Profesora: Gina Asignatura: Historia Fecha: 06/06/19 "LA INFECCION POR VIH EN NUESTRO PAIS ES UNA EPIDEMIA QUE NO ESTA CONTROLADA EN ESTOS MOMENTOS"
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un retrovirus que infecta
las células T del sistema inmune del ser humano, destruyendo o alterando su función. La infección por VIH tiene dos etapas, la “portación asintomática”, la cual se caracteriza por un período de latencia clínica y la etapa Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o SIDA, en la cual se presentan infecciones oportunistas y neoplasias. El SIDA se describió por primera vez en 1981. El nuevo retrovirus (VIH-1) se encontró en los tejidos de pacientes con SIDA en 1983 y la relación causal entre el VIH y el SIDA se estableció en 1984. El VIH puede transmitirse por las relaciones sexuales, la transfusión de sangre contaminada o el uso compartido de agujas, así como también de madre al hijo (transmisión vertical) durante el embarazo, el parto y la lactancia. (MINSAL; 2018). En este documento se explica el sistema nacional de vigilancia epidemiológica de la epidemia y de notificación de casos de VIH y SIDA. Luego, se explica la evolución de ésta última en el país y la población afectada. Finalmente se compara la prevalencia en países seleccionados de América Latina. En anexo se incluyen figuras sobre evolución del número de personas infectadas con VIH/SIDA en América Latina y Chile, y estimaciones de ONUSIDA sobre la epidemia en Chile en los 2 últimos años, con distintos indicadores, como son: las personas viviendo con VIH/SIDA, la prevalencia en la población adulta e infantil, el conocimiento de la condición de portador y la cobertura de tratamiento. En los últimos diez años los contagios de VIH en Chile han aumentado un 67,8 por ciento, siendo la población adolescente y joven por lejos la que lidera estas cifras. A la falta de campañas de prevención y las dificultades para realizarse el test -opción que la Organización Mundial de la Salud considera clave para hacer frente a la epidemia-, se suma al relajo en las medidas de protección de las nuevas generaciones nacidas en una era donde el VIH no es una enfermedad mortal. VIH / SIDA EN CHILE La aparición del VIH a nivel mundial, se conoce hace más de 30 años (1981). La propagación de esta enfermedad, ha logrado que, en pocos años, se haya convertido en una pandemia mundial. En el año 2011 se estimaba en más de 30 millones de personas que fallecieron a causa del SIDA y que otros 33 millones de personas vivían con el VIH, que más de 16 millones de niños han quedado huérfanos a causa del SIDA, que cada día se producen más de 7.000 infecciones nuevas por VIH, la mayor parte en personas de países de ingresos bajos y medianos, y se cree que menos de la mitad de las personas que viven con el VIH son conscientes de su infección. El VIH y el SIDA afectan a todas las regiones del mundo, siendo África Subsahariana la más afectada, seguida por la región del Caribe que registra la prevalencia más elevada, mientras que, en Europa Oriental, Asia Central, África Septentrional y el Oriente Medio, así como en partes de Asia y el Pacífico, están aumentando las infecciones nuevas por VIH En la lucha por controlar esta epidemia, ha sido fundamental el esfuerzo concertado de los gobiernos, la sociedad civil organizada, organismos no gubernamentales, empresas privadas y las agencias cooperantes, quienes han liderado una respuesta sin precedentes en el mundo para el control de una enfermedad, que es considerada como una catástrofe por sus implicancias sanitaria, sociales y económicas en los países más afectados. El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) fue creado en 1994 por una resolución del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y comenzó a funcionar en enero de 1996. Está dirigido por una Junta Coordinadora del Programa, formada por representantes de 22 gobiernos de todas las regiones, los copatrocinadores de ONUSIDA y cinco representantes de organizaciones no gubernamentales, entre los que se encuentran representantes de asociaciones de personas que viven con el VIH ONUSIDA aúna los recursos de la Secretaría de ONUSIDA y de once organizaciones del sistema de las Naciones Unidas a fin de llevar a cabo actividades coordinadas y responsables para unir al mundo contra el SIDA Los estados miembros de Naciones Unidas, por medio de resoluciones y declaraciones, que se realizan como sesiones extraordinarias de la Asamblea de Naciones Unidas, han establecido una serie de compromisos, acciones objetivas para la lucha contra el SIDA. Dichas declaraciones políticas se han realizado los años 2001, 2006 y 2011. Durante el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (UNGASS) de 2001, los Estados Miembros adoptaron la declaración para el logro del sexto Objetivo de Desarrollo del Milenio: detener y empezar a invertir el curso de la epidemia de VIH para 2015 En esta declaración se reconoce la necesidad de emprender una acción multisectorial en Una variedad de frentes y niveles, internacional, regional y nacional, todo ello con el propósito de prevenir nuevas infecciones por VIH, ampliar el acceso a la atención sanitaria y reducir el impacto de la epidemia. En el año 2006, el compromiso de Naciones Unidas consistió en asegurar el acceso universal para la prevención, tratamiento, atención y servicios de apoyo relacionados al VIH para todos los que lo requieran para el año 2010 El año 2011, los estados miembros refuerzan su compromiso político para detener la epidemia del SIDA y mitigar sus efectos. La declaración enfatiza que el éxito de la respuesta al SIDA depende del cumplimiento de los objetivos en los plazos definidos. Son diez los objetivos, que serán monitoreados y evaluados por ONUSIDA y para lo cual se elaboraron directrices para su monitoreo y cumplimiento por parte de los estados miembros después de haber revisado algunos antecedentes generales sobre VIH-SIDA que son relevantes para el propósito de la presente tesis, conviene analizar algunos otros antecedentes más específicos y vinculados a clasificación de la epidemia, poblaciones y riesgos y, también, algunos elementos que deben considerarse en un abordaje integral del VIH-SIDA. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el ONUSIDA, clasifican las epidemias de VIH en tres grandes categorías: de bajo nivel, concentrada y generalizada. Epidemia de bajo nivel: La propagación de la infección por VIH no ha alcanzado niveles significativos en ninguna subpoblación. Las infecciones se limitan a personas con comportamiento de alto riesgo, a menudo forman parte de un subgrupo, ejemplo trabajadoras sexuales. La prevalencia del VIH no ha excedido en ninguna subpoblación el 5%. Epidemia concentrada: El VIH se ha propagado de manera importante en una omás subpoblaciones, pero no así en la población general. La prevalencia de VIH es sistemáticamente superior al 5% en subpoblaciones, pero no supera el 1% en embarazadas. El curso de la epidemia, dependerá de la frecuencia y la naturaleza de los vínculos entre la subpoblación con altos índices y la población general. Epidemia generalizada: El VIH se ha establecido sólidamente en la población general. Si bien las subpoblaciones de mayor riesgo, contribuyen de manera importante en la propagación de la infección. Las redes sexuales de la población general, son suficiente para mantener la propagación del virus en la población general. La prevalencia en embarazadas, se mantiene sistemáticamente por sobre el 1%.
Al analizar los factores de riesgo, desde una perspectiva poblacional, se
reconoce que existen comportamientos de riesgo que favorecen la trasmisión del VIH, y que luego pueden impulsar gran parte de nuevas infecciones. Entre estos comportamientos destacan, relaciones sexuales sin protección, relaciones sexuales anales sin protección con parejas múltiples, y la inyección de drogas con jeringas y preparados compartidos En consecuencia, los grupos de población en los que se concentran este tipo de comportamientos incluyen: Mujeres que ejercen el comercio sexual Clientes de mujeres que ejercen el comercio sexual Consumidores de drogas inyectables Hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH). Reportes epidemiológicos, relevan que los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres a menudo se infectan cuando son muy jóvenes, con una mediana de la prevalencia del VIH del 5,4 % en los menores de 25 años, de acuerdo con estudios realizados principalmente en países con epidemias concentradas, como es el caso chileno. De acuerdo a recomendaciones de ONUSIDA, son los comportamientos de riesgo, por lo que deben priorizarse las intervenciones en aquellas poblaciones consideradas de mayor riesgo de contraer y transmitir el VIH, e identificar las poblaciones que deberían tener prioridad, en los esfuerzos de vigilancia y evaluación de programas tanto a nivel nacional como subnacional Abordaje poblacional frente al VIH: Por otra parte, en la búsqueda de evidencia del abordaje preventivo poblacional frente al VIH-SIDA. Hay un amplio espectro de acciones que se han desarrollado para abordar esta Pandemia, entre los actores que tienen un rol activo y permanente en la lucha contra el SIDA, se encuentran las organizaciones no gubernamentales (ONG), quienes desempeñan un papel decisivo en la sensibilización de gobiernos y organismos de las Naciones Unidas, para que tomen medidas concretas, tanto a nivel nacional como internacional. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la principal causa infecciosa de muerte en adultos en el mundo. Si no se trata, la enfermedad causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tiene una tasa de letalidad cercana al 100%. Desde la peste bubónica del siglo XIV, ningún agente patógeno había causado tales estragos. El SIDA ha desgarrado a numerosas familias y ha causado un sufrimiento incalculable en las regiones más castigadas por el virus. En tales regiones, entre ellas algunas de las más pobres del mundo, el VIH ha invertido la tendencia de aumento de la esperanza de vida registrada en las tres últimas décadas del siglo XX. El VIH/SIDA es una seria emergencia sanitaria mundial. La infección por VIH está atizando también otras epidemias de alcance mundial, en particular la de tuberculosis, que se ha convertido en una causa destacada de muerte no sólo entre las personas afectadas por el VIH, sino también entre sus familiares y contactos VIH-negativos. Pero el SIDA no es el mismo en todas partes. El acceso a una prevención y un tratamiento eficaces, y en consecuencia el destino de los individuos infectados, varían ampliamente. Las personas que viven con el VIH, pero se benefician de los últimos avances médicos pueden esperar llevar una vida normal en muchos aspectos: la poliquimioterapia con agentes antirretrovirales (ARV) hace del SIDA una enfermedad crónica y tratable, más parecida en este sentido a la diabetes que a otras enfermedades víricas graves para las que no hay ningún tratamiento eficaz (véase la figura 3.1). En Australia, los Estados Unidos de América, Europa y el Japón, muchas personas con SIDA avanzado han reanudado su vida normal. En los países más pobres, sin embargo, y entre los pobres que viven en las sociedades ricas, el VIH sigue siendo sinónimo de pena de muerte. Durante la última década, la brecha de resultado esto es, la distinta suerte corrida por ricos y pobres, se ha ampliado considerablemente. ¿Por qué no se ha logrado contener el VIH/SIDA? ¿Por qué no se ha conseguido hacer llegar los frutos de la medicina moderna, incluidos los ARV, a los más necesitados? La respuesta a estas dos preguntas es básicamente la misma: el SIDA es una enfermedad que tiene un impacto mucho mayor cuando confluyen la pobreza y las desigualdades sociales, incluida la desigualdad de género. No es posible manejarlo fácilmente en los entornos caracterizados por la inoperancia de unos sistemas de salud debilitados, como ocurre sobre todo con las minorías y aspectos relacionados con los derechos humanos, en especial con el derecho a la atención de salud (véase el cuadro 3.1). Por todas estas razones, el VIH/SIDA sirve de criterio de valoración de la situación sanitaria mundial actual: una incidencia en aumento y el creciente tributo en términos de vidas humanas son un varapalo al optimismo. Es fundamental que la comunidad sanitaria mundial haga un esfuerzo enérgico contra el VIH/SIDA, guiada por la firme voluntad de fomentar la equidad en la prevención y la atención. Este capítulo examina las tendencias más importantes de la epidemia de VIH y las alternativas por las que pueden optar las alianzas surgidas para combatir eficazmente tanto la pandemia como sus causas últimas. Se examinan en él los éxitos y fracasos de la lucha contra la enfermedad infecciosa más devastadora del mundo, para abordar después las metas de cara a los próximos años. Éstas incluyen la reducción de la brecha de resultados del SIDA, como resultado de haber suministrado a tres millones de personas de los países en desarrollo la poli terapia ARV para fines de 2005 (la conocida como meta tres millones para 2005. A lo largo de este análisis, se entiende que la atención del VIH/SIDA incluye el tratamiento ARV. Aunque asegurar una prevención y atención sólidas contra la infección por VIH es una intervención sanitaria no exenta de complejidad, ese tipo de medidas no sólo son factibles en los entornos de recursos escasos, sino que además son precisamente lo que se necesita. La situación actual Cabe preguntarse si la comunidad internacional ha reaccionado satisfactoriamente ante esta nueva amenaza para la salud mundial. A pesar de los notables logros científicos el desarrollo de medios diagnósticos de bajo costo a mediados de los ochenta, la secuenciación de todo el genoma del VIH menos de 15 años después, y el desarrollo de una terapia antirretroviral eficaz para 1995 –, el virus ha seguido propagándose (véase la figura 3.2). Se estima que a lo largo de 2002 unos 5 millones de personas resultaron infectadas por el VIH, y casi 3 millones de personas murieron de SIDA. En todo el mundo, el VIH se propaga utilizando un número bastante limitado de vías. Retrovirus transmitido por la sangre, el VIH aprovecha los contactos sexuales, las transfusiones de sangre contaminada, las drogas inyectables, la no observancia de lo que en los círculos médicos se denominan ahora precauciones universales, y las vías que conducen de la madre al niño durante el embarazo, el parto y la lactancia. En 2003 el continente más severamente castigado fue África, donde la propagación de la pandemia se ha visto acelerada por diversos factores, entre ellos una pobreza generalizada, la desigualdad de género y unos sistemas de salud debilitados por presiones tales como la enorme carga de deuda externa de los Estados. En África se concentran más del 70% de las personas actualmente infectadas por el VIH. De todas las defunciones por SIDA registradas en el mundo 28 millones a finales de 2002, la mayoría se han producido también en ese continente. La infección por VIH ha avivado la epidemia de tuberculosis en algunos países de África, aumentando así los riesgos para el conjunto de la población, con independencia de su estado serológico. En toda el África subsahariana, las tasas de tuberculosis se han más que triplicado, y son muchos los que piensan que será imposible controlar la enfermedad sin un tratamiento enérgico del SIDA. Persisten los debates sobre la importancia relativa de los distintos modos de transmisión del VIH en el África subsahariana, pero la evidencia acumulada indica que en esta región el VIH es ante todo un patógeno de transmisión sexual. No obstante, las dificultades con que tropieza el seguimiento de las precauciones universales en unos servicios de atención sanitaria sobrecargados y faltos de recursos podrían estar en el origen de muchas muertes por SIDA en África. En muchas regiones se siguen practicando transfusiones de sangre peligrosas, lo que subraya la importancia de la seguridad de los productos sanguíneos como componente de un control eficaz del VIH/SIDA. Número de personas infectadas en chile 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 N° de casos 2.968 3.159 3.395 4.014 4.080 4.307 4.307 5.816 confirmados con VIH en Chile por ISP
Incremento N° estimado de Epidemia concentrada 62% se notifica en etapa
personas con VIH para en hombres que tienen asintomática 2010-2017:96% 2018:70.000 sexo con hombres. Taza de confirmación Relación Prevalencia VIH 2017 La notificación en etapa estimada en población hombre: mujer 5,7:1 de 15 a 49 años para SIDA va en disminución: País :31,65 2018 Vía de transmisión: Arica a Parinacota:50,58 2017: 32,1% sexual 99% Por edad (a nivel del país) 0,59% 2016: 35,2% Mortalidad: 13-19 Años: 13,88% 2015: 42,9% 2,9 2015 20-29 Años:84,75% 2014: 47,1% 2,8 2014 30-39 Años:61,44% 3,0 2013 EXÁMENES VIH PROCESADOS Y REACTIVOS; CASOS CONFIRMADOS SECTORES PÚBLICO Y PRIVADO DE SALUD CHILE 2011-2018 CONCLUSION
El VIH a medida que el tiempo avanza ha aumentado en una gran
cantidad de personas siendo los jóvenes de entre 20-29 Años la mayor cantidad de afectados con esta enfermedad debido a que los jóvenes a esa edad beben, se drogan y no utilizan preservativos. Los adultos de 30-39 Años son el otro 61,44% de la otra población afectada por el VIH. Así ha avanzado el VIH en los siguientes años por las siguientes razones: No se han informado sobre las enfermedades de transmisión sexual No les gusta usar preservativo Algunos recién están empezando su vida sexual. Algunos papas no les enseñan a sus hijas/os sobre la sexualidad porque piensan que sería un incentivo a que empezarán su vida sexual, pero es el peor error que cometen por que así es como algunos jóvenes contraen enfermedades como: VIH/SIDA GONORREA CLAMIDIA SIFILIS TRICOMONIASIS PIENSO QUE PARA QUE EL VIH/SIDA SE DISMINUYA TODOS TIENEN QUE INFORMARSE , HABLAR DE SEXUALIDAD CON LOS PADRES Y SIEMPRE USAR PRESERVATIVO.