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Balanza de Pagos Desequilibrios y Ajuste PDF
Balanza de Pagos Desequilibrios y Ajuste PDF
La balanza de pagos enumera y cuantifica como activos todos los rubros por medio de los
cuales los residentes obtuvieron poder de compra externo (exportación de bienes y
servicios, endeudamiento externo, etc), a la vez que clasifica como pasivos, el gasto o uso
que se hace en el exterior del poder de compra adquirido (importación de bienes y
servicios, inversión en el extranjero, pagos por concepto de deuda externa, etc). La
balanza de pagos refleja las transacciones realizadas en un período de tiempo
determinado (un semestre, un año, una década) y no el estado de ingresos y salidas de
una economía en una fecha determinada. Este último se manifiesta en la balanza de
deudas internacionales.
1
Este documento es un extracto del libro libro:
Cardona Montoya, Giovanny. (2010). COMERCIO MUNDIAL: Tendencias y Estructura. Medellín: Esumer.
Capítulo II páginas 47-110. ISBN 978-95897590-73.
2
SNIDER, Delbert. (1963). Introducción a la Economía Internacional. México: UTEHA.
encuentran ubicados. O sea que, si una empresa alemana radicada en Colombia (por
ejemplo una filial) debe hacer un pago a otra compañía fuera de Colombia, éste se
considera para Colombia como una obligación de un residente con respecto a un
extranjero. Igualmente, se tomará como no residente a cualquier empresa colombiana
radicada, jurídicamente, fuera de las fronteras de Colombia.
Esta cuenta incluye el intercambio de bienes y servicios que realizan los residentes de un
país con los residentes del resto del mundo. La cuenta corriente está compuesta
principalmente por dos balanzas: la balanza comercial y la cuenta de servicios. Sin
embargo, frecuentemente, los países involucran en esta cuenta también las entradas y
salidas sin contrapartida, esto es, la cuenta de transferencias, lo mismo que la producción
nacional de oro (ver recuadro # 4).
Esta forma de calcular el valor del comercio exterior, FOB y CIF, es relevante de conocer
ya que el valor de las exportaciones tiene un bajo contenido de servicios mientras que las
importaciones incluyen en su valor contable, servicios tan importantes como los seguros y
los fletes internacionales, los cuales, por ende, no se registran de modo independiente en
la cuenta de servicios, porque se configuraría una doble contabilización de una misma
operación.
Durante los primeros tiempos del sistema económico capitalista, el saldo en balanza
comercial fue casi el único indicador para conocer la salud de las relaciones económicas
internacionales de una nación. De hecho, la escuela mercantilista que precedió a los
padres del liberalismo económico, asociaba el desarrollo de una nación al excedente que
se obtenía fruto de las exportaciones de mercancías.
Sin embargo, con el desarrollo de la ciencia y la tecnología y con el auge del sector
terciario de la economía (comercio y servicios), este componente ha perdido importancia
relativa, la cual ha sido ganada por las operaciones en las cuentas de servicios y de
capitales. En cambio, sigue siendo relevante a la hora de analizar una balanza de pagos,
conocer la estructura de las exportaciones e importaciones puesto que estos
componentes pueden darnos elementos para prever situaciones futuras y cambios en el
estado de la balanza comercial, a la vez que son una guía pertinente para la toma de
decisiones en las organizaciones.
Así, por ejemplo, un país industrializado que se halle incrementando sus importaciones de
insumos o maquinarias nos mostrará una tendencia en balanza de pagos diferente a la de
otro país que incrementa sus importaciones pero en bienes de consumo. La expectativa
en estos dos casos sería totalmente diferente, como se verá más adelante cuando
analicemos los conceptos de equilibrio y desequilibrio en balanza de pagos.
Recuadro # 4
Esta cuenta está compuesta por las transacciones de residentes con no residentes en
materia de importación y exportación de servicios no factoriales y servicios factoriales.
Los servicios no factoriales son aquellos que no se asocian a los factores de producción
(particularmente capital) sino que son satisfactores de necesidades de los individuos o
facilitadores de labor productiva o comercial. Se destacan, entre otros, los servicios de
transporte, de comunicaciones, de turismo, de educación y sanitarios. Algunos países
tienen ingresos significativos por facilitar los flujos de mercancías y de personas poniendo
a disposición de otros sus aerolíneas, sus navieras, puertos de tránsito, canales
interoceánicos, satélites para comunicaciones, etc.
Los servicios factoriales son aquellos asociados a la renta que se obtiene por la
colocación de capital como factor de producción. Por lo anterior, la cuenta de servicios
contabiliza los flujos internacionales de intereses como concepto de pagos a la deuda
externa (pública y privada) y los movimientos internacionales (repatriaciones) que las
compañías multinacionales hacen de las utilidades obtenidas fruto de sus inversiones en
países extranjeros.3
3
Es importante en este tema destacar que la macroeconomía utiliza dos conceptos para valorar la importancia
de las inversiones extranjeras en el crecimiento de los países. El PIB o producto interno bruto hace referencia
a la producción de bienes y servicios en un territorio, independiente que dicha producción sea obtenida con
inversiones nacionales o extranjeras. En contraste, el PNB, o producto nacional bruto expresa la totalidad de
la producción de bienes y servicios que las empresas nacionales obtienen en un período de tiempo
determinado, independiente si dicha producción fue lograda en territorio nacional o extranjero.
fase de recesión económica o en crisis de carácter sectorial, las filiales transfieran
recursos a sus casas matrices para asegurar la estabilidad financiera de la misma.
Frecuentemente le hemos dado poca importancia a esta cuenta. Ella refleja los ingresos y
egresos que puede tener un país pero que se caracterizan por no tener contrapartida:
donaciones, reparaciones, giros de ciudadanos de un país que migraron a hacia otro por
razones económicas (empleos) o, incluso, políticas (refugiados).
4
Academia de Ciencias de la URSS, Instituto de América Latina, "Latinoamérica en cifras", Moscú, Nauka,
1989, págs 95, 96 y 135, en lengua rusa.
SOUTHO CORREA, Tomás y otros. "Guía Mundial 93". Bogotá 1993. pág 202
investigaciones ya que en sus lugares de residencia no se tienen los recursos para ello.
Mapa 2
Evidentemente, las migraciones mundiales tienen su origen, principalmente, en los países en vía
de desarrollo (África, Latinoamérica y Asia Central) y en las naciones del Centro y Oriente de
Europa que abandonaron el comunismo. Un caso particular es de las naciones de Los Balcanes
(exyugoslavia, principalmente) que han generado una diáspora muy fuerte después de los
conflictos étnicos de finales del siglo pasado y comienzos del actual. El destino de estos
inmigrantes es Norteamérica, Europa Occidental y Japón.
Las estadísticas muestran que cada vez es más significativo el peso relativo que tienen en
las balanzas de pagos en los países en vía de desarrollo o subdesarrollados, los ingresos
por este concepto. Por ejemplo, en Colombia, desde finales de los noventa, el peso de las
transferencias ha crecido sustancialmente5, hasta llegar al punto de superar al petróleo
como principal fuente de divisas en cuenta corriente (ver recuadro # 5).
5
Para verificar estos datos se puede consultar la Balanza de Pagos que publica la revista del Banco de la
República, trimestralmente. Son evidentes los datos crecientes entre los años 2002 y 2007.
Honduras o República Dominicana, éste indicador se aproxima al 10% del PIB.6
Por último, podríamos decir que las migraciones internacionales son la mejor manera de
entender las transferencias como un componente de la cuenta corriente, puesto que se
podría definir como el pago por el servicio que la mano de obra de un país presta en un
país extranjero.
Recuadro # 5
Recuadro # 67
6
Para un análisis detallado del comportamiento demográfico y de las migraciones, se pueden consultar
algunos trabajos de Juan Chakiel: Chakiel, Juan (2004): “La dinámica demográfica en América Latina”,
CELADE, Serie Población y Desarrollo, No. 52.; Chakiel, Juan “La población de América Latina. Dinámica
demográfica de 1990 a 2050” en http://www.ejournal.unam.mx/dms/no05/DMS00503.pdf, consultado en
agosto 20 de 2009.
7
Las cifras de este recuadro fueron obtenidas de: United Nations “Commodity Trade Statistics”, New York,
1981 y United Nations “international Trade Statistics Year Book, 1981.
2.2 CUENTA DE CAPITALES
Sin embargo, debemos recordar que las ganancias que se obtienen por transacciones a
través de la cuenta de capitales -intereses, utilidades repatriadas- se inscriben en la
balanza de servicios de la cuenta corriente, como "servicios financieros" y no en la cuenta
de capitales.
Según el profesor Ricardo Ffrench Davis, entre 1983 y 2002, el PIB mundial creció 70,6%,
sin embargo en ese mismo período la inversión extranjera directa (IED) lo hizo en
1.180,9%.8 La pregunta que surge en consecuencia es: ¿por qué la inversión extranjera
pesa tan poco sobre el crecimiento de la economía mundial? La respuesta la halla el
profesor Ffrench Davis al comprobar que durante estos veinte años, más del 50% de las
inversiones extranjeras se dedicaron a la compra de empresas ya existentes. Incluso
entre 1998 y 2002, este indicador fue cercano al 72%.9
A causa de problemas en las fuentes de información las cuales no logran capturar todos
los datos por la existencia de operaciones de contrabando, de sobrefacturación de
exportaciones o de la subfacturación de importaciones en el comercio exterior, es
probable que el equilibrio contable en la balanza de pagos no se logre. Por ello, existe una
quinta partida en la balanza de pagos: errores y omisiones, donde se incluye la diferencia
existente entre activos y pasivos.
8
Estos datos se obtienen de las memorias del módulo dictado por el profesor Ffrench-Davis, Ricardo, en el
marco del curso sobre integración regional realizado por la Universidad de Barcelona en febrero-marzo de
2005. Los datos sobre crecimiento del PIB se calculan a partir de fuentes de la OMC y los de IED con base en
datos de la UNCTAD.
9
FFRENCH-DAVIS, Ricardo, memorias del curso de integración regional,Ibidem.
un país no invierte en el exterior todo su superávit de cuenta corriente, a la vez que se
puede dar el caso de que un país no reciba suficientes créditos o inversiones desde el ex-
terior como para cubrir la totalidad de su déficit en cuenta corriente.
Cuando se presenta una diferencia entre los saldos de cuenta corriente y cuenta de
capitales se recurre, entonces, a las reservas internacionales (R.I.), ya sea para financiar
con ellas el déficit en cuenta corriente o para asimilar los excedentes de divisas
generados por los superávits en cuenta corriente que no son invertidos en el exterior.
Las reservas internacionales cumplen básicamente tres funciones: liquidar los saldos
internacionales, servir de apoyo para controlar el tipo de cambio y regular el volumen de
los medios de pagos nacionales. Generalmente, el incremento de las reservas
internacionales se dá debido a los saldos netos positivos en cuenta corriente que no han
sido invertidos en el exterior.
10
TORRES, GAYTAN, Ricardo, Teoría del Comercio Internacional. siglo XXI editores, México, 1985. Pág.
213-214.
Recuadro # 8
3. EQUILIBRIO Y DESEQUILIBRIO EN LA BALANZA DE PAGOS: ANÁLISIS
COMERCIAL Y FINANCIERO.
La balanza de pagos está regulada por dos principios básicos que siempre se han de
cumplir:
- La suma total de los pasivos es igual a la suma de los activos. Este principio
refleja un equilibrio contable en la balanza de pagos; lo que quiere decir que un
país sólo podrá comprarle al resto del mundo la cantidad de bienes, servicios y
activos financieros que le permita el poder de compra generado por sus ingresos,
a través de las distintas cuentas de la balanza de pagos,
Cuando un país tiene un déficit en cuenta corriente, esto es, sus exportaciones de bienes
y servicios no cubren sus necesidades de importación, se hace indispensable recurrir a
fuentes financieras para saldar este desequilibrio: adquirir un empréstito externo, atraer
inversión extranjera a corto, mediano o largo plazo, vender activos financieros en el
extranjero (bonos de deuda externa, acciones de empresas, etc.) o reducir las reservas
internacionales.
¿Cuál de las anteriores medidas se debe tomar?, ¿cuál es la dinámica del saldo de la
cuenta corriente?, ¿Con qué se salda su déficit?, o ¿en qué se gasta su superávit?
Respondiendo las anteriores preguntas podremos conocer realmente el estado de
equilibrio o desequilibrio de una balanza de pagos.
En cambio, hay otras transacciones que se dan debido a que las "operaciones
autónomas" dejan una brecha que hay que llenar. Estas se denominan "transacciones de
ajuste". Los ejemplos más usuales de "transacciones de ajuste" son la venta de oro por
parte del banco central, o los créditos a corto plazo concedidos por gobiernos de países
extranjeros o instituciones multi-estatales como el Fondo Monetario Internacional (FMI),
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco Internacional de Reconstrucción y
Fomento (BIRF), con el fin de cubrir la diferencia entre los ingresos y los pagos que debe
realizar un país.
El ejemplo más elemental es el de aquella economía que cubre sus gastos corrientes con
ingresos de la misma cuenta y tiene un saldo igual a cero. Lo que quiere decir que no se
requieren créditos ni donaciones para cubrir sus gastos por importación de bienes y
servicios. Pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, el saldo de cuenta corriente
no es cero. Puede ser positivo o negativo. Aún así, el hecho de que el saldo de la cuenta
corriente pueda ser deficitario no indica que la balanza de pagos se encuentre en
desequilibrio. Si suponemos una economía con déficit en cuenta corriente, el cual es
cubierto con ingresos de capital a largo plazo, podríamos estar hablando de una balanza
de pagos en equilibrio, por las siguientes razones:
- un saldo deudor neto en la cuenta corriente financiado por una entrada de capital a
largo plazo puede, con el transcurso del tiempo, eliminarse mediante las
exportaciones adicionales que la capacidad productiva aumentada facilita.
La situación sería muy diferente si el país saldara su déficit en cuenta corriente con
ingresos de capital a corto plazo o reduciendo sustancialmente sus reservas
internacionales. En este caso, el flujo de capital cumple una función de equilibrador
temporal puesto que el crédito a corto plazo debe ser liquidado rápidamente y es probable
que el mercado llegue a desconfiar del país si las solicitudes de renovación de crédito se
repiten constantemente.
Por otra parte, la naturaleza de corto plazo de estos créditos no alcanza a fomentar un
aumento de la producción de bienes de exportación. En lo que respecta a las reservas
internacionales, su reducción sustancial representa un desahorro para el país y por ende
se reducen las posibilidades de inversión y de crecimiento de la economía nacional.
Es pertinente mencionar que el superávit en cuenta corriente también puede ser causa de
11
SNIDER, Delbert. Op. cit., pág 177
desequilibrio en la balanza de pagos: un superávit crónico, (o una bonanza repentina) que
no sea cubierto con salidas de capital a largo plazo, genera inevitablemente un déficit en
la cuenta corriente de uno o más de los países con los que se realiza intercambios
financieros y comerciales. Ningún país puede perder reservas indefinidamente.
Pero, no sólo las economías extranjeras salen afectadas por una acumulación significativa
de reservas internacionales. Una creciente y constante acumulación de reservas
internacionales puede generar efectos inflacionarios y/o de apreciación de la moneda
nacional al aumentar aceleradamente el poder adquisitivo de la población; esto generaría
en un mediano o largo plazo una caída de la competitividad de los productos nacionales
con respecto a los extranjeros, produciendo, en consecuencia, efectos recesivos sobre la
economía nacional: caída de los niveles de inversión en bienes transables, aumento del
desempleo y, en última instancia, déficit en la cuenta corriente. La problemática
relacionada con el excesivo nivel de reservas internacionales la denominaremos síntomas
de enfermedad holandesa (ver enfermedad holandesa).
Los desequilibrios en la balanza de pagos pueden ser ocasionados por diferentes causas.
Un cambio estructural en la economía nacional o internacional puede producir una crisis
en las relaciones económicas de un país con el resto del mundo. Así, por ejemplo, una
guerra, una sequía, inundaciones o terremotos conllevan una disminución de la
producción y de las exportaciones, a la vez que provoca un aumento de la demanda de
bienes importados puesto que la producción nacional no abastece el mercado. De tal
manera que se presenta un doble efecto negativo sobre la balanza comercial: disminución
de ingresos por concepto de exportaciones y aumento del gasto por concepto de
importaciones.
O sea que el desarrollo tecnológico de un país tiene como efecto el que otros países que
antes los abastecían de materias primas, o bienes terminados, ahora no lo hagan, con el
consecuente resultado negativo sobre sus balanzas comerciales. Un hecho notorio en
este sentido fue la crisis petrolera de los años setenta, cuando un inusitado aumento en el
precio del crudo condujo a que los países importadores de petróleo desarrollaran
maquinaria, equipos y vehículos que consumieran menos combustible y, por otro lado, a
buscar nuevas fuentes de energía.
Tanto el alza en el precio del petróleo como el uso de otras fuentes de energía, y en
algunos casos como en Estados Unidos e Inglaterra el autoabastecimiento energético,
produjeron diferentes efectos sobre la balanza de pagos, tanto de países productores
como de importadores entre 1973 y 1980. El alza en el precio internacional del petróleo,
debido a la reducción en la oferta por parte de los países de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (O.P.E.P.) elevó los pagos de los importadores netos del crudo,
e incrementó los ingresos por cuenta corriente de la U.R.S.S. y México, países
exportadores no miembros de la O.P.E.P.
Otro factor que afecta la balanza de pagos es la dinámica del ingreso per-cápita tanto de
residentes como de la población de los países que son socios comerciales. El incremento
del ingreso es directamente proporcional a la demanda de bienes manufacturados
terminados (bienes normales) e inversamente proporcional al consumo de bienes básicos
(bienes inferiores). Debido a que los factores de producción no se mueven
automáticamente, especialmente en el comercio internacional, las variaciones en los
ingresos per-cápita tanto de nacionales como de extranjeros, motivan cambios en los
niveles de demandas internacionales que no son suplidas inmediatamente. Es decir: si
aumenta el ingreso (Y) de los residentes, se produce un aumento de la demanda
agregada (DA), donde, parte del incremento de la DA se hará efectivo en forma de bienes
importados. La proporción del ingreso que se dedica al consumo de bienes importados se
conoce como Propensión Marginal a Importar (P.M.M).
Si el ingreso de la población de los socios comerciales de nuestro país cae, se van a ver
afectadas nuestras exportaciones, proporcionalmente a la PMM de los países que
importan nuestros productos.
4. TIPOS DE CAMBIO
Sin embargo, a pesar de la simplicidad que pueda implicar la lectura de un tipo de cambio,
la realidad es que la comprensión de su naturaleza y, lo más importante, la posibilidad de
poder predecir el valor de una moneda hacia el futuro (dentro de unos meses, semanas,
días, horas) son labores de gran dificultad que, como la mayoría de las operaciones
comerciales, envuelven un elevado nivel de incertidumbre.
Tratar de calcular el precio al que un empresario va a vender los dólares que recibirá en
90 días, o definir cuantos pesos colombianos se necesitarán para comprar dentro de seis
meses un millón de dólares, son operaciones que implican grandes riesgos para los
empresarios. Sin embargo, este riesgo se puede reducir en la medida en que se
comprendan ciertos factores de entorno que inciden sobre la evolución de los tipos de
cambio.
12
La devaluación o revaluación son modificaciones de la tasa oficial de cambios, que un gobierno trata de
mantener dentro do un margen de fluctuación autorizado en un sistema de cambios fijo, ajustable o de control
de cambios. Por ello, no se pueden confundir estos términos con apreciación y depreciación del cambio, ya
que, estos últimos se refieren a los movimientos efectivos del tipo de cambio en el mercado de cambios.
Una de las herramientas más utilizadas para influir sobre el estado de la balanza de
pagos es la variación del tipo de cambio, ya sea en forma de revaluaciones o
devaluaciones, según el tipo de desequilibrio que ésta sufra. Para comprender las
estrategias gubernamentales que se aplican con el fin de influir en la balanza de pagos,
se debe tener claro el grado de libertad de fluctuación que poseen las monedas o, visto
desde otro punto, la capacidad de injerencia que los gobiernos tienen sobre las
variaciones en el tipo de cambio de las monedas nacionales. Por ende, debemos
caracterizar, en primer lugar, el tipo de cambio que se aplica en las relaciones
económicas internacionales de un país con el resto del mundo. Así, tenemos que, a riesgo
de simplificar demasiado problema, el valor de las divisas puede depender de: la
evolución de las diferentes cuentas en la balanza de pagos, la evolución de los diferentes
indicadores macroeconómicos y las prioridades económicas de los gobiernos, el sistema
normativo que regula las operaciones cambiarias (grado de libertad cambiaria), l peso que
tengan los especuladores en el mercado de divisas y a influencia de los diferentes grupos
de presión.
Tomado de Généreux, Jacques. "Economie politique. Les poliliques en économie ouverte", Hachette
Supérieur, Paris, 1992, pág 18.
Igualmente, en estos países (lo mismo que en otras latitudes) la demanda de divisas se
incrementa a finales de año, por la temporada de Navidad. Otro hecho que generalmente
pesa en los países monoexportadores de bienes agrícolas es la temporada de cosecha y
exportación del principal producto de la economía nacional.
Las políticas de comercio exterior aplicadas por un gobierno no pueden explicarse sólo a
la luz de intereses directamente vinculados a las relaciones económicas internacionales.
Es inevitable que se relacionen con necesidades de políticas domésticas
macroeconómicas -de desempleo, de inflación, de presupuesto público, de crecimiento
económico, etc. Igualmente, existe una permanente relación entre el estado de la
economía doméstica (expansión o recesión) y el estado de la balanza comercial
(superávit o déficit).
13
Notas en los literales del recuadro 9:
a.) Un país monoexportador tiene una tasa de cambio muy sensible a la estabilidad del producto exportable;
b.) Un país que depende de las exportaciones a otra nación en particular, su tasa de cambio es vulnerable al
clima político de las relaciones entre ambos países y del ciclo económico del país comprador; c.) En el
invierno se incrementan las exportaciones de productos agropecuarios y combustibles a los países con
estaciones; d.) Los países exportadores de hidrocarburos generalmente conservan un alto nivel de
intervención a través de empresas estatales. Su estabilidad fiscal incide sobre la tasa de cambio; e.) El
deterioro o expansión del comercio exterior tiene una relación directa con la oferta y demanda de servicios no
factoriales; f.) Países altamente endeudados gastan sus superávits comerciales a través del pago de servicios
factoriales y la cuenta de capitales; g.) Las estaciones y el período de vacaciones inciden sobre la movilidad
de turistas (en invierno, los pensionados migran al trópico); h.) Su comportamiento también está ligado con el
clima político (elecciones, crisis de gobiernabilidad), la cual puede provocar fugas aceleradas de capitales
golondrinas; i.) Cuando los flujos de capital de corto plazo son permanentes y la balanza comercial muestra
déficit crónico, la incertidumbre es mayor y hay riesgo de devaluaciones.
Recesión y superávit o déficit: si en una economía se reduce el nivel de gasto, por parte
de consumidores y del estado, habría una tendencia a disminuir las importaciones e,
incluso, a incrementar las exportaciones -a falta de demanda interna se buscarían nuevos
mercados-, lo que constituiría una situación de recesión, acompañada de superávit en la
cuenta corriente. Pero, si la recesión conlleva una seria caída de la producción nacional,
probablemente se deban incrementar las importaciones para satisfacer las necesidades
que la producción nacional no cubre.14
A los gobiernos les preocupa mucho una economía con una elevada inflación durante un
largo período o, igualmente, se incomodan por un constante desempleo, pero, también,
tienden a aplicar correctivos cada vez que se presentan problemas en balanza de pagos.
Veamos, entonces, los factores que nos pueden llevar a diferentes situaciones de
desequilibrio interno y/o externo:
14
Fisher, Stanley y Otros. "Economía", McGraw-Hill Interamericana, México, 1998, pág. 884.
- déficit y expansión: disminución de la carga impositiva, expansión de la
inversión, revaluación.
Recuadro # 10
Si bien, el primer planteamiento nos habla de los flujos internacionales como variables
independientes que podemos conocer y que, por ende, nos permiten pronosticar la
evolución del tipo de cambio, nuestra segunda propuesta nos plantea la posibilidad de
que la balanza de pagos y el valor de las monedas extranjeras se vean alterados por los
indicadores de la macroeconomía doméstica.
Además, la evolución del tipo de cambio puede estar atada a las prioridades que en
materia macroeconómica tengan las autoridades monetarias de un país. En este caso
estamos asumiendo que el tipo de cambio responde, también, a actos racionales del
Estado, el cual, ante la necesidad de lograr ciertos resultados en política económica, se
puede plantear implementar medidas que alteren la cotización de las divisas. Entonces, el
tipo de cambio puede ser alterado por medidas que directa o indirectamente afecten la
oferta o la demanda de divisas (ver recuadro # 11).
Recuadro # 11
Las anteriores medidas, como ejemplos, pueden no perseguir directamente controlar el
tipo de cambio, pero sus efectos pueden estar relacionados con las exportaciones
(desmonte de subsidios o elevar las tasas de interés), las importaciones (reducción del
gasto público), la inversión extranjera (elevar los encajes o caída de los impuestos a la
producción), o los créditos internacionales (baja de aranceles a la importación de bienes
de capital, elevar los encajes bancarios), etc.
Hay que destacar, frente a este punto, el análisis que se pueda hacer de las prioridades
que en materia económica tenga un gobierno determinado. Un país con problemas de
inflación, desempleo, bajas tasas de crecimiento, déficit fiscal y comercial, es un caso
difícil de controlar por parte de cualquier gobierno; sin embargo, éste debe definir sus
prioridades y sobre éstas determinar sus políticas de corte macroeconómico.
Estas preguntas nos pueden ayudar a entender la dirección que tomarán las decisiones
que en materia económica se apliquen. La autonomía y el largo plazo son dos variables
que nos pueden ayudar a entender la independencia de los gobiernos en materia
macroeconómica. Un gobierno con muchas herramientas macroeconómicas, que no se
halle controlado por políticas de Estado fuertes o por planes supranacionales tiene
libertades que le permiten, incluso, detener proyectos iniciados por los antecesores; se
corre el riesgo de que, en estos casos, prime el corto plazo por encima del largo plazo. En
este caso, la vulnerabilidad de la tasa de cambio depende en gran medida de la coyuntura
política y económica
Por ejemplo, un año electoral puede hacer que los gobernantes determinen como
prioridad el gasto en sectores que aporten mayor cantidad de votos al candidato del
partido de gobierno. De igual modo, debemos aceptar que las negociaciones entre el
ejecutivo y el legislativo para la aprobación de proyectos de ley o para mantenerse en el
gobierno, como sucede en los regímenes parlamentarios, también pueden estar
relacionadas con el gasto público y por ende con el equilibrio en materia
macroeconómica.
4.3 EL RÉGIMEN NORMATIVO DEL SISTEMA CAMBIARIO
El tercer fenómeno que tenemos como determinante del tipo de cambio, es el régimen
normativo, entendido éste como el conjunto de normas que regulan las operaciones del
mercado de compra-venta de divisas.
Hasta el momento hemos concebido una relación directa entre la macroeconomía, las
operaciones internacionales y el tipo de cambio; desde esa perspectiva, la producción, el
intercambio y el consumo (domésticos e internacionales) inciden directamente sobre la
cotización de las divisas. Sin embargo, existen mecanismos de regulación cambiaria que
pueden hacer que una variación en la economía real produzca sobre el tipo de cambio un
efecto inferior al esperado. Este planteamiento hace parte de la discusión entre
economías de mercado y economías reguladas por el Estado.
Para una mejor comprensión de este argumento, debemos tener plena claridad sobre los
diferentes sistemas cambiarios. Los tipos de cambio pueden responder a tres principios
reguladores: la mano invisible del mercado, el control por parte del Estado o a una mezcla
de las dos anteriores. El caso más representativo de la mezcla de ambos es el tipo de
cambio fijo – ajustable (ver recuadro # 12).
Esta explicación "clásica" sugiere que con el tipo de cambio libre el mercado cambiario,
sin intervención del Estado, logra encontrar su propio equilibrio. El tipo de cambio
totalmente libre no existe en ningún país del mundo ya que, hoy en día, todos los
gobiernos intervienen directa o indirectamente en el mercado cambiario.
El principal aporte de David Hume a la teoría del comercio internacional, siglo XVIII, fue su
interpretación sobre el ajuste automático que se generaba en el comercio internacional a
través de las fluctuaciones en el tipo de cambio. Si bien los ajustes automáticos fueron
revaluados por la teoría keynesiana, el principio como tal aún conserva vigencia. Este,
que puede ser entendido como la base filosófica de la tasa de cambio libre, ha servido en
diferentes épocas para promover la liberación de los mercados de dinero y de capitales.
Es frecuente que la libertad cambiaria sea limitada y que los países recurran a tipos de
cambio de libertad controlada. Esta consiste en una libre fluctuación de la tasa de cambio
pero controlada por el Estado a través de operaciones de mercado abierto (OMAs) o
tomando medidas que afecten las tasas de interés. Si un gobierno considera que la
moneda nacional se ha apreciado por encima de niveles deseados, entonces, el banco
central lanza al mercado cambio nacional y lo vende por divisa extranjera, lo que conlleva
un aumento en la oferta de moneda nacional y, por ende, a su depreciación.
Debemos destacar que para provocar variaciones en la tasa de cambio, las autoridades
económicas no tienen que recurrir al proceso de compra-venta de divisas, ya que pueden
implementar medidas que motiven a los agentes privados a disminuir o a aumentar la
oferta o demanda de divisas o moneda nacional. Tales medidas pueden ser: de tipo
monetario (elevar o disminuir las tasas de interés) o de tipo fiscal (conceder subsidios a
exportadores, elevar los aranceles, etc.)
Recuadro # 12
Los sistemas cambiarios fundamentados en el papel del mercado como ordenador social,
pretenden que la economía se autorregule garantizando el equilibrio a partir de los ajustes
en el precio de los bienes, de los servicios y de los factores de producción. La tendencia
más generalizada en los últimos años es la libertad controlada de los tipos de cambio. De
acuerdo a este esquema, las autoridades económicas permiten que los actores privados
interactúen en el mercado de divisas, provocándose, en consecuencia, fluctuaciones de la
tasa de cambio; sin embargo, dichas fluctuaciones no pueden ser ilimitadas, ya que
convenios o políticas monetarias determinadas reducen la movilidad de las cotizaciones.
Estos tipos de cambio pueden funcionar a través de las denominadas bandas cambiarias,
que consisten en el establecimiento de fronteras a las fluctuaciones de acuerdo a metas o
imperativos de política macroeconómica de mediano o largo plazo. Los límites, un techo y
un piso, determinan los márgenes máximo y mínimo a los cuales se puede cotizar una
divisa (ver gráfico 1).
Gráfico 1
Las bandas cambiarias pueden ser horizontales, esto es, el techo y el piso permanecen
fijos durante largos períodos de tiempo, pero, como en la mayoría de los casos lo que se
busca es mantener una tasa de cambio real, entonces éstas pueden inclinarse de acuerdo
a las tendencias inflacionarias de la economía doméstica frente a la de los países con los
que se realizan intercambios comerciales. En conclusión, la pendiente de la banda
cambiaria debe responder a la evolución de los precios domésticos e internacionales;
incluso, la experiencia de países con problemas de inflación y sistemas cambiarios de
banda, muestra una mezcla de banda cambiaria con crawling peg (ver gráfico 2, banda
cambiaria bajo economía con inflación).
Gráfico 2
Es importante resaltar que el grado de amplitud de la banda y la inclinación de la misma,
generalmente son potestades del Banco Central o del equipo económico de gobierno, lo
que depende de la autonomía de las autoridades monetarias y cambiarias (ver gráfico 3).
Gráfico 3.
Fuente: Banco de la República.
De otro lado, se debe tener en cuenta que la política cambiaria también puede ser activa.
De hecho, cuando las políticas neoliberales se acompañan de esquemas monetaristas,
las principales herramientas con las que cuenta el Estado para regular la economía son,
precisamente, la tasa de interés y la tasa de cambios. Por ende, la banda cambiaria
puede responder también a objetivos como el control a la inflación, la reducción al
desempleo o el mejoramiento de la tasa de crecimiento económico. Expliquemos esto con
algunas ideas sencillas:
- La franja puede ser muy inclinada (una pendiente mayor que la devaluación
necesaria) para promover las exportaciones, reducir el déficit comercial e
incentivar el empleo doméstico;
Por último debemos resaltar el hecho de que la banda cambiaria como mecanismo de
libertad restringida, requiere de algunas herramientas para que las autoridades
económicas mantengan el tipo de cambio dentro de los límites.
No se debe olvidar que los mecanismos que se aplican deben responder a un análisis de
los factores que podrían estar incidiendo sobre el tipo de cambio; esto es, el hecho de que
se presente una marcada revaluación (exceso relativo de divisas), puede responder a la
dinámica de una o algunas de las cuentas de la balanza de pagos o a tendencias en el
consumo, en el empleo o en los precios; por ende, las medidas a implementar deben
apoyarse en un diagnóstico inicial que explique las causas del fenómeno.
Si el problema se origina en la balanza comercial, tal vez, lo más viable sería aplicar
medidas arancelarias; en cambio, si el problema es en la cuenta de capitales, lo más
probable es que se tomen medidas relacionadas con la tasa de interés.
La importancia de este análisis radica en que las medidas de ajuste que se apliquen
deben apuntar a los síntomas y tendencias del mercado que más estén afectando el
comportamiento del tipo de cambio. Es por ello que algunos gobiernos prefieren, cuando
el problema es de balanza comercial, tomar medidas que atacan directamente el tipo de
cambio (compra venta de divisas), pero, si el problema es de cuenta de capitales, las
medidas que proponen, buscan incidir de manera directa sobre los tipos de interés.
En última instancia, cuando se dificulta sostener una banda cambiaria en sus niveles
preconcebidos (o sea cuando los límites de la banda hacen que el tipo de cambio
permanezca alejado estructuralmente de su verdadera paridad cambiaria), las autoridades
económicas se pueden ver en la obligación de redefinir la misma banda, ampliándola,
desplazándola o aumentando su pendiente de inclinación.
4.3.2 Patrón oro y los tipos de cambio anclados
Contra una marcada tendencia hacia los mercados de libertad controlada, o sea tipos de
cambio definidos por la oferta y la demanda (incluido el Estado como comprador o
vendedor), en algunos casos se ha revivido la idea de la moneda con respaldo en
reservas internacionales (metálicas o fiduciarias). Tal es el caso de las monedas atadas o
ancladas, cuya emisión primaria depende de la cantidad de divisas que se conserven en
reservas internacionales. Un ejemplo de esta tendencia fue el sistema cambiario argentino
en el decenio de los noventa.
Recuadro # 13
En esta situación se presentan dos tendencias sobre las fluctuaciones del tipo de cambio.
Primero, la moneda anclada fluctuará a la par de la de referencia (que, suponemos, es la
de una economía más poderosa), pero a la vez, si se presentan disfunciones en el corto
plazo (por ejemplo, si se presenta una mayor demanda relativa en los mercados
cambiarios, por la moneda de referencia que por la moneda anclada), o sea que frente a
otras divisas el tipo de cambio no conservaría la paridad, la reacción del mercado sería a
través de los arbitrajes triangulares (ver mercados de divisas, arbitrajes y regulación
cambiaria). Veamos un ejemplo:
Si el nuevo Peso argentino (nP)15 es una moneda anclada al dólar americano (US$) en
una relación de 1x1, lo lógico sería que la cotización de ambas monedas fuera la misma
frente a otras divisas del mundo; sin embargo, en un momento determinado, puede
presentarse un desequilibrio como consecuencia de que haya una mayor demanda de
15 Este ejemplo se apoya en la experiencia vivida por la economía argentina en el decenio de los noventa, caso que sirve de modelo perfecto para las argumentaciones teóricas que se
plantean aquí.
una tercera moneda en Argentina, situación que, temporalmente, no se estaría
presentando en los Estados Unidos. Veamos inicialmente la situación de equilibrio:
Pero, ante una mayor demanda en Argentina de Yenes, la relación entre los Yenes y el
Peso argentino puede cambiar, sin que lo haga la relación Dólar-Yen. Veamos:
En este caso, se hace rentable recurrir a los mercados internacionales de divisas para
comprar los Yenes, no de manera directa sino a través del Dólar; comprar dólares con
pesos argentinos para luego con éstos, acceder a la divisa japonesa. Veamos el proceso:
De este modo se compran Yenes con un tipo de cambio indirecto, obteniendo una
ganancia de Y 5.0 por cada Peso argentino. Este caso nos ha servido para mostrar una
derivación de la clasificación de los sistemas cambiarios en patrones metálicos y patrones
fiduciarios. Los primeros eran la base de los tipos de cambio fijos y los segundos de los
tipos de cambio flexibles. Ahora, con esta experiencia, (tipos de cambio anclados)
encontramos otra razón de ser de los tipos de cambio fijos.
Seguramente, el anterior ejemplo podría tener otros componentes como serían los
impactos sobre las tasas de interés o sobre el nivel de ingresos, lo que lo aproximaría
más a la realidad; sin embargo, la intención es mostrar como, a pesar del control estatal,
los precios de la economía tienden a equilibrarse, así dicho proceso implique períodos
largos de tiempo o una redistribución inequitativa de los costos del proceso de ajuste.
El anterior ejemplo nos permitirá entender de manera sencilla como se realizaría un ajuste
precio bajo condiciones de control de cambios. La primera conclusión que se puede
obtener del caso dado es que, más que analizar la tasa de cambio per se, lo que
realmente preocupa es el poder adquisitivo del dinero.
Igualmente se podría pensar que los capitales de corto plazo (inversiones especulativas)
beneficiados por la devaluación (venden a un mayor precio las divisas que traen) podrían
reducir sus utilidades por dos vías: caída en las tasas de interés por el exceso de oferta
monetaria o reducción de sus rentas en el momento de retirar su capital y reexportarlo.
La segunda conclusión tiene que ver con los alcances del mercado para realizar ajustes
cuando el Estado distorsiona los tipos de cambio. En este caso, hacemos referencia a la
forma como las autoridades económicas pueden estar regulando los precios de los bienes
y servicios básicos, a la intervención estatal de las tasas de interés o al control a las
importaciones. En conclusión, el proceso de ajuste precio vía mercados tiene limitantes
generadas por la intervención estatal a otros niveles de la economía.
De acuerdo al anterior caso, el dólar tiene una cotización fija que no sufre variaciones
durante todo el período estudiado, un año; sin embargo, los precios acusaron un
aumento, durante el período, de un 20%, lo que reduce el poder adquisitivo del dinero;
entonces, si bien, el exportador sabe que durante todo el año tendrá unos ingresos
nominales fijos ($ 1000 x US$ 1,0), la realidad es que, en términos de poder adquisitivo,
sus ingresos se han reducido en un 20%, puesto que con $ 1000, al terminar el año, el
exportador podrá adquirir una cantidad menor de bienes y servicios que los que compraba
al comenzar el mismo.
Por lo anterior decimos que se ha presentado una revaluación real; o sea, con una menor
cantidad de trabajo ($ 1.000 al finalizar el año representan una cantidad menor de trabajo
que al comienzo del mismo) se puede adquirir US$ 1,0.
Visto desde la óptica del exportador (oferente de divisas), diríamos que, por la misma
cantidad de dólares se obtiene una menor cantidad de bienes y servicios. La
consecuencia aquí planteada es menor en los países desarrollados, donde los bajos
niveles de inflación generan, en el largo plazo, tendencias de estabilidad en el tipo de
cambio nominal, incluso bajo condiciones de libre mercado.
Un último comentario sobre este punto tiene que ver con las fluctuaciones del tipo de
cambio. Experiencias vividas muestran que, después de cierto tiempo (generalmente
meses), las autoridades económicas se ven obligadas a aplicar medidas de ajuste, en
particular devaluaciones, lo que hace inestables los mercados, desincentiva las
inversiones y, generalmente, provoca nefastos efectos sobre empresarios particulares
que, desconocedores del funcionamiento del sistema, quiebran por no haber
implementado medidas de cobertura cambiaria.
El otro posible efecto de una política de control de cambios sería la presencia de procesos
de devaluación gradual o "Crawling Peg".
Recuadro # 14
Para empezar, digamos que existe una estrecha relación entre la inflación y la
devaluación. Si la tasa de inflación de un país es alta, casi que categóricamente la
devaluación también deberá ser alta. La devaluación viene a ser el factor compensador
de la inflación, con el objeto de que nuestra moneda no pierda poder adquisitivo frente a
las monedas extranjeras. La mayoría de los gobiernos establece como uno de sus
objetivos el sostenimiento de una tasa de cambio de equilibrio o de Paridad cambiaria,
para lo cual debe devaluar ante los procesos inflacionarios.
Pero no siempre se puede devaluar al ritmo que lo requiere una economía. Ello porque la
tasa de cambio no se puede modificar tan fácilmente, toda vez que ella depende de
muchos otros factores diferentes a la inflación, como por ejemplo el comportamiento de la
oferta y la demanda de divisas por parte de actores privados.
Por otro lado, aunque la inflación sea baja, si se presenta en el mercado un exceso de
demanda de dólares sobre la oferta, la tasa de cambio debe elevarse a un ritmo mayor
que el que se hubiera deseado. Es decir, el peligro de una crisis cambiaria (insuficiencia
de divisas) obliga a una economía a devaluar.
En fin, existen muchos factores que inciden sobre la fijación de la tasa de cambio, pero
volviendo al tema objeto de análisis, digamos que en un principio la devaluación es un
efecto de la inflación, es decir, ante las tasas de inflación existentes, la devaluación es
una necesidad para poder mantener la Paridad del Poder Adquisitivo de la moneda
nacional frente a las monedas externas. De hecho, sino estuviéramos hablando de control
de cambios sino de un mercado cambiario de libre oferta y libre demanda, la inflación
automáticamente provoca efectos de devaluación.
Pero la cosa no se puede quedar aquí. Analizado el problema desde otra óptica, la
devaluación también puede ser la causa de la inflación. Ello se explica porque en la
medida que aumente la tasa de devaluación, en esa misma medida se encarecen las
importaciones y como las economías son interdependientes y no pueden dejar de
importar, se encarecen los costos de materias primas, los costos financieros de la deuda
externa y los costos del capital fijo importado.
Al elevarse los costos de las importaciones, ello tiene repercusiones sobre los costos de
producción y por ende, sobre los precios. Igualmente, el encarecimiento de las
importaciones y del crédito externo, hace que los precios de materias primas nacionales y
las tasas de interés en el mercado se eleven.
Existe, por tanto, un círculo vicioso en el cual la inflación causa devaluación y a su vez la
devaluación causa inflación. Claro está que tampoco la inflación depende exclusivamente
de la devaluación; ya que esta última puede ser importante en algunos períodos, pero no
siempre. Es decir, la inflación depende de muchos otros factores, los cuales analizamos
en otra parte de este documento.
Por último no debe olvidarse que la reducción de la inflación como objetivo de política
económica, es también un camino para mejorar el Poder Adquisitivo de la moneda o la
paridad cambiaria.
En la medida que la inflación sea baja, se puede manejar más fácilmente la tasa de
cambio y por ende también es más fácil encontrar la deseada tasa de cambio de
equilibrio. Es por lo anterior que algunos gobiernos consideran preferible, con el fin de
estimular las exportaciones, la producción nacional y la generación de empleo, controlar
la inflación en lugar de provocar devaluaciones para elevar la competitividad de los
productos nacionales.
Para continuar con el ejercicio que nos propusimos desde un principio, en el capítulo que
sigue discutimos la relación entre tasa de interés y devaluación, lo cual nos servirá para
comprender algunas otras complejidades de la política económica.
Los mecanismos de devaluación gradual (crawling peg) parten de la idea que los
procesos inflacionarios son lentos y permanentes, por ende, enfrentarlos de manera
gradual y constante permite realizar procesos de ajuste menos traumáticos, generando
expectativas positivas en los empresarios, quienes ven reducidos los niveles de
incertidumbre.
Las autoridades económicas pueden plantear tres posibles velocidades en los niveles de
devaluación:
E! conocimiento de las causas del desequilibrio permite descubrir los efectos y los
factores afectados y, por ende, las pautas para aplicar los correctivos respectivos. Es aquí
donde el sector empresarial debe estar verdaderamente alerta. Desconocer este tema es
una de las principales causas por las cuales las medidas de ajuste generan trágicas
consecuencias para inversionistas y comerciantes afectados por las medidas de ajuste.
En resumen, la política económica orientada a la solución de problemas de balanza de
pagos no se reduce sólamente a manipulaciones de la tasa de cambio, sino que incluye
todo un conjunto de medidas de efectos macroeconómicos domésticos e internacionales.
De la comprensión que se tenga a nivel empresarial de estos elementos, depende que se
sufran consecuencias graves durante una situación de desequilibrio económico o durante
el proceso de ajuste.
Para explicar los ajustes, la teoría clásica se refiere al principio de la teoría cuantitativa del
dinero de David Hume, según la cual el sistema monetario y de precios reacciona (ante un
desequilibrio) de tal forma que preserva de modo automático el equilibrio en la balanza de
pagos internacionales (ver recuadro # 15). De producirse un déficit o un superávit, la
balanza se equilibraría mediante la depreciación o apreciación de la moneda nacional, lo
que afectaría la estructura de precios de los países, conllevando el equilibrio en la balanza
de pagos16).
Recuadro # 15
16
ELLSWORTH, P T y CLARK Leith. J. "Comercio Internacional". México, FCE, 1981, pág. 352
17
TORRES GAYTAN, Ricardo. "Teoría del Comercio Internacional", siglo XXI editores, México, 1985, págs.
59-60.
Estos apuntes clásicos acerca del equilibrio "automático" fundamentaron, en gran medida,
lo que hoy son las políticas de ajuste-precio. Pero, precisamente el carácter de
"automático" ha sido el principio más discutido, reconociéndose una necesaria
intervención estatal para lograr dicho ajuste. De esta teoría se conservan el papel del oro
como dinero y de las divisas al influir sobre el nivel de precios de un país produciendo una
tendencia equilibradora. En caso de exceso de reservas, se incrementan los precios
(inflación y apreciación), motivando las importaciones y desestimulando las exportaciones
o en el caso contrario, de escases de divisas, se reducen los precios nacionales (deflación
y depreciación), incentivando las exportaciones y reduciendo las importaciones.
Ante la ausencia de "automaticidad" se dan las condiciones para mirar la teoría de ajustes
bajo otro enfoque: el del ajuste ingreso. Con el desgaste de la teoría clásica
(especialmente durante la primera mitad del presente siglo) fue posible analizar el efecto
que sobre la producción y el empleo producían !bs desequilibrios internacionales.
Comenzaron a estudiarse el ahorro y la demanda global como determinantes de
perturbaciones en la corriente circular del ingreso. En resumen, dicho enfoque establece
que un desequilibrio en la balanza de pagos compromete un ajuste en el ingreso, la
producción y el empleo. Así por ejemplo, mientras un país tiene un déficit en su balanza
de pagos, en los países con superávit, el ingreso se debe elevar y, en consecuencia, se
deben aumentar sus importaciones en relación con sus exportaciones. Esto debe
producir, un incremento de las exportaciones del país deficitario, lo que debe invertir total
Supongamos una economía mundial compuesta sólo por dos países (Japón y Estados
Unidos), los cuales utilizan el sistema de patrón-oro para determinar el tipo de cambio de
sus divisas:
Japón: 100 Yenes = 1 onza de oro,
O sea;
Yen 1,0 = US$ 0,50 ó
Bajo cualquier otro tipo de cambio habría un exceso de oferta o de demanda de divisas,
puesto que el público trataría de obtener una ganancia al comprar o vender oro en los
bancos centrales. Pero el tipo de cambio bajo el sistema de patrón-oro puede fluctuar en
un valor equivalente al transporte de un país a otro. Este tipo de cambio, calculado a partir
de la cantidad de oro que respalda cada moneda, se denomina paridad-oro.
A una tasa de paridad oro (US$ 1,0 = Yen 2,0) las exportaciones e importaciones de
Japón con EE - UU se encuentran en equilibrio en el punto O (ver gráfico 4). Supongamos
que Japón incrementa su demanda de importaciones (omitimos la causa de este cambio)
pasando del punto O a O', creando un déficit (a la misma tasa de paridad) igual a O' - O.
La tasa de cambio no se ajusta, ya que, a partir del momento en que el dólar comienza a
negociarse a más de 2 yenes, los japoneses irán al banco central y adquirirán oro para
con este comprar dólares a una tasa fija. O sea que el tipo de cambio no puede alejarse
de esta cotización, (US$ 50 = 1 oz), puesto que nadie cambiaría monedas a otro precio.
Gráfico # 4
Debemos recordar que este ajuste automático (sin intervención estatal) no se dá
inmediatamente ya que se requiere de tiempo para que los mercados reaccionen y
comiencen a moverse en dirección del nuevo punto de equilibrio.
Gráfico 5
Hasta ahora hemos realizado el ajuste a la balanza de pagos, asumiendo que ésa sólo se
compone de la cuenta corriente. Ahora, para acercar más estos modelos a la realidad,
vamos a reconocer que la balanza de pagos se compone de una cuenta corriente y de
una cuenta de capitales.
Por lo anterior, es necesario recordar que cualquier medida económica que sea aplicada
por parte del Estado o cualquier cambio que sufra el mercado, afecta no sólo a las
exportaciones e importaciones, sino también a los flujos de capitales. Igualmente, una
variación en los flujos de capitales altera a las operaciones de exportaciones e
importaciones.
Sin embargo, la eficiencia del ajuste precio tiene una directa relación con las
características del modelo que, posterior a David Hume, plantearon los demás teóricos de
la escuela clásica del libre cambio: Adam Smith, David Ricardo y John Stwart Mill. En este
caso, es importante pensar que la aproximación al modelo sólo sería viable en la medida
en que no se presentaran distorsiones al mercado:
- Qué los salarios sean de libre fluctuación hacia arriba y hacia abajo (lo que no es
viable ya que, en la mayoría de los países, existe un salario mínimo.),
- Qué el Estado no intervenga las tasas de interés (pero la política monetaria es una
de las principales herramientas del Estado para estabilizar la macroeconomía),
- Qué no existan productos o servicios con precios regulados o de referencia
(normalmente, las tarifas de servicios públicos no sufren fluctuaciones
coyunturales, lo mismo que algunos productos de la canasta básica),
- Qué no existan monopolios o distorsiones provocadas por aranceles o subsidios
(los mercados de hoy se caracterizan por la ausencia de competencia perfecta.)
Como se puede ver, no existen en la actualidad condiciones para que el modelo de tasas
de cambio de librecambio funcione de manera óptima como lo propone el modelo. Por lo
tanto, un régimen de plena libertad cambiaria no existe y en su lugar, los mercados
cambiarios, sin excepción, tienen algún nivel de intervención estatal. En conclusión, del
ajuste - precio de la balanza de pagos hay que destacar sus principios, los cuales tienen
plena validez para comprender mejor el comportamiento de los mercados de divisas y
particularmente las causas y consecuencias de la evolución de la tasa de cambio, o sea,
suapreciación o depreciación.
Para una mayor precisión en el análisis de los efectos que sobre la competitividad
produce la devaluación nominal, debemos comparar ésta no sólo con los costos internos
sino también con los precios internacionales. Veamos esto inicialmente de manera
empírica:
En este caso, una devaluación nominal del 20% (200 x 1/1000) logró que la producción
nacional conservara los mismos niveles de competitividad, puesto que la inflación
doméstica fue del 20%, a la vez que no se presentó inflación externa. Sin embargo, si se
presenta inflación externa, el análisis será muy diferente:
Esta fórmula nos propone que, la devaluación nominal debe ser igual al diferencial
inflacionario que se presenta entre el mercado doméstico y el internacional. Para nuestro
caso, con una inflación doméstica del 20% y una inflación externa del 5%, la devaluación
necesaria será igual a:
Aquí tenemos, entonces que, con una inflación interna del 20% y una inflación externa del
5%, la devaluación nominal debe ser igual a 14,2%, para que los productos nacionales
conserven los mismos niveles de competitividad. Verifiquemos:
En este caso decimos que en 1997 la moneda nacional ha conservado el mismo poder
adquisitivo que tenía en el período anterior (1996); por ende decimos que la moneda
nacional conserva una Tasa de Cambio de Paridad; o sea que la moneda no ha perdido
poder de compra.
Ahora, miremos lo que hubiera sucedido si la devaluación nominal no hubiera sido igual a
la devaluación necesaria:
En el literal a, donde la devaluación nominal es inferior a la necesaria (10% < 14,2%) se
presentará la siguiente situación: un exportador colombiano con unos costos de
producción de $2,400 recibirá, al vender su producto en el exterior por un valor de US$
2.10, recibirá en moneda nacional $ 2,310; (US$ 2.10 x $1,100); esto es, $90 menos que
el costo de paridad.
En el literal b, cuando la devaluación nominal es mayor que la necesaria, (20% > 14.2%)
el exportador colombiano recibirá por concepto de sus exportaciones $ 2,520 ($ 1,200 x
2.10); o sea, $120 por encima del precio de paridad.
Para saber cual fue el efecto (en ambos casos) que sobre la competitividad produjo el
hecho de que la devaluación nominal haya sido diferente a la necesaria, recurriremos a la
fórmula de la devaluación real. La devaluación real nos muestra en cuanto, como
consecuencia de una devaluación nominal diferente a la necesaria, ganaron o perdieron
competitividad los productos nacionales.
18
La elasticidad precio de la demanda es un concepto microeconómico que nos define la sensibilidad de la
demanda (aumentar o disminuir) ante los diferentes cambios que sufra el comportamiento de los precios.
Por último, debemos recordar que el comportamiento de la tasa de cambio no sólo afecta
a las operaciones comerciales entre importadores y exportadores, su evolución
(devaluación o revaluación) también afecta al mercado financiero y de capitales. Así
tenemos que, si un inversionista desea colocar sus ahorros en un banco, para elegir la
opción más rentable entre colocar su dinero en el mercado nacional o en el extranjero
debe hacer un análisis comparativo entre las tasas de interés de los dos mercados y la
tasa de cambio esperada.
Para que los bancos nacionales ofrezcan intereses atractivos a los ahorradores
nacionales y extranjeros, es necesario que su tasa que ofrezca supere a la rentabilidad
que se obtiene de los intereses en el extranjero y la devaluación de la moneda nacional.
En síntesis, un ahorrador nacional en el extranjero obtiene una renta por los intereses que
paga la banca en el extranjero más los beneficios de la devaluación a la hora de transferir
al mercado nacional su capital invertido y los intereses ganados. Veamos un ejemplo:
A partir de calcular esta rentabilidad es que los bancos nacionales tienen que definir las
tasas de interés que van a ofrecer a sus ahorradores. Sin embargo, cuando la moneda
nacional tiende a revaluarse, el ejercicio tiene que invertirse; en otras palabras, el
ahorrador calculará las utilidades netas de colocar su dinero en el extranjero, al restar a
los intereses que obtiene, la pérdida como consecuencia de un menor valor de la moneda
extranjera a la hora de cambiarla por la divisa nacional. En este caso, los bancos
nacionales calcularán los intereses que deben ofrecer a sus ahorradores teniendo en
cuenta los intereses que se pagan en el extranjero, menos la pérdida que se deriva de la
revaluación de la moneda nacional. Veamos un ejemplo:
5.3 INDICE DE LA TASA DE CAMBIO REAL
Así por ejemplo, según el Banco de la República, luego de comparar el Indice de Precios
al Productor de Colombia, con el de otros 18 países, obtuvo que el ITCR cayó de 111,53 a
95,59 entre 1990 y 199419. De acuerdo a estas cifras, teniendo en cuenta que el año base
fue 1986, podemos decir que la competitividad de los productos colombianos fue mayor
que en el año base, hasta 1993; en 1994 se presentó una revaluación real.
Recuadro # 16
19
Ver revista Banco de la República, Bogotá, capítulo de sector externo. Segundo trimestre de 1995.
5.4 LA TASA DE CAMBIO EN UN MERCADO DE MÁS DE DOS DIVISAS
Todo el análisis que hemos hecho hasta aquí con respecto a la tasa de cambio, ha estado
enfocado exclusivamente a la relación entre la moneda nacional y una divisa extranjera
(por ejemplo, lo que sería la típica relación entre el peso colombiano y el dólar
norteamericano) Pero, no hemos hecho referencia a los movimientos que tienen varias
monedas fuertes entre sí, y cómo influyen en la economía de los demás países. Si el
dólar se devalúa o se revalúa frente al EURO y frente al Yen, ¿qué efectos positivos o
negativos trae para Colombia? Este es el interrogante que trataremos de resolver en las
líneas que siguen a continuación.
5.4.1 Zonas cambiarias. El caso de Colombia
Nuestra economía es una economía bajo el área de influencia del dólar, así como otras
economías están bajo el área de influencia del EURO o del Yen. Desde 1945 hasta 1970
se podía decir que la economía mundial capitalista estaba bajo la influencia del dólar. Ello
significaba que todas las economías fijaban su tasa de cambio en relación directa con el
dólar y para determinar la tasa de cambio entre dos países diferentes a EE.UU.
simplemente se buscaba la equivalencia de sus respectivas monedas frente al dólar y de
allí resultaba la proporción.
Pero hoy en día las cosas son mucho más complejas por el hecho de que a nivel mundial
existen varias monedas que son aceptadas en los pagos internacionales: el Dólar
norteamericano, el EURO y el Yen japonés, principalmente. Anteriormente todas las
transacciones y flujos financieros se realizaban en dólares, mientras que hoy en día se
pueden realizar en otras monedas de países desarrollados. De hecho, Colombia exporta e
importa mercancías y capital en estas mismas monedas sin tener que pasar por el dólar.
Para realizar el análisis vamos a recorrer dos caminos: en primer lugar vamos a suponer
que todas las transacciones que tiene nuestra economía con Alemania y Japón se
realizan teniendo el dólar como patrón de referencia. Segundo, vamos a analizar o a
realizar el mismo ejercicio sin tener el dólar como patrón de referencia. Para ambos
casos vamos a suponer una devaluación del Dólar frente al EURO y al Yen, fenómeno
económico que es cada vez más recurrente en la economía mundial.
Para realizar dicho ejercicio vamos a tomar estas tres monedas y vamos a simular tasas
de cambio que nos sirvan como parámetro de referencia:
En un primer momento establecemos la tasa de cambio de cada una de las monedas con
respecto al dólar. Es decir, un Dólar equivale a 1.000 Pesos, a 1.10 EUROS y a 109.70
Yenes. Con base en lo anterior podemos establecer las equivalencias o las tasas de
cambio entre el peso y las diferentes monedas, así: 1 US$ = $1.000, un EURO = $909.
09 y un Yen es igual a $9.71. Hasta aquí los parámetros que nos sirven de punto de
partida.
Para simplificar vamos a suponer que el Dólar se devalúa un 10% con respecto al EURO
y al Yen. Debe quedar claro de inmediato que si el dólar se devalúa frente a esas dos
monedas, no significa que también se devalúa de inmediato frente al peso. Como nuestra
moneda no es aceptada en los pagos internacionales, no vamos a esperar que los
norteamericanos frente al peso devalúen el Dólar20.
Lo anterior significa que si el Dólar se devalúa frente al EURO y frente al Yen, la tasa de
cambio de pesos por dólar no tiene que sufrir modificación alguna, mientras las
autoridades colombianas no permitan la devaluación de nuestra moneda frente al Dólar.
Hecha esta consideración podemos calcular las nuevas tasas de cambio cuando el Dólar
se devalúa un 10% frente al EURO y al Yen:
20
Claro está que, en la medida que el mercado cambiario colombiano se abre, se internacionaliza, nuestros
empresarios podrán estar interesados en cambiar sus inversiones de una moneda extranjera a otra, lo que si
provocaría una devaluación posible del Dólar
Frente a una devaluación del Dólar del 10% se pueden observar los siguientes efectos:
disminuye la cantidad de EUROS y Yenes que es necesario entregar por un Dólar, a la
vez que aumenta la cantidad de pesos que es necesario entregar por el Yen y por el
EURO. Combinando los dos efectos y teniendo presente que la tasa de cambio del peso
frente al Dólar permanece constante, una devaluación del 10% del Dólar frente al EURO y
al Yen equivale también a una devaluación del peso frente a dichas monedas. Lo anterior
se puede confirmar comparando la cantidad de pesos que se entregaban por un EURO y
por un Yen antes de la devaluación y posterior a ella. Haciendo los cálculos respectivos,
el peso se devalúa un 11.15% con respecto al EURO y un 8.7% con respecto al Yen.
Hechas estas consideraciones podemos analizar ya las relaciones comerciales de
Colombia con Europa y Japón frente a una devaluación del Dólar21.
El análisis que sigue a continuación tiene dos supuestos fundamentales a los cuales ya
hemos hecho referencia, pero que vale la pena profundizar. El primero de ellos es que
todas las transacciones que realizamos con Alemania y Japón se hacen en dólares. Este
no es un supuesto muy alejado de la realidad, sin desconocer que existe una mínima
parte del comercio que se realiza en sus respectivas monedas.
El segundo supuesto es el de que la tasa de cambio del peso frente al Dólar permanece
constante. Este supuesto se aleja un poco de la realidad toda vez que existen dos
hechos que se presentan simultáneamente. Esto tiene que ver con el manejo de la tasa
de cambio en los países industrializados y en Colombia.
21
Ver arbitrajes
Nos estamos refiriendo a esto: mientras el Dólar se devalúa de un día para otro en una
determinada cantidad y permanece fijo por largos períodos (lo mismo sucede con el
EURO y el Yen) el peso sufre modificaciones diarias, casi siempre con tendencia a la
devaluación22.
El ejercicio que vamos a realizar es el de una importación y una exportación en una fecha
determinada, comparada con una situación similar en el futuro, suponiendo una
devaluación del Dólar del 10%. Es decir, esperando una devaluación del Dólar para
mañana del 10%. ¿Qué le conviene más a un exportador o a un importador colombiano:
Hacer la transacción hoy o esperar la devaluación mañana?
Lo mismo sucede con el Yen. La decisión a tomar es si exporto un producto hoy que
tiene un precio de un Dólar y que equivale a $1,000 y a 109.7 Yenes, o lo exporto mañana
cuando se presenta una devaluación del Dólar del 10%. Mañana el exportador
colombiano recibiría los mismos $1.000 que equivalen a un Dólar, pero el importador
japonés tiene que entregar menos cantidad de Yenes (98.73).
22
Hacemos referencia a la devaluación nominal como compensación, parcial o total, al comportamiento de la
inflación doméstica.
El exportador colombiano que exporta un producto por $1.000 a los mercados de Europa
y Japón, no se beneficia en nada de hoy a mañana si se devalúa el Dólar frente al EURO
y al Yen. La ventaja está en que se abaratan los precios de los productos en términos de
esas monedas y, por tanto, puede aumentar las cantidades exportadas en el mediano
plazo. El beneficio consiste en que los importadores japoneses y los europeos
encontrarían los productods colombianos más baratos y en el futuro estarían dispuestos a
incrementar los volúmenes de importaciones de este producto. Mientras no aumenta la
cantidad exportada los beneficios serán nulos.
Nuevamente reiteramos que estamos haciendo dos supuestos: uno es que el precio del
reloj lo pagamos en dólares y el otro es que la tasa de cambio de Colombia permanece en
$1.000 por Dólar. Frente a estos supuestos, el reloj que cuesta 1.10 EUROS ó un Dólar ó
$1.000, va a costar mañana 1.10 EUROS ó US$1.10, los cuales convertidos a pesos
equivalen a $1.100. De aquí se puede inferir que es mejor hacer la importación hoy,
porque de lo contrario, con la devaluación se encarece el producto en término de dólares.
Hoy compro el reloj por $1.000, pero mañana tengo que entregar $1.100.
Así y todo, los ejercicios de exportación e importación que acabamos de realizar están
basados en el corto plazo o mejor en un corte transversal que tiene serias limitaciones,
porque no tiene en cuenta las tendencias de mediano y largo plazo, que en determinados
momentos son más relevantes que las mismas condiciones de la coyuntura. Por eso a
continuación nos trasladaremos al escenario del mediano plazo para observar las
consecuencias para Colombia de una devaluación del Dólar frente al EURO y al Yen.
Ahora hagamos un cambio de supuestos: ¿Qué implicaciones tiene el hecho de Colombia
pertenecer al área de influencia del Dólar? Paralelamente nos preguntamos, ¿cómo se
determina la tasa de cambio de pesos por EUROS o por Yenes?, ¿Cuándo varía esa tasa
de cambio?
Digamos que todos los países que están bajo el área del Dólar toman esta moneda como
medida de cambio internacional23. Eso significa que si devaluamos frente al Dólar, de
inmediato también resulta una devaluación frente al EURO y al Yen. Por otro lado, si el
Dólar se devalúa frente al Yen y al EURO, entonces el peso se devalúa más rápido frente
al Yen y al EURO.
23
Para facilitar la explicación, omitimos en este análisis las diferencias de sistemas cambiarios que se
presentan en los países y hacemos referencia sólo al comportamiento lógico del precio del dólar en
condiciones de mercado.
Como se puede comprobar, una devaluación del Dólar frente al EURO, automáticamente
implica una devaluación del Peso frente al EURO, así nuestra tasa de cambio
permanezca fija frente al Dólar. Pero la devaluación del Peso frente al EURO se acentúa
si paralelo a la devaluación del Dólar, frente al EURO se presenta una devaluación del
Peso frente al Dólar. Por ambas vías queda demostrado la gran importancia que implica
estar bajo el "ala protectora" de una moneda que sirve de patrón internacional.
Respecto a la intervención del Estado, dice Patricia Correa: "No hay consenso en la
literatura, acerca de cuál es el manejo de política cambiaria óptimo ni, por consiguiente,
de cuál es el nivel de reserva óptimo. De la constante reflexión sobre este tema, los
expertos han concluido que para responder estas preguntas es necesario tener en cuenta
primero, cuales son las características estructurales de la balanza de pagos y de la
economía en su conjunto, cuales son los puntos más vulnerables de ésta e identificar cual
es la naturaleza de los shocks monetarios y reales que enfrenta el país objeto de
análisis"24
Igualmente, los mecanismos de ajuste dependen del tipo de desequilibrio. Así, si tenemos
un incremento en la oferta de cambio, causado por un acelerado crecimiento de las
exportaciones de bienes, una revaluación de la tasa de cambio tendría una alta
probabilidad de producir el efecto estabilizador deseado. El manejo del tipo de cambio, en
teoría, debe producir un efecto más inmediato sobre la cuenta corriente que sobre la
cuenta de capitales (ver recuadro # 16). En cambio, si el desajuste se presenta por el
aumento de las reservas a causa de flujos financieros, ya sean estos por inversión o
endeudamiento externo, resultaría más efectiva la aplicación de medidas que afectaran
las tasas de interés (emisión de bonos de renta fija, imposición de encajes bancarios o
incluso control de la tasa de interés por decreto), que medidas de tipo cambiario.
Otro elemento importante a tener en cuenta con respecto a las reservas internacionales,
es saber si el exceso de divisas, que en un momento determinado genera desequilibrio,
es definitivo o de corto plazo. Un conflicto bélico en el Golfo Pérsico con seguridad
afectaría el precio internacional del petróleo; por ende, países como Venezuela, México,
Ecuador o la misma Rusia verían incrementados sustancialmente sus ingresos en cuenta
corriente. En este caso, no sería recomendable aplicar medidas de ajuste ya que el efecto
que se produce no es estructural sino coyuntural.
Según Agherli y Bijan, citados por Correa: "Los efectos de una revaluación (devaluación)
del tipo de cambio en una economía abierta, por ejemplo, suelen ser muy diferentes si la
economía es primaria exportadora eimportadora intensiva de bienes de consumo, o si es
26
CORREA. P op cit. pág. 34
exportadora de bienes industriales e importa insumos y bienes de capital en una gran
proporción. En el primer caso, es más probable que predominen los efectos
contraccionistas de una revaluación, en tanto que en el segundo los efectos pueden llegar
27
a ser expansionistas''. En pocas palabras, lo que aquí se plantea es que una revaluación
para un país que exporta bienes primarios e importa bienes procesados, significa más
importaciones de bienes de consumo y caída en la rentabilidad de las exportaciones,
mientras que en una economía industrializada, la revaluación conlleva una modernización
del aparato productivo, lo que hace más competitivos los bienes de exportación.
Recuadro # 17
27
AGHERL J, Bijan y otros. "exchange tale policy in developing countries/some analilical issues", IMF,
ocassional papors, Nro. 78, mayo de 1991, citado por Correa, P op. cit., pág. 33.