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ANESTESIA EN EQUINOS

Vet. Nejamkin, Pablo. MV. Becaluba, Mario Vet.; DACVS Quinteros, Diego;

Nota: El siguiente apunte tiene como objetivo brindar al alumno un conocimiento básico en
anestesiología equina y de ninguna manera se aconseja reemplazar la bibliografía citada al final
del apunte.

Introducción

Lograr una anestesia suave y exitosa continúa siendo un desafío importante en la práctica equina.
Los conocimientos acerca de la respuesta de los animales a los fármacos anestésicos han
progresado notablemente durante las dos décadas pasadas y, junto a la utilización de técnicas más
modernas, se han consigo anestesias más controladas y seguras, permitiendo de esta manera
llevar a cabo cirugías más complejas.

Pese a los progresos alcanzados, el dicho “no existen anestésicos seguros, sino anestesistas
seguros “, tiene más vigencia que nunca. La anestesia general está asociada con un riesgo de
muerte o de contratiempos graves en todas las especies, y es especialmente elevado en los
caballos; éstos parecen estar relacionados con los efectos de depresión cardio-respiratoria
marcada que induce la anestesia. Diversos estudios en la especie equina han revelado que la tasa
de mortalidad durante anestesias de cirugías programadas es de 1 cada 1250 anestesias, cuando
solo se consideran causas anestésicas. La mortalidad aumenta a 1 en 158 casos cuando se
consideran causas anestésicas y quirúrgicas, como por ejemplo sangrado, fracturas durante la
recuperación y shock. Si en cambio se cuenta todo el periodo de hospitalización del equino hasta
el resultado final, entonces la tasa de muerte puede ser tan alta como de 1 cada 28 casos. Todos
estos datos deben ser informados al propietario del caballo, por lo cual debe firmar un formulario
de indemnidad en el cual declara que conoce dicho riesgo. Este documento no protege al
veterinario de las demandas por negligencia, pero demuestra que el cliente estaba al tanto del
riesgo normal. Si el caballo está asegurado se debe informar con anterioridad a la compañía
aseguradora que el animal será sometido a procedimientos de anestesia y cirugía, excepto en los
casos de urgencia.

Punto de partida del acto anestésico


Evaluación pre-operatoria y anamnesis

La anamnesis es la fuente más útil de información, ya que el objetivo del examen es asegurar que
el animal este sano antes de proceder a la sedación y especialmente antes de la anestesia general.
Previo al acto quirúrgico está indicado un examen clínico completo, esto se aplica en las
operaciones programadas como en los procedimientos de emergencia. Como rutina se realiza la
determinación del hematocrito y de proteínas séricas totales, recuento de glóbulos rojos, de
glóbulos blancos y fórmula leucocitaria relativa. En caso de intervenciones quirúrgicas
programadas ésta deberá posponerse si el estado físico del paciente o los datos del laboratorio
son anormales. En algunos pacientes se debe tener en cuenta su estado de parasitismo interno y
externo.

Sin lugar a dudas, los estudios de laboratorio que necesite el paciente dependerán del criterio del
propio cirujano y anestesista. Es importante aclarar que en cirugías menores (castraciones), donde
la técnica quirúrgica está depurada y el tiempo anestésico se reduce considerablemente, no es
necesario recurrir al laboratorio, mientras que si se trata de un cólico equino sería necesario
determinar electrolitos y estado ácido-base para conocer la cantidad y el tipo de líquido a infundir
tanto en el pre como en el postoperatorio.

El análisis de orina, como la determinación del nitrógeno ureico, la creatinina, el análisis del líquido
peritoneal, suelen ser de gran valía en determinadas circunstancias, aunque no son rutinarios.

Peso

Es indispensable conocer el peso del animal ya que los agentes anestésicos y sedantes se
administran en dosis calculadas basadas en el kilaje. Con la experiencia se puede estimar con
cierta precisión, pero la única forma de adquirirla es pesando un elevado número de animales. Es
ideal el uso de una báscula para equinos si estuviera disponible, o la utilización de cintas métricas
con marcas que infieren el peso del animal, aunque poseen un error aproximado del 10%. Ante la
duda siempre es preferible considerar un menor peso y evitar excesivas dosis de droga.

Funcionalidad Respiratoria

La correcta funcionalidad ventilatoria y respiratoria son condiciones para el éxito de la anestesia y


por ende de la cirugía. Para una revisación correcta lo ideal es llevar al animal a un recinto
silencioso, (box, establo, quirófano), provocándosele inspiraciones profundas tapando los ollares
con la mano o con una bolsa plástica, ya que esto acentúa los sonidos pulmonares anormales
provocando tos cuando hay inflamación traqueo – bronquial. Un animal no debe presentar
enfermedades respiratorias antes de la anestesia, pero si se requiere una cirugía de urgencia,
como por ejemplo un cólico en un equino, el suministro de oxígeno debe comenzar lo antes
posible durante las etapas de inducción y recuperación.

A todo equino con obstrucción respiratoria superior se le debe realizar una traqueotomía en
estación antes de la inducción anestésica y luego la colocación de un tubo endotraqueal al ser
anestesiado.

Funcionalidad Cardíaca

La anestesia debe considerar obligatoriamente la funcionalidad de la bomba cardíaca. Sin su


correcto funcionamiento el riesgo asumido se incrementa exponencialmente. Las arritmias se
deben controlar antes de la anestesia las cuales se confirman mediante el uso de un
electrocardiógrafo. El tiempo de llenado capilar evalúa la velocidad de perfusión, para lo cual se
presiona la mucosa lingual o labial hasta blanquear (1 segundo) y se toma el tiempo que tarda en
recuperar el color normal (no más de 3 segundos). También es importante examinar la elasticidad
de la piel, con lo cual se controla la hidratación; si la pérdida es del 10 al 12 %, la deshidratación
genera en el animal el decúbito comatoso con mucosas secas y pérdida de la elasticidad de la piel,
este es un caso extremo y no debería ser anestesiado hasta ser estabilizado con una reposición de
fluidos adecuada.

Sedación y Anestesia General


En la especie equina no solo se realizan anestesias generales sino que también es muy común la
utilización de técnicas de sedación en estación (animal parado) para realizar procedimientos
quirúrgicos menores, por ende la anestesia podemos dividirla en SEDACION y ANESTESIA
GENERAL.

Siguiendo esta división, seccionaremos el siguiente apunte para facilitar la comprensión del lector.

Sedación
El trabajo clínico en el equino suele requerir de la sedación para efectuar cirugías menores o
técnicas diagnósticas específicas. El objetivo de la sedación es mantener al caballo en estación,
aunque con una ligera ataxia; éste debe encontrarse indiferente a su entorno, no responder a
estímulos sonoros, al tacto ni a la manipulación o el movimiento.

El uso de tranquilizantes y sedantes tradicionales solos o combinados con hipnoanalgésicos


(morfínicos) generalmente son suficientes para realizar en el caballo procedimientos quirúrgicos
menores. Comúnmente en medicina veterinaria los tranquilizantes de uso común son aquellos
derivados de la familia de las fenotiazinas y los agonistas alfa 2.

FENOTIAZINAS

La acepromazina como representante de esta familia produce una leve tranquilización cuando se
emplea sola y el incremento de la dosis no aumenta la profundidad de la sedación; un caballo
sedado es capaz de responder a estímulos. La acepromazina es eficaz para tranquilizar un caballo
nervioso sin provocar somnolencia o ataxia severa. Esta droga provoca prolapso peneano durante
algunas horas; en algunas ocasiones las fenotiazinas provocan priapismo, en cualquiera de los dos
casos es importante proteger al pene de traumatismos para evitar parafimosis y lesiones
irreparables.

La acepromazina en dosis de 0,01 a 0,1 mg/kg por vía intramuscular (IM) mantiene su efecto por
varias horas. Es útil para caballos nerviosos pero de buen temperamento. Es preferible utilizarla en
procedimientos no dolorosos (colocar herraduras) debido a la ausencia de efectos analgésicos. Es
importante recordar que este fármaco debido a su acción antagonista alfa 1 genera una
importante vasodilatación periférica y con ella una fuerte hipotensión dosis dependiente.
AGONISTAS DEL ADRENORRECEPTOR ALFA-2

XILAZINA – DETOMIDINA – ROMIFIDINA.

Estos agentes se utilizan por sus propiedades sedantes pero también por sus propiedades
analgésicas. Producen sedación profunda y alcanzan su acción máxima a los pocos minutos de su
aplicación endovenosa (IV). El animal adopta una postura de estación de base amplia, indiferente
a estímulos externos y con cabeza baja. La ataxia es notoria en dosis elevadas de xilazina y
detomidina pero mucho menor con romifidina.

Todos los agonistas alfa-2 provocan una elevación importante aunque transitoria de la tensión
arterial y bradicardia marcada, lo que finalmente redunda en una efecto hipotensor prolongado.
La motilidad gastrointestinal también se encuentra disminuida y la micción suele ser abundante. El
animal puede `presentar sudoración (depende de la temperatura ambiente y de la longitud del
pelaje). La duración de la sedación y los efectos adversos dependen de la dosis (recordar que la
romifidina es de acción más prolongada mientras que la xilazina es de acción más corta).

La inyección IV de 0,25-1 mg/kg de peso de xilazina, 10 microgr / kg de detomidina o 50 microgr /


kg de romifidina es muy útil para mucho exámenes clínicos. Los agonistas alfa-2 adrenérgicos se
utilizan para sedar caballos que requieren ciertos procedimientos diagnósticos clínicos como:
endoscopía, radiografías, ecografías, palpaciones, etc. Su acción analgésica es más importante en
las vísceras que en los tejidos esqueléticos lo que facilita el examen físico de un caballo con cólico.
Si bien los agonistas alfa-2 adrenérgicos, en especial la detomidina y la xilazina, producen una
sedación profunda, el caballo puede patear si recibe un estímulo apropiado. El incremento de la
dosis no mejora proporcionalmente su efecto y es preferible complementarlos con opiáceos.

BENZODIACEPINAS

DIAZEPAN – MIDAZOLAN

Las benzodiacepinas se pueden utilizar como sedantes en caballos adultos y son útiles para sedar
potrillos.

Son muy utilizadas en las combinaciones para anestesia generales ya que causan poca depresión
cardiovascular, aunque pueden potenciar la depresión respiratoria. Son potentes relajantes
musculares de acción central y se combinan con anestésicos disociativos porque contrarrestan el
aumento del tono muscular que generan estos últimos. Los antagonistas de las benzodiacepinas
como el sarmafenil y flumazenil se utilizan para revertir la debilidad muscular residual al fin de la
anestesia.

La dosis IV de 0,1 – 0,2 mg/kg de diazepan produce una sedación adecuada en potrillos, y un
aporte relajante en el equino adulto.
HIPNOANALGÉSICOS

MORFINA – MEPERIDINA – BUTORFANOL

Actúan a nivel de numerosos receptores entre los cuales el mu es el responsable del efecto
analgésico más importante, producen depresión respiratoria y reacciones de excitación eufórica
en algunos casos. Los receptores Kappa y Delta contribuyen a una analgesia menos intensa.

En la especie equina se encuentra muy discutido su utilización como analgésico. Sin embargo hay
notorias muestras de que algunos de ellos presentan un aporte analgésico significativo lo que los
convierte en una opción más en el coctel anestésico.

La morfina y la meperidina son agonistas del receptor mu, mientras que los nuevos agentes
sintéticos (agonistas parciales), producen variada acción agonista – antagonista en los distintos
receptores. El butorfanol es un ejemplo de esto y una alternativa adecuada para equinos.

Los opiáceos se utilizan especialmente por sus propiedades analgésicas; producen poca sedación
en los equinos si se lo emplea solo pero da muy buen resultado si se lo combina con dosis bajas de
sedantes. Los opiáceos producen depresión respiratoria y de la motilidad intestinal, pero esto rara
vez ocurre en los caballos. La excitación producida por la morfina se manifiesta de diferentes
maneras: como contracción muscular alrededor del hocico, como acatisia (intranquilidad) o como
una reacción violenta, esta es más frecuente luego de una inyección endovenosa y depende de la
dosis, si esta es baja y se encuentra combinada con sedantes y anestésicos es raro que ocurra.

La meperidina (1-2mg/kg) por vía IM provee analgesia y cierto grado de sedación durante 1 – 2
horas; por su acción espasmolítica intestinal es ideal para los cólicos espasmódicos. La morfina (0,1
mg/kg) si se administran con sedantes o por vía IM proporciona analgesia postoperatoria por
alrededor de 4 horas, pero si se emplea solo como analgésico, produce excitación. El butorfanol
(0,05 – 0,1 mg/kg por vía IV o IM) administrado 2 o 3 veces por día proporciona buena analgesia,
puede reducir la motilidad intestinal pero no causa impacción.

El efecto de los opiáceos mu agonistas se puede revertir ante una emergencia con un antagonista
mu como la naloxona.

Anestesia general
La anestesia general equina requiere de un medio ambiente apropiado. La anestesia a campo se
puede llevar a cabo para procedimientos breves realizados en el lugar donde se encuentra el
equino, pero en cirugías mayores requiere de un box acolchado para la inducción y la
recuperación (aproximadamente 3 m x 3 m), el mismo debe tener una construcción sólida, un
suelo adecuado y paredes acolchadas. Es necesario contar con un medio para levantar al paciente
a la mesa de operación o en su defecto contar con una zorra (camilla) para su traslado.
Un equino sometido a una anestesia general implica el cuidado intensivo de la tensión arterial y el
cuidado de la funcionalidad respiratoria dada la gran compresión de las vísceras sobre el
diafragma en el decúbito. Por ende todo procedimiento en el que se estipule un tiempo mayor a
los 30 minutos de anestesia es recomendable utilizar técnicas más controlables como la anestesia
inhalada y también el monitoreo de las constantes vitales con el uso de monitores
multiparámetro.

En esta especie es recomendable realizar una preanestesia antes de la inducción. Los objetivos de
son: calmar al animal, mejorar la calidad de la inducción y el mantenimiento de la anestesia,
contrarrestar los efectos secundarios y reducir la cantidad ulterior de anestésico requerida; todo
esto se logra con la administración de sedantes, analgésicos y otros agentes. Todos los sedantes
actúan mejor cuando el animal se encuentra en un ambiente tranquilo, colabora a lograr
anestesias con menores dosis de fármacos combinados, brindando una recuperación
postanestésica tranquila. Todos los fármacos utilizados en la sedación causan depresión del SNC y
pueden llegar a provocar depresión respiratoria y cardíaca. Se prioriza no movilizar al animal
sedado si se encuentra atáxico, siendo recomendable aplicar el sedante en el lugar donde se
realizará el procedimiento.

PREANESTESIA

La combinación de fármacos para alcanzar los objetivos de la preanestesia son variados, en la


Tabla 1 se citan algunas de estas combinaciones y sus dosis.

En general antes de proceder a una cirugía de una afección dolorosa debe administrarse con la
preanestesia un analgésico para potenciar el efecto de los sedantes. En cirugía de cólico, la
analgesia se establece con un agente alfa-2 adrenérgico mientras que para una cirugía ortopédica
es preferible utilizar una combinación con opiáceos. Estos pueden aumentar la ataxia de manera
que un miembro fracturado debe estar adecuadamente sostenido y no se debería movilizar al
equino.

Tabla 1
Combinación Dosis para sedación Dosis para pranestesia

Acepromazina 0.02-0.05 mg/Kg 0.03 mg/kg


Xilacina 0.5-0.6 mg/Kg 1 mg/Kg

Acepromazina 0.03 mg/Kg 0.03 mg/Kg


Detomidina 0.01 mg/Kg 0.02mg/Kg

Acepromazina 0.03mg/Kg 0.03mg/Kg


Romifidina 0.05mg/Kg 0.1 mg/Kg

Acepromazina 0.02-0.05mg/Kg 0.03mg/kg


Butorfanol 0.02-0.04mg/Kg 0.02mg/Kg

Xilacina 0.5-1mg/kg 0.5-1mg/Kg


Butorfanol 0.02mg/Kg 0.01-0.02mg/Kg

Detomidina 0.01-0.015mg/Kg 0.02mg/Kg


Butorfanol 0.02-0.03mg/Kg 0.02mg/Kg

Romifidina 0.05mg/Kg 0.05-01mg/Kg


Butorfanol 0.02mg/kg 0.02mg/Kg
Preparación del paciente antes de la anestesia general

Preferentemente la anestesia se induce mediante inyección IV en el equino; la pérdida de


conciencia se obtiene en el tiempo que tarde el fármaco en llegar al cerebro desde el sitio de
administración, éste retraso permite controlar la inducción que empieza segundos después de la
inyección. La inyección IV por lo general se administra en la vena yugular, aunque existe el riesgo
de penetrar por error la arteria carótida y causar la caída, pérdida de conciencia, convulsiones,
coma y hasta la muerte del animal ya que desde allí los anestésicos van directamente al cerebro.

Cuando el acceso venoso se ve dificultado por la falta de docilidad del animal, la vía intramuscular
es útil, sobre todo en medicaciones preanestésicas.

Para facilitar la administración de los medicamentos por la vía endovenosa se recurre al uso de un
catéter endovenoso, la técnica de colocación se describe a continuación.

Procedimientos para colocación de catéteres endovenosos

1. Pelar o afeitar un cuadrado de 10cm de área de piel sobre el vaso sanguíneo

2. Realizar una preparación quirúrgica del área.

3. (POTRILLOS) Inyectar con aguja 25g 1 o 2 cm de anestesia local subcutáneamente sobre el

sitio.

4. (Opcional para catéteres de corto plazo) Abrir un par de guantes estériles y desplegar el

sobre para usarlo de campo estéril.

5. (Opcional: abrir una hoja de bisturí Num.15) Poner de manera estéril el catéter, tapón de

inyección y extensión sobre el campo estéril.

6. (Opcional) hacer una pequeña inciso-punción en la piel sobre el vaso sanguíneo,

pellizcando la piel para evitar la penetración de este con la hoja de bisturí.

7. Ponerse un guante estéril, tomar el catéter y con la otra mano no estéril tomar la jeringa

de solución fisiológica (“flush”) conectarla al catéter e inyectar unos pocos mililitros.

8. Hacer el mismo procedimiento con la extensión.

9. Ponerse el otro guante estéril.


10. Distender la vena presionando está del lado cardiaco al sitio de punción. (Un ayudante

puede distenderla para evitar la contaminación de la persona que pone el catéter).

11. Poner el dedo incide sobre el tope del catéter y empujarlo en ángulo de 45 grados con

respecto a la piel. Entrar hasta “sentir” la penetración de la pared del vaso sanguíneo.

Esperar unos segundos y observar el tope del catéter, se tiene que llenar de sangre.

12. Con el vaso todavía ocluido, disminuir el ángulo del catéter para que este casi paralelo al

vaso sanguíneo, avanzar el catéter unos 5mm dentro del vaso para asegurarse que el

catéter propiamente dicho (Teflón o poliuretano) este enteramente dentro de la luz el

vaso.

13. Liberar la presión sobre la vena.

14. Mantener en posición fija el estilete del catéter mientras se desliza el catéter enteramente

hasta el cono dentro de la vena (tiene que deslizarse de manera suave sin sentir

resistencia alguna).

15. Conectar el tapón o extensión o la línea de fluidos.

16. Asegurar el catéter con suturas (aguja recta a traumática). Una sutura sobre el surco del

cono del catéter, otra sobre la extensión o tapón adyacente a la conexión y una tercera

sutura a mitad de distancia entre el final de la extensión y el comienzo de esta.

17. (Potrillos) Aplicar crema antibiótica sobre la zona de punción, una gaza y vendar el cuello

con un vendaje adhesivo elástico.

18. (Potrillos) Hacer un agujero en el vendaje para exteriorizar parte de la extensión.


INDUCCIÓN ANESTÉSICA O VOLTEO

Existe un número acotado de fármacos destinados al adormecimiento o volteo del equino. Las
combinaciones con ketamina o el uso el tiopental son las más comunes.

Siempre es beneficioso realizar el volteo con una adecuada preanestesia, de modo tal que
evitemos una caída brusca o incluso generemos convulsiones postinducción. La medicación se
lleva a cabo por vía endovenosa y es importante considerar el lugar de caída del animal, la
disponibilidad de sogas y la estabilidad del terreno.

Como se mencionó anteriormente las posibilidades farmacológicas de volteo son acotadas, a


continuación describiremos las drogas de uso común.

BARBITURICOS

Como modelo de esta familia de drogas anestésicas hablaremos del tiopental. Es un fármaco
inestable en solución, se presenta como un polvo liofilizado, con un ph final alto en solución lo que
exige que su administración sea endovenosa. Es hipnótico por excelencia, carece de analgesia y
por ende es necesario cubrir este aspecto con el uso de anestesias locales o analgésicos generales.
Es un fuerte depresor respiratorio, debemos ser cuidadosos en la dosificación de esta droga.

GUAINFENESINA

Es un relajante muscular de acción central que actúa a nivel espinal. Se utiliza en la inducción de la
anestesia. No es un sedante ni un analgésico aunque produce algunos efectos hipnóticos. Afecta
más a los músculos de los miembros que a los respiratorios y puede lograr que el caballo adopte
una posición de decúbito sin causar apnea; la solución es irritante y se debe administrar en forma
IV en solución del 5 al 10 % pues, en mayores concentraciones puede provocar hemólisis. Dicha
solución se suministra hasta que el caballo muestra signos de ataxia.

KETAMINA

La ketamina es un anestésico disociativo sin características hipnóticas, es un antagonista de los


receptores NMDA lo que genera un bloqueo de las aferencias corticales generando una
desconexión del procesamiento cognitivo. Es un fármaco muy seguro con una vida media
relativamente corta, no posee características depresoras importantes en la ventilación ni en la
actividad cardíaca. Su uso se encuentra altamente difundido en medicina veterinaria aunque
debemos ser conscientes de que no cumple con los objetivos primordiales de la anestesia general,
por tal motivo debe ser obligatoriamente combinada con otros fármacos.
Combinaciones para inducción

Xilazina-Ketamina 1mg/ kg—2mg/kg

Xilazina- Diazepam-Ketamina 1mg/ kg—0,2mg/kg—2mg/kg

Guanfenesina-Ketamina 100mg/ kg—2mg/kg

Xilazina-Guanfenesian-Ketamina 0,5mg/kg—50mg/kg—2mg/kg

Xilazina- Tiopental 1mg/kg—6mg/kg

MANTENIMIENTO ANESTÉSICO

Una vez volteado el equino es factible prolongar la anestesia más allá del tiempo de duración de la
inducción anestésica. Para extender la anestesia más allá de 30 minutos es recomendable la
utilización de anestesias inhaladas o la disponibilidad de sistemas de monitoreo y oxigenación del
paciente. De caso contrario solo podremos mantener el decúbito por un tiempo corto. Por lo tanto
para cirugías a campo debemos ser cuidadosos en el tiempo que consideramos que va a requerir
el procedimiento quirúrgico. El mantenimiento para anestesias cortas se puede desarrollar con
repetidas dosis de la combinación de volteo o con infusiones continuas.

Dosis repetidas

Las combinaciones con tiopental no son las más recomendadas para su uso en dosis repetidas
dado el gran efecto de acumulación que se genera en el tejido graso y por ende el retraso en el
despertar.

Cuando utilizamos ketamina podemos prolongar la anestesia aplicando mitad o cuarto de dosis de
inducción cada vez que consideremos una insuficiencia del plano anestésico. Si la combinación
posee xilazina es recomendable monitorear la presión arterial debido al fuerte efecto hipotensor
generado.

Infusión continua

Esta es la mejor opción en el mantenimiento anestésico a campo dada la excelente estabilidad que
genera la administración a una tasa continua del fármaco. Las concentraciones se mantienen
estables en un rango terapéutico y por ende el plano anestésico. Hay que considerar que si la
infusión se prolonga demasiado es recomendable disminuir la tasa de administración para evitar
acumulaciones excesivas de la droga en tejidos periféricos.

Triple goteo:

Consiste en la combinación de un agonista alfa2 adrenérgico, generalmente xilazina más


guainfenesina y ketamina. Esta técnica ha demostrado ser de gran utilidad para el mantenimiento
de la anestesia en los equinos. Se utiliza en procedimientos que duran menos de dos horas, pues
en casos más prolongados la guainfenesina se acumula y lleva a una recuperación atáxica.

La mezcla se realiza con 500mg de xilazina y 1gr de ketamina, ambos disueltos en una solución de
500 ml de guainfenesina al 10%. La tasa de administración es de 1ml/kg/ha aunque puede ser
corregida a demanda del animal.

ANESTESIA INHALATORIA

En los caballos el mantenimiento de la anestesia, para todos los procedimientos que requieran un
tiempo mayor a 30 min, preferentemente se realizan a través de la inhalación de un agente
anestésico volátil. Estos fármacos son muy potentes y se deben utilizar con cuidado. Los
anestésicos inhalados pasan a la sangre a través de la circulación pulmonar y son captados en el
cerebro donde provocan su efecto.

Isofluorano

Es el agente volátil más utilizado, posee una partición sangre gas que permite alcanzar un
equilibrio en sangre muy rápido y por ende una inducción anestésica rápida. Esto significa también
que es fácil de administrar una dosis excesiva. El isofluorano es un anestésico potente, no causa
irritación respiratoria y la inducción de la anestesia es suave.; puede afectar la tensión arterial
generando una marcada hipotensión dosis dependiente. La recuperación de la anestesia también
es muy rápida y se debe estar preparado para contener al animal hasta que se encuentre lo
suficientemente consciente, de este modo al ponerse de pie lo hará con un fuerte sentido del
equilibrio.

Antiguamente se utilizaba el halotano, una droga de similares características al isofluorano. Como


diferencia importante sufre un amplio metabolismo hepático y la recuperación es más lenta lo que
beneficia el correcto despertar del equino. Sin embargo su actividad arritmogénica sumada al
lento proceso de inducción anestésico provocó el detrimento de su uso.

Existen moléculas más nuevas pero que aún la relación costo beneficio retrasan su difusión. Entre
ellas podemos nombrar al enfluorano y el sevofluorano.

Toda técnica anestésica inhalada requiere de un equipamiento mínimo y acorde al tamaño del
animal.

EQUIPAMIENTO ANESTÉSICO

La anestesia general induce depresión respiratoria y cierto grado de hipoxia. Cualquiera sea el
anestésico utilizado se debe suministrar oxígeno. Cuando se emplean anestésicos volátiles es
fundamental contar con equipamiento adecuado, diseñado para vaporizar el anestésico y
vehiculizarlo a los pulmones. Es habitual inducir la anestesia mediante un agente IV e intubar al
animal aprovechando su efecto. Para el mantenimiento de la anestesia el tubo endotraqueal se
conecta a un circuito a través del cual se suministra el agente vaporizado en oxígeno.

INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL

El tubo endotraqueal se inserta a través de la laringe, dentro de la luz de la tráquea y se debe


colocar en el tercio medio a inferior de la tráquea cervical, posee un manguito en el extremo distal
que se insufla para producir una coaptación perfecta entre el tubo y la tráquea. Los caballos tienen
un débil reflejo laríngeo y el tubo se introduce a través de la boca y la laringe provocando poca
resistencia; esto se debe realizar manteniendo la cabeza y el cuello del animal extendido. Bajo
ningún concepto se debe forzar la entrada del tubo ya que puede lesionar la faringe, el esófago o
la laringe. Cuando este ingresa a la tráquea se mueve con facilidad.

La intubación esofágica y la traqueal se diferencian sin problema en el caballo, pues es fácil


detectar el gas exhalado del tubo cuando el animal espira. El tamaño del tubo varía desde 40 mm
a 20/25 mm, según la raza y el tamaño del animal; los tubos están elaborados con silicona, goma o
polietileno. Los de silicona son los más fáciles de utilizar y de reparar.

CIRCUITOS ANESTÉSICO

Una vez intubado el animal podemos conectarlo a un circuito por donde inspirará el anestésico
volátil. Aquí es donde existen variaciones dependiendo de la complejidad del equipamiento. Desde
lo más simple como un sistema pendular o vaivén a lo más sofisticado como puede ser un circuito
circular cerrado con ventilador automático.

PENDULAR

En este sistema el gas se mueve en vaivén entre los pulmones del caballo y la bolsa reservorio,
atravesando un frasco (canister) con cal sodada para filtrar el dióxido de carbono (CO2). Este
sistema tiene la desventaja de que la cal sodada se consume solamente en un extremo del frasco.
Esta modalidad es difícil de mantener con el paciente en decúbito dorsal. Este sistema se utiliza
cuando se requiera transportar el equipamiento, en anestesia de campo o destinado a
procedimientos quirúrgicos menores.

CIRCULAR

Este sistema se caracteriza por permitir un ahorro significativo de anestésico y oxígeno. Se basa en
el principio de unidireccionalidad del flujo de gas. Esto significa que el animal inspirará desde un
sitio y espirará hacia otro sitio determinado, esto se da gracias al accionar de unas válvulas
denominadas precisamente unidireccionales. Este circuito también posee un canister donde se
filtrará el CO2 y una bolsa de reserva de donde inspirará el volumen tidal.
A este tipo de circuito se le puede adaptar un sistema de ventilación mecánica. Actualmente son
equipamientos muy costosos lo que limita su acceso. Sin embargo son de gran utilidad, sobre todo
en animales en decúbito dorsal y en compresiones torácicas.

ANESTESIA LOCAL Y REGIONAL (ANALGESIA)

La anestesia local o infiltrativa es la inyección de un agente anestésico local en el lugar quirúrgico.


La anestesia regional es la desensibilización de una determinada región a través del bloqueo de los
nervios mayores que inervan dicha región. Ambas técnicas desensibilizan el campo quirúrgico y
ambos son puramente analgésicas.

Los agentes utilizados mayormente son el clorhidrato de lidocaína al 2 % y el clorhidrato de


bupivacaina al 0,5 %, este último posee una latencia más lenta y duración más prolongada cuando
se lo compara con la lidocaína.

Anestesia inflitrativa

Los límites de la zona a infiltrar pueden marcarse realizando una ampolla subcutánea. En el lugar
donde se realizará la anestesia se inyecta una pequeña cantidad de agente anestésico por medio
de una aguja y si la zona a sensibilizar es amplia, se inserta a través del punto desensibilizado una
aguja larga. Primero se infiltra la piel y el tejido subcutáneo y luego los planos más profundos.
Debe evitarse la inyección de grandes cantidades de anestésico en la cavidad peritoneal ya que
puede reabsorberse rápidamente produciendo efectos tóxicos.

La anestesia infiltrativa se utiliza en las grandes especies para suturar heridas y eliminar lesiones
cutáneas. La administración en forma de “línea de bloqueo” para realizar laparotomías (en cuyo
caso el agente se infiltra a lo largo de la sutura o línea de incisión) produce cierto grado de edema
tisular lo que interfiere con la cicatrización, es preferible siempre que se pueda el uso de la
anestesia regional.

Anestesia regional

Las técnicas de anestesia regional requieren de un entrenamiento previo ya que es muy


importante reconocer las distintas estructuras anatómicas que circundan a los nervios.

Dada la gran claridad y precisión aportada en la bibliografía no abordaremos esta temática en este
apunte. Para su estudio recurra al libro: Anestesia equina: Monitoreo y terapia en emergencia, 2da
edición 2009, capítulo 11. Editorial Elsevier.
Bibliografía recomendada:

Muir y col. (2009). Equine anesthesia: monitoring and emergency therapy, 2nd edition. Editorial
Elsevier.

Tranquilli y col. (2007). Lumb and Jones' Veterinary Anesthesia and Analgesia, 4th edition. Editorial
Blackwell.

Taylor y col. (2006). Handbook of Equine Anesthesia, 2nd edition. Editorial Elsevier

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