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APRAXIA

La apraxia es un trastorno neurológico caracterizado por la pérdida de la capacidad de llevar a cabo


movimientos de propósito, aprendidos y familiares, a pesar de tener la capacidad física (tono
muscular y coordinación) y el deseo de realizarlos. Es decir, existe una disociación entre la idea (el
paciente sabe lo que quiere hacer) y la ejecución motora (carece del control de acción).

Los pacientes afectados por este trastorno tienen una marcada dificultad para realizar un movimiento
cuando se les pide hacerlo fuera de contexto, pero pueden hacerlo fácilmente de manera espontánea
en una situación natural (John P.J. Pinel 2007).

Es preferible la evaluación de estos trastornos de manera secuencial con el fin de percibir las variantes
de intensidad individual en la persona. Se han ideado diversos métodos como la prueba de conexión
de números y letras, a veces de manera alterna, el dibujar figuras conocidas, como estrellas o círculos
consecutivos, la imitación de mímicas y gestos, el uso de objetos imaginarios (peinarse, cepillarse los
dientes, cortar pan, etc.), movimientos bucales (soplar una vela imaginaria, toser, etc.), entre otros.

Generalmente, el tratamiento para los individuos con apraxia incluya neuropsicología,


fonoaudiología, terapia ocupacional, fisioterapia (dentro de la fisioterapia neurológica, la apraxia
sería uno de los casos en los que estaría indicada la aplicación del Concepto Bobath), e
inmunoglobulina intravenosa (IVIG). Si la apraxia es un síntoma de otro desorden (usualmente
neurológica), ello debe tratarse primero.

Hay varios tipos de apraxia, dependiendo de su relación con la acción o movimiento a realizar, se
clasifican en:

 Apraxia ideacional, la cual se manifiesta como una pérdida en la capacidad para formular
mentalmente y expresar verbalmente la secuencia de los distintos procesos relacionados con la
acción. De manera que, al pedírsele a la persona (Semiología) que presenta este tipo de apraxia,
que comunique en voz alta la secuencia de movimientos para, por ejemplo, el llevar la cuchara a la
boca, este sujeto no logra realizar la tarea exitosamente.
 La apraxia construccional, en la que trastornos de la construcción en el espacio les impide escribir
y reproducir correctamente los dibujos sencillos,
 Ideomotora, en la que el individuo planea con éxito actividades motoras sin poder exponer las
expresiones que corresponden
 Bucolingual, bucofacial y/o bucolinguofacial, de importancia en las apraxias fonoauditivas, como el
movimiento de la lengua, labios, etc.
 Otros: oral, laríngea, del discurso, articulatoria, etc.

AFASIA

La afasia es el trastorno del lenguaje que se produce como consecuencia de una patología
cerebral.

Se trata de la pérdida de capacidad de producir o comprender el lenguaje, debido a lesiones en


áreas cerebrales especializadas en estas funciones. Es entonces una pérdida adquirida en el
lenguaje oral. La disfasia por otro lado es un trastorno específico en la adquisición del lenguaje.

La mayoría de las personas creen que el tratamiento más eficaz empieza a principios del proceso
de recuperación. Algunos de los factores que influyen en la mejora incluyen la causa del daño
cerebral, el área del cerebro que estaba dañada, el grado de lesión cerebral y la edad y salud del
individuo. Factores adicionales incluyen motivación, el entorno, el nivel educacional o la capacidad
del sujeto para darse cuenta de sus propios déficits.
La terapia para superar la afasia se concentra en mejorar la capacidad de un individuo de
comunicarse usando el resto de las capacidades de comunicación que tiene el paciente, restaurar
y/o compensar las funciones dañadas, siendo en algunos casos imprescindible aprender otros
métodos para comunicarse.

ECOLALIA

Es un trastorno del lenguaje caracterizado por la repetición semiautomática, compulsiva e iterativa


de las palabras o frases emitidas por el interlocutor e imitando su entonación original.

Cabe destacar también que, en ocasiones, el sujeto, incluso, puede llegar a repetir palabras o
frases recién escuchadas en programas de entretenimiento de fuentes audiovisuales (o medios de
comunicación) como lo son: La televisión, la radio, cines, entre otros. Dichas palabras imitadas,
pueden llegarlas a repetir una cantidad de veces indefinidas; dependiendo de la persona en
cuestión.

Puede presentarse en la oligofrenia, la demencia, la esquizofrenia, así como en las enfermedades


extrapiramidales y en las afasias.

No hay que confundirlo con que el sujeto lo repita por falta de entendimiento, que también se da
el caso.

DISLALIA

La dislalia es un trastorno de la articulación de los fonemas. Se trata de una incapacidad para


pronunciar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas, bien por ausencia o alteración
de algunos sonidos concretos.

La dislalia infantil, la mala pronunciación de los niños, es un trastorno en la articulación de los


fonemas. Es el trastorno del lenguaje más común en los niños, el más conocido y más fácil de
identificar.

La dislalia infantil evolutiva es la que tiene lugar en la fase de desarrollo del lenguaje infantil, en la
que el niño no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma
incorrecta desde el punto de vista fonético. Tiene varias fases dentro del desarrollo del lenguaje
del niño y finalmente termina cuando el niño aprende a pronunciar correctamente todos los
fonemas.

La dislalia audiogena, su causa está en una deficiencia auditiva. El niño o la niña que no oye bien
no articula correctamente, confundirá fonemas que ofrezcan alguna semejanza al no poseer una
correcta discriminación auditiva.

Las alteraciones de la articulación cuya causa es de tipo orgánico se llaman dislalias orgánicas.

Si se encuentran afectados los centros neuronales cerebrales (SNC) reciben el nombre de


disartrias y forman parte de las alteraciones del lenguaje de los deficientes motóricos.

Si nos referimos a anomalías o malformaciones de los órganos del habla: labios, lengua, paladar,
etc. se les llama disglosias.

Inicialmente, se habla de un trastorno del habla. Los niños que poseen esta patología del lenguaje
tienden a presentar características tales como, tensión, inseguridad, además de que, son niños
que pueden ser más propensos a perder el control y difícilmente pueden entablar una relación con
los demás niños de su entorno social o escolar.

Es importante tener presentes los aspectos personales y en general el contexto del cual el niño es
participé, ya que, estos factores tienen relevancia en la aparición y en el mantenimiento de la
dislalia.

Para poder facilitar que el niño supere su trastorno del lenguaje de una manera natural y sin
dificultades, como lo pueden llegar a ser inconvenientes a la hora de las relaciones interpersonales
y de comunicación, es necesario tener en cuenta dichos factores.

DISCALCULIA

La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas (DAM), es una dificultad de


aprendizaje, específica en matemáticas, que es el equivalente a la dislexia, solo que en lugar de
tratarse de los problemas que enfrenta un niño para expresarse correctamente en la lengua
materna, se trata de la dificultad para comprender y realizar cálculos matemáticos.

Entre los diferentes síntomas que se producen dentro del fenómeno de la discalculia, cabrían
destacar los siguientes:

 Dificultades frecuentes con los números, confusión de los signos: +, -, / y ×, identificación,


reversión o transposición de números, etc.
 Dificultades amnésicas relacionadas con la información numérica.
 Errores en las operaciones matemáticas básicas (suma, resta, multiplicación y división)
 Dificultades con tablas de itinerarios, cálculo mental, señas y direcciones, etc.
 Buena capacidad en materias como ciencias y geometría hasta que se requiere un nivel
más alto que exige usar las matemáticas.
 Dificultades relacionadas con la orientación espacial, tanto la propia como la de los
objetos.
 Dificultad con los conceptos abstractos del tiempo y la dirección.
 Incapacidad para realizar planificación financiera o presupuestos.
 Incapacidad para comprender y recordar conceptos, reglas, fórmulas, secuencias
matemáticas (orden de operaciones).
 Déficits en referencia a las relaciones entre figura y longitud.
 Hay errores de transcripción, por ejemplo, escribir números dictados
 Dificultad para llevar la puntuación durante los juegos.
 Ansiedad, ante aquellas tareas y actividades relacionadas con las matemáticas.
 Dificultades para realizar abstracciones y elaborar asociaciones a partir de material
numérico.
 Se utilizan los dedos para contar.

Se presenta de diferentes formas según el diagnóstico o sus características. Tradicionalmente se ha


divido en cuatro tipos:

 Discalculia primaria: Trastorno específico y exclusivo del cálculo, unido a una lesión
cerebral.

 Discalculia secundaria: Se diagnostica al producirse una mala utilización de símbolos


numéricos y mala realización de operaciones asociadas a dichos símbolos, especialmente
las inversas. También asociada a otros trastornos como dificultades del lenguaje, baja
capacidad de razonamiento y desorientación espacio-temporal.
 Disaritmética: Se caracteriza por presentar dificultades para comprender el mecanismo de
la numeración, retener el vocabulario asociado a esta o concebir los mecanismos de
resolución de sumas, restas, multiplicaciones o divisiones (cuatro operaciones básicas),
también contar mentalmente y utilizar sus adquisiciones para la resolución de problemas.

 Discalculia espacial: Dificultad para ordenar los números según una estructura espacial.

Para realizar el diagnóstico son necesarias unas series de pruebas para medir diferentes habilidades.
La mayoría de estas pruebas o test presentan una alta fiabilidad y una variación acorde a los
patrones de edad y desarrollo propios del menor al que se pretende evaluar. También es necesario
que se produzca un rendimiento escolar por debajo del nivel esperado.

Algunos procedimientos útiles para evaluar las habilidades en matemáticas son:

 Dictados de números
 Copiados de números
 Cálculos no estructurados mediante juegos o gráficos
 Resolución de problemas con una o varias variables.
 Resolución de problemas lúdicos de la vida cotidiana.

El tratamiento siempre se tiene que realizar en función del diagnóstico previamente establecido,
con el fin de conocer de forma segura las limitaciones y fortalezas del menor. Cuando no se
encuentran déficits orgánicos graves, es preciso comenzar con la reeducación de éste, con el
objetivo de que asimile y sintetice de forma correcta la información relacionada con el área de las
matemáticas.

Entre las tareas que se pueden realizar destacan:

 La adquisición de destrezas en el empleo de relaciones cuantitativas.


 Tareas en las que se requieran procesos de razonamiento.
 Ejercicios para consolidar los símbolos numéricos y sus relaciones.
 Resolución de problemas.
 Utilizar una aproximación multisensorial, ya que cuando hay dificultades en el área de las
matemáticas, también las hay para entender los procedimientos y las reglas desde el código
verbal, ya que resultan demasiado abstractas.

El tratamiento de la discalculia es gradual, se produce una reestructuración cognitiva en las


habilidades matemáticas del niño y en general suele tener buenos resultados.

TRASTORNO DE DEFICIT DE ATENCION CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH es un trastorno crónico del
desarrollo neuropsiquiátrico frecuentemente diagnosticado en la infancia y que puede persistir en
la edad adulta, que se caracteriza por inatención (distracción moderada a grave, períodos de
atención breve), hiperactividad (inquietud motora) y comportamiento impulsivo (inestabilidad
emocional y conductas impulsivas) que produce problemas en múltiples áreas de funcionamiento,
dificultando el desarrollo social, emocional y cognitivo de la persona que lo padece.

Se consideran 3 tipos de TDAH: predominantemente hiperactivo/impulsivo (TDAH-H/I),


predominantemente inatento (TDAH-I) y combinado (TDAH-C). Las principales diferencias entre el
subtipo predominantemente inatento y el predominantemente hiperactivo-impulsivo residen en
que el primero de ellos se aprecia de forma más notoria en la etapa escolar y se exterioriza de
forma más pasiva, mientras que el segundo se prolonga más en el tiempo y hace referencia a
aspectos vinculados a comportamientos y conductas más cotidianas y observables del individuo. El
subtipo combinado conlleva la presencia simultánea de los dos tipos de síntomas.

Los niños con TDAH generalmente, cuando empiezan a andar lo que hacen es correr "como si
tuvieran un motor dentro", refieren algunos padres. En sus inicios escolares tienen problemas con la
lectoescritura y la matemática, habilidades que requieren un esfuerzo de concentración más
prolongado.

Algunas de las actuaciones que se asocian habitualmente con el TDAH derivan de la inatención,
impulsividad e hiperactividad, si bien ninguna de ellas es concluyente ni definitiva: no lograr
mantener la atención a detalles o evitar cometer errores por descuido en el trabajo, realizar
movimientos nerviosos con manos o pies, o retorcerse en el asiento, tener dificultad para mantener
la atención en actividades por las no sienten interés, levantarse en situaciones en las que se espera
que permanezca sentado, no escuchar cuando le hablan directamente o sentirse intranquilo e
inquieto, no seguir instrucciones y no terminar el trabajo exitosamente, la dificultad para
involucrarse en actividades calmadas en sus ratos de ocio o para organizar tareas y actividades, la
sensación de estar “en marcha” o “empujado por un motor”, el deseo de evitar los trabajos que
requieren un esfuerzo mental sostenido, hablar excesivamente, perder cosas necesarias para tareas
y actividades, contestar abruptamente antes de que terminen de preguntarte algo, distraerse con
facilidad, la impaciencia para esperar su turno, el olvido de sus deberes diarios o la interrupción en
lo que otros están haciendo son rasgos característicos.

El primer paso es buscar y detectar enfermedades potencialmente tratables que puedan ser la
causa del TDAH. Diferentes trastornos pueden provocar síntomas de TDAH, tales como la
enfermedad celíaca sin diagnosticar ni tratar o la migraña, o presentarse asociados con el TDAH,
como el asma, los trastornos del sueño y la obesidad. En el caso de la enfermedad celíaca, la
detección temprana y la eliminación precoz del gluten de la dieta parecen ejercer un efecto
protector ante el desarrollo de complicaciones neurológicas.

No existen marcadores cognitivos, metabólicos o neurológicos específicos ni pruebas médicas que


permitan diagnosticar el TDAH.

El diagnóstico diferencial del TDAH se realiza principalmente con las siguientes entidades:

 Niños inquietos, pero con atención normal, que se da con cierta frecuencia en los menores
de 5 años.
 Discapacidad intelectual.
 Trastornos específicos del aprendizaje como la dislexia (dificultad en la lectura), la
disortografía (dificultad en la escritura) y la discalculia (dificultades en el aprendizaje de las
matemáticas).
 Trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-
compulsivo, el trastorno de ansiedad por separación y el rechazo a la escuela.
 Trastornos del estado de ánimo, como el trastorno bipolar y la depresión.
 Trastornos del sueño, como los terrores nocturnos y las pesadillas.
 Trastornos generalizados del desarrollo, como el síndrome de Asperger.
 Trastornos relacionados con el gluten (la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no
celíaca), cuyas manifestaciones extraintestinales pueden enmascararse como trastornos
del comportamiento y/o psiquiátricos.
 Efectos adversos de ciertos fármacos como los broncodilatadores, los neurolépticos, los
antiepilépticos y la isoniazida.
 El síndrome X frágil, el síndrome alcohólico fetal, la fenilcetonuria, la encefalopatía
postinfecciosa o postraumática, la intoxicación por plomo, y el hipertiroidismo.

El tratamiento del TDAH se basa principalmente en dos componentes: las terapias conductuales y
el tratamiento farmacológico.

Asimismo, actualmente hay un interés creciente en la intervención dietética y nutricional,


mediante dietas de eliminación de alimentos causantes de alergias o sensibilidad, y/o la
administración de suplementos de ácidos grasos.

DISLEXIA

La dislexia es la dificultad de aprendizaje que afecta a la lectoescritura. Tiene un carácter


específico y persistente. Se da en personas que no presentan ninguna discapacidad física, motriz,
visual o de cualquier otro tipo. Asimismo, las personas con dislexia tienen un desarrollo cognitivo
normal.

Los signos de la dislexia pueden ser difíciles de reconocer antes de que tu hijo comience a ir a la
escuela, pero hay algunas señales tempranas que pueden indicar un problema. Una vez que el
niño alcanza la edad escolar, es posible que el maestro de tu hijo sea el primero en notar el
problema. La gravedad varía, pero la afección suele volverse más evidente cuando el niño
comienza a aprender a leer.

Antes de la escuela

Los signos que indican que un niño pequeño podría estar en riesgo de tener dislexia comprenden:

 Tardar en comenzar a hablar


 Aprender palabras nuevas a un ritmo lento
 Problemas para formar palabras adecuadamente, como invertir los sonidos de las
palabras o confundir palabras que suenan de forma parecida
 Problemas para recordar o decir el nombre de las letras, los números y los colores
 Dificultad para aprender canciones infantiles o jugar juegos de rimas

Edad escolar

Una vez que tu hijo esté en la escuela, es posible que los signos y síntomas de la dislexia se hagan
más visibles, entre ellos:

 Un nivel de lectura muy por debajo del que se espera para la edad
 Problemas para procesar y comprender lo que escucha
 Dificultad para encontrar la palabra correcta o formular respuestas a preguntas
 Problemas para recordar secuencias de cosas
 Dificultad para ver (y ocasionalmente escuchar) similitudes y diferencias entre letras
y palabras
 Incapacidad para pronunciar una palabra desconocida
 Dificultad para deletrear
 Tardar más tiempo del habitual en completar tareas que conllevan leer o escribir
 Evitar actividades que conllevan leer

Adolescentes y adultos

Los signos de la dislexia en adolescentes y adultos son similares a los de los niños. Algunos de los
signos y síntomas frecuentes de la dislexia en adolescentes y adultos son:
 Dificultad para leer, incluso para leer en voz alta
 Lectura y escritura lentas y dificultosas
 Problemas para deletrear
 Evitar actividades que conllevan leer
 Mala pronunciación de nombres o palabras, o problemas para recordar palabras
 Problemas para comprender bromas o expresiones que pueden no ser fáciles de
entender a partir de palabras específicas (modismos), como «pan comido», que
significa «fácil»
 Tardar más tiempo del habitual en completar tareas que conllevan leer o escribir
 Dificultad para resumir una historia
 Problemas para aprender un idioma extranjero
 Dificultad para memorizar
 Dificultad para resolver problemas matemáticos

La dislexia tiende a ser hereditaria. Parece estar relacionada con ciertos genes que afectan la forma
en la que el cerebro procesa la lectura y el lenguaje, y con factores de riesgo presentes en el
entorno.

Los factores de riesgo de la dislexia son los siguientes:

 Antecedentes familiares de dislexia u otras dificultades de aprendizaje


 Nacimiento prematuro o bajo peso al nacer
 Exposición a la nicotina, a drogas, a bebidas alcohólicas o a una infección durante el
embarazo que pueden alterar el desarrollo cerebral del feto
 Diferencias individuales en las partes del cerebro que permiten la lectura

La dislexia puede ocasionar una serie de complicaciones, entre ellas:

 Problemas para aprender. Debido a que la lectura es una habilidad básica para muchas de
las otras materiales escolares, un niño con dislexia se encuentra en desventaja en la mayoría
de las clases y es posible que le sea difícil seguirles el ritmo a sus compañeros.
 Problemas sociales. Si no se trata, la dislexia puede causar baja autoestima, problemas de
conducta, ansiedad, agresión y retraimiento hacia amigos, padres y maestros.
 Problemas en la adultez. Un niño puede verse impedido de alcanzar su potencial cuando
crezca si no puede leer ni comprender. Esto puede tener consecuencias educativas, sociales
y económicas a largo plazo.

El tratamiento en la infancia será fundamental incidir de manera preventiva; y por tanto sobre
todos los niños; en los requisitos de la lectura. Entre todos ellos será clave el aumento de la
conciencia fonológica. Para ello se utilizarán materiales orales (aún no se ha comenzado la lectura),
en los que los niños deberán crear rimas, derivar palabras, dividir palabras en sílabas, etc.

Entre los 7 y los 10 años los objetivos serán por un lado aumentar la conciencia fonológica; tanto
oral como escrita; y por otro mejorar la automatización de la mecánica lectora. Para lo primero se
utilizarán recursos similares a los de la etapa anterior; para lo segundo se tratará de lograr que el
niño practique lo más posible la lectura en voz alta.

Tanto en este momento, como en los posteriores, es fundamental que el sujeto lea lo más posible
como forma de mejorar sus habilidades. Sin embargo esto no es tarea fácil, ya que al niño o adulto
con dislexia el leer puede resultarle una tarea agotadora y poco grata.

Por tanto será fundamental encontrar textos adecuados a la edad e intereses del sujeto y motivarle
de forma que leer le resulte una actividad atractiva. En esta misma línea también será fundamental
concienciar a los padres y profesores de estas edades de las dificultades del niño, de forma que no
se le exija por encima de sus posibilidades ni se sienta inferior a sus compañeros.

A partir de los 10 años está comprobado que es difícil aumentar la conciencia fonológica y la
automatización de la lectura. Desde este momento los objetivos serán diferentes; buscando
fundamentalmente la enseñanza de estrategias de comprensión de textos (búsqueda de palabras
clave, subrayado, resumen, etc.)

INCLUSION Y EXCLUSION

La inclusión es un concepto teórico de la pedagogía que hace referencia al modo en que la escuela
debe dar respuesta a la diversidad.

Se resoluto generalizar la inclusión como principio central que ha de guiar la política y la práctica
de la construcción de una educación para todos y se promovió la idea de una educación para
todos, que ofreciera satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje al tiempo que
desarrollara el bienestar individual y social de todas las personas dentro del sistema de educación
formal.

Es un término que surge en los años 90 y pretende sustituir al de integración, hasta ese momento el
dominante en la práctica educativa. Su supuesto básico es que hay que modificar el sistema escolar
para que responda a las necesidades de todos los alumnos, en vez de que sean los alumnos quienes
deban adaptarse al sistema, integrándose a él. La opción consciente y deliberada por la
heterogeneidad en la escuela constituye uno de los pilares centrales del enfoque inclusivo. El
proceso de inclusión pretende minimizar las barreras para que todos participen sin importar sus
características físicas, mentales, sociales, contextos culturales, etc..

La educación inclusiva supone un modelo de escuela en el que los profesores, los alumnos y los
padres participan y desarrollan un sentido de comunidad entre todos los participantes, tengan o no
discapacidades o pertenezcan a una cultura, raza o religión diferente. Se pretende una
reconstrucción funcional y organizativa de la escuela integradora, adaptando la instrucción para
proporcionar apoyo a todos los estudiantes.

Exclusión: Es un proceso de separación de las personas o grupos sociales de los ámbitos sociales
propios de la comunidad en la que se vive, que conduce a una pérdida de autonomía para conseguir
los recursos necesarios para vivir, integrarse y participar en la sociedad de la que forman parte.
Exclusión social es un proceso que afecta a millones de personas en todo el mundo, tanto en los
países en vías de desarrollo como en las prósperas sociedades occidentales.
La sociedad de la información en la que estamos inmersos está demostrando una triple diferencia
social. Por un lado, la seguridad de los privilegiados con trabajo fijo y pleno disfrute de sus derechos
individuales y sociales. Por otro, la inseguridad de los que tienen trabajos eventuales y viven en
permanente estado de ansiedad y escepticismo y, por último, el desarraigo del mercado laboral de
amplias capas de la población. Todo ello conduce a la dualización de la sociedad.

En ocasiones el sentimiento que muchas personas experimentan de no ser valoradas, ni tenidas en


cuenta en la sociedad por lo que son. Esa exclusión social se anticipa o se prepara en procesos de
exclusión educativa que, como aquella, tiene múltiples caras:

 Falta de acceso a los sistemas educativos.


 Escolarización segregada en dispositivos especiales.
 Educación de «segunda» para los más desfavorecidos.
 Fracaso escolar.
 Maltrato entre iguales por abuso de poder.
 Desafecto.
 Etc.….

Se trata de un fenómeno que no sólo tiene que ver con la pobreza y que en cualquier momento
puede abatirse sobre las personas. Es decir, el sentimiento de vulnerabilidad de nuestros alumnos
no sólo es observable en los sectores estructuralmente pobres sino que afectos a la población
escolarizada y no escolarizada, aunque de diferentes formas.
El concepto de exclusión implica un proceso de separación entre grupos distintos entre sí y
supuestamente homogéneos dentro de sí mismos. Pero esta separación no es tan simple: la
exclusión también incorpora una valoración diferencial entre estos grupos ya que uno es
considerado mejor que el otro y esto conlleva a comportamientos diferenciales con uno u otro
grupo lo que instaura diferencias en el acceso a oportunidades y beneficios.

Diversos estudios han demostrado que dos tipos de espacios como el urbano y el rural, por ejemplo,
tienen modos distintos de organizar sus actividades socioeconómicas, su vida y por ende, su sistema
educativo, lo que repercute ya sea positiva o negativamente, según el caso, en la formación integral
de los alumnos. En términos de los estudiantes procedentes del campo, frecuentemente enfrentan
problemas varios de deserción, rezago y pérdida de identidad, entre otros, al momento de ingresar
al sistema de educación superior, y eso si logran hacerlo.

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