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Ética psicológica bla

Empezamos el presente artículo considerando lo afirmado por Lindsay (2009): “los códigos

éticos, son medios para traducir las creencias acerca del comportamiento adecuado en

declaraciones que especifican cómo los profesionales pueden actuar apropiadamente”. Es

indispensable partir de que estos documentos se fundamentan y consolidan mediante un arduo

proceso de reflexión en base a los principios morales apreciados como necesarios para el

desarrollo de determinada actividad profesional y así mismo, bajo la lógica de un proceso

histórico-cultural propio de una zona geográfica específica.

En este documento abordaremos específicamente el código deontológico de psicología, usado en

España y aspectos a resaltar en lo concerniente a la ética psicológica en este país. En primer

lugar es necesario señalar que dicho código deontológico a nivel estructural, parte niveles con

categorías de tipo general, las cuales no precisan con detalle lo que se desea mencionar, así por

ejemplo, el artículo 4 contempla: “El/la Psicólogo/a rechazará toda clase de impedimentos o

trabas a su independencia profesional y al legítimo ejercicio de su profesión, dentro del marco de

derechos y deberes que traza el presente Código” donde el uso de expresiones como “trabas” y

más aún, los eventos que pueden ser considerados como tales, no se explicitan, dan lugar a

variadas interpretaciones por parte de quien se ampare por este artículo.

Lo anterior permite traer a colación aquello que Hall (1952) citado en Lindsay expresó a la APA

cuando se estaba realizando el primer código ético oficial, y es que el documento en sí “…por un

lado da juego a los sinvergüenzas y por el otro hace que aquellos que se saben cubiertos por el

código se sientan pagados de sí mismos y santificados”. Así pues, se hace necesario el uso de un

lenguaje preciso, que no se preste para interpretaciones erróneas por parte de quienes acudan al

código y más aún de una delimitación clara para aquellas categorías macro que presenta el
documento. Una solución bastante factible a este aspecto, parece ser la propuesta por Bermejo

(2009), el cual propone un cambio amplio a la estructura del código deontológico español,

considerando como paso fundamental la definición a profundidad en cuanto a los principios

éticos se refiere, y organizando la información en tres capítulos los cuales correspondían a

categorías específicas, ya que en su versión tradicional, el código no ofrecía categorías que

permitieran identificar el tema central de agrupaciones de artículos, con lo cual la información se

tornaba dispersa al momento de abordarla. Para más profundización respecto a la propuesta de

reforma estructural al código, se recomienda tener en cuenta el documento realizado por Bermejo

(2009).

Ahora bien, en términos de la práctica de la ética psicológica en España, la literatura revela que

constantemente los Colegios Oficiales de Psicólogos reciben quejas o reclamaciones de usuarios,

las cuales tiene que ver con conductas del profesional, las cuales no se consideran éticas. Esto

lleva a preguntarse si este fenómeno tiene relación directa con los vacíos que pueda llegar a

presentar el código en sí, sin embargo, la explicación a este fenómeno parece asociarse más a la

forma en que la deontología psicológica se imparte en España ya que según refiere Río (2009)

“el Estado español prácticamente no ha contemplado la docencia de la ética profesional y la

deontología como materias independientes”, es decir, dichas asignaturas se contemplan por lo

general, como optativas a los estudiantes, y esto solo en ciertas facultades de psicología, ya que

hay un gran número de universidades, las cuales no cuentan con cursos dedicados a esta

asignatura en particular. Como solución a ello Río (2009) propone una lista de contenidos

básicos que deben ser necesarios para el desarrollo de los estudios en psicología, y donde destaca

la importancia del conocimiento en los códigos deontológicos y su posterior aplicación mediante


la toma de decisiones éticas, como forma de entrenar a los futuros profesionales en la reflexión

respecto a los distintos dilemas que pueda enfrentar en su vida laboral.

A modo de conclusión, se afirma que la práctica ética en España y los documentos que la

fundamentan, como lo es en este caso el código deontológico, se muestran en un proceso de

adaptación constante, considerando lo rápido que la sociedad europea se redefine. Por ejemplo,

Esparcia (2001), en su momento ya se refería a la adaptación del código deontológico español al

fenómeno de la intervención psicológica a través de internet, el cual si ponemos en perspectiva

con el desarrollo de la psicología en Colombia, aún parece verse lejano. Esto da lugar a recalcar

el hecho de que el desarrollo de la tradición psicológica española difiere en gran medida respecto

al contexto colombiano y es por ello que para entender mejor los fenómenos relacionados con el

ejercicio de la ética profesional en ese país, es pertinente tener un conocimiento a profundidad,

de la historia y las dinámicas que se dan en europa en lo concerniente a psicología.


Lindsay, G. (2009). ÉTICA PROFESIONAL Y PSICOLOGÍA. Papeles del Psicólogo, 30 (3), 184-194.
Bermejo i Frígola, V. (2009). MOTIVACIONES PARA LA REVISIÓN Y CAMBIOS EN EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO
DE LA PROFESIÓN DE PSICOLOGÍA. Papeles del Psicólogo, 30 (3), 195-206.
Río Sánchez, C. (2009). LA DOCENCIA DE LA ÉTICA PROFESIONAL EN LOS ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA EN
ESPAÑA.Papeles del Psicólogo, 30 (3), 210-219.
Esparcia, A. J. J. (2001). Hacia un código deontológico de la intervención psicológica a través de
internet. Anuario De Psicología, 32(2), 117-126. Retrieved from
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2785907

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