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LA EDUCACIÓN ESPECIAL EN EL SISTEMA EDUCATIVO

EQUIPO DOCENTE

Carmen Jiménez Fernández.


Mª Ángeles González Galán
Mª Paz Trillo
Rosa Mª Goig
Marcos Román González

MIGUEL A. GÓRRIZ MARTÍNEZ


Centro Asociado de la Uned en TERUEL
gomichel@hotmail.com
699367103
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………1

LA EDUCACION ESPECIAL DENTRO DEL SISTEMA EDUCATIVO………….…..2

LEGISLATURA ACTUAL………………………………………………………………...2

BREVE HISTORIA DE LAS NECESIDADES EDUCATICAS ESPECIALES………3

FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD..............4

PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES……………………………………………………5

TRANSICION DESDE LA ESCUELA HASTA VIDA ADULTA………………………..5

CONCLUSIÓN…………………………………………………………………………….6

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………………7

2
INTRODUCCIÓN

Mi interés y preocupación por el ámbito de la atención a la diversidad comenzó sin duda


en el año 2007, cuando realicé mis prácticas de educación social en un colegio de
educación especial “La Arboleda”, la importancia de la educación en el desarrollo de
los niños y especialmente en aquellos niños que manifiestan alguna dificultad para el
aprendizaje. Lograr una educación de calidad sólo será posible si alzamos como
principios fundamentales la igualdad de oportunidades y la inclusión haciendo
realmente efectivo el concepto de atención a la diversidad.
Años atrás la discapacidad era un tema tabú, por lo que, los niños y niñas que la
padecían no tenían oportunidad de estar escolarizados. Sin embargo, en los últimos
años ha habido una evolución importante, un cambio de mentalidad generado en la
sociedad española y hay un compromiso mayor con los niños y niñas que necesitan
una atención específica. Actualmente, este tema ha cobrado mayor relevancia,
proporcionándole a los alumnos y alumnas con discapacidad la oportunidad de asistir
a centros ordinarios, o en determinadas ocasiones, a centros especiales para ellos/as.

Entendemos por educación especial, aquella formación destinada a los alumnos con
necesidades educativas especiales, hecho que se da en aquellos alumnos que debido
a sus capacidades presentan dificultades superiores al resto de su clase para conseguir
los objetivos del currículo que le corresponde. Dichas dificultades pueden ser
discapacidades, trastornos graves de conducta, altas capacidades intelectuales o
integración tardía en el sistema educativo entre otras y su propósito es la integración
del alumno bajo tres perspectivas; integración física, social y funcional. La educación
especial tiene como objetivo, mejorar dentro del marco socio cultural de éstas persona,
su capacidad intelectual y emocional.

En general se entiende que un niño tiene NEE cuando presente algún problema de
aprendizaje a lo largo de su escolaridad y los tipos de NEE son:

 Necesidades educativas transitorias: Son aquellas que aparecen el algún


momento de la vida de la persona, y que pueden ser subsanadas en el aula.
(Dislexia, discalculia, déficit de atención…)
 Necesidades educativas permanentes: Son aquellas que acompañan a la
persona durante toda su vida. (Ceguera, sordera, parálisis cerebral…)

La respuesta educativa que reciben irá en función de las características individuales


asociadas a su nivel de competencia curricular. El apoyo puede ser de forma individual
o en grupo. También puede ser dentro o fuera del aula ordinaria (en función de las
características del alumnado y del centro). El número de sesiones se valorará en
función del dictamen de escolarización (elaborado por el equipo de orientación
educativa del centro). Las medidas a tomar son:

 Adaptaciones curriculares NO significativas, las cuales son de acceso al


currículo (en ellas se adaptará la metodología, el material, la ubicación en el
espacio, la temporalización…)

 Adaptaciones Curriculares Significativas, las cuales modifican, eliminando o


incluyendo objetivos en su programación de aula en función de su Nivel de
Competencia Curricular (siempre que presente un Nivel de Competencia
Curricular inferior o superior al de su curso de referencia).

La escuela inclusiva implica necesariamente un nuevo concepto de escuela, donde,


superado el concepto de integración, con todas sus controversias, se camine hacia la
percepción y el trato del alumnado todos ellos, con necesidades diferentes que deben
ser atendidas de forma diversa.(Revista Codapa) Podemos determinar que la
educación inclusiva se refiere a la oportunidad que se ofrece a las personas diferentes
a participar plenamente en todas las actividades educativas, de empleo, consumo,
recreativas, comunitarias y domesticas que tipifican a la sociedad del día a día.

LA EDUCACION ESPECIAL DENTRO DEL SISTEMA EDUCATIVO.

Ciertamente, en los últimos 20 años el mundo de la educación especial ha sido uno de


los ámbitos que más ha contribuido, casi contradictoriamente, a la transformación de
los sistemas educativos ordinarios gracias a una visión más interactiva y contextual
sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje desprendida de su planteamiento sobre
las necesidades educativas especiales. También se ha debido a la presencia cada vez
mayor de alumnos con necesidades educativas en los centros, que ha logrado hacer
que éstos se replanteen y rediseñen muchas de sus prácticas y proyectos educativos.
Todo ello ha provocado un importante cambio en las actitudes sociales hacia la
diversidad, que, sin embargo, no ha dejado de aparecer junto con múltiples resistencias
al cambio (Echeíta, 2007).

Según la LOE, todo centro educativo debe garantizar a sus alumnos “una igualdad
efectiva de oportunidades, prestando los apoyos necesarios tanto al alumnado que lo
requiera como a los centros en los que están escolarizados”, tratando de “mejorar el
nivel educativo de todo el alumnado, conciliando la calidad de la educación con la
equidad de su reparto”. Asimismo, dicha ley establece que la atención integral al
alumnado con necesidad específica de apoyo educativo se deberá regir por los
principios de normalización e inclusión.

En nuestro país, la mayor parte de los alumnos con necesidades educativas especiales
en las etapas de infantil y primaria se encuentran escolarizados en la enseñanza
pública, tendríamos otro largo y amplio análisis para poder determinar con exactitud los
motivos de ese dato estadístico.

Identificar las dificultades de aprendizaje como "necesidades educativas especiales"


conlleva graves limitaciones. Supone una etiqueta que puede llevar a disminuir las
expectativas y desviar la atención de las dificultades reales que está experimentando
tanto el propio niño como otros que no tienen la etiqueta, alejándonos de la fuente que
origina el problema y que puede encontrarse “en las relaciones, las culturas, el tipo de
actividades y recursos, el modo en que los profesionales apoyan el aprendizaje y el
juego, y las políticas y la organización de los centros” (Booth, Ainscow y Kingston, 2006:
5).

A la hora de afrontar y atender al alumnado con NEE, debe tener en cuenta la situación
actual de los centros escolares, es decir, la heterogeneidad del grupo-aula. Toda la
comunidad educativa debe cooperar y coordinarse para dar respuesta a las dificultades
y necesidades de los alumnos, y asumir esas dificultades como un reto para la mejora
de la enseñanza y de la calidad de la educación, de manera que ésta favorezca el
bienestar y el desarrollo general de los alumnos en sus dimensiones sociales, de
equilibrio personal y cognitivas.
Como se indica en el informe Delors (1996), enseñar y aprender la diversidad de la
especie humana es una de las tareas fundamentales de la educación para el siglo XXI.
Por ello, es necesario mejorar la calidad de la educación, y que ese beneficio llegue a
todos los alumnos sin exclusiones, apostando por que la calidad y la equidad sean dos
principios indisociables.

BREVE HISTORIA DE LAS NECESIDADES EDUCATICAS ESPECIALES

Durante muchísimo tiempo y hasta el S. XX, las personas que presentaban lo que hoy
en día se considera como necesidades educativas especiales, han recibido múltiples
calificaciones debido al desconocimiento que había sobre ellas, considerándolas con
calificativos de todo tipo, como tontas o subnormales, entre otras muchas. Sin embargo,
en los años 60 muchos países europeos, junto con Canadá y Estados Unidos,
decidieron incluir en sus leyes los conceptos de normalización e integración para la
aceptación de estas personas en el ámbito educativo y social, tal y como indican
Cuadrado, López, Davarra y Murillo (1998).

Además, personas como Helen Mery Warnock pretendían que los calificativos
anteriormente dichos dejaran de usarse hacia las personas con dificultades, por lo que
en este apartado, debemos mencionar “el Informe Warnock realizado en 1978, en el
que se reformuló el concepto de necesidades educativas especiales en adelante NEE
o ACNEE, para referirnos a los alumnos que las presentan” (González, 2004, p).
Siguiendo a este informe, debo reseñar tal y como hace también el autor Ainscow
(2001), un acto que simbolizó un antes y un después en la igualdad para personas que
necesiten una educación con mayor atención. Este acto fue la Conferencia Mundial
sobre Necesidades Educativas Especiales llevada a cabo por la UNESCO en
Salamanca en el año 1994. En ella, instituciones y gobiernos de diferentes países
reafirmaron la necesidad de integrar a todos aquellos alumnos con necesidades
educativas especiales en la educación habitual, haciendo que ésta sea una educación
inclusiva y para todos.

Acercándonos más a la actualidad y concretando en nuestro país, han existido varias


leyes que han integrado las necesidades educativas especiales de alguna manera.
La primera de estas leyes fue, “la Ley General de Educación y Financiación de la
Reforma Educativa de 1970, que incorpora la Educación Especial como una modalidad
propia dentro del sistema educativo” (Cuadrado et al. 1998).
A esta ley, la siguió la Constitución Española de 1978, que establece el derecho a la
educación para todos por igual, incluyendo también a las personas que necesiten una
educación especializada.

Finalmente debemos mencionar varias Leyes Orgánicas como la LODE, la LOGSE, la


LOE y la LOMCE. Nosotros nos centremos en estas dos últimas, ya que la LOE está
en vigor actualmente y la LOMCE entrará en vigor para el nuevo curso 2014/2015.
La LEY ORGÁNICA 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, en el Artículo 71, del Título
II Equidad en la Educación, que engloba el Capítulo I llamado Alumnado con necesidad
específica de apoyo educativo (dentro del que están contempladas las necesidades
educativas especiales), por la que se establece que los recursos que necesite el
alumnado que presente necesidades específicas de apoyo educativo deben ser
facilitados por las Administraciones para garantizar el buen desarrollo de este
alumnado en función de sus capacidades y para que logren los objetivos del curso. Por
otra parte, también se menciona que los procedimientos e instrumentos que se
requieren para la detección de estas necesidades en edades tempranas también deben
ser facilitados por las Administraciones educativas. Una vez que se haya detectado la
necesidad en cuestión se iniciará de inmediato la atención integral del alumnado
anteriormente mencionado a través de la normalización e inclusión.
Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa
garantiza que:
- “Se establecerán las medidas más adecuadas para que las condiciones de realización
de las evaluaciones se adapten a las necesidades del alumnado con necesidades
educativas especiales”.
- “La equidad, que garantice la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo de
la personalidad a través de la educación, la inclusión educativa, la igualdad de derechos
y oportunidades que ayuden a superar cualquier discriminación y la accesibilidad
universal a la educación, y que actúe como elemento compensador de las
desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a
las que se deriven de cualquier tipo de discapacidad”.

FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD

Un aspecto a tener en cuenta para fomentar una práctica educativa basada en los
principios de la educación inclusiva y que se dirija realmente a ofrecer una atención a
la diversidad adecuada a las características y necesidades educativas de nuestros
alumnos, consiste precisamente en examinar la formación que reciben los futuros
docentes en magisterio. Además, la formación del profesorado se convierte en un factor
crucial para elevar y mantener la calidad de nuestros sistemas educativos, no sin
encontrar y asegurar un equilibrio adecuado con la equidad, ya que ambos son
indisociables. Asimismo, es importante señalar que, pese a todo, será necesario que
los docentes aprendan a reconocer cuándo necesitan ayuda y sepan acudir a un
especialista que les oriente acerca de cómo desarrollar al máximo el potencial individual
de un alumno que cuente con determinada dificultad, solicitando además la
colaboración y apoyo de este profesional en el aula ordinaria de cara a mejorar la
respuesta educativa que se ofrezca a cada uno de los estudiantes.
A modo de ejemplo, sirva una situación en la que un alumno posea una dificultad fónica,
en cuyo caso sería aconsejable solicitar la ayuda de un foniatra o un logopeda que
pueda facilitarnos el trabajo con este alumno en el aula y ofrecernos pautas y
orientaciones que mejoren la atención educativa que le proporcionemos, sin salirnos
en ningún momento del marco de referencia del aula común.

PARTICIPACION DE LOS PADRES

Consideramos que la formación de las familias es esencial de cara a la mejora de los


resultados académicos de los estudiantes, así como para favorecer su inclusión social
y el desarrollo de valores y habilidades interpersonales. La mayoría de los padres están
interesados en ayudar a sus hijos a aprender, pero para hacerlo necesitan saber cómo.
Y qué mejor lugar que la escuela para conocer las estrategias necesarias para
conseguirlo. Los padres de los niños con necesidades educativas pueden y deben jugar
un papel importante en su educación. Este papel puede incluir la colaboración en las
actividades de la escuela, contribuir a la evaluación, a la planificación del currículo,
apoyar programas en el hogar y controlar el progreso de los estudiantes.
“Los padres tienen el derecho y el deber de involucrarse en la educación de sus hijos”

Son muchos los niños y jóvenes con discapacidades que asisten a escuelas ordinarias,
y este número aumentará probablemente si se cuenta con el apoyo adecuado. Para
ello será necesario que todos los maestros tengan conocimientos sobre las
discapacidades y sobre su significado en el contexto educativo. Aunque no es preciso
que sean expertos en la educación de alumnos discapacitados, su preparación básica
debería proporcionarles ideas prácticas e información sobre las discapacidades, y una
adecuada comprensión de lo que es posible lograr en su escuela y mediante los
servicios locales existentes.
Esta propuesta obligaría a una importante reorientación de la formación de profesorado
en muchos países en que el objetivo principal es obtener un número relativamente
pequeño de especialistas preparados que prestarán servicio en escuelas especiales.
Aunque es importante disponer de especialistas, más importante todavía es poder
contar con enseñantes de más bajo nivel. La introducción de ajustes relativamente
pequeños en las enseñanzas impartidas en la escuela ordinaria podría ayudar a un
número muy elevado de alumnos con discapacidades. Por ello, la formación básica del
profesorado debería capacitar a éstos para modificar los programas de estudios y los
métodos de enseñanza cotidianos a fin de poder integrar a un mayor número de
alumnos. Los prepararía para reconocer y evaluar a los alumnos con discapacidades,
los haría conscientes de la importancia de colaborar con los padres, y les enseñaría a
conocer los límites de sus competencias y la oportunidad y formas de colaboración con
los especialistas.

TRANSICIÓN DESDE LA ESCUELA A LA VIDA ADULTA

La transformación en adulto es un proceso lento y gradual. Varía considerablemente


de un país a otro, e incluso dentro de un mismo país, en función de una diversidad de
factores culturales, económicos y legislativos. Las discapacidades de muchos jóvenes,
y la actitud de la sociedad ante ellas, hacen de él un proceso complicado y difícil, y esa
sola razón bastaría para merecer la atención de las autoridades nacionales. Los
jóvenes con discapacidades necesitarán previsiblemente ayuda, según la naturaleza
de su discapacidad. Dada la diversidad de estos aspectos y, por consiguiente, de
organismos posiblemente involucrados, es importante definir políticas explícitas que
orienten y coordinen las actividades.
Una razón más para la intervención de las autoridades es que la efectividad de una
política en ese terreno fomenta la autonomía de los jóvenes con discapacidades y no
exige del Estado la prestación de apoyo durante toda la vida. Estas políticas deberían
abarcar las etapas escolar y post-escolar, y tener en cuenta la diversidad de
organismos e intereses intervinientes. Ante todo, su referencia principal debería ser. La
atención a las necesidades del individuo pero, en la medida de lo posible, en el marco
de una experiencia normal. La escuela es, para todos los jóvenes, una forma de
preparación para la vida adulta. Los conocimientos y aptitudes adquiridos en la escuela
ayudan a aquéllos a abrirse camino posteriormente. Para muchos jóvenes, el programa
de estudios normal no es una preparación suficiente, ni para la vida laboral ni para vivir
una vida adulta, y la preparación recibida durante los últimos años escolares es muy
beneficiosa. En especial, para las personas discapacitadas. Muchas de ellas aprenden
más lentamente que otras y, al llegar al término del período escolar, su preparación
puede no ser aún suficiente. Un gran número de ellas no estarán en condiciones de
emprender una vida adulta independiente. La preparación necesaria deberá abarcar
tanto la vida cotidiana como el mundo laboral. Para la vida de todos los días, serán
necesarios los conocimientos prácticos que permiten a un adulto independiente vivir en
sociedad. En particular, el cuidado corporal y el aspecto exterior, conocimientos
elementales de cocina y gestión de gastos y, en el aspecto social, participación en
actividades recreativas y relaciones con las instituciones. La preparación laboral estará
basada en las oportunidades de trabajo previsiblemente accesibles.
En términos generales, podrá abarcar la educación y orientación profesional, la
capacitación previa y la experiencia laboral. En algunos casos, las escuelas ofrecen
formación ocupacional directa pero, de ser posible, una preparación a fondo en este
terreno sería más conveniente en instituciones post-escolares.
La preparación de alumnos con discapacidades para la vida adulta ofrece un acicate
especial para las escuelas ordinarias que desarrollan programas de integración.
Muchas escuelas especiales han consagrado grandes esfuerzos a este respecto, y
poseen cursos de probada eficacia para esa última etapa escolar. Tienen la ventaja de
poder ejercer un control mayor sobre el entorno del alumno y sobre su contacto con el
mundo exterior. En las escuelas ordinarias, los docentes deben hacer lo posible para
que los alumnos salgan tan preparados como en una buena escuela especial,
frecuentemente disponiendo de menos recursos para ello, y con menores posibilidades
de control.
CONCLUSIONES

La información y sensibilización de los docentes en lo relativo a la atención a la


diversidad y en concreto hacia los alumnos con necesidades específicas de apoyo
educativo es una de las claves indiscutibles de la calidad de la educación.
La atención a la diversidad no debe ser sólo un privilegio de unos pocos, sino derecho
de todos y cada uno de los alumnos del grupo-aula; se hace imprescindible conjugar
comprensividad y diversidad, lo cual permite dejar de lado modelos selectivos y
compensadores y apostar por modelos integradores en los que todos tengan cabida, y
donde la diversidad no se convierta en desigualdad, sino en singularidad y
enriquecimiento. Sin olvidar, por supuesto, que la clave para dicho logro reside en la
sensibilización, que por parte de la comunidad educativa, se tenga hacia el respeto a
la diversidad. La atención a la diversidad tiene como fin último el logro de una educación
de calidad adaptada a las necesidades de todos los alumnos. Pero dentro de esta
globalidad, puede haber alumnos que necesiten apoyos y atenciones más específicas
por presentar necesidades educativas especiales, por lo que para poder facilitarles las
respuestas educativas más adecuadas a sus necesidades, es fundamental que los
docentes contemos con una serie de conocimientos e instrumentos acerca de los
mismos. Dichos conocimientos han de abarcar tanto desde el ámbito legislativo, las
leyes que regulan la actual ordenación de la educación del alumnado con necesidad
específica de apoyo educativo, pasando por los diversos documentos oficiales,
imprescindibles para llevar a cabo el diagnóstico y la intervención con dichos alumnos
por parte del centro con el apoyo de los EOEP y de los EAT, hasta el conocimiento de
los recursos personales y materiales fundamentales para paliar muchas de las
necesidades de dichos alumnos.
Los tres principios fundamentales de la atención a todos los alumnos, pero
especialmente a los ACNEAE son: la prevención, la detección temprana y la
intervención inmediata, acompañado de una evaluación continua que nos permita
verificar sobre la marcha la eficacia de dicha intervención.
Por último en lo que concierne a las familias encuestadas con hijos con necesidades,
los resultados son muy esperanzadores, ya que afirman que están satisfechos de la
atención que están recibiendo sus hijos por parte de los profesionales de la educación.
Con el concepto de necesidades educativas especiales se pretende eliminar etiquetas
diagnósticas en el ámbito escolar, puesto que tiene más sentido hablar de las
necesidades que ese alumno tiene para seguir su escolarización. La atención se
desplaza del alumno como paciente o portador de algún trastorno, hacia la interacción
educativa capacidades experiencias de aprendizaje.
Una verdadera escuela inclusiva debe estar adaptada a grupos diferentes, tanto de
niños, adolescentes, o adultos, que les permita formar parte de la sociedad a la que
pertenecen en igualdad de condiciones, “para que cualquier individuo tenga o no
diferencias, ocupe el lugar que le corresponda”. Esto es incluir la diversidad en la
escuela común, no excluirla en escuelas especiales.

E
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