Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
*Art. 4 – La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la
libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que
la componen.
*Art. 286 – Las leyes arreglarán la administración de justicia en lo criminal, de manera
que el proceso sea formado con brevedad, y sin vicios, a fin de que los delitos sean
prontamente castigados.
*Art. 287 – Ningún español podrá ser preso sin que preceda información sumaria del
hecho, por el que merezca según la ley ser castigado con pena corporal, y asimismo un
mandamiento del juez por escrito, que se le notificará en el acto mismo de la prisión.
*Art. 303 – No se usará nunca del tormento ni de los apremios.
*Art. 306 – No podrá ser allanada la casa de ningún español, sino en los casos que
determine la ley para el buen orden y seguridad del Estado.
*Art. 366 – En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de primeras
letras, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir y contar, y el catecismo de la
religión católica, que comprenderá también una breve exposición de las obligaciones
civiles.
*Art. 367 – Asimismo se arreglará y creará el número competente de universidades y
de otros establecimientos de instrucción, que se juzguen convenientes para la
enseñanza de todas las ciencias, literatura y bellas artes.
*Art. 371 – Todos los españoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus
ideas políticas sin necesidad de licencia, revisión o aprobación alguna anterior a la
publicación, bajo las restricciones y responsabilidad que establezcan las leyes.
El Rey ya no era el titular del poder soberano, sino que se encontraba limitado y
sometido a la Constitución que debía jurar guardar (art. 173). La Monarquía pasaba a
ser tan sólo una forma de gobierno por la que la Nación, en uso de su soberanía,
optaba. El artículo 3, supone sin duda alguna, la innovación más sustancial de la
Constitución, es decir, la transición del sistema político del antiguo régimen al
moderno liberal-burgués, implica el cambio de la soberanía del monarca a la nación.
El poder emana del pueblo, eso permite que aquel pueda crear sus propias leyes en
beneficios de todos, posteriormente discrepo con el hecho que el sufragio activo no
haya sido plenamente universal, ya que se excluía a las mujeres, los sirvientes
domésticos y en el caso americano a los grupos étnicos esclavos y, a la vez, el
sufragio pasivo presentaba carácter censitario, puesto que para ser elegido diputado
era necesario “tener una renta anual proporcionada, procedente de bienes propios”,
la cual hace alusión que no se daba de forma igualitaria la democracia.
Ni las cortes ni el Rey podrán ejercer en ningún caso las funciones judiciales, como
tampoco podrán avocar causas pendientes ni mandar abrir juicios concluidos. No
obstante, la justicia se administra en nombre del Rey.
Por su parte, los tribunales sólo podrán ejercer la función de juzgar y de hacer
ejecutar lo juzgado. Se mantienen como fueros especiales el militar y el eclesiástico.
Frente a la diversidad de normas que habían estado vigentes hasta el siglo XIX, la
Constitución prevé la elaboración de unos Códigos unitarios para toda la Nación,
aludiendo expresamente a los códigos civil, criminal y de comercio, que serán unos
mismos para toda la Monarquía; asimismo, se determina que habrá en la Corte un
supremo tribunal de justicia, ello hace referencia a las audiencias, cuyo número y
territorio correspondiente se determinará cuando se haga la correspondiente
división del territorio español. Además, se establecerán partidos proporcionalmente
iguales, con un juzgado en cada cabeza de partido, lo cual hace alusión que ningún
español será privado de su derecho a acudir a jueces árbitros.
Finalmente, quedan expresamente eliminados el tormento, el apremio y la pena de
confiscación de bienes.
Art. 242 – La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales pertenece
exclusivamente a los tribunales.
Art. 245 – Los tribunales no podrán ejercer otras funciones que las de juzgar y hacer
que se ejecute lo juzgado.
Art. 247 – Ningún español podrá ser juzgado en causas civiles ni criminales por ninguna
comisión, sino por el tribunal competente determinado con anterioridad por la ley.
Art. 255 – El soborno, el cohecho y la prevaricación de los magistrados y jueces
producen acción popular contra los que los cometan.
Art. 356 – Habrá una fuerza militar nacional permanente, de tierra y de mar, para la
defensa exterior del Estado y la conservación del orden interior.
Art. 362 – Habrá en cada provincia cuerpos de milicias nacionales, compuestos de
habitantes de cada una de ellas, con proporción a su población y circunstancias.