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ÉTICA.

En términos comunes, la ética es el conjunto de principios que definen lo que es


bueno y lo que es malo en la vida humana. Alguien es calificado de "ético" cuando su actividad
es consecuente con esos principios y realiza aquello que una determinada sociedad estipula
como bueno. Toda profesión, en sentido amplio, supone un saber científico y técnico, tanto en
el orden teórico como en el orden práctico. Es decir, toda profesión supone un conocimiento
más o menos especializado y unas habilidades vinculadas a ese conocimiento y que permiten
actuar el saber. Se trata, por consiguiente, de un saber teórico-práctico. La profesión, además,
supone un ejercicio de ese saber a nivel público al interior de una determinada sociedad. La
ética profesional es, en un primer momento, aquel conjunto de principios que permite distinguir
lo bueno de lo malo en ese quehacer de un saber teórico-práctico en una sociedad, es decir,
cuándo ese quehacer es bueno y cuándo es malo.
La Ética del Psicólogo está recogida en el Código Deontológico de la Psicología, que fue
desarrollado en el año 1987 por el Colegio Oficial de Psicólogos con el objetivo de constituir
unas reglas de conducta que sirvieran de base al ejercicio de la profesión.
Los temas fundamentales que recoge este código ético se refieren a:
La independencia y autonomía en el ejercicio de la profesión
El compromiso en la búsqueda del bienestar, la salud y el desarrollo libre de las personas y
los grupos
La protección de los derechos humanos
El respeto y la atención a la diversidad de los grupos e individuos; criterios morales,
religiosos, razas, credos, ideologías, clases sociales, o cualquier otra diferencia.
El cuidado frente a la etiquetación de la persona (del tipo normal/anormal, adaptado/
inadaptado o parecidas) que pueda resultar devaluativa o discriminatoria
El compromiso de los Psicólogos/as con una continua formación y cualificación que
incrementen su competencia como profesional
La evitación del empleo de procedimientos y técnicas ajenos al fundamento científico de la
psicología
La búsqueda del máximo desarrollo y autonomía en la persona
La apuesta por la contribución al desarrollo de la ciencia y la profesión psicológica
El máximo respeto por la dignidad de las personas y delicadeza con su intimidad
La obligación de velar y preservar los datos personales del paciente y su secreto profesional.
EMPATÍA. Cuando nos preguntamos qué es la empatía, la primera definición que acude a
nuestra mente es la capacidad para ponerse en el lugar del otro. Sin embargo, la empatía va

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mucho más allá, por lo general no se trata únicamente de un acto intelectual sino profundamente
emocional.
Existen diferentes significados de empatía, uno de los más acertados indica que es “la
experiencia de entender la condición de otra persona desde su perspectiva”. Esto significa
ponerse en su piel y sentir lo que esa persona está experimentando. Es una participación
afectiva en la realidad de alguien, haciendo su mundo emocional nuestro.
La empatía es la base de la intimidad y la conexión más cercana. Sin ella, nuestras relaciones
serían superficiales desde el punto de vista emocional y se parecerán más a un trueque
comercial. Sin la empatía podríamos estar cada día al lado de una persona y conocer tan poco
sobre sus sentimientos que seguiría siendo una extraña para nosotros. Por eso, la empatía es un
potente “pegamento social”. Sin embargo, no solo es el motor de la cercanía sino que también
sirve como freno cuando nos comportamos mal y nos damos cuenta del dolor que estamos
causando. Cuando una persona no tiene ese freno y siempre actúa en interés propio, termina
devastando a quienes están a su alrededor. Por eso, es fundamental comprender qué es la
empatía y qué significa ser empático.
RAPPORT. La palabra rapport viene del francés rapporter y significa literalmente llevar
algo al cambio. Si la centramos en la comunicación entre dos personas, alude a que lo que una
persona envía a otra esta última se lo devuelve. En palabras más sencillas, el rapport hace
referencia a la vinculación entre dos o más seres humanos, a la sintonía psicológica y emocional
que se necesita para que puedan producirse cambios en alguna de las partes. El rapport es una
de las cuestiones más importantes en terapia y que en bastantes ocasiones se pasa por alto. Se
estima que un alto porcentaje de éxito en los tratamientos psicológicos es debido a la buena
alianza terapéutica o buen rapport entre terapeuta y paciente. La escuela, la evaluación
psicológica previa o las técnicas puestas en marcha en el curso del tratamiento son sumamente
importantes de cara a la curación del paciente. Sin embargo, no menos importante es establecer
una buena relación con él, de manera que este confíe plenamente en nosotros y se sienta
motivado para enfrentarse al tratamiento. De nada sirve todo lo demás si no tenemos feeling
con nuestro paciente, ya que esto repercutirá negativamente en el resto de variables: la persona
dejará de asistir a la terapia, no se comprometerá con las tareas entre sesiones, no estará
motivado para alcanzar el cambio y tampoco confiará en lo que le proponemos o indicamos
como estrategias. Por lo tanto, cuando hablamos de rapport terapéutico nos referimos al
entendimiento mutuo, a la actitud de colaboración y a la empatía necesaria para que dos
personas puedan abordar un problema común y alcanzar los objetivos deseados. Es un elemento
terapéutico tan relevante que hoy en día ya se enseña a futuros terapeutas en las universidades
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e incluso existen cursos especializados destinados a formar a los distintos profesionales, sobre
todo sanitarios, que van a tener un trato con otra persona que tiene un problema que es preciso
solucionar en colaboración.
CONFIDENCIALIDAD. Confidencialidad es la cualidad de confidencial (que se dice o
hace en confianza y con seguridad recíproca entre dos o más individuos). Se trata de una
propiedad de la información que pretende garantizar el acceso sólo a las personas autorizadas.
La confidencialidad se asocia a un principio ético. Ese es el caso del secreto profesional que
no deben violar los médicos o los psicólogos. El principio de confidencialidad va aparejado al
de intimidad, aun cuando ambos conceptos tengan significados diferentes. La confidencialidad
no es solo un asunto de revelación de información. Este término designa la cualidad de los
datos e informaciones reservados o secretos. Entre otros aspectos, se aplica a los datos del
individuo que no deben o no pueden ser difundidos en público o transmitidos a terceros sin la
aprobación del interesado. De esta manera el psicoterapeuta tiene la libertad y el deber de
calificar como confidencial cualquier documento o información que, a su juicio, influya directa
o indirectamente en el adecuado funcionamiento y futuro restablecimiento del paciente en
psicoterapia. Abuso Sexual y Físico, Pacientes suicidas, Procesos judiciales, En situaciones de
riesgo.
ASERTIVIDAD. La asertividad es una habilidad social y comunicativa que se encuentra
en un término medio entre la pasividad y la agresividad. A menudo es confundida erróneamente
con esta última, puesto que la asertividad implica hacer valer nuestra posición de manera firme
y persistente. Sin embargo, ser asertivo significa mucho más que manifestar nuestro punto de
vista. Cuando interactuamos con los demás muy habitualmente tendemos a adoptar posturas
agresivas o pasivas. Expresarse de forma inapropiada suele ser el resultado de falta de
confianza en uno mismo. La asertividad, en cambio, no se considera pasiva ni agresiva, sino
que se trata de una conducta equilibrada. Ser asertivos significa expresar pensamientos y
sentimientos de forma honesta, directa y correcta. Implica respetar los pensamientos y
creencias de otras personas, a la vez que se defienden los propios. La Asertividad se define
como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa
y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos
su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la
pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que
queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos
descalificamos nosotros mismos.

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