El Viajero que llegó a tiempo (Alvaro de la Iglesia)

Don Antonio se despertó en la habitación del hotel. Primero abrió un ojo y después abrió el otro.
Saltó de la cama al suelo. Miró su reloj. ¡Las siete y veinticinco! “A las ocho tengo que estar en la
compañía Aérea para tomar el bus del aeropuerto”, pensó. Llamó a la recepción y pidió un taxi.

Decidió no afeitarse, se lavó y se peinó. Empezó a vestirse rapidísimo: primero la camiseta, luego los
calzoncillos y la faja para reducir la guata. A continuación, las medias que se puso al revés para no
perder tiempo. También en la camisa ahorró varios segundos, dejando sin abrochar los últimos
botones. Luego, el pantalón y la corbata.

Al fin, después de meter a presión en la maleta el pijama y las zapatillas, salió corriendo al pasillo,
dejando en el baño un frasco de colonia, una peineta y el jabón.“Me quedan veinte minutos, pensó
un poco más tranquilo. Cinco para bajar y pagar la cuenta. Otros cinco para desayunar, y cinco más
de taxi hasta la Compañía Aérea...” (continuará)

Atención:

Quedar ¿Dónde queda el correo?

Quedar queda una hora
Quedarse me quedo acá

Ir voy a casa
Irse me voy a casa

1.Encontrar distintas combinaciones

aquí porque me gusta el lugar

me quedo una noche más aquí
me queda con mis amigos
me quedan mucho tiempo antes de salir
una hora para llegar al aeropuerto
algún dinero
veinte kilómetros hasta La Falda
mucho que hacer
algunos días en la costa

2.Explica con tus palabras el significado de:

discreto:

reducir:

guata:

al revés
3. Escribe un final para esta historia antes de leer la escrita por el autor.

4. Formula las preguntas correspondientes

ejemplo: ¿Dónde compraste el reloj?

Me compré el reloj en Portugal

-¿
-Pagué muy poco dinero por él.

-¿
-Sí, pasé todo el verano en Portugal.

-¿
-Me quedé ahí hasta septiembre

-¿
-Sí, soporté el calor sin problemas. Me gustó mucho.

-¿
-Trabajé en un supermercado.

-¿
-Gané bastante dinero

-¿
-No te escribí porque no me acordé, la verdad.

-¿
-No, no volví con mis amigos

-¿
-Volví en avión
( Continuación )

Las ocho y veinticinco.¡Dios mío, sólo me quedan unos minutos!

Un minuto después, desde el taxi, don Antonio vio esperanzado, el aeropuerto. Dos minutos
después, el coche se detuvo en la puerta principal. Tres minutos después, fue a la oficina de la línea
aérea y presentó su pasaje.
Cuatro minutos después, corriendo sudoroso, llegó al avión. Cinco minutos después, don Antonio se
puso en su asiento el cinturón de seguridad, pensando satisfecho: “he logrado vencer el destino.”
Seis minutos después, el avión emprendió una veloz carrera por la pista para elevarse hacia el cielo.
Siete minutos después, no logró despegar del suelo...
Ocho minutos después, al llegar al final de la pista, siguió rodando hasta estrellarse contra un muro.
Y nueve minutos después, una gigante llama luminosa envolvió todo el aparato.

El ángel protector de don Antonio dijo para sí murmurando:

“Los tipos tan testarudos como éste siempre me hacen quedar mal. ¡Tanto trabajo para nada! Hice
todo lo que pude por salvarlo, le puse obstáculos y se los saltó todos como un imbécil.
Y el ángel, encogiéndo las alas, se alejó enojado.