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EL DERECHO GENERAL INTERNACIONAL

Negociación Jurídica Internacional

Se entiende por este concepto a aquellas relaciones entre Estados que producen una norma
jurídica –bien sea general o particular- o bien, que la derogan. Estas negociaciones jurídicas
adoptan formas muy variadas, y las principales son: Congresos y Conferencias, Declaraciones,
Renuncias, Protestas, y de manera más destacada: Los Tratados.

Congresos y Declaraciones
Conferencias

Negociaciones Jurídicas
Internacionales
Protestas Renuncias

Tratados

Congresos y conferencias

De manera general, podemos definirlas como reuniones de Representantes de los Estados, cuya
finalidad es llegar a la conclusión de un acuerdo internacional sobre uno o varios asuntos:
establecimiento de reglas generales, solución de problemas concretos, creación de organizaciones
internacionales, etc.

Aun cuando formalmente no existe una distinción clara entre ambos términos, es posible
establecer una pequeña diferencia: Los Congresos se orientan hoy día hacia materias técnicas, o
técnico-jurídicas, y acusan, por otra parte, muchas veces un marcado carácter privado, no oficial.

Las Conferencias son reuniones formales de representantes debidamente autorizados para


discutir materias internacionales de interés común con el propósito de llegar a una solución
respecto a ellas.

El proceso habitual de la Conferencia (y también del Congreso) está constituido por una invitación
que hace un Estado a otros (o un Organismo Internacional a los Estados en él representados). En
esta invitación especial se especifican la materia o materias sobre las que tratará la conferencia, y
en ella se especifican el lugar y la fecha de la reunión y en ocasiones, se envía el reglamento al que
se sujetarán las reuniones correspondientes.
Los representantes a las Conferencias se acreditan, si son oficiales, con plenos poderes (infra) y si
sólo son participantes, o la Conferencia es de carácter no estatal (Congreso) se acreditan con una
simple carta o una credencial.

Por lo común, se escoge de antemano quién va a presidir el evento, quien usualmente es el


Secretario de Relaciones Exteriores del país que preside la invitación, aunque, también puede
haber excepciones. Comúnmente se nombran comités para repartir el estudio de los problemas o
las labores, y existe regularmente un cuerpo que lleva la orientación general política y técnica del
evento, que se llama Comité de Iniciativas (Steering Committee) y que regula y coordina las
actividades de los diversos comités. También funge este órgano como elemento para juzgar si
puede presentarse a la consideración de la Conferencia algún asunto nuevo, o alguna proposición
fuera del término señalado para ello. Este comité se transforma después en el eje de la Sesión
Plenaria, que es donde van surgiendo los asuntos aprobados en el seno de cada Comité,
presentados por el Relator de cada uno de ellos.

Discutidos los asuntos en estas Sesiones Plenarias, los que se aprueben por ella figurarán en un
documento que las contiene por orden y que se denomina tradicionalmente Acta Final. Ella se
firma por los delegados a la conferencia o congreso, aunque posteriormente también lo pueden
hacer otros Estados aunque no hayan estado representados, si este es su deseo.

Las Actas Finales son documentos excesivos, ya que contienen gran diversidad de asuntos:
Resoluciones, Recomendaciones, Declaraciones, Homenajes, etc., además de que la naturaleza
propia de los diplomáticos, obliga a que éstos estén sobrecargados de elementos poco
funcionales.

Declaraciones

Por declaración en el campo internacional, se han entendido cuatro diferentes cosas:

a) En una primera acepción significa la parte declarativa de un Tratado, también llamada


proemio.
b) En su segundo significado, declaración equivale a una manifestación de política o de una
conducta que se piensa seguir en lo sucesivo por una o varias naciones.
c) En la tercera acepción, significa una convención multilateral.
d) Finalmente, significa una manifestación unilateral que produce efectos jurídicos y éstas
últimas son las que propiamente deben considerarse como negociaciones jurídicas
internacionales.

Renuncias

La renuncia viene a ser el abandono voluntario de un derecho, o de una expectativa de derecho


cuando ellos son susceptibles de renuncia.

La renuncia puede ser expresa o tácita. Ejemplo de esta última es el caso de un territorio que pasa
a ser ocupado por otra nación, la cual hace a la primera una manifestación de ello y ésta no se
opone ni protesta. Se entiende que ha existido renuncia implícita.
La renuncia expresa puede ocurrir por ejemplo cuando un Estado renuncia a una reclamación a la
que tiene derecho para evitar una fricción o para llegar a un acuerdo con el Estado contra el cual
se tiene la reclamación.

Produce, por consecuencia, la renuncia, normas jurídicas en beneficio de otras naciones. Pero
debe ser aclarado que ella sólo vale en los límites precisos en que se manifiesta como
efectivamente deseada.

Protestas

Constituye una protesta una declaración de voluntad de un Estado en el sentido de que no se


reconoce como legítima una conducta o de que un estado de cosas no es aceptado, o de que un
acto que otros Estados planean realizar lesiona los intereses jurídicos del que formula la protesta.

La protesta es útil para fincar un derecho. Por ejemplo, si un país ocupa un territorio al que otro
Estado tiene una pretensión, esa protesta sirve para que no se perfeccione la ocupación y para
que sea tomado en consideración el Estado que protesta.

Para que sea válida la protesta ha de ser formal, y debe ser formulada por el órgano del Estado
que tenga la representación internacional.

Tratados

Se pueden definir como los Acuerdos entre dos o más Estados soberanos para crear, modificar o
extinguir una relación jurídica entre ellos.

Al paso del tiempo han recibido nombres muy diversos y ello ha contribuido a crear confusión en
torno a estos instrumentos, ya que han sido designados convenciones, acuerdos, convenios,
pactos, arreglos, compromisos, declaraciones, concordatos, modi vivendi, etc., pero ello no tiene
significación jurídica.

La convención y el tratado son sinónimos. Ni siquiera puede alegarse la pretendida diferencia de


que las convenciones son tratados multilaterales, porque la práctica no ha sido definida en ese
sentido.

Elementos

Tradicionalmente se ha sostenido que los tratados deben poseer ciertos elementos y tener
presentes ciertas cualidades para que tengan la validez debida. Se habla comúnmente de la
capacidad, del consentimiento, del objeto y de la causa.

Por cuanto a la capacidad, se puede mencionar que es un atributo propio de la soberanía. Sólo los
Estados soberanos pueden concertar tratados.

En lo que corresponde al consentimiento, éste debe ser expresado por los órganos de
representación competentes del Estado. Está contenido normalmente en el Derecho interno de
cada Estado y sólo en épocas de alteración o anormales, esta representación se ejerce de hecho.
De tal forma que un pacto internacional concertado por un órgano no competente carece de
validez por la falta de consentimiento expresado legalmente.

El objeto juega un papel importante como elemento de los tratados. Se habla de que deben tener
contenido lícito y esa licitud es tanto con relación al derecho internacional como al derecho
interno.

La causa es aquello que justifica la obligación, de tal forma que cuando se celebra un tratado en
donde no existe una causa, éste puede considerarse inválido.

Finalmente, por cuanto a la forma, los tratados deben revestir siempre la forma escrita. Se ha
mencionado que anteriormente podían celebrarse de manera verbal, pero ahora eso es
prácticamente imposible. Por lo demás, no se requieren otras formalidades para configurar un
tratado, pero la práctica ha venido consagrando un estilo o forma de redacción, que si bien no es
obligatorio, por lo menos resulta práctico por cuanto a su manejo.

Principalmente, el tratado va precedido del título. Continúa el proemio, que puede contener una
recapitulación de los propósitos que mueven a las partes a pactar y a veces, una breve mención de
antecedentes. En el proemio van los nombres de los plenipotenciarios, y la fórmula usual de que
se han comunicado “sus respectivos plenos poderes y encontrándolos en forma debida,
convienen:…” Posteriormente están los artículos o cláusulas, de las cuales las últimas señalan la
duración del tratado y al canje o depósito de las ratificaciones. Posteriormente van la fecha, firma
y sellos.

Reservas

Un Estado, al demostrar su consentimiento a un pacto, puede desear no quedar obligado por una
determinada disposición y entonces formula una reserva, quedando en ese caso en particular
fuera del tratado y las disposiciones reservadas. O también, quiere un Estado manifestar que el
tratado, para él, tiene tal o cual interpretación, y en este caso recibe el nombre de “declaración
interpretativa” por más que la esencia es la misma, pues el Estado queda obligado sólo en los
límites de su interpretación.

Las reservas pueden hacerse en el tratado mismo, pero esto es excepcional, ya que lo común es
que se formulen al momento de la firma, lo que se hace constar en el protocolo anexo a la
Convención.

En los tiempos modernos las reservas se han constituido en algo nocivo, que impide la realización
uniforme y homogénea de pactos internacionales, ya que así los diplomáticos buscan asegurar su
posición con sus gobiernos limitando hasta lo menos posible las obligaciones del Estado que
representan.

Ratificación

Ratificación es un término que deriva del Derecho Privado y significa confirmación. La ratificación
de los Tratados es la aprobación dada al tratado por los órganos competentes del Estado, que
hace que éste quede obligado en los términos establecidos en el cuerpo del tratado. La práctica de
la ratificación surgió desde la Revolución Francesa, es decir, con la organización democrática del
Estado.

El efecto de la ratificación es hace nacer, desde ese momento, un instrumento válido legalmente.
Ha habido discusión sobre si la entrada en vigor del tratado debe retraerse a la fecha de la firma
del pacto, pero hoy es ya uniformemente aceptado que la de la ratificación es la fecha que marca
el comienzo de la vigencia.

Una vez otorgada la ratificación no puede revocarse el tratado.

En nuestro país, el Senado es el órgano que tiene la atribución de ratificar los tratados
internacionales, de conformidad con lo establecido en el artículo 76 de la Carta Magna:

Artículo 76. Son facultades exclusivas del Senado:

I. Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal con base en los informes anuales
que el Presidente de la República y el Secretario del Despacho correspondiente rindan al Congreso.
Además, aprobar los tratados internacionales y convenciones diplomáticas que el Ejecutivo
Federal suscriba, así como su decisión de terminar, denunciar, suspender, modificar, enmendar,
retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los mismos;

Registro

Debido a que en el pasado era común que se celebraran pactos secretos, lo que habría sido un
factor de desagrado general, ya que por este motivo se determinó en el artículo 18 del Pacto de la
Sociedad de las Naciones incluir una disposición que establecía registrar en la Secretaría General y
de publicar los pactos llevados a efecto entre miembros de la liga.

Actualmente, el artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas aborda este mismo tema y
prácticamente es una transcripción del artículo citado, pues dispone que ninguna parte en un
tratado que no haya sido registrado y publicado por la Secretaría podrá invocar este tratado ante
órgano alguno de las Naciones Unidas, además establece que ese registro debe hacerse a “la
brevedad posible”, lo que deja más que claro la obligatoriedad de su registro en los términos
establecidos.

Reglas de interpretación

Aun cuando no existe realmente en el Derecho Internacional un sistema de interpretación de los


pactos, se han determinado un conjunto de reglas que han derivado de la práctica y que es posible
enumerar de manera general, en atención a lo citado textualmente por Oppenheim:

1. Todos los tratados deben ser interpretados de acuerdo con su sentido razonable, en
contradicción a su sentido literal.
2. Los términos empleados en un tratado deben interpretarse de acuerdo con su sentido
usual, en el lenguaje ordinario, excepto cuando no están usados expresamente con cierto
significado técnico o cuando no está aparente otro significado en el contexto del tratado.
3. Se debe suponer que las partes contratantes se proponen algo razonable, algo adecuado
al propósito del tratado y algo no inconsistente con los principios del derecho
internacional generalmente reconocidos.
4. Todo el tratado debe ser tomado en consideración, si el significado de una de sus
estipulaciones es dudoso.
5. El principio in dubio mitius debe aplicarse a la interpretación de los tratados. Si, por
consiguiente, una estipulación es ambigua, el significado que debe preferirse es el que es
menos oneroso para la parte que asume una obligación, o que interfiere menos con la
soberanía de una parte, o que implica menos restricciones para las partes.
6. Puede hacerse referencia a tratados previos entre una de las partes y terceros para el
propósito de aclarar el significado de una estipulación.
7. Si son admisibles dos significados de una estipulación según el texto del tratado, debe
prevalecer el significado que la parte que propuso esta estipulación conocía en ese tiempo
como ser el significado preferido por la parte que la acepta.
8. Si son admisibles dos significados, debe preferirse aquel que conceda menores ventajas
para la parte que se beneficia.
9. La máxima expressio unius est exclusio alterius ha sido observada en los tribunales
internacionales en algunos casos planteados ante ellos.
10. Es del conocimiento común que si un Estado mantiene un significado de un término que
es diferente del que se acepta generalmente, y si a pesar de ello otro Estado entra en
pacto con él, ese significado deberá prevalecer.
11. Si el significado de una estipulación es ambiguo y una de las partes contratantes, antes de
que surja la controversia, hace saber qué significado le atribuye, la otra parte no puede
insistir en un significado diferente si no protestó oportunamente.
12. Debe concederse que las partes se propusieron que las estipulaciones del tratado tuvieran
ciertos efectos, y no que no tuvieran ninguno. Por consiguiente, no es admisible la
interpretación que vuelva sin sentido o ineficaz una estipulación.
13. Todos los tratados deben interpretarse en el sentido de excluir fraude y de hacer su
operación consistente con la buena fe.
14. Las normas aplicadas comúnmente por los tribunales en la interpretación del derecho
interno son sólo aplicables en tanto que reglas generales de jurisprudencia.
15. Si un tratado se concluye en dos idiomas diferentes y existe una discrepancia entre los dos
textos, cada parte está obligada sólo por el texto de su propio idioma, a menos que se
hubiese pactado de otro modo.
16. Es una regla bien establecida en la práctica de los tribunales internacionales que los
trabajos preparatorios (notas, memoranda, actas, etc.), pueden auxiliar para el propósito
de interpretar cláusulas controvertidas de un tratado.

Extinción de los Tratados

Los pactos internacionales terminan sus efectos por causas muy diversas y unas de ellas emergen
del mismo tratado, en tanto que otras aparecen a posteriori.
Entre las primeras han de mencionarse el término, la condición, la ejecución y la denuncia. Caben,
entre las segundas, la renuncia, el incumplimiento, la guerra, la extinción del sujeto y, bajo ciertas
circunstancias, la imposibilidad de realizar el objeto y el cambio radical de las circunstancias que
motivaron el pacto.

Muy comúnmente queda prevista en el Tratado la duración del mismo, por lo que llegado el
vencimiento el pacto expira sin necesidad de que una de las partes lo comunique a la otra.

Hay tratados que tienen por objeto la realización de cierto acto, y este tipo de pactos, llamados
“dispositivos” por algunos autores, expiran cuando se cumple ese objeto. Tal sería el caso de los
tratados de cesión de territorios, que son de ejecución automática.

La renuncia a los derechos que confiere un tratado, aceptada por la otra parte de forma expresa o
tácitamente, es también una manera de terminar un pacto internacional, pues equivale a un
mutuo consentimiento.

El efecto de la guerra entre Estados que son parte de un tratado bilateral, o entre Estados que
hayan suscrito una convención multilateral es bastante complicado y no ha quedado todavía
resuelto por la doctrina internacional.

La extinción del sujeto internacional que es parte de un tratado conduce, en ocasiones, a la


terminación del mismo, pero aun cuando no hay una regla general, puede afirmarse que hay
pactos que continúan vigentes con el Estado que se beneficia con la sucesión parcial o total, del
Estado que desaparece.

Para concluir, podemos afirmar que un tratado no deja de tener valor cuando cambian las
circunstancias, sino porque ese cambio deja entender que el tratado no podría ser aplicado ya de
manera congruente, esto es en relación al principio del rebus sic stantibus (mientras las cosas
permanezcan como están) que reconoce que las circunstancias son fundamentales para el
cumplimiento de los tratados, como también lo es la solución pacífica de los conflictos
internacionales.

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