La catrina es un personaje que se ha ido caracterizando como un símbolo
popular de la muerte y también como una representación de la cultura mexicana; la catrina surge en el siglo XIX y principios del XX, durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, por el caricaturista José Guadalupe posada que nació en Aguascalientes en donde se encargó de hacer críticas sociales que evidenciaban situaciones de desigualdad e injusticia en el país y en la sociedad porfiriana, historias de crímenes a políticos, damas, toreros, etc., que lo hicieron famoso dentro del arte popular por sus ilustraciones de las calacas o calaveras con un enorme sombrero y que en ese tiempo la llamo “la calavera garbancera”, y le pone ese nombre porque era una crítica a todos esos indígenas que se habían hecho ricos y se olvidaron de sus orígenes y se sentían de la alta sociedad, años después Diego Ribera que era admirador de José Guadalupe se encargó de pintar un mural llamado “un sueño de una tarde dominica en la alameda central” en donde lo pinta a él y por primera vez a la calavera garbancera en donde le pone un vestido lujoso, estola de plumas, sombrero y la nombra la “catrina” ya que está bien vestida como el catrín; aunque en esta no tenga una vestimenta definida y es por eso que desde entonces se le ha llamado de esa forma.