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ACTUALIDAD Y CULTURA |

ACTUALIDAD CURSO DE LATÍN PARA PRINCIPIANTES

De madres e hijos
Por FRANCISCO J. CABRERA GARCÍA
dría bien volver a verme.
Los médicos habían dicho
que recordar el pasado le
sentaba bien.
La verdad es que estaba im-
paciente por verla, pues no
había vuelto hacerlo des-
de los tiempos del bachi-
ller elemental. Me llevé
una enorme impresión,
pues la enfermedad dege-
nerativa, posiblemente alz-
héimer, estaba más avan-
zada de lo que yo suponía.
Su mirada había perdido
del todo la viveza que en
su primera madurez tuvo,
la que yo tenía grabada en
la memoria. “Mamá, ¿te
acuerdas de Enrique? Mi
compañero en tercero y
cuarto, que venía mucho
por casa”. A la pregunta de
Acuña (también en los me-
dios académicos se le se-
guía llamando por su sin-
gular apellido) su madre
se fijó en mí con la mirada
extraviada y esbozó una
sonrisa que era casi una
mueca. Yo intenté disimu-
lar la enorme impresión
que su estado me produ-
cía cuando me acerqué a
darle un beso.
Nos sentamos en el salón
y Gaspar sacó para nos-
otros unas copas de vino y
puso a su madre, mientras
tomábamos un aperitivo,
un plato de comida que ha-
bía dejado preparado la
Gaspar Acuña fue un en- naba y daba instrucciones. Cuando el hijo protestaba por las letras, por lo que mento, podría tener una asistenta. Ella protestó ale-
trañable compañero de la Yo, acostumbrado a una frente a alguna orden ma- fuimos a parar a grupos dis- calidad personal que se gando que no tenía ham-
tardoadolescencia. Iba a conminación imperiosa, terna, su progenitora uti- tintos. Sentí aquel distan- aproximase a la de la que bre todavía, pidiéndole
su casa a menudo, las más le encarecía a Gaspar las lizaba, con el mismo tono ciamiento más por el que, había sido su esposa. que también le pusiera a
de las veces para estudiar maneras de su madre, aun- terminante pero a la vez paralelamente, supuso de Recientemente volví a cru- una copa de vino. Enton-
y hacer deberes, al menos que este, indefectiblemen- amable un aforismo lati- su madre que por la pérdi- zarme con Gaspar; ambos ces su hijo, mirándome
esa era la excusa, y lo hacía te, me contestaba que eso no: Roma locuta, causa fi- da del trato con él. formamos parte de una co- previamente con rara com-
siempre con gran compla- lo decía yo porque no era nita. Gaspar sabía que En el momento de optar a misión interdisciplinar plicidad, le dijo: “Ya sabes
cencia, pues su madre, pro- la mía. Para colmo, y eso cuando su madre pronun- una carrera, escogió la de para hacer propuestas con lo que dijo el médico, que
fesora de latín en el insti- era algo que me guardaba ciaba la frase había que re- su padre, ciencias exactas. vistas a una reforma edu- comieras con una gran re-
tuto, nos dispensaba un de trasmitir a Acuña (que coger la habitación, lavar- Me crucé en varias ocasio- cativa. Él es un reputado gularidad. Roma locuta
trato estimulante, resulta- era como de ordinario le se las manos para comer o nes con él y nos saludamos catedrático de instituto, in- causa finita” (*). Como si
do de mezclar, a partes llamábamos en el institu- dejar de ver la tele y poner- con afecto. Por terceros cluso ha escrito algunos li- la frase hubiese obrado un
iguales, afecto maternal, to), me parecía una mujer se a hacer los deberes. A supe de la separación de bros destinados a la ense- sortilegio, la madre, tras
camaradería y jerarquía fa- muy atractiva. Me decía, mí, que utilizase un latina- sus padres; pero lo que no ñanza, y yo soy secretario quedarse unos segundos
miliar. Tenía una rara gra- para mis adentros, que el jo para dar una orden me pude entender es que del Consejo Escolar de la pensando, tal vez recor-
cia y desparpajo en la for- padre de Gaspar era un parecía el colmo de la so- aquella fuera provocada comunidad autónoma. dando, osciló la cabeza ha-
ma en que trataba a su hijo, hombre muy afortunado. fisticación. Definitivamen- por su padre. Se trataba de Tras la primera reunión cia arriba y hacia abajo,
actitud en la que yo mismo También era profesor, de te, aquella mujer, aquella la vieja historia de la aman- fuimos a tomarnos unas asintiendo, y se dispuso a
quedaba incluido cuando matemáticas, en otro ins- madre, más bien, se me an- te más joven, en su clásica cervezas juntos y recorda- dar cuenta del plato de co-
estaba en aquel hogar. tituto, y me sorprendía ver- tojaba fascinante. versión de la antigua alum- mos con nostalgia los vie- mida.
Con gran naturalidad, con lo poco por casa; era, en Cuando empezamos a es- na. Ninguna mujer con la jos tiempos. Me dijo que
una autoridad exenta de contraste con su esposa, tudiar el bachiller superior que aquel individuo taci- su madre vivía con él y que,
despotismo, que yo envi- un individuo adusto y la- me alejé de Acuña, ya que turno pudiera trabar rela- debido a que estaba per- (*) Roma ha hablado,
diaba, disponía, determi- cónico. él optó por las ciencias y yo ción, pensé en aquel mo- diendo la memoria, le ven- asunto terminado.

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