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Un fraude es una acción que resulta contraria a la verdad y a la rectitud.

El fraude se
comete en perjuicio contra otra persona u organización y está penado por la ley.
Según la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU., una definición bastante acertada del fraude
científico es: “Se considera fraude la fabricación, falsificación y el plagio en la propuesta, ejecución
o comunicación de los experimentos. Se excluyen los errores de juicio, los errores de registro,
selección o análisis de datos, las divergencias de opiniones que afectan a la interpretación de los
resultados, y las negligencias no relacionadas con el proceso de investigación.”

Otra definición es: “La inconducta científica significa la fabricación, falsificación, plagio u otras
prácticas que se desvían seriamente de la que comúnmente son aceptadas en la comunidad
científica para proponer, conducir o informar una investigación. No incluye el error honesto o
diferencias honestas en la interpretación de los datos”.

Una definición más genérica de fraude científico es toda acción deliberada que atenta contra la
credibilidad de los informes científicos.

Plagios : Otros casos de menor repercusión en la ciencia pero no de menos trascendencia en el


quehacer científico y en el campo de la ética de la investigación han salido a la luz pública. Existe
una forma de fraude que consiste en apropiarse del trabajo de otros. El insuficiente o laxo
reconocimiento del origen o las fuentes de las ideas o los datos que se usan o publican, es una
conducta reprobable cuya forma mayor es el plagio. En el primer caso, se omite informar el hecho
de que parte de lo que se dice es de otro autor, haciéndolo pasar como original para resaltar la
importancia propia, dentro de un trabajo más amplio en que se incluyen partes realmente
originales. En el caso del plagio, la apropiación del trabajo de otro es total, sustituyendo el nombre
del verdadero autor por el propio, a veces, haciendo modificaciones menores como para disimular
el hecho delictivo. Hasta un científico de primer nivel, como Johan Bernoulli, robó ecuaciones
desarrolladas por su hijo y las publicó con fecha cambiada, para que pareciera que el plagiario era
el verdadero autor.

¿Qué lleva a un científico a falsear sus datos? Además de la búsqueda de prestigio o el


beneficio económico, el tema de los fraudes abre el debate sobre la enorme presión que tienen
los investigadores de hoy en día para publicar. Tanto para progresar en su carrera científica
como para obtener proyectos y fondos que cubran los gastos de sus investigaciones, el mérito
que más peso tiene es el que se refiere a la producción científica. Muchas publicaciones y en
revistas de alto impacto, ese es el resumen de un currículum de éxito. Ya lo dice un dicho muy
repetido entre los científicos: ‘publish or perish’ (publica o perece).

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