Simposio: Rehabilitación de la Racionalidad Practica e Intervención Educativa:
dimensiones prácticas y normativas
Los participantes de este Simposio somos miembros de la Cátedra de Problemáticas
Filosóficas y Educación de la carrera de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. A su vez, participamos en calidad de Directores o miembros de diversos proyectos de investigación subsidiados por la Secretaria de Ciencia y Técnica del Ministerio de Educación de la Nación de la República Argentina. Además, somos miembros de la recientemente creada Red Argentina de Filosofía de la Educación.
Objetivo
El propósito de este Simposio, y en la senda de la “rehabilitación de la razón
práctica” de la filosofía aristotélica, es, precisamente, la introducción de este enfoque y perspectivas que ella suscita, en la problematización de la naturaleza disciplinaria de la Pedagogía y las prácticas educativas sobre las que ella interviene. Lo haremos desde múltiples aspectos, empezando por la elucidación epistemológica de la misma Pedagogía basándonos en el modelo de la razón práctica para desentrañar las implicancias que ella tiene sobre la intervención educativa. Por otra parte, se trabajará sobre la noción en cuestión –razón práctica-, desde las perspectivas gadameriana y deweyeana y sus derivaciones en el plano educativo como así también se destacarán las dimensiones normativas que sobre la educación tiene el abordaje de los derechos humanos como formación en ciudadanía.
Fundamentación
En tanto práctica social la práctica educativa está sujeta a evaluación racional y a
criterios de corrección mediante los cuales se establecen y se identifican dichas prácticas.
El reconocimiento casi unánime del carácter normativo de la práctica educativa,
frecuentemente adquiere un carácter reductivo en la medida en que se concibe como el desarrollo y aplicación de habilidades o técnicas para el “hacer” olvidando o soslayando el carácter reflexivo y normativo que todo hacer y acción humana involucra. En este sentido es remarcable el hecho que si bien hay un reconocimiento de la dimensión praxeológica de la acción pedagógica, cada vez más la racionalidad educativa es concebida de acuerdo con un modelo tecnológico en el que las funciones reflexivas propias de la racionalidad práctica quedan subsumidas en una racionalidad y normatividad de carácter instrumental (Barcena, 1994). Una reflexión de carácter filosófico sobre la práctica educativa involucra situarla más allá del saber hacer y reconstruir la dimensión axiológica que involucra dicho hacer.
El recorrido de este simposio es el de emprender el camino de dicha reconstrucción. En este
sentido, la propuesta es un intento de pensar la racionalidad educativa a luz de la rehabilitación del concepto de racionalidad práctica, en el que, a diferencia de los enfoques naturalistas y cientificistas, la noción de práctica adquiere una dimensión ética ineludible en donde la reflexión sobre los fines se constituye en el centro de la reflexión e intervención pedagógica en la práctica educativa.
En nuestro abordaje convergen dos tradiciones reflexivas claramente diferenciadas. Por un
lado, una visión de la filosofía de la educación inserta en la tradición analítico-crítica que se focaliza sobre las condiciones internas y externas de la validación de conocimiento. Por otra parte, una perspectiva que incorpora elementos de la tradición filosófico hermenéutica y pragmatista en tanto que el comprender y la interpretación son elaborados en esta tradición como prácticas históricas y sociales y por tanto evaluativas.
El medio ambiente es el espacio en el que se desarrolla la vida de los seres vivos y que permite la interacción de los mismos. Sin embargo este sistema no solo está conformado por seres vivos, sino también por elementos abióticos (sin vida) y por elementos artificiales. Cuando se habla de seres vivos se hace referencia a los factores bióticos, sea flora, fauna o incluso los seres humanos. En oposición, los factores abióticos son aquellos que carecen de vida. Sin embargo estos elementos resultan esenciales para la subsistencia de los organismos vivos, como el aire, el suelo y el agua. Entre los elementos artificiales incluimos a las relaciones socioeconómicas, como la urbanización, los conflictos dentro de una sociedad, etc. El medio ambiente, según otros autores, es considerado como la suma de las relaciones culturales y sociales, en un entorno, en momento histórico y un lugar en particular. Esto quiere decir que esta definición incluye las costumbres y el folklore dentro del concept