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El misterio de la garganta profunda

Por Malena Tobal.

Es un consultorio escueto dentro de un hospital. Con pocos elementos. Un sillón


en el medio que se pliega. Al costado instrumentos varios plateados medio
oxidados. Todo blanco. El doctor enano, pelado con guantes de látex. Lleno de
fotos alrededor de distintas familias. Entre medio de lo consultorios una cortina
finita. Se escuchan vips de monitores de otros sectores. Hay cables sueltos. Hay
metal frío y delantales blancos. Hay pasillos largos y silenciosos con ecos de
ruidos de cubiertos. El olor a chata se mezcla con la comida aguada, el olor a
desinfectante, a alcohol y el desodorante de ambiente. Todos los cubículos
separados dan hacia el medio donde están las computadoras y los monitores. Es
de noche, y el fin de semana está desierto, parece embrujado.

El dentista (doctor) espera a su ultimo paciente mientras limpia meticuloso sus


instrumentos. El paciente entra. El dentista lo mira de reojo.
Paciente- Disculpe. Llegué medio tarde. Es que en el colectivo veníamos
apretados como moscas en una red. Bah, no me quejo. Aunque si me hubiera
gustado tomar un taxi con aire. Claro. Es que hace un calor. ¿Se dice así? ¿O
más bien qué calor? ¿Acá no tiene aire? No, seguro que no como es de la obra
social. No quiero decir que por eso sea mal doctor. No me mal interprete. Aunque
no tiene colgado los títulos ¿no? Pero mejor, digo, esos que cuelgan los títulos es
para mandarse la parte. ¿Puedo entrar? ¿no?
El paciente entra
El doctor levanta los ojos de sus instrumentos. Deja de limpiarlos. Lo mira.
Paciente- ¿Me siento acá? Siempre me dieron miedo los dentistas. Usted tiene
los dientes desparejos. Donde se vio un dentista con dientes desparejos. No
piense que me estoy burlando. Mejor así desparejos así uno no se inhibe de abrir
la boca. (ríe nervioso) ¿Cómo se le ocurrió ser dentista? Le debe gustar meter la
mano en la comida masticada de la gente. No lo tome a mal. Es el medico más
odiado, dicen. Mejor me callo. Ser doctor es muy reconocido. A mí, en cambio, no
me dicen ningún nombre en el trabajo. A veces solo “che vos córrete” … Bueno,
Buenas tardes.
El doctor levanta los ojos de los instrumentos. Lo mira después de un rato.
Doctor- Bien tarde-
El paciente hace una sonrisa a medias sin respuesta. Mira su reloj furtivamente.
Espera.
Paciente- Si, es que vio como es el tercer mundo. Nunca se sabe cuándo viene el
colectivo. ¿Vengo otro día? Es que vivo tan lejos y tardan tanto en dar el turno. No
es que me queje. Pero un mes con el dolor de muela. Que desconsiderados en la
obra social. No, usted. La obra social, digo. -
Al doctor se le cae un instrumento al piso y empieza a andar solo el torno. Se
levanta con furia contenida. Deja el torno andando sin apagarlo.
Se acerca a sus autorretratos y mira las fotos de una familia. dándole la espalda al
paciente. Hace un llantito agudo y acaricia la foto.
Paciente- Está andando. ¿Lo va a apagar? ¿Al torno, digo?
Se escucha el ruido del torno deslizándose por el piso.
El paciente espera inquieto mientras mira el torno bailar en el piso de un lado a
otro. ¿Lo deja así por algo? ¿Se lo apago? Se desabrocha los botones de la
camisa. ¡Ay qué calor! Bueno, se lo apago. ¿De acá es que se apaga? Ay, me
trituró el dedo. La puta madre. Disculpe. Agarro una carilina. Ay, me sale sangre.
Qué impresión. No podría ser doctor, es como un carnicero. No quiero decir que
usted sea… claro que no. Señor doctor, pero me desmaya la sangre. ¿Mejor me
siento acá? ¿O mejor no? Me mareo. Me sale sangre. Me pongo este alcohol. Ay,
se derramo todo. Se lo limpio. No se preocupe.
El Doctor lo mira fijo. Sonríe irónico.
El paciente con la mano apretando la carilina y presionándola contra el dedo con
un poco de sangre. Espía el autorretrato. ¿Es su familia? ¿Lo dejaron? ¿Está triste
por eso? ¿Pero no son enanos y pelados como usted? ¿Cómo haría su mujer para
besarlo? Tan enano. No, no quise decir que es feo. Nada que ver. Es exótico,
claro. Original, diferente ¿Simpático? Me duele el dedo ahora además de la muela.
Que vida miserable.
El doctor lo mira inmóvil. Hace gestos cerrando el puño. Frunce el ceño.
Paciente- ¿Me siento en este sillón? Dicen que en los telos hay sillones así
estrambóticos. Yo no fui, no piense mal. No soy un pervertido. Además, ni novia
tengo. A decir verdad, soy virgen. No le diga a nadie. ¿No será que le gusta
meterle la mano en la boca a la gente por eso? Le excita. Picarón. No, no dije
nada. Usted es un profesional, claro. Qué tonto. Tengo tanto miedo. Cada vez
que entro a un médico pienso. ¿Será el camino al cielo? Tengo la encía hinchada.
Me duele acá atrás ¿ve? Espera. Se lleva la mano chorreando sangre del dedo
machucado a la cabeza. Se la aprieta.
No se si es tarde para que me atienda. Me da un calmante. Las agujas me
desmayan. Si es mejor una pastillita. Acá atrás como que me está saliendo algo.
Debe ser un castigo por ser tan nervioso.
El doctor lo mira sin contestar. Le da la espalda al paciente. Mira otra vez el
autorretrato y lloriquea.
Paciente- ¿Se separó? ¿es eso? Claro, uno se olvida los médicos también tienen
sentimientos. No es que quiera decir que usted no… es que a veces me pregunto
cómo hacen para cortar, coser, y pinchar… ay que impresión ¿me siento? El
paciente se queda parado esperando. ¿Me atiende? Vio lo que es el dolor este…
es como la vida no para, no da respiro. Bueno, me siento y me atiende. ¿Qué más
da? Para eso me descuentan esta obra social. (pausa) Bueno, me pongo yo la
inyección de anestesia. Es esta ¿no? Yo me la puedo poner. Ay, las agujas me
marean. Me hacen acordar a mi mamita enferma. Ay, qué dolor que es. ¿Es así?
Dígame, por favor. Bueno, con coraje me lo pincho yo. Ay, qué impresión (se clava
la aguja). Ay, Ay. No se preocupe. ¿Me va a sacar la muela? Quisiera que me
saque lo que sea, Doctor, con confianza. Uno es capaz de morir por una infección
¿no? No quiero morir. Dígame, usted sabe cuando un paciente entra y va a morir
¿no? También me pongo la anestesia de este lado y ya está. ¿Así es? Ay Dios, si
existe, está en contra mío. También quiero que me saque una placa. Usted sabrá.
No es que le quiera decir lo que tiene que hacer. Bueno, me siento. Y me revisa la
boca bien, bien, como le enseñaron. ¿Era buen alumno? ¿Aprobó esta materia?
Así está. Mas no puedo abrirle la boca. Así le parece bien. Se acerca al sillón.
Levanta el apoya brazos. Mira al doctor esperando el ofrecimiento. El doctor le
muestra los colmillos, frunciendo los dientes El paciente se queda parado saca la
mano y el pie del sillón odontológico. Toca el sillón.
Paciente- Lindo sillón. Pensar que la gente usa unos así… ¿o como los del
ginecólogo son? Los de los telos… lo vi en una película, no vaya a pensar que
yo… (ríe frenéticamente). Es sexy. Bah no más bien extraño, no lindo, si, útil, si
me deja sentarme y me atiende, bah, es útil para hacer el amor, para dormir la
siesta, no bueno, qué hermoso día para suicidarse, no que digo, ay… si tuviera
novia, si vendría a este sillón, bueno no este otro…no puedo hablar bien ya la
anestesia me paraliza ¿vio?
El doctor mira la sangre que chorreo del dedo y le manchó el sillón. Agarra un
poco de sangre con el dedo y se la pasa entre los dientes. El paciente mira la
sangre chorreando que mira el doctor.
Paciente- Ay se la limpio enseguida. Agarra los papeles y el alcohol. Ay, qué
enchastre. Se lo puedo dejar como nuevo. Ay, qué dolor. ¿Le paso el trapito
también?
El doctor le niega con el dedo. El paciente se da cuenta que chorreo la anestesia
y sangre en el piso también. Sonríe confuso. Mira la sangre derramada.
Confundido. Se marea.
Es que este sillón es viejo, una porquería. Hay otros más tecnológicos. Pero qué
digo, tiene onda, retro que le dicen. El doctor muestra los dientes bruscamente.
Paciente- Bueno yo vengo a que me cure porque tengo dolor, soy un ser humano
sensible… Acá le limpio todo y ya empecemos ¿no?
El doctor mira su delantal que le salpicó sangre. El paciente le limpia el delantal
más abruptamente. El doctor hace unos gemiditos.
Paciente- Ya está ¿Qué más quiere? Tampoco es un consultorio de Recoleta. No
exageremos ¿eh? Disculpe. No es que me moleste ayudar, yo lo ayudo, usted me
ayuda. ¿Le parece bien? Ay, es el único en la cartilla, que más quiere. Tengo un
miserable trabajo. El doctor lo mira fijo sin parpadear. Le muestra los colmillos y
jadea.
Paciente- Bueno, le toca a usted curarme… ¿eh? Que no quiero ir al cielo (ríe)
¿Usted qué cree que haya allá más allá? Yo me imagino un mundo de chocolate
con nubes de chocolate y casitas de chocolate y yo me voy comiendo todo.
Bueno, su turno de demostrar cuánto estudio en la facultad. ¿Le parece? Hoy por
mi mañana por usted y así todos contentos ¿no? ¿Ayuda al prójimo como a ti
mismo? No piense que soy abusivo nada que ver. Es que me duele el alma y la
muela. Usted debe estar exhausto. ¿no? Corta, sutura, pincha. ¿Muchos
pacientes? ¿Por qué no hay nadie ahora?
Doctor- Muchos. Muchísimos. -
Paciente- Bueno, me siento. ¿O me voy? Pareciera como si hubiera vivido mil
años. No se si son las ojeras, los colmillos, los ojos rojos. No, que digo es por lo
sabio que debe ser. No es que sea raro. Y yo también, es tan irritante estar
cansado. Duermo y duermo y sigo igual. Que linda voz tiene, grave. Por fin habla.
Pensé un dentista mudo, que no abre la boca. (ríe exagerado). No puede ser.
¿Pero sigo en mi turno ¿no?
Doctor- Su turno, claro. Se pasa la lengua por los labios.
Paciente- Ay, por fin me habla. De chiquito que ya nadie me habla. Gracias Dios.
¿Usted cree en Dios? ¿Puede empezar a atenderme con esta cosita? Agarra un
instrumento. ¿Se fija las caries?
Doctor- Con eso no…no es necesario
Paciente- Ah, tal vez me mire todo el diente y ahí ya se ve ¿no? Y la experiencia
da el oficio. A mí me gusta mucho cuando hago mucho algo, y entonces después
digo, ya está lo sé hacer. ¿Usted sabe arreglarme todo? No vaya a ser que por un
descuido me cague muriendo. No digo que usted no sepa. Claro que sí, si rindió
todos esos exámenes. Tal vez usted prefiera mirarme desde ahí. Le abro la boca y
listo. A mí con que sea rápido está bien. Como cuando uno tiene intimidad, ¿vio?
Yo no tuve, pero a mí me gusta tocarme rápido. Ay, no sé por qué le cuento esto.
Doctor- Asqueroso.
Paciente- Ay, disculpe. Yo le pongo alcohol a todo, por las dudas. Le pongo a sus
instrumentos ¿Le parece?
Doctor- Limpios. Bien Limpios.
Paciente- Ay, se me chorreó otra vez. Le saco todo el papel de acá y listo. (ríe)
Después de todo no es tan difícil ser dentista. Pasta por acá. Y que tanto. Aquí los
tiene desinfectados sus bisturís serán. ¿Cómo se llaman? Ay, qué miedo dan. De
chiquito salía corriendo siempre y me perseguían para que venga.
El Doctor niega con el dedo. Le toca con el dedo la boca al paciente.
Paciente- Qué nervios. Hace mucho nadie me toca la boca. No lo entiendo. Dicen que los médicos
son tan fríos. Claro, tanto estar con cuerpos moribundos. Pero usted no. Tiene familia ahí en la foto.
Seguro que es un padre cálido, amoroso. Mejor poner todo en alcohol, una basurita y la infección y
luego… al cielo. Aunque dicen que después de cierta edad no morir es indecente. Bueno, me siento,
abro la boca y ya estoy listo.
El Doctor lo mira inmóvil. Se relame. Muestra sus colmillos.
Paciente- Me hace acordar a esas películas de vampiros. (toca los instrumentos sucios) No digo que
sea sucio, pero no sé, esperaba otra cosa. ¿Me va a dar chupetín si me porto bien ¿no?
El doctor empieza a mirar una placa. Lo mira de reojo.
Paciente - Esa es mía ¿no? Ya la tenía. ¿Voy a morir? ¿no? Es por eso que me hicieron en el pre
ocupacional otra vez. Sáqueme lo que sea doctor. ¿Usted es medico de todo también? Total, los
dientes se reponen, pero una infección y pum. Por suerte para usted que la gente se enferma, sino se
quedaría sin trabajo. Si fuéramos inmortales. Todos contentos y usted sin trabajo. Que mal tipo debe
ser. Especular con que la gente se enferma y lo vienen a buscar. Ay, qué digo si usted es un héroe,
más que un héroe, es el mismo Superman. Qué noble profesión. Luchar contra lo imposible.
El doctor lo mira fijo. Se muerde los labios.
Paciente- ¿Usted no es gay? Yo no soy. Pero bueno, a veces, uno necesita afecto y bueno… sin
prejuicios. Y le caigo mal o es que tiene malas noticias para mí. Es eso. Tiene mis exámenes del
trabajo ¿no? Dieron mal, muy mal.
El doctor se sonríe risueño
Paciente- O algo mejor ya me morí y este es el mismo infierno-
Doctor- Usted es bastante pelotudo. Vuelve a mirar el autorretrato triste. Le caen lágrimas por sus
mejillas.
Paciente- Disculpé, me fui de mambo. Le limpio bien su auto-retrato. ¿Por qué no la llama a su mujer?
Ay, como me duele. Se me está yendo el efecto de la … hay telarañas acá. Las saco con mi saco.
Mire qué fácil. A ver si justo cae en mi herida y no la cuento. Si son arañas ¿no? Como el hombre
araña que le picó y de una vida de miserable a súper héroe. Mejor las agarro. Tal vez me pasa y no
vuelvo más a ese trabajo mugroso. Mejor las beso. Tal vez trae suerte. El doctor asiente
entusiasmado. Me la como. Mire así. Y ya no están más. Si usted ríe, yo las cómo. El doctor ríe fuerte
Paciente- Que feo gusto tenían. Vio que es simpático cuando quiere.
El doctor abraza varios retratos. El paciente tiene ahorcadas. El paciente le limpia los retratos con su
aliento.
Paciente- Ay, uno quisiera que todo sea como en la foto ¿no? Mira extrañado la foto. Pensé que
usted estaba en la foto, pero ahora que la limpié ya no se ve. La limpia de nuevo. Le escupe el vidrio.
Ay, qué digo me habrá parecido que era usted. Era otro sin esos dientes podridos que usted
tiene…sin esos colmillos tan bonitos, quise decir. ¿A todos se los muestra así sin pudor? Qué digo,
mire, los míos, están machucados. Es que mamita no tenía plata para la ortodoncia. Pobrecita,
mamita. -
El doctor agarra sus instrumentos y los mira detenidamente.
Paciente- Bueno, bastante bien, aunque sea no le toco ser proctólogo, eso es mucho peor…
El doctor mira los instrumentos y lo mira al paciente. Señala sus objetos y lo señala al paciente.
Paciente- ¿Qué quiere? ¿Está loco? ¿Así hace con todos?
El doctor se acerca. Le acaricia el cuello y la boca al paciente. Le pasa la lengua por el cuello.
Doctor- Lindo. Usted es muy lindo. Suave.
El doctor le pone el barbijo al paciente. Señala los objetos odontológicos. Se sienta en el sillón. Le tira
en el aire un besito al paciente. Le señala los instrumentos.
Paciente- Pero yo no estudié esto. ¿En serio le parezco lindo? Yo no suelo…hacer lo íntimo con los
hombres… no piense mal… pero a veces estoy tan solo, solo las cenizas de mama en el placar y yo.
¿Podríamos ser felices juntos? ¿no? ¿Cómo en las fotos, como las familias que comen ravioles?
Doctor- Atiéndame.
Paciente- ¿Qué es un juego? -
El doctor le acaricia la mejilla. Le pone uno de los instrumentos en la mano del paciente se lo pasa por
el cuerpo. Agarra el autorretrato de la familia y lo tira al piso.
Paciente- Es que tiene tantos dientes. No sabría por dónde empezar. Una vez vi esa película cine de
ese actor famoso que se perdía en la isla y se sacaba su propia muela. Qué dolor. Yo tengo unos
duendes, hablo con ellos, también como estoy solo, unos muñequitos, no crea. A veces pienso que
haría cualquier cosa para no llegar a mi casa a la noche y otra vez cenar solo. Pero un hombre, no
se…si supiera cuantas veces espere llamados, mensajes, señales… debe ser el destino. ¿Le pongo
la anestesia o no sé qué tiene este líquido? El doctor afirma sabroso. Bueno ¿Por qué no? Me la
pongo yo primero. Que me está doliendo. De chico, me tomaba solo la fiebre, vomitaba solo, mi
mamita, bueno, ella siempre estaba llorando. Siento que hoy voy a morir. Pero casi todos los días
siento eso. Así que no sé.
Doctor- ¿Porque siente eso? (se relame). Píncheme. Píncheme todo.
Paciente- Ay, nunca me preguntan por qué siento algo. Bueno, ahí voy. Un poco para usted un poco
para mí. Después de todo. No puede ser tan difícil ¿no? Hasta un mono puede pincharse ¿no? Vi
documentales en YouTube.
Doctor- ¿Y las cenizas de su madre? ¿No las va a tirar?
Paciente- No puedo, no sabría dónde.
El doctor lo mira impaciente. Le señala sus muelitas.
Doctor- Duele. Duele mucho.
Paciente- A usted también. Es bueno no sentirse solo en el dolor. No quiero decir que me guste que le
duela. Qué dientes tan sucios tiene. No quiero decir que se limpie…claro, no. ¿Se hace un buchecito y
empezamos? ¿Le parece? Igual si es atractivo, no crea. Exótico. Nunca vi alguien tan bonito, es
sublime como la belleza del mar. No piense que yo quiero… no, nada que ver, es que soy solo…tal
vez para otros usted es como un ogro, para mí no, no me malinterprete. No hay que ser superficial, si
el alma es profunda ¿no? Como su garganta.
El doctor se hace un buche y le abre la boca. Al paciente le tiembla el cuerpo. Se pone anestesia a él
mismo cuando le está por poner al doctor. Luego suspira y le pincha al doctor.
Paciente- Que aguja más grande, vieja, larga ¿desinfectada? ¿descartable? No me iré a contagiar…
seguro ya me contagié. Seguro. Ya estoy por morir. Mira miedoso la aguja
Doctor- Desinfectada-
Paciente- Bueno, si usted lo dice. Pero no la vi en un envoltorio. No es que desconfié. Ya debo estar
lleno de virus. ¿Cuánta gente infectada hay? ¿cuánta gente pincha con esta inyección? Ya pueden
ser miles. Una peste. Una invasión de moribundos somos. Zombis por las calles. Sin cura. Qué
desgracia.
El doctor afirma esbozando una sonrisa
Paciente- Entonces es cierto. Vamos a morir. Es el mismo apocalipsis. Deben estar diciendo algo en
la televisión. Mire el celular no tiene señal. Esto es una señal que no tenga señal. Yo le dije cuando uno
entra al doctor nunca más sale. Entre pastillita e inyección. Ay, qué soledad es el camino hacia la
muerte. Por suerte está usted. Doctor. Ahí va, así usted se infecta y muere conmigo. No me
abandone. Si usted dice que la muerte se avecina. Usted es el que sabe. Entre Dios y los humanos
está el doctor, el que previene la desgracia. Le caen lágrimas por la mejilla. Sé que usted no debe
querer morir ya, pero si usted dice que ya estamos infectados es mejor así. Aceptar la peste y no sufrir.
Acuérdese de la película cuando intentan huir de los zombis. ¿Cuántos mueren en el camino? ¿eh?
Solo se salvan los protagonistas que son los más lindos y nosotros… no quiero decir que no seamos
agraciados ´pero… No crea que me encanta pincharlo. Pero ahí voy.
El paciente le hace dos pinchazos. El doctor gime profundo.
Paciente- Ay, le hice como un moretón. Le chorrea sangre. Ay, me mareo. Se me pestañea el ojo
izquierdo cuando me mareo ¿ve? Me empieza a temblar la mano derecha. No voy a poder sacarle
una muela, ni limpiarle ni nada. Soy muy nervioso.
Suelta bruscamente los instrumentos.
Doctor- Cúreme. Cúreme bien.
Paciente- Si, ahí voy, le saco la muelita con este ¿no? Me encanta jugar al doctor de chiquito…solía
jugar a … no puedo, no puedo…deja el instrumento en la mesa.
Doctor- Con este instrumentito. Sáquemela. Le señala la muela.
Paciente- ¿Cómo puede ser que a esta altura no se haya inventado un método más avanzado?
Desenroscar y tirar así nomás.
Doctor- Sáquese la ropa de abajo.
Paciente- ¿eh? ¿es para revisarme todo?
El doctor le señala el pantalón
Paciente- No me voy a sacar. de chiquito que soy vergonzoso ¿sabe? ¿Es por mi salud? ¿no?
Donde manda marinero no manda… (se ríe nervioso)
El paciente empieza a sacarse el pantalón. El doctor se incorpora. Lo mira sediento. Mira luego el
autorretrato de su familia.
Paciente- No me puedo sacar todo. Así en calzoncillos. ¿Ya puede ver?
Doctor- Todo afuera. Y baile. Baile como la llama de la luna en un velorio.
El paciente empieza a bailar incómodo, pero sonriéndole al doctor.
Paciente- ¿Esta es como esas terapias alternativas? ¿no?
Doctor- Baile mejor. Hágalo para mí.
Paciente- ¿Esto es amor? ¿no? ¿Así se siente? Como en las películas…de Hollywood. Hacen todo
el uno por el otro…
Doctor - Basta-
Paciente- El medico es siempre quien sabe todo. Aunque si quiere que yo lo cure, yo sería quien…
Tome aquí tiene. Le abre la boca bruscamente. Le empieza a tirar la muela. Ay, pero que hago. Soy
un carnicero. Perdone que le sale sangre. No se preocupe. Le limpio Le pongo alcohol ¿Qué hago?
Me pincho yo mejor (ríe angustiado). Más anestesia para mí. Qué mareado estoy. Me caigo. No se
asuste. Yo me asusto por los dos. No, no me asusto. Veo estrellitas de colores. Ya somos dos. Qué
lindo ser dos. Siempre quise ser dos. Abráceme. Abráceme fuerte. Como si nunca hubiera abrazado.
Doctor- Usted es caprichoso y romántico. –
Paciente- Soy corajudo. Ya verá. Retuerzo la muela y la tiro como un tornillito. Y aquí está su muelita.
¿Ve’? Lo hice muy bien. Abra un poco más esa boquita.
Hace fuerza para afuera y le saca la muela. El doctor se mira al espejo con la boca chorreante de sangre
Paciente- Eh, se ve peor de lo que parece. La sangre lo hace sexy. A las chicas
les gusta las imperfecciones. Ya verá que dicen, cuánta vida, cuánta experiencia.
¿Le limpió? Ya ni a la facultad tengo que ir. Mire que bien lo hice. Mi mamita solía
guardar mis dientitos de leche. ¿Quiere que le guarde su muela de recuerdo? (ríe
incómodo). Puede aprovechar y ponerse una ortodoncia. No quiero decir que sean
feos lo colmillitos, no me mal interprete…le quedan bien así saliditos para fuera.
Tiene personalidad. Me tendría que pagar a mi ¿no? Y que bien dicen que cobran
los dentistas. Ya me siento que aprendí algo más ¿eh? Qué lindo. Por fin algo
diferente a la rutina. Bah, aunque todavía me duele. Y la sangre me sigue dando
impresión. No se crea… pero podría ser el ayudante de instrumentos o el secretario.
O quién dice soy mejor dentista que usted. No, eso es imposible. Es que mi trabajo
es tan miserable. Le comenté ¿no? Pero puedo desinfectarle con alguna pastita
todavía. Así no le queda el huequito. Yo tengo huequitos entre los dientes no es
para tanto. Bueno, para nunca haber estudiado no estuvo tan mal ¿no? ¿Le limpio
la baba? ¿La sangre? Bueno, usted me pidió. Y sus deseos son órdenes. Y a caballo
regalado no se le miran los dientes. ¿O debería cobrarle? En verdad usted sería el
que cobra…esto no es normal. Abra la boquita. Y ahí va. Le pone la pastita

El doctor cierra la boca. Se hace un buche. Se para y se aleja.

Doctor- Ahora abra su boca-


Paciente- (suspira) Aleluya. Persevera y triunfaras. Fuera el dolor ya. ¿Me siento?
Cúreme por siempre. Hágame inmortal. Ahora si la última inyección y no más dolor.

El doctor lo pincha con la inyección.

Paciente- Ay, ay. Hay que aguantar y hoy justo que me levante pensando que sería un
hermoso ultimo día. Su cara me asusta y me gusta al mismo tiempo. Quiere acariciar al doctor, pero
acaricia el aire. ¿No será que usted es la parca sedienta, monstruosa, con colmillos y peluda que vino a
buscarme? No, no quise decir que usted sea… qué fatiga tengo, que poca fuerza, me siento flojito, como
mi mamita cuando estaba enferma, pobrecita…me endurezco todo…que suerte que es con usted.
Cuando me pregunten con quién fue, voy a decir con el peladito, enanito, el más lindo. El me acompaño.
A mí me hubiera gustado acompañarla a mi mama ¿sabe? Llegué justo después. Y nadie me avisó.
Ya estaba tiesa. Tibia. Y nadie me avisó. Después vino una de blanco como usted. Era la madrugada.
Y quería que firme. No le importo nada. Y me temblaba todo como ahora. Pobrecita. Pobrecito yo. La
mala suerte es la mala suerte ¿vio? No quiero decir que usted sea la mala…
Doctor- Firme aquí-

El paciente firma temblando y se desmaya. El doctor le hunde los colmillos al paciente en el cuello.
El paciente medio dormido realiza un gemido de dolor, respira profundo, le falta el aire. Luego
sufre un temblor hondo en su cuerpo. Despidiéndose, cae su cuerpo ya tieso. El doctor huele la
sangre derramada. Gira el cuerpo del paciente tirado en el piso. Se come una parte de su
garganta bien profunda. Se seca la boca chorreante de sangre con un trapo. Se relame cual gatito
inquieto. Se saca el delantal. Tapa al paciente. Le pone una gasa alrededor de la cabeza. Y Lo
besa en la frente.

Apagón

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