La Naranja Mecánica.

El autor

John Anthony Burguess Wilson (Anthony Burguess) nació en la ciudad de Manchester, Inglaterra.
Trabajó como oficial de educación en Brunéi y Malasia después de la guerra. Vivió gran parte de su
vida en Malasia, donde fue diagnosticado con un tumor cerebral inoperable. Así fue como se
dedicó a escribir, de manera que los derechos de autor proveyeran a su esposa económicamente.
Su trabajo más reconocido es La naranja mecánica (A Clockwork Orange originalmente) escrita en
1962. Inspirado por una anécdota de su vida en la que su esposa sufrió un aborto accidental.
Sufrió un ataque por parte de unos policías. En este incidente se puso a reflexionar sobre la
elección moral lo cual le sirvió como base para su libro.

Resumen de La naranja mecánica

La historia cuenta la vida de un adolescente llamado Alex (Alexander DeLarge para la adaptación
cinematográfica a cargo de Stanley Kubrick) empezando con él en un bar donde consume leche
con drogas pensando en su siguiente fechoría de la noche acompañado de sus siempre leales
drugos (3 amigos que siempre le acompañan). Una noche en la que planeaban asaltar la mansión
de una mujer solitaria, Alex es traicionado por su sequito de seguidores o drugos como los había
llamado hasta entonces. Es entonces cuando lo llevan a prisión por asesinato. A la edad de quince
años bajo el sistema penal inglés es condenado a 14 años de prisión.

Dos años pasan desde que fue capturado y el joven Alex demuestra haber tenido un buen
comportamiento. Surge ante él una salida fácil al escuchar que existe un tratamiento experimental
para condicionamiento del comportamiento a través del método Ludovico. Este método consiste
en el condicionamiento del comportamiento de un individuo a través de un estímulo negativo,
como echarle agua a un perro cuando se comporta mal. Alex es sometido pues una vez “curado” el
sujeto es liberado. Logran condicionar al joven Alex ya de diecisiete años al obligarlo a tener como
única elección moral el buen comportamiento. Su libre albedrío es eliminado por completo.

Una vez fuera, Alex regresa a su hogar, pero sorpresivamente, sus padres habían alquilado su
habitación obligándolo a ir en busca de otro lugar para vivir. Nuestro joven protagonista es herido
en su orgullo por ello y estando e n la calle, es un buen lugar para que el karma acumulado por sus
fechorías de tiempo atrás le salde sus deudas. Sufre varias desventuras a lo largo de su camino
debido a sus acciones antes de haber ido a prisión. Termina saltando de una ventana y herido
gravemente. La prensa se aprovecha de la situación para culpar al gobierno de este tipo de
consecuencias y prohibir el tratamiento Ludovico definitivamente. Así es como, a base de la
presión pública, el joven Alex es curado y vuelve a las calles como el adolescente rebelde que
había sido antes de su condicionamiento.

Hasta acá no hay cambios en la personalidad de Alex, “Ya había sido curado” menciona al final del
capítulo 20 del libro… Sin embargo, la intención del autor es mostrar un cambio, una metamorfosis
en el protagonista. El último capítulo tiene tintes de “… Y vivieron felices para siempre” pues Alex
ya tiene 20 años, sigue con su comportamiento juvenil destructivo… pero no es suficiente, algo le
falta. Caminando por las calles de la ciudad se encuentra a uno de sus antiguos amigos, pero nota
un cambio completo en él. Tiene esposa, viste decente y es un trabajador honesto. Alex se
pregunta ¿debería tener esposa, vestir decente y tener un trabajo honesto? Quizá no sea tan
aburrido después de todo. Y fin. Un cambio repentino en Alex culmina la obra.

Crítica.

El lenguaje de la novela puede llegar a ser confuso. Cabe aclarar que existe el uso de una jerga
juvenil ficticia nadsat. El lenguaje tiende a hacer que el lector lea recurrentemente un diccionario
auxiliar creado para el entendimiento lo cual hace que el libro sea una lectura discontinua y con
poca fluidez en caso de hacer esto. Por otra parte, el contexto de la situación ayuda en gran parte
a entender las acciones que las palabras nadsat quieren dar a entender. Algunos adjetivos
también son entendidos por contexto, pero repito, esto genera poca fluidez a la hora de leer la
historia. Esto con respecto a la lectura.

La historia es claramente distopica, cuenta con elementos censurables para una sociedad
conservadora, pero me gusta que el autor se atreva a conservar algo de violencia y contenido
sexual que es un poco escondido a través de la jerga inventada, pero admirable por atreverse a
incorporar este tipo de ideas. Alex representa a un niño sociópata que busca la satisfacción
personal a través de actos muy condenables. Paradójicamente ama el arte, la belleza humana y la
lectura… Quizá no lo he comprendido completamente, pero me parece algo irónico este punto.
Alex ama pelear, robar, violar las normas aunque al mismo tiempo ama la música, el arte y la
literatura. En fin, creo que puede ser una alegoría a “no existe el bien sin el mal”.

La elección moral es algo muy recurrente en la trama de la obra. De hecho la trama gira en torno a
ello. Ya que Alex es un joven capaz de decidir libremente, pero su elección moral siempre
perjudica al prójimo, es obligado a abstenerse de elegir el mal limitando así su libertad y
condicionándolo bajo el influjo de drogas que le hacen sentir un gran malestar con siquiera pensar
en la idea de daño al prójimo.

Otro punto importante es la reacción humana. “A cada acción corresponde una reacción” es una
ley de la mecánica Newtoniana, sin embargo, también es aplicada en el ámbito social. Aunque
no necesariamente la reacción tiene la misma intensidad (a veces es más, a veces es menos)
siempre ocurre un tipo de compensación de las acciones de un hombre. Si tus acciones son
buenas, se espera que te pasen cosas buenas por compensación; si tus acciones son malas
siempre llega la ocasión en que la vida te lo cobre. Durante el trayecto de la vida contada por el
joven amante de la música clásica (Beethoven sobre todo), se nota esta parte del
comportamiento humano, pues en un principio, nuestro amigo delincuente decide hurtar y
perjudicar al prójimo. Después de su “transformación”, deambula por esas viejas calles donde
una vez hubo hecho daño. Bajo su condenable conducta, es justo que tenga las respectivas
represalias. Un hombre tiene lo que tiene y poco tiene que ver con lo que merece.

Alex es humillado, Alex es reprendido, pero Alex no deja (al menos en los primeros 20 capítulos de
la novela) de ser Alex. Me parece que la adaptación cinematográfica tiene la esencia del hombre
mecánico, pero el capítulo 21 refuta el nombre de la novela, cambiando el paradigma marcado
antes de ese capítulo. Sin embargo, es una buena novela. Sencilla al punto de poderse leer desde
la juventud, a mi parecer.