Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Arquidiocesana - Tus Talentos - El Impulso
Arquidiocesana - Tus Talentos - El Impulso
“Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y les dejó encargados de sus bienes,
a uno le cinco talentos de plata, a otros dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad (Mt 25,
14- 15).
El personaje de la parábola optó por repartir los ocho talentos, entre sus empleados, a fin de que
negociasen, y poder obtener ganancias por su inversión.
Reparte esos talentos entre tres negociadores, no por iguales, sino según la capacidad y habilidad
de cada uno para trabajar con ellos. Pues bien, al final resultó que el primero y el segundo
supieron actuar con responsabilidad y eficiencia, y tuvieron éxito, duplicando los capitales.
En efecto, a los dos primeros les alabó por su laboriosidad y buena administración, ya que
lograron ganancias, dieron frutos.
Por el contrario el tercero, sólo ofreció excusas y justificaciones y además le echó la culpa al
dueño por lo cual, éste lo reprendió severamente por irresponsable, perezoso, ofensivo e
ineficiente.
Cristo exhorta a que sepamos aprovechar con diligencias las gracias, cualidades y potencialidades
que cada uno, ha recibido, y que podamos dar cuentas de esos dones.
Qué tristeza, cuando se pierde el tiempo, cuando no se estudia, por pereza, o por vicios. Qué
hermoso es constatar que no se pierden los años, que se estudia con responsabilidad, que se
busca capacitarse bien y mejor, en una palabra, que se pone a producir esa facultad
extraordinaria, que llamamos inteligencia.
Debemos estar bien informados, debemos pensar, saber por qué vivimos, por qué estudiamos,
debemos deducir bien; orientar nuestras vidas por un pensamiento honesto, constructivo, positivo
y diligente.
Determinarnos a construir. Lograr que nuestros actos correspondan con la justicia, con el bien.
Sentirnos libres para actuar con honradez, con honestidad, con nobleza.
Oponernos desde nuestra libertad al mal, al pecado a lo inmoral, a lo que no es ético. En una
palabra unir esa facultad para ser personas responsables, conscientes de nuestras propias
decisiones, en base al bien realizante. Poder dar cuentas a Dios, de nuestra recta intención, es un
reto maravilloso.
Poseemos el talento, de nuestros sentimientos, somos seres vivos, que sentimos, que vibramos,
que estamos sujetos a la alegría, a la tristeza, al odio, o al amor. Qué bueno es llegar al dominio
de nosotros mismos, a no permitir que la fuerza dominante en nuestra historia personal, sea el
odio, el temor, sino que sea el impulso fundamental del amor el que nos guíe, que podamos
encauzar nuestro sentir desde el amor a Dios y al prójimo, con actitud fundamental.
Que el tener, el saber y el poder, bien entendido puestos al servicio del hombre y de la gloria de
Dios sean talentos que podamos multiplicar constructivamente.
La fe, la esperanza y la caridad, todas las virtudes son dones que debemos hacer crecer en
nosotros. Lo que no podemos es enterrar los talentos, perezosa, irresponsablemente, y después
culpar a los demás. Por eso a trabajar y a hacer rendir nuestros talentos.
PUBLICIDAD
Comentarios
Comentarios