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El pensamiento musulmán: Aben Hazam.

Hazam (994-1063), natural de Córdoba. Vivió, sin embargo, en un momento muy


convulso: los años finales del Califato, que cayó en el 1031. Fue un activista político en
su juventud. Sufrió incluso penas de cárcel y tuvo que irse a Sevilla, donde pasó meses
preso. A su salida, decidió dedicarse a la teología, el derecho y la filosofía. Tampoco le
trajo la paz, pues pertenecía a una facción del islam que proponía una interpretación
excesivamente literal del Corán, algo que no encajaba con el momento histórico de
eclosión de la escolástica musulmana. Gran parte de sus obras fueron quemadas en la
plaza pública de Sevilla y que, por tanto, no han llegado al presente. Parece que escribió
en torno a 400 obras. Conservamos bastantes, pero no llegan a 100. Destacan dos: El
collar de la paloma, centrada en el tema del amor, y el Fisal, comparable a una de las
sumas escolásticas, pues aborda prácticamente todos los temas filosóficos y con un tono
muy apasionado y ágil.

Con Hazam pasa algo similar a lo que ocurre con Maimónides y Averroes. Lo mismo
se da entre Ibn Gabirol y Hazam: autores de religiones distintas que tienen puntos en
común. Incluso en el carácter, confluyen. Gabirol era muy altanero y Hazam no se queda
corto: «en los corazones de los míos anida la tristeza por la envidia que sienten de un
talento que no alcanzarán nunca». También coinciden en el olvido: hay un
desconocimiento casi absoluto de la obra de Hazam, motivado en gran parte que por la
poca influencia en sus correligionarios y con el agravante de que el desconocimiento
llega prácticamente hasta nuestros días. A Gabirol se le puso en valor desde hace
mucho, pero Hazam no aparece ni siquiera mencionado en grandes historias de la
filosofía actuales como la de Copleston. Incluso la de Munk, centrada en filosofía árabe,
tampoco lo cita. Factores de esto son:
• Su crítica irreverente hacia la escolástica musulmana. Proponía una
interpretación literal al margen de la escuela.
• Su vida coincide con la eclosión de la filosofía cristiana, que hace que Hazam
tenga poca repercusión.
• En Europa, ha habido un desconocimiento vasto de la lengua árabe, al
margen de Al-Ándalus. El Fisal fue editado por primera vez en 1903, nueve
siglos después de ser escrito. Y solo se tradujo al castellano y a otras lenguas
a mediados del siglo XX.

La metafísica de Hazam

Podemos estructurar su metafísica en seis pasos principales:


1. La absoluta trascendencia de Dios, fundamentada en su intrínseca unidad.
Es un neoplatónico. Su diferencia está en cómo expresa esta doctrina: aunque
parte de la misma tesis inicial, en Hazam encontramos lo mismo que en
Gabirol, pero absolutamente radicalizado. El voluntarismo de Hazam es
mucho más fuerte que el de Gabirol. Dios no se asemeja a nada de lo creado
bajo ningún aspecto.

2. No podemos conocer a Dios positivamente de ninguna forma, ni tampoco


atribuirle absolutamente nada por analogía. No hay que predicar de él por la
vía de la inducción analógico atributo que le sea común con sus criaturas. Nos
encontramos con la teología negativa de Gabirol, pero absolutamente
radicalizada: es que no podemos atribuirle algo que tenga el humano, aun la
contraposición entre las imperfecciones y perfecciones.

Solamente se salva la unidad y el ser de Dios: que es y que es uno. Todo lo


demás tiene que ser renegado.

3. Es un hecho indubitable que el ser humano goza de voluntad. Precisamente,


en eso, se diferencia del resto de los seres vivos. Como todo lo que hay en el
ser humano hay que negársela a Dios, Dios carece de voluntad como facultad
o atributo esencial. Pero puede existir un ser voluntario sin voluntad: no niega
a Dios el obrar libre, sino la voluntad. El esquema básico en metafísica sería
que la esencia de Dios es la unidad, sobre la que recae la voluntad como
facultad esencial, que es el principio del obrar libre.

DIOS/UNIDAD --> VOLUNTAD --> OPERAR VOLITIVO


Potencia Potencia
remota próxima

pero el Dios de Hazam es como sigue:

DIOS/UNIDAD/OPERAR VOLITIVO

La misma unidad de Dios es también el operar, que normalmente es


considerado como un acto segundo. El esquema esencia-facultad-operación
al hablar de la naturaleza de las cosas en metafísica general o esencia como
potencia pasiva frente a la facultad como acto primero, que es a su vez
potencia activa para con la operación, como acto segundo. Hazam acaba con
la facultad como acto primero y potencia activa.

4. Este afán de negarle a Dios la voluntad tiene dos razones:


a. Una teológica: es un literalista y en el Corán no se dice en ninguna
parte que Dios tenga voluntad.
b. Una filosófica: si Dios fuese voluntad, la voluntad sería eterna y, si es
eterna, también lo es la creación. Y la creación no puede ser eterna,
pues para él, como musulmán, es un acto de libertad. Es la creación
ab aeterno. De Dios solo podemos decir si opera o no, pero eso no
quiere decir que tenga voluntad. Su operar sí es eterno, pero no la
creación.

5. Las dos implicaciones fundamentales de este sistema, sacadas por él mismo,


son que:
a. El operar divino carece de causa. Hay una indeterminación absoluta
en el mismo operar divino, precisamente porque ese condicionante
solo se lo daría la voluntad, que no tiene. Al no haber nada previo
ontológico al obrar, nada lo dirige. Y no hay razón para que Dios obre
o no.
b. Dios por naturaleza es indeterminado en su obra y no tiene límite. Si
queremos encontrar alguna limitación, estará en el mismo obrar, en
la misma naturaleza de las cosas. Es una hipótesis. Dios no tiene
límites, por lo que también puede mentir, hacer lo injusto moralmente
o incluso lo lógicamente sin sentido. No tiene limitación ni en su ser
ni en sus obras.

Solamente hay algo que escapa a esa indeterminación y en la que se


ve una limitación en el obrar divino. Pero para ello hay que reformular
el concepto de imposible, creado por el ser humano, aplicable al
mundo humano y que no puede atribuirse a Dios. No hay que
entenderlo en sentido relativo (Vg.: no es imposible para Dios que un
bebé tenga barba), que solo sería del mundo humano. Tampoco el
imposible en cuanto a la realidad que él ha creado (Vg.: que las
piedras hablen). El tercer nivel es de la lógica (Vg.: que un hombre esté
sentado y de pie al mismo tiempo), pues solo vale a nuestro
entendimiento, de acuerdo a leyes lógicas que él mismo ha creado. Sin
embargo, el cuarto nivel sí es imposible para Dios: lo que atenta
contra la esencia de Dios. Es totalmente contradictorio porque el
predicado repugna del sujeto. Es imposible para Dios hacer cosas que
van en contra de su propio ser.

6. Esta imposibilidad absoluta, atribuible a Dios, es una imposibilidad


meramente lógica, y no ontológica. Esta imposibilidad es simplemente un
sinsentido. ¿Pero cómo hablar de un sinsentido de unas leyes lógicas que
trasciendan la misma voluntad? ¿Cómo determinar que un operar es un
sinsentido (anulación sujeto-predicado) sin leyes lógicas? Pero para poder
reconocer que esta imposibilidad reside en una metalógica (leyes lógicas del
logos). Hay algo que trasciende la misma operación voluntaria, pues,
implícitamente. En este sentido, el voluntarismo radical es un absurdo,
porque siempre aparece al final la razón. Dirá que Dios puede hacer cuanto
se puede preguntar: en la pregunta está la dirección del obrar. El logos que el
pone bajo la voluntad, en realidad, parece tornarse como superior.

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