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Detrás de la sonrisa, visión.

¿Qué va a ser cuando sea grande? ¿Cuándo se va a casar? ¿Cuántos hijos quieren tener?
¿Para cuándo la parejita? ¿Y va a estudiar? Si ha sido víctima de alguno de estos latigazos
sociales, disfrazados de inocentes preguntas, usted debe ser una mujer con propósito en la
vida, de esas que tienen gran potencial social y profesional, que están muy por encima de
los labios rojos, las cinturillas, las zapatillas y los peinados ostentosos, tal vez le haga bien
ver La Sonrisa de la Mona Lisa, una película dirigida por Mike Newell; en la que una
maestra de Historia del Arte, Katherine Watson encarnada por Julia Roberts, se empecina
en enseñarles a las estudiantes que aspiren a algo más en la vida que casarse y formar una
familia.

El film es especialmente sensible socialmente hablando, propio de su contexto, debemos


tener presente que retrata los años 50’s en los Estados Unidos, donde se estaba viviendo la
transición del rol de la mujer, quien podía perfectamente fumar, tomar, ir a bares, estudiar
pero con el firme propósito de ser un accesorio más para los hombres, ofreciendo
compañía, amor, en lo posible agregando estatus, proporcionar cuidados y un gancho para
fortalecer relaciones sociales pero sin sobresalir más que su idóneo, teniendo en claro la
premisa de sumisión, algo así como una mascota entrenada que pueda ejercer labores
domésticas ¿Suena despectivo? Sí, pero era la realidad del momento entre tanto se
fortalecía un grupo de mujeres dispuestas a liderar los espacios ganados en la sociedad,
política y academia.

Sin embargo, la cinta lanzada en el 2003 llega como un recordatorio de los retos a los que
las mujeres día a día se enfrentan y aunque ha sido mucho el terreno ganado, en lo cultural
en pleno 2019 muchas mujeres son el objetivo de fuertes críticas en su desempeño como
amas de casa, esposas y/o madres por buscar su realización profesional, o viceversa
minimizada profesionalmente por tener un hogar.

La película no puede ser más diciente, es una invitación a que los maestros rompan
paradigmas cumpliendo su rol de orientadores, proporcionando conceptos basados en la
realidad, estimulando la mente de las estudiantes para que se tracen metas a partir de su
conocimiento, habilidades y destrezas. Para los hombres a que no subestimen el valor, la
gallardía, la disciplina que hay en las mujeres, a entender que las potencialidades no están
divididas entre hombres y mujeres si no distribuidas entre personas, a ver la mujer como
coequipera y no coartar su liderazgo. Y por supuesto para las mujeres a descubrir sus
sueños, los propios, no los implantados culturalmente y trabajar fuertemente para
materializarlos, a creer que pueden ejercer como profesionales, madres, esposas, hijas sin
tener que renunciar a alguna de sus facetas.

“Pueden conformarse con lo que otros esperan de ustedes o... ¡Ya sé! Ser ustedes
mismas". Frase tomada de la película La Sonrisa de la Mona Lisa

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