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LA “PARTICIPACIÒN POLÌTICA” EN EL PERÙ

Las noticias de sobornos a políticos en el Perú, genera


incertidumbre respecto al futuro de nuestro país, nos recuerda una
vez más de nuestros errores ciudadanos, los que cometimos en los
procesos electorales al encumbrar a bandas políticas delictivas en
lugar de verdaderas organizaciones políticas que forjen líderes con
visión de estadistas.

Con el descubrimiento de las ilegales operaciones comerciales


conocido como el caso Odebrecht, estas organizaciones están en
crisis y se empieza a conocer los subrepticios intereses
preelectorales los cuales determinaron su línea de acción desde
que consiguieron alcanzar el poder.

Consolidadas organizaciones internacionales han dirigido su


mirada a nuestra patria, como el caso de constructoras brasileñas
—cuyos directivos vienen siendo juzgados por su respectivo Poder Judicial—, esto
devela que existe un sector de la clase política que se presenta ante
la opinión pública como embanderados de la moral política, cuando
en realidad sus intereses son diferentes al del electorado.

El reconocimiento de la acción delictiva de Odebrecht ante la


Justicia estadounidense, ha desencadenado un efecto dominó; ya
se han iniciado investigaciones judiciales en Brasil, Colombia y
Perú; existen sospechosos en Argentina, mientras que el Gobierno
de Ecuador ha asumido el compromiso de investigar a fondo el
caso.

Entendemos que como toda actividad humana, la política tiene sus


yerros como sus aciertos, también que la moral no se asocia con la
política, sin embargo pensamos que tampoco debe quedar excluida,

Afortunadamente la capacidad de indignación en el Perú se está


transformando para bien y necesita urgentemente fortalecer su
institucionalidad; por lo que debemos cuestionarnos: ¿Por qué
resulta importante fortalecer la institucionalidad? Y ¿Cómo podemos
alcanzar este objetivo?.
Los sobornos admitidos por Odebrecht en el Perú, han evidenciado
que la corrupción es un mecanismo sistémico con las complicidades
políticas, pues ha recurrido a ellos para ganar licitaciones públicas
en nuestro país, en consecuencia corresponde a nuestras
autoridades esclarecer el destino de esos fondos con los que se
compraron voluntades políticas.
Como primera medida contra Odebrecht, se ha dispuesto que la
citada empresa ya no podrá participar en más licitaciones; pero a la
fecha no hay nadie denunciado, solo existen investigados a nivel del
Ministerio Público y pareciera ser más bien una suerte de
depuración de responsabilidades políticas al más alto nivel.
Podemos pensar muchas cosas, pero nos inclinamos por decir que
existe una lentitud en la administración de justicia y que hemos
perdido la confianza en nuestros gobernantes.

El delito de corrupción de funcionarios, denominado en


la doctrina como “cohecho” y en el ambiente jurídico y
social con expresiones como “corrupción, soborno”, se
utilizan para referirse al quiebre de la imparcialidad del
funcionario público. Tradicionalmente, entendida como
pactar la venta de un acto de autoridad que debía ser
cumplido gratuitamente.
Luis Carlos Pérez “Derecho Penal – Parte General y
Especial”, Tomo III, Segunda Edición, Editorial Temis,
Bogotá –Colombia, 1990.

Entonces fortalecer la Institucionalidad pareciera ser la única


solución para superar el descrédito en el cual han caído los partidos
políticos y se debe realizar en este momento porque los
ciudadanos peruanos, por historia tienen tendencia a preferir un
régimen autoritario-populista y como el 5 de abril de 1992;
aplaudirían a un nuevo dictador en lugar de uno formalmente
democrático aunque se desenvuelva bien macroeconómicamente.
Para fortalecer nuestra Institucionalidad es necesario poner énfasis
en la aplicación de las normas sobre transparencia fiscal y en la
rendición de cuentas de los funcionarios públicos, esto sin duda
permitirá recuperar la confianza de los electores hacia sus
autoridades. Y es necesario que en las escuelas Públicas y
privadas se inicie la implementación curricular de enseñanza
obligatoria de normas morales y de ética como acciones
intencionadas tendentes a que los alumnos construyan racional y
autónomamente sus propios valores y normas, adopten actitudes
coherentes con los mismos y se comporten de manera consecuente
durante toda su vida.
El fortalecimiento de la Institucionalidad impacta positivamente en la
confianza de las personas hacia sus autoridades y, por lo
consiguiente, resulta de interés de la ciudadanía en general que se
impulse el cambio de la clase política —al conocerse su participación en
hechos de corrupción— de uno y otro extremo del espectro político.1

También considero que para erradicar estos vicios culturales –


aceptación de sobornos y otras ventajas personales- es necesario
emprender acciones educativas desde los niveles básicos, en los
que se busque el desarrollo de la ética y moral de cada individuo, y
al mismo tiempo internalice la importancia del trabajo en equipo, así
como de la formalidad, la puntualidad y la disciplina.

BIBLIOGRAFÍA:
Artículo Ética y moral educativa. Recuperado de
http://carolinatorresabogada.blogspot.pe/2011/05/etica-y-
moral-educativa.

Artículo Caso Odebrecht. Recuperado de


https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201701241066433
944-odebrecht-resumen-caso/

Artículo Institucionalidad wikipedia. Recuperado de


https://es.wikipedia.org/wiki/Institucionalidad

Artículo Denunciados Caso Odebrecht. Recuperado de


http://rpp.pe/politica/judiciales/conoce-el-perfil-de-los-
primeros-denunciados-en-peru-por-el-caso-odebrecht-noticia-
1025470

1 https://maricuevas.files.wordpress.com/2011/02/modelo-de-
ensayo.pdf

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