Está en la página 1de 3

Nombre: Camilo Serna

Código: 1088346581

1-Tal como lo establece el cuerpo estructural de la constitución colombiana en la carta


Colombia es una república unitaria centralizada. Esto consiste en que todo el peso político se
concentra en una región del país- en este caso Bogotá-. De ahí a que todas las regiones del
país están sujetas al ordenamiento jurídico que así establece este centro del poder. Nuestro
país asimismo al ser un Estado social de derecho tiene como misión garantizar y asegurar a
todos los ciudadanos todos los derechos fundamentales (tanto los de primera generación
como los de segunda, tercera y cuarta generación).
No obstante, aunque en teoría un Estado social de derecho como el colombiano deba proceder
como se ha mencionado, lo que estipula la carta y se establece en el artículo 7 supone en el
ordenamiento de facto una contradicción. Contradicción manifiesta en una de las posibles
consecuencias agravantes que puede tener un país centralista. Uno de los riesgos que aquí
pueden acaecer es que al concentrarse el poder en el centro del país, en muchas ocasiones
las regiones marginales (como pueden serlo los diversos grupos étnicos y culturales) se ven
ausentadas por el Estado y su peso político.
Tal parece ser así en nuestro país donde a menudo se ve ausentado el Estado en regiones
como la Guajira, Choco, Buenaventura. Vemos incesantemente como las matanzas
indiscriminadas, la tortura, las hambrunas, la falta de educación, la pobreza extrema dan
muestras de que la misión que tiene un Estado Social de Derecho con todos sus ciudadanos
no alcanza extenderse en estos distintos grupos étnicos y culturales. Se puede apreciar que
en un país como estos que si bien el gobierno es la expresión de la voluntad general
(reafirmando así el sentido de nación políticas) en lo que respecta al reconocimiento y la
garantía de derechos de los grupos étnicos y culturales es olvidad e inefectiva.

2- El Estado social de derecho podría ser formulado como la complementariedad del Estado
social y el Estado de derecho. Desde una concepción antropológica, el Estado de derecho
está fundado bajo las teorías contractualistas- especialmente bajo la ideología liberal de John
Locke-; mientras que en el Estado social, aun teniendo sus antecedentes en Alemania y en
la creación de sindicatos, nos podemos atrever a ubicar su estructura ideológica en Rousseau.
La línea ideológica que demarcaría un Estado de otro se encuentra concentrada en los
derechos de primera generación (derechos civiles y políticos) y, por otra parte, los derechos
de segunda generación (económicos, culturales y sociales) y de tercera generación
(ecológicos, de paz y solidaridad).
En primera instancia, nos encontramos con el Estado de derecho cuyo origen ideológico
reside en las teorías contractualistas. A pesar de las divergencias en estas teorías (como la
de Locke, Rousseau y Hobbes), todas parecen converger en un punto: en el regimiento de
un Estado que se alce por encima de los individuos con el fin de garantizar la paz y el orden
social (sin olvidar que ese Estado es establecido por un contrato que la expresión popular o
la voluntad general del pueblo ha acordado). Este Estado ya instaurado tiene como finalidad
defender los derechos y las libertades del hombre de modo que todo despotismo,
autoritarismo o todo accionar que vulnere los derechos de un individuo son sancionados por
un monopolio de violencia. Asimismo, el Estado de derecho promulga un Estado que acate
la ley y se oponga a todo despotismo.
Podemos rastrear similitudes entre el contractualismo y el Estado de Derecho dentro de los
elementos del último. En primera instancia, la constitución en ambos es la expresión popular
ya escrita. En segunda instancia, la separación de poderes implicaría que en un Estado de
Derecho se evite que todo el peso político o todo el poder se concentre en un órgano con el
fin de evitar excesos que vulneren los derechos del ciudadano; asimismo ocurre en el
contractualismo, como por ejemplo en Locke, en donde la intervención del Estado debe ser
limitada con el fin de que se preserven los derechos que tiene todo hombre por naturaleza.
También, de acuerdo a esta última posición contractualista, vemos que el principio de
legalidad converge con esta posición lockeana en donde ningún acto de la administración o
del Estado puede vulnerar los derechos estipulados en el ordenamiento jurídico (como en
Locke sería inviolable la libertad, propiedad y la vida).
Estas similitudes podrían estar vinculadas con cualquier teoría contractualista, no obstante
hay un elemento que es esencial para comprender el origen antropológico del Estado de
derecho: la garantía de los derechos fundamentales. En este Estado se debe procurar
preservar la libertad y la propiedad privada. De ahí a que el Estado de derecho sea de
inspiración Lockeana dado que en Locke el hombre por naturaleza tiene derecho a la libertad,
a la propiedad privada y a la vida. A diferencia de lo otros contractualistas, en Locke la
propiedad privada es un derecho fundamental del hombre.
En este estado de cosas el Estado social de derecho tendría por una parte una fuerte influencia
liberal en lo que respecta a las bases que configuran el Estado de Derecho, pero sin la
complementariedad del Estado social sencillamente el Estado sería insuficiente. La
complementariedad ideológica que viene a restablecer el Estado social se da a través del
aseguramiento de las condiciones necesarias para que al hombre se le respeten y garanticen
los derechos humanos.
En este punto, es que se puede introducir a Rousseau quien, por el contrario a Locke no
tiene como meta la libertad, sino la igualdad. Así, por lo menos, se ve manifestado en su
discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombre”Hubiese querido nacer en un país
en donde el soberano y el pueblo no pudiesen tener más que el mismo interés, a fin de que
todos los movimientos de la maquina tendiesen únicamente al bienestar común” Para él, al
hombre al ser insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas, necesita de los demás para
satisfacerlas. En Rousseau vemos que prima el bienestar común, antes que el individualismo-
como en Locke- . Tal parece ser que el Estado social al igual que Rousseau convergen en una
idea de bienestar en donde al individuo se le aseguren sus condiciones o necesidades básicas
para vivir.
El Estado social de Derecho, al fin y al cabo, tendría como meta converger estas dos
posiciones: el individualismo en donde prima la libertad y el bienestar común donde prima
la igualdad. Su estructura ideológica residiría en hacer converger estas dos posiciones
ideológicas sin perder la sustancialidad de una y la otra.

También podría gustarte