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Cáncer Musculoesqueletico
Cáncer Musculoesqueletico
Cuando la palabra sarcoma es parte del nombre de una enfermedad, esto significa que
el tumor es maligno (canceroso). Un sarcoma es un tipo de cáncer que se origina en
tejidos como los huesos o los músculos. Los sarcomas de tejidos óseos y blandos son
tipos principales de sarcoma. Los sarcomas de tejidos blandos se pueden originar en
tejidos blandos, como los tejidos adiposos, musculosos, nerviosos y fibrosos, así como
en los vasos sanguíneos o los tejidos profundos de la piel. Estos pueden encontrarse en
cualquier parte del cuerpo. La mayoría de los sarcomas se originan en los brazos o en
las piernas. Además, se pueden encontrar en el tronco, la cabeza y el área del cuello,
los órganos internos y el área trasera de la cavidad abdominal (conocida
como retroperitoneo). Los sarcomas no son tumores comunes.
Los sarcomas que se originan con más frecuencia en los huesos, como los
osteosarcomas, y los sarcomas que ocurren más a menudo en los niños, como los
tumores pertenecientes a la familia de Ewing.
CANCER OSEO
Síntomas
A veces una persona tiene un bulto indoloro en un hueso que, con el tiempo, se vuelve
doloroso, pero el primer síntoma suele ser el dolor óseo. El dolor puede ser intenso
(algo similar al dolor de muelas), puede ocurrir en reposo o por la noche y tiende a
empeorar progresivamente. En ocasiones un tumor, sobre todo si es canceroso,
debilita un hueso, provocando que se fracture con poco o ningún esfuerzo (fractura
patológica).
Diagnóstico
Una articulación o una extremidad que presenten un dolor persistente deben ser
radiografiadas. Sin embargo, las radiografías tienden a mostrar solamente que hay una
alteración que sugiere un crecimiento atípico o que hay una cavidad en el hueso, y con
frecuencia no indican si un tumor es no canceroso o canceroso. Sin embargo, algunos
tumores pueden identificarse como benignos mediante una radiografía. Por ejemplo,
esta identificación es posible con frecuencia en la enfermedad ósea de Paget, los
encondromas, los quistes óseos, los fibromas no osificantes (proliferaciones fibrosas
sin tejido óseo) y la displasia fibrosa. Si una radiografía no es concluyente, la
tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética nuclear (RMN) ayudan a
menudo a determinar la localización exacta y el tamaño del tumor y dan información
adicional con respecto a su naturaleza, aunque estas pruebas no suelen proporcionar
un diagnóstico específico.
La radioterapia utiliza rayos de alta energía o partículas para destruir las células
cancerosas. La radioterapia de haz externo es radiación que se administra
desde fuera del cuerpo y se dirige al cáncer. Este es el tipo de radioterapia
empleada en el tratamiento del cáncer de hueso.
La mayoría de las veces, la radiación se usa para tratar los cánceres de hueso
que son irresecables. Esto significa que no pueden extraerse completamente
con cirugía.
A medida que los investigadores han obtenido más información acerca de los
cambios moleculares y genéticos en las células que causan el cáncer, han
podido desarrollar nuevos medicamentos dirigidos específicamente a algunos
de estos cambios. Los medicamentos de terapia dirigida funcionan en forma
diferente a los medicamentos de quimioterapia convencionales y causan
diferentes efectos secundarios. Estos medicamentos son especialmente
importantes para combatir enfermedades, como el cordoma y otros tipos de
cáncer de hueso para los cuales la quimioterapia no ha sido muy eficaz. Puede
que los medicamentos de terapia dirigida sean más eficaces en el tratamiento
de estos cánceres.
1. Mieloma múltiple
El mieloma múltiple es un cáncer de células plasmáticas. Las células plasmáticas
normales se encuentran en la médula ósea y son un componente importante del
sistema inmunitario. El sistema inmunitario se compone de varios tipos de células
que funcionan juntas para combatir las infecciones y otras enfermedades. Los
linfocitos (células linfáticas) son uno de los tipos principales de glóbulos blancos
del sistema inmunitario e incluyen a las células T y células B. Los linfocitos están en
muchas áreas del cuerpo, tal como en los ganglios linfáticos, la médula ósea, los
intestinos y el torrente sanguíneo.
Cuando las células B responden a una infección, estas maduran y se convierten en
células plasmáticas. Las células plasmáticas producen anticuerpos (también
llamados inmunoglobulinas) que ayudan al organismo a atacar y destruir los
gérmenes. Las células plasmáticas se encuentran principalmente en la médula
ósea. La médula ósea es el tejido blando que se encuentra dentro de los huesos.
Además de las células plasmáticas, la médula ósea normal es también el hogar de
otras células sanguíneas, como los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las
plaquetas.
En general, cuando las células plasmáticas se vuelven cancerosas y crecen fuera de
control, esto se denomina mieloma múltiple. Las células plasmáticas producen una
proteína anormal (anticuerpo) que se conoce por varios nombres diferentes, entre
los que se incluyen inmunoglobulina monoclonal, proteína monoclonal (proteína
M), pico M o paraproteína.
SÍNTOMAS
Los signos y síntomas del mieloma múltiple pueden variar y, en la etapa inicial de
la enfermedad, puede no haber ninguno.
Cuando se manifiestan los signos y síntomas, estos pueden comprender:
• Dolor en los huesos, especialmente en la columna vertebral o en el pecho
• Náuseas
• Estreñimiento
• Pérdida de apetito
• Desorientación o confusión mental
• Fatiga
• Infecciones frecuentes
• Adelgazamiento
• Debilidad o entumecimiento en las piernas
• Sed excesiva
FACTORES DE RIESGO
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer mieloma múltiple son:
• Edad avanzada. El riesgo de padecer mieloma múltiple aumenta con la edad; la
mayoría de las personas recibe un diagnóstico de mieloma múltiple a los
65 años.
• Sexo masculino. Los hombres son más propensos a tener esta enfermedad que
las mujeres.
• Raza afroamericana. Los afroamericanos tienen aproximadamente el doble de
probabilidades de padecer mieloma múltiple en comparación con las personas
de raza blanca.
• Antecedentes familiares de mieloma múltiple. Si uno de tus padres o
hermanos tiene mieloma múltiple, corres un mayor riesgo de padecer la
enfermedad.
• Antecedentes personales de gammapatía monoclonal de significado
incierto. Todos los años, el 1 por ciento de las personas que padecen
gammapatía monoclonal de significado incierto en los Estados Unidos presenta
mieloma múltiple.
TRATAMIENTO
Si tienes síntomas, el tratamiento puede ayudar a aliviar el dolor, controlar las
complicaciones de la enfermedad, estabilizar la afección y retardar el avance del
mieloma múltiple.
Tratamientos para el mieloma
Las opciones de tratamientos estándar comprenden las siguientes:
• Terapia dirigida. El tratamiento con medicamentos dirigidos se enfoca en las
anomalías específicas presentes dentro de las células cancerosas que les
permiten sobrevivir. El bortezomib (Velcade), el carfilzomib (Kyprolis) y el
ixazomib (Ninlaro) son medicamentos dirigidos que bloquean la acción de una
sustancia en las células del mieloma que desintegra las proteínas. Esta acción
hace que las células del mieloma se mueran. Los medicamentos de terapia
dirigida se pueden administrar a través de una vena del brazo o en forma de
píldoras.
Otros tratamientos de terapia dirigida comprenden medicamentos con
anticuerpos monoclonales que se adhieren a proteínas específicas presentes en
las células del mieloma y provocan su muerte.
• Terapia biológica. Los medicamentos de la terapia biológica usan el sistema
inmunitario del cuerpo para combatir las células del mieloma. Los
medicamentos talidomida (Thalomid), lenalidomida (Revlimid) y pomalidomida
(Pomalyst) mejoran las células del sistema inmunitario que identifican y atacan
las células cancerosas. Estos medicamentos se suelen administrar en forma de
tabletas.
• Quimioterapia. Los medicamentos de la quimioterapia matan las células de
crecimiento rápido, incluso las células del mieloma. Los medicamentos de la
quimioterapia se pueden administrar por vía intravenosa en el brazo o en
forma de tabletas. Se usan altas dosis de medicamentos de quimioterapia antes
de un trasplante de médula ósea.
• Corticoesteroides. Los corticoesteroides, como la prednisona y la
dexametasona, regulan el sistema inmunitario para controlar la inflamación en
el cuerpo. También son activos contra las células del mieloma. Los
corticoesteroides pueden tomarse en forma de tabletas o pueden
administrarse por vía intravenosa en el brazo.
• Trasplante de médula ósea. El trasplante de médula ósea, también conocido
como «trasplante de células madre», es un procedimiento en el cual se
reemplaza la médula ósea enferma por médula ósea sana.
Antes de un trasplante de médula ósea, se recolectan de la sangre células madre
formadoras de sangre. Luego, recibes altas dosis de quimioterapia para destruir la
médula ósea enferma. Posteriormente, las células madre se inyectan en el cuerpo,
donde se transportan a los huesos y comienzan a reconstruir la médula ósea.
• Radioterapia. En este tratamiento, se utilizan haces de energía, como rayos X y
protones, para dañar las células del mieloma y detener su crecimiento. La
radioterapia puede utilizarse para reducir rápidamente las células del mieloma
en una zona específica, por ejemplo, cuando una acumulación de células
plasmáticas anormales forma un tumor (plasmocitoma) que provoca dolor o
destruye un hueso.
Tratamiento de las complicaciones
Debido a que el mieloma múltiple puede causar una serie de complicaciones, es
posible que también necesites tratamiento para esas afecciones específicas. Por
ejemplo:
• Dolor en los huesos. Los analgésicos, la radioterapia y la cirugía pueden ayudar
a controlar el dolor en los huesos.
• Complicaciones renales. Las personas con daño renal grave pueden necesitar
diálisis.
• Infecciones. El médico puede recomendar ciertas vacunas para prevenir
infecciones, como la influenza y la neumonía.
• Disminución de la masa ósea. El médico puede recomendar medicamentos
llamados «bisfosfonatos», como el pamidronato (Aredia) o el ácido zoledrónico
(Zometa), para ayudar a prevenir la disminución de la masa ósea.
• Anemia. Si tienes anemia persistente, el médico puede recomendar
medicamentos para aumentar el recuento de glóbulos rojos.
2. OSTEOSARCOMA
TRATAMIENTO
CAUSAS
SÍNTOMAS
• Gammagrafía ósea
Se hará una biopsia del tumor. Se hacen diferentes exámenes en este tejido para
ayudar a determinar qué tan agresivo es el cáncer y cuál es el mejor tratamiento.
TRATAMIENTO
• Quimioterapia
• Radioterapia
4. FIBROHISTIOCITOMA MALIGNO
El fibrohistiocitoma maligno (MFH, por sus siglas en inglés) se origina con más
frecuencia en tejidos blandos (tejidos conjuntivos, como ligamentos, tendones,
grasa y músculo); es infrecuente en los huesos. Este cáncer también se conoce
como sarcoma pleomórfico indiferenciado, especialmente cuando se origina en los
tejidos blandos. Cuando el MFH ocurre en los huesos, generalmente, afecta las
piernas (por lo general, alrededor de las rodillas) o los brazos. Este tipo de cáncer se
presenta con más frecuencia en adultos mayores o de mediana edad, y es bastante
infrecuente en los niños. Por lo general, el MFH tiende a crecer localmente, pero
puede propagarse a sitios distantes, como los pulmones.
5. FIBROSARCOMA
Se trata de otro tipo de cáncer que se desarrolla con más frecuencia en los tejidos
blandos que en los huesos. Habitualmente, el fibrosarcoma se presenta en adultos
de mediana edad y de edad avanzada. Los huesos más afectados son los de las
piernas, los brazos y la mandíbula
Este tipo de tumor de hueso primario se presenta en forma benigna (no cáncer) y
maligna. La forma benigna es la más común. Por lo general, los tumores de hueso
de células gigantes afectan las piernas (por lo general, cerca de las rodillas) o los
brazos de adultos jóvenes y de mediana edad. Usualmente no se propagan a sitios
alejados, pero tienden a reaparecer en el lugar donde se originaron después de una
cirugía. (Se denomina recurrencia local). Esto puede suceder muchas veces. Con
cada recurrencia, aumentan las probabilidades de que el tumor se propague a otras
partes del cuerpo. Rara vez, un tumor maligno de hueso de células gigantes se
propaga a otras partes del cuerpo sin primero recurrir localmente.
7. CORDOMA
Por lo general, este tumor de hueso primario se presenta en la base del cráneo y en
los huesos de la columna vertebral. Este cáncer con más frecuencia en adultos
mayores de 30 años de edad. Es aproximadamente dos veces más frecuente en los
hombres que en las mujeres. Los cordomas suelen crecer lentamente y a menudo
no se propagan a otras partes del cuerpo. A menudo regresan en la misma zona, si
no se extrae completamente. Las áreas más comunes de propagación de tumores
son los ganglios linfáticos, los pulmones y el hígado.