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BOLLMANN, Stefan, Las mujeres que leen son peligrosas, Madrid, Maeva, 2006.

152
páginas ISBN: 9788496231986

Stefan Bollmann, escritor y editor alemán (1958). Estudió filología, teatro, historia y
filosofía antes de dedicarse a la literatura. Obtuvo su doctorado con una tesis
sobre Thomas Mann y trabajó durante seis años como asistente universitario en
la Universidad de Mannheim. Stefam Bollmann es autor de varios libros dedicados al
mundo de la literatura y la mujer. El escritor alemán se dio a conocer al público español
con obras como el libro que nos ocupa en esta reseña, Las mujeres que leen son
peligrosas (2006), un año más tarde publico Las mujeres que escriben también son
peligrosas (2007) y Mujeres y libros: una pasión con consecuencias (2015) donde
muestra como la lectura ha cambiado la vida de las mujeres y con ello la sociedad.
Todas estas obras están relacionadas con la pasión de las mujeres hacía la lectura. Hay
que tener presente que este libro no es un libro de arte. Aparecen imágenes, pinturas,
dibujos, grabados y fotografías de mujeres leyendo realizados por artistas desde la Edad
Media hasta el presente. Bollman no deja al lector solo ante la pintura. Él también da
pincelazos, pero de historia, de contexto y de simbolismos. El autor tiene muy claro su
propósito principal, que es mostrar por medio de estas ilustraciones que la lectura ha
sido para las mujeres un medio de libertad. Bollman añade un comentario en cada
imagen, donde explica el contexto en el que fue creada.

En primer lugar, hay que destacar que el título del libro tiene una intención sarcástica
para el Siglo XXI ya que actualmente es la preocupación contraria, los peligros de no
leer. Más allá de esto el título bien puede considerarse una tesis sobre el temor que
rebasó durante siglos el poder de la lectura. Con el libro podemos descubrir que hubo un
tiempo en que estaba mal visto el acceso de la mujer en la lectura. Juan Luis Vives
(1523) se dirigía a los padres y maridos para que no les permitieran a sus hijas y esposas
leer libremente: "Las mujeres no deberían seguir su propio juicio, puesto que tienen tan
poco" (pág. 15) La lectura es peligrosa porque enseña a las mujeres que leen que la vida
no es aquella que les hacen vivir. La lectura es una puerta abierta al conocimiento que te
permite acceder a otro mundo a través de la imaginación, es un mundo de libertad e
independencia. Por otro lado, la portada del libro se relaciona con su contenido. El
lector se encuentra como portada con una imagen de una mujer sentada en un banco,
con una mirada perdida, a su lado aparecen un par de libros y pétalos de rosas. Esta
imagen pertenece al pintor Vittorio Matteo Corcos, El titulo del cuadro es “Sueños” y su
titulo es engañoso ya que esta lectora no es una soñadora, sino una mujer madura.

En segundo lugar, este libro está prologado por Esther Tusquets, demuestra que en el
libro de Bollman el fenómeno de la literatura como atrayente femenino no es tan actual
como a menudo podemos pensar. La lectura siempre estuvo ahí aunque fuese de
manera más discreta e incluso de forma secreta. Tusquets añade la siguiente cita en este
libro “desde Sherezade hasta nuestras abuelas y nuestras madres, las mujeres han
almacenado historias, han sido geniales narradoras de historias” El autor ha estructurado
el libro con una introducción, con reflexiones a pie de imagen y con seis capítulos.
Cada capítulo se corresponde con un tipo de lectora diferente y en cada uno aparecen
diversos ejemplos de distintas mujeres leyendo durante sus vidas cotidianas. En estos
capítulos encontramos los siguientes seis tipos de lectoras: sentimentales, silenciosas,
pasionales, hechizadas, solitarias y seguras de sí misma. Todas estas lectoras tienen en
común la pasión lectora. La lectura exalta la imaginación por lo que las lectoras
empiezan a languidecer y a no querer cumplir con sus obligaciones. En el capítulo
segundo, encontramos un cuadro donde aparece la criada de Pieter Janssens Elinga, ella
está sumergida en la lectura dando la espalda, una manera de señalar que le da la
espalda al mundo, en vez de cumplir con sus obligaciones domesticas como criada.
Este cuadro es un claro ejemplo de las razones por la cual se temió y se censuró a las
mujeres que leían. En el libro también se juega mucho con la infancia y la lectura.
Pintores como Carl Christian Constantin Hansen en Las hermanas del artista (1826)
muestran que la lectura es apta para todas las edades. Gracias a las abundantes imágenes
la lectura se hace más comprensible. Uno de los puntos débiles de la obra es la falta de
contexto histórico, apenas se hace hincapié en los hechos históricos más relevantes de
las diferentes épocas que aparecen en el libro. Otro ejemplo claro es que el autor hace
una escasa aportación de que en la actualidad aun hay muchos países en los que la
lectura sigue siendo para muchas mujeres tabú. La mayoría de los hombres siempre han
querido controlar el pensamiento de las mujeres, limitarles el acceso a la lectura las
mantenía ignorantes de muchas cosas. Lamentablemente, hay mujeres aún que son
esclavas de una sociedad generalmente machista.

En definitiva, el acceso a la lectura supuso un gran avance para la mujer. Le dio mayor
confianza en su propio valer, la hizo más autónoma, la ayudó a pensar por sí misma.
Libros como este hacen falta para dejar claro que hubo muchas mujeres que lucharon
por imponerse. Hoy en día afortunadamente, las mujeres leen cada vez más. La mujer
que lee se supera y ayuda a mejorar el mundo. Sin embargo en ciertas sociedades y
estamentos aún es un hábito que se sigue viendo de forma negativa. Recomendaría este
libro tanto a hombres como a mujeres. Leer nos permite decidir por nosotros mismos,
leyendo dejamos de estar sometidos por los designios de otros. Todo el mundo debe de
tener el derecho de conocer, aprender, leer, reflexionar, comprobar, entender, es decir de
buscar leyendo.

Diana Prieto Villafuertes.

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