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Gordon W. Allpor t

sentido de "mí mismo" como distinto de lo demás: este es el yo corporal (Allport,


1961). No es el yo_ total, porque está consti tuido únicamente de sensaciones físicas.
En circu nstancia .normales no se experimenta el yo corporal, pero sobresale en
ciertas circu nsta ncias de enfermedad o lesiones. Algu nos experi mentos sobre los
efectos de estim ulación sensora reducida, que produce hasta estados psicotíclicos,
indica n el papel vital que el flujo contin uo de las sensaciones corporales desempe-
ñan en el funcionamiento n ormal. El yo corporal se hace domina nte du ra nte el
periodo de creci mie nto, cuando el niño está muy alerta a los cambios en su propio
cuerpo. El niño puede sentirse inferior, porque es más pequeño o débil o mayor
que otros.
Cua ndo los asu ntos sexuales se agudizan, van acom pañados de una mayor
atención a la apariencia y esto, natu ral men te, incluye al yo corporal. Muchos
jóvenes se considera n insignificantes, torpes, gordos, feos, o con atributos simila-
res.

2. IDENTIDAD DEL YO

Distin to del yo corpqral es el estudio de.la pr. pia·identidad, el percatarse de la


con tin uidad de la identidad personal (Allport, 1961). Es el darse cuenta del yo
como ] núcleo de _la personalidad. En otras palabras, esta identidad abarca el
. .sentido del yo ·q::i_1e ord.i nariamente se describe como.el "yo_", el ego. A pesar de los
muchos cambios que tienen lugar desde fa infancia hasta la ancianidad, existe una
percepción de contin uidad. Cuando se despierta u no por la ma ña na, de inmediato
conoce su identidad como la misma persona que se acostó la noche anterior. Estas
observaciones podrán parecer bastante obvias, pero lograr el sentido de la identi-
dad, como tan aptamente ha mostrado Erikson, es sin duda difícil. La identidad se
adquiere gradualmente, con muchos obstácu los y algu nas personas nu nca logra n
tener u ri sentido firme de la identidad .
Darle nombre a un niño establece un pu nto de referencia. Además, hacer sentir
al niño respo nsable de lo que hace; premiar o castigarlo por ciertos com porta-
mientos, fom enta en el niño la experiencia de ser u n agen te activo. El niño pronto
aprende que sus pad res y herma nos y todos los demás tienen nom bres y son
tambi én responsables de su conducta.

3. AMOR PROPIO

Conforme empieza a tomar forma el sentido de identidad , una nueva autoex pe-
riencia se hace aparente duran te el segun do o tercer año de vida: el amor propio
(Allport, 1961). Se ma nifiesta por los esfuerzos del niño para familializarse con lo
que le rodea y puede igualarse al orgullo. Cuando un ni ño lucha valientemente
para asir algo de u na mesa y fracasa repetidamente, quiza manifieste su desilusión
llora ndo; pero el éxito, cuando lo logra, es. un suceso de gran im porta ncia y el niño
suele gritar de gusto. Comunica a todos del éxito de su hazaña y está dispuesto a
demostrarla u na y otra vez. :
All port sostiene que el negativismo infan til es u na de las ma nifestaciones más
tem pra nas del amor propio. Conforme los ni ños se: hacen valer efecti·vamente,
desarrollan u na autoval uación p0si tiva. Los niños haen u n gran descubri miento
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Psicologla personalista de Aflport

La autoestimación está detrás de


muchos logros.

james B. Holland/Stock, Bostar.

cuando aprenpen a decir no; encuentran un medio para afirmar su ego. Los
premios y cast;igos quizá no puedan modificar este com portamiento, porq ue la
necesidad de hacer valer su ego ahora supera l a consideración de las consecuen-
cias. Así, aun .cuando se halague y premie consta ntemente al ni ño por ciertos
com portamientos y se le critique y castigue por otros, puede persisti r en su línea de
actividad, sin im portarle lo que hagan los padres o los maestros. Este pu nto es
basta nte importa nte en la ed ucación de los ni ños y frecuente!Jlente se ha pasado
por alto.

'4, AUTOEXTENSION

'Entre las edades de cuatro y seis años, son promi nentes otras dos dime nsiones de
la experiencia propia o autoex periencia: la autoextensión y la autoi m gen (All-
port, 1961). La autoextensión es aq uello que'la persona valora. Para las pe.i:sonas
sanas, abarca u na amplia gama de objetos y gen te y su :alcance generalmente
aumenta con la edad. U na d.e las ma nifestaciones más tem pranas de la autoexten-
sión es la propiedad ; n ni ño puede aprender pron to, a través de experiencias
dolorosas, lo qpe es suyo y lo q ue pe rtenece a sus pad.res. Si hay varios hijos en la
familia, ta m bién debe apren der q ue no puede disponer de todos los juguetes,
porq ue algu nos pertenecen a u n herma no o u na herma na. Con la edad , los
in tereses del r;ii ño se am plí.n para inclui r u n equi po d e fútol, u na iglesia, el
bienesta r de su ciudad y país'. De hecho, nos revela m ucho acerca de u na persona el
conoci m iento de su autoextensión : como All port señala, "La persona es lo que
ama" (A ll port, 196 1, pág. 122). La pe rsona tiene u n sentido de a u toextensión
cua ndo tiene el .sentido de propiedad , las cosas que pertenecen o son im porta n tes
pa ra el yo.
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5. AUTOIMAGEN

La autoimagen se refiere a la imagen de la personalidad total, que incluye el yo


corporal y el sentido de iden tidad . Someramente puede toma rse como nuestra
propia conce pción del yo. A este respecto difiere de la propia identidad , que se
refiere exclusivamente al yo o ego. Sin embargo, como la propia identidad, la
autoimagen es en gran parte el prod ucto de los papeles que se le han asignado al
ni ño. Si es peq ueño o.débil, puede ser tratado como u n inválido. Grad ual mente
esto forma rá u na autoimagen que corresponda a las expectativas de quienes el
niño consid era importa ntes: empezará a ·pensr de sí mismo como física mente
inadecuado y cks_valido. Algu nas veces es inevi table la formación de u na autoima-
gen d esfavot¡:i, ble, si el niño con imped imentos físicos percibe las diferencias entre
·él y sus cond iscípulos. Otros niños por supuesto, pueden tratarlo con desprecio y
rechazo y d ebido a que no puede competi r al mismo nivel, también afectará la
· autoimagen del niño. ··
En la misma forma que otros aspectos del yo, la autoimagen es u n proceso que
evoluciona lentamente. Primero es vago y mal definido, al carecer de los elemen-
tos de lo que uno desea o debería ser -ningu na noción de u n yo perfeccionado.
Pero conforme la conciencia se convierte en u na ca racterística predomi nante deia
personalidad: y conforme el niño empieza a adqui rir la capacid ad de proyectarse
hacia el futuro, la autoi magen se amplía a inclui r no soamen te una imagen
aproxi mada al yo real, sino ta mbién imágenes d e los yos potenciales. Puede haber
u na fall a en el desarrollo de estos aspectos del yo. La persona puede tener
solamente nociones vagas de lo que es, quiere ser, o debería ser y, como resultado,
su orientación hacia la vida puede carecer de dirección. El crecimiento de u na
persona será limi tado, ya que nadie puede cambiar a menos que tenga como meta
algu na au toimagen ideal. Como veremos al discutir la conciencia de "debo" contra
el "debiera" el fracaso en el desa rrollo de la au toimagen puede resul ta r en u na
prolongación de la concie ncia de la ni ñez hasta la edad adulta.

6. EL YO COMO AGENTE QUE AFRONTA LA VIDA EN FORMA RACIONAL

Entre las edades 9-e los seis y los doce años, los ni ños se dan cuenta de sus crecientes
poderes intelect uales. Em.pieia n a saber y sentjr que pu.eden resol ve problemas y
que algu nos niños los superan en esto. En la escuela, na tu ralmen te, sus esfuerzos
en ciertas tareas intelectuales son premiarl os o castigados, y este factor ayuda a
po ner de relieve su creciente percepció n del ego comp u na agencia activa pa ra la
solución de problemas. Dura nte este periodo, la critura se sien te atraída por
juegos de palabras, rom pecabezas, claves y ad ivina nias. En sus relaciones fuera
del hogar con ot ros ni ños de su edad, hay u na conti nua com petencia de ha bilida-
des, incluso las i ntelectuales.
Dos te.ndencias que a men udo compite n entre sí están activadas d ura nte este
periodo; el ni ño necesita probar y con firma r su ego, pero también apoyo prove-
nien te de la con formidad . Es u n periodo moralista y legalista , en el cual las reglas
adquieren u n poder sagrado sobre el niño (All port, 1961 ). Debe notarse que la
propia identidad es u!l conoci mie nto del yo cu111.o u n objeto experi me n ta dc,
mient ras cju e u n sentido del yo como quierl afron ta la vida en forma raciona l es la
experie nci a del yo como u n agente activo. El conoci miento del yo en este sentido es
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Psicología personalista de Allport

u na au toex pe rie ncia significati va, que puede con trui bui r, según las circu nsta n-
cias, a l enriqueci mien to o el em pobreci miento del yo.

7. LUCHAS PROPIAS

Al observa r el pesa rrollo de la edad d e 12 años en adela n te n os encon tra mos desde
luego el segu ndo periodo de mayor ca mbio, la adolesce ncia. Du ra nte este lapso
emerge u na n ueva d imensión de la autoexperiencia , la proyecció n de metas y
objeti vos a largo plazo. All port (1961) lla ma a este aspecto del yo la lucha pro pia, u n
térmi no que ·usa pa ra·i ndica r que todos los aspectos del y9 están env uel.tq en el
proceso de la lucha por lograr metas, el yo corporal, l ·popia . ide ntidad , la
autoextensión, la au toi mag n y el yo como el que afronta la vida en forma racional.
Con forme el ind ivid uo.llega. a la c;ondición de ad.ulto, debe hace rse cargo cada vez
, más de sus propios asu ntos. Se hace res ponsable a la persona por la elección de su
vocación, elegir u na .pareja para el mat ri monio y , en gene ral, por trazar u n pla n de
vida. Con el fin de hacer esto, la persona debe considerar el futu ro y trata r de
f\jarse metas en la ba::.e de potencialidades, in tereses, y facilidades dispo nibles en la
actu alidad. El cuad ro 8-1 ilust ra el sentido de evolució n del yo.

LA CONCIENCIA DEL DEBER CONTRA EL HABER DE

U n aspecto signi ficativo del funciona miento propio es el creci mie nto y la ope ra-
ción de la conciencia. Puede considera r:;e a la concie ncia como u n ind icador
i nter no del bien y el mal en la cond ucta que se- hace activo cua ndo el com porta-
mie n to viola las normas o valores acepados. Los valores y las normas pueden ser
impuestos por otros e im ponerse med ia nte castigos o premios, o pueden origi-
na rse del yo desa rrollado. La conciencia q ue está formada con 'base a u n código
externo es denomi nado por All port como la concie ncia .del "deber", en ta nto· que
la que resulta de u n pro prio total mente d sa.rrollado es.' la concie ncia del "haber
de". Al crecer, el niño está pri mero controlado en gra n pa rte por autorida des
externas, que ti enen el poder de castigar y premia r su com porta miénto. Estas
. a utoridades dete rmi na n las normas que un ni ño debe cu m plir. El temor del niño
al rechazo y el casti go lo h ace obedece r. Conforme se hace n cargo de sus propias
vidas, es decir, confo rme se desa rrolla el p ropri u m y apa recen las luchas propias,
em pieza n a establecer sus propias normas. Form ulan lo que All port llama u n
"estilo preferido de vida", que tie ne gra n infl uencia en sus metas y sus pla nes. La
conciencia es en tonces u n asu nto de éxi to o fracaso en la satisfación de las metas.
Los ni ños hacen m uchas cosas, po rq ue satisface n sus am biciones y la autoi mage n,
y tam bién evita n hace r ciertas cosas porque los d istraen d e sus objetivos. Cuando
se equ i voca n, se sien ten cu l pables. Toda vía hay "debes" además de "haber de",
pero ahora se han con vertido en asu n tos de consideració n raiona l: "Debo i r a
clase en l ugar de dormi r, si deseo ser abogado o m édico" por ejem plo. Las
consecuencias anticipadas, y no el miedo, dete rmi na n el com portamiento: el
tanq1e de com pustible debe llena rse o las consecue ncias serán molestas.
El que la gente pe rma nece al niv el de la conciencia de "deber'', do mi nada y
cont rolada por el miedo, o alca nza el ni vel de la conciencia del "haber de",
moti vada por objetivos a la rgo plazo y el estilo preferido de vida, depende de la
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Cuadro 8·1

Auto experiencia Edad Caracterfsticas d identificación

1. Yo corporal Desde los 18 meses Sentido del yo "corporal"


Configuración de las sensaciones corpo-
rales
No experimentadas normalmente
2. Propia identidad Desde los dieciocho me- Percepción de continuidad; igualdad inte-
ses rior
Igual al núcleo de la personalidad
El "yo", ego
3. Amor propio Desde los dos o tres años Equiparado con el orgullo, amor de sí
mismo ·
Capaz de t a autoevat uación
Influencia básica en el estilo de vida
Manifestad o por el negativismo, el
egoísmo ,,,
4. Autoextensión De lós cuatro alos ;séis Sentimiento de propiedad, pósesión '
años Se expande con la edad
Igualar "mi" y "mío"
·5. Autoimagen De seis a 12 años Forma temprana: .
Concepción de la persona total
Concepción de nuestro yo ·
Forma madura:
Los yos potenciales: Lo que uno desea
ser
.Lo que uno de-
biera ser
6. Enfrentar racional-. De seis a 12.añ.os Sentimiento del yo como el que ejecuta y
mente que resuelve problemas
Sometir'niento a reglas y reglamentos ex-
ternos
7. Lucha propia Desde los 12 años Proyección de metas estables y objetivos a
largo plazo ·
Comienzo de la conciencia del "debiera"
Formulación de yalores personales

nat uraleza de su propio desarrollo el cual, a su vez, depende de m uchas cond icio-
nes. No existe u n cambio autómatico de la conciencia del "deber", a la de "haber
de" y m uchas personas no salen de la conciencia in fantil del "deber" y n u nca
.:: \.--
disfrutan de los beneficios que confiere la conciencia del "haber de" ( Koh lberg,
I 969). Si la conciencia del "haber de" fu nciona bien, nos advierte 'como u n a migo,
antes de castigarnos como u n juez. ·
Pa ra resu mi r: Allport considera al yo como u n aspecto com pleto de la persona-
lidad, que evoluciona grad ual mente y ejerce cada vez ma yor in fluencia en n uest ra
cond ucta. Si se ha desa rrollado normalmente en el adulto, es la fuente principal
interna o subjetiva del com portamiento. General men te no se experi men ta, a
me nos que algo ande mal. Sin embargo, u n solo acto puede com prender todas las
diversas autoexperiencias. En circunsta ncias especiales, como estrés mental o
su fri mien to físico, se experi men ta el yo en forma m uy aguda. All port enfatiza este
pu nto med ia nte . u n ejem plo:
A u n r ua ndo los sil'tl' aspenos cid propri u m no pa rercn c\'ol u riona r en cta pas
suresi,·as ele la ,·ida. no deseo i m pl ira r que f u nciona n sepa rada men te. En n u est ra
l'X pe riencia d ia ria pu ecle;1 coexist i r ,·a1·i os o au n todos los aspenos. Supon ga q ue
usted se en frenta a u n exa men clilkil y ckrisi\'I>. Sin duela. se ha pncataelo ele u n
au mento en sus pu lsaciom·s y ele ma ri posas e n el est<'> mago ( yo ror poral ); ta mbién del
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Psicología personalista de Allport

signi ficado del examen en términos de su pasado y fu t u ro ( propia ide ntidad); de su


com promiso de orgu llo (amor propio); de lo que el éxito o el fracaso puede signi fica r
pa ra su familia (autoexte nsión); de sus espera nzas y aspi raciones (au toi magen); de su
papel como qu ien resuelve los problemas del exa men (agente raciona l); y la im por-
ta ncia de toda la situación pa ra sus metas a largo plazo (l ue::has pnipias). Las fu nciones
propias sOn los cimientos de la congruencia en la. persona lidad· -contri bu yen a
actitudes estables, intenciones y eva l uaciones ( A'.ll port, 1961. pá g. 137). '

Puntos de vista de Allport sobre el desarrollo de la personalidad

Allport acepta los conce ptos conve ncionales de desa rrollo y de pri ncipios como la
herencia, la psiq ue, el tem peramento y la inteligencia. Considera éstos los pu ntales
de la personalidad. Una vez que alca nza n su condición mad u ra, perma necen
como consta ntes de la personalidad du r;rnte toda la vida. También acepta la
mad u ración como u n factor contin uado: a. consecue ncia de la actividad de creci-
..miento, ocurren muchos cam bios que no son dependie ntes, excepto en forma de
apoyo, de las fuerzas ambientales. Ahora considerare mos algu nos de los singu la-
res pri nci pios de Allport sobre el desarrollo: pri ncipios de apre ndizaje, inte ncio-
nes, autonomía funcio nal y disposiciones personales.

APRENDIZAJE COGNOSCITIVO Y PERSONAL CONTRA EL CONDICIONAMIENTO

All port describe tres tipos de apre ndizaje: condiciona mie nto, aprendizaje cognos-
citivo y aprendizaje personal. El condiciona mientoim plica u na u nión au tomática
del estím ulo o el com portamiento a las consecuencias. Se aplica a los seres h u ma-
nos en u n grado mucho menor q ue el aprendizaje cognosci tivo y perso nal. El
aprendizaje cognosciti vo entra ña las operaciones de saber. Incluye el procesa-
miento de· infor mación, la compre nsión de las causas y de las relacio nes y la
formación de estructl!ras cognoscitivas. La capacidad para usar procesos cognos-
citivos empieza tem pr;mame nte en el desarrollo de la personalidad y crece pronto
con la edad. El aprendizaje personal es el que se deriva de funcio nes pro pias e
.jmplica un enfoque deliberado de la ate nción. Cua ndo deci mos que el ?-f> re ndizaje
es de importa ncia para la pers:ma, es aprendizaje perso nal, por ejemplo; apre nder
a montar en bicicleta, tocar ·el 'piano. o bolear. Au n cu0:ndo el aprend izaje es
relativamente automático lo mis mo que el condicio'na miento, las operaciones
cognoscitivas puede nju gar u n pa pel, como cua ndo desviamos nuest ra atenció n de
u na esce na dolorosa.
i

Tempra na mente en la vida, los conju ntos cognoscitivos y perceptuales (predis-


posiciones pa ra percibir o res ponder en cierta forma) se forma n para desempeñar ·
u n pa pel im porta nte en las perspectivas infantiles del mundo. Cua ndo se llega a la
edad ad ulta, los conju ntos pnceptuales y cognoscitivos se convierten en te nde n-
cias determi nantes q ue intervienen entre el ambien te y las reaciones personales al
mismo. El niño puede desarrollar precozme nte u n pu nto de vista pesi mista, al
interpretarlo todo a la l uz de este conju nto general. Si arreglamos las situaciones
para promover el aprendizaje de pri ncipios de salud me ntal a través del conocí-
' De Pallrrn anrl Growlh in Pt'r.rnnalily , por Gordon W. All port. Copyright 1937, (() 1961 por Holt,
Ri nehart a nd Wi nston, [ ne:. C<ipy righ t renovado I 96S por Gordon W. Ali port. Reim preso con per miso
de Holt, Rineha rt a nd Wi nston, CBS Collegc Pu bli h i ng.
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miento, pod ríamos descubrir que el niño todavía responde primero con base en
este conju n to pesimista. La promesa materna de un premio realmente tentador
puede fracasar en promover el aprend izaje del hijo, porq ue el niño tiene ya un
conju nto cognoscitivo de esperar que su madre no cum pla lo prometido. Por
tanto, no recurre el aprend izaje que pred icen los teóricos del reforzamiento,
porq ue el conju n to cognosciti vo puede alterar de tal ma nera Ja nat u raleza del
reforzamiento que ya no funciona para el individ uo.
La perspicacia es otro proceso cognoscitivo que desem peña un pa pel cada vez
mayor en el desa rrollo del niño. La perspicacia cognoscitiva es la formación de u na
representación conceptual de un even to. El niño que crece i ntenta conocer u
obtener algún significado de los sucesos a su alred edor. All port cita el caso de la
niña de tres años de edad a quien su mad re sorprend ió abriendo la llave del gas de
la estufa. La mad re le d io a la niña una ligera palmada en la ma no al decir, "No, no
d bes hacer eso". De acuerdo con los princi pios del condicionamiento, la vista de la
estufa en lo ad elante debería ser u na condición suficie nte para qúe la niña la evite.
Sí ocurre u n estím ulo neutral al mismo tiem po que el estímulo doloroso, entonces
el neutral adquiere algu nas·de las propiedades del es.tímulo doloroso. Así, el dolor
n este caso debería transferirse al estím ulo neutral, la vista de la estufa, que
origi nalmente atrajo a la pequeña. Al día siguiente, sin embargo, la mad re nueva-
mente observó que la criatura jugaba con la llave del gas. Cuando se acercó a su
hija, la niñita extendió la ma no para recibir u na palmada. Apare ntemente, había
u nido u na secue ncia de eventos: estaba estructura ndo en forma cognoscitiva la
información que recibía en lu gar de si m plemente responder en forma mecá nica,
como se especifica según los princi pids de condicionamiento. En vez de ser u na
recept9ra pasiva de las circu nsta ncias, organizaba activamente las im presiones que
recibía. Gene ral mente, esta activid ad aumenta con la edad. En forma contin ua
conocemos nuestro mu ndo en u n marco de referencia subjeti vo.
Tres orientaciones básicas caracterizan el progreso del ind ivid uo de la niñez a la
edad a.d ulta, segú n cree All port (1955). Al principio, los niños son casi totalme nte
depend ientes de su ambiente; después, en forma grad ual conforme mad u ran sus
capacidades psicológicas y tiene lugar mucho aprendizaje, crecen en autonomía e
independ ncia. Finalmente, habiendo llegado a la edad ad ulta, se hacen respon-
sables de .sus propias vipas. Estos cambios se caracterizan por u n aume nto de las
actividades cognosciti va·s, como la perspicac.i;;i..

. . . INTENqo"N:Es·.CONTRA IMPµLSOS

Algu nas de las ideas pri nci pales de Allport provienen de su uso del término
intención para significar moti vación, que en general es consciente, contemporá-
nea, mezclada con cognición y orientada hacia el futuro. Para Allport, la intención
es aproximadamente sinónimo de interés. "La intención es u na forma de moti va-
ción demasiado descuidada, pero u na de im porta ncia pri mord ial para el enten-
dimiento de la personalidad. Hace posible superar el motivo y el pensamiento en
oposición. Como todos los motivos, la in tención se refiere a lo que el ind ividuo
i n tenta hacer. Efectivamen te, hay intenciones inmediatas y a corto plazo (ir por u n
vaso con agua, espantar una mosca, satisfacer cualquier impu lso); pero el térmi no
tiene valor particular al señalar las disposiciones a largo..plazo en la personalidad"
(All port, l 961, pág. 223).
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Psicología persona lista de Allport

All port mantiene que el conoci miento de las interacciones de u na persona


proporciona u na perspicacia que no ofrecen otros aspectos de la personalidad.
Podemos conocer las aptitudes de u na persona, pero sin conocer sus intenciones
no tenemos la forma de saber cuáles de esas aptitudes desarrollará la persona.
Debido a que nadie emplea y perfecciona todas sus potencialidades (algu nas goza n
de preferencia sobre otras), no podemos saber cuáles son propias y cuáles no lo son
al conocer simplemente las apti tudes. Por tanto, algu nos psicológos como Henry
Mu rray ( 1938) han tratado de enfocar la personalidad a través de la motivación de
las necesidades: si conocemos las necesidades básicas, podemos entender y prede-
cir el com portamiento. Otros, rechazando la orientación futu ra de la teoría de la
intención en favor de u na teoría que remarca la influencia. del pasado en el
presen te, han tratado de red ucir toda motivación, tanto en el niño como en el
adulto, a impulsos psicológicos básicos.
Sin embargo, las necesidades, como las ha bilidades, frecuenemente están u-
. bordi nad_as a las inte nciones. Un estudiante puede tener u na gran necesidad _de
_ casarse, pero si también tiene la intención de terminar sus estudios u niversitarios,
la intención vencerá a la necesidad. Se podría decir que la intención es equivalente
a la necesidad, pero Allport no está de acuerdo porque cree que la intención
incluye elementos de lucha tanto cognoscitivos como conativos. También encuen-
tra la teoría de impulsos u nilateral y con demasiado énfasis en la reducción de
tensiones. En los seres huma nos, cuando se satisface. un i rnpulso·fisiológico, lo
intereses empiezan a domi nar la escena. Después de un dí de .trabajo, lá gente
come y desca nsa u n rato, pero más tarde empieza a buscár· algo que hacer.
Consideremos la curiosidad. y el dseo de jugar: éstos no sacian. Podemos verlo
aun en el juego de los niños: s.i pierden interés en.u n juguete, no dejan de jugar;
busca n otro juguete. La psicológia de impu lsos y el énfasis en las necesidades
básicas resaltan las tendencias para conservar, adaptar o enfrentarse a las tensio-
nes; pero pasan por alto la actividad espontánea, el creci miento y un alcance más
amplio, m uy característicos del com portamiento normal ta nto del niño como del
adulto. La persona enferma o inmad ura puede dejarse llevar por sus impulsos
atrapada en excesos de come r, beber y de acti vidad sexual, pero la persona nor mal
y mad ura pone esto en su lugar y hace mucho más. La motivación por impulsos es
· i •
r sponsble de lo esencial en los seres h umanos, pero no de las actividades
hu ma nas más típicas. Un individuo que crece gradualmente hacia la aceptación de
las responsabilidades del matri monio y de la familia difícilmen'te estaría satisfa-
ciendo u n impulso básico y fisiológico o cualq uier motivo remotamente asociado
con los impulsos.

AUTONOMIA FUNCIONAL
' .
Allport dice: ''La autonomía funcional considera a los motivos ad ultos como
sistemas variados; de automa n tenimiento y contem porá neos, qi'.ie provienen de
sistemas de antecedentes, pero funcionalmente independiente de ellos" (Allport,
1961, Pág. 227). El pri ncipio de la autonomía funcional sostiene que u na acti vidad
es moti vacional en su propio derecho: no se origi na de otro motivo que de sí
mismo. El músico se dedica a su arte porque le agrada hacerlo: incluso acepta u na
red ucción de salario para ocupar u n puesto donde pueda tocar su instru me nto. El
músico puede tdbajar por dinero debido a necesidad , pero el motivo pri ncipa l es
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Gordon W. Allport

la m úsica, porq ue esta es la activid ad que encuentra automa nteni miento y moti va-
cional por derecho propio. Un corredor de bolsa puede conti nuar invirtiendo,
au n cuando te nga lo suficiente para retirarse.
La au tono mía funcional puede con trastarse con la subli mación. U n com porta-
mie nto subli mado puede haberse origi nado y tra zado a u n motivo i naceptable y
representa u na salida disfrazada pa ra ese moti vo. El ni ño sádico, q ue disfru ta
tortu ra ndo insec'tos, puede encontrar u na salida su blimada en la d isección de
ani males d u ra nte su capaci tación preparatoria para el estud io de la med icina. La
ded icación a la carre ra de cirujano tam bi én puede explicarse como u na subli ma-
ción de necesi dades sádicas. Allport no niega el meca nismo de la subli mación,
pero arguye contra el pu nto de vista de que todos los motivos y comporta mientos
del ad u lto son subli maciones. El cirujano ded icad o qui zá está satisfaciendo u na
autoima gen que i nclu ye el papel central d e h u ma nita rio que cura y deriva satisfac-
ción media nte el ejercicio de sus habilidades y la aplicación d e sus·conoci mientos.
No está desarrolla ndo necesidades i nfantiles, sino más bien ha d i'señado u n estilo
de vida que se expresa en pa rte en su labor como ciruja no. Eri otras palabras, su
motivación es fu ncionalmente autónoma, es decir, indepe ndiente del pasado.
El principio de la autonomía funcional tam bién mantiene que u na actividad que
está al servicio de u n moti vo puede por sí convertirse en motivacional. Lo q ue
empieza como u na actividad desarrollada por necesi dad puede llegar a ser ade-
cuad a en la esfera p ropia y, por tanto, converti rse en u n poderoso moti vo au tó-
nomo. U n hombre pued.e trabajar mucho por dinero y cuando tiene más que el
sufici ente para reti ra rse; tal vez conti núa t r.a.bajando por otros motivos como
sentirse úti l, gozar de presti gio, tener com pa ñfa o porq ue le disgusta perma necer
en casa. A firi d ser autón omo, el moti vo para trabajar no tiene que ser suped itado
·· a ni ngú otro:. motiv.o. El ·om bre t rabaja porqu disfruta de su trabajo. E n
realidad, cualq uier com portami.ento en ·particular es el rsultado de la mezcla de
muchos motivos, algu nos d e los cuales pueden ser autónomos en d istintos grados.
Natu ral mente, algu nos de los motivos originales tam bién pueden ma ntenerse
activos en el patrón total que opera en cualq uier momento.
Supongamos que le pregu ntáramos al hom bre del ejemplo anterior, "¿Por qu é
continúa tra bajando cuando tiene el suficiente d inero para reti rarse cómoda-
·º ';'.-·.
mente " y replica, "Porq ue me gusta trabaja r". Allport d i ría q ue este moti vo pa ra
trabajar es funcional mente au tónomo o de au tomanteni mien to. Pero como psicó-
logo, tambi én desearía llevar su análisis más allá de la explicación su perficial que
d io el hom bre y le pregu nta ría: "¿Por qu é le gusta hacerlo? ¿ Cómo fue q ue llegó a
gustarle?" Piensa que debería mos tratar de relacionar. el motivo al resto de la
personalidad, a la historia de la persona y al propri u m, q ue es el princi pio
explicatorio pa ra los motivos autónomos. Los pri nci pales motivos autónomos
ÍU P.cionales, como las intenciones, pued en ser explicados en tér mi nos de nuest ro
estilo de vida, que están constit uidos de la autoi mage n, luchas propias, autoexte n-
siones, conciencia ad ulta, tem peramento y demás. Debe hacerse nota r que el estilo
de vida puede ser ya sea u n conti n uo revivi r del pasado o puede tener la condición
de ad ulto mad u ro. Dent ro d e la personalidad desarrollada , incl uyendo el pro-
pri u m desa rrollado, está la explicación de los pri nci pales motivos au tónomos
funci onales.
Se recordará que con el d esa rrollo del propri u m el cuadro motivacional ca mbia.
Au n euando el·proceso.ocu.rre grad ualmente, el cambio en la moti vación es m uy
nota ble. All port nos ofrece u na analogía pi ntoresca al t ra ta r este pu n to. U n barco
296
Psicologfa personalista de A/lport

encalló en el fango y puede ser leva n tado grad ual mente por la marea hasta quedar
a flote. El cambio que ocurre es impe rceptible, pero el resultado es com pletame nte
diferente del estado origi nal y de cada una de las etapas inte rmed ias. De forma
similar, el propri um evoluciona gradualmente, confor me crece el niño; desem-
peña u n pa pel pri nci p,al en su adaptación al ambiente. Si su desarrollo es normal,
llega a tener u na existencia y forma de funcionamiento autó nomas y se convierte
en la princi pal fuerza domi nadora d la personalidad. Muchos com portamientos
sirven ú nicamente al propnum. Podemos seguir el desar rollo de los motivos
autónomos funcionales repa!;ando el creci miento del proprium y los cambios en
las circu nstancias del- i ndivid tio, pero lo importa n te es que los motivos autó nomos
funcionales son independientes de motivos pasados. Allpor t ofrece algu nas ideas
pa ra explica r la nat u raleza de la autonomía funcional.

Utilizando el ni:vel de energía. Allport ( 1961) sugiere que la actividad relacionada


con los impulsos de hecho no consume la energía dis ponible para la mayoría de las .
perso nas y que la energía que flota libremente puede ser liberada en algu na clase
de comportamiento motivado. Cua do los impulsos son satisfechos eficiente-
mente, se dispone de más energía para los motivos autónomos funcionales. Las
funciones propias hacen t rabajar a esta energía, si el desarrollo h sido normal. La
búsq ueda de desarrollar competencia en conocimie ntos y habilidades no sola-
mente sirve a los impulsos, sino también ayuda a satisfacer a la autoimagen en
evolución.

Las habilidades frecuentemente se convierten en intereses. El ejercicio de las·


ha bilidades pueden lograr u n significado motivicional y sirvn de base para la
adquiición de intereses duraderos o intenciones a largo plazo. Aquí tenemos una
posible explicación para el pri nci pio de la autonomía funcional: una ha bilidad
desarrollada tiene su propia motivación. Los intereses, sin embargo, frecuente-
mente se forman alrededor de una habilidad o u n talento en particular. La
persona con talento m usical tiende a desarrollar un interés en tocar algú n instru-
me nto, en parte porque la ha bilidad le resulta fácil. Esta persona se deleita al
ejercer su habilidad y perfeccionarla, sin tener ningu na otra..razón aparent.e que el
placer que el acto le proporciona. También püede haber :Uü 'elemento de reto,
confor me el individuo trata de perfeccionar su habilidad· musicaL El uso de
.nuestros talentos puede ser u:a pasión im pera nte, en torno a la pial se·urga niza el
· estilo de vida tota.l (Crutchfield, 1973). Los científÍcos pueden dedicar wda su vida
a su trabajo y aun en su tiem po libre pueden dedicarse por entero a actividades
relacionadas a su interés domi nante. No todos tenemos habilidades o talentos que
se convierten en u na fuente de tales pasiones arrolladoras, pero todos poseemos
algunas habilidades capaces de converti rse en el pu nto central de n uest ros intere-
ses. Tenemo la tendencia de disfrutar de aquello que podemos hacer bien.

La autoimagen y el estilo de \'ida son factores organizadores. La autoi magen en


evolución, que es, otro componente significativo del proprium, señala las pri nci pa-
les direcciones del desarrollo y es autónoma funcionalmente en la edad adulta.
All port en forma sucinta resume varios aspectos claves de la autonomía funcio-
nal en el siguiente pasaje:

El pri nci pio de la a utonomía funcional man tiene: 1) q ue . . . los motivos son conte m-
porá neos, que cualesq uiera que sean los impulsos deben impu lsar ahora; que el
297
Gordon W. Allport

"adelan te" de u n motivo no está atad o fu ncionalmen te a los oríge nes históricos o a
metas tempra nas sino a las metas actuales ú n ica men te; 2) que el carácter de los
motivos se altera ta n rad ica lmen te de la infancia a la mad u rez que podem os habla r de
motivos adultos como su plantadores de los moti vos de in fancia; 3) q ue la mad u rez ele
la: personalidad se mide según el grado de au tonomía funcional logrado por sus
motivos; aun cuando en cada persona lidad exista n ciertos rasgos a rcaicos (infa ntil is-
m os, regresiones, respuestas reflejo), el individ uo cu ltivado y sociable m uest ra mad u-
rez al grado al q ue ha superado las formas te m pra nas de motivación; 4) q ue el cu rso
difere ncia el aprendizaje (reflejand o aú n más u na, influencia am bien tal mús di\'ersifi-
cada ) actua ndo sobre tem pera men tos y habilid ades divergen tes, crea motirns ind iYi-
dua lizad os. La estructura diná mica de cada persona lidad es ún ica, au n cuando
pueden prod ucir ciertas semejanzas las similitudes debidas a especie, cultu ra, etapas
de desarrollo y clima (1940, pág. 545). 2

.·.,;_•

Rasgos: Unidades básicas en la personalidad

. . .RASGoS COMÜNES. CONTRA: CARACTER PERSONAL

Se ha identificado u n gra n nú mero de rasgos con los cuales m uchas personas


pueden compararse, por ejem plo, el nivel de aspiración, grado de neu rosis y la
introversió n-extroversión. Por ejem plo, pod ríamos medi r por medio de u na
prueba estandarizada lo bien que se compara una persona en pa rticular con ot ras
personas que tie nen estos mismos rasgos u otros similares, dando a esa persona
u na califiq1.ción en percentil que revela su lugar respecto de su desempeño en
relación a u n gran n ú mero de personas ta mbién sometidas a la misma prueba.
Tales posiciones pueden ser bastan te útiles al conseje ro: u n perfil de rasgos de la
personalidad puede usarse para aconseja r a u n estudia nte que abando ne la
medicina, porque su patrón de rasgos difiere bastante del de los médicos típicos.
Sin embargo, los rasgos como existen en el individ uo son basta nte complejos,
porq ue abarcan u na gran variedad de com portamientos distintos y son activados
por u na amplia gama de estím ulos diferentes. Ni la gama de com portamientos,
que son la expresión de los rasgos individ uales, ni la gama de estím ulos, que
activa n la disposición central, se revela por el nombre del rasgo·ni por la posición
expresada en percentil que u na persona ocu pa en una dimenión de rasgos en
particular. En otras palabras, conocer la calificación en percentiLde u na persona
en u m.dimensión de rasgos corr.u nes es solamente u n coienzo aproxi mado en la
labor de entender la nat u raleza del rasgo como existe en el individ uo. Así tam bién ,
cada rasgo interact úa con todos los demás rasgos del mismo individ uo y es alterado
por ese hecho ..Por·eje pl , supongamos que Ma ry <;ae en el perce nti l 80 en u na
prueba de dominio; podríamos concluir que Mary es bastante domi nante, en
comparación con otras personas de su edad. Suponga mos que en la misma prueba
Jean también tiene una calificación en el percentil 80; podría mos estar te ntados a
interpretar su calificación como idéntica a la de Mary y considerarla al mismo nivel
de dominación. Pero esa i nterpretación es errónea porq ue la domi nación de Mary
puede no ser expresada en la misma forma que la de.Jean o ésta puede no ejercerla
en las mismas situaciones. Las cualidades de dominación de Mary, como las de
Jean, interactúan con todos los demás factores de su personalidad. La dominación
no es expresada de la misma forma por la persona. introverti da que por la

2
"Motivation in Personality: A reply to Mr. Bertocci", P.1ytlwlogirn1 Rn•Ú'TI'.
298
Psicologf a personalista de Allport

- ·

izquierda e Frcstie 1981/Wc.odfin Camp and Associates; derecha jelill-Claude Lejeuna/Stock, Boston

Los rasgos determinan nuestras percepciones y comportamientos.

extrovertida, por la persona m uy in teligente que por la ret rasad a men tal, por el
ególatra que por el que se odia a sí mismo. Un número de calificaciones de rasgos
en el perfil de prueba no puede rep resenta r fielmente la configuración ú nica de
las cualidades q ue consti tuyen el individ uo. All port (1961) cree que esta "indivi- .
dualidad modelo" puede enfocarse mejor ltravés de rasgos individ uales, los q ue,
en su form u lación posterior, denomi na carácte r pe rsonal.
M ucho de lo que se ha dicho sobre los rasgos comu nes tam bi én es aplica ble al
carácter personal porq ue, después de todo, los rasgos com u nes son apro.ximacio-
nes de los rasgos individ uales. Dos personas p ueden ser de la misma estatu ra, pero
tienen natu ralezas m u y difere ntes. All port define al ca rácter personal como "una
estruct ura neu ropsíq u ica generalizada y pecu liar a cada individ uo y con la capaci-
dad de prod ucir muchos estím u los funcional mente equivalen tes e iniciar formas
unifor mes o eq uivalentes de com por tamie ntos de adaptación o de estilo" ( 1961,
pág. 373). ., ..
· Por "formas equivalentes de com portamiento" Ali púrt i ndica ·1as; varias for-
mas de expresar la tendencia central. Supóngase que cierta chic es Conside rada
"maternal" por sus amigos. Habría n identi ficado este carácte r personal por com-
porta mie n tos específicos, porq ue se infiere u n rasgo mediante la repetición de
com portamientos que tienen el mismo significado. Podríamos verifica r la exis-
tencia del carácter observá ndola bajo u na variedad de ci rcunsta ncias, busca ndo
estas congruecias de comporta mi.e nto. A !a cica le enca nta alim ntar y cuidar de
animales peq ueñ.os; t rae.a casa a cualq uier perro o gato callejero que encue·ntra;
disfru ta de enviar mensajes deseando pronto alivio a los.enfúmós; le agrada ser la
an fitriona en las fiestas; goza de preparar los a limentos pa ra su fa milia. Si la
conociéramos m'ejor pod ríamos eºspecificar aún ás com portamientos asociados
con su ca rácter cent ral de maternidad y pod ríamos daF detalles más específicos de
la forma en que ella responde. El ejemplo de All port de u n hom bre que le tiene
fobia al com u nismo (fig. 8-1) demuest ra, además, la operación de formas equ iva-
lentes de com portamiento.
299
Gordon W. Al/ port

rusos escribir cartas de protesta


libros por Marx votar por la extrema derecha
vecinos negros· unirse a la KKK
vecinos judíos rFobia lanzar insultos
. . .6 !"' -
inm1gr.ac1. - al
uncomunismo,'
rasgo ::--_ criticar
.. a la ONU
iOtel.Otuale> · . // . comntarlos hostiles
organismos liberales / · "\ lanzar piedras
intentos de integración social amotinarse

Fig. 8-1. Generalidad de un rasgo. La gama de un rasgo se determina por la equivalencia del
estímulo que lo excita y la equivalencia de las respuestas que provoca.
Figura 24 de Pattern and Growth in Personslity, por Gordon W. Allport. Copyright 1937, © 1961 por Holt, Rlnehart
and Winston, lnc. Renovación de co 1965 por Gordon W. Allport. Reimpreso con permiso de Holt, Rinehart and
Winston, CBS College Publishing.

Un carácter personal puede ser ta n poderoso que pa rece tor narse activo espon-
táneamente, pero Allport re pudia esta idea: cree que siem pre existe un estím ulo
que lo aCtiva. Este puede ser difícil de identificar o,,porque la tendencia central es,
ta n poderosa y penetra nte, puede ser activado por estímulos míni mos o casi por
cualquier estímulo. La persona impulsada a hablar mucho puede responder en
numerosas situaciones con verborrea. Parece que cualquier cosa hará que co-
mience a hablar. Muchos síntomas neuróticos encajan en este cuadro; la persona
ma nifiesta el síntoma en una amplia gama de situaciones.
El carácter personal, entonces, tiene la ca pacidad de producir estímulos equiva-
lentes funcional me nte. Esto significa que muchos estímulos o situaciones son
capaces de activar el carácter en mayor o menor grado. Esta disposición perma-
nece en condición latente, hasta que lo activa la situación apropiada. En la misma
forma .en que i nquiri mos dentro de la amplia gama de .respuestas que expresa n u n
ca rácter, asi mismo podemos inquiri r acerca de la gama de estím ulos que son
equivalentes funcionalmente y tie ne el mismo significado para el individuo. Una
persona de carácter agresivo puede mostrar varias respuestas agresivas en una
variedad de situaciones como cuando u n desvalido recibe azotes';siem pre que la
persona deba tratar con una figura de autorida4, en cualq uier situación de
competencia o ante cualq uier extra ño. U nicamente el conocimiento com pleto de
la persona sacará a la luz las muchas situaciones que activa n esta tendencia
agresiva. Así podemos ver, desde el pu nto de vista de All port de un rasgo
individ ual, que una gran cantidad de información debe obtenerse para poder
reconocer el rasgo tal y como existe en el ind ividuo. Un solo adjetivo o nom bre es el
'princi pio solamente; debe haber información acerca de las varias respuestas que
expresa n el carácter; así como la gama de situaciones en las que se activa el
carácter. Además, un rasgo, en particular siempre se prese nta con otros y el
cuadro se com plica, según lo considera Allport.

Carácter personal contra hábitos. Allport (1961) ha sostenido el pu nto de vista


que el carácter personal es la u nidad estruct ural básica de la personalidad. El
enfoq ue popular estím ulo-respuesta es que el hábito, definido como una res-
puesta conmensura ble a un estímulo tam bién conmensurable, es una u nidad
irred ucible; los rasgos son categorías inventadas con el propósito de clasificar
300
Psicologla personalista de Allport

há bitos y ca recen de una verdadera existencia propia. El psicólogo S-R diría que
muchos hábi tos pueden tener simili tudes, pero que no obstan te son disti ntas. La
peq ueña Ma ry aprende a lavarse las ma nos y la cara tan pron to se levan ta por la
maña na y esto grad ualmente se convierte en u n hábito. Luego aprende a pei narse
y cepillarse el cabello, otro hábi to diferente. Aprende a cambia rse de ropa, u n
tercer hábito que gua rda cierta similitud con los otros dos. Allport cree que aun
cua ndo, du ra nte el proceso de aprendizaje, cada há bi to es al pri nci pio disti nto y
aparte, conforme la autoimagen y el estilo de vida empiezan a formarse, los
há bitos grad ualmente queda n inclu idos bajo u n carácter personal de lim pieza.
Conforme crece Ma ry, aun otros hábitos .será n integrados a este carácter central
de lim pieza: revisará que sus ropas es tén lim pias y ma n tend rá su habi tación y sus
cosas en orden. Nuevos hábi tos entrarán en la espera de carácter ya existente y su
personalidad adquirirá cada vez más estabilidad y u nidad al paso del tiem po. Por
lo ta nto, los rasgos son verdaderamente más descri ptivos de Mary que los há bitos
solos. · · · ·
Sin embargo pueden haber algu nas incongruencias:·Mary p.uede incli narse a la
limpieza personal, pero su abitación puede estar consta ntemente en desorden.
Allpor t ( 1966) ma n tien que n unca hay una congruencia total, aun en las mejores
vidas. Estas incongruencias debieran estudia rse, porq ue revelan mucho acerca del
desarrollo de u na persona. ¿Por qué Mary, siempre tan meticu losa respecto a su
persona, descuida su dormi torio? U na explicación de las incongrue ncias es que
existen caracter.es opuestos en la misma personalidad.
Consideremos otro ejemplo de prioridad de los rasgos sobre los há bitos. Cierto
hombre tiene la inclinación ser cortés, la que se expresa, entre otras formas, en ser
b uen oyente. Du rante u na conversación, en lugar de decir algo, escucha cuidado-
samente y hace m uchas pregu n tas. Pero intuye que su interrogatorio le disgusta a
un amigo en particular, así que, cuando está con él, con trib uye más activamente
sus propias ideas. En consideración del carácter de agradar a otro, alte ra su hábito
· de escuchar y acer pregu ntas. No solame nte es ineficiente ia oncentración a l
nivel del hábito, tambi én puede despistar al obser vador a percíbir incongruencias
en el com porta miento donde no existe ni ngu na. Lo pri ncipal es ser cortés au n
cuando su comportamie nto sea mu y d iferente cu ando se altera en favor del
. a.migo. El rasgo im plica cuando mt:nos dos hábitos, pero general mente hay m u-
chos más de dos y se forman n ue vos hábi tos dentro del cuadra existente. del
carácter. ' i '' '

RASGOS SECUNDARIOS, CENTRALES Y CARDINALES

Los rasgos secundarios son u nidades de la ptnonalidad relati vamente específicos y


con u na gama li mi tada de estímulos y respuestas efectivas. Queda n en la peri feria
de la personalidad y son basta n te independientes de los demás rasgos. Como
ejem plo podemos citar la preferencia por helado de chocolate sobre el de vai nilla,
de la carne de res sobre el pollo, de los sandwiches sobre comidas com pletas, etc.
Tam bién las aversiones son rasgos típicamente secu ndarios. Hay cientos de rasgos
a isla dos de estas características. Pueden altera rse fácilmente, porq ue no son pro-
pios. Además, el conoci miento de ta les ra sgos no nos dice m ucho acerca de la
persona. Saber que John prefiere té en lugar de café no nos re vel a mucho respecto
a las fuerzas pri nci pa les en la vida de J ohn.
301
Gordon W. Allport

Los rasgos centrales son u nidades amplias de l a personalid ad , que influyen en


grandes segmen tos del com por ta mien to y son activados por u na amplia gama de
estím ulos. El conoci miento com pleto de u n rasgo central nos d ice m ucho, porq ue
abarca grai:i pa rte del com portamien to. En otras pala bras, saber algu nas cosas
acerca de u na persona (rasgos centrales) nos dice considera blemen te más res pecto
a otros aspectos de la personalid ad que el conoci miento de algu nas otras cosas
(rasgos secunda rios). Algu nos ejem plos de los ra sgos cen tra les son generosi dad ,
pulcritud , frugalid ad , pu nt ualidad y d iligencia. Si uno de ellos se hace domi na nte
en la personalidad , se convierte en u na rasgo cardinal. Un rasgo central, como la
amabilidad, ejerce influencia en gran parte del com portamiento de u na persona y,
por lo tanto, constituye u n com ponente significativo de la identidad de ésta.
El rasgo cardinal, en el sentido estricto, pa ra Allport, se aplica ú nicamente a u nas
cua n tas personas, porq ue debe ejercer una influencia tan penetr nte en la perso-
nalidad q ue afecta a todas las áreas princi pales del comportamiehto; por ejemplo,
chauvinista, maq uiavélico y dionisia no s0n térmi nos cuyos nom bres son deri-
vados de los de personajes nota bles que los ejem plificaron. Er ihdivid uo puede
identificarse de esa forma. Frecuentemente usamos el solo nom bre de u n rasgo
para describir a u na persona y éste puede ser tomado como su rasgo cardi nal.

ALGUNAS ADVERTENCIAS SOBRE LOS RASGOS

En resu men, u n rasgo nu nca se presenta solo; mt?-chos deter mi nantes siempre
están aC:tivos en forma simultánea. Los efectos de u:n rasgo frecuentemente pue-
den detectarse por incongruencias en el comporta miento. Gneralmente, pode-
mos identi ficar metas y propósitos i m porta n tes que revelan u n rasgo. Se necesita n
repetidas observaciones a fin de observar la congruencia prod ucida por u n rasgo.
Un rasgo en particular puede ser bloq ueado o inhibido por u n rasgo opuesto, pero
gene ralmente podemos descu brir las condiciones bajo las cuales cada u no es
domina nte.
Otra di ficulta d de los rasgos es que debemos depender en los com porta mien tos
evidentes pa ra hacer inferencias y n uestras observaciones pueden ser incorrectas.
Por ejemplo, u n hom bre puede parecernos a mistoso porq ue- clt- sim pa tiza mos,
pero su motivo verdadero es hacerse a gradable a nosotros para poder usarnos con
algún propósito. Aqu í se trata de u na in ferencia falsa; egoísmo y no amistad en el
rasgo verdadero. ·
Otra dificultad estriba en q ue pod ríamos pensar que conocemos u n carácter
central cua ndo, en rea lidad , solame nte hemos identificado la expresión superfi-
cial del rasgo. Por ejemplo, podemos pensar que 11n amigo es frugal, cuando en
realidad sufre de u n rasgo de acaparamiento. La frugalidad es ú nicamente una
ma ni festación del rasgo de aca para mien to. La diferencia en este caso queda entre
el rasgo fenotípico, que es la manifestación de com portamien to de u n rasgo, y u n
rasgo genotípico, que es el carácter central mismo.

PUNTOS DE VISTA SOBRE LA ANORMALIDAD


Allport _no era u n tera peu ta practica nte y su teoría de la persona lidad no nos dice
mucho sobre la gran .variedad .de anormalidades posibles. Sí trata del com porta-
302
Psicología persona /ista de Al/ port

miento anormal en términos generales. Está de acuerdo con algu nas de las nociones
de Freud sobr la atrofia de la personalidad, como resultado de circunsta ncias
desagradables en la niñez. No se ad hiere a las etapas psicosexuales que describe
Freud, pero sí, enfatiza el pa pel de apoyo que los padres deben asumir en la
educación de lqs hijos. La atrofia de la personalidad puede presentarse debido a
deficiencias paternas, como el maltrato y descu ido de los niños, incongruencias en
establecer e im poner normas y dejar de servir como modelos ·apropiados. ·
All por t ta mbién da u n lugar al téori2.ar .a otras dos causas· pri nci pales de
anormalidad, estrés am biental y genes deficientes. Uno puede heredar estructu-
ras corporales y mecanismos del sistema nervioso que hagan vivi r en n uest ro
com plejo m u ndo el origen de gran frustración. El individ uo con im pedimentos
físicos o deficiencia mental y emocional tend rá gra ndes dificultades para en fren-
tarse a las demandas personales y del ambiente. Por otra parte, alguien que deba
enfrenta rse a situaciones de estrés excesivo tam bién puede sufrir atrofia o mal
'funcionamien to psicológico y físico. Una sobrecarga de estrés dificulta Jos recur-
sos de una persona ·para .hacer frente a las situaciones y adaptarse a 'ellas.

Funcionamiento apropiado contra el oportunista

All port contrasta el fu nciona miento oportunista con el funciona miento apro-
piado. El propri u m com pletamente desa rrollado incluye a tributos como una
autoi mage n en evolución, luchas propias, amor propio y saber enfrentarse a las
situaciones en forma racional. El individuo tiene una orientación de valores hacia
la vida con metas específicas, a cort•) y la rgo plazo, que le sirven de guía. Las
habilidades se usan para lograr las metas, que son determinadas por las intencio-
nes de la persona. Se ma ntiene la u nidad de J a personalidad mediante la vigorosa
operación del pro priu m. La conciencia del "debiera" tiene una influencia de
dirección y unificación en su papel como indicador de que un comporta miento sea
o no apropiado. La conciencia del "debiera" es u na fuerza motivadora importa nte
del propri u m. Dirige la cond ucta hacia la satisfacción de las luchas propias y la
propia imagen. ,
Vívi r en forma oporu nista significa para All port la preocu pación con Ja satisfa-
ción de im pulsos y placúes momentáneos. La personalidad enferllla o,afrofiada se
9cu pa com pulsiva mente con la satisfacción de los impulsos y la búsq ueda de
placeres. La persona sana se ocu pa de alcanza r el futuro que desea t rabaja ndo
hacia sus metas, en ta nto la p rsona oportunista está atada a .los req ueri mientos
actuales o volver a vivi r problem.as del pasado. La. vida opprtu nista .proviene del
poder de estíu los in media tos y de im pulsos apremia n tes. Sin u n propri u m
desarrollado Ja persona puede sufrir de una deficiencia de controles internos. Si Ja
persona funciona bajo el dominio de Ja conciencia del "debe", el creci mien to y el
fu nciona mient? de Ja personalidad están m uy restri ngidos. Toma ndo en cuenta
las m uchas formas en las qúe el yo puede dejar de desarrollarse, nos es posi ble
obtener u na idea de las m uchas formas en que uno puede ser anor mal.

Comparación entre las orientaciones neuróticas y normales


Allport es bastante específico acerca de las diferencias entre las orientaciones
neu róticas y anormales hacia la vida. Tiene la tendencia a considera r que la
303
Gordon W. Allport

difere ncia no es sola mente de grado, sino más bien de clase: nos enfrentamos a la
realidad o tratamos de negarla. Pod ría mos discutir la afir mación de que hay
grados de negación y circunstancias específicas que pueden hacer que una per-
sona n iegue más ·en un momento q ue en otro.
El pu nto d e vista de All por t de q ue lo nor mal y lo neu rótico son disconti nuos
parece con trario a n ues tras experiencias diarias. Obser vamos en otros y senti mos
en nosotros m ismos ca mbios notables del com portamiento que van a veces de u na
orien tación racio nal y realista a i nfi nidad de com por ta mien tos anor males, que
abarca n elespectro total de la psicopatología. También parece ser basta nte obvio
q ue las personas presenta n variaciones en el grado de salud men tal de la misma
forma que va rían en el grado de salud física y, sin emba rgo, All port sostiene
te nazmente la d iscon ti n uidad de lo normal y lo neurótico.
All port sostiene qu el prqceso básico de lo normal es bastan.t difere nte del
corq por}d ente a)o neuróti!= º· U na perso na que está típicamente orientada hacía
la realid ad puede tener u n mal día, du ra nte el cua l su com porta miento es de
inada ptación y se semeja al com portamiento habitual del neu rótico. Pero cuando
esta persona recu pera su equ ilibrio, v uel ve a fu ncionar adecu adame nte. El tras-
torno puede ser el resultado de estrés interno o externo. All port alega que hay
diferen tes grados de normalidad y d iferen tes formas d e neu rosis, pero qu e lo
nor ma l y lo neurótico son d isconti n uos pues sus procesos básicos son esencial-
men te d iferentes. Sus pu ntos de vista explica n algu nos asun tos que dividen las
personalid ades nor males de las neu róticas, pero no parece tomar en cuenta las
grandes variaciones y fluctuacion es d entro de ambas categorías de com por ta-
miento. Los casos ent re lo normal y lo a nor mal serían de d ifícil explicación
media n te el pu nto de vista de Allport.
Allport nos proporciona siete dimensiones en las cuales los nor males d ifieren de
los neu roticos.
1. . El neu rótico trata de evitar rá pida mente cualq uie r cosa que le prod uzca
pena o tensión mie ntras la persona nor mal generalme nte confronta los req uisitos
de las circu nsta ncias de la vida y' trabaja acti va men te ,para .satisfacer sus
necesidades. La realidad puede ser u n problema pa ra tocios, pero es espeCial
. ' mente d ifícil pa ra el neu rótico (Homey, 1950). ..
. . .2. Los neu róticos· general mente trata n de negaT sus dificultades, pero por lo
a
regu lar fracasa n, porq u e sus. problemas ·contin úa n 'plagándolos, men udo con
gra n fuerza. La persona nor mal puede desca rta r eficazmente ciertos asu ntos y no
pensar en ellos. La persona normal tiene u na idea basta n te buena sobre los
problemas que puede o no resol ver, en ta nto que el neu rótico no sabe disti ngu i r a
este respecto.
3. El neu rótico se ca racteriza por m uchas d ivisiones en su personalidad , ya que
varios segmentos no está n integrados apropiad amente bajo u n control adecuado.
Las me tas y los valo res pueden esta r en conflicto y com peti r las tendencias y los
rasgos opuestos. Las personas nor males se ca racteri za n por su i ntegración y
u nida d . Los diversos com ponentes de su personalidad trabajan en forma armo-
niosa . N o lucha n entre sí al hacer las cosas.
4. Los neu róticos no solamente tratan de enga ñar a los demás acerca de su
verdadera natu raleza, sino de hecho tam bién se engaña n a sí mismos. Con res-
¡:>ecto a la moti vación , m uestra n falta de pers picacia. La gente normal conoce
bastan te bien sus moti vaciones y metas y se da cuenta de sus limitaciones y
posi bilidades. Estas cualidad es se u nen bajo el tér mi no de p prspicacia.
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Psicologla personalista de AllpÓrt

5. Los neu róticos se caracteriza n por u na atrofia en el creci mie nto de su


personalidad. Sus emociones:pu'eden ener m;1a calidad pri mi tiva y sus motivos
suelen ser pueriles. U n niño puede mostrar cualidades pueriles; u n adolesce nte,
tendencias infantiles, u n adulto perma necer en su eta pa adolescente. La persona
normal piensa, siente y actúa conforme a su edad.
6. Los neuróticos encuentra n molestos sus im pulsos. Se hallan haciendo cosas
q ue no entienden. Las personas nor rr.ales pueden reprimi r la expresión im pulsiva ·
y tolerar la frJstración mientras definen un curso de acción. Típicamente, se
perca tan de lo que quieren y lo que falta. Cua ndo no tienen disponible lo que
quieren, son ca.paces de aceptar substitutos o quedarse sin nada, si esa es la ú nica
alternativa. ;'
7. Las perspectivas del neurótico están restri ngidas y atadas a la situación
in mediata. Suele enfocar toda su atención en la ú nica experiencia desagradable
del día y olvidar todo lo bueno que ha sucedido. La persona normal tiene u n pu nto
de vista más abstracto y puede alejarse de la situación para estudiar y evaluarla
desde u na· perspectiva más realista. En la mayoría de las situaciones, la persona
normal puede hacerse cargo de sus propios pensamientos, senimie n tos y reaccio-
nes.

PUNTOS DE VISTA SOBRE LA PERSONALIDA D Y LA VIDA


IDEALES
El estado de la personalidad ideal pa ra All port es la madurez. La pe rsona mad ura
ha ideado u na orientación hacia la vida que entra ña .varios. logros en los aspectos
pri nci pales de la vida. P0dría mos usar la analogía de una planta o rbol madu ro
para ilustrar lo que se quiere d ar a entender por u na person:a·'mad u ra. El árbol es
mad u ro si está totalmente déarro.llado, si ha satisfecho todos sus potenciales como
u na especie en par ticu lar de árbol. La persona'.madu ra ha alcanzado su creci-
miento com pleto y em plea adecuadamente sus ca paCidades.
Debe mos tener presente que los atribu tos de madu rez que All por t ma ntie ne
como el ideal para los seres h u ma nos presu pone los ca mbios de desarrollo en los
aspectos de la personalidad q ue hemos discu tido. La personalidad mad u ra se
.caracteriza por u n yo cen tral (propri u m) bien desarrollado, que i ncluye una
conci encia d e "debiera" y u n sistema de i ntenciones. Las fond ones cognosci tivas
· 'son vigorosas y adecuádas pára esa perso na. Esta ha desa rrollado u na óri entación
de valores hacia. la vida, de forma q ue existe u n orde n de prioridades'.
All port es m uy claro al en fatizar la generalidad de su modelo ideal. Cada
persona debe aplicar los atribu tos de u na ma nera in divid ual. Ad emás, la vida ideal
no es u n estado estático q ue se logra de u na vez por todas. Cada periodo de la vida
t rae n uevos cam bios, ta nto en la pe rsonalidad como en las circu nsta ncias externas.
Cna or ie ntación mad u ra req u iere de ad aptación y flexibilidad consta n tes. Em pe-
za remos u na discusión con varias consideraciones generales de fa mad urez y
d espu és trata remos de los cr i terios específicos q ue All p9rt ha .delineado.

Características generale de la madurez


U N PROCESO CONTI NUO
La m ad u rez no es u n estado q ue se alca n za y l uego ma n tiene. Deberá conside ra rse
como u n proceso progresivo. Los logros no dejan satisfecha a la perso!1a p>r
305
Gordon W. Allport

Metas de la psicoterapia
l. Eli minar los síntomas no deseados.
2. Adaptar a la persona a la sociedad en que vive.
3. Intensificar la experiencia de bie.nes.tar.
4. Alenta r la salud mental, que incluye las siguientes características:
a) A legría ·
b) Serenidad optimista
e) Capacidad para disfru tar el trabajo
d) Capacidad para disfru tar el esparcimiento
e) Capacidad para amar
j) Habilidad para lograr metas
g) No demostrar en extremo las emociones
h) Conocimiento de sí mismo
i) Responsabilidad social
j) Reacción apropiada a ias situaciones

Criterios de madurez de Allport


1. Extensión del yo.
2. Relación cordial del yo con los demás.
3. Segu ridad emocional.
4. Percepciones realistas.
5. Pericia y tareas.
6. Au toobjetización.
7. Filosofía u nificadora de la vida.

Flg. 8-2 Criterios de madurez .de Al i port.


Nota: Las condiciones para la felicidad según las co11sideran los psicoterapeutas son insuficientes para el
estado de madurez, según lo especificado por Allport. ··

.. ucho tiem po. Lo opuesto aeste im pulso hacia adelante es u n esta nca miento, una
orientación retrógrada, una preocu pación con la segu ridad o., en los casos patoló-
gicos, u n enfoque excesivo en los im pulsos.
La figura 8-2 presenta el criterio de Allport sobre la madurez (Allport, 1961,
capítulo 12). Este se com para con las metas de psicoterapia propuestas por u n
grupo de psiquia tras.

NO HAY MEJOR FORMA DE VIDA


Cada persona es única en la estructu ra de su personalidad y a fiilal"de cuentas ha y


. ·, '
tantas formas pa ra vivir apropiadamente como seres hu ma nos. Allport, más que
ni ngú n otro teórico de la personalidad, enfoca esta singula ridad
Car! Rogers, cuyos pu n tos de vista consideramos en seguida, hace algu nas
observaciones perti nentes respecto a d iversos estilos de vida:
La b uena vid a ha ten ido muchos signi ficados disti n tos pa ra d istintos gru pos y d isti n-
tas ed ades. Pa ra algu nos signi fica u na vida dedicada a la mecli taciú n -el san to en la
cima de u na monta ña. En u n agudo cont raste, ha sign i ficado para otros u na \'ida ele
logros, obtener riq uezas, posición . conoci mientos o poder.
Para m uchos ha signi fica do el ad heri rse estricta men te a u n credo, a u n gru po ele
reglas r> pri nci pios, ya sea n de la Bibl ia, el Corú n o ema nad os de u n cl i rige ntl;
religioso. Pa ra otros ha signi ficado la ded icación a bnegada a u na m usa ele sí mismos
como la obra - misionera de los cristia nos. el comu n ismo, o lasju \'en tucles alemanas ele
1-{itler. Pa ra.algu nos ba sio la sati!¡facción de tocio apt;ti to placentero; pa ra pa ra fra-
se:.i r u na cita de la Biblia: "Coman , be ba n"y d iyiérta nse porq ue ma ña na mori rernos".:1
3
De Car! R. Rogers, "The Good Life: What I s l t? Hc;w Is lt Bei ng A(hieved?" Amaira a11d lhf F1111m of
M an. Cu rsos por Periódico, Extensión U ni versi taria, Un iversidad de California. San Diego, Copy right
1973, por los Regentes de la Un iversidad de Cali fornia. ·
306
Psicología personalista de Allport

LA BUSQUEDA DE METAS ES MAS SIGNIFICATIVA QUE LA SATISFACCION DE LOS


IMPULSOS

La marca de mad u rez pa ra Allport (1961) es el estableci miento y la lucha por


alca nzar metas. La cualidad más fundamental de la gente no está en sus im pulsos
sino e n sus metas, no n el pasado sino en el futu ro, no ta n to en sus limitaciones
como en sus posi biliades. Las me tas y los valores configu ran la vida y le dan
estabilidad y dirección.

MAPUREZ MAS QUE AUSENCI D ENFERMEDAD

U na personalidad sana se caracteriza· por la ·alegría de vivi r, u n i mpulso hacia


adelante, tener siempre "algo pendiente" El prevenir la mala 'salud y aligera r
tensiones es necesario, pero ú nicamente como base de los esfuerzos cond uce ntes a
ia mad urez. Para Allport ( 1961), la mad urez es más que ser nor mal O no estar
enfermo.

LA MADUR EZ IMPLICA NO SOLO LA FALTA SINO TAMBIEN


LA CREACION DE TENSIONES

La persona mad ura realmente crea tensiones. Au n cua ndo las resulta ntes de
conflictos, frustraciones y presiones de la vida dia ria son desagradables y nos
im pulsa n a deshacernos de ellas lo antes posible, algu nos tipos de tensiones no son
sola me nte placenteras, sino incluso tiene n u n efecto tonifica nte en la vida diaria.
Así, u na ma ni festación de la personalidad madu ra es la búsq ueda de te nsiones,
que toma la forma de metas a corto y largo plazos. Cuando se alcanza u na meta, se
proyecta otra pa ra reem plazarla, usJ.ndo la energía disponib\e.

LA MADUREZ REQUIERE DEL ESTABLECIMIENTO DE UN FIRME


SENTIDO DE IDENTIDAD

Cada persona nace dentro de u na cultu ra que le impone m uchas limitaciones y


restricciones, formá ndolo de acue rdo con sus moldes cult u rales. Cada ind ivid uo
tiene su propia nat u raleza interna·, que debe afirmar$e den tr9 dei establecimiento
cultu ral. Esta nat u raleza· interna, que en u n nivel psicológ!co puede ser--conside-
rado como el yo, es algo que se desarrolla, crece y cambia desde·el naci miento.

UNA AUTOIMAGEN BIEN FORMADA QUE ESTA SIENDO SATISFECHA

La autoimagen se refiere al concepto que te nemos de nosot ros mismos, que


debería ser bastan te exacto, pero también inclu ye la image n, más o menos bien
definida, de lo que nos gustaría ser.

Criterio de la madurez
Es importa nte recorda r que, a pesar de sus caracte rísticas gene rales, la mad u rez
pa ra Allport nd es u n factor general, sino u na serie de logros progresi vos. El
adulto nor mal es suma mente complejo, con muchas facetas de com promiso. A lo
largo de la vida debemos interactuar con otros en va rios gra dos de intimidad;
debemos fijar u na estable identidad propia. Las metas deben d elinearse, ta nto a
largo como a corto plazo, y es preciso aprender los med ios apropiados para logra r

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