa con su familia o con la
llamada “flexibilización” les permiten trabajar desde su casa, pero bajo los
parámetros que ellos exponen. Para el autor (Sennett, 2000) el sistema económico
interviene en las actividades de las empresas y por esa ansia de pensar más en el
dinero que en quien lo produce, el empleo hace que las personas entren en conflicto
con la familia y rompan vínculos que los unen con estos seres humanos. Para él, no
es posible perseguir objetivos a largo plazo, en una sociedad de corto plazo o de la
inmediatez.

El empleo y sus malas condiciones afectan indiscutiblemente un país; sin embargo,


existen otras preocupaciones por parte del estado, esto hace que releguen los
planes que necesitan ejecución. En un informe publicado por la ONU Hábitat (2004),
un estudio sobre las condiciones de vida que existen en América Latina, ubica a
Colombia entre los cinco países más desiguales del planeta. Es un dato que invita
a una reflexión, no solo para el gobierno, sino también para quienes conforman el
país y mantienen un sistema económico que genera tantos desniveles y faltas a los
ciudadanos:

A pesar de que el desempleo es un problema que siempre ha existido en el mundo


industrial, en mayor o en menor grado, todo parece indicar que nos estamos
enfrentando a un nuevo tipo de desempleo, que tiende a permanecer, y que, por lo
tanto, se está transformando en un componente estructural del sistema económico
mundial, tal como lo conocemos (Max-Neef, 1986, pág. 240).

El sistema económico actual conoce las fallas que presenta y a pesar de ello sigue estando
vigente. Aunque algunas empresas estén generando cambios en sus filosofías y están
dando más oportunidades a los empleados, el humano no es la parte más importante de la
empresa. Para (Fresco, 2007) una empresa humanista no atraería tantos inversionistas
como lo haría una compañía que decide invertir en maquinaria y en publicidad. Asegura
que es difícil cambiar esta percepción, para personas educadas en un sistema monetario
como el actual, que tiene como finalidad obtener beneficios económicos por encima de todo.

Las condiciones laborales, o el fracaso en los empleos, no dependen solamente de los


beneficios que se deben brindar a los trabajadores, sino del Estado que debe aportar con
la satisfacción de las necesidades básicas. Asimismo, los sistemas económicos influyen
directamente en el desarrollo de los países y en los empleos, por lo tanto, si se requiere un
cambio, comenzar reestructurándolos podría ser una opción. Es preciso, entonces, que las
personas empiecen cambiando su mentalidad al momento de pensar en el empleo. Pese a
que la sociedad frecuentemente manda mensajes que invitan al consumo desmedido y sin
sentido, desde las escuelas se debe fomentar en los estudiantes la búsqueda de un sentido
propio que les permita discernir entre lo que realmente quieren y que genere una motivación
más fuerte que supere tales presiones irracionales.

Cuando los empleos y los sistemas se llenan con la presencia del humano, las condiciones
experimentan cambios. El humano es dual e incoherente, pero en el fondo es sensato y
cuando es movido por la pasión, las actitudes y decisiones cambian. Si desde las escuelas
se enseña a pensar, más que a repetir y a amar lo que se hace, más que a responder con
las obligaciones, el mundo estará más lleno de personas dispuestas a realizar su pasión y
no a conseguir más dinero que el otro, para demostrarle su superioridad. Perseguir un ideal
impuesto por quienes se han creído superiores es lo que ha regido el propósito de la vida
de todas las sociedades. Por eso, si se construyen ideales propios, no impuestos y se
arraigan profundamente en las pasiones, los medios de comunicación serán más débiles
que la determinación de un ser humano por hacer lo que ama y hacerlo de la mejor manera.

Para que las personas puedan hacer lo que aman, deben tener satisfechos sus estómagos
y asegurados los techos, en donde descansar. Es fundamental entonces, que en vez de
pensar en la acumulación de bienes materiales innecesarios y en el enriquecimiento de
unos cuantos, en el país, cada ciudadano contribuya a la destrucción de la corrupción, en
sus vidas y en el gobierno. El que con su dinero e inversiones puede contribuir al
rompimiento de la brecha magna entre sus mansiones y las comunas de Medellín. Para
que las condiciones laborales mejoren, el cambio debe empezar en la mentalidad de los
futuros padres que educarán a sus hijos y en los osados estudiantes de licenciatura,
quienes tienen en sus manos la responsabilidad del actuar de los ulteriores profesionales.

Resta decir entonces que la sociedad comienza a reestructurarse desde cada persona,
cuando evita la corrupción y defiende sus ideales más profundos, creyendo que algún día
las condiciones van a mejorar. Porque cuando empieza en el individuo, su alrededor se
transforma y si cada persona comienza a pensar diferente se forma un grupo más grande
que va a determinar los cambios en el país. Lo más importante es apostarle a la formación
de mejores seres humanos, quienes además de tener las condiciones necesarias para su
desarrollo, se les brinde la oportunidad de vivir por una motivación más profunda,
encargada de motivarlos a despertarse cada día y no simplemente a vivir por el deseo de
ser “mejor” que el otro.

Referencias

Fresco, J. (2007). Diseñando el futuro. Venus : Jacque Fresco & Roxanne


Meadows.

Galeano, E. (1971 ). Las venas abiertas de América Latina. México: Siglo ventiuno
editores.

González, R. C. (1999). Fundamentos para una filosofía del trabajo. Pamplona:


Cuadernos de anuario filosófico.

Max-Neef, M. (1986). La economía descalza, señales desde el mundo invisible.


Buenos Aires: Nordan.

Moreno, E. L. (2014). Construcción de ciudades más equitativas, políticas públicas


para la inclusión en América Latina. Nairobi: Cerocuatro, Motor Creativo.
Sennett, R. (2000). La corrosión del carácter. Barcelona: Anagrama.

También podría gustarte