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MEDICIÓN DE LOS ELEMENTOS

ANA MARCELA MAESTRE PICO


CAMILO MORALES JIMÉNEZ

MARIA CLARA BARROS

SISTEMAS CONTABLES
GRUPO: C2

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL CARIBE


FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS, ECONOMICAS Y CONTABLES
PROGRAMA DE CONTADURÍA PÚBLICA
SÉPTIMO SEMESTRE

23 DE ABRIL 2019
CAPITULO 9: MEDICIÓN DE LOS ELEMENTOS

La medición es el proceso de cuantificación del importe por el que se expresarán


los elementos de los estados financieros.
La medición tiene lugar en dos momentos: en el reconocimiento, denominada
medición inicial, y al cierre de los estados financieros, medición posterior.
Los criterios de medición previstos en el marco son dos; el primero es el costo
histórico que se fundamenta en el precio de una transacción pasada y el segundo
es criterio de valor razonable y se utiliza la información que reflejan las condiciones
actuales del mercado.
Aunque en la norma se aprecian otros criterios que se pueden clasificar en dos
modelos: el modelo de costo histórico y el modelo de valores corrientes, en este es
donde se incluye el criterio de valor razonable.
Las medidas de costo histórico en caso de los activos reflejan el precio de la
transacción del momento en el cual se controló el recurso. Pero, para el caso de los
pasivos es cuando se asumió la obligación. Cuando se entregan activos no
monetarios, el costo histórico es el valor razonable del elemento entregado. El
modelo de costo histórico también refleja el consumo de los recursos. El reflejo del
consumo de los activos no corrientes incorpora algún elemento actual ante un
cambio en la estimación de vida útil o en el ritmo de consumo que exija ajustar el
patrón de depreciación o amortización.
Las bases de costo histórico son apropiadas para modelos de negocio cuya
generación de efectivo se estima a partir de la estructura del estado de resultados
integral. El costo histórico ofrece una fidelidad basada en la transacción.
Las medidas de costo histórico no son tan comparables como las de valor corriente.
Pero, por su parte, el costo histórico es más comprensible y verificable, si bien la
información es menos oportuna que en las medidas a valor corriente.
Los criterios de valor corriente son más apropiados para actividades en las que la
rentabilidad depende en gran medida de los recursos controlados y reconocidos en
el estado de situación financiera.
Los criterios que utilizan valores corrientes son: el valor razonable, que se determina
desde las expectativas de los participantes en el mercado y el valor en uso este se
mide desde la perspectiva de la entidad. Las mediciones a valores corrientes son
relevantes, pues tienen un marcado carácter predictivo en los modelos de negocio
basados en financiar a terceros.
Asimismo, el valor corriente permite resolver situaciones en las que no es posible
obtener el costo histórico o cuando pierde relevancia.
La fiabilidad de las mediciones a valor corriente es elevada cuando se obtiene de
precios de mercado. Si los mercados son muy líquidos, prácticamente desaparece
la posibilidad de introducir un sesgo y de cometer error en su cálculo. Esta fiabilidad
es menor conforme el mercado es menos líquido, pues los sesgos y los errores son
más posibles.
Una de las grandes ventajas de la información a valores corrientes es la
comparabilidad entre entidades, pues los recursos y obligaciones son medidos de
forma similar. El valor corriente es una medida oportuna cuando se trata de recursos
que van a ser transferidos en el corto plazo, facilitando antes la estimación de flujos
de efectivo a obtener.
Una de las limitaciones de la información a valor corriente es la complejidad de los
procesos de estimación. En ocasiones puede hacer difícilmente comprensible la
información complementaria, necesaria para dotar de fidelidad a la información.
El valor razonable es “el importe por el cual puede ser intercambiado un activo, o
cancelado un pasivo, entre un comprador y un vendedor interesado y debidamente
informado, que realizan una transacción en condiciones de independencia mutua”
(Sección 2.34).
La Sección 11.27-32 establece una jerarquía de criterios al medir el valor razonable
que suponen un itinerario para efectuar la medición a valor razonable en función de
la fiabilidad de los datos:
 Precios cotizados: son datos observables y no ajustados en un mercado
activo para elementos idénticos. El precio cotizado que se utiliza, cuando
proceda, es el precio comprador.
 Precios en una transacción reciente para un activo idéntico: se requiere
que no transcurra mucho tiempo entre la transacción de referencia y el
momento de la medición.
 Técnicas de valoración: es un precio hipotético ante la ausencia de un
precio cotizado y el precio de una transacción reciente.
Para que una medida sea fiable se deben dar cita dos condiciones:
1. La variabilidad en el rango de estimaciones del valor razonable no es
significativa para ese activo.
2. Las probabilidades de las diversas estimaciones dentro de ese rango se pueden
evaluar razonablemente.
La NIIF 13 presenta varias técnicas de valoración que ilustran los enfoques para
abordar la medición.
 Enfoque de mercado: el enfoque de mercado determina el precio
observando el precio en transacciones similares.
 Enfoque de costo: el enfoque de costo estima cuáles son los costos a
asumir para reemplazar el servicio ofrecido por un activo.
 Enfoque de ingreso: en este enfoque se presume que un participante en el
mercado no va a ofrecer un precio superior a lo que los participantes en el
mercado consideran que va a generar el activo o consumir el pasivo.
Las técnicas de valor presente pueden ser: técnicas de descuento y técnicas de
valor esperado. Las técnicas de descuento emplean tasas que utilizan los
participantes en el mercado.

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