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¿Alguna vez al caminar, hacer ejercicio o moverte has escuchado un crujido en la cadera?

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¿Al levantar la pierna sientes que la articulación del fémur truena?, ¿Te duele en la zona de
la ingle?, esto puede ser algo habitual en personas que realizar algún tipo de ejercicio y son
varias las causas que la provocan, no obstante mantén atención en estos casos para no sufrir
una lesión mayor.

Aquí te describo algunas de las causas por medio de imágenes, no olvides siempre
consultar a un médico, fisioterapeuta o personal capacitado para que te dé un buen
diagnóstico y tratamiento eficaz.

Rotura de Labrum (ceja cotiloidea)

El Labrum cumple la importante misión de estabilizar la cabeza femoral en la cadera.


Éste se puede romper por traumatismos o de manera secundaria a una patología en
esa zona.

La cadera es probablemente la articulación más estable del cuerpo. Está compuesta por una
estructura esférica, como un balón, llamada cabeza femoral. A su vez, esta esfera se
encuentra dentro de una verdadera copa llamadA acetábulo, que es la articulación de la
cadera, que hace que funcione como un verdadero rodamiento. Éste tiene un anillo de
seguridad compuesto por un tejido fibrocartilaginoso que rodea la cabeza femoral
impidiendo que se salga de la articulación, lo que genera un ambiente protegido. Ese anillo
se llama labrum.

El labrum es un potente estabilizador de la cabeza femoral, de ahí su importancia, aumenta


la superficie articular de la cadera y permite llevar un cierto grado de sensación espacial de
la cadera dado por receptores propioceptivos, o sea, receptores de sensación de
movimientos, lo que le permite al cerebro mantener el dominio espacial de la extremidad.

El labrum está sujeto a traumatismos, por lo que puede tener lesiones aisladas. Por lo
general lo sufren pacientes que refieren en su historia un traumatismo importante en la
cadera, quienes quedan con un dolor inguinal, muchas veces irradiado al glúteo o hacia la
parte posterior del muslo, llegando, incluso, hasta la rodilla. No hay que olvidar que la
cadera puede dar síntomas o molestia a través de la rodilla, por lo que muchos pacientes se
quejan de la rodilla y no de la cadera. También las roturas aisladas pueden estar
relacionadas con pacientes que debido a una constitución específica (hiperlaxos) pueden
tener roturas por movimientos normales llevados al límite (bailarinas, artes marciales, yoga,
entre otros).

Por otro lado, puede ser una rotura secundaria a una patología de la cadera. En este caso se
entra en el capítulo del pinzamiento femoroacetabular de la cadera, donde el labrum no es
más que la punta del iceberg. El cuadro clínico es similar pero al tomar radiografías se
observa que la cabeza femoral no es esférica y presenta anormalidades, ya sea un cuello
irregular, los llamados Bump o lesiones de tipo Cam, que son aumentos de volumen en la
unión del cuello y la cabeza femoral, que al flectar o girar generan daño en los bordes
articulares, zona donde se encuentra el labrum.

También existen lesiones tipo pincer, en las que el acetábulo es mucho más grande y
encastilla la cadera, restringiendo el movimiento, por lo cual el paciente al tratar de mover
la cadera, daña el borde acetabular y obviamente el labrum, generando un fenómeno
doloroso.

Hay que destacar que el 90% de los pacientes presenta pinzamiento femoroacetabular
mixto, pequeñas lesiones pincer y pequeñas lesiones tipo Cam. Es muy raro encontrar puro
Cam o puro pincer.

 Alteraciones estructurales.- Patologías como la artrosis generan cambios a nivel


articular disminuyendo el espacio articular y generando relieves óseos.

Cuando los huesos se rozan, como cuando chasqueas los dedos, se crea una fricción
y un sonido. El estallido puede ocurrir de vez en cuando, pero si es continuo puede
conducir a la inflamación y el dolor o la inflamación crónica llamada bursitis. Las
caderas también pueden sonar a causa de una fijación temporal, es decir, se
mantienen unidas debido a un efecto de vacío temporal causado por la relación de
fluidos, tejidos conectivos y huesos en la articulación de la cadera. Las caderas no
son un lugar común para experimentar la fijación, pero si vas a realizar
levantamientos de pierna después de haber estado sentado mucho tiempo, es posible
que puedas escuchar un par de ruidos cuando las caderas se relajen o despeguen.
Como suenan por una fijación, sólo lo harán una o dos veces y luego funcionarán
libremente.

 Distensión ligamentosa – Si los ligamentos no son capaces de contener los


movimientos articulares, el rango normal de movimiento de la cadera aumentará,
aumentando las posiciones extremas de la cabeza del fémur durante los
movimientos. Os imagináis realizar un salto y recibir el peso del cuerpo sobre una
pierna en donde la cabeza del fémur no está bien centrada en el acetábulo. Si
además, lo asociamos a un trabajo deficiente de la musculatura estabilizadora se
podrán provocar roces entre las superficies articulares que generarán crujidos.

 Problemas de control motor local en la cadera.- Los músculos pelvitroncantéreos


actúan como estabilizadores de esta articulación. Esta musculatura debe activarse en
una primera etapa inicial (al igual que músculos como el transverso, multífidos,
suelo pélvico lo hacen en la zona lumbopélvica). De esta forma, la cabeza femoral
se coapta sobre el acetábulo y permanece bien posicionada evitando posibles
traslaciones exageradas. Si este es uno de los problemas, prueba a realizar el
movimiento en un rango menor, con un soporte (cuerda elástica) y más despacio.
Ayudará a “conectar” de mejor manera tu musculatura. Piensa en imágenes que
ayuden a “succionar” la cabeza del fémur hacia la pelvis.

 Roces y fricciones tendinosos, denominado a veces “síndrome de la cadera en


resorte”. En este sentido podemos diferenciar:

o Crujido en la zona interna y profunda – Roce del tendón del psoas sobre la
eminencia ileopectínea, sobre todo si es prominente.
o Crujido en la zona externa y supercicial – Roce de la cintilla iliotibial sobre
el trocánter mayor. Esto puede deberse también a un problema de control
motor, en este caso global, pues indicaría que la cintilla iliotibial está
sometida a un exceso de tensión. Nuestra recomendación en este caso es
poder trabajar la restauración de los patrones de movimiento óptimo en la
parte lateral de la cadera, activando el glúteo medio (fibras posteriores) y
combinando esto con trabajos de relajación del “tensor de la fascia lata”.

Recuerda que la aparición de un crujido articular debería hacerte plantearte muchas cosas
en cada una de tus sesiones. ¿Por qué realizar un ejercicio como el círculo con una pierna
con un gran rango de movimiento si me está sonando continuamente la cadera?. ¿Está
preparado mi cliente ya para ese ejercicio en esas condiciones?. ¿Cómo puedo modificarlo
para hacerlo más sencillo?. ¿Cómo cambia si le añado una banda elástica y disminuyo el
rango? ¿Hay cambio de trabajo muscular?. ¿Qué objetivo me planteo con mi cliente?

Recuerda que nuestra intención ha sido exponer algunas de las causas que podría estar
generando este tipo de problema. Aún así, os recomendamos consultar con un médico
especialista o fisioterapeuta con el objetivo de poder llegar a una diagnóstico más concreto
y veraz.

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