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JULIO CUETO RUA

Su fallecimiento
(Noticia necrológica publicada en el diario“El Día” el 1 de junio de 2007)

"El abogado que no conoce la vida, no puede conocer el Derecho". Con esta frase Julio
César Cueto Rúa, fallecido ayer en la ciudad de Buenos Aires, abría -año tras año- su
curso de Introducción al Derecho, cátedra donde formó a miles de estudiantes que desde
todo el país y Latinoamérica confluían en La Plata.

Cueto Rúa nació el 27 de setiembre de 1920. Cursó el secundario en el Colegio


Nacional y luego estudió y enseñó en la Universidad Nacional de la Plata, donde se
graduó como abogado en 1943 y como doctor en Ciencias Jurídicas en 1949. En 1952
obtuvo el título de Master of Law en Derecho Comparado, en Dallas, Estados Unidos,
en 1952.

En su época de estudiante en nuestra ciudad forjó entrañables amistades. Quizás la más


preciada fue la que mantuvo con Carlos Acevedo, el notable platense que fuera decano
de la Facultad y Presidente del Colegio de Abogados, afecto recíproco que perduró
mientras vivieron.

También enseñó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en


Dallas (1953-1960) y en Louisiana (1974-1990). Fue ministro de Comercio e Industria
(1957-1958), miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, y
miembro de número de la Academia Nacional de Derecho.

Fue reconocido con los premios World Peace Through Law Center (Washington, EE
UU), Outstanding National Chairman Award (1969) y Gran Cruz de la Orden de los
Andes (La Paz, Bolivia, 1957). Y en 1996 le fue conferido el Premio Konex de Platino
por sus aportes a la Teoría General y a la Filosofía del Derecho.

Cueto Rúa fue un notable discípulo de Carlos Cossio e integrante de una notable
pléyade de pensadores y juristas en la que destacaron también Genaro Carrió, Enrique
Aftalión, José M. Vilanova, Juan Francisco Linares, Abel Arístegui, Roberto Vernengo,
Mario Alberto Copello, Ambrosio Gioja y Moisés Nilve. Cracogna ha dicho que la labor
docente de algunos de ellos y sus obras contribuyeron grandemente a la difusión del
pensamiento cossiano, tal el caso, especialmente, de Aftalión, García Olano y Vilanova
con su Introducción al Derecho, y de Cueto Rúa con su Fuentes del Derecho.

La concepción del Derecho como conducta humana, la lógica jurídica entendida como
un "deber ser", la descripción de la norma jurídica como un juicio disyuntivo dando
cabida en él a las dos posibilidades que tiene todo sujeto: realizar la conducta debida o,
por el contrario, cometer un acto ilícito, y -sobre todo- la axiología o teoría de los
valores, fueron los pilares de la teoría egológica y de las enseñanzas de Cueto Rúa,
volcadas en numerosas obras.

Cueto Rúa era un hombre de una gran sapiencia y su claridad expositiva era notable.
Cálido y exigente con sus alumnos, combinaba formas sobrias con un humor fino y
tintineante. Casado con María Noemí González Ramos, tuvo tres hijos. Y en el plano
deportivo, fue un destacado jugador de water polo por Estudiantes de La Plata.
También tuvo vocación política y desarrolló propuestas de un conservadorismo
moderno y liberal, trabajando siempre en procura de un difícil objetivo, lo que él
llamaba "la unificación de las fuerzas moderadas de Argentina".

A sus alumnos Cueto Rúa les habló mucho de los valores, la justicia, el poder, el orden,
la seguridad, la cooperación, la solidaridad y la paz. Su partida entristece a mujeres y
hombres de muy diversas latitudes que aprendieron de él y que, compartiendo o no sus
ideas, apreciaron su coherencia, su talento y su dedicación.

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