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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

Participante:
Marianny Garcia Santos

Matricula:
201900148

Tema:
La narración

Facilitador:
Delcis Reynoso

Sección:
52
Tarea 2

1. Elabora una definición de narración.


La narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a
unos personajes en un lugar. Cuando contamos algo que nos ha sucedido o que
hemos soñado o cuando contamos un cuento, estamos haciendo una narración.

2. Determina su estructura.
La narración tiene 2 tipos de estructuras: estructura externa y estructura interna.

Estructura externa
Se refiere a la forma de presentar la obra: capítulos, libros, episodios.

Estructura interna
Se refiere a la ordenación y distribución de los hechos narrados.

La estructura interna de una narración la forman los apartados que haya en el


desarrollo de la trama, en su contenido. Estos elementos se organizan de forma
variada, aunque es frecuente una secuencia lineal (acción lineal). En este caso se
suele dar una estructura básica:

A) Planteamiento o introducción: Se presenta a los principales personajes y se


narra el acontecimiento inicial, el que origina el conflicto desarrollado en el nudo.

B) Nudo o conflicto: Son los hechos que viven y realizan los personajes.
Constituyen el eje de la trama.

C) Desenlace o final: Es la solución al conflicto propuesto en el planteamiento y


desarrollado en el nudo.

3. Selecciona un texto narrativo y realiza una sinopsis sobre su


contenido.

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y vanidosa, que no
cesaba de pregonar que ella era el animal más veloz del bosque, y que se
pasaba el día burlándose de la lentitud de la tortuga.

- ¡Eh, tortuga, no corras tanto! Decía la liebre riéndose de la tortuga.


Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la liebre:

- Liebre, ¿vamos hacer una carrera? Estoy segura de poder ganarte.

- ¿A mí? Preguntó asombrada la liebre.

- Sí, sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la
carrera.

La liebre, muy engreída, aceptó la apuesta prontamente.

Así que todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El búho ha
sido el responsable de señalizar los puntos de partida y de llegada. Y así
empezó la carrera:

Astuta y muy confiada en sí misma, la liebre salió corriendo, y la tortuga se


quedó atrás, tosiendo y envuelta en una nube de polvo. Cuando empezó a
andar, la liebre ya se había perdido de vista. Sin importarle la ventaja que tenía
la liebre sobre ella, la tortuga seguía su ritmo, sin parar.

La liebre, mientras tanto, confiando en que la tortuga tardaría mucho en


alcanzarla, se detuvo a la mitad del camino ante un frondoso y verde árbol, y se
puso a descansar antes de terminar la carrera. Allí se quedó dormida, mientras
la tortuga seguía caminando, paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse.

No se sabe cuánto tiempo la liebre se quedó dormida, pero cuando ella se


despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a tan solo tres pasos de la
meta. En un sobresalto, salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy
tarde: ¡la tortuga había alcanzado la meta y ganado la carrera!

Ese día la liebre aprendió, en medio de una gran humillación, que no hay que
burlarse jamás de los demás. También aprendió que el exceso de confianza y de
vanidad, es un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos. Y que nadie,
absolutamente nadie, es mejor que nadie.

Esta fábula nos enseña que no hay que burlarse jamás de los demás y que el
exceso de confianza puede ser un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.

Sinopsis: En este texto una liebre y una tortuga se retan a una carrera para ver
quién de las dos es más rápida. Evidentemente la liebre inicia a la cabeza y en
poco tiempo tiene una gran ventaja sobre su lenta competidora. Al verse con la
victoria en el bolsillo la liebre decide sentarse a descansar a la sombra de un
árbol y cae dormido. Cuando despierta, la tortuga está a punto de cruzar la meta
y aunque la liebre hizo un gran esfuerzo por retomar la carrera, la tortuga acaba
ganando la carrera

4. Lee y analiza un texto narrativo y determina su estructura, etapas, tipos de


narradores y leyes de la narración.

Introducción:
En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y vanidosa, que no
cesaba de pregonar que ella era el animal más veloz del bosque, y que se
pasaba el día burlándose de la lentitud de la tortuga.

- ¡Eh, tortuga, no corras tanto! Decía la liebre riéndose de la tortuga.

Nudo:
Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la liebre:

- Liebre, ¿vamos hacer una carrera? Estoy segura de poder ganarte.

- ¿A mí? Preguntó asombrada la liebre.

- Sí, sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la
carrera.

La liebre, muy engreída, aceptó la apuesta prontamente.

Así que todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El búho ha
sido el responsable de señalizar los puntos de partida y de llegada. Y así
empezó la carrera:

Astuta y muy confiada en sí misma, la liebre salió corriendo, y la tortuga se


quedó atrás, tosiendo y envuelta en una nube de polvo. Cuando empezó a
andar, la liebre ya se había perdido de vista. Sin importarle la ventaja que tenía
la liebre sobre ella, la tortuga seguía su ritmo, sin parar.

La liebre, mientras tanto, confiando en que la tortuga tardaría mucho en


alcanzarla, se detuvo a la mitad del camino ante un frondoso y verde árbol, y se
puso a descansar antes de terminar la carrera. Allí se quedó dormida, mientras
la tortuga seguía caminando, paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse.
Desenlace:
No se sabe cuánto tiempo la liebre se quedó dormida, pero cuando ella se
despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a tan solo tres pasos de la
meta. En un sobresalto, salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy
tarde: ¡la tortuga había alcanzado la meta y ganado la carrera!
Ese día la liebre aprendió, en medio de una gran humillación, que no hay que
burlarse jamás de los demás. También aprendió que el exceso de confianza y de
vanidad, es un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos. Y que nadie,
absolutamente nadie, es mejor que nadie.

Esta fábula nos enseña que no hay que burlarse jamás de los demás y que el
exceso de confianza puede ser un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.

Tipo de narrador: 3ra persona

Leyes de la narración:

La unidad y el movimiento son las leyes fundamentales de acción de las que se


derivan todas las demás:

1. La unidad de la narración se consigue con la búsqueda del punto, es decir, el


centro de interés de las ideas y de los hechos. Al igual en la descripción, el punto
de vista nos servirá de guía para seleccionar: las útiles serán conservadas; las
inútiles, rechazadas. Esta es, en esencia la ley de la utilidad.

Unas veces, el centro de interés de la narración será el personaje; otras, la


acción central; en ocasiones atraerá nuestra atención un objeto del material;
otras veces, será un problema moral el nudo fundamental de acción.

Los detalles útiles, es decir, conformes con el punto de vista que habrá entre los
elementos de la narración; éste es el trabajo que los autores llaman invención o
búsqueda de ideas.

No se olvide que una narración de actores, acción, circunstancias de lugar y


tiempo, causas o móviles hechos, modo o manera de ejecución, resultado y
juicio (implícito o) de tales hechos. (Recuérdese lo dicho en la lección 54 al
referirnos seis preguntas-clave de la información).

2. La narración no es una construcción fija, sino algo qué se mueve, que camina,
que se desarrolla y transforma. Este movimiento progresivo está do por la ley del
interés. Porque narrar es contar una cosa (un hecho o ceso) con habilidad, de tal
modo que se mantenga constantemente la atención del lector.

5. Redacta un texto narrativo de tu producción tomando en cuenta los


aspectos esenciales de la narración.

Un día de primavera todos los animales del bosque se preparaban para una gran fiesta.
Todos estaban invitados y querían verse bien; pero Linda la oruga se creía muy
superior a sus amigos. Decía que no iba a ir al baile porque no tendría alguien con
quien estar y que estuviera a su altura, o que fuera tan hermosa como ella, y tan
inteligente.
Todos los animales se prepararon, con adornos de flores, ramitas, sombreritos y
muchos colores. Tanta dedicación se debía a que en el baile encontrarían pareja para
formar sus hogares y familias.
Linda, la oruga, decía que no se iba a poner nada porque ya era muy linda. Cuando
llegó el momento todos fueron al baile y Linda para no quedarse sola también se fue. El
gran salón estaba decorado con hermosas luces, guirnaldas y un gran espejo que era
el centro de la fiesta. Todos bailaban contentos y se divertían.
Linda encontró a un ser precioso pero que no hablaba, no pensaba, solo sonreía si ella
lo hacía, y le saludaba cuando ella también lo hacía. Los animales comenzaron a reírse
de Linda, pero ella no les hizo caso y siguió encantada con esa persona fascinante.
Fueron pasando las horas y todos encontraron pareja y se iban a sus casas muy
contentos.
Y cuando ya no había nadie en el salón, Linda desesperada se dio cuenta de que el ser
fascinante que había estado con ella toda la noche, era su propio reflejo en el gran
espejo del salón. Linda llorando se dio cuenta que había estado toda la noche con un
ser frío y sin vida, que era muy hermoso pero que no le podía brindar nada, y ya se
había quedado sola.

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