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El trabajo es una actividad que se refleja en cada aspecto de la conducta humana. Todos
necesitamos trabajar, pasamos 2/3 de nuestra vida en esta actividad. A través del mismo nos
identificamos y somos identificados, cooperamos para conseguir objetivos, es una acción
transformadora del medio ambiente, determina las relaciones sociales con los otros y con la
naturaleza, es un importante componente de la autoestima y un terreno para el conflicto. Tiene:
- Connotación positiva: permite satisfacer necesidades, favorece la sociabilidad, el
bienestar propio y del entorno, dignifica al hombre, posibilita el crecimiento personal, y
favorece el intercambio.
- Connotación más negativa: puede resultar tedioso, repetitivo, generar enfermedades
físicas, requiere esfuerzo y responsabilidad, conocimientos y especialización.
El término trabajo conlleva otro concepto: la motivación, que siempre se dirige al por qué de
la intensidad y dirección. Para definirlo hay que tener en cuenta:
- la intensidad (cantidad de esfuerzo que se realiza para lograr un determinado
comportamiento);
- la dirección (la posibilidad de cuánto se aproxima o se aleja del comportamiento
deseado).
La revolución industrial fue el acontecimiento histórico más relevante que dio origen a la
discusión y planteamiento acerca del trabajo (Inglaterra 1760-1820).
Peiró (1996) define al trabajo como el “conjunto de actividades humanas (retribuidas o no)
de carácter productivo y creativo que, mediante el uso de técnicas, instrumentos, información
disponible y/o materias, nos permite obtener, prestar o producir ciertos bienes, productos o
servicios. El trabajador aporta su energía, conocimientos, habilidades, esfuerzos y otros
diversos recursos, y obtiene algún tipo de compensación material, psicológica y/o social”.
Meda habla del trabajo como “una categoría histórica inventada para satisfacer las
necesidades (dar respuesta) de una época determinada”. Por ejemplo:
- Sociedades primitivas: estaban regidas por la naturaleza (caza, pesca, recolección,
agricultura), se generaba lo necesario para subsistir.
- Edad media: el trabajo era considerado innoble, penoso, como penitencia. Las
personas se dividían en: a) obligadas a trabajar; y b) las que vivían del producto del
trabajo de otras personas. Hacia finales de la edad media empieza a “satisfacer las
necesidades básicas” de algunas personas.
- Mediados del siglo XIX: vinculado con la “riqueza”, primeros vínculos sociales por la
compraventa del esfuerzo, el desarrollo de la productividad alcanza su máximo
esplendor.
- Siglo XX (del empleo): se asocia con la satisfacción de las necesidades y con la
posibilidad de ubicarse socialmente y poder obtener riqueza. El estado es el encargado
de generar trabajo industrial. Cuando el desarrollo de la producción disminuyó se volvió
necesario crear otros tipos de empleo, dificultades al aparecer las nuevas tecnologías.
El ser humano queda desplazado por la máquina y surge el desempleo.