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“Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos.
Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para
enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él". Jesús le respondió:
"Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios. "
Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por
segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?". Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no
nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo
que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: 'Ustedes tienen que renacer de
lo alto'. El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo
mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu". Palabra de Dios
Reflexión
Jesús se lo proclama a Nicodemo, necesitas nacer de nuevo y, dicho a él, nos suena cercano a cada
uno de nosotros cuando en el derrotero de la vida vamos descubriendo esta búsqueda del corazón
humano, en perspectiva constante de renovación y de transformación; como parte de la lógica del ser
nos preguntamos en qué consiste este renacer, este renovarse, este proceso constante de crecimiento
en la madurez.
transformamos, nuestra vida madura y crece cuando en nosotros obra y actúa el Espíritu Santo. El
Espíritu Santo obra y construye un hombre nuevo en nosotros, nos hace otro Cristo.
Nacer de nuevo en el Espíritu Santo es dejar que el Espíritu, como en María, actúe de tal manera en
nosotros que engendre la presencia viva de Cristo, comenzando por tener sus mismos sentimientos, es
decir, dejándonos tomar por la frecuencia cardíaca de su interioridad, hasta hacernos uno con Él y decir
con el apóstol San Pablo, vivo yo pero no soy yo, es Cristo Jesús quien vive en mí.
Y mientras vivo en esta carne, vivo, dice el apóstol Pablo, en la fe, en el hijo de Dios que me amó y
Cristo trae la gracia de una nueva humanidad. Hay una transfusión, no solamente de gracia, de sabia,
de vida, sino de la persona misma de Jesús que toma nuestra persona hasta hacernos con él uno. Hay
Si andamos con Jesús, se reconocerá la presencia de Jesús en nosotros. Andamos con Jesús en la
presencia de Jesús en el mundo. Abrámosnos a esa presencia de vida suya en nosotros, hasta llegar a
reflejar esa vida en nuestra propia vida, en gestos, en palabras, en actitudes, en compromisos, en
vínculos. Bañados, revestidos, ungidos de Cristo para en Cristo poder desarrollar una vida nueva. El
Señor nos regala en esta oportunidad, de un hombre nuevo en Él. De eso se trata cuando hablamos de
Ahora para que esa gracia se dé, es necesario, según la enseñanza y la doctrina de Pablo, despojarnos
¿Que está diciendo Pablo con esto?, que para nacer de nuevo, desde Cristo debemos hacer Pascua
con Cristo en todo lo que nos aparta del proyecto de Dios en nuestra vida, para darle lugar a Dios
obrando en nosotros.
La misericordia, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, son los que hablan de la presencia,
Nacer de nuevo, supone aprender a reconciliarse con la propia fragilidad. Cuando soy débil y me
registramos nuestro propio conflicto, empieza a renacer como en un proceso de recilencia lo bueno que
En la vida espiritual también lo decimos, una persona comienza a recorrer un camino de vida espiritual
sano cuando se asume a si mismo. Es lo que Jesús dice claramente en el evangelio, quién carga con
su cruz es quién me puede seguir, el que se hace cargo de sí mismo, de esto se trata.
Hay un hombre nuevo que está queriendo nacer en vos, sabes que depende de que te hagas cargo que
Eso viejo se transforma por la gracia de resurrección de Jesús, que obra en medio de nuestras
debilidades. Ánimo!