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Viajar es una experiencia hermosa. Y a la hora del viaje existen mucha clase de viajeros.
Seguro tenés alguno de estos en tu familia:
El que se las sabe todas. No necesita un mapa, no le pregunta a nadie. Confía en el viento,
su supuesto sentido de la ubicación, la geografía del terreno. Cuando la familia empieza a
sospechar que está perdido dice “tranquilos yo sé adónde vamos”. Y en dos horas terminan
en una estación de servicio preguntando como volver al camino.
El que confía solo en consejos de antiguos viajeros. Mi papá era el típico conductor que
pedía referencias a gente que hacía años había visitado el lugar. En nuestros viajes solíamos
tener conversaciones como: “fulano me dijo que cuando él vino, había una bajada con dos
árboles de mandarina, y dos abuelos que tomaban mate todas las tardes ahí… hay que
preguntar por el chueco Zoilo”. El problema era que el chueco Zoilo se murió hace diez años,
donde estaba los árboles de mandarina ahora hay un complejo de Duplex… el paisaje
cambia y las referencias de antiguos viajeros se vuelven obsoletas.
El que viaja con la asistencia de un mapa. Si querés evitar pasar un mal rato, perder tiempo,
perderte, discutir… tenés que consultar un mapa antes de salir.
En el viaje de la vida suceden cosas muy similares. Cuando decidís manejarte como el
primero, con tu propio criterio como marco de referencia, podés cometer muchos errores.
No se vos, pero mi mentalidad y percepción de las cosas es limitada: muchas veces juzgué
una decisión como buena y terminó no siéndolo. Si sos como el segundo, sos de lso que se
manejan por medio de tradiciones: mi viejo y mi abuelo eran así, lo hacía así, esto es lo que
aprendí. El problema es que, así como el paisaje, las situaciones de la vida cambian, los
desafíos son diferentes a los que enfrentó la generación de nuestros Padres y abuelos, y vos
necesitas desarrollar nuevas herramientas si querés llevar tu vida y la de tu familia a buen
destino. Por eso necesitas una guía en el camino.
Jesús es el más interesado en que puedas viajar seguro en la vida, llegar a tu destino. Y Él
te dejó a alguien que tiene exactamente esa función, su ESPÍRITU SANTO!
“Yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el
Espíritu de verdad […] él los guiará a toda la verdad” Juan 14:16, 16:13 (NVI)
¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?
Saulo llegó a ser un líder y un enviado de la iglesia de Antioquía porque su amigo Bernabé
lo fue a buscar, lo animó y lo edificó.
Lucas llegó a ser el autor de dos libros de la Biblia porque el ES los conectó con el equipo.
El ES hace grandes cosas cuando vos te dejás cuidar, cuando vos ves el valor de confiar y
contar con otra gente.
En nuestra iglesia vivimos el cuidado a través del GP. Cuando vos tenes un GP y abris tu
corazón a esa gente, el ES habla a través de ellos: sos animado, edificado, direccionado. Mis
mejores consejos los recibí de mi GP, de esas charlas interminables mate y café de por
medio.
¿querés viajar seguro por esta aventura difícil y peligrosa llamada vida?
ORÁ EN EL ESPÍRITU, CONFIÁ EN SU PALABRA, ABRÍ TU CORAZÓN A OTROS CREYENTES.