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The Last Lesson 

Adaptación Sobre la Obra: “La Lección” de E. Ionesco. 


Dramaturgia y Dirección: Erom Jimmy 
 
 
 
 
 
 

Personajes: 
 
El Profesor 
 
La Alumna 
 
Una Criada 
 
 
 
 
 
 
 
 
Una mesita, una lámpara, un teléfono, una silla. Un sillón grande al otro lado 
quizá una pequeña banqueta dónde poner los pies. Sillas de distintos tipos y 
tamaños por el espacio, se sugiere algunas colgadas, otras clavadas en la pared. 
Toque de puerta, se caen objetos que hacen ruido, como si alguien hubiera 
chocado con ellos nerviosamente, tiempo. Vuelven a tocar. Sale la CRIADA, 
siempre mira al sitio por donde salió, enciende una lamparilla, se arregla y abre 
la puerta. 
 
CRIADA: Buenos días, ¿Señorita?  
 
ALUMNA: ¿Está en casa?  
 
CRIADA: ¿Viene por…? Es para…  
 
ALUMNA: (Entrando) Si, ¿Señora?  
 
CRIADA: Le espera, siéntese un momento mientras voy a… 
 
La CRIADA camina hacia donde salió y a su vez la ALUMNA entra y se sienta, 
no le gusta una de las sillas y se cambia, la CRIADA que le mira con recelo 
apaga una de las lamparillas, la ALUMNA enciende la que está sobre la mesa. 
La CRIADA regresa para incriminarle, la ALUMNA apaga la lamparita y se 
cambia de silla. La CRIADA sale de escena. La ALUMNA enciende la lamparilla, 
mientras se arregla y se prepara. 
 
PROFESOR: (Que entra) Buenos días, señorita. ¿Usted es…? Si es, ¿Es usted, no?  
 
ALUMNA: Sí, soy… Como ve he llegado a la hora y…  
 
PROFESOR:  Gracias  pero  no  tenía  que  apresurarse,  disculpe  por  haberle  hecho 
esperar, terminaba justamente de… Bueno… Usted sabe.  
 
ALUMNA: No hay nada que perdonar.  
 
PROFESOR: ¿Le acompañó alguien? ¿Le han visto los vecinos?  
 
ALUMNA: De ningún modo…  
 
PROFESOR:  Hoy  hace  buen  tiempo,  mas  bien  no  tan  bueno,  aunque  a  pesar  de 
todo, no hace un tiempo demasiado malo, no llueve… No nieva…  
 
ALUMNA: Sobre todo porque estamos en verano. 

1
 
Sale la CRIADA y recoge de escena cualquier objeto inútil, se crea un breve 
silencio, enciende una lamparilla y se va. 
 
PROFESOR: En este mundo señorita, no podemos estar seguros de nada.  
 
ALUMNA: Evidentemente, señor.  
 
PROFESOR:  Estoy  seguro  de  que  usted  será  una  buena…  Me  parece  instruida  y 
tiene… (Le mira la falda corta) Buena memoria.  
 
ALUMNA:  Mis  padres  desean  que  profundice  en mis conocimientos. Creen que 
una  simple  cultura  general,  aunque  sea  sólida,  no  basta  en  nuestra  época… 
¿Tiene algo mi falda?  
 
PROFESOR:  (Que  deja  de  mirar)  Hay  que  ponerse  a  trabajar.  Apenas  tenemos 
tiempo que perder.  
 
Entra la CRIADA y se dirige a la ventana, la abre y riega la maceta de flores, 
limpia, etc. 
 
PROFESOR:  Hagamos un poco de… Aritmética, que es también una terapia. (A la 
Criada) ¿No ha terminado aún? 
 
La CRIADA se sobresalta, no tiene justificación, cierra la ventana, avanza. 
 
CRIADA: Si, señor, ya encontré… El… Ah, mire que casualidad, un cuchillo. 
 
PROFESOR:  Dése  prisa,  nos  interrumpe.  (Con  la Alumna) Bueno, aritmeticemos 
un poco. 
 
ALUMNA: Uno y uno son dos.  
 
PROFESOR: ¿Dos y uno?  
 
ALUMNA: Tres.  
 
PROFESOR:  ¿Tres  y  uno?  Es  usted  magnifica,  no  merece  la  pena  continuar,  en 
cuanto a la suma es usted magistral. Veamos la resta. ¿Cuatro menos tres?  
 
ALUMNA: ¿Siete?  
 

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PROFESOR: Ahora no se trata de sumar, sino de restar. ¿Entonces?  
 
ALUMNA: Pues… 
 
PROFESOR: ¿Puede abrir la ventana? Hace calor. 
 
La CRIADA se va. 
 
PROFESOR:  Usted  es  lo  bastante  adulta  como  para que pueda hacer el esfuerzo 
intelectual necesario y llegue a comprender. ¿Y bien?  
 
ALUMNA: No llego a comprenderlo…  
 
PROFESOR:  Tomemos  un  ejemplo  más  sencillo.  Si  usted  tuviera  dos  narices  y 
yo le arrancara una, ¿Cuántas le quedarían?  
 
ALUMNA: Ninguna. 
 
PROFESOR: ¿Cómo que ninguna?  
 
ALUMNA:  Precisamente  porque  usted  no  me  ha  arrancado  ninguna,  tengo una 
ahora. Si me la arranca, ya no tendría ninguna.  
 
PROFESOR: No ha entendido mi ejemplo, bien. Suponga que tiene una oreja.  
 
ALUMNA: ¿Y después?  
 
PROFESOR: Yo le agrego dos más. ¿Cuántas tiene?  
 
ALUMNA: Tres orejas.  
 
PROFESOR: Le quito una, ¿Cuántas quedan?  
 
ALUMNA: Dos.  
 
PROFESOR: Quito otra más, ¿y quedan?  
 
ALUMNA: Dos.  
 
PROFESOR: ¿Pero cuántas tiene?  
 

3
ALUMNA: Dos.  
 
PROFESOR: Una.  
 
ALUMNA: Dos.  
 
PROFESOR: Tiene una.  
 
ALUMNA: ¡Dos!  
 
PROFESOR:  Me  pregunto  si  es  usted  la  persona  que  espero,  ¿tiene algún recibo 
de la cita?  
 
ALUMNA: No sé, mejor me voy. 
 
PROFESOR:  ¿Viene  a  una  lección  sin  saber  si  es  la  suya?  Dígame  su  nombre la 
buscaré en mi lista…  
 
ALUMNA: Quizá me he confundido, tengo que llamar a mi casa.  
 
PROFESOR: ¡Escuche! Usted tiene, tiene… Por ejemplo…  
 
ALUMNA: ¡Diez dedos!  
 
PROFESOR:  Como  usted  quiera.  ¿Cuántos  tendría  si  tuviese  cinco?  ¡Y  no  diga 
diez!  
 
ALUMNA: Pues sí. Tengo diez. 
 
PROFESOR: ¡Le digo que no!  
 
ALUMNA: Usted me dijo que…  
 
PROFESOR: Le he dicho inmediatamente después que…  
 
ALUMNA: Pero no tengo cinco, tengo diez. 
 
Entra la CRIADA y abre la ventana. 
 
ALUMNA: (Se levanta nerviosa) ¿Dónde está el baño? 
 
CRIADA: Al fondo, la última puerta.  

4
 
La CRIADA le sigue y le golpea la cabeza con una sartén. 
 
Oscuro Rápido. 
A un tiempo. Llega la luz, ruido de un reloj despertador. Sale la CRIADA, 
siempre mira al sitio por donde salió, enciende una lámpara, se arregla y apaga 
el reloj. Saca una taza de té, la prepara. La luz descubre a La ALUMNA dormida 
en el sillón, lleva visiblemente mucho tiempo, está algo tapada, quizá con 
cojines, alguna bolsa de agua en la cabeza, etc. La CRIADA le observa 
detenidamente, se sienta, espera. Vuelve a sonar el reloj. Lo apaga y se dirige a 
la ALUMNA, le toma el pulso, comprueba sus signos vitales está visiblemente 
ansiosa, no ocurre nada, y se retira, a punto de salir de escena, la ALUMNA 
empieza a moverse y a despertar, la CRIADA corre y vuelve a la mesita 
mientras ensaya la postura de la cara y forma del cuerpo con que hablará en 
los próximos minutos. 
 
CRIADA: Buenos días, ¿Señorita? 
 
ALUMNA:  ¿Qué  pasa?  Yo...  ¿Qué  hago  aquí?  ¿Dónde  estoy?  ¿Señora?  ¿Le 
conozco?  
 
La CRIADA se acerca rápidamente y le mira muy de cerca. 
 
CRIADA: ¿Le parezco... Conocida?  
 
ALUMNA: Espere. Yo vine por un anuncio y... Había un profesor, pero...  
 
La CRIADA le golpea la cabeza con un sartén. La ALUMNA vuelve a 
desmayarse. La CRIADA respira aliviada. Le examina.  
 
CRIADA: Aún necesita más tiempo. Es solo una cuestión de tiempo.  
 
La luz desaparece lentamente. 
 
Regresa la Luz y entra El PROFESOR con un vestuario estrambótico. 
 
PROFESOR:  Bien  después  de  un  breve  descanso.  Continuemos…  Le  ruego  que 
escuche  con  la  mayor  atención  los  elementos  de  la  lingüística  y  la  filología 
comparada.  En  quince  minutos  podrá adquirir los principios fundamentales de 
las lenguas neo españolas. Todo idioma, ¿señorita? Sépalo y recuérdelo hasta la 
hora  de  su  muerte,  como  principio  fundamental,  todo  idioma  no  es  sino  un 
lenguaje, lo que implica necesariamente que se componga de sonidos o… 

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ALUMNA: (Que aún está turbada) Fonemas. 
 
PROFESOR: Cállese y quédese sentada.  
 
ALUMNA: Me duelen… Las muelas. 
 
PROFESOR:  Eso  no  tiene  importancia,  no  vamos  a  detenernos  por  tan  poco. 
Llamo  su  atención  sobre  las  consonantes  que  cambian  la  naturaleza  de  las 
conjunciones. 
 
ALUMNA: Me duelen las muelas. 
 
PROFESOR: Resumamos. Para hacer que salgan las palabras, los sonidos… 
 
ALUMNA: Me duelen las… 
 
PROFESOR:  Silban  poniendo  todo  un  complejo  sistema  en  movimiento:  La 
campanilla, la lengua, el paladar, los dientes… 
 
ALUMNA: Las muelas… 
 
PROFESOR: Me está enfadando.  
 
ALUMNA: Que me duelen las… 
 
PROFESOR:  ¡No  me  interrumpa!  No  me  enoje,  ¡Las  muelas!  ¿Las muelas? ¡Se las 
voy  a  arrancar!  (La  Alumna,  va  a  decir  algo)  ¡Silencio!  O  le  machaco  el  cráneo. 
¿Me oye?  
 
ALUMNA: Mire. Mejor me voy y como amigos. 
 
PROFESOR:  ¿Y  la  lección?  Vine  a  mi  casa,  sigue  mi  juego,  acepta  las 
condiciones y ahora se arrepiente y se va. No puedo permitirlo, ¿me entiendes? 
 
ALUMNA: ¡Me voy! 
 
La CRIADA regresa rápidamente, vuelve a golpearle y la ALUMNA queda 
inconsciente. 
 
CRIADA: Un poco más de tiempo. Solo un poco más… 
 

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Oscuro rápido. Vuelve la luz. Suena el reloj. La ALUMNA se despierta. No hay 
nadie. Está desorientada, se destapa y tiene vestidos de “​ Criada”​ se mira 
extrañada. Comienza a incorporarse. Tiene un visible dolor de cabeza. Camina 
desorientada y en la mesita apaga el reloj. Aparece la CRIADA con trajes de la 
“Alumna” 
CRIADA: ¡Buenos días!  
 
ALUMNA: ¿Y usted, quién es?  
 
CRIADA: ¿No me recuerda?  
 
ALUMNA: ¿Dónde estoy?  
 
CRIADA:  ¿Se  siente  desorientada?  ¿Recuerda  su  nombre?  Míreme  bien.  ¿No  le 
recuerdo a alguien?  
 
ALUMNA: ¿Sabe quién soy?  
 
CRIADA:  (Muy  contenta)  ¡Excelente!  Por  lo  pronto  y  mientras  recoges  este 
desastre,  le  explico.  Has  estado  muy  enferma.  Te  he  cuidado  mucho,  vives...  O 
sea.  Trabajas  aquí.  Eres,  la  chica  de  la  limpieza.  Y  yo:  La  señora  de  la  casa.  O 
sea, la señorita (Ríe)  
 
ALUMNA: No recuerdo...  
 
CRIADA: (Cambio drástico de actitud) ¿Entonces, que recuerdas?  
 
ALUMNA: Ese es el problema... Estoy confundida. ¿Y cuál es mi nombre?  
 
CRIADA:  (Se  sorprende)  ¿Tú  nombre?  (pensativa  y  preocupada  por  no  tener 
respuesta)  Te  llamas...  Romualda  Virginia  María  de  Nuestra  Anunciación  (Ríe 
satisfecha) Pero te llamamos Paqui. 
 
ALUMNA: ¿Es que hay otra persona en casa?  
 
CRIADA: (Muy drástica) ¿Qué has recordado?  
 
ALUMNA: Nada, usted ha dicho: “te llamamos” 
 
CRIADA: Es una forma de hablar, una expresión.  
 

7
ALUMNA: ¿Y cómo se llama?  
 
CRIADA: ¿Quién? Te he dicho que en esta casa nunca hubo ni hay nadie más.  
 
ALUMNA: Usted. ¿Cuál es su nombre? 
 
CRIADA: No voy a discutir con una empleada.  
 
ALUMNA: Mejor señora...  
 
CRIADA: ¡Señorita!  
 
ALUMNA: ¿Ah si? ¿En serio?  
 
CRIADA: Póngase al trabajo. Recoja un poco este desastre. 
 
La ALUMNA enciende la lámpara, mientras se arregla y empieza a limpiar. 
 
CRIADA: Buenos días, señorita. ¿Usted es…? Si es, ¿Es usted, no?  
 
ALUMNA: Sí, soy… ¿Qué es lo que dice?  
 
CRIADA:  Forma  parte  de  su  trabajo,  yo  le  indico  las  respuestas,  usted  dice  lo 
que yo le diga. No es nada complicado. ¿Me has entendido?  
 
ALUMNA: No.  
 
CRIADA:  (Muy  amenazante)  Más  vale  que  por  tu  propio  bien,  hagas 
exactamente lo que te pido... Más te vale.  
 
ALUMNA: Muy bien. ¿Y ahora que digo?  
 
CRIADA: En este mundo señorita, no podemos estar seguros de nada.  
 
ALUMNA: ¿Qué ha dicho?  
 
CRIADA: ¿Qué pasa?  
 
ALUMNA: Esa frase... Me parece familiar. ¿Dice que yo... Trabajo y aquí?  
 
CRIADA: ¿Ya recuerdas... Algo?  
 

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ALUMNA: ¿Siempre estuve... Vestida... Así?  
 
CRIADA: ¡Bien! Ponte esto.  
 
Le da una falda corta. 
 
CRIADA: Bueno, aritmeticemos un poco... (Con ella misma) Siempre quise hacer 
esta parte.  
 
ALUMNA: ¿Qué dice?  
 
CRIADA: Sólo limítese a contestar y todo saldrá bien. Continúe.  
 
ALUMNA: Uno y uno son dos.  
 
En esta parte la CRIADA asume los movimientos de la antigua Alumna. La 
ALUMNA mira absorta “este sin sentido” y al final le parece familiar  
 
CRIADA: ¿Dos y uno?  
 
ALUMNA:  No  llego  a  comprenderlo…  Hay  momentos  en que... Usted me parece, 
yo no soy. Esta casa... Mis zapatos ¿Cómo dice que me llamaba? 
 
CRIADA:  ¡Ya  le  dije  que  no!  No  se  salga  de  las  reglas  o  sufrirá  las 
consecuencias.  
 
Entra el PROFESOR ahora como un criado, trae una bandeja con tazas de Té. 
 
PROFESOR: Es la hora.  
 
ALUMNA: ¿Y usted...?  
 
CRIADA: Llega en muy mal momento.  
 
PROFESOR: Prefiere la señora, entonces... Hacerlo después.  
 
ALUMNA: ¿Hacer, que, a que se refiere?  
 
CRIADA: Nos interrumpe.  
 
PROFESOR:  Bien...  Estaré  atento,  por  si  me  necesita.  Ya  sabe  que  no  tiene  que 
hacer más que llamarme. 

9
 
El PROFESOR sale de escena muy lentamente y crea una tensión. 
 
CRIADA: No ha entendido mi ejemplo, bien. Suponga que tiene una oreja.  
 
ALUMNA:  O  sea.  Yo  soy  empleada  suya.  Trabajo  aquí.  ¿Pero  cuánto  tiempo? 
Luego estuve enferma y usted fue muy buena ¿Y después?  
 
CRIADA: Yo le agrego dos más. ¿Cuántas tiene?  
 
ALUMNA: He perdido la cuenta. Pero lo que no entiendo es...  
 
CRIADA: Le quito una, ¿Cuántas quedan?  
 
ALUMNA: No sé... Hay algo que no comprendo.  
 
CRIADA: Si le quito otra más, ¿ cuántas quedan? Diga dos.  
 
ALUMNA: Dos. 
 
CRIADA: Una.  
 
ALUMNA: Dos. ¿No me ha dicho que le diga dos?  
 
CRIADA: ¡Tiene una!  
 
La CRIADA encuentra la sartén y le golpe a la cabeza. Esta se desmaya. La 
CRIADA algo más tranquila se dirige a la mesa, coge un cuaderno y escribe.  
 
CRIADA: Querido diario... Hasta ahora tenemos pocos resultados. Pero confío en 
que  pronto  podré  realizar  mi  sueño  y  al  fin,  seré  la ganadora y finalista de este 
juego  macabro.  Pronto  esta  casa  será  chica  para  mis  pretensiones.  La  ciudad 
me  espera.  Pero  aún  tengo  que  corregir  algunos  errores.  Empieza  la  segunda 
parte...  
 
Oscuro lento Regresa la luz. La ALUMNA está totalmente vestida de “Alumna” 
Vuelve en si. La CRIADA sentada tomando una taza de té. 
 
CRIADA: Me pregunto si es usted la persona que espero...  
 
ALUMNA:  No  le  entiendo...  ¿No  me  dijo  que  llevo  trabajando  aquí...?  ¿Y  esta 
ropa? No recuerdo, ¿tacones?  

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CRIADA:  ¿Viene  a  una  lección  sin  saber  si  es  la  suya?  Dígame  su  nombre  la 
buscaré en mi lista…  
 
ALUMNA:  ¿Mi  nombre?  Pero...  ¿Yo dónde vivo? No recuerdo nada de mi pasado, 
solo desde que abrí los ojos... Esta casa. ¿Cómo dice que me llamo?  
 
CRIADA: ¡Escuche! Usted tiene, tiene… Por ejemplo... ¡Diez dedos!  
 
ALUMNA: Si... ¿Y qué?  
 
CRIADA: ¿Cuántos tendría si le arrancara cinco? ¡Y no diga diez!  
 
ALUMNA: ¿De verdad... No nos conocemos?  
 
CRIADA: ¡Le digo que no!  
 
ALUMNA: Usted me dijo que…  
 
CRIADA: Le he dicho inmediatamente después que…  
 
ALUMNA: Pero no tengo cinco, tengo diez.   
 
CRIADA:  Reconozco  que  se  trata  de  algo  abstracto,  evidentemente,  pero  tiene 
que  conocer  los  elementos  esenciales  y  poder  calcular,  por  ejemplo,  tres  mil 
setecientos  cincuenta  y  cinco  millones  novecientos  noventa  y  ocho  mil 
doscientos  cincuenta  y  uno,  multiplicados  por  cinco  mil  ciento  sesenta  y  dos 
millones trescientos tres mil quinientos ocho.  
 
ALUMNA: No tengo ni idea...  
 
CRIADA:  (Rápidamente)  Son  diecinueve  trillones  trescientos  noventa  mil 
billones  dos  mil  ochocientos  cuarenta  y  cuatro  mil  doscientos  diecinueve 
millones  ciento  sesenta  y  cuatro  mil  quinientos  ocho.  Venga  repítalo...  Tiene 
que decirlo y rápido. 
 
ALUMNA: No puedo. No sé. ¿Pero explíqueme que es todo esto?  
 
CRIADA:  Está  equivocándose  de  camino,  le  he  dicho  y  muy  claro  que  haga 
exactamente lo que le pida... No entiende que si no colabora… 
 

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ALUMNA:  La  verdad  es  que  no  recuerdo  nada,  pero...  Estoy  comenzando  a 
ponerme  muy  nerviosa.  Entonces  me  dices  lo  que  pasa  o  empiezo  a  gritar  y 
tendrás que matarme...  
 
La CRIADA se sorprende por la idea, en un momento está decidida a hacerlo, 
luego vacila y vuelve a su estado de neutralidad. 
 
CRIADA: ¿No te acuerdas de nada? 
 
ALUMNA: Espera... Había un profesor. Tú... Eras esa ¡Señora! 
 
CRIADA: Tú. Le mataste. 
 
ALUMNA:  ¿Yo?  No  puede  ser...  Recuerdo  que…  Luego  este  dolor  de  cabeza  que 
no  me  deja  pensar...  Pero  hay  momentos  en  que  me  parece  conocerte,  esto  me 
resulta  familiar,  estoy  muy  confundida,  así que me dices lo que pasa o empiezo 
a dar gritos hasta que venga alguien. Estoy perdida, tengo que irme.  
 
La ALUMNA se levanta con prisa y va hacia la puerta, cuando está a punto de 
salir, La CRIADA le golpea con la sartén. La CRIADA va a su mesa, consulta su 
diario, va corrigiendo la posición de los elementos de la escena, según sus 
notas. Cuando todo está, según lo escrito. Se viste con una bata de médico. 
Despierta a la ALUMNA con una regadera. Esta vuelve en si. 
 
CRIADA:  Bien  después  de  un  breve  descanso.  Continuemos…  Le  ruego  que 
escuche  con  la  mayor  atención.  Intentaré  explicarle  en  qué  consiste  su 
padecimiento.  
 
ALUMNA: ¿Dónde estoy?  
 
CRIADA: ¿Parece usted enojada? ¿Algún problema?  
 
ALUMNA: Mi cabeza...  
 
CRIADA:  Lamento  decirle  que  sufre  de  ataques  severos  de  migrañas  y  tiene 
delirios,  alucinaciones...  Su  mente  altera  el  sentido  de  las  cosas.  Es  usted  una 
paranoide.  
 
ALUMNA: ¿Yo? ¿Pero... que?  
 
CRIADA:  Lleva  días  con  una  obsesión  compulsiva,  habla  de  un  asesinato,  de 
gente escondida tras las puertas.  

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ALUMNA: Si, pero... ¿Y esto es un hospital?  
 
CRIADA: Interesante… Dígame, ¿qué ve exactamente?  
 
ALUMNA: Sillas, sillones, mesas... Una casa. Me parece familiar.  
 
CRIADA:  Créame,  delira.  Entienda  que  está  peor  de  lo  que  suponía.  Tome  este 
medicamento. Le hará sentirse mejor.  
 
ALUMNA: ¿Si? Entonces. No son sillas. ¿No es esto una casa?  
 
CRIADA: La realidad nunca es lo que parece. No lo olvide nunca… 
 
La CRIADA se va. 
La ALUMNA se aburre. Empieza a mirar y descubre otro libro. 
 
ALUMNA: (Lee) Querido diario… 
 
La ALUMNA lee absorta y descubre que pasa en realidad, sus gestos van desde 
el horror, la sorpresa, el miedo. Hasta que deja de leer y toma la decisión de la 
venganza. Se tumba en el sillón y espera con un ojo abierto a la CRIADA. 
 
CRIADA: (Que entra, como al principio) ¿Y bien? ¿Pero que hace dormida?  
 
ALUMNA: ¿Yo, doctora...?  
 
CRIADA:  ¿Qué  dice?  ¿Acaso  esto  le  parece  un  hospital?  Mire  hoy  es  su  última 
lección  y  llega  tarde.  Encima  no  trae  los  deberes  aprendidos  y  va  y  se  queda 
dormida. ¡Esto es el colmo!  
 
ALUMNA: Ah... Es mi... última lección.  
 
CRIADA: Cállese y quédese sentada. Cómo ya le vengo diciendo desde antes… 
 
ALUMNA: Creo que han tocado a la puerta. 
 
CRIADA hacia la puerta, la abre, mira, le mira, vuelve a mirar fuera y cierra, 
camina. Mirando a la ALUMNA de manera tensa. 
 
CRIADA: No era nadie. Dígame su nombre la buscaré en mi lista… 
 

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Tocan a la puerta. La ALUMNA va corriendo y es el PROFESOR. 
 
PROFESOR: Buenos días.  
 
ALUMNA: ¿Qué hora es?  
 
PROFESOR:  La  misma  de  ayer  a  esta  hora.  Aunque  en  otros  sitios  es  distinta. 
Todo depende en donde uno esté. En fin... Nada parece lo que es.  
 
ALUMNA: ¿Y que quiere?  
 
PROFESOR:  Ah...  Perdón.  Creo  que  me  confundí  de  apartamento.  Desaparece. 
La  
 
ALUMNA cierra la puerta y retoma el estado anterior. 
 
ALUMNA: (Va a decir algo) Mire una sombra, ¡allí! 
 
CRIADA: ¡Silencio! ¿Qué pretende asustarme?  
 
ALUMNA: Se lo juro. He visto una sombra. En aquella puerta.  
 
CRIADA: ¿Lo dice en serio?  
 
ALUMNA: Acabo de verle otra vez. Se parece a... Mejor me voy y como amigos. 
 
CRIADA: ¿Cree que voy a caer en su trampa? 
 
La ALUMNA se levanta y deambula como si viera al fantasma. Se acerca a 
dónde está la sartén y golpea a la CRIADA en la cabeza. Esta se desmaya. 
Oscuro. Se escuchan los ruidos de la ALUMNA tropezando con todo, llega al 
teléfono e intenta hacer una llamada de auxilio. En algún momento, enciende 
un mechero que se apaga. Llega la luz. La CRIADA está vestida de ALUMNA. Y 
esta de PROFESORA. Empieza a volver en sí La CRIADA y está muy confundida. 
 
ALUMNA: Buenos días ¿Señorita?  
 
CRIADA: ¿Nos conocemos?  
 
ALUMNA:  Ya  lo  creo  que  si...  Pero  en  fin,  ahora,  digamos  que  de  forma 
diferente.  

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CRIADA: ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? 
 
ALUMNA:  Hace  un  poco  de…  ¿Frío?  (va  y  abre  la  ventana,  coge  aire  y  se 
refresca, vuelve y mira a la CRIADA) ¿Y usted? ¿Cómo se siente? 
 
CRIADA: No recuerdo nada, solo este dolor de cabeza.  
 
ALUMNA:  Todo  a  su  tiempo.  Aunque  tampoco  tenemos  mucho,  así  que...  me 
alegra  que  haya  despertado  pues  tengo  una  historia  terrible  que  contarle 
respecto a su pasado. 
 
CRIADA: Recuerdo que... ¡Usted! ¡Es usted! 
 
La ALUMNA golpea nuevamente y La CRIADA vuelve a desmayarse. La 
ALUMNA carga con La CRIADA. Oscuro. Vuelve la Luz y La ALUMNA está 
sentada en una silla junto a La CRIADA, que despierta. 
 
CRIADA: Tengo la impresión de haberla visto en alguna parte…  
 
ALUMNA: A mi también me parece.  
 
Entra el PROFESOR a escena. 
 
PROFESOR: Cuchillo… ¡Cuchillo! 
 
CRIADA: ¿Ha dicho cuchillo o me ha parecido?  
 
ALUMNA:  Muy  bien,  sólo  nos  queda  el  final.  No  hay  un  buen  drama  sin...  Un 
cuchillo así que... Tome y con él continúe… 
 
De pronto el PROFESOR, en un movimiento, apuñala a la CRIADA. 
 
PROFESOR: Espero hagas mejor que ella su papel. O correrás la misma suerte.  
 
ALUMNA: El juego continúa. 
 
Tocan a la puerta. Vuelve a escena La ALUMNA y enciende algunas lámparas, 
recoge los restos de la maceta, vuelven a tocar.  
 

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ALUMNA:  Esta  tiene  mucha  prisa,  ¡Un  momento!  (Termina  de  recoger  y  va a la 
puerta)  Buenos  días,  ¿viene  para  la  lección?  Le  esperaba,  comenzaremos 
inmediatamente… Pase, no se quede en la puerta.  
 
Oscuro rápido.  
 
TELÓN 
 
 
 
 
 
 
 

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