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El proceso de sanción de la ley de educación común en Argentina
I. Introducción.
El propósito del presente trabajo es analizar brevemente los factores que influyeron en el
proceso sociopolítico que derivó en la sanción de la Ley Nacional de Educación Común, conocida
frecuentemente como ley 1420. Integraran este análisis un repaso del contexto histórico de
Argentina de principios de la década de 1880 y los principales problemas políticos que enfrentó el
poder central durante esta etapa. Así mismo, se realizará un somero detalle de los antecedentes
legislativos nacionales e internacionales que fueron inspiración y modelos para los principales
impulsores de esta iniciativa. Finalmente se presentaran los debates en torno a las controversias
centrales del proceso en general y el debate legislativo en particular, haciendo mención específica
a las posiciones de los más destacados exponentes de las mismas.
II. La construcción del EstadoNación en Argentina hacia 1880: avances y cuentas pendientes.
La sanción de la Constitución de 1853 lejos de constituir una línea de llegada, significo más
bien un punto de partida, una enunciación de un proyecto de nación, “un programa por realizar,
una ambición por cumplir” (Zanotti (1984) citado por Filmus, 1996)
Este programa implicaba, desde un punto de vista de gobierno, resolver diferentes
problemáticas que requerían el desarrollo de las facultades que hacen a la definición del Estado
moderno, entendidas como la capacidad de (1) exteriorizar su poder (soberanía), (2)
institucionalizar su autoridad, (3) diferenciar su control e (4) internalizar una identidad colectiva.
(Oszlak, 1978).
Luego de resolver mayoritariamente el primer problema luego de las guerras por la
independencia, el próximo desafío de nuestra organización nacional pasó por lo que Natalio
Botana denominó el problema de la reducción a la unidad y las formas en que dicha tarea fue
encarada por los distintos líderes políticos y militares entre 1820 y 1852. (Botana, 1986:26) Este
dilema presentó, como en otros casos nacionales, la disyuntiva entre la construcción de la
obediencia a partir del acuerdo o por medio de la coacción.
De más esta decir cual fue la forma preeminente durante gran parte de la primera mitad del
siglo XIX. Pero luego de Caseros, primero el Acuerdo de San Nicolás y luego la Constitución de
1853, iniciarán una etapa de preeminencia de la estrategia del pacto, principalmente entre las
provincias del interior. Sin embargo, las grandes diferencias en los proyectos de país de estas y el
puerto de Buenos Aires mantendrían la opción militar como dominante en la relación entre ambos
bloques a lo largo del periodo constitucional que se prolonga entre 1853 y la resolución final de la
disputa con la derrota de Buenos Aires y la federalización de la capital en 1880.
Este periodo, principalmente durante las presidencias de Mitre, Sarmiento y Avellaneda, estará
signado por el fortalecimiento paulatino del poder central (Puiggros, 2002), la estructuración de
intereses comunes entre las distintas elites provinciales y su manifestación en un dispositivo
político y la resolución exitosa a favor del poder central de las distintas sublevaciones provinciales
a través de una compleja trama de acuerdos entre las distintas elites provinciales y funcionarios
del gobierno nacional.(Botana, 1986)
Precisamente la sucesiva imposibilidad de los intereses porteños de imponer a sus candidatos
a la presidencia y la elección de Julio A. Roca como presidente derivó en la sublevación de
Buenos Aires, que sería la última provincia en someterse a la Nación. Su derrota a manos de las
fuerzas de Roca, marcaría el fin de la etapa dura del “orden” y el comienzo de una nueva etapa,
una etapa destinada a consolidar el “progreso” (Oszlak, 1977) bajo los objetivos de la
diferenciación del control político y la creación de una identidad colectiva capaz de integrar bajo
los intereses de los sectores dominantes a la totalidad de los argentinos y a la gran masa de
inmigrantes que arribaban al país (Bravo, 1984:28)
III. La política educativa hasta la sanción de la ley.
La derrota de Buenos Aires, la federalización de la capital y el correspondiente traspaso de
múltiples escuelas a la orbita nacional, consolidaron la creciente conciencia de múltiples sectores
de la elite gobernante acerca de la necesidad de la sanción de una legislación nacional sobre
educación que permitiera avanzar hacia una política de identidad nacional.
Desde la sanción de la Constitución de 1853, había un consenso sobre la importancia de la
educación como herramienta para la fortalecer el proyecto de país. Sin embargo, la dualidad que
la Carta Magna impuso respecto a las potestades de la Nación y las provincias sobre la
responsabilidad educativa, estimuló dos debates centrales que al no poder resolverse fueron
definiendo un sistema educativo fragmentado y sujeto a múltiples intereses.(Puiggros, 2003:734)
El primer debate tuvo su eje dentro del liberalismo y giró alrededor de las posiciones de
promover una educación popular o una educación de elites. Esta controversia dentro del los
grupos gobernantes fue generando acciones de gobierno orientadas tanto hacia la construcción
de una educación media dirigida hacia los sectores dirigentes, como hacia el desarrollo y el
fortalecimiento de una educación común bajo control popular. El primero de los proyectos fue
encarnado por Bartolomé Mitre y tuvo como principales resultados la creación de Colegios
Nacionales en varias provincias. El segundo proyecto fue impulsado por Sarmiento, tanto en sus
roles de carácter provinciales, como durante su presidencia y quedaría reflejado profundamente
en la sanción de la ley provincial de educación común de la Provincia de Buenos Aires en 1875.
El segundo debate anticipó lo que sería la contradicción principal de las discusiones
parlamentarias en el tratamiento de la ley en el Congreso de la Nación. Este debate tuvo como
contendientes a las posiciones laicas de los liberales y la posición que reclamaba la potestad de la
Iglesia Católica como custodia de la moral y “religión oficial” consagrada por la Constitución
Nacional de participar en la enseñanza y lo que hoy denominaríamos la reproducción cultural de la
sociedad argentina. Este debate excedía las fronteras de nuestro país, y constituyó uno de los
ejes centrales de la relación del Vaticano con muchos de los estados de matriz liberal en Europa y
América Latina en el siglo XIX. Al igual que con el debate anterior, las múltiples interpretaciones
que permitía la normativa constitucional, postergaría una solución consensuada y habilitaría la
implementación de dispositivos institucionales disímiles, atendiendo a la mayor o menor influencia
que cada uno de los sectores tendría en los territorios. (Rivas, 2008:9)
IV. Los antecedentes del proyecto de ley.
El traspaso de las escuelas que la provincia de Buenos Aires poseía en el nuevo territorio
federal a la orbita nacional fue oficializado por un acuerdo y reglamentado por un decreto del
Poder Ejecutivo en enero de 1881. Contemplaba el mantenimiento de la vigencia de la ley
provincial de educación común de 1875 con ciertas modificaciones que establecía el decreto. Así
mismo, se creaba el Consejo Nacional de Educación, a cuyo frente se designó a Sarmiento y se
instaba al Congreso a la sanción de una ley de Educación Común. Por iniciativa de Sarmiento se
convocó a un “Congreso de profesores y personas competentes para tratar en conferencias y en
discusiones pedagógicas, cuestiones relativas a la enseñanza y a la educación
popular”(Weinberg, 1984:8).
El Congreso Pedagógico de 1882 sería la caja de resonancia donde se amplificarían todos los
debates que venimos mencionando en los párrafos anteriores. Durante el mismo, quedarían
claramente delimitadas las fisuras de los actores políticos y pedagógicos en torno a la cuestión de
la enseñanza laica vs. la enseñanza religiosa, que agrupaba a conservadores y liberales católicos
frente a liberales laicos y las posiciones en torno a la cuestión de la centralización
descentralización de la política educativa, que reunía a sectores católicos y liberales favorables a
la educación con control popular frente a los partidarios del férreo control del Estado central en
temas educativos. La posición vencedora en el congreso pedagógico fue la de los partidarios de
una educación laica bajo un fuerte control del poder central (Puigross, 2002:87) y sus
conclusiones respecto a gratuidad de la educación común, la fijación de un minimum de
instrucción obligatoria, la prescripción de la enseñanza mixta, la proporción de docentes y
alumnos y la política de financiamiento tendrían gran influencia en el articulado final de la ley que
aprobaría el Congreso Nacional.(Weinberg, 1984:11)
V. El debate parlamentario.
Sin haber cumplido con el propósito de redactar un nuevo proyecto, el Poder Ejecutivo Nacional
envía a consideración del Congreso el decreto de enero de 1881, el cual fue aprobado por la
Cámara de Senadores de la Nación con alguna modificaciones menores (Bravo, 1984:38). La
Cámara de Diputados encomienda a la Comisión de Culto e Instrucción Pública la redacción de un
proyecto de ley orgánica cuyo despacho será finalmente presentado el día 9 de junio de 1883, a
más de un año y medio del ingreso del proyecto en la Cámara Baja.
El 4 de julio el miembro informante de la comisión Mariano Demaría presenta el proyecto de ley
dando comienzo a uno de los debates legislativos y de opinión pública más interesantes y
apasionados de la historia argentina (Weinberg, 1984:13)(Bravo, 1984:39)
Tal como mencionáramos más arriba, la dualidad y las interpretaciones diversas que la
Constitución Nacional generaban respecto a la educación habían cristalizado un conjunto de
legislación y arreglos institucionales que favorecían a los intereses de los distintos actores y sus
particulares puntos de vista según su influencia en las distintas regiones del país (Puiggros,
2003:8285). Según Weinberg, el proyecto presentado por el Diputado Demaría apuntaba
precisamente a consolidar esta situación y tornar la legislación nacional a un conjunto de acciones
declamativas sin efecto real sobre la realidad educativa.(Weinberg, 1984:13)
Esta posición de los sectores conservadores, de carácter mayoritaria en la Comisión redactora,
será resistida por el Diputado Leguizamón, quien redactará un proyecto alternativo en el espíritu
del Congreso Pedagógico y los lineamientos de los liberales laicistas.
El debate parlamentario terminó girando alrededor de la cuestión religiosa y los argumentos de
las partes dieron muestra de la conflictiva relación que Estado e Iglesia Católica respecto al control
de la reproducción cultural de las comunidades y la regulación de las actividades que ambas
instituciones consideraban claves en la base de la sociedad y por lo tanto, línea de combate de su
influencia social. (ver cuadro Nº1)
Cuadro I – Principales posiciones y argumentos en el debate parlamentario
Conservadores y liberales católicos Liberales Laicistas
Inclusión de la Inclusión de la religión católica dentro La Constitución es tolerante respecto al
religión en la del minimum de instrucción obligatoria culto, la escuela debe ser tolerante. No
enseñanza (Dip. Dimaria) puede invitarse a los inmigrantes a poblar
el país e imponerles una religión
determinada.(O.Leguizamón)
El maestro es civil... no se exige para ser
Dictado de la asignatura dentro del maestro condiciones de comunión
horario a cargo del maestro(Dip. determinada.
Dimaria) La religión se enseñara fuera del horario
escolar a cargo de un sacerdote o ministro
de cada culto.(O.Leguizamón)
Constitución y La CN invoca el nombre de Dios... La CN es el código de la moral y religión
religión católica Prescribe que el primer mandatario debe política.
ser católico. El Presidente debe ser católico pero sujeto
Las autoridades sostendrán el culto a la constitución, qué limita su condición
católico... religiosa.
Promueve la conversión al catolicismo. El Estado sostiene el culto católico
Todos la legislación preconstitucional materialmente.
declara la religión católica como religión La promoción del conversión sólo se
de Estado. aplica a los pueblos de frontera como
El concepto de estado no es neutro, no política de pacificación.
puede ser racionalmente ateo. (Dip. Lagos Garcia)
(Dip. Goyena)
Influencia territorial y Cuando se legisla sobre la escuela, se
comunitaria legisla sobre la renovación de la
sociedad.
La Iglesia quiere la enseñanza religiosa
en la escuela.... la desea allí donde el
clero sea escaso.
(Dip. Goyena)
Cuando el Estado es concebido como
una entidad superior a los derechos
individuales, que no respeta el deber y
facultad del padre de familia,,, y a la
Iglesia en su misión docente... el Estado
lo llena todo.
El proyecto de los señores diputados
peca pues, por inconstitucional... es el
primer paso para implantar una
legislación irreligiosa, en las variadas
relaciones de la vida civil.(Dip. Goyena)
El resultado del debate reflejo nuevamente la posición dominante de los sectores laicos y, tal
cómo había ocurrido durante el Congreso Pedagógico de 1882, la preeminencia de la
centralización y del control del Estado por sobre las orientaciones favorables al control popular
(Tedesco, 1986:9495)
VI. La línea de llegada: particularidades de la ley 1420.
Así como en los territorios de Prusia en 1872 y en Francia en 1883, el estado argentino tendría
un ley de educación común obligatoria, gratuita y laica, que pasaría a la posteridad por su número
de orden, el 1420. (Bravo, 1984:367)
Esta ley tendría vigencia en la Capital Federal y los territorios nacionales y su estructura
normativa comprendía los siguientes capítulos:
Capitulo 1 – Principios Generales: Se establece la obligatoriedad, gratuidad y gradualidad de la
educación primaria (Art.2) y se definen las edades que comprenden la franja etaria destinataria
(6 a 14 años)(Art.1). Se define el minimun de instrucción obligatoria tanto para la enseñanza de
niños (Art.6) como de adultos (Art.12), la estructuración de los agrupamientos para definir la
gradualidad (Art.9), la preferencia de la concurrencia mixta de los seis a los diez años (Art.10) y
se destaca la importancia de la higiene asociada a la educación (Art.13). Se define los tipos de
escuela donde pueden instruirse los niños (pública, privada y hogar) (Art.4), su certificación y
se explicitan las condiciones de dictado de religión en la escuela pública (Art.8).
Capitulo 2 – Matriculación y registro: Se definen los registros obligatorios y rutinas
administrativas vinculadas a los mismos.
Capitulo 3 – Personal docente: Se definen los requisitos para el acceso a la docencia y las
obligaciones del mismo. Se define el fondo de pensiones docente.
Capitulo 4 – Inspección y administración de escuelas: Se definen las rutinas de inspección y se
crean los cargos de inspectores de enseñanza. Se definen los Consejos Escolares de distrito,
la forma de constitución de los mismos, su funcionamiento y obligaciones.
Capitulo 5 – Fondo de escuelas: Fuentes de financiamiento del tesoro de escuelas.
Capitulo 6 – Dirección y Administración de Escuelas: Definición del Consejo Nacional de
Educación, composición y pautas para el nombramiento de sus miembros. Atribuciones y
deberes del mismo.
Capitulo 7 – Bibliotecas y subvenciones: Creación de Biblioteca para maestros y normas de
funcionamiento para bibliotecas en el área de aplicación de la ley que reciban subsidio
nacional.
Capitulo 8 – Escuelas particulares: Deberes y derechos para escuelas de gestión particular.
Capitulo 9 – Disposiciones complementarias: Definiciones sobre calculo de escuelas por
población hasta nuevo censo, funcionamiento de las Escuelas Normales de la Capital, control
de insistencias y procedimientos para el la correcta aplicación del mismo.
VII. A modo de conclusión.
La sanción de la ley marcó el fin de un proceso abierto por la sanción de la Constitución de
1853 y cerró provisionalmente el debate, que durante tres décadas, se centro alrededor de las
potestades de los distintos poderes públicos y sociales de influir en el carácter y orientación de los
futuros ciudadanos de la Nación. Constituyo además, el primero de los múltiples pasos que el
Estado nacional daría hacia la conformación de la identidad nacional y el establecimiento del
monopolio de la emisión de “símbolos que refuercen los sentimientos de pertenencia y solidaridad
social” ...[]... “y aseguren el control ideológico de la dominación”(Oszlak, 1977:119). Este punto es
de vital importancia para comprender la resistencia que los sectores de matriz religiosa que
defendían la tradicional función cultural de la Iglesia en grandes porciones del territorio nacional.
El componente laicista de la ley buscaba asegurar la pérdida de influencia de esos sectores
más conservadores de la sociedad y convertía a la escuela en una herramienta central para la
difusión de la “civilización” y el “progreso”.
Pero la excesiva centralización de la política educativa nacional permanentemente desactivo
desarrollos más democráticos y participativos o los confinó sólo a tareas secundarias, cortando la
posibilidad de generar relaciones sociales más modernas. Por otra parte, la filtración de los
valores conservadores en los mensajes y prácticas hacia adentro del sistema educativo (Puiggros,
2003:86) provocó que el resultado final fuera mucho menos positivo del buscado por sus
promotores, aunque posiblemente mucho más cercano al ideal del control oligárquico que
caracterizó ese periodo. Las contradicciones entre orden y progreso la mayor parte de las veces
se resolvieron a favor del primero.(Oszlak, 1977:134)
Esta combinación entre centralización legal y discursos y prácticas conservadoras desarrollaría
una cultura burocrática que permitiría la subordinación del sistema educativo (Puiggros, 2003:87)
que sería funcional a la implementación de los diversos proyectos políticos que se sucedieron en
el siglo XX y que tal vez, expliquen la larga duración de la 1420 como instrumento legal
organizador de la educación básica en la Argentina.
VIII. Bibliografía utilizada
BOTANA, Natalio (1986) El orden Conservador, Buenos Aires; Hyspamerica.
BRAVO, Hector (1984) A cien años de la Ley 1420, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina,
Cap. 1.
LEY 1420 de Educación Común.
OSZLAK, Oscar (1977) Formación histórica del Estado en America Latina: Elementos teórico
metodológico para su estudio, Buenos Aires: CEDES.
PUIGGROS, Adriana (2003) Qué paso en la educación argentina: breve historia de la conquista
hasta el presente, Buenos Aires: Galerna, pps. 73 a 90.
RIVAS, Axel (2008) ¿Cómo gobernar la educación? Claves frente a los desafíos de la
nueva agenda educativa, Serie “Proyecto Nexos: Conectando saberes y prácticas para el diseño
de la política para el diseño de la política educativa provincial” Documento Nro. 1, Buenos Aires:
CIPPEC.
TEDESCO, Juan Carlos (1986) Educación y sociedad en la Argentina (18801945), Buenos Aires:
Solar. Cap. 4
WEINBERG, Gregorio (1984) Ley 1420. Centenario de su promulgación, Buenos Aires: Ministerio
de Educación y Justicia.