 La muerte digna: ¿existe en Colombia?

El ciclo de la vida de todo ser viviente es Nacer, Crecer, Reproducir y Morir; en el

transcurrir de cada etapa es inevitable dejar de pensar en la muerte, aunque es un
tema difícil de admitir las reglamentaciones jurídicas en diferentes partes del mundo,
hacen referencia a un derecho fundamental de toda persona por morir dignamente.
En algunos países se reconoce el derecho a una muerte digna en aquellas personas
que se encuentran en una fase terminal de su enfermedad, este derecho implica
que el paciente debe tener acceso a los cuidados paliativos para aliviar el dolor y
que puede contar con el apoyo psicológico necesario para afrontar su muerte. Por
lo tanto, en los casos de muerte digna no se provoca de manera evidente la muerte,
sino que se deja de actuar de manera artificial.
El debate entre la muerte digna y la eutanasia se enmarca en la diferencia científica
y conceptual de cada una, Muerte digna y eutanasia son conceptos que en
ocasiones se confunden, pero se trata de ideas distintas. En relación a la Muerte
Digna, los profesionales en la materia intentan que los pacientes sientan alivio físico
y psicológico ante el hecho de morir, en el caso de la Eutanasia, los médicos
suministran algún tipo de sustancia para que las constantes vitales del paciente se
paralicen y finalmente muera.

Son muchos los avances del Estado Colombiano a la fecha con respecto al tema,
tres de los principales pasos dados para la regulación de una muerte digna como
derecho fundamental están resaltados así:

- Los comités científicos: En cumplimiento al mandato proferido por la Corte

Constitucional, el Ministerio de Salud y de Protección Social, mediante la
Resolución 1216 de 2015, estableció las directrices para la organización y
funcionamiento de los comités que hagan efectivo el derecho a morir con
dignidad en los términos de la Sentencia T-970 de 2014 y de la Sentencia C-
239 de 1997. La mencionada norma define los requisitos y cursos de acción
necesarios para anticipar la muerte en casos de pacientes con enfermedad
terminal, que así lo hayan manifestado, entre los cuales como primera
medida se deberá garantizar que el paciente se le ofrezcan o ya esté
recibiendo cuidados paliativos.

- Niños y adolescentes: se logró reglamentar el procedimiento para hacer

efectivo el derecho a morir con dignidad de niños y adolescentes por medio
de Resolución 825 de marzo de 2018, en la cual se establece que en los
casos de menores de entre 12 y 14 años, prevalecerá la autonomía del
menor, aunque será obligatoria la participación de los padres; y entre los 14
y los 17, solo contará la voluntad del adolescente. En este aspecto se excluye
a quienes presenten estados alterados de conciencia, discapacidades
 cognitivas o trastornos psiquiátricos; y resalta que entre los 6 y 12 años
podría ser practicada si el nivel de desarrollo del niño le permite tomar una
decisión libre y esté en capacidad de reconocer que la muerte es un hecho
irreversible.

- Voluntad anticipada: El Ministerio de Salud y Protección Social emitió la

Resolución 2665 de 2018 con los requisitos del DVA, sobre la cual dio a
conocer que se trata de una declaración de voluntad que orienta el cuidado
esperado para el final de la vida, las instrucciones para no realizar medidas
desproporcionadas o fútiles como la de extender la vida con métodos
artificiales, cuando no hay esperanzas razonables de recuperación, entre
otras posibles preferencias, entre las que se puede contar o no la eutanasia.

Hacemos un llamado al Congreso de la Republica para que en ejercicio de sus

funciones y en cumplimiento a lo establecido por la Corte Constitucional, regule
legalmente el derecho fundamental que tienen todas las personas a morir con
dignidad.

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Con información complementaria de: EL HERALDO, MIN SALUD, EL

ESPECTADOR