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La vía de la verdad parte de la aceptación del ser y la negación del no ser y del
devenir o el cambio. Parménides desconfía de los sentidos y utiliza la razón para
establecer un ser perfecto, inmutable, inmóvil, eterno e ilimitado. Para explicar
esto vamos a emplear el siguiente ejemplo: supongamos que tenemos un cierto
color, el color a. Y supongamos que digo que ese color cambia. Esto implica que
el color ha cambiado a otro color que no es a; por ejemplo, el color b, c o cualquier
otro color.
Decir que algo cambia es decir que después del cambio es algo diferente de lo
que era antes de que tuviera lugar el cambio. Tiene que haber algo nuevo, que no
estaba allí antes o algo que estaba debe haberse extinguido. Si algo cambia
respecto a la propiedad a, a no puede seguir allí tras el cambio. A no puede
cambiar a a; y si a ha cambiado a b, b no puede haber estado presente antes del
cambio porque si no tendríamos que decir que b ha cambiado a b, lo cual carece
de sentido.
Ahora surgen las cuestiones que nos plantea Parménides. ¿Cómo es posible que
en un tiempo dado algo nuevo, algo que no estaba allí antes, pueda ocurrir? O
¿cómo es posible que en un cierto momento, algo existente desaparezca? Nuestro
filósofo responde a estas preguntas de manera paradójica; para él no existe el
cambio: “lo que es, lo que ha sido, debe haber sido y será siempre”. Existe lo que
existe y lo que no existe no existe. Si algo no hubiera tenido siempre existencia
estaríamos admitiendo que ha venido del no-ser, de aquello que no existe. Y esto
es imposible. De la nada, nada viene y todo viene de algo. El concepto del no-ser
o de la nada es un concepto que, según Parménides no puede llegar a ser
pensado pues siempre pensamos en algo. Puedo dibujar lo que existe pero no
puedo dibujar la nada.
Por lo tanto el ser no tiene ni principio ni fin porque si no, antes y después del ser
habría no-ser. Parménides reniega la creación y destrucción de la materia, el ser
es eterno ( en verdad si analizamos esto tiene mucho sentido pues siglos más
tarde se ha demostrado que los átomos ni se crean ni se destruyen, simplemente
se alteran). El ser es también ilimitado pues si existiera un límite habría no-ser en
algún punto. Por último Parménides establece que el ser es uno, pues si fuera
múltiple entre ser y ser habría no ser; es decir, la materia es indivisible, todo forma
parte de un conjunto aún mayor.
El Ser:
Unidad. El ser no puede ser más que “uno”, si fuera otra cosa distinta al
“uno” sería el no-ser.
Indivisible. En relación a la unidad, el ser es indivisible y compacto. El
vacío sería el no-ser, y el no-ser no existe.
Finito. El ser es finito y esférico. Estas ideas probablemente las tomó de los
pitagóricos, que relacionaban dichas características con lo determinado.
Inmutable. El Ser no puede cambiar. Si el Ser cambia o se mueve deja de
Ser.
Indestructible. El Ser es, si deja de ser ya no puede ser el Ser.
Ingénito. El Ser no ha podido ser engendrado, ya que entonces habría sido
creado por el No-ser, y el No-ser no existe.
El camino al conocimiento: