El Desarrollo Del Niño Entre Los 3 y Los 6 Años

[AFO010034] Master en Psicología Infantil (Titulación Universitaria + 60 Créditos ECTS)
[MOD010508] Primer Ciclo de Educación Infantil. El niño de 0-6 Años

[UDI027274] El Desarrollo del Niño entre los 3 y los 6 Años
Objetivos
Comprender cómo se refinan las destrezas motoras durante estos años, se desarrolla la
coordinación de movimientos y se adquieren las bases espaciales que permitirán la
comprensión de nociones abstractas.
Describir el avance en la adquisición y uso del lenguaje, enfatizando la influencia de los
factores afectivos en este proceso.
Señalar las características del pensamiento preoperacional propio del niño o niña en esta etapa
de crecimiento.
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Analizar la problemática afectiva del niño o niña en el triángulo padre-madre-hijo/hija y el
importante avance que supone la escolarización para su desarrollo social.

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Mapa conceptual
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1. El desarrollo psicomotriz
En la etapa anterior asistimos al surgimiento de las habilidades de manipulación/prensión y de la
marcha. Al inicio de este estadio, y gracias al afinamiento de tales destrezas, el niño o niña es capaz,
entre otras cosas, de brincar, trepar y lanzar objetos; su motricidad se hace más flexible y sus
acciones más coordinadas y armoniosas.
A pesar de los avances motóricos observados sobre los cuatro y los cuatro años y medio, en
ocasiones se da una regresión sobre la edad de cinco años. Este retroceso viene a imponer los
modelos anteriores y el niño o niña se muestra menos espontáneo en sus movimientos, incluso en
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ocasiones un poco torpe. No obstante, esta aparente involución desaparece hacia los seis años y el
niño o niña vuelve a ganar habilidad, fuerza y validez (Du Saussois, Dutilleul y Gilabert, 1992).
El conocimiento del espacio va a suponer un avance importante en esta etapa del crecimiento, pues
resulta esencial, no sólo para el desarrollo motor, sino también para el desarrollo intelectual.
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Siguiendo a Du Saussois et al. el niño o niña va a llegar a conocer la noción de espacio mediante dos
vías:
Conocimiento directo mediante la práctica de desplazamientos y manipulaciones de los
objetos.
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Conocimiento indirecto transmitido por el entorno y que consiste en la denominación de los
objetos o los lugares, así como de los mandatos y prohibiciones relacionados con ellos.
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Muy pronto, estas dos fuentes de conocimiento, la verbal y la práctica, se entrelazarán y permitirán
al niño o niña comprender nociones abstractas.
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En primer lugar, el niño o niña elabora su propio espacio postural; más tarde se hace consciente de
su espacio circundante. El siguiente paso supone ya la adquisición de nociones abstractas como
“delante” y “detrás”. Finalmente, no es hasta los seis años, cuando domina la subjetividad y no se
atiende exclusivamente a su propio esquema corporal para orientarse, que comprende bien los
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conceptos “izquierda” y “derecha”.
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2. Desarrollo cognitivo y pensamiento preoperacional
El período del pensamiento preoperacional se manifiesta en la aparición de la representación
(función simbólica) y de la inteligencia verbal.
El conocimiento en esta etapa viene caracterizado por los siguientes aspectos:
Pensamiento infantil
El pensamiento infantil se caracteriza por la confusión entre causa y efecto, y entre el mundo
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psíquico interior y el mundo físico externo. Lo primero impide al niño clasificar y ordenar objetos y
acontecimientos; lo segundo le lleva a confundir la ficción con la realidad.
Egocentrismo
El egocentrismo es la tendencia del niño o niña a centrarse y remitir todo a sí mismo. Esto le impide
adaptarse al punto de vista de los demás. El egocentrismo no es egoísmo; representa la creencia del
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niño o niña de que todas las personas tienen los mismos sentimientos y pensamientos que él.
Animismo
El niño o niña atribuye vida, conciencia y sentimientos a los juguetes y demás cosas inanimadas de
su entorno.
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Artificialismo
El niño o niña piensa que todo lo que le rodea es producto de la mano del hombre y la mujer. Por
ejemplo, puede creer que el hombre o mujer ha fabricado el sol o las estrellas.
Centración
Consiste en atender o centrarse en un único aspecto o rasgo sobresaliente en detrimento de los
demás. Esto supone una incapacidad para considerar y coordinar simultáneamente varios aspectos
de un objeto o hecho.
Ejemplo
Le presentamos al niño o niña dos vasos como el de la izquierda (a) llenos con la misma cantidad de
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agua. A continuación, vertemos el contenido de uno de ellos en otro vaso más alto y delgado como el
de la derecha (b). Si le preguntamos al niño o niña en qué vaso hay más agua, seguramente
responda que en el vaso “b”.
Este es un buen ejemplo de la centración durante el período preoperacional: el niño o niña no tiene
en cuenta las diversas dimensiones del objeto, sólo la altura, que le hace parecer más grande en el
caso “b”, sin atender a la anchura.
Estatismo
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El estatismo supone una carencia de los esquemas necesarios para representar mentalmente las
transformaciones realizadas sobre los objetos. En el ejemplo anterior se manifiesta en la incapacidad
del niño para analizar los vasos conjuntamente; es decir, no presta atención al proceso de cambio
del agua de un vaso a otro.
Irreversibilidad
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La irreversibilidad constituye la limitación más grande del pensamiento preoperacional y se
manifiesta en la incapacidad para representar una acción en los dos sentidos de su recorrido. Por
ejemplo, comprender cómo el agua helada puede descongelarse y volver a congelarse de nuevo.
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3. Etapas en el desarrollo del lenguaje
La edad específica en la que los niños comienzan a hablar puede variar, ya que intervienen las
particularidades individuales dependientes del estado y función del aspecto anatómico y sistema
nervioso, del aspecto psicológico, de las condiciones de educación y de las características del
lenguaje de las personas que rodean al niño.
En general, en esta edad, se pasará de 1.000 a casi 3.000 palabras, se producirá un incremento en el
pensamiento egocéntrico, se expresa más sobre lo que experimenta y necesita encontrarse frente al
problema para resolverlo.
3.1. El lenguaje de los 3 a los 4 años
El lenguaje como juego EM

A esta edad, el niño o niña habla mucho. El lenguaje se ha convertido en el mejor de los juegos. Le
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gusta hablar consigo mismo o misma, con sus muñecos o con personajes imaginarios, inventar
palabras, frases y rimas y escuchar cómo suena.
Pregunta sobre cualquier cosa y es capaz de captar el sentido peyorativo o positivo de una expresión
y la manera en que esto influye en los demás.

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La fonética
El niño o niña de cuatro años puede reconocer e interpretar correctamente todos los fonemas de su
lengua materna pero aún no es capaz de pronunciar todas las palabras adecuadamente, en especial,
las más largas, las que no conoce bien o aquellas en las que se combinan dos consonantes. Al mismo
tiempo, va comprendiendo mejor aspectos como la entonación y demás recursos orales.
La semántica
El vocabulario del niño o niña se enriquece, no sólo con nombres, sino también con verbos,
pronombres, adjetivos, conjunciones…
Durante estos años de especial sensibilidad a los fenómenos lingüísticos, la afectividad puede ayudar
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enormemente al niño o niña a aprender nuevos vocablos. Por un lado, el afecto sentido hacia sus
padres o hermanos, lleva al niño o niña a imitar sus palabras; por otro lado, las palabras cargadas de
significado afectivo para el niño o niña sin retenidas con mayor fuerza en su memoria.
A pesar de todos estos avances, la capacidad del niño o niña para representar conceptos no se han
asentado definitivamente, por lo que muchas veces empleará palabras cuyo significado no entiende.
La morfosintaxis
Los avances en esta área se pueden resumir de la siguiente manera:
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3.2. El lenguaje a los 5 años
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La fonética
El aspecto articulatorio del lenguaje mejora considerablemente. Es importante ahora saber escuchar
con paciencia al niño o niña y no intentar anticipar lo que quiere decir cuando nos habla o cuando no
articula las palabras con claridad (González, 2006).
Sigue interesándole mucho el sonido de las palabras, independientemente de su significado y llega a
compararlas por la forma en la que suenan, lo que muchas veces da lugar a palabras
etimológicamente incorrectas.
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Semántica y morfosintaxis
Los principales avances en estas áreas son:
El vocabulario del niño o niña de cinco años es cada vez más preciso y complejo y ya sabe
distinguir los adjetivos y utilizarlos con su significado específico.
Elabora oraciones compuestas de dos o más oraciones (expresando cada una de ellas ideas
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distintas).
Emplea correctamente los relativos, conjunciones, posesivos, tiempos verbales y condicionales.
Va desapareciendo el fenómeno de la generalización (por ejemplo, decir “rompido” en vez de
“roto” por no tener en cuenta las irregularidades de la lengua) propio de etapas anteriores.
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Monfort y Juárez Sánchez (1987) advierten de que, si bien la sintaxis del niño o niña en esta
edad es muy parecida ya a la del adulto, el uso del lenguaje aún no tiene una finalidad de
intercambio de información, sino que más bien es una forma de juego o de satisfacción de las
propias necesidades. Es por eso tan frecuente ver a los niños y niñas abstraídos en constantes
monólogos.
De acuerdo con Brown (1973), el desarrollo sintáctico de los niños y niñas durante este período
se puede resumir en torno a tres etapas en las que se adquieren habilidades de complejidad
creciente:
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3.3. El lenguaje a los 6 años
Fonética
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A esta edad el niño o niña ya comprende y reproduce prácticamente todos los sonidos del lenguaje,
aunque algunas combinaciones de sonidos propias de determinados idiomas pueden plantear
problemas.
Vocabulario
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Se incrementa espectacularmente de manera que cada año, el niño aprende unas 1.000 palabras
nuevas.
Sintaxis
El desarrollo sintáctico sigue su curso progresivo con dos momentos de mayor crecimiento: a los seis
y, más tarde a los once o doce años.
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4. El desarrollo afectivo y psicosocial
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A medida que el niño o niña va descubriendo el mundo exterior y va concibiendo a otras personas
distintas de sí mismo va dándose cuenta de que también ha de compartir con ellas.
La prueba decisiva llega cuando es consciente de que su madre es una realidad aparte y debe
compartirla con su padre y hermanos y hermanas. La forma en que se resuelva este conflicto
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determinará en gran medida la evolución de su personalidad.
La figura del padre, por tanto, adquiere una relevancia de la que antes carecía. Además, los
progenitores se yerguen para él ahora como figuras de autoridad pero, al mismo tiempo reclama de
ellos cariño y protección, por eso, tendrá que comenzar a someterse a las normas que le imponen. La
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formación de fuentes externas de control va a ser, de hecho, uno de los factores fundamentales que
llevan al niño o niña a percibir una realidad exterior a él.
El niño o niña comienza también a comprender mejor los lazos afectivos que unen a sus padres. Es
ahora cuando surge el miedo de perder el afecto de su figura de apego; de hecho, en algunas
ocasiones se desarrollará lo que se conoce como complejo de Edipo.
En general, esta etapa se caracteriza por el absolutismo de los sentimientos y el temor a la pérdida.
La incorporación a la escuela supone un importante cambio en el desarrollo social del niño o niña,
pues significa ampliar el grupo de referencia, más allá de la propia familia. Profesores y compañeros
de clase van a jugar a partir de ahora un importante papel en la educación y socialización del niño o
niña.
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Especial relevancia tienen los denominados “grupos de iguales”: los niños o niñas de la misma edad
y similar desarrollo psicológico. A pesar de su egocentrismo, el niño o niña ya va adquiriendo
conciencia de los demás niños y niñas y los concibe ya como compañeros/as de juegos, aunque a
menudo también los verá como una amenaza o como potenciales rivales.
Poco a poco, el niño o niña se irá mostrando más espontáneo en estos grupos de iguales que en su
propio hogar, donde ahora sus padres revisten cierto aire de autoridad para él o ella. Por otra parte,
esta es la edad en la que suelen surgir los celos y las envidias entre hermanos, que se “disputan” la
atención de sus padres. Serán frecuentes, por tanto, los conflictos y el continuo reclamo del niño o
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niña al adulto para que los dirima.
En resumen, a partir de ahora, la escolaridad y la educación familiar serán los pilares del desarrollo
del niño o niña, ayudándole a fortalecer lazos de amistad y sentimientos de cooperación.

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Recuerda
Durante el período de los tres a los seis años se afinan las destrezas motoras de
manipulación/prensión y de la marcha, por lo que el niño o niña se hace capaz, entre otras
cosas, de brincar, trepar y lanzar objetos.
El conocimiento del espacio va a suponer un avance importante en esta etapa del crecimiento,
pues resulta esencial, no sólo para el desarrollo motor, sino también para el desarrollo
intelectual. Esto permitirá al niño o niña comprender nociones abstractas como
“delante/detrás”.
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El pensamiento propio de esta etapa es de tipo preoperacional y se manifiesta en la aparición
de la representación (función simbólica) y de la inteligencia verbal.
Este tipo de pensamiento tiene determinadas características:
Pensamiento infantil.
Egocentrismo.
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Animismo.
Artificialismo.
Centración.
Estatismo.
Irreversibilidad.
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El lenguaje durante estos años se convierte en un juego para el niño o niña. Aún no lo usa con
fines exclusivamente comunicativos, sino que le gusta recrearse en el sonido de las palabras,
inventar palabras, frases, rimas, etc.
No obstante, los avances en el lenguaje son notables: mejora de la articulación, la sintaxis, uso
de pronombres, condicionales, aumento considerable del vocabulario, construcción de
subordinadas, etc.
Poco a poco, el niño o niña va descubriendo el mundo exterior y va concibiendo a otras
personas distintas de sí mismo.
Se da cuenta de que su madre existe al margen de él y que ha de compartirla con su padre, por
lo que teme perderla. Esto hace resurgir la figura del padre como un rival en el triángulo
padre-madre-hijo.
El punto central del desarrollo social del niño o niña en esta etapa es la escolarización, que va a
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permitir ampliar el grupo de referencia, más allá de la propia familia, incluyendo a los
profesores o profesoras y compañeros o compañeras (grupos de iguales).
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Autoevaluación
1. Indica si el siguiente enunciado es verdadero o falso: “El niño o niña llega a

conocer la noción de espacio mediante dos vías: el conocimiento directo a través
de la práctica y el conocimiento indirecto transmitido por el entorno”.
Verdadero.
Falso.
EM
2. Indica si el siguiente enunciado es verdadero o falso: “El primer concepto
relativo al espacio de acuerdo a como los va adquiriendo el niño o niña es:
espacio postural”.
ES
Verdadero.
Falso.
IN
3. Atarse los cordones de los zapatos se logra a los 5 años.
Verdadero.
Falso.
4. El artificialismo propio del pensamiento preoperacional hace referencia a….
Confundir la ficción con la realidad.
Centrarse en uno mismo y referirlo todo a la propia persona.
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Pensar que todo lo que nos rodea ha sido fabricado por el hombre y la mujer.
Atribuir vida y conciencia a los juguetes y demás cosas inanimadas del entorno.
5. El hecho de no ser capaz de representar mentalmente las acciones en los dos

sentidos de su recorrido es propio de…
El egocentrismo del pensamiento preoperacional.
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La irreversibilidad del pensamiento preoperacional.
La centración del pensamiento preoperacional.

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El estatismo del pensamiento preoperacional.
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coordinación de movimientos y se adquieren las bases espaciales que permitirán la

comprensión de nociones abstractas.

Describir el avance en la adquisición y uso del lenguaje, enfatizando la influencia de los

factores afectivos en este proceso.

importante avance que supone la escolarización para su desarrollo social.

En la etapa anterior asistimos al surgimiento de las habilidades de manipulación/prensión y de la

acciones más coordinadas y armoniosas.

Conocimiento directo mediante la práctica de desplazamientos y manipulaciones de los

Conocimiento indirecto transmitido por el entorno y que consiste en la denominación de los

al niño o niña comprender nociones abstractas.

su espacio circundante. El siguiente paso supone ya la adquisición de nociones abstractas como

conceptos “izquierda” y “derecha”.

2. Desarrollo cognitivo y pensamiento preoperacional

El período del pensamiento preoperacional se manifiesta en la aparición de la representación

(función simbólica) y de la inteligencia verbal.

El conocimiento en esta etapa viene caracterizado por los siguientes aspectos:

acontecimientos; lo segundo le lleva a confundir la ficción con la realidad.

Consiste en atender o centrarse en un único aspecto o rasgo sobresaliente en detrimento de los

responda que en el vaso “b”.

caso “b”, sin atender a la anchura.

transformaciones realizadas sobre los objetos. En el ejemplo anterior se manifiesta en la incapacidad

del agua de un vaso a otro.

3. Etapas en el desarrollo del lenguaje

lenguaje de las personas que rodean al niño.

problema para resolverlo.

3.1. El lenguaje de los 3 a los 4 años

El lenguaje como juego EM

palabras, frases y rimas y escuchar cómo suena.

y la manera en que esto influye en los demás.

tiempo, va comprendiendo mejor aspectos como la entonación y demás recursos orales.

pronombres, adjetivos, conjunciones…

Los avances en esta área se pueden resumir de la siguiente manera:

3.2. El lenguaje a los 5 años

articula las palabras con claridad (González, 2006).

Sigue interesándole mucho el sonido de las palabras, independientemente de su significado y llega a

Los principales avances en estas áreas son:

distinguir los adjetivos y utilizarlos con su significado específico.

Emplea correctamente los relativos, conjunciones, posesivos, tiempos verbales y condicionales.

Va desapareciendo el fenómeno de la generalización (por ejemplo, decir “rompido” en vez de

3.3. El lenguaje a los 6 años

aunque algunas combinaciones de sonidos propias de determinados idiomas pueden plantear

y, más tarde a los once o doce años.

4. El desarrollo afectivo y psicosocial

distintas de sí mismo va dándose cuenta de que también ha de compartir con ellas.

llevan al niño o niña a percibir una realidad exterior a él.

ocasiones se desarrollará lo que se conoce como complejo de Edipo.

y similar desarrollo psicológico. A pesar de su egocentrismo, el niño o niña ya va adquiriendo

del niño o niña, ayudándole a fortalecer lazos de amistad y sentimientos de cooperación.

cosas, de brincar, trepar y lanzar objetos.

intelectual. Esto permitirá al niño o niña comprender nociones abstractas como

de la representación (función simbólica) y de la inteligencia verbal.

Este tipo de pensamiento tiene determinadas características:

inventar palabras, frases, rimas, etc.

de pronombres, condicionales, aumento considerable del vocabulario, construcción de

Poco a poco, el niño o niña va descubriendo el mundo exterior y va concibiendo a otras

personas distintas de sí mismo.

profesores o profesoras y compañeros o compañeras (grupos de iguales).

1. Indica si el siguiente enunciado es verdadero o falso: “El niño o niña llega a

3. Atarse los cordones de los zapatos se logra a los 5 años.

4. El artificialismo propio del pensamiento preoperacional hace referencia a….

Confundir la ficción con la realidad.

Centrarse en uno mismo y referirlo todo a la propia persona.